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p l u m a s y l e t r a s

La democracia
como procedimiento
y como régimen
Cornelius Castoriadis*

E
l objeto de nuestra discusión tradu- dualismo contemporáneo, es algo mani-
ce y expresa la crisis que actual- fiesto y volveré sobre ello. Pero conviene
mente atraviesa el movimiento de- comenzar por el principio.
mocrático. La elección de semejante
tema [la estrategia democrática] está I
condicionada, precisamente, por la apa-
rición de una concepción de la "demo-
cracia" que la reduce a un simple con- Discutir sobre la democracia significa
junto de "procedimientos", rompiendo discutir sobre la política. Ahora bien, la
así con todo el pensamiento político pre- política no existe siempre y en cual-
cedente, que veía en la democracia un quier lugar; la verdadera política es la
régimen político, indisociable de una resultante de una creación histórico-so-
concepción sustantiva de los fines de la cial rara y frágil. Lo que existe en toda
institución política y de una visión sobre sociedad es el político: la dimensión
el tipo de ser humano que le correspon- —explícita, implícita o quizá casi im-
de. Se ve fácilmente que, independiente- perceptible— que tiene que ver con el
mente de cuál sea el ropaje filosófico con poder, esto es, la instancia o las instan-
el que se cubra, una concepción mera- cias instituidas, que pueden emitir
mente procedimental de la "democracia" mandatos con autoridad, y que, al me-
tiene su propio origen en la crisis de las nos, deben incluir siempre, de forma
significaciones imaginarias que se refie- explícita, lo que denominamos un po-
ren a las finalidades de la vida colectiva, der judicial y un poder de gobierno1.
y pretende ocultar esta crisis disociando Pueden existir, ha habido y aquí se au-
la "forma del régimen político" de cual- gura que habrá de nuevo, sociedades
quier discusión relativa a esas finalida- sin Estado, carentes de un aparato bu-
des, o incluso llegando a suprimir la idea rocrático jerárquicamente organizado,
misma de éstas. El profundo vínculo que separado de la sociedad y en posición
une esta concepción con lo que se ha lla- de dominio respecto a ésta. El Estado es
mado, más bien irrisoriamente, el indivi- una creación histórica fechable y locali-
* Cornelius Casteriodis (1922-1997) filósofo, psicoanalista y economista griego. Fue miembro de la Ecole de hautes études en sciences socia-
les de París. Cofundador del grupo y revista Socialismo o Barbarie. Este texto es una colaboración de la revista Iniciativa Socialista, de España.

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zable: Mesopotamia, Este y Sudeste es ni bestia ni Dios (Aristóteles), pues
asiático, la Centroamérica precolombi- simplemente no es, no puede existir, ni
na. Una sociedad sin tal Estado es posi- físicamente ni, sobre todo, psíquica-
ble, concebible, augurable. Pero una so- mente. El hopeful and dreadful monster
ciedad sin instituciones explícitas de [monstruo prometedor y terrible] que
poder es un absurdo, en el que cayeron es el neonato humano, radicalmente
Marx y los anarquistas. inadaptado para la vida, debe ser hu-
No hay ser humano extrasocial; no manizado, y esta humanización es su
existe ni la realidad ni la ficción cohe- socialización, trabajo social mediado e
rente de un "individuo" humano como instrumentado por el ambiente inme-
sustancia asocial, extrasocial o preso- diato del infans. El ser-sociedad de la
cial. No podemos concebir un indivi- sociedad son las instituciones y las sig-
duo sin lenguaje, por ejemplo, y no nificaciones imaginarias sociales que
existe lenguaje más que como creación esas instituciones encarnan y hacen
e institución social. Esta creación y esta existir en la efectividad social. Estas sig-
institución no pueden ser vistas, a me- nificaciones son lo que da un sentido
nos de caer en el ridículo, como resul- —sentido imaginario, en la acepción
tado de una cooperación consciente de profunda del término, esto es, creación
"individuos", ni tampoco de una suma espontánea e inmotivada de la huma-
de redes "intersubjetivas": para que ha- nidad— a la vida, a la actividad, a las
ya intersubjetividad es necesario que decisiones, a la muerte de los seres hu-
haya sujetos humanos y la posibilidad manos, como también al mundo que
de que se comuniquen. En otras pala- crean y en el que los seres humanos de-
bras, debe haber seres humanos ya so- ben vivir y morir. La polaridad no está
cializados y un lenguaje que no podrí- entre individuo y sociedad —pues el in-
an producir ellos mismos como dividuo es un fragmento de la sociedad
individuos (uno o muchos: "redes inter- y al mismo tiempo una miniatura suya,
subjetivas"), sino que reciben necesaria- o, mejor dicho, una especie de hologra-
mente de su socialización. La misma ma del mundo social—, sino entre psi-
consideración puede aplicarse a mil as- que y sociedad. La psique debe ser, me-
pectos diversos de eso que se llama in- jor o peor, domada, debe aceptar una
dividuo. La "filosofía política" contem- "realidad" que le es heterogénea y ex-
poránea —como también el núcleo de traña al principio, y, en cierto sentido,
lo que pasa por ser ciencia económica— también hasta el final. Esta "realidad" y
está fundada sobre esta ficción incohe- su aceptación son obra de la institu-
rente de un individuo-sustancia, bien ción. Esto lo supieron los griegos; los
definido en sus determinaciones esen- modernos, en gran parte a causa del
ciales, fuera o frente a toda sociedad: cristianismo, lo han ocultado.
sobre este absurdo se apoyan necesaria- La institución —y las significaciones
mente la idea de la democracia como imaginarias que ella expresa— no pue-
simple "procedimiento" y el pseudo-"in- de existir si no se conserva, si no se
dividualismo" contemporáneo. Pero adapta para sobrevivir: la tautología
fuera de la sociedad el ser humano no darwiniana encuentra aquí un fecundo

