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La Persona Humana
Contenido:
La responsabilidad
La convivencia La conciencia
Los valores de la persona humana Evaluación del aprendizaje
Situación de la persona humana en la sociedad
La personalidad humana
Objetivos
Existen diversos grados de relación, desde el primitivo, hasta la refinada diplomacia, cautela y cortesía. Las
más comunes son: expresión, comunicación y relación.
Expresión
Es el estado de ánimo que se manifiesta por medio de actitudes y gestos para darse a entender, exteriorizando
de un modo consciente e intencional las propias sensaciones, sentimientos e ideas. Cuando estamos alegres,
sonreímos, efectuamos ciertos ademanes; si estamos enojados, gritamos o protestamos utilizando ciertas
mímicas, es decir, estamos expresando. La propia expresión es la base de la energía y la causa de la relación.
Comunicación
Es la acción de entrar en relación o contacto con las demás personas: aparece cuando el niño, el adolescente,
el trabajador, el profesional o el adulto, son capaces de establecer amistad. Cuando dos o más personas se
sienten unidas, es porque se comprenden y se aceptan como son: comparten sus alegrías y preocupaciones y
de esa interrelación surge la auténtica comunicación.
Relación
Es el vínculo, conexión o comunicación de una persona con otra, es la expresión con que nos dirigimos a
alguien con un fin determinado, es la necesidad básica de satisfacer un deseo. Es evidente que casi la totalidad
de lo que se llama relación humana, cae dentro de esta categoría, puesto que lo que nos mueve a establecer
contacto con los demás, es lograr en alguna forma: seguridad, afecto, dinero, prestigio y muchas cosas más.
Toda doctrina o construcción social que niegue la dignidad de la persona humana, es falsa, engendra
desequilibrios y a larga destruye al mismo individuo y a la sociedad. Solo justa concepción de la persona
humana, abre camino hacia una recta ordenación social.
Todos aquellos que están decididos a defenderse contra las dictaduras, reconocen el hecho de la dignidad
humana.
La dignidad del hombre no se basa ciertamente en la pigmentación de la piel, en el dinero o en el progreso
técnico.
A nadie le está permitiendo violar impunemente esta dignidad del hombre, ya que la primera base de la
convivencia es que cada uno sea respetado en su dignidad de persona.
Si esta regla se cumpliese en todas partes en las que se ejerce una autoridad, en todas las fábricas, fincas y
minas, en donde es vergonzoso e inhumano que se use a los hombres como viles instrumentos de lucro,
estimándolos únicamente en proporción al vigor de sus brazos, reinaría un clima social muy distinto en el
mundo, pues cada uno de los seres humanos es y debe ser el sujeto de todas las instituciones en las que se
expresa y se actúa la vida social ya que “la sociedad está hecha para el hombre y no el hombre para la
sociedad”, como dijera un dirigente mundial,( Pío XII).
La justicia
Es la voluntad firme y permanente de dar a cada quien lo suyo. Así se dirá que una persona es justa cuando
tenga una inclinación decidida, un hábito firme de dar a cada uno lo que le corresponde en todo tiempo y en
todo lugar.
El principio de la objetividad dice: debo fallar prescindiendo de la persona de que se trate, de las
consecuencias buenas o malas que el fallo pueda tener de mí, de la vinculación más o menos cercana de la
persona conmigo y con mi interés; juzgando en cada caso los conflictos de intereses según su valor objetivo,
únicamente.
Existen cuatro divisiones de la justicia, que son:
1. La justicia conmutativa
2. La justicia distributiva
3. La justicia general o legal
4. La justicia social
La justicia conmutativa. Es la condición primordial del orden social. Se le puede definir como aquella especie
de justicia que inclina al hombre a dar sus semejantes iguales en derecho lo que les pertenece, hasta su
completa cancelación. Por ella se debe respetar lo que pertenece a otros; se debe realizar lo que se ha
convenido con otros por contrato. Y todo ello con la obligación en la conciencia de restituir el bien ajeno, de
reparar lo antes posible el daño causado.
