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TRABAJO DE REVISIÓN

Virus de Epstein-Barr y su relación con el desarrollo de


enfermedades.
Ailyn Amalia Huerta Hernández, Alicia Michelle Torija Ramírez, Angel Alberto Gallegos

Guzmán, Gloria Mendoza Merino & Mario López Fernández.

RESUMEN

El virus de Epstein Barr (EBV) pertenece a la familia Herpesviridae en la subfamilia gamma. La

infección primaria y la enfermedad reactivada por un dicho virus pueden afectar diferentes tipos de

células y presentar diferentes cuadros clínicos. La infección durante la infancia es generalmente

asintomática, la infección primaria durante la adolescencia y la etapa adulta provoca una mononucleosis

infecciosa positiva para anticuerpos heterófilos. Establece dos tipos de infecciones en las células: latente

y lítica, este persiste el resto de la vida en el paciente infectado. Además, EBV es asociado con varias

neoplasias malignas humanas; linfoma de Burkitt, enfermedad de Hodgkin, carcinoma nasofaringeo,

cáncer gástrico, linfoma T / NK y linfomas asociados al SIDA o al trasplante. El microorganismo puede

sufrir una reactivación de la latencia, la cual se presenta generalmente en pacientes con estados de

inmunosupresión, el mecanismo se ve regulado por la expresión del gen temprano-intermediario, BamHI

Z. EBV es un virus ubicuo, este es transmitido por medio de la saliva, presenta un mayor número de

contagios durante la infancia. Hasta el momento no ha sido establecido tratamiento.

INTRODUCCIÓN

El virus de Epstein-Barr fue reportado por primera vez en 1964 por los científicos británicos Michael

Anthony Epstein, Yvonne M. Barr y Bert Geoffrey Achong, quienes, con microscopia electrónica,

encontraron partículas virulentas en células de tejidos que presentaban un tipo de cáncer linfático

recientemente descubierto; el linfoma africano de Burkitt (LAfB). Esta neoplasia de linfocitos B es

ampliamente estudiada actualmente.


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El VEB provoca una mononucleosis infecciosa positiva para anticuerpos heterófios y en los cultivos

tisulares estimula la proliferación e inmortaliza los linfocitos B. El VEB presenta una relación

etiológica con el LAfB (linfoma endémico de Burkitt), la enfermedad de Hodgkin y el carcinoma

nasofaríngeo. El VEB también se ha asociado a linfomas de linfocitos B en pacientes con

inmunodefiencias adquiridas o congénitas. (Murata, 2014)

Su asociación a la mononucleosis infecciosa se reconoció de manera accidental cuando se tomó una

muestra de suero de un técnico de laboratorio convaleciente de una mononucleosis infecciosa y se

encontró que contenía el anticuerpo que identifica las células LAfB. Este hallazgo se confirmó

posteriormente con un amplio estudio serológico realizado en estudiantes de universidad (Murray,

2013).

DESARROLLO

-HERPESVIRUS

Los herpesvirus son virus grandes de ADN de doble cadena con un tamaño del genoma de 100 a 200

kilobases y son prevalentes en todo el reino animal. En humanos, ocho herpesvirus han sido

identificados incluyendo: el virus del herpes simple 1 y 2 (HSV-1 y HSV-2 o herpesvirus humano

(HHV) - 1 y (HHV - 2); Virus varicela-zoster (VZV o HHV-3); Virus de Epstein-Barr (EBV o HHV-4);

Citomegalovirus humano (HCMV o HHV - 5); Herpesvirus humanos 6 y 7 (HHV-6 y HHV-7); y

sarcoma de Kaposi asociado a herpesvirus (KSHV o HHV-8). Curiosamente, todos los herpesvirus

comparten un origen evolutivo común, como lo demuestra la similitud de secuencia de aminoácidos

entre diferentes proteínas herpesvirales. Varios Herpesvirus cromosómicamente integrados (CIHHV)

sugiere que los herpesvirus pueden integrarse en los cromosomas del huésped bajo ciertas condiciones

(Hem Chandra, 2016). Los herpesvirus se dividen en tres subfamilias; alfa, beta y gamma. Esta
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clasificación de herpesvirus se basa principalmente en su secuencia del genoma, organización y

características biológicas. La subfamilia gamma de los herpesvirus es linfotrópica, y algunos son

capaces de experimentar la replicación lítica en células epiteliales (Hem Chandra, 2016).