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terreno de aplicación. Asimismo, se Al lado, o "por encima", de este infra-
conserva gracias al poder, y este poder poder implícito, siempre ha habido y
existe ante todo como infrapoder radi- siempre habrá un poder explícito, insti-
cal, siempre implícito. Se puede haber tuido como tal, con sus dispositivos
nacido en Italia en 1945, en Francia en particulares, con su funcionamiento
1930, el Estados Unidos en 1945, en definido y con las sanciones legítimas
Grecia en 1922. No lo hemos decidido, que puede aplicar2. La necesidad de
pero este hecho decide la parte esencial existencia de tal poder deriva al menos
de cada existencia: nuestra propia len- de cuatro factores:
gua, nuestra propia religión, el 99% (en
el mejor de los casos) del propio pensa- • El mundo "pre-social" en cuanto tal
miento, aquello por lo que se desea vi- amenaza siempre el sentido instau-
vir o se acepta (o no se acepta) morir. rado de la sociedad.
Esto es mucho más, y cosa muy distin- • La psique de cada ser humano no está
ta, que el simple "estar en el mundo" ni puede estar nunca completamente
que no se ha elegido (la Geworfenheit socializada ni ser totalmente confor-
de Heidegger). Este mundo no es un me a lo que las instituciones le exigen.
mundo o el mundo tout court, es un • La sociedad contiene siempre, en su
mundo histórico social, formado por la institución y en sus significaciones
institución, que contiene en modo in- imaginarias, un impulso hacia el
descriptible innumerables consecuen- porvenir, y el porvenir excluye una
cias de la historia precedente. codificación (o una mecanización)
Desde su nacimiento, el sujeto humano preliminar y exhaustiva de las deci-
queda cogido en un campo histórico-so- siones a tomar.
cial, y es colocado simultáneamente bajo
la influencia del imaginario colectivo ins- De ello deriva la necesidad de instancias
tituyente, de la sociedad instituida y de la explícitamente instituidas sobre la base
historia de la que dicha institución es su de la posibilidad de tomar decisiones
cumplimiento provisional. La sociedad autorizadas sobre lo que hay que hacer
no puede dejar de producir, en primer lu- y lo que no hay que hacer, esto es, sobre
gar, individuos sociales conformes a ella la base de la posibilidad de legislar, "lle-
y que la producen a su vez. Incluso si se var a cabo", resolver los litigios y gober-
nace en una sociedad conflictiva, el terre- nar. Las primeras dos funciones pueden
no del conflicto, la puesta en juego y las estar ocultas en la estructura consuetu-
opciones están predeterminadas; incluso dinaria del sistema normativo (y lo han
si se va a llegar a ser filósofo, será esta his- estado, en la mayor parte de las socie-
toria de esta filosofía, y no otra, la que dades arcaicas), pero no puede decirse
constituirá el punto de partida de la re- lo mismo de las dos últimas. Por último,
flexión. Esto se encuentra mucho más y sobre todo, este poder explícito es el
acá, o más allá, de toda intención, volun- garante instituido del monopolio de las
tad, maniobra, conspiración, disposición significaciones legítimas en la sociedad
de cualquier institución, ley, grupo o cla- considerada.
se determinadas. Lo político es todo aquello que con-

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cierne a este poder explícito (los modos por tanto, la repulsa de toda "autori-
de acceso a él, el modo apropiado de dad" que no rinda cuenta y razón, y que
gestionarlo, etc.) no justifique la validez del derecho de
Este tipo de institución cubre la casi sus enunciados. De ello se derivan de
totalidad de la historia humana. Así forma casi inmediata:
ocurre en las sociedades heterónomas:
crean ciertamente sus propias institu- • La obligación de todos de dar cuenta
ciones y significaciones, pero ocultan y razón (logon didonai) de los propios
esta autocreación, imputándola a un actos y de las propias afirmaciones.
fuente extrasocial —los antepasados, • La repulsa de las "diferencias" o "al-
los héroes, los dioses, Dios, las leyes de teridades" (jerarquía) preliminares
la historia o las leyes del mercado—, en en las posiciones respectivas de los
todo caso una fuente exterior a la efec- individuos y, consiguientemente, la
tiva actividad de la colectividad efecti- puesta en cuestión de todo poder
vamente existente. En tales sociedades que dé lugar a ellas.
heterónomas, la institución de la socie- • La apertura de la pregunta sobre las
dad tiene lugar en el cierre del sentido. buenas (o mejores) instituciones, en
Todas las preguntas formulables en la la medida en que dependen de la ac-
sociedad considerada pueden encontrar tividad consciente y explícita de la
respuesta en las significaciones imagi- colectividad; y, por tanto, también
narias, mientras que las que no pueden la apertura de la pregunta sobre la
hacerlo son, más que prohibidas, impo- justicia.
sibles mental y psíquicamente para los
miembros de la sociedad. Se nota fácilmente que estas conse-
Esta situación, por lo que sabemos, só- cuencias conducen a considerar la polí-
lo ha sido rota dos veces en la historia: tica como una tarea que afecta a todos
en la Grecia antigua y en Europa occi- los miembros de la colectividad respec-
dental. Y de esa ruptura somos herede- tiva, una tarea que presupone la igual-
ros, es ella la que nos permite hablar co- dad de todos y trata de hacerla efectiva.
mo hablamos. La ruptura se expresa a Una tarea, pues, que también es de
través de la creación de la política y de transformación de las instituciones en
la filosofía (de la reflexión). Política: el sentido de la democracia. Podemos
puesta en cuestión de las instituciones ahora definir la política como la activi-
establecidas. Filosofía: puesta en cues- dad explícita y lúcida que concierne a
tión de los idola tribus, de las represen- la instauración de las instituciones de-
taciones comúnmente aceptadas. seables, y la democracia como el régi-
En estas sociedades, el cierre del senti- men de autoinstitución explícita y lúci-
do se rompe, o por lo menos tiende a da, tanto como es posible, de
romperse. Esa ruptura —y la actividad instituciones sociales que dependen de
de interrogación incesante que la una actividad colectiva y explícita.
acompaña— implica el rechazo de una Casi no haría falta añadir que esta au-
fuente de sentido diferente a la activi- toinstitución es un movimiento incon-
dad viva de los seres humanos. Implica, tenible, que no pretende lograr una "so-