La justicia distributiva. Ésta rige en la sociedad las relaciones entre los que ostentan la autoridad y los
subordinados. Ella obliga a repartir los bienes y las cargas proporcionalmente entre los miembros de la
comunidad.
La justicia general o legal. Es la que inclina la voluntad humana a dar a la comunidad todo lo que pertenece.
Así pues, que tiene que cumplir, entre otras, las siguientes funciones.
- Inclinar la voluntad humana a reconocer y a realizar decididamente lo que pertenece al bien común.
- Buscar y realizar el desarrollo de la personalidad en armonía con las exigencias de la comunidad.
- Impulsar a no exigir nada que la comunidad no pueda conceder o que las circunstancias hagan
intolerable.
La justicia social. Es la constante voluntad de dar a la comunidad lo que le corresponde; es una expresión de
justicia que pone de manifiesto la necesidad de prestar mayor atención al pacto social ya que impone deberes
a los que tanto patrones como trabajadores no se puede sustraer, exigiendo de los individuos cuanto es
necesario para el bien de la comunidad.
Personalidad y persona
Es importante distinguir entre personalidad y persona. Mientras que al vocablo persona se le adscribe
un sentido ético y filosófico, la idea de personalidad conserva una clara acepción psicológica.
En filosofía moral se dice que un individuo es persona, cuando adquiere conciencia de su
responsabilidad en su querer obrar ante los demás hombres. Dado que la moralidad ocupa un lugar
central en la vida humana, los valores éticos están en inseparable nexo con los otros valores (religiosos,
artísticos, intelectuales).
En la idea de persona, así, viene a condenarse la de los valores. Por ello, el personalismo es la doctrina
que sostiene el valor superior de la persona frente al individuo, a la cosa, a lo impersonal.
La oposición “individuo-sociedad” es falsa. El progreso individual va de la mano del progreso social. El
avance de la comunidad es avance de los individuos que la integran. Todo sacrificio individual es, a la
postre, afirmación del individuo.
Con el nombre de voluntad moral se designa este querer y obrar con vistas a la solidaridad de los
valores, ya que la suma de éstos marca la dirección hacia la perfecta humanidad. Pero el yo de la
voluntad moral (la persona), no es la vivencia empírica, axiológicamente neutra; es el contenido de la
unidad de aquellas acciones al servicio del bien común. El concepto de personalidad no tiene que ver
con esta suerte de disquisiciones. La personalidad psíquica y como tal, en ella no se prejuzga de lo
bueno ni de lo malo.
La personalidad como sucesión de hechos está determinada por una serie de factores. De éstos se
destacan el temperamento, el carácter, la edad y el medio ambiente, los cuales, a su turno, se hallan
en relación inseparables.
El temperamento es un concepto psicológico. Se le puede concebir como aquel conjunto de
particularidades fisiológicas y morfológicas que diferencian a los individuos entre sí y que obran sobre
el carácter de éstos. El temperamento depende de la constitución orgánica del individuo y por tanto de
la herencia.
Las investigaciones actuales exhiben el hecho de que el temperamento se halla íntimamente ligado al
quimismo somático, al punto que es difícil asignar a glándula alguna un efecto específico sobre el
temperamento. Sólo en los casos de una grave insuficiencia funcional de las glándulas cabe predecir
hasta cierto punto el temperamento y se tiene entendido que el estímulo de la función normal de las
glándulas de secreción interna tiene sobre un efecto favorable.
El carácter es, frente al temperamento, un concepto rigurosamente psíquico. Es acaso, la mejor
expresión de la personalidad.
El carácter es la marca psíquica de la personalidad. En él se anudan las vertientes todas la psique. El
carácter es, rigor, el conjunto de las maneras habituales de conocer, apreciar, sentir y reaccionar qué
diferencia a un individuo de otro.
La edad es el tercero de los importantes factores de la personalidad. Es obvio, la psique es, por una
parte, una realidad en desarrollo; por otra, una realidad dinámica.
La psique, crece, se transforma sin cesar. Tiene una edad y de fijo, no sólo intelectual. Posee también
una madurez moral, jurídica, económica, religiosa. Así se comprende que este factor sea una
determinante de la personalidad.
