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ELEVAR EL NIVEL DE LA CULTURA INVESTIGATIVA

La investigación es patrimonio de los investigadores, elevar su nivel de la cultura


investigativa requiere que quien dedica su tiempo a ello sea consciente de los elementos
que conforman una cultura, a saber: costumbres, hábitos valores, tradiciones, historia,
rigor, compromiso, autenticidad, originalidad, entre otros. Esta breve lista deja claro que no
son pocas las aristas que debe cubrir el investigador antes de declararse como tal y si se
toma en consideración que la tarea ulterior consiste en elevar el nivel de todos estos
elementos resulta obvio que se enfrenta un colosal desafío, toda vez que la labor
investigativa demanda de quien la ejecuta un superlativo esfuerzo intelectual.

No es dentro de los márgenes de la desidia, de la flojera, de las omisiones que el


investigador trasciende su ignorancia, es el continuo ejercicio heurístico, la paciencia y una
prudente aproximación a las realidades vividas lo que preconfigura su carácter de cara al
saber, de cómo se afronta la complejidad del universo, de cómo se disecciona una
estructura cognoscitiva inmersa dentro de una de las múltiples disciplinas científicas en una
constante búsqueda de las claves que se organizan para premiar la constancia y la
determinación.

¿Es entonces el tutor un “megaintelectual” a toda prueba, incapaz de permitirse el más


mínimo fallo delante de su tutoriado? Indudablemente un tutor debe acumular un respetable
curriculum vitae, que lo legitime ante la comunidad científica y sobre todo ante las
personas que han confiado en el para obrar de acompañante en el fascinante viaje a nuevos
horizontes y saberes, pero su condición humana ha de estar en un privilegiado lugar dentro
de su arsenal intelectual, un sabio robotizado poca aportara a la innovación ya la
originalidad. Un tutor no podrá materialmente hacerse un experto en múltiples disciplinas,
pero si lograra trasladar su caudal de conocimientos dentro de otras áreas del saber
distintas a las que habitualmente maneja , no sin antes interactuar positivamente con su
tutoriado quien tiene la obligación de inducir al tutor en el tema de investigación en un
ejercicio simbiótico que tenga como resultado la reciproca aprehensión del conocimiento de
ambos , es allí donde la investigación aporta a sus ejecutores y se convierta de esta manera
en una bisagra que une las más disimiles voluntades.

Por otra parte se debe considerar que la investigación existe porque la sociedad
demanda a diario respuestas efectivas a sus diversas y complejas formas de vivir la
cotidianidad, en esta sentido las universidades han asumido el rol de generadoras de
conocimiento pertinente que suele estar asociado a soluciones para los más disimiles
problemas. No es pareja la forma como se afronta la realidad investigativa en diferentes
instituciones, las diferencias que se registran no pocas veces tienen relación con fenómenos
de tipo social, político, económicos, entre otros. En Venezuela las asimetrías en esta
aspecto resultan notables, sin embargo de cara al hecho investigativo la institucionalidad
debe estar orientada a facilitar el acceso al conocimiento, no es infrecuente que un tesista
deba pasar por las más absurdas tribulaciones para reunir los antecedentes de su
investigación, mientras en las sedes centrales de las universidades reposan miles de trabajos
sin que tengan la debida difusión.

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