-GAMMAHERPESVIRUS

Los gammaherpesvirus se pueden dividir en dos géneros: linfocriptovirus y rhadinovirus. Los

linfocriptovirus se han identificado en primates superiores, mientras que los rhadinovirus han sido

identificados en una amplia gama de especies de mamíferos. Dos tipos de gammaherpesvirus han sido

identificados en humanos: virus de Epstein-Barr (EBV, género-linfocriptovirus) y Herpesvirus asociado

al sarcoma de Kaposi (KSHV, genera-rhadinovirus). Los gamma herpesvirus humanos son capaces de

establecer una infección permanente y persistente en huéspedes

inmunocompetentes (Hem Chandra, 2016). Sin embargo, los gammaherpesvirus son responsables de una

variedad de trastornos linfoproliferativos y neoplásicos. (Figura 1 [Hem Chandra, 2016]).

EPIDEMIOLOGÍA
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El VEB es un virus de amplia Figura 1: Morfologìa del agente Epstein Barr

distribución geográfica. Se estima que cerca del 90% de los adultos han sido infectados y que el 70% de

la población se infectó antes de los 30 años. La seroepidemiología ha demostrado que en los países poco

desarrollados la infección asintomática en los primeros años de la vida es lo más frecuente mientras que

en los países con mejor nivel de vida muchos individuos se escapan de la infección primaria hasta la

adolescencia. Es en la adolescencia cuando la primoinfección tiende a producir mayores síntomas (Da

Silva, 2013).

CARACTERÍSTICAS DEL VIRUS

El VEB es un miembro de la familia herpesviridae, subfamiliaGammaherpesvirinae. Los virus herpes

son un importante grupo de grandes virus de ácido desoxirribonucleico (ADN), el núcleo de ADN está

rodeado de una cápside deltaicosaédrica que contiene 162 capsómeros y está recubierta de una envoltura

que contiene glucoproteínas. Los virus herpes codifican diversas glucoproteínas implicadas en la

adhesión y la

fusión víricas, y la elusión del control inmunitario. El espacio existente entre la envoltura y la cápside,

denominado tegumento, contiene proteínas y enzimas víricas que ayudan a iniciar la replicación. Como

otros virus con envoltura, los virus herpes son sensibles a los ácidos, los disolventes, los detergentes y la

desecación. (Murata, T., 2014)

REPLICACIÓN

Para entrar a la célula B, la glicoproteína mayor 350 (gp 350) se une al receptor celular; la molécula

CD21 que se proyecta en la superficie de la célula B. Moléculas del complejo mayor de

histocompatibilidad clase II sirven como cofactor para la infección de la célula B. Después de la

infección, el genoma lineal del VEB llega y circula, formando un episoma permanece generalmente
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latente en estas células. La replicación viral es activada espontáneamente sólo en un pequeño porcentaje

de células B infectadas latentemente. (Sai-Wah T. et all, 2015[6])

El VEB presente en la saliva infecta las células epiteliales y posteriormente a los linfocitos B vírgenes

en reposo presentes en las amígdalas. La proliferación de los linfocitos B es estimulada inicialmente por

la unión del virus al receptor C3d, un receptor que estimula la proliferación de los linfocitos B, y

posteriormente por la Entre las mismas se encuentran los antígenos nucleares de Epstein-Barr (EBNA)

1, 2, 3A, 3B y 3C; las proteínas latentes (PL); las proteínas latentes de membrana (PLM) 1 y 2, y dos

pequeñas moléculas de ARN codifiadas por el virus de Epstein-Barr (EBER), EBER-1 y EBER-2.

(Murray, 2013)

La estimulación antigénica de los linfocitos B y la infección de ciertas células epiteliales permiten la

transcripción y la traducción de la proteína activadora transcripcional ZEBRA (péptido codificado por la

región génica Z), la cual activa los genes precoces inmediatos del virus y el ciclo lítico. Tras la síntesis

de la ADN polimerasa y la replicación del ADN, se sintetizan las proteínas estructurales y otras

proteínas tardías. (Murray, 2013)

En los linfocitos que están latentemente infectados con EBV, la proteína de membrana latente 1 (LMP1)

se expresa para promover la supervivencia y la proliferación de las células. LMP1 es un imitador

funcional del miembro de superfamilia del receptor del factor de necrosis tumoral CD40, un receptor

activador expresado expresión de las proteínas de latencia y transformación constitutivamente sobre

células B, macrófagos y células dendríticas. Como resultado, LMP1 causa la activación constitutiva de

la señalización celular, con regulación positiva de factores tales como NF-κ B, mitogen-activated kinase

