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Cuartas Jornadas de Jóvenes Investigadores UNT - CONICET Tucumán, 22, 23 y 24 de Junio de 2010

Universidad Nacional de Tucumán


Núcleo disciplinario/Comité académico: Tema UNL 1: Ciencias Políticas y Sociales
Titulo del Trabajo: SITIO ARQUEOLOGICO EL LINDE, LA OVEJERIA (TAFI DEL VALLE, TUCUMAN):
APORTES DESDE EL ESTUDIO DE RESTOS OSEOS HUMANOS Y EL ANALISIS DEL ESPACIO.
Autor/es: Castellanos, Maria Cecilia; Ibáñez, Soledad y Leiva, Ana Victoria.
Dirección Electrónica: anavictorialeiva@gmail.com , soledadib@gmail.com,
cecicastellan88@yahoo.com.ar
Palabras Claves: Arqueología, Tafí del Valle, Espacios Funerarios Prehispánicos.
Arqueología, Tafi del Valle, Prehispanic espaços funerários.
Cuartas Jornadas de Jóvenes Investigadores UNT - CONICET Tucumán, 22, 23 y 24 de Junio de 2010

Introducción
La funebria y los espacios vinculados a la misma durante el Tardío es un tema encarado
recientemente en el Valle. La evidencia es elocuente en diferentes localidades, Manasse (2007)
menciona la existencia de cementerios santamarianos en La Ovejería, Las Tacanas, El Churqui,
El Potrerillo, Los Cuartos, entre otros. Trabajos recientes en el Noreste del valle (La Quesería II,
Los Cuartos), dan cuenta de la presencia de un espacio funerario propio de estos momentos con
sutiles rasgos incaicos (Ibáñez, 2010, Castellanos, 2010). Paralelo a esto, trabajos de rescate
arqueológico no dejan duda sobre la importancia de este tipo de evidencia (Manasse, 2009a y b),
constituyéndose en una vía de reflexión relevante para discutir la dinámica de los grupos que
habitaron el valle durante estos momentos.
A partir del hallazgo de alfarería santamariana y de fragmentos de restos óseos humanos,
el sitio El Linde fue considerado como un cementerio santamariano (Leiva Benegas, 2003). El
mismo presenta evidencia de constante alteración antrópica (huaqueo) y natural, y que aquí no se
realizaron excavaciones sistemáticas. En este trabajo nos planteamos analizar las asignaciones
de tipo funerarias establecidas a este sitio, teniendo en cuenta las características espaciales del
emplazamiento y las materialidades asociadas en el mismo, específicamente nos centramos en
una muestra de restos óseos humanos recolectados en el año 20021.
Características generales del valle y localización del contexto analizado
El Valle de Tafí es una cuenca intermontana ubicada a una altura media de 2000msnm
localizada en el centro-Oeste de la Provincia de Tucumán, en el departamento Tafí del Valle; entre
los 26º 45’ y 26º 58’ latitud Sur y los 65º 37’ y 65º 52’ longitud Oeste. El sitio conocido como El
Linde se localiza en La Ovejería, a 26° 51’ 19,3” Sur y 65° 45’ 00,0” Oeste, se ubica en una
pequeña lomada de depósitos loéssicos sobre un micro valle (Leiva Benegas, 2003). La ladera en
la que se halla, presenta una exposición al Este. En particular se trata de una zona con pendiente
media (entre 5 % y 20 %) a fuerte (mayor a 20 %), la cual está expuesta a la erosión hídrica y
laminar. Hasta el momento solo se realizaron dos trabajos en este sitio, uno de ellos tomando en
cuenta algunos criterios espaciales (Leiva Benegas, 2003) y otro, en el cual se analizó la alfarería
hallada en el lugar desde lo tecnológico específicamente (Páez, 2005). La mayor cantidad de
investigaciones se están desarrollando en el Norte del Valle, las cuales arrojan datos significativos
en cuanto a la dinámica socio política durante el Tardío (Manasse, 2007; Páez 2005, entre otros).
En particular las investigaciones sobre la funebria son recientes y generan un nuevo campo de
interés y vía de reflexión sobre la ocupación humana durante este período.