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ciedad perfecta" (expresión carente de pañeros. La vida se ha hecho más feliz",
sentido), sino una sociedad libre y jus- declaraba Stalin en el apogeo de la mise-
ta, en la medida de la posible. A este ria y del terror en Rusia). Pero estas moti-
movimiento le llamamos el proyecto de vaciones no bastan para justificar la posi-
una sociedad autónoma y, llevado a su ción teórica, que parece una reacción casi
cumplimiento, debe establecer una so- epidérmica a una situación histórica de
ciedad democrática. colosales dimensiones —la emersión del
Surge una pregunta preliminar, ya totalitarismo— que exigía un análisis
planteada efectivamente en la historia: mucho más profundo de la cuestión po-
¿por qué se quiere, por qué se debe que- lítica. El objetivo de la política no es la fe-
rer, un régimen democrático? No lo dis- licidad, sino la libertad. La libertad efecti-
cutiré aquí, limitándome a observar va (no me refiero aquí a la libertad
que esa pregunta implica ya que debe- "filosófica") es lo que llamo autonomía.
mos (o deberíamos) vivir en un régi- La autonomía de la colectividad, que no
men en el que todas las preguntas pue- puede realizarse más que a través de la
den ser planteadas, y eso también es el autoinstitución y el autogobierno explí-
régimen democrático. citos, es inconcebible sin la autonomía
Asimismo, es inmediato que semejante efectiva de los individuos que la compo-
institución, en la que todas las preguntas nen. La sociedad concreta, que vive y
pueden ser planteadas, donde ninguna funciona, no es otra cosa que los indivi-
posición ni status están determinados o duos concretos, efectivos, "reales".
garantizados de partida, define la demo- Pero lo inverso es igualmente cierto: la
cracia como régimen. Volveré sobre ello. autonomía de los individuos es inconce-
bible sin la autonomía de la colectivi-
II dad. En realidad, ¿qué significa, cómo es
posible, qué presupone la autonomía de
los individuos? ¿Cómo se puede ser libre
Se ha objetado que esta visión comporta si se está colocado obligatoriamente ba-
una concepción sustantiva de la felici- jo la ley social? Existe una primera con-
dad de los ciudadanos y que, por tanto, dición: es necesario que se tenga la posi-
desemboca fatalmente en el totalitaris- bilidad efectiva de participar en la
mo (posición explícitamente expresada formación de la ley (de la institución).
por Isaiah Berlin e implícita en las argu- No se puede ser libre bajo una ley si no
mentaciones de Rawls o Habermas)3. se puede decir que esa ley es propia, si
Pero nada de lo dicho hasta ahora alude no se ha tenido la posibilidad efectiva de
a la "felicidad" de los ciudadanos. Se pue- participar en su formación y en su insti-
den comprender las razones históricas de tución (incluso cuando las preferencias
tales objeciones, desde el famoso "la feli- propias no han prevalecido). En vista de
cidad es una idea nueva en Europa" de que la ley es necesariamente universal
Saint Just hasta la monstruosa farsa de los en su contenido y, en una democracia,
regímenes estalinistas, que pretendían es colectiva en su fuente (punto que, en
trabajar por —y realizar— la felicidad del teoría, no discuten los procedimentalis-
pueblo ("La vida se ha hecho mejor, com- tas), de ahí se deriva que la autonomía

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(la libertad) efectiva de todos, en una ca, y la posición explícita de los textos
democracia, debe ser una preocupación fundadores de la Constitución america-
fundamental de cada uno (el "olvido" de na. El hecho de que algunos siglos más
esta evidencia es una de las innumera- tarde, los "pensadores políticos" de la
bles estafas del pseudo-"individualismo" modernidad se comporten psíquica e in-
contemporáneo), ya que la cualidad de telectualmente como "servidores sumi-
la colectividad que adopta decisiones sos y obedientes de vuestra Excelencia"
que nos afectan es algo que nos interesa —Eu. Excellenz untertaenig gehorsams-
de manera vital (en otro caso, nuestra ter Diener4— sorprenderá solamente a
propia libertad se convierte en algo polí- quienes no hayan reflexionado nunca
ticamente irrelevante, estoica o ascéti- sobre la extraña relación entre la mayor
ca). Tengo un interés positivo funda- parte de los intelectuales y los poderes
mental (y también egoísta) en vivir en establecidos5.
una sociedad más cercana a la del Sim- Libertad bajo la ley —autonomía— sig-
posio que a la del Padrino o a la de Da- nifica participación en el posicionamien-
llas. La propia libertad, en su realización to de la ley. Es una tautología afirmar que
efectiva, es función de la libertad efecti- esta participación sólo realiza la libertad
va de los otros. Idea ésta que, ciertamen- cuando ella es igualmente posible para
te, es incomprensible para un cartesiano todos, no en la letra de la ley sino en la
o para un kantiano. efectividad social. De eso se deriva inme-
No hay ninguna duda de que el des- diatamente lo absurdo de la oposición
pliegue y la realización de esta libertad entre igualdad y libertad, repetida a lo
presupone algunas disposiciones institu- largo de varios decenios. A menos que se
cionales precisas, incluidas algunas dis- las tome en acepciones totalmente enga-
posiciones "formales" y "procedimenta- ñosas, las dos nociones se implican recí-
les": los derechos individuales (Bill of procamente6. La igual posibilidad efecti-
Rights), las garantías judiciales (due pro - va de participación comporta el reco-
cess of law; nullum crimen, nulla poena si - nocimiento efectivo de las condiciones
ne lege), la separación de poderes, etc. Pe- de todo orden para esta participación.
ro las libertades a las que dan resultado Las implicaciones son manifiestamente
son estrechamente defensivas (negati- inmensas y abarcan una parte considera-
vas). Todas estas disposiciones presupo- ble de la institución global de la sociedad;
nen —y se trata del postulado tácito ca- pero el punto de apoyo arquimédico es
si general en lo que pasa por ser filosofía evidentemente la paideia [educación] en
política moderna— que haya ahí delan- su sentido más profundo y duradero, so-
te un poder extraño a la colectividad, bre el que tornaré.
inamovible, inatacable, por esencia hos- Por consiguiente, no es posible reali-
til y peligroso, cuya potencia se preten- zar una "democracia procedimental"
de limitar en la medida que sea posible. que no sea un fraude, si no se intervie-
Reencontramos así la filosofía tácita de ne profundamente sobre la organiza-
los comunes ingleses respecto al monar- ción de la vida social.

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III de los partidos). Se puede dar una defi-
nición de democracia tan buena como
cualquier otra: la democracia es el régi-
La lengua griega antigua y la práctica men en el que la esfera pública se hace
política de los atenienses ofrecen una verdadera y efectivamente pública, per-
distinción preciosa —y, en mi opinión, tenece a todos, está efectivamente
de validez universal— entre tres esferas abierta a la participación de todos.
de la actividad humana, que, a su vez, El oikos, la casa-familia, la esfera priva-
la institución global de la sociedad de- da, es el campo en el que, formalmente
be separar y articular: el oikos, el ágora y como principio, el poder ni puede y ni
y la ecclesia, que, traducidos libremente, debe intervenir, aunque, como es usual
serían la esfera privada, la esfera priva- en este campo, eso ni puede y ni debe
da/pública y la esfera (formalmente y entenderse en sentido absoluto: la ley
en sentido fuerte) pública, que corres- penal prohíbe atentar contra la vida o la
pondería con lo que más arriba he defi- integridad física de los miembros de la
nido como poder explícito. Noto en propia familia, la enseñanza de los niños
passant que esta distinción fundamen- se ha hecho obligatoria incluso bajo los
tal se encuentra en los hechos y en el gobiernos más conservadores, etc.
lenguaje, pero no fue explicitada en ta- El ágora, el mercado-lugar de reunión,
les términos en la época clásica, ni tam- es el campo en el que los individuos se
poco por el pensador clásico de la de- encuentran libremente, discuten, con-
mocracia, Aristóteles, excepto par- tratan recíprocamente, publican y com-
cialmente. Estas esferas no son neta- pran libros, etc. Tampoco aquí, formal-
mente distintas (y precisamente articu- mente y como principio, puede ni debe
ladas) salvo en un régimen democráti- intervenir el poder, aunque tampoco
co. Bajo un régimen totalitario, por puede entenderse eso en sentido absolu-
ejemplo, la esfera pública absorbe cual- to. La ley impone el respeto de los con-
quier cosa, y, al mismo tiempo, en rea- tratos privados, prohíbe el trabajo de los
lidad no es pública en absoluto, pues niños, etc. En realidad, nunca acabaría-
constituye la propiedad del aparato to- mos de enumerar los puntos sobre los
talitario que detenta y ejercita el poder. que el poder, también en los Estados
Las monarquías absolutas tradicionales más "liberales" (en el sentido del libera-
respetaban, en teoría, la independencia lismo capitalista), interviene en este
de la esfera privada, del oikos, y sólo in- campo (un ejemplo que se pondrá des-
tervenían moderadamente en la esfera pués: el Presupuesto), ni tampoco las
privada/pública, el ágora. Paradójica- disposiciones a través de las que lo hace.
mente, las pseudodemocracias occiden- La ecclesia, termino aquí utilizado me-
tales contemporáneas, de hecho, han tafóricamente7, es el lugar del poder, el
transformado, en gran medida, la esfe- campo público/público. El poder inclu-
ra pública en privada: las decisiones ye a los poderes, y éstos, a su vez, deben
verdaderamente importantes se toman estar separados y articulados. Me remi-
en secreto y tras los bastidores (del Go- to a otros textos donde he tratado más
bierno, del Parlamento, de los aparatos ampliamente el tema8 y me limitaré