(MAPK), JAK / STAT y Akt. De varios activadores de la transcripción dirigidos por LMP1, NF-κ B es

más importante para la expresión génica estimulada por LMP1. Los altos niveles de NF-κB protegen a la

célula de los efectos citopáticos mediante la síntesis de proteínas virales y promueven el establecimiento
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de una infección latente. En cambio, la reactivación lítica de EBV requiere una regulación negativa de

NF-κB debido a que la actividad de NF-κ B estimulada por LMP1 estimula la expresión y la función del

transactivador lítico BZLF1 (también conocido como ZEBRA y EB1), resultando en la inhibición de la

inducción del ciclo lítico. Sin embargo, LMP1 se expresa paradójicamente durante el ciclo lítico en

células EBV-positivas. (Shinichi, S. et al, 2013)

Las proteínas víricas producidas durante una infección productiva se definen y agrupan serológicamente

como antígeno precoz (AP), antígeno de cápside vírica (VCA) y glucoproteínas del antígeno de

membrana (AM). Una proteína precoz remeda a un inhibidor celular de la apoptosis y una proteína

tardía remeda la actividad de la interleucina 10 humana, lo que favorece la proliferación de los linfocitos

B e inhibe las respuestas inmunitarias TH1. (Hongde L., 2016)

PATOGENIA E INMUNIDAD

El virus es transmitido a través de la saliva, se considera que inicia atravesando el epitelio ubicado en las

tonsilas del anillo de Waldeyer, infectando a los linfocitos B ubicados ahí, circunscribiendo con esto la

entrada a la orofaringe en donde se replica con producción de viriones y lisis celular (García y González,

D.).

La infección en

células B

comienza con la

interacción de la

proteína de

membrana gp350

con el receptor
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CR2 (CD21) del linfocito B. Además de esto también se presenta la unión de gp42 con el HLA II, lo que

activa la maquinaria de fusión nuclear del VEP. A diferencia de la infección en células B, la infección a

epitelio es menos efectiva debido a que este no presenta CR2 ni HLA II, este se da por la unión del

gHgL con el complejo avb6 y avb8 de las células epiteliales. Lo que permite el ciclo de latencia es que

cuando el VEB infecta a linfocitos B, estos generan poco gp42, ya que este impide la entrada al epitelio

interfiriendo con el complejo gHgL, y en epitelio se genera gran cantidad de gp42 para hacer de esto una

retroalimentación efectiva (Tsao, S., Tsang, C., To, K., & Lo, K. 2014).

Además de este ciclo replicativo también podemos encontrar fases de latencia en la que podemos notar

la producción de distintas proteínas:

1. En la infección primaria a linfocitos, es requerida la expresión de los genes de latencia de tipo

III, como RNA no codificante (EBERS), proteínas nucleares (EBNA1, EBNALP, EBNA2,

EBNA3A, EBNA3B y EBNA C).

2. En células epiteliales en cambio es utilizada la expresión de genes de latencia de tipo II, incluye

a EBER, EBNA1, LMMS, BARTS.

3. En la latencia de tipo I encontraremos la expresión de EBERS, EBNA1, BARTS.

4. En la latencia 0 solo encontraremos EBERS.

Se ha encontrado que para la aparición de una enfermedad inmortalizante juega un papel importante no

solo los factores del virus, si no, la predisposición genética del hospedador.
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Como consecuencia de la infección latente se desencadenará una respuesta celular muy activa,

produciéndose de esta manera un signo característico de la infección primaria: linfocitosis atípica en

sangre periférica; la cual tiene como consecuencia una disminución en la cantidad de células infectadas

por el virus durante los meses siguientes y permanecerá así de por vida (Fica A. 2010). La proliferación

de los linfocitos B normalmente es controlada por los linfocitos T que responden a indicadores de la

proliferación de los linfocitos B y a péptidos antigénicos del VEB. Los linfocitos B son células

presentadoras de antígenos excelentes y presentan los antígenos del VEB en las moléculas de los MHC I

y II. Los linfocitos T activados tienen el aspecto de linfocitos atípicos (también llamados células de

Downey). Durante la segunda semana de la infección aumenta su número en la sangre periférica,

representando en ese momento del 10% al 80% del recuento leucocitario (Murray, 2013).