La personalidad, en fin, también se moldea, gracias al medio ambiente; gracias sobre todo al círculo
social en que vive el individuo. Entre la psique y el mundo circundante hay una relación recíproca, un
conjunto de influencias mutuas. El hombre no sólo se adapta al medio, conformando su personalidad;
también influye sobre su círculo de vida.
Factores que intervienen en la integración de la personalidad
Todo ser humano es como es, gracias a la herencia, o sea la transmisión de caracteres comunes y
especiales, biológicos, psicológicos, normales o anormales, de unas generaciones a otras; así los hijos
son susceptibles de heredar de sus padres las aptitudes, la inteligencia, la estatura, la forma del
cuerpo, el temperamento. La herencia puede ser directa de padres a hijos y atávica, caracteres
especiales que vienen de las generaciones de atrás.
Es el medio donde el individuo vive, los hábitos y costumbres, la evolución social alcanzada por su
comunidad y los valores morales introproyectados en su vida psíquica. El carácter empieza a
formarse en una célula social, la familia se agranda hacia un organismo: la comunidad de vida y se
extiende a un sistema nervioso central; el régimen de hechos e ideas que rigen el mundo. El carácter
es producto de la cultura a través de su evolución histórica, tanto individual, historial del individuo,
como colectiva, historia de la humanidad.
Integración de la personalidad
La persona humana en general comprende que no puede vivir aislado en el mundo. Tiene que realizar una
triple integración:
Integración social
La persona humana siente en lo más profundo de su ser la necesidad de otro ser. En cierto momento siente el
cansancio de sí mismo y hace que busque el diálogo con sus semejantes. Para dialogar realiza este contante
regreso a la sociedad y se integra a ella, haciendo suyos sus dolores y alegrías.
Integración religiosa
El hombre siente la necesidad de un Ser Supremo, sin el cual su vida y el mundo todo es una incógnita
indescifrable. Busca a Dios en sí; lo busca en el universo, lo busca en la humanidad.
Integración laboral y profesional
El hombre a de elegir una carrera, un trabajo, una ocupación. Ejercer una profesión equivale a descubrirse una
disposición, ejercitarla y responder a la llamada de la vocación, que es amor a lo que se hace, gusto por lo que
se hace, sacrificio por lo que se hace. Al descubrir la vocación aparece ésta como algo indispensable que forma
parte de la propia persona.
La personalidad es tan importante para conseguir un trabajo para conservarlo.
Un alto ejecutivo de una gran empresa petrolera se ha expresado en los siguientes términos: “En general, no
se despide a nadie por carecer de suficiente inteligencia para un trabajo. Se despide a la gente porque no se
muestra dispuesta a trabajar, a contraer responsabilidades, a llevarse bien con los demás, o sea, teniendo
calidad de relaciones humanas, en definitiva no quiere molestarse”. El ascenso les llega con más frecuencia, a
los que poseen una responsabilidad eficiente, que a los que tienen capacidad, pero carecen de características
personales deseables.
La responsabilidad moral
Se puede definir la responsabilidad moral, como la propiedad de ser libre, por la cual se reconoce autor de las
propias acciones y se dispone a soportar las consecuencias.
El acto humano, por ser libre, impone una responsabilidad en quien la realiza. La persona humana por lo
tanto, es responsable por sus actos.
La responsabilidad trae como consecuencia la imputabilidad, que consiste en que una acción puede ser
atribuida a su autor.
Valorar moralmente una acción es un asunto muy complejo y difícil. El hombre libre es responsable de sus
acciones, omisiones y de sus consecuencias; además, es responsable de las acciones u omisiones y
consecuencias que no haga él directamente, pero en las que participa de algún modo: ordenado, incitado,
encubriendo, aconsejando, coaccionando.
Clases de responsabilidad
La responsabilidad moral. Es la responsabilidad que el hombre asume frente a su propia conciencia y frente a
Dios. Es la más rigurosa y verdadera; no se puede eludir.
