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Jiménez Musicoterapia para el tratamiento de la ansiedad, depresión y somatizaciones Estudio de un caso

Musicoterapia para el tratamiento de la


ansiedad, depresión y somatizaciones
Estudio de un caso
Carolina Jiménez Izarrai
caroljimiza@gmail.com

Resumen
Se ha escrito mucho acerca de la musicoterapia como tratamiento efectivo para la
ansiedad y la depresión. Este artículo pretende profundizar en las cualidades
beneficiosas de la musicoterapia y su capacidad para contribuir a la mejora de este tipo
de trastornos.
Objetivos: Los objetivos de este estudio son: a) Evaluar los efectos de la musicoterapia
para el tratamiento de la ansiedad y la depresión; b) identificar los cambios psíquicos y
físicos que se producen durante las sesiones de musicoterapia; y c) analizar los aspectos
positivos de la musicoterapia para la mejora de este tipo de trastornos.
Método: Una mujer de 67 años diagnosticada de síndrome ansioso-depresivo con
somatizaciones. Participa en 8 sesiones de musicoterapia, una por semana. Se le
practica un pre-test y un post-test en cada sesión para medir 6 parámetros siguiendo la
escala de Likert. A su vez, se le realiza la Escala de Ansiedad de Hamilton y la Escala
de Depresión de Yesavage al inicio y al final del proceso de musicoterapia. Todas las
sesiones son grabadas en vídeo para su posterior estudio.
Resultados: No se observan cambios a nivel general en la Escala de Depresión de
Yesavage. Sin embargo, sí aparece una mejoría notable en la Escala de Ansiedad de
Hamilton. También se producen cambios significativos en los test realizados en cada
sesión.
Conclusiones: La musicoterapia contribuye a la mejora de los niveles de ansiedad,
aunque existe la influencia de otros factores externos que debemos tener en cuenta. Se
han registrado cambios positivos en los síntomas depresivos, pero no cambios
sustanciales a nivel global, debido al tipo de análisis y a la necesidad de un proceso más
largo.
Palabras clave: musicoterapia, ansiedad, depresión, somatizaciones

Music therapy for the treatment of anxiety, depression and


somatizations Case study
Abstract
Introduction: Much has been written about music therapy like an effective treatment for
anxiety and depression. This article aims to deepen the beneficial qualities of music
therapy and its ability to contribute to the improvement of this type of disorder.

https://revistas.uam.es/index.php/rim ISSN 2530-8149




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Objectives: The objectives of this study are: a) to assess the effects of music therapy for
the treatment of anxiety and depression; b) identify the physical and psychological
changes that occur during music therapy sessions; c) analyze the positive aspects of
music therapy for the improvement of this type of disorder.
Method: A 67-year-old woman diagnosed of anxious and depressive syndrome with
somatization. She takes part in 8 sessions of music therapy, one per week. It is done a
pre-test and a post-test in each session to measure 6 parameters according to Likert
Scale. At the same time, it is realized the Hamilton Anxiety Scale and the Yesavage
Depression Scale at the beginning and at the end of the process of music therapy. All
sessions are recorded on video for later study.
Results: No changes are observed at a general level in the Yesavage Depression Scale.
However, there is a remarkable improvement in the Hamilton Anxiety Scale. There are
also significant changes in the tests done in each session.
Conclusions: Music therapy contributes to the improvement of the levels of anxiety,
although there is the influence of other external factors that we must take into account.
Changes have been reported in depressive symptoms, but not substantial changes at the
global level, due to the type of analysis and the need for a longer process.
Keywords: music therapy, anxiety, depression, somatization

Introducción

Los trastornos de ansiedad y depresión son dos de los trastornos mentales que más
afectan a la población general. Entre el 15 y el 20% de la población española sufre un
episodio de ansiedad cada año y entre el 25 y el 30% lo padece al menos una vez en su
vida (Cervera, 2011). Se calcula que un 17% de la población presenta un cuadro
depresivo en algún momento de su vida, con mayor incidencia en mujeres que en
hombres. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2003), se estima que la
depresión afecta a 350 millones de personas en el mundo y establece que en 2030 se
convertirá en la primera causa de discapacidad.
Un agravante a esta situación es la alta comorbilidad que se da entre ambos síndromes,
además de la somatización.
Tal y como especifica el DSM-IV-TR (2000), los síntomas asociados a estos trastornos
son los siguientes:

TABLA 1
Síntomas de los trastornos de ansiedad
_____________________________________________________________________
Estado de ánimo depresivo la mayor parte del día
Disminución acusada del interés o de la capacidad para el placer

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Pérdida importante de peso sin hacer régimen o aumento de peso


Insomnio o hipersomnia
Agitación o enlentecimiento psicomotores
Fatiga o pérdida de energía
Sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados
Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse
Pensamientos recurrentes de muerte

TABLA 2
Síntomas de los trastornos de ansiedad
Inquietud o impaciencia
Fatigabilidad fácil
Dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco
Irritabilidad
Tensión muscular
Alteraciones del sueño
__________________________________________________________________________________________________________________

A menudo estos trastornos van acompañados de síntomas somáticos que se traducen en


cambios fisiológicos, como son la taquicardia, temblores, sequedad de boca, sudoración,
dificultad para respirar, náuseas, cefaleas, tensión muscular, dolores crónicos…
(Cervera, 2011). Esto sucede cuando la mente enferma al cuerpo, no existe una causa
orgánica para explicar esos síntomas, pero el dolor y el sufrimiento es real. Estos
pacientes buscan frecuentemente ayuda médica, consumen multitud de fármacos y están
sometidos a una gran cantidad de pruebas médicas. La falta de un conocimiento más
claro sobre este cuadro clínico acaba sobrecargando los circuitos de atención sanitaria,
elevando el coste de los tratamientos sin conseguir con ello la curación de los pacientes
e incluso empeorando el cuadro clínico (Feixas, Cipriano & Varlotta, 2007). Los
pacientes somatizadores tienden a padecer más trastornos psiquiátricos. La
comorbilidad entre somatización, ansiedad y depresión ha sido en la mayoría de los
estudios muy elevada, constatándose en población española una comorbilidad por
encima del 85% (López & Belloch, 2002).


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Estas patologías psiquiátricas están directamente relacionadas con la salud emocional.


La investigación neurofisiológica destaca la actividad de las áreas prefrontales, la
amígdala y la corteza del cíngulo en los sujetos con somatizaciones, sugiriendo un
déficit en los procesos de regulación emocional que modula el sistema nervioso central
(Sánchez-García, 2013). Por ello son necesarias otras terapias además del empleo de la
palabra y los fármacos, que ayuden a la regulación emocional, como es la
musicoterapia. Según Sánchez-García (2013):
Igual que ninguna experiencia humana es ajena a la emoción, una mayor
atención en la investigación de los procesos psicológicos que integran
cognición y emoción, implicados en la somatización, pueden ayudarnos a
mejorar la calidad de vida y el propio estado de salud de los sujetos que las
presentan. El estudio psicológico y neurofisiológico de los procesos
mediadores del SNC en la emoción y de las terapias dirigidas a modificar los
procesos psicológicos cognitivo-emocionales en los sujetos con somatizaciones
sugiere ser una línea de trabajo potencialmente fructífera. (p.266).

Numerosos estudios demuestran los efectos beneficiosos de la musicoterapia para el