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ahora a algunos puntos relevantes para caso de los regímenes "democráticos" oc-
la presente discusión. cidentales), pero no aplica ni cumpli-
Si se considera concretamente la activi- menta, por lo común, las leyes. La ley (en
dad de las diferentes ramas del poder, es- general, la Constitución) establece que el
tá claro que no existe un campo en el que Gobierno debe presentar cada año un
se puedan asumir y adoptar decisiones proyecto de presupuestos ante el Parla-
sin tomar en consideración apreciaciones mento, y que éste (compartiendo en este
sustanciales. Lo que vale tanto para la le- caso una función de gobierno y no "le-
gislación como para el gobierno, para el gislativa") debe expresar su voto, con o
Ejecutivo como para el Judicial. sin enmiendas al texto original; lo que la
De hecho, es imposible imaginar una ley no dice, y no podría nunca decir, es
ley —excepción hecha, particularmente, qué debe haber dentro de dicho Presu-
de las leyes de procedimiento— que no puesto. Es totalmente evidente que es im-
decida sobre cuestiones sustantivas. Ni la posible imaginar un Presupuesto que no
prohibición de homicidio queda exclui- esté imbuido de cabo a rabo, tanto para
da, como testimonian las múltiples res- los ingresos como para los gastos, por de-
tricciones, excepciones y cualificaciones cisiones sustantivas inspiradas en ciertos
de que está rodeada, siempre y en todas objetivos y en ciertos "valores" hacia cuya
partes. Lo mismo puede decirse sobre la realización apunta. Más en general, todas
"aplicación" de estas leyes, tanto desde el las decisiones no banales de gobierno
judicial como desde el Ejecutivo9. El juez afectan y vinculan el futuro, en una os-
no puede (y, en todo caso, no debe) ser curidad radical y radicalmente inevitable.
nunca un Paragraphen/automat, porque se Tienden a orientar la evolución de la so-
encuentra siempre con los "vacíos del de- ciedad, en la medida en que ésta depen-
recho" (Rechtslucken), pero sobre todo de de ellas, en una dirección que se pre-
porque siempre hay un problema de in- fiere a otra. ¿Cómo podrían acometerse
terpretación de la ley y, más profunda- tales decisiones sin apelar, aunque sea tá-
mente, un problema de equidad10. Tanto citamente, a opciones sustantivas?
la interpretación como la equidad son in- Podría aducirse que bien podría darse
concebibles sin recurrir e invocar al "espí- que todas estas decisiones explícitas
ritu del legislador", y lo mismo ocurre (particularmente las legislativas y de go-
con sus "intenciones"11 y los valores sus- bierno) sólo apuntasen a la conserva-
tantivos hacia los que se supone que este ción del estado de cosas existente, o a la
último mira. Las cosas se plantean de la preservación de la libertad de la socie-
misma forma respecto a la administra- dad (no "política") para hacer emerger
ción, en la medida que ésta última no po- de sí misma y desplegar las "formas de
dría "aplicar" las leyes y los decretos sin vida sustancial" que le son gratas. Pero
interpretarlos. Y lo mismo puede decirse, este argumento contiene, aunque sea
en el máximo grado posible, sobre el Go- implícitamente, una aserción de valora-
bierno. La función de gobierno es "arbi- ción positiva de las formas y de los con-
traria". Se desenvuelve en el marco de la tenidos ya existentes de la vida social, ya
ley y está vinculada a la ley (esto se refie- sean herencia de tiempos inmemoriales,
re evidentemente a lo que se considera el ya sean producto de la actividad con-

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temporánea de la sociedad. Para poner humanos que deben poder, deber y es-
un ejemplo familiar al lector de hoy, el tar obligados a aplicar este procedi-
"liberalismo" extremo remite a una afir- miento según su "espíritu". ¿Pero quié-
mación de sustancia: aquello que "los nes son estos seres humanos, de dónde
mecanismos del mercado" o la "libre ini- vienen? Esta pregunta sólo se podría
ciativa económica", etc., producen, es eludir desde la ilusión metafísica del in-
"bueno" o "el menor mal posible", o bien dividuo-sustancia, preformado en sus
dice que ningún juicio de valor sobre determinaciones esenciales, para el que
ello ser expresado (las dos afirmaciones, su pertenencia a un ambiente histórico-
evidentemente contradictorias, han sido social definido sería accidental, como
sostenidas simultánea o sucesivamente lo sería el color de los ojos, postulando
por F. von Hayek, por ejemplo). Afirmar así la existencia efectiva (que se en-
que ningún juicio de valor puede ser ex- cuentra en la política efectiva, no en las
presado sobre aquello que la sociedad ficciones "contrafactuales"), la existen-
"espontáneamente" produce, impele ha- cia de átomos humanos —ya dotados
cia el nihilismo histórico total y termina no sólo de "derechos", etc., sino de una
afirmando, por ejemplo, que cualquier conciencia perfecta de las disposiciones
régimen (estalinista, nazi u otro) equiva- del derecho (sin la que sería necesario
le a cualquier otro. Considerar que todo legitimar una división del trabajo esta-
aquello que la tradición o, lo que es lo blecida de una vez por todas entre "sim-
mismo, la sociedad, produce espontáne- ples ciudadanos" y jueces, administra-
amente es bueno o el menor mal posible dores, legisladores, etc.)— que
fuerza a tratar de demostrar, en cada ca- tenderían por sí mismos, ineludible e
so y en cada ejemplo preciso, porque eso independientemente de toda forma-
sería así y, por tanto, fuerza a entrar en ción, historia personal, etc., a compor-
una discusión sustantiva. tarse como átomos jurídico-políticos.
Ya que nadie en posesión de sus facul- Esta ficción del homo juridicus es tan ri-
tades mentales podría rechazar estas dícula e inconsistente como la del homo
constataciones, la duplicidad del punto oeconomicus, y ambas presuponen la
de vista procedimental se hace clara: no misma metafísica antropológica.
se trata de negar que las decisiones que Para el punto de vista procedimental,
implican cuestiones de sustancia deban los seres humanos (o una parte sufi-
ser tomadas, sea cual sea el tipo de régi- ciente de ellos) deberían ser puros en-
men considerado, sino de afirmar que, tendimientos jurídicos. Pero los indivi-
en un régimen "democrático", solamen- duos efectivos son otra cosa muy
te son relevantes la "forma" o el "proce- distinta. Estamos obligados a tomarles
dimiento" para la toma de esas decisio- como vienen, forjados ya por la socie-
nes, es decir, que esta "forma" o este dad, con su historia, sus pasiones, sus
"procedimiento" por sí mismos caracte- múltiples pertenencias particulares, tal
rizan un régimen "democrático". y como han sido construidos en el pro-
Con todo, admitamos que las cosas se- ceso histórico-social y en la institución
an así. Pero todo "procedimiento" debe dada de la sociedad. Porque seríamos
ser aplicado por seres humanos. Seres diversos, sería necesario que esta insti-