1
El trabajo se enmarca en los proyectos “Procesos socio – culturales del último milenio en el borde oriental del sub-área
valliserrana: el Valle de Tafí” (UNCa) y “Producción y gestión de Recursos Arqueológicos en el Valle de Tafí.
Articulación ciencia y sociedad” (UNT), dirigidos por la Lic. Manasse
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Desde lo teórico
Nos apoyamos en una noción de espacio que se aparte de una concepción puramente
física y que incluya a los sujetos humanos que lo construyen por medio de acciones y relaciones.
Consideramos al espacio como un producto social/cultural que tiene una historia que lo sustenta y
responde a la lógica de un momento histórico y de un contexto político/social determinado (Criado
Boado, 1999; Lazzari, 2005; entre otros) Siguiendo a Lazzari (2005), consideramos que las
relaciones sociales tienen una doble dimensión: forman espacios a la vez que dependen de los
espacios para reproducirse, por lo que los sujetos que conforman sociedades son los agentes
creadores de sus propias imágenes espaciales. Las relaciones sociales conectan espacios
pasando a conformar redes sociales y paisajes y a su vez, los paisajes sociales incorporados en
los objetos materiales y sus trayectorias, también pueden ser aprendidos a través de las
actividades en las que se utilizan esos objetos (Lazzari, 2005).
La información obtenida del análisis de restos óseos humanos, es crucial a la hora de
abordar las prácticas funerarias, ya que estas nos pueden brindar datos sobre las características
físicas de una población, patologías, marcas de tensión social, dieta, entre otros, presentes en un
grupo determinado. A nivel regional, se profundizo en determinadas evidencias materiales (i.e. la
alfarería para establecer cronología), dejando de lado los datos que se pueden obtener de una
análisis bioantropológico. (Baldini y Baffi, 2007)
Metodología de trabajo
Desde el análisis espacial: Teniendo en cuenta las características de hallazgo de dicho espacio
y más aún sabiendo que hasta el momento no se realizaron excavaciones sistemáticas en el
mismo, estamos en condiciones de evaluarlo desde perspectivas que aborden la percepción
cinética y visual del espacio. Mañana Borrazás et al. (2002) señalan dos acciones relacionadas al
evento de la percepción, por un lado podemos percibir y sentir los espacios a través del
movimiento entre los mismos y por otro lado, lo hacemos a través de la percepción visual2. Sin
embargo, no son los únicos medios. Estos pueden ayudarnos a conocer qué elementos influyen
en la percepción de las formas y los espacios construidos3. Entre las condiciones de visualización
podemos nombrar: las condiciones de visibilidad o posibilidades que tengamos los seres humanos
de percibir o visualizar algo a partir de una posición o emplazamiento (Criado Boado, 1999;
Mañana Borrazás et al. 2002, lo señalan como la percepción desde); y las condiciones de
visibilización, que implican las posibilidades que tiene un espacio o elemento de ser percibido o la

2
Mañana Borrazás et. al. (2002) desarrollan esta propuesta metodológica a partir de trabajos tomados del ámbito de la
Arquitectura (por ejemplo Baker 1994 y Ching 1995, en Mañana Borrazas et al. 2002); por lo tanto, son sugeridos para
aplicar en espacios con construcciones arquitectónicas. Sin embargo, fueron apropiados en el análisis del espacio que
aquí realizamos.
3
Cabe aclarar que en nuestro trabajo nos referimos a un espacio construido, entendiendo que el mismo no
necesariamente debe presentar atributos arquitectónicos para ser considerado como tal.
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manera en que puede influir en la percepción humana ya sea desde afuera como también sobre el
entorno en el que se encuentra (según los autores, la percepción de). Moore (1996) sugiere otras
variables, entre ellas tomamos en cuenta: la accesibilidad, que nos permitirá trabajar el grado de
interconexión entre espacios o construcciones. Esto toma diferentes valores en función de la
cantidad de umbrales que deben franquearse para llegar a un punto y de las distintas
configuraciones que adopta (simetría y distribución). Lo cual nos permitirá integrar al análisis, el
grado de control social y ordenamiento relativo sobre y de un espacio (Hillier y Hanson 1984,
citado en Chiappe Sánchez, 2007).
