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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTÍN DE AREQUIPA

FACULTAD DE ARQUITECTURA Y URBANISMO

TRABAJO DE INVESTIGACION

Asignatura:

CIUDADANIA E INTERCULTURALIDAD

GRUPO B

Tema:

 TOMAS S. KUHN
 CORRUPCION EN PAISES NORDICOS Y EN
LATINOAMERICA

Elaborado por:

-SALAS GONZALES, YESSICA MAGALY

AREQUIPA, PERU

2018
TOMAS S. KUHN
Thomas Samuel Kuhn de nacionalidad estadounidense, nacido en Cincinnati el 18 de
julio de 1922, muere en Cambridge, el 17 de junio de 1996; fue un físico, historiador y
filósofo, conocido por su contribución al cambio de orientación de la filosofía y la
sociología científica en la década de 1960. Al lado de Karl Popper y Paul Feyerabend.

Kuhn se doctoró en física, en la Universidad Harvard en 1949 y tuvo a su cargo un


curso académico sobre la Historia de la Ciencia en dicha universidad de 1948 a 1956.
Luego de dejar el puesto, Kuhn dio clases en la Universidad de California, Berkeley
hasta 1964, en la Universidad de Princeton hasta 1979 y en el Instituto Tecnológico de
Massachusetts hasta 1991. Influido por el pensamiento de historiadores como
Alexandre Koyré o filósofos como Willard van Orman Quine, consideró que el estudio
histórico es necesario para entender cómo se han desarrollado las teorías científicas y
para conocer por qué en ciertos momentos unas teorías han sido aceptadas antes que
otras.

En 1962, Kuhn publicó The Structure of Scientific Revolutions (La estructura de las
revoluciones científicas), obra en la que expuso la evolución de las ciencias naturales
básicas de un modo que se diferenciaba de forma sustancial de la visión más
generalizada entonces. Según Kuhn, las ciencias no progresan siguiendo un proceso
uniforme por la aplicación de un hipotético método científico. Se verifican, en cambio,
dos fases diferentes de desarrollo científico. En un primer momento, hay un amplio
consenso en la comunidad científica sobre cómo explotar los avances conseguidos en
el pasado ante los problemas existentes, creándose así soluciones universales que
Kuhn llamaba «paradigma».

El término «paradigma» designa todos los compromisos compartidos por una


comunidad de científicos. Por un lado, los teóricos, ontológicos, y de creencias y, por
otro, los que hacen referencia a la aplicación de la teoría y a los modelos de soluciones
de problemas. Los paradigmas son, por tanto, algo más que un conjunto de axiomas
(para aclarar su noción de paradigma Kuhn invoca a la noción wittgensteiniana de los
«universos de discurso») [cita requerida]. Tuvo algunas diferencias con Herbert Blumer
principalmente por cuestión de ciencia y metodologías. Kuhn acepta el enfoque del
interaccionismo simbólico sobre actores y sus pensamientos al igual que sus acciones.

La última etapa de su pensamiento está teñida por un marcado darwinismo. Abandona


casi por completo el discurso acerca de los paradigmas, y restringe el concepto de
revolución científica al de un proceso de especiación y especialización por el cual una
disciplina científica va acotando los márgenes de su objeto de estudio, alejándose de
los horizontes de otras especialidades. En este último sentido, como una forma de
holismo restringido que afecta las distintas ramas del desarrollo científico, reaparece el
concepto de inconmensurabilidad teórica, el único que Kuhn parece haber mantenido
incólume hasta el final de sus días.

Formula una estructura de las revoluciones científicas, con el que empieza una gran
revolución de pensamientos donde nos influye a pensar, que no todo es una verdad
certera pues todo permanece como verdad hasta que surge una nueva verdad en el
campo de las ciencias naturales y científicas.

Es entonces que la vida se somete a un constante e irrenunciable cambio en el que, las


personas, los ambientes, las situaciones, países, leyes, paradigmas científicos,
corrientes de pensamiento, todos ellos, se ven obligados, arrojados sin otra alternativa
a superarse para dejar paso al progreso del universo del que nosotros también
formamos parte, aunque sea una parte irresoluble, una parte a la que le queremos dar
más importancia que a todas las demás, tan solo somos una mancha en medio de la
inmensidad del todo, de la existencia.

El cambio es, quizás, la parte del proceso evolutivo de la existencia del universo de la
que podemos estar más seguros. Desde la Grecia clásica, el cambio y el tempo, han
sido nociones que han preocupado al ser humano. Heráclito de Éfeso introdujo el
concepto de “panta rei kai oudén ménei”, todo fluye y nada permanece, jamás te
bañaras en el mismo rio, ni acariciarás la misma piel aunque fuere tuya. Estamos
sometidos a la fluidez irremediable del cambio constante e imparable de todo cuanto
nos rodea, incluso de nosotros mismos.

Nuestras células nacen y mueren constantemente, se multiplican y dividen por millones


a casa instante, del mismo modo en que el universo se re-descubre y expande, como el
agua que fluye desde el nacimiento del rio que desemboca en el mar. El cambio es una
parte imprescindible de nuestra evolución y por eso se coloca como una de las plantillas
necesarias para entender y estudiar el mundo, la humanidad y la evolución.