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tución, en los aspectos sustanciales y plica que tome en cuenta consideracio-
sustantivos, fuese diversa. Incluso si su- nes sustantivas. Todo esto va mucho
ponemos una democracia caída del cie- más allá del procedimentalismo.
lo, tan completa y perfecta como se La segunda es que, para que los indivi-
quiera, esta democracia no podría durar duos sean capaces de hacer funcionar
más que algunos años a menos que pro- los procedimientos democráticos según
duzca los individuos que le correspon- su "espíritu", es necesario que una parte
den y que son, ante todo y sobre todo, importante del trabajo de la sociedad y
capaces de hacerla funcionar y de re- de sus instituciones se dirija hacia la
producirla. No puede haber sociedad producción de individuos que se corres-
democrática sin paideia democrática. pondan con esta definición, esto es,
La concepción procedimental, salvo mujeres y hombres democráticos tam-
caer en la incoherencia, está obligada a bién en el sentido estrechamente proce-
introducir subrepticiamente —o llevar dimental del término. Pero entonces es
hasta— al menos dos juicios de sustan- preciso afrontar el dilema siguiente: o
cia y de hecho: esta educación de los individuos es dog-
mática, autoritaria, heterónoma —y la
• Las instituciones efectivas, dadas, de pretensión democrática se convierte en
la sociedad son, tal y como son, el equivalente político de un ritual reli-
compatibles con el funcionamiento gioso—; o bien, los individuos que de-
de procedimientos "verdaderamen- ben "aplicar el procedimiento" —votar,
te" democráticos. legislar, seguir las leyes, gobernar— han
• Los individuos, tal como son cons- sido educados de manera crítica. En tal
truidos por esta sociedad, pueden ha- caso, es necesario que este espíritu críti-
cer funcionar los procedimientos esta- co sea valorizado, en cuanto tal, por la
blecidos en su "espíritu" y defenderlos. institución de la sociedad, y entonces se
abre la Caja de Pandora de la puesta en
Estos juicios tiene múltiples presuposi- cuestión de las instituciones existentes,
ciones y comportan numerosas conse- y la democracia vuelve a ser movimien-
cuencias. Mencionemos dos. La primera to de autoinstitución de la sociedad, es-
es que nos encontramos nuevamente to es, un nuevo tipo de régimen en el
con la cuestión fundamental de la equi- sentido pleno del término.
dad, no en el sentido sustantivo, sino Los periodistas y también algunos filó-
ante todo en el sentido estrechamente sofos políticos que parecen ignorar to-
lógico ya establecido por Platón y Aris- talmente las largas disputas de la "filoso-
tóteles12. Hay siempre inadecuación en- fía del derecho" de los dos últimos
tre la materia a juzgar y la forma misma siglos, hablan constantemente del "Esta-
de la ley, pues la primera es necesaria- do de derecho". Pero si el "Estado de de-
mente concreta y específica y la segunda recho" (Rechtstaat) es una cosa distinta
es abstracta y universal. Esta inadecua- del "Estado de la ley" (Gesetzstaat)13 no
ción no puede ser colmada más que con es sino porque aquel va más allá de la
el trabajo creador del juez "que se pone simple conformidad con "procedimien-
en el puesto del legislador", lo que im- tos", planteando la cuestión de la justi-

94
cia e implicando incluso a las reglas jurí- una planta sino que debe ser un objeto
dicas ya existentes. Pero la cuestión de la central de las preocupaciones políticas.
justicia es la cuestión de la política, de Los procedimientos democráticos cons-
cuándo la institución de la sociedad ha tituyen una parte, ciertamente impor-
dejado de ser sagrada o tradicional. Des- tante, pero sólo una parte, de un régi-
de entonces, el "reino de la ley" no pue- men democrático. Y deben ser
de eludir la pregunta ¿qué ley, por qué verdaderamente democráticos, en su es-
esta ley y no otra? Ni siquiera la res- píritu. En el primer régimen que se pue-
puesta "formalmente democrática" —la de llamar, a pesar de todo, democrático,
ley es ley porque representa la decisión el régimen ateniense, fueron instituidos
de mayoría (omitimos evidentemente el no como simples "medios", sino como
saber si realmente lo es)— impide la pre- momento de encarnación y de la facili-
gunta: ¿y por qué debe ser así? Si la jus- tación de los procesos que lo realizaban.
tificación de la regla de la mayoría es es- La rotación, el sorteo, la decisión tras la
trechamente "procedimental" —por deliberación de todo el cuerpo político,
ejemplo, porque es necesario que toda las elecciones y los tribunales populares,
discusión tenga término—, entonces no se basaban tanto sobre el postulado
cualquier regla podría tener la misma de la igual capacidad de todos para asu-
justificación: sortear la decisión, por mir las cargas públicas, sino más bien
ejemplo. La regla mayoritaria no puede constituían las piezas de un proceso po-
ser justificada si no se admite el valor lítico educativo, de una paideia activa,
igual, en el campo de lo contingente y lo que pretendía ejercitar y también desa-
probable, de las doxai [opiniones] de in- rrollar entre ellos todas las capacidades
dividuos libres14. Pero si este igual valor correspondientes, y, por tanto, hacer el
no debe quedarse reducido a un "princi- postulado de la igualdad política tanto
pio contrafactual", un engaño pseudo- más posible por estar más próximo a la
trascendental, entonces es tarea perma- realidad efectiva.
nente de la institución de la sociedad
producir individuos de los que puede IV
postularse razonablemente que sus opi-
niones tienen el mismo peso en el cam-
po político. Una vez más, la cuestión de En verdad, las raíces de estas confusio-
la paideia se revela ineliminable. nes no son solamente "ideales", en el
La idea de que el "derecho positivo" y sentido de que no deben ser buscadas
sus procedimientos puedan separarse de esencialmente o exclusivamente en "fal-
los valores sustantivos es un espejismo. sas ideas", en la misma medida en que
También lo es la idea de que un régimen no son solamente "materiales", en el
democrático podría recibir de la histo- sentido de que no deben entenderse co-
ria, ready made [confeccionados], indivi- mo mera expresión, más o menos cons-
duos democráticos que le harían fun- ciente, de intereses, pulsiones, posicio-
cionar. Tales individuos sólo pueden ser nes sociales, etc. Se apoyan sobre el
formados dentro, y a través, de una pai- imaginario histórico-social de la edad
deia democrática, que no brota como "política" moderna, desde su prehisto-