En cuanto a la respuesta humoral: se promueve la formación de anticuerpos dirigidos contra las células

infectadas por el VEB, estos se conocen como anticuerpos heteróflos, y son un grupo heterogéneo que se

compone predominantemente de IgM. El diagnóstico de la infección por VEB se realiza por la medición

de los niveles de IgM contra los antígenos de la cápside viral (VCA) en la sangre, IgG contra antígenos

de cápside viral, antígenos tempranos y proteínas EBNA. Los niveles de IgM contra VCA se aumentan

en etapas tempranas y disminuyen en semanas; estos anticuerpos no son demostrables en la población

general, por lo que su presencia prácticamente confirma el diagnóstico de la enfermedad. La respuesta

inmunológica vigorosa mediada por células es vital para poder controlar la infección aguda y crónica y

mantener un balance entre el virus y el huésped (Callan M. 2004).

CUADRO CLÍNICO
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Virus de Epstein-Barr (VEB) infecta 95% de la

población adulta y es la causa de la

mononucleosis infecciosa. También se asocia

con 1% de los cánceres en todo el mundo, tales

como el carcinoma nasofaríngeo, el linfoma de

Hodgkin y linfoma de Burkitt, carcinoma

gástrico, enfermedades linfoproliferativas y

linfomas del sistema nervioso central (Houldcroft et al.


Figura 2: Tumores asociados a EBV
[Jha et al. 2016]
2015,Jha et al. 2016).

Mononuculeosis infecciosa (MI): La enfermedad se presenta en todo el mundo, sin predilección de

temporada y es la enfermedad linfoproliferativa más común. Se reconoce con mayor frecuencia en

adolescentes y adultos jóvenes de los países desarrollados, por razones que no se entienden

completamente (Balfour et al. 2016). Los síntomas de MI aparecen alrededor de un mes después de la

infección primaria y van desde entidades benignas como faringitis exudativa (95%), adenopatías

cervicales (80%), fatiga (70%), síntomas del tracto respiratorio superior (65%), cefalea (50%),

disminución del apetito (50%), fiebre (47%) y mialgias (45%) por lo regular estos hallazgos desaparecen

a los 10 días o menos pero las adenopatías y la fatiga perduran por lo menos 3 semanas. El cuadro

atípico o grave, incluyen dolor abdominal, hepatomegalia, esplenomegalia, náuseas, vómitos, petequias

palatinas y periorbitales, edema palpebral y linfohistiocitosis hemofagocítica. La hepatitis se produce en

el 75% de los pacientes, pero suele ser subclínica (elevación de los niveles de alanina aminotransferasa

sin ictericia o dolor abdominal). El salpullido no se ve generalmente, excepto en los pacientes tratados
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con derivados de la penicilina, en cuyo caso es el resultado de hipersensibilidad transitoria a la

penicilina (Houldcroft et al. 2015, Balfour et al. 2016).

Trastornos linfoproliferativos postrasplante (PTLD): En términos clínicos, estos son definidos como

desordenes linfoproliferativos observados en tejidos trasplantados de pacientes los cuales usualmente se

sometieron a terapias inmunosupresoras y también en aquellos individuos congénitamente

immunodeficientes tales como los que presentan el síndrome de Wiscott-Aldrich y el síndrome

linfoproliferativo ligado al cromosoma X. También se observan con frecuencia en los pacientes con

SIDA que de igual forma pueden sufrir tumores de origen similar a células B. Aunque muchas de estas

condiciones de proliferación de células B se derivaron del propio paciente, en algunos casos, se informó

que la proliferación de células B se originó a partir del donante (Ali et al. 2015, Jha et al. 2016).

Linfoma de Burkitt (BL): es una enfermedad agresiva maligna de células B que se clasifica en tres

formas mencionadas como endémicas , esporádicos y asociada al VIH, dependiendo de la distribución

geográfica. (Jha et al. 2016). La presentación clínica de la forma endémica BL incluye sobre todo

tumores evidentes en mandíbula y el maxilar y es menos frecuente la afectación de los órganos

abdominales. Los pacientes muestran comúnmente afectación de los huesos de la mandíbula y ganglios

linfáticos del cuello, como aumento rápido de tamaño de las mandíbulas y sin dolor. En casos

esporádicos de este linfoma, tanto los órganos abdominales como los pélvicos (es decir, el íleon, el ciego

y el mesenterio) usualmente están involucrados, además otros órganos abdominales y glándulas (por

ejemplo, las amígdalas y la tiroides) se ven afectados en algunos casos, pero en menor medida. Los

pacientes de BL se presentan comúnmente a las clínicas de gastroenterología con dolor abdominal,

ascitis, distensión abdominal y signos de obstrucción intestinal (Ali et al. 2015, Jha et al. 2016).