Desde el estudio de restos óseos humanos: en primer lugar se realizó una determinación de
especie para diferenciar restos óseos humanos de aquellos de fauna, observando características
macroscópicas de los fragmentos de huesos presentes, con la finalidad de identificar partes
diagnósticas que permitan realizar la diferenciación entre huesos. Posteriormente se estimó el
número mínimo de individuos (MNI) a partir de las unidades anatómicas diagnósticas (Buikstra y
Ubelaker, 1997) y a su afinidad morfológica (semejanza en el grado de madurez), para luego
realizar la descripción morfológica de cada pieza presente y el análisis osteométrico de aquellos
huesos con posibilidad de ser medidos, observando: porción presente, lateralidad, posibles
lesiones, entre otros. También se evaluó el grado de conservación de cada hueso teniendo en
cuenta las características visibles y la resistencia a los cambios de ambiente, y las características
de hallazgo de la muestra (considerando que fueron recuperados en superficie y que dicho sitio se
halla muy alterado por procesos antrópicos y naturales). se realizó el registro fotográfico e
inventario de la muestra.
El Linde, algunas aproximaciones a nivel espacial
Se halla localizado al pié del cerro El Muñoz en una lomada de suelo loésico. Leiva
Benegas (2003) menciona la clara diferencia de altura entre la zona mas alta y la más baja del
sitio y la obstrusividad que presenta el mismo, es decir, la sensibilidad de ser detectado mediante
diferentes técnicas de prospección. La accesibilidad al sitio no es complicada, sin embargo su
localización presenta cierto ocultamiento. La evidencia material está compuesta por fragmentos de
urnas de estilo santamariano (Páez, 2005, Leiva Benegas, 2003), hasta el momento no se detectó
evidencia arquitectónica visible en superficie ni sub-superficialmente. En el año 2009 realizamos
una visita al lugar con el fin de llevar a cabo un análisis teniendo en cuenta criterios de percepción
cinética y visual del espacio. A partir de ello, podemos señalar:
Visibilidad: Desde el lugar de emplazamiento de El Linde no se tiene una buena visión del
entorno completo (o en 360º), ya que existe otra ladera al frente que constituye un elemento
natural que obstruye y dificulta la visión hacia el entorno. Sin embargo, desde la zona más alta del
sitio podemos visualizar en dirección Norte y Este el Valle. Debemos tener en cuenta que el sector
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Norte es en la actualidad una de las vías de acceso a Tafí y la conexión de éste con los valles del
Oeste del NOA. Hacia el Este, es posible visualizar los faldeos occidentales de las Cumbres
Calchaquíes.
Visibilización: A partir de la ubicación que presenta, y teniendo en cuenta que no se
registraron evidencias arquitectónicas en superficie, podemos señalar que este espacio tiene una
visibilización baja o nula. El lugar de emplazamiento permitiría pensar en un espacio que fue
construido con una idea de ocultamiento. Las características naturales del entorno donde se
ubica, nos sugieren que este espacio natural fue utilizado como un recurso o elemento para
generar cierto “ocultamiento” de esta zona. Si bien se encuentra en un sector que presenta una
considerable altitud, el hecho de que se halle en una ladera, obstaculiza de cierta manera que
éste sea visible desde otras ciertas zonas.
Accesibilidad: Si bien su acceso en la actualidad no es complicado, presenta barreras
naturales y físicas que no permiten ubicarlo fácilmente en el paisaje desde cualquier punto y que
obstaculizan el acceso y la visión hacia éste.
Aportes desde el análisis de restos óseos humanos
Trabajamos con una muestra de 20 fragmentos de huesos humanos recuperada a partir de
tareas de prospección llevadas a cabo por otros investigadores en el sitio durante el año 2002.