95
ria, pero ante todo sobre su carácter an- una precondición para el desarrollo del
tinómico. Ahora no es posible dedicarse capitalismo (consideremos de nuevo el
a hacer una dilucidación de esto, así que ejemplo de Japón). Por fin, y sobre todo,
me limitaré al intento de seleccionar al- estos derechos y libertades no son en
gunos puntos relevantes de la constela- absoluto "formales": por el contrario,
ción de ideas en cuyo interior y a través corresponden a rasgos de vital necesi-
de las cuales se ha expresado este imagi- dad en todo régimen democrático. Sin
nario en la esfera política. Comenzaré in embargo, son parciales y, como se ha di-
media res. Es conocida la crítica habitual cho antes, esencialmente defensivos.
que el marxismo dirigía a los derechos y También la cualificación de "negativos"
a las libertades "burguesas" (y que se re- (I. Berlin) es inadecuada. El derecho a
monta, sea lo que quiera que se diga, a reunirse, a manifestarse, a publicar un
Marx mismo): se tratarían de libertades periódico o un libro no es "negativo": su
y derechos simplemente "formales", es- ejercicio constituye una componente de
tablecidos más o menos en interés del la vida social y política y puede tener y
capitalismo. Crítica incorrecta por mu- tiene necesariamente efectos importan-
chas razones. Estos derechos y liberta- tes sobre ella. Otra cosa es que pueda ser
des no han nacido con el capitalismo ni obstaculizado por las condiciones efec-
han sido reconocidos por él. Reivindica- tivas o, como ocurre hoy en los países
dos inicialmente por la protoburguesía ricos, que pueda ser reducido a un papel
de las comunas desde el siglo X, han si- más o menos fútil a causa del marchita-
do arrancados, conquistados, impuestos miento político general. Precisamente,
a través de luchas seculares del pueblo una parte principal de la lucha por la
(en las que no sólo han jugado un papel democracia apunta hacia la instaura-
importante los estratos desfavorecidos, ción de las condiciones reales que per-
sino también la pequeña burguesía). mitan a todos el ejercicio efectivo de es-
Allá donde solamente han sido impor- tos derechos. Recíprocamente, esta falaz
tados, han sido casi siempre débiles y denuncia del carácter "formal" de los de-
frágiles (consideremos el caso de los pa- rechos y libertades "burguesas" ha teni-
íses de América Latina o Japón). Ade- do resultados catastróficos, sirviendo de
más, estos derechos y libertades no se trampolín a la instauración del totalita-
corresponden con el "espíritu" del capi- rismo leninista y dando cobertura a su
talismo; este último exige más bien el continuación a través del estalinismo.
one best way de Taylor o la "jaula de hie- Estas libertades y derechos no son, por
rro" de Max Weber. Igualmente falsa es tanto, "formales": son parciales y, en la
la idea de que representarían la premisa realidad social efectiva, esencialmente
política de la concurrencia en el merca- defensivos. Por la misma razón, no son
do económico, pues ésta es solamente "negativos". La expresión de I. Berlin
un momento, ni espontáneo (Polanyi) pertenece al contexto y al patrimonio
ni permanente del capitalismo, cuya histórico al que he hecho referencia al
tendencia interna conduce al monopo- principio. Corresponde a la actitud sub-
lio, al oligopolio o a las coaliciones en- yacente, cuasipermanente, de las socie-
tre capitalistas. Y tampoco constituyen dades y poblaciones europeas (no sólo

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de éstas, pero de ellas estamos hablando legislativa, de gobierno o judicial, toma-
aquí) respecto al poder. Precisamente da por "representantes", ministros o jue-
cuando se ha roto, al menos en parte, el ces togados. Como ya se ha dicho, nun-
imaginario milenario de la realeza del ca puede ejercerse, por ejemplo, un
derecho divino (ratificado y reforzado sistema de derecho que sea completa-
por el cristianismo, "todo poder viene de mente (o esencialmente) Wertfrei, neu-
Dios"), sigue subsistiendo con no menos tro en cuanto a valores. El reconoci-
intensidad la representación del poder miento de una esfera libre de "actividad
como extraño a la sociedad, frente a ella privada" —cualesquiera que sean sus lí-
y opuesto a ella. El poder son "ellos" (us mites— procede asimismo de la afirma-
and them, sigue diciéndose en inglés), ción de un valor sustantivo y que pre-
nos es hostil como norma y se trata de tende tener validez universal: es bueno
contenerlo dentro de sus límites y de de- para todos que los individuos se muevan
fendernos ante él. Solamente en las épo- libremente dentro de la esfera de la acti-
cas revolucionarias, en la Nueva Inglate- vidad privada reconocida y garantizada
rra o en Francia, la frase we the people por la ley. La delimitación de estas esfe-
[nosotros, el pueblo] o el término Na- ras, el contenido de las eventuales san-
ción, adquieren un sentido político y se ciones en caso de ser transgredidas por
declara que la soberanía pertenece a la otras, debe necesariamente recurrir a al-
nación, frase que será rápidamente va- go distinto que una concepción formal
ciada de su contenido a través de la "re- de la ley, como sería fácil demostrar a
presentación". En semejante contexto, propósito de cualquier sistema de dere-
se comprende que los derechos y liber- cho positivo (para poner un ejemplo, es
tades ha ser considerados como instru- imposible establecer una graduación de
mentos de defensa contra un Estado la gravedad de los delitos y de las penas
omnipotente y esencialmente extraño. sin establecer un "parangón" entre el va-
I. Berlin opone a estas libertades "nega- lor de la vida, de la libertad —la pri-
tivas", las únicas aceptables en su opi- sión—, el dinero, etc.).
nión, una idea de la libertad "positiva" Implícita en la argumentación de Ber-
emparentada con la concepción demo- lin hay otra confusión: entre el Bien co-
crática antigua (griega) según la cual to- mún y la felicidad. El fin de la política
dos los ciudadanos deben tomar parte no es la felicidad, que solamente puede
del poder. Esta idea, según ese autor, se- ser un asuntos privado15, es la libertad y
ría potencialmente autoritaria pues pre- la autonomía individual y colectiva. Pe-
supondría la imposición de una concep- ro no puede ser solamente la autono-
ción positiva, y colectivamente mía, porque entonces se recaería de
(políticamente) determinada, del Bien nuevo en el formalismo kantiano y ba-
común o del bien vivir. Muchas son las jo todas las legítimas críticas de las que
grietas en ese razonamiento. La libertad ha sido objeto desde su origen. Como
efectiva (mejor que "positiva") de todos he dicho en otro lugar16 , queremos la
mediante la participación en el poder no libertad al mismo tiempo por sí misma
implica una concepción del Bien común y para hacer alguna cosa, para poder
más de lo que lo haga cualquier decisión hacer cosas. Y bien, una inmensa parte