tratamiento de estas patologías. Mejora los niveles funcionales de pacientes que han
sufrido una apoplejía, dotándoles de un soporte emocional que les ayuda a reducir sus
niveles de ansiedad y depresión (Dong, Yoon, Jung, Sang-Hee, Kang, Young, Chul
&Yeo, 2011). Contribuye a la rehabilitación funcional y cognitiva de pacientes que han
sufrido daño cerebral, modificando los desórdenes sensoriales, cognitivos, afectivos y
comportamentales, siendo principalmente activa en los desórdenes de ansiedad,
depresión y agitación (Guétin, Soua, Voiriot, Picot & Hérisson, 2008). La musicoterapia
también es efectiva para la reducción de la ansiedad y la depresión en pacientes con
Alzheimer (Guétin, Portet, Picot, Pommié, Messaoudi, Djabelkir, Olsen, Cano, Lecourt
& Touchon, 2009), en pacientes neurológicos (Magee & Davidson, 2002) y en pacientes
psiquiátricos (Ae-Na, Myenng & Hyun-Ja, 2008). A través de la improvisación en
musicoterapia, se expresan y comunican emociones que ayudan a mejorar la salud
reduciendo los niveles de estrés y ansiedad (MacDonald & Wilson, 2014). Estudios en
salud mental con ancianos deprimidos también corroboran los beneficios de la


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musicoterapia en los estados depresivos, observándose una mejoría sustancial en el


estado de ánimo, autoestima y desempeño social (Oliva & Fernández, 2005).

La musicoterapia es, por tanto, una terapia eficaz y poderosa que debemos valorar y
considerar para el tratamiento de este tipo de patologías. La capacidad de la música
como herramienta para la canalización de emociones y la relación personal y humana
que se establece entre paciente y terapeuta, quien actúa como fuerza dinamizadora de
cambio, convierten a la musicoterapia en un proceso terapéutico a tener en cuenta. El
cuidado de la mente y las emociones requieren más cuidado que el uso de los fármacos.
Según Cervera (2011), cada día hay más evidencia de que el tratamiento de los
trastornos psíquicos no debe únicamente estar dirigido a los síntomas mediante el uso
de medicamentos. Y también necesita algo más allá de una psicoterapia, pues en
muchas ocasiones, los pacientes no encuentran en la palabra la explicación a sus males.
La música es un lenguaje, pero un lenguaje especial dirigido esencialmente a comunicar
emociones, evocarlas y hasta reforzarlas (Arias, 2007). La música habita el plano no
verbal, permitiendo un acceso inmediato a todos los niveles de funcionamiento del ser
humano: físico, intelectual y afectivo emocional (Camacho, 2006). Actúa de inmediato
y es un auténtico impacto del cual es casi imposible sustraerse (Poch, 2001). Cuando las
ondas sonoras son percibidas por el cerebro, respondemos con emociones que provocan
alteraciones fisiológicas que actúan sobre el sistema nervioso central, afectando a todo
nuestro ser (Jauset, 2011). Mediante la escucha y la ejecución musical podemos
expresar y liberar emociones, y también contribuye a cambios en los estados de ánimo.
La actividad se sintetiza en una función tanto receptiva como ejecutiva del cerebro, que
permite modificar conductas y nos ayuda en nuestro desarrollo psíquico y emocional
(Lacárcel, 2003). La música puede provocar en el ser humano efectos sedantes o
estimulantes (Oslé, 2011). Es especialmente interesante para el tratamiento de la
ansiedad, depresión y somatizaciones, debido al impacto que produce en nuestro
organismo. Entre los cambios fisiológicos más importantes que produce están los
siguientes: acelera o retarda las principales funciones orgánicas (ritmo cerebral,
circulación, respiración, digestión y metabolismo); incrementa o disminuye el tono y la
energía muscular; modifica el sistema inmunitario; altera la actividad neuronal en las


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zonas del cerebro implicadas en la emoción, e incrementa la resistencia para el trabajo


(Soto, 2002).

La musicoterapia se presenta como un remedio contra el abuso de los antidepresivos, ya


que determinados aspectos de la música inducen a la alegría. Cuando escuchamos
música que nos gusta, se estimula la producción de neurotransmisores obteniéndose un
estado que favorece la alegría y el optimismo en general (Jauset, 2011). Las
investigaciones más recientes han revelado que la música aumenta los niveles de
endorfinas, los opiáceos propios del cerebro, así como los de otros neurotransmisores,
como la dopamina, la acetilcolina y la oxitocina. De las endorfinas se ha descubierto
que dan motivación y energía ante la vida, que producen alegría y optimismo, que
disminuyen el dolor; que contribuyen a la sensación de bienestar; que estimulan
sentimientos de gratitud y satisfacción existencial (Agudelo, 2002).