Linfoma de Hodking (HL): La sintomatología más sobresaliente de HL es la inflamación indolora en

uno o más ganglios linfáticos en especial los del cuello, las axilas y la ingle. Algunos pacientes tienen
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otros síntomas como fiebre, sudores nocturnos, fatiga, picazón total del cuerpo, pérdida de peso, dolor

de hueso y una mayor susceptibilidad a las infecciones (Ali et al. 2015). HL es un tumor procedente de

linfocitos B. No todos los HLs son EBV positivo, y el porcentaje de los linfomas positivos para el virus

varía según el subtipo HL, con EBV que se encuentra en el 50-80% de tipo de celularidad mixta HL. La

HL-EBV positivo es más común que la HL-VEB negativo en los niños pequeños y adultos mayores, con

el patrón opuesto en los adolescentes. VEB también está vinculado epidemiológicamente con HL, con

un riesgo relativo de HL después de mononucleosis infecciosa (Houldcroft et al. 2015). Este trastorno

distinto representa el 30% de las neoplasias linfoides en todo el mundo. Se caracteriza por la presencia

de células neoplásicas llamadas Reed-Sternberg en el medio inflamatorio, LMP1y LMP2A se expresan

altamente en las células antes mencionadas (Geng et al. 2015).

Linfoma no Hodking (NHL): El ochenta y cinco a noventa por ciento de los linfomas no Hodgkin surge

a partir de linfocitos B seguido por los linfocitos T y linfocitos citolíticos naturales (NK). Los ganglios

linfáticos son el sitio principal para el NHL, sin embargo, puede ocurrir en casi cualquier tejido. Hay

varios factores de riesgo para el LNH, incluyendo el sexo, la edad, el VIH / SIDA, la agregación

familiar, enfermedades autoinmunes, artritis reumatoide, enfermedad celíaca, el lupus eritematoso

sistémico (Jha et al. 2016).

Además de su papel en las neoplasias malignas hematológicas, EBV también se ha sabido que está

implicado tanto en tumores epiteliales y mesenquimales (Ali et al. 2015).

Carcinoma gástrico (GC): GC asociado al VEB se localiza predominantemente en la parte no antral del

estómago y aparecen lesiones superficiales, profundas y ulceradas. En algunos pacientes, la ecografía

endoscópica revela una masa hipoecoica en la tercera capa que refleja nódulos hipoecoicos submucosos

del estroma linfoide, que se compone de células de carcinoma y la infiltración de linfocitos (Nishikawa

et al. 2014).
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El carcinoma nasofaríngeo (NPC): NPC se produce en el epitelio de la nariz y la garganta y puede

agruparse como dos grandes subtipos: queratinizadas (células epiteliales diferenciadas) y no

queratinizado (celulas epiteliales mal diferenciadas) (Houldcroft et al. 2015). Los pacientes con NPC se

pueden presentar con uno o más de los siguientes síntomas; obstrucción nasal que implica secreción

nasal, congestión y hemorragia. Cambios en la audición que normalmente se atribuyen a la obstrucción

de la trompa de Eustaquio que también pueden ser vistos. Parálisis de los nervios craneales, debido a la

extensión del tumor NPC en la base del cráneo causando dolor de cabeza e inflamación el cuello.

También se observaron algunos otros tumores malignos con características clínicas similares a la NPC

en sitios como las amígdalas, los pulmones, la piel, el timo, glándulas salivares, estómago, mama y

cuello uterino y este se refirió como el tipo indiferenciado de NPCs (Ali et al. 2015).

Leucoplasia vellosa oral: Se presenta como manchas blancas, que se observan normalmente en las

superficies laterales de la lengua. La presencia de VEB se detecta en los tejidos y la sangre debido a la

inmunosupresión crónica como la infección por VIH. Además, los pacientes que reciben órganos y

trasplante de médula ósea también se han demostrado el desarrollado de estos síntomas. Por lo tanto

leucoplasia vellosa oral se correlaciona con la supresión inmune en curso debido a la infección por VIH

o el tratamiento post-trasplante para prevenir el rechazo (Jha et al. 2016, Ali et al. 2015).