Responsabilidad legal o jurídica Es la responsabilidad que se tiene frente a la ley positiva o el juez, en lo que se
refiere a los actos externos relacionados con la sociedad y en los ámbitos de la ley.
Responsabilidad social. Es la responsabilidad que se tiene frente a la sociedad a la que se pertenece. A veces
se concreta en una responsabilidad colectiva, que obliga a los miembros de una colectividad; en estos casos, la
responsabilidad se convida con los miembros de la colectividad.
LA CONCIENCIA
Se entiende por conciencia el conocimiento interno de lo que la persona hace, una advertencia de la presencia
del mundo exterior y de un sujeto que lo conoce. La conciencia, implica un darse cuenta de la existencia de
algo, un estado del sujeto o la atribución de un acto del mismo sujeto. De ahí que la conciencia se divide en
conciencia psicológica y conciencia moral.
La conciencia psicológica. Es la aprehensión inmediata por parte del sujeto, de sus propias acciones y estados
psíquicos. De esta conciencia se ocupa la psicología muy extensamente.
La conciencia moral. Es el dictamen práctico de la razón por medio del cual el sujeto juzga que algo debe
hacerse, o se ha hecho, porque es bueno o debe evitarse porque es malo.
No debe confundirse la conciencia con la sindéresis, que es la aptitud de nuestro entendimiento para juzgar
inmediatamente con respecto a los principios morales.
Tampoco se debe confundir la conciencia con la ciencia morales de carácter general, pero no evidentes
inmediatamente.
La conciencia moral aplica los principios de la sindéresis a los conocimientos de la ciencia moral o los casos
prácticos, particulares y concretos del propio sujeto.
Funciones de la conciencia
La conciencia es testigo de nuestra conducta. Antes de una acción, nos ordena, nos aconseja, o nos prohíbe
realizar una acción determinada: una vez realizada la acción, nos acusa o nos absuelve, nos remuerde o nos
aplaude, según que la acción sea buena o mala, obligatoria o a discreción. Por eso, además de testigo, es juez
de nuestros actos.
División de la conciencia
La conciencia puede ser verdadera o falsa, según este conforme a la realidad de los hechos o esté influenciada
por elementos afectivos y dinámicos que se desvían la recta razón.
También puede ser cierta, probable o dudosa, si su dictamen es dado sin temor a errar, o si vacila entre
diferentes posibilidades.
Respecto a la conciencia dudosa, es necesario aclarar que no se puede actuar en esta situación de conciencia;
es necesario aclarar antes la duda y después actuar.
Principios de la conciencia
Se ha de actuar con conciencia de la honestidad de una acción.
2. Si la conciencia ordena o prohíbe categóricamente, se le debe obedecer.
3. La conciencia insensiblemente errónea, si ordena o prohíbe, obliga; si permite, exime de culpa o de falta.
4. No se puede actuar con conciencia dudosa; es necesario antes superar la duda. Puesto que resulta difícil
superar ciertas dudas, será bueno en esos casos pedir consejo, consultar a personas más instruidas y de mayor
autoridad y de mayor autoridad, pero más que de todo de probada honradez.
Escuela Normal Rural No. 1 Dr.
“Pedro Molina”
Estudiantes:
María victoria Jerez Vielman.
Loida Roxana Set Armira.
Catedrática:
Silvia Higueros
Curso:
Identidad y profesión docente
Claves:
14
19
Grado:
Quinto Bachillerato en Ciencias y Letras con Orientación en
Educación
Sección:
“B”
La Alameda Chimaltenango
2018
Introducción
En este presente trabajo a entregar se tratara sobre temas muy importantes del libro la moral y ética
profesional de la unidad 2 la persona humana, también habla sobre la convivencia y los valores y de cómo
convivir con las demás personas.
Conclusión
Gracias a este trabajo aprendimos muchas cosas sobre la convivencia de los seres humanos que constituye un
contorno de ambiente social, también sobre las expresiones que demuestra cada persona como por ejemplo
cuando esta triste o feliz. La comunicación, la relación, los valores humanos tienen un acto realizado y elegido
un valor, entre ellas están la libertad.