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de esas cosas no estamos en condicio- por todas una "felicidad" y un "bien co-
nes de hacerlas solos, o bien dependen mún", y, si es posible, hacerles coincidir.
fuertemente de la institución global de En el marco del pensamiento heredado,
la sociedad, y, generalmente, las dos esta determinación tenía que ser univer-
circunstancias se verifican simultánea- sal, válida para todo tiempo y lugar, y, al
mente. Eso implica necesariamente una mismo tiempo, establecida de algún
concepción, aunque sea mínima, del modo a priori. esta es la raíz del "error" de
Bien común. la mayor parte de los filósofos que han
Es cierto, como he recordado al co- escrito sobre política, y del error simétri-
mienzo del texto, que Berlin no ha crea- co de aquellos otros que, para evitar lo
do esta confusión, limitándose a com- absurdo de las consecuencias de esta so-
partirla. Ella proviene de lejos, y es tanto lución —Platon, por ejemplo, que legis-
más necesario disiparla. La distinción a laba sobre modos musicales permitidos
restablecer es antigua (y su olvido por y prohibidos para toda "buena" socie-
los teóricos modernos tiene aún menos dad— se han reducido a rechazar la pre-
excusa). Se trata de la distinción entre la gunta misma, abandonándola al libre
felicidad, hecho estrictamente privado, arbitrio de cada uno. No puede haber fi-
y el Bien común (o la buena vida), im- losofía que defina para todos qué es la
pensable sin referirse al campo público y felicidad, y menos aún que la quiera im-
al campo público/público (el poder). Es poner a través de decisiones políticas. La
la misma, en términos diferentes pero felicidad pertenece a la esfera privada y
que enriquecen la discusión, que la dis- privada/pública. No pertenece a la esfera
tinción entre eudaimonia, la felicidad, pública/pública en cuanto tal. La demo-
que no es eph'hemin, no depende de no- cracia, como régimen de la libertad, ex-
sotros, y el eu zein, el bien vivir, que, en cluye ciertamente que una "felicidad"
gran parte, depende de nosotros, indivi- pueda ser presentada, en sí misma o en
dual y colectivamente (ya que depende sus "medios", como políticamente obli-
tanto de nuestros actos como de los que gatoria. Se puede añadir: ninguna filoso-
nos circundan, y, en un nivel a la vez fía en ningún momento puede definir
más abstracto y más profundo, de las un "bien común" sustantivo, y ninguna
instituciones de la sociedad). Se pueden política puede esperar para actuar a que
casar ambas distinciones, afirmando que la filosofía haya establecido semejante
la realización del bien común es la con- bien común17.
dición del buen vivir. Pero las preguntas que se plantean en
¿Pero qué determina o define el buen la esfera pública/pública (a la legisla-
vivir? Quizá una las razones principales ción, al gobierno) no pueden siquiera
de la confusión que rodea la pregunta es ser discutidas sin una visión del bien
que la filosofía ha pretendido poder dar común. El bien común es, al mismo
esta determinación o definición. Esto ha tiempo, una condición de la felicidad
ocurrido porque el papel de pensadores individual y también atañe a las obras y
de la política ha sido jugado principal- trabajos que la sociedad —feliz o no—
mente por filósofos, y éstos, por profe- querría ver realizadas.
sión, querrían determinar de una vez Esto no afecta sólo al régimen democrá-

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tico. El análisis ontológico muestra que tramos, al menos, una componente del
ninguna sociedad puede existir sin una bien común democrático, sustantivo y
definición, más o menos segura, de los no relativo: la ciudad debe hacer todo lo
valores sustantivos compartidos, de los posible para ayudar a los ciudadanos a
bienes sociales comunes (los public goods llegar a ser efectivamente autónomos.
de los economistas sólo son una parte de Esa es, ante todo, una condición de su
ellos). Estos valores representan una par- existencia en tanto que ciudad demo-
te esencial de las significaciones imagina- crática: una ciudad está hecha de ciuda-
rias sociales establecidas. Definen el em- danos, y ciudadano es aquel que es "ca-
puje de cada sociedad; suministran paz de gobernar y de ser gobernando"
normas y criterios no formalmente insti- (Aristóteles). Pero es también, como ya
tuidos (por ejemplo, los griegos distinguí- he dicho, una condición positiva del
an entre dikaion y kalon); finalmente, sos- bien vivir de cada uno, dependiente de
tienen el mandato institucional la "cualidad" de los otros. Y la realiza-
explícito. Un régimen político no puede ción de este objetivo —ayudar a los ciu-
ser totalmente agnóstico en cuanto a va- dadanos para que lleguen a ser autóno-
lores (o morales, o éticas). Por ejemplo, el mos, la paideia en la acepción más
derecho no puede hacer otra cosa que ex- fuerte y profunda del término— es im-
presar una concepción común (o domi- posible sin decisiones políticas sustanti-
nante, bien o mal aceptada) del "mínimo vas, que, por otra parte, no pueden de-
moral" implicado en la vida en sociedad. jar de ser tomadas en cualquier tipo de
Pero estos valores y esta moralidad son régimen y en cualquier caso.
creación colectiva anónima y "espontá- La democracia como régimen es, por
nea". Pueden ser modificados bajo la in- tanto, al mismo tiempo, el régimen que
fluencia de una acción consciente y de- intenta realizar, tanto como resulta po-
liberada, pero es necesario que esta sible, la autonomía individual y colecti-
última incida sobre otros estratos del ser va, y el bien común tal como es conce-
histórico-social, no solamente por los bido por la colectividad considerada.
afectados por la acción política explíci-
ta. En todo caso, la cuestión del bien co- V
mún pertenece al campo del hacer his-
tórico-social, no al de la teoría. La
concepción sustancial del bien común, El ser humano singular reabsorbido en
en cualquier caso, es creación histórico- "su" colectividad, en la que, evidente-
socíal, y, evidentemente, se encuentra mente, se encuentra por azar (el azar de
tras todo derecho y todo procedimien- su nacimiento en determinado lugar y
to. Esto no conduce al simple "relativis- determinado momento), por un lado, y
mo", cuando se vive en un régimen de- por otro, este mismo ser separado de to-
mocrático en el que la interrogación da colectividad, contemplando la socie-
queda abierta efectivamente y de forma dad a distancia y procurando ilusoria-
permanente, lo que presupone la crea- mente considerarla al mismo tiempo
ción social de individuos capaces de in- como un artefacto y como un mal ne-
terrogarse efectivamente. Aquí encon- cesario, son dos consecuencias del mis-

