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Por:
HERNANDO ZABALA SALAZAR
De modo que la inversión social no puede ser un simple paliativo y debe ser operada
con eficiencia. La inversión social, pues, implica una determinada intervención social.
Una intervención social es aquella acción social que reúna las siguientes cuatro
características:
4) Que aspire a una legitimación pública o social, ya que las necesidades a resolver
son asuntos públicos y sociales que suscitan expectativas en las instancias estatales
o entre la opinión pública.
El concepto tuvo sus orígenes en la propia obra clásica de la economía. Adam Smith
fue quien estableció el principio de la función social de la empresa y otros autores del
siglo XIX introdujeron la idea de responsabilidad empresarial en términos de
generosidad y altruismo. Pero es John M. Keynes quien sostiene que los empresarios
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deben ser responsables de la generación de empleo y el otorgamiento de
remuneraciones que aumenten el ingreso de los trabajadores, oponiéndose a la
maximización de la utilidad mediante la disminución del empleo y el salario bajo.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, surgen en Estados Unidos una gran cantidad
de empresas que manifestaron sus preocupaciones por el entorno y constituyeron
programas sociales diversos. En los años setenta aparece el concepto de balance
social como una innovación de la Organización Rockefeller. Muy pronto el Gobierno
Norteamericano (1986) recomendaría a las empresas que contribuyeran con un 2% de
sus ingresos netos antes de impuestos para sostener entidades sin ánimo y hacer
seguimiento a las intervenciones sociales de éstas. David Rockefeller ya había
sostenido la tesis que el viejo principio de la maximización de utilidades debía
evolucionar hacia el de que la propiedad conlleva ciertas obligaciones sociales. En los
años noventa, Peter Drucker, en diferentes textos, pero especialmente en La sociedad
postcapitalista, sostiene que las entidades sin ánimo de lucro, por el éxito alcanzado
en los últimos lustros, reemplazarían necesariamente a cualquier otra organización en
la producción de servicios sociales, ya que para comienzos de esta década en los
Estados Unidos representaban casi un 25% del PIB y se habían constituido en uno de
los mayores empleadores.
Se ha sostenido entonces que para la empresa la ética de los negocios va más allá
del cumplimiento de las leyes, porque es su obligación generar crecimiento económico
con calidad y sustentabilidad en el largo plazo, haciendo un reconocimiento de la
dignidad humana. Por eso algunas organizaciones empresariales han adoptado la
responsabilidad social como el derecho que se tiene de comprometerse activamente
con la sociedad, el desarrollo territorial y el medio ambiente.
De ahí que la responsabilidad social va más allá del cumplimiento de las normas y
leyes, dando por supuesto su respeto. La legislación laboral y las normativas
relacionadas con el medio ambiente aunque son su punto de partida, no son
estrictamente componentes de la responsabilidad social, ya que ellas son
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obligaciones que cualquier organización empresarial debe cumplir. Esto es, la
responsabilidad social son un conjunto de prácticas, estrategias y sistemas de gestión
que persiguen un nuevo equilibrio entre las dimensiones económica, social y
ambiental. La responsabilidad social, entonces, involucra la calidad de vida del
trabajador, el medio ambiente, la comunidad en donde se encuentra instalada la
empresa, la comercialización responsable y la ética empresarial.
La palabra social por su parte, tal como se ha señalado en otra parte de este módulo,
se refiere a un concepto trascendente e interdependiente de los seres humanos, que
hace alusión a nuestra condición de seres sociales por excelencia.
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la capacidad de la organización para anticipar, responder y manejar los temas y
problemas que surgen de las diversas demandas y expectativas sociales de cada uno
de los grupos de interés
RESPONSABIILIDAD
FIILANTRÓPICA
RESPONSABIILIDAD ÉTICA
RESPONSABIILIDAD LEGAL
RESPONSABIILIDAD ECONÓMICA
3. EL CONTROL SOCIAL
a) Crear mejor calidad: Las fallas del proceso se detectan y el proceso se corrige para
eliminar los errores.