Cabe aclarar, que al momento de dichas tareas, se realizó un inventario preliminar de los restos
óseos recuperados. Debido a las características de hallazgo de la muestra realizamos análisis
morfológicos de los restos óseos presentes, pudiendo estimar un MNI de 2 individuos, y
diferenciar 2 grandes grupos etarios: adultos y subadultos, sin poder determinar con mayor
precisión diferentes rangos de edades. Tampoco fue posible estimar sexo ni presencia de
patologías en los huesos presentes (Ibañez et al. 2010, MS).
• Los individuos adultos se encuentran representados por: seis 6 fragmentos medios de
costillas; dos fragmentos de huesos largos indeterminados correspondientes a la diáfisis; un
calcáneo izquierdo altamente erosionado dejando el tejido esponjoso expuesto en casi su
totalidad; tres metacarpianos con presencia de manchas por la exposición al sol, decoloración
y, erosión del tejido cortical; un metatarsiano izquierdo; segundo molar superior.
• Los individuos subadultos se encuentran representados por: un fragmento de maxilar inferior
(hemimandibula derecha) cuyas características angulares permiten estimar sexo masculino,
observando una posible patología, entre el segundo incisivo y el canino, evidenciada como un
notorio hundimiento en el tejido óseo; un fragmento de cabeza de hueso largo no determinado
con rugosidades típicas de pre-soldadura o de crecimiento; un fragmento de cráneo,
posiblemente de parietal, altamente alterado observándose tejido esponjoso; una vértebra
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lumbar media; un fragmento del esternón correspondiente al manubrio que se presenta


completo.
Las características de hallazgo de los mismos provocaron que algunos huesos presentaran rasgos
de exposición a agentes erosivos como el sol y el agua, evidenciados en los cambios de
coloración, pérdida de tejido óseo, erosión del tejido cortical, entre otros.
Discusiones
Las actividades de huaqueo en El Linde expusieron en superficie una importante cantidad
de fragmentos de piezas abiertas y cerradas (pucos y urnas) de estilo santamariano, y alfarería
con características utilitarias en este contexto. Páez (2005) menciona que a juzgar por el tamaño
de las bases recuperadas, se podría pensar en vasijas de grandes dimensiones. A partir de la
gran cantidad de material alfarero que se pudo registrar en superficie, se maneja la hipótesis de
que en este espacio se habría dado un tiempo de uso relativamente importante, vinculado a la
funebria (Páez, 2005). Hasta el momento no contábamos con evidencia asociada a prácticas
funerarias, más allá de fragmentos de alfarería.
Evaluando posibilidades desde el análisis espacial, podemos decir que tomando en cuenta
el lugar de emplazamiento es posible destacar las dificultades que presenta el terreno -a nivel
topográfico- para realizar la inhumación de cuerpos. La pendiente del lugar (media a fuerte) y los
procesos naturales (en particular aquellos causados por agentes hídricos) a los que está
expuesto, constituyen dos factores importantes a la hora de considerar una funcionalidad
específicamente funeraria. De la misma manera, hasta el momento, se lo mencionó como un
cementerio a partir del hallazgo de fragmentos de alfarería pintada y de manufactura tosca, y de la
presencia de numerosos pozos de huaqueo en la zona. Sin embargo, ¿cabe pensar en una
relación directa entre número de entierros, pozos de huaqueo y cantidad de fragmentos?
El hallazgo de restos óseos humanos constituye una herramienta más para evaluar las
posibilidades de que en El Linde se hayan llevado a cabo eventos asociados a entierros humanos.
Lamentablemente, no se llevaron a cabo excavaciones sistemáticas en la zona, las cuales
resultan fundamentales al momento de reflexionar sobre sus posibles funcionalidades, por lo cual
si bien contamos con restos óseos humanos, desconocemos la procedencia y asociación de los
mismos.