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mo desconocimiento, que se pone de pensamiento, pueden ayudarnos a limi-
manifiesto en dos niveles: tar, o mejor a transformar, la parte
enorme de contingencia que determina
• Como desconocimiento de lo que nuestra vida a través de la libre acción.
son el ser humano y la sociedad, de lo Sería ilusorio afirmar que ellas ayudan a
mostrado por el análisis de la huma- "asumir libremente" las circunstancias
nización del ser humano como socia- que no hemos escogido y que no po-
lización y la encarnación-materializa- dremos nunca escoger. El hecho mismo
ción de lo social en el individuo. de que un filósofo pueda pensar y escri-
• Como desconocimiento de lo que es bir que la libertad es la conciencia de la
la política en cuanto creación onto- necesidad (independientemente de to-
lógica en general -creación de un ti- da consideración sustantiva sobre el
po de ser que se da explícitamente, sentido de esa frase) está condicionado
aunque en parte, las leyes de su pro- por una miríada no numerable de otros
pia existencia y, al mismo tiempo, hechos contingentes. La simple con-
en cuanto proyecto de autonomía ciencia de la mezcolanza infinita de
individual y colectiva. contingencia y necesidad —de con-
tingencia necesaria y de necesidad en
La política democrática es, en los he- último análisis contingente— que con-
chos, la actividad que intenta reducir, diciona lo que somos, lo que hacemos,
tanto como sea posible, el carácter con- lo que pensamos, está bien alejada de
tingente de nuestra existencia históri- ser libertad. Pero es condición de esta li-
co-social en sus determinaciones sus- bertad, condición requerida para em-
tantivas. Ni la política democrática en prender lúcidamente las acciones que
los hechos, ni la filosofía en la idea, pueden conducirnos a la autonomía
pueden suprimir aquello que, desde el efectiva tanto en el plano individual
punto de vista del ser humano singular como en el plano político.
y de la humanidad en general, aparece
como el azar radical (que Heidegger ve - Notas
ía en parte, pero restringía extrañamen-
te al ser humano singular, bajo el título 1 Ver mi texto "Pouvoir,politique,autonomie"
de Geworfenheit, abandono o "estar- (1988),reeditado en Le monde morcelé-Les Ca -
rrefours du labyrinthe III, París, Le Seuil, 1990,
arrojado"), haciendo así que haya un pp.117-124.
forma de ser, que esto se manifieste co- 2 Sanciones legítimas respecto al derecho posi-
mo mundo, que dentro de este mundo tivo, no en absoluto.
haya una forma de vida, y en esta vida 3 Para Habermas, ver su último "ThreeModels
of Democracy", en Costellations, Vol. I, nºl,
haya una especie humana, en esta espe- abril 1994, pp.1-10.
cie una cierta formación histórico-so- 4 Términos de la dedicatoria de la Crítica de la
cial y en esta formación, en tal lugar y razón pura, Koenigsberg, 29 marzo 1781, al
momento, florezca en un vientre entre Freiherr Van zedlitz, ministro de estado del
rey de Prusia.
millones, aparezca este pedazo de carne 5 Ver mi "Les intellectuels et l'histoire" (1987),
que berrea, y no otro. Pero ambas, polí- reeditado en Le Monde morcelé, op.cit.,
tica democrática y filosofía, praxis y pp.103-111.

100
6 Ver mi texto (1981), reeditado en Domaines cláusula particular en el sistema jurídico en
de l'homme-Les Carrefours du labyrinthe, París, su conjunto, que evoluciona continuamente.
Le Seuil, 1986, pp.307-324. 12 Ver mi texto citado en la nota 10.
7 Términos que empleo simbólicamente (y por 13 Desde muchos siglos antes de la Revolución
abuso del lenguaje). La Asamblea ateniense Francesa, la Monarquía, absoluta o "ilustra-
no ejercitaba el Poder Judicial y no hacía más da" realizaba en la mayor parte de los países
que supervisar al "Ejecutivo" en el sentido de Europa Occidental un "Estado de ley".
que se da a tal término (administración). "Aquí hay jueces en Postdam", replicaba el
8 Ver mi "Fait et á faire", en Autonomie et auto- molinero prusiano a Federico el Grande.
trasformation de la societé, la philosophie mili - 14 Poco más o menos así lo justificaba Aristóte-
tante de Cornelius Castoriadis, Ginebra-París, les en La Constitución de los atenienses, XLI
Droz, 1989, en particular pp.500-513. 15 Ver "Racines subjetivas du projet révolution-
9 Aquello que en el lenguaje filosófico y cons- naire" en la primera parte (1964-65) de mi li-
titucionalista moderno se denomina "Ejecu- bro L'Institution imaginaire de la Societé, París,
tivo", se escinde en dos: poder (o funciones) Le Seuil, 1975, pp.126-127.
de gobierno y poder (o funciones) adminis- 16 Ver mi texto "La polis grecque et la création
trativo. El "Gobierno", en cuanto gobierno, de la démocratie" (1982), reeditado en Do -
no "ejecuta" las leyes, esencialmente actúa maines de l'homme, op.cit., en particular
(gobierna) en el cuadro de las leyes. La admi- pp.287-296.
nistración, en la medida en que no puede ser 17 Ciertamente, sería difícil para un filósofo
"mecanizada" enteramente, no pude tampo- sostener que una sociedad en la que la filo-
co escapar a las cuestiones de interpretación, sofía es imposible valga, a sus ojos, tanto co-
como las evocadas en el texto. mo otra en la que es practicada. Pero, a falta
10 Ver mi análisis de las ideas de Aristóteles so- de una aclaración suplementaria (y larga) del
bre ese tema, en "Valeur, égalité,justice, poli- contenido del término filosofía, esto no defi-
tique: de Marx á Aristote et d'Aristote á nous" ne políticamente un tipo de sociedad. Ha ha-
(1975), reeditado en Les Carrefours du laby - bido una, o, al menos, una cierta filosofía en
rinthe, París, Le Seuil, 1978, especialmente pp la India y en China (por no hablar del Islam
274-306. y de la Europa medieval). Pero de ahí no se
11 No se trata evidentemente de las intenciones deriva que una sociedad de castas o con un
"históricamente establecidas", sino de la in- mandarinato equivalga políticamente a una
serción necesaria —y problemática— de toda sociedad democrática.

101

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