La hipótesis de este estudio es, que a través de la musicoterapia, utilizando la música


como herramienta por un profesional cualificado, se pueden producir cambios positivos
en pacientes con trastornos psíquicos, como son la ansiedad, la depresión y las
somatizaciones. Los cambios neuroquímicos que la música es capaz de producir en la
química del cerebro tendrán consecuencias conductuales claras, incluso en la esfera
cognitiva (Dierssen, 2004). Con el fin de profundizar en las cualidades beneficiosas de
la musicoterapia, los objetivos que persigue este estudio son los siguientes: a) Evaluar
los efectos de la musicoterapia para el tratamiento de la ansiedad y la depresión; b)
identificar los cambios psíquicos y físicos que se producen durante las sesiones de
musicoterapia; y c) analizar los aspectos positivos de la musicoterapia para la mejora de
este tipo de trastornos.

Método
Participantes
Este estudio se basa en una mujer de 67 años diagnosticada de trastorno ansioso-
depresivo con somatizaciones. Lleva institucionalizada en una residencia de mayores
desde hace 5 meses por su hermano, única persona que la visita. Tiene estudios de
secundaria, trabajó como funcionaria en el ministerio y recibió la jubilación anticipada


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por incapacidad. Refiere una vida dura llena de dificultades y episodios traumáticos.
Presenta ansiedad severa, depresión establecida y múltiples síntomas somáticos, como
temblores, sofocos, sudores, palpitaciones, dolores y rigidez muscular, pérdida de la
visión de un ojo, pérdida significativa de oído, sensación de ahogo, dificultades para
tenerse en pie…
Es una persona culta, curiosa, muy expresiva y con una gran sensibilidad.

Procedimiento
Con el consentimiento de la dirección del centro, la Residencia para mayores Valdeluz,
de Carabanchel (Madrid), la paciente accedió a participar en las sesiones de
musicoterapia, previo consejo del psicólogo de la residencia. Así mismo, consintió las
grabaciones en vídeo de las mismas, firmando una autorización y permitió la realización
de los diferentes test. El estudio se llevó a cabo en un espacio del centro habilitado para
tal cometido. El material facilitado por la residencia constaba de instrumentos de
pequeña percusión: claves, cajas chinas, campanas, panderetas, crótalos… Además de
estos, se aportaron una guitarra, un pequeño bongo, un palo de agua y un kigonki.

Recopilación de datos
Por un lado, se practicaron dos test antes y después del proceso musicoterapéutico, la
Escala de Ansiedad de Hamilton y la Escala de Depresión de Yesavage.
La escala de Hamilton tiene un total de 14 ítems, 7 de ellos miden la ansiedad psíquica
y los otros 7 la ansiedad somática. Todos ellos se evalúan del 0 al 4, siguiendo la escala
tipo Likert (0=Ausente; 1=Leve; 2=Moderado; 3=Grave; 4= Muy grave/Incapacitante).
Como resultado se puede obtener una ansiedad leve (18), una ansiedad moderada (25) o
una ansiedad severa (mayor de 30).
La escala de Yesavage, a su vez, responde a 10 preguntas con un Sí o un No,
valorándose estos con un 0 o un 1 en función al tipo de pregunta. De esta manera, se
puede obtener un resultado normal (0-5), una depresión leve (6-9) o una depresión
establecida (mayor de 10).
Por otro lado, se le practicó un pre-test y un post-test en cada sesión de musicoterapia,
para medir los siguientes parámetros: Nivel de energía, Sensación de preocupación,
Tensión y agitación, Lucidez y concentración, Rigidez muscular y Dolor generalizado.


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Todos ellos se valoraron siguiendo la escala tipo Likert, del 1 al 5 (1=nada, 5=mucho).
Así mismo, todas las sesiones fueron grabadas en vídeo para un análisis más profundo.