DIAGNÓSTICO CLINICO

1. Síntomas parecidos a la MI persistente o recurrente de más de 6 meses de duración.

2. Patrón inusual de anti-VEB con aumento de anti-ACV y anti-AE y/o detección de incremento en

genoma VEB en tejidos afectados, incluyendo sangre periférica.

3. Enfermedad crónica que no puede ser explicada por otra enfermedad conocida al momento del

diagnóstico. (Da Silva, 2013)


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COMPLEMENTARIO/PRUEBAS DE LABORATORIO

1. Síntomas parecidos a la MI.

2. Anticuerpos anti-VEB.

3. Estudios de laboratorios específicos recomendados:

a. Detección de DNA y RNA de VEB.

a.1 PCR (cualitativa o cuantitativa), Southern blotting.

b. Evaluación histopatológica y molecular

c. Estudios inmunológicos (Da Silva, 2013)

TRATAMIENTO DE ENFERMEDADES PRODUCIDAS POR VIRUS DE EPSTEIN BARR

A pesar de que no existe un tratamiento para la infección dada por el virus de Epstein Barr, sin embargo

la administración de Aciclovir se ha recomendado para evitar el contagio de persona a persona, cabe

mencionar que el Aciclovir no tiene ningún efecto sobre el virus; es decir no interviene en la replicación

ni en ninguna estructura del virión.[ Jawetz, E., Melnick,(2004). Microbiologiá médica de Jawets.]

Se han desarrollado diferentes tipos de terapia para tratar enfermedades asociadas al virus de Epstein

Barr, tal es el caso del carcinoma nasofaríngeo en el que se desarrolló una terapia que utiliza la

generación de líneas de células B transformadas con EBV y CTL específicos de EBV los resultados

demostraron que la administración de CTL específicos para EBV a los pacientes con carcinoma

nasofaríngeo avanzado es factible, parece ser seguro, y se puede asociar con la actividad antitumoral

significativa.[ Karin C. M. Straathof (2005). Treatment of nasopharyngeal carcinoma.]


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Además se ha desarrollado otra terapia para evitar linfoma inmunoblastico debido a la inmunosupresión

en pacientes que recibirán trasplante de medula, se preparan linfocitos T para que sean específicos para

virus de Epstein Barr, por lo tanto a la administración de estos mismos los pacientes respondieron

satisfactoriamente, en ninguno se observaron síntomas de linfoma inmunoblastico. (Cliona M. Rooney

(1998). Infusion of Cytotoxic T Cells for the Prevention)

PREVENCIÓN DE VIRUS DE EPSTEIN BARR

El virus de Epstein Barr (VHH-4), es un virus cuyo reservorio infeccioso se encuentra en la saliva, por

lo tanto se contagia mediante el intercambio de esta secreción de una persona infectada a una que no lo

está, se recomienda evitar el intercambio de saliva mediante cubiertos (cucharas, tenedores, etc.),

popotes o pajillas, vasos, termos, botellas de pet, paletas de caramelo o de hielo o cualquier otro objeto

que este en contacto con la saliva. [Murray, P. (2006). Microbiologia médica].

Los esfuerzos por elaborar una vacuna para combatir el virus de Epstein Barr se ha centrado en la

glucoproteina gp135 (por ser la más abundante en el virus y las células infectadas). El estudio de la

vacuna en humanos se dio en adultos jóvenes que no estaban infectados y se les administró la vacuna

recombinante con gp135 (que se obtuvo de los ovarios de hamsters chinos) y se le agrego un adyuvante

(alum/monofosforilado lípido A). Sin embargo, la vacuna no protege contra el virus de Epstein Barr

debido a la producción posterior de anticuerpos contra los antígenos no vacunales. A pesar de eso redujó

la incidencia de Mononucleosis Infecciosa en 78% (definida por la aparición de 2 o más síntomas

relacionados por infección y seroconversión de virus de Epstein Barr).[ Jeffrey I. Cohen (2011,).

Epstein-Barr Virus: An Important Vaccine ] [Cohen, J. I. (2015). Epstein–barr virus vaccines.]

Existe también evidencia de la prevención de enfermedades linfoproliferativas del Virus de Epstein Barr

mediante el uso de rituximab y monitereo molecular en pacientes de alto riesgo tras trasplante alogénico
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de células madre. El seguimiento cuantitativo frecuente de la reactivación del EBV y la terapia

preventiva por rituximab mejora el resultado en pacientes con alto riesgo de EBV-LPD.[ Joost W. J. van

Esser, (2002). Prevention of Epstein-Barr ]

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