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b) Enfrentar el cambio: Sirve a los gerentes para responder a las amenazas o las
oportunidades de todo ello, porque ayuda a detectar los cambios que están
afectando los productos y los servicios de sus organizaciones.
c) Producir ciclos más rápidos: Se identifican fallas en los ciclos de desarrollo y
oportunidad de entrega de los productos y servicios a los clientes.
d) Agregar valor: Con frecuencia, el valor agregado adopta una nueva forma cuando
se aplican procedimientos de control.
e) Facilitar la delegación y el trabajo en equipo: La tendencia contemporánea hacia la
administración participativa también aumenta la necesidad de delegar autoridad y
de fomentar que los empleados trabajen juntos en equipo. El proceso de control
permite que el gerente controle el avance de los empleados, sin entorpecer su
creatividad o participación en el trabajo.
En cualquier caso, el control social aparece en todas las sociedades como un medio
de fortalecimiento y supervivencia del grupo. El control social es el conjunto de
prácticas, actitudes y valores destinados a mantener el orden establecido en las
sociedades. Aunque veces el control social se realiza por medios coactivos o violentos,
el control social también incluye formas no específicamente coactivas, como los
prejuicios, los valores y las creencias.
El Control Social es el derecho y deber que tiene toda persona (especialmente los
beneficiarios de programas de gestión provenientes del Estado), considerado
individual o colectivamente, para prevenir, racionalizar, proponer, acompañar,
sancionar, vigilar y controlar la gestión social, sus resultados e impactos. El control
social se puede entender también como una forma de autorregulación social.
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social, un desarrollo de capacidades de seguimiento a la administración y ejecución
cabal de la gestión, así como conocimiento, acompañamiento y vigilancia de a la forma
en que la empresa realiza sus acciones sociales.
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condiciona y enmarca las metas usuales. En la realidad suelen darse programas
que cumplen los objetivos operativos trazados, pero que después de un período de
haber finalizado la cooperación prestada, fracasan finalmente porque no ha habido
un aporte real a su auto sustentabilidad.
El referente teórico más clásico indica que el capital social representa el conjunto de
recursos o activos acumulados, construidos cultural, territorial e históricamente, a partir
de relaciones y vínculos que establecen los individuos. Se considera que estos
recursos, utilizados por las personas, los grupos y las colectividades para la creación
de redes sociales, son culturalmente construidos, en tanto obedecen a un conjunto de
valores, costumbres, sicologías, ideas y otros elementos compartidos que hacen parte
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de la identidad de las personas. También puede decirse que son recursos que
obedecen a una construcción territorial, ya que sus efectos se contextualizan en
ámbitos de planificación y de desarrollo regional. De modo que el capital social puede
ser fortalecido y reconstruido solo si existen las manifestaciones de confianza y
reciprocidad entre quienes comparten un lugar. Puede decirse igualmente que dichos
recursos son construidos históricamente, en la medida en que su formación y
presencia concreta se ven influenciadas por condiciones socioeconómicas, políticas
y culturales, identificadas en contextos espacio temporales determinados.
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Ahora bien, los procesos de asociatividad cumplen otros roles en las dinámicas
sociales que refuerzan la construcción y mantenimiento del capital social. En primer
lugar, si se toma en cuenta que dichas acciones organizativas se establecen sobre el
principio de la autogestión, ello permite proponerse objetivos de largo plazo para que
las comunidades asuman de una manera directa las iniciativas de desarrollo grupal y
local que redundan, necesariamente, en mejoramiento de la calidad de vida y
desarrollo humano, dando cabida a lo que se ha denominado “ser dueños de su propio
destino”. De otro lado, la asociatividad hace posible que los diferentes esfuerzos de
inversión social (manifestados en recursos económicos e institucionales, en
capacidades de trabajo material e intelectual, en tiempo disponible, etc.), realizados
por agentes externos o por las propias comunidades interesadas, se efectúen tomando
en cuenta prácticas participativas de reconocimiento de la realidad o de evaluación de
las acciones, lo que contribuye a una mayor racionalidad y eficiencia de dichos
recursos y al logro de una toma de decisiones basada en iniciativas que nazcan o
estén definidas u orientadas por el interés común o la búsqueda del bien común.
Construir una matriz que integre los 5 aspectos y cruzarlos con el hacer y deber ser
del gerente (su campo de acción como profesional en administración de empresas
3 el control social
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