La ciencia actúa del mismo modo, cambiando sus paradigmas, superando teorías que
dan lugar a nuevas formulaciones gracias a las cuales podemos entender nuestro
universo, cuerpo, mente, organismo etc. Los paradigmas de la ciencia nos han
permitido conocer todo lo que nos rodea, la química, la física, la matemática y demás
doctrinas que participan de la ciencia, someten a revisión constante sus teorías para
poder generar nuevos paradigmas, pero cada cambio plantea una serie de conflictos
que dan paso a una revolución, el período en el que las teorías se reformulan para
poder afinar sus tesis y dar paso al cambio de paradigma.

Todo este proceso que, Thomas Kuhn plasma narra en su obra, nos ha permitido
formar lo que este denomina como “la estructura de las revoluciones científicas”,
revoluciones que pueden reconocerse desde los orígenes de la actividad, producción e
investigación científica.

Gracias a su estudio, hoy podemos hablar de términos como paradigma o cambio de


paradigma y, por ello hemos podido desterrar el calificativo mejor o más cierto como
términos distintivos a la hora de valorar teorías científicas, ahora podemos hablar de
diferencias entre ellas. Es por la obra de Kuhn que podemos distinguir las diferencias
entre la obra de investigación en física de Aristóteles en referencia a las de Newton. Es
necesario apuntar a estas diferencias entre ambas teorías del mismo modo en que
decir que una es mejor a otra y que, por tanto, no tiene sentido tener en cuenta a la
anterior puesto que, sin la obra primigenia de Aristóteles, es muy probable que no
hubiese llegado jamás el momento de la revelación Newtoniana.

Debemos pues, en todo proceso histórico de evolución teórica, sea cual fuere el campo,
tener en cuenta que la ciencia, como otras disciplinas de la razón pura, tener en cuenta
un concepto: que la evolución que produce el cambio nunca es en una línea recta,
nunca debe ser positivista, sino que ese proceso equiparable al de la ramificación de un
árbol o de su raíz. Siempre diverge en distintos puntos pero, son todos los caminos y
“ramas” posibles de ese “árbol”, los que nos permiten llegar a una nueva teoría
universal y necesaria para todos, a un nuevo paradigma que se seguirá revisando.

Por este motivo podemos decir que la filosofía y la ciencia nunca han estado separadas
del todo como disciplinas del saber dado que, la actividad filosófica, parte de la
teorización, re-teorización, y revisión constante de teorías, esto es, hacer teorías de
teorías en un bucle constante de búsqueda de consenso y de verdad. Es tan importante
esta actividad filosófica, que permite a la ciencia abrir nuevos campos o, incluso,
plantearse otros valores a tener en cuenta a la hora de ejercer su actividad no solo en
cuanto a teoría sino, también, en la práctica de la misma ciencia.

Con todo hay una frase que siempre retumba en mi cabeza cuando retomo este asunto,
“nunca regresa quien se va, aunque regrese”.

Referencias bibliográficas:

 Grau Almendros,B.J.(5 de agosto del 2015). Thomas khun y la estructura de las


revoluciones científicas. MasSciencie. Recuperado de
www.masscience.com/2015/08/05/thomas-kuhn/
CORRUPCIÓN EN PAÍSES NÓRDICOS.
La cultura ha sido fundamental en todos los procesos históricos contemporáneos,
desde los logros de las economías más exitosas en lo económico-social, como las
nórdicas, hasta el fracaso en gran escala de Wall Street y la crisis mundial actual.
Veamos cómo opera, en algunos casos de alta relevancia actual.

Kliksberg, ilustra con el caso de los países nórdicos, la relación entre la ética y la cultura
que explicaría como esta última juega un papel importante para la poca corrupción que
se aprecia en dichos países:

“¿Por qué países como Finlandia, primero en el mundo en la tabla de Transaparency


International, y los escandinavos en general tienen una corrupción inexistente o de muy
baja presencia?

Se podría suponer que deben tener un sistema legal draconiano que vigila cada
comportamiento de los actores de la sociedad y que las penas para la corrupción son
las máximas. No es así, tienen una legislación normal y las penas usuales. Pero tienen
algo muy importante, un desarrollo cultural, en donde la corrupción es inadmisible como
comportamiento social.

Si apareciera un corrupto,su esposa y sus hijos le harían la vida difícil, sus amigos lo
erradicarían de su círculo social y la sociedad entera lo excluiría. La corrupción está
desligitimada por la cultura de esas sociedades.

Eso no es magia. La cultura se construye, es un ejercicio permanente a través de la


educación de los medios, de los modelos de referencia y de instituciones concretas.
Así, el primer ministro de Noruega instituyó una Comisión Nacional de Valores
Humanos, no por la corrupción sino para que en todos lo colegios y municipios del país
se discutan todo el año los nuevos desafíos éticos de esa sociedad. Que la discusión
ética sea parte de la vida cotidiana. Noruega ha generado un código de ética respecto a
las políticas públicas y las relaciones comerciales y financieras con el mundo del
desarrollo para garantizar niveles de coherencia ética. Así, el Fondo de Inversión
Petrolera de Noruega, uno de los mayores del mundo con 300.000 millones de doláres,
asombró publicando una lista de 13 empresas multinacionales de las que decidió retirar
sus inversiones por sus conductas reñidas con el código de ética del Fondo, desde la
venta de armas hasta el maltrato a los empleados.”