Trabajos recientes dan cuenta de la presencia de evidencia de funebria en sectores del
Noroeste del Valle, las mismas fueron conocidas a partir de procesos naturales y por alteración
antrópica. En ambos sectores se llevaron a cabo tareas de rescate arqueológico. Uno de los
contextos en particular se halla vinculado espacialmente a El Linde, se trata del sitio conocido
como Zanja Cancha de los Cuervos. Los hallazgos aquí encontrados se ubican en una quebrada
que presenta barrancos con una pendiente abrupta, lo cual sumado al agente hídrico, provocó el
movimiento y desplome de los suelos y evidencias materiales arqueológicas. Como producto de
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este desplazamiento de suelo, quedaron al descubierto estructuras prehispánicas funerarias y


materiales aquí asociados, junto a restos óseos humanos (Manasse 2009a). La evidencia material
presenta principalmente alfarería de estilo Santa María bicolor y tricolor, santamariano tosco o
marleado y Famabalasto negro grabado. Manasse ubica a esta muestra hacia los siglos XIII a XV
de la EC, y por la cantidad de piezas aquí halladas (11), señala que quizás se trate de un depósito
de mayor complejidad. Para este contexto, se cuenta con un fechado absoluto realizado en una
muestra de hueso humano, el cual arrojó una fecha de 480 ± 60 años AP (Manasse com. pers.
2009).
Si comparamos ambos contextos, podemos decir que presentan algunas diferencias, ya
que en El Linde no tenemos evidencia de construcciones arquitectónicas y en Zanja Cancha de
los Cuervos se conocieron hasta el momento dos estructuras circulares (cistas). Por otro lado,
según lo señalado para el primero, se trataría de un espacio en el que enterraron individuos
subadultos. Sin embargo, las características de la muestra de restos óseos humanos que
analizamos, permite reflexionar sobre lo considerado, ya que en la misma pudimos determinar
huesos de individuos adultos (Calcáneo izquierdo, tres metacarpianos, primer metatarsiano
izquierdo, fragmentos de costillas) y por otro lado, los huesos correspondiente a subadultos, por
su grado de desarrollo, no se tratarían de infantes.
Si bien para Zanja Cancha de los Cuervos se menciona arquitectura en piedra, a nivel
superficial no existe elemento alguno que permitiera suponer la existencia de contextos funerarios
arqueológicos. De la misma manera, en El Linde, tampoco se detectan marcas o evidencias
arquitectónicas que den cuenta de su posible uso funerario. La presencia de construcciones
arquitectónicas en uno de estos espacios, nos puede llevar a pensar en diferentes maneras de
organizar y construir los espacios funerarios en ambas zonas, que aunque se hallan directamente
vinculadas, presentan notables diferencias entre sí.
Si tenemos en cuenta algunas perspectivas espaciales, podemos decir que El Linde se
ubica sobre un relieve que tiene una pendiente de tipo media a fuerte o abrupta, por otro lado,
presenta una visibilización baja que le otorga una característica de “ocultamiento” en el paisaje en
el que se ubica y una visibilidad muy baja. Es importante tener en cuenta que para el sitio Zanja
Cancha de los Cuervos, también se mencionan estas características, siguiendo criterios propios
del análisis de percepción visual y cinética. Asimismo, podemos mencionar el hallazgo fortuito de
entierros humanos en El Lambedero (o Lamedero) en la zona de Las Tacanas, conocidos a partir
de la acción de maquinarias para nivelar el terreno y para la apertura de calles. Hasta el momento
solo se tiene cuenta del entierro directo de un individuo adulto, sin construcciones arquitectónicas
ni ajuar o acompañamiento asociado. Sin embargo, cabe aclarar que para realizar las actividades
de rescate en esta zona no se contó con el tiempo necesario para excavar una superficie mayor,
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por lo cual no se descarta dicha presencia. En la zona cercana donde se halló dicho entierro,
también se pudo observar la presencia de una estructura que presenta un hundimiento en el
terreno o de tipo depresión (Manasse, 2009b).