Sesiones de musicoterapia
Se realizaron 8 sesiones, una por semana, con una duración de 30 minutos. Los
objetivos que se perseguían eran la expresión y liberación de emociones, la estimulación
sensorial, el desarrollo de la imaginación y creatividad, y la búsqueda de recuerdos
positivos. Todo ello creando un marco de libertad y seguridad donde la paciente se
sintiera querida, escuchada y libre.
Las actividades musicales realizadas incluían el canto, la ejecución de instrumentos, la
escucha de música grabada, el movimiento con música, la improvisación, la
composición y los viajes musicales. En general, las audiciones musicales fueron
escogidas por petición de la paciente.
Las sesiones no tuvieron una estructura fija, todas ellas se desarrollaron de acuerdo a las
necesidades de la paciente. Tanto los inicios como los cierres se hicieron de forma
verbal.

Análisis de datos
Los datos se han registrado a través de Word y de Graph.

Resultados
En la siguiente tabla se exponen los resultados obtenidos en la Escala de Ansiedad de
Hamilton, donde podemos observar los valores registrados antes y después del proceso
musicoterapéutico.

TABLA 3
Resultados Escala de Ansiedad de Hamilton
Pretest Postest
1. Estado de ánimo ansioso 4 2
2. Tensión 3 2
3. Temores 4 1
4. Insomnio 2 0
5. Intelectual (cognitivo) 3 2
6. Estado de ánimo deprimido 2 3


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7. Síntomas somáticos generales (musculares) 3 1


8. Síntomas somáticos generales (sensoriales) 3 1
9. Síntomas cardiovasculares 1 1
10. Síntomas respiratorios 3 1
11. Síntomas gastrointestinales 3 3
12. Síntomas genitourinarios 2 1
13. Síntomas autónomos 2 0
14. Comportamiento en la entrevista (general y fisiológico) 3 1
____________________________________________________________________________________
Ansiedad psíquica 21 11
Ansiedad somática 17 8
Puntuación total 38 19
____________________________________________________________________________________

En la TABLA 4 se observan los valores registrados en la Escala de Depresión de


Yesavage, antes y después del proceso de musicoterapia.
TABLA 4
Resultados Escala Depresión de Yesavage

Pretest Postest
1. ¿Está básicamente satisfecho con su vida? No (1) No (1)
2. ¿Ha renunciado a muchas de sus actividades e intereses? Sí (1) No (0)
3. ¿Siente que su vida está vacía? Sí (1) Sí (1)
4. ¿Se encuentra a menudo aburrido/a? Sí (1) Sí (1)
5. ¿La mayor parte del tiempo está de buen humor? No (1) No (1)
6. ¿Tiene miedo de que le pase algo malo? Sí (1) Sí (1)
7. ¿Se siente feliz la mayor parte del tiempo? No (1) No (1)
8. ¿Se siente a menudo abandonado/a? Sí (1) Sí (1)
9. ¿Prefiere quedarse en casa en lugar de salir y hacer cosas? Sí (1) Sí (1)
10. ¿Cree que tiene más problemas de memoria que la mayoría
de la gente? No (0) No (0)
11. ¿Piensa que vivir es maravilloso? No (1) Sí (0)
12. ¿Es difícil para usted poner en marcha nuevos proyectos? Sí (1) Sí (1)
13. ¿Se siente lleno/a de energía? No (1) No (1)
14. ¿Siente que su situación es desesperada? No (0) Sí (1)
15. ¿Cree que mucha gente está mejor que usted? No (0) Sí (1)
____________________________________________________________________________________
TOTAL 12 12
____________________________________________________________________________________


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A continuación se exponen las gráficas que reflejan los resultados obtenidos en los pre-
test y post-test de cada sesión de musicoterapia, los cuales miden diversos parámetros
relacionados con la ansiedad y depresión, siguiendo la escala tipo Likert (1=nada;
5=mucho). Los parámetros a medir son los siguientes:
NE: Nivel de energía; SP: Sensación de preocupación; TA: Tensión y agitación; LC:
Lucidez