¿Por qué países como los escandinavos tienen muy baja presencia de corrupción, un
flagelo que azota al mundo y a América latina?
Se podría suponer que deben tener un sistema legal draconiano que vigila cada
comportamiento de los actores de la sociedad y que las penas para la corrupción son
las máximas. No es así. Tienen una legislación normal y las penas usuales. Pero tienen
algo muy importante: un desarrollo cultural en el que la corrupción es inadmisible
culturalmente como comportamiento social. Si apareciera un corrupto, su esposa y sus
hijos le harían la vida difícil, sus amigos lo erradicarían de su círculo social y la sociedad
toda lo excluiría. La corrupción es deslegitimada por la cultura de esas sociedades. Eso
no es magia. La cultura se construye, es un ejercicio permanente a través de familia, de
la educación de los medios, de los modelos de referencia y de instituciones concretas.

Así, el primer ministro de Noruega instituyó en 1998, en la misma época en que los
antivalores éticos florecían en la gestión pública en la Argentina, una Comisión Nacional
de Valores Humanos, dedicada a promover su aplicación en la toma de decisiones y la
vida cotidiana.

Su mandato era el siguiente: “El principal objetivo de la comisión consiste en contribuir


a una amplia movilización a favor de los valores humanos y de la ética social, con el fin
de enaltecer los valores positivos compartidos y fortalecer la responsabilidad por el
ambiente y la comunidad. Es importante trabajar para contrarrestar la indiferencia y
promover la responsabilidad personal, la participación y la democracia”.

Entre otros logros, la comisión promovió que en los 434 municipios del país y en las
escuelas se discutiera los nuevos desafíos éticos de esa sociedad. Noruega ha
generado códigos de ética altamente exigentes en las políticas públicas, las empresas y
las relaciones comerciales y financieras con el mundo en desarrollo para garantizar
niveles de coherencia ética Así, el Fondo de Inversión Petrolera de Noruega, uno de los
mayores del mundo, con 300.000 millones de dólares, asombró publicando en los
principales medios mundiales en el 2007 una lista de trece empresas multinacionales
de las que decidió retirar sus inversiones por prácticas reñidas con los valores éticos de
la sociedad noruega. Comprendían, entre otras, la producción de minas de guerra, el
apoyo a dictaduras, el uso de mano de obra infantil, la discriminación de género, la
prohibición de formar sindicatos y el deterioro del medio ambiente.

TheNew York Times enfatizó: “En Noruega, su dinero sigue a su ética”. Son sociedades
que cultivan sistemáticamente esos valores y eso les ha significado, entre otros, los
resultados tan positivos en términos de erradicación de la corrupción. Por otra parte,
esos países (Noruega, Suecia, Finlandia, Dinamarca), lo que se llama el modelo
nórdico, son los líderes en desarrollo humano del mundo, según la tabla de Desarrollo
Humano de las Naciones Unidas. Sobre 180 países, en los últimos diez años el número
uno es Noruega y los otros están dentro de los primeros. Uno de los pilares de sus
logros son sus altos niveles de equidad. Tienen el coeficiente Gini (de desigualdad en la
distribución del ingreso) más bajo del planeta: 0,25. Se podría pensar que en los países
nórdicos hay decretos que dicen que las distancias sociales entre lo que ganan unos y
otros deben ser reducidas. En Noruega, por ejemplo, lo que gana un empresario
privado respecto de lo que ganan los operarios es tres a uno. La distancia entre el 10
por ciento más rico y el más pobre es en Noruega de 5 veces, y en Suecia y Dinamarca
de 6 veces.

En Chile y México es 500 por ciento veces mayor. Y en las sociedades más desiguales,
como Guatemala, Panamá y Colombia, está cerca de ser el 1.000 por ciento. No hay en
el mundo nórdico decretos al respecto. Los dirigentes de la Central de Empresarios
Privados de Noruega suelen explicar que los empresarios privados del país ganan
mucho menos que los empresarios privados promedio de los países desarrollados, pero
no tiene ninguna duda en este comportamiento, porque “la equidad” es un valor central
de la cultura de estos países.

Su cultura valora la igualdad: igualdad de oportunidades e igualdad real.

Esto es vida cotidiana. En un encuentro con el autor, señalaban que los noruegos
tienen normalmente un bungalow para pasar los fines de semana, en las afueras de
Oslo, y dicen que sería mal visto tratar a toda costa de tener un bungalow de calidad
superior a la de los otros. Rechazan la ostentación. Decían que en Noruega, en
definitiva, “está muy mal visto ser muy rico”. Este valor cultural ha sido construido a
través de procesos educativos sistemáticos. En diversos países de la región, las
tendencias fueron en las últimas décadas en sentido opuesto: la cuasilegitimación de la
corrupción y de las grandes desigualdades.

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