Ahora bien, teniendo en cuenta lo que se conoce hasta el momento para el Noroeste del
Valle, es importante mencionar el hallazgo de un contexto funerario ubicado al Noroeste de Tafí,
donde las características se presentan notablemente diferentes. Para esta zona, en La Quesería
II, Los Cuartos, tenemos información de un espacio funerario que se halla localizado en la zona
media de un sector que presenta importante evidencia arqueológica de ocupación durante
momentos Tardíos. Se trata de un espacio en el cual se asocian entierros secundarios de
individuos con vasijas pintadas y toscas de estilo santamariano. Destacándose entierros directos
de tres individuos subadultos y un adulto, el entierro del cráneo del individuo adulto en una vasija,
y posiblemente entierros de niños menores a dos años en vasijas pintadas. A partir del análisis de
la alfarería recuperada por trabajos de rescate arqueológico, se plantea que la alfarería de este
espacio sería preeminentemente local, presentando algunas características morfológicas propias
de momentos incaicos en el NOA (Castellanos e Ibañez, 2009). Hasta el momento, no se detectó
arquitectura asociada a dichos entierros. Los criterios propios del análisis espacial permiten
señalar que este espacio presenta una excelente visibilidad del Valle y del entorno en general. Sin
embargo, las características de visibilización del mismo, son muy bajas. Por otro lado, debemos
tener en cuenta que los criterios trabajados desde este tipo de análisis son medidos desde la
actualidad, siguiendo categorías y modos de percibir actuales.
Si comparamos los espacios vinculados a la funebria conocidos en sectores del Norte del
Valle, podemos observar que la evidencia material hallada en sitios del Noroeste del Valle no tiene
rasgos ni elementos que se puedan vincular a momentos de dominio incaico. Para el sector
Noreste del Valle, en el espacio funerario de La Quesería II, la evidencia material está indicando
que de alguna manera lo inca ingresó a la vida de los grupos que aquí habitaron e hicieron uso de
este espacio. Asimismo, este contexto está vinculado espacialmente a un número importante de
estructuras posiblemente de momentos Tardíos, mientras que El Linde, se ubica
aproximadamente a 5km. Del sitio arqueológico mas cercano, no presentando ningún tipo de
evidencia arquitectónica visible.
Volviendo a nuestro caso de estudio, y teniendo en cuenta la muestra analizada, podemos
decir que si bien son restos óseos hallados en superficie, cabe la posibilidad que los mismos
hayan quedado expuestos a partir de las acciones de huaqueo, lo que permite considerar que en
el sitio se hayan realizado eventos de inhumación.
Lamentablemente, el estado de la muestra analizada no permitió avanzar más en los
análisis. Sin embargo, la presencia de dichos materiales brinda la posibilidad de reflexionar lo
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investigado y sostenido sobre dicho sitio, permitiendo abrir nuevas líneas de investigación donde
se hace necesario llevar a cabo excavaciones sistemáticas.
Consideraciones finales
En la arqueología argentina el período Tardío en el NOA ha sido considerado como una
época caracterizada por sociedades de tipo jefaturas, donde el poder político y social estaba
centrado en determinados grupos o individuos (Raffino, 1988; Tarragó, 2000; entre otros). La
aplicación de modelos tradicionales para toda la región, produjo que en Tafí se homogeneizaran
procesos y espacios englobando todo en un mismo período bajo el nombre de Desarrollos
Regionales, ajustado al Valle de Yocavil, del cual dependería política y económicamente el Valle
de Tafí durante estos momentos.
Sin embargo, los trabajos que se vienen llevando a cabo permiten hablar más de
particularidades que de similitudes o “desarrollos regionales”. Esto lo podemos señalar si tenemos
en cuenta los espacios -hasta ahora conocidos- asociados a funebria en el Noroeste del valle.
En este sentido, podemos apoyar lo que señala Manasse (2007) que en Tafí se habría
dado una ocupación local continua y estable, y que las poblaciones locales durante el Tardío o
PDR mantuvieron una relativa autonomía con respecto a centros de mayor poder aledaños (en
particular el valle de Santa María). Estudios tecnológicos en alfarería de estos momentos
permitieron sugerir que el valle de Tafí estuvo vinculado dentro de un contexto geopolítico amplio,
manteniendo sus propias particularidades (Páez, 2005).
Aportamos un corpus de información a los trabajos que se vienen realizando en el Valle,
que nos permite señalar que en éste no existió una homogeneidad en las practicas funerarias ya
que observamos diferencias de tipo arquitectónicas, alfareras, características de los individuos
enterrados, etc. ligadas a la funebria en los contextos analizados hasta el momento, que en la
actualidad están siendo un punto importante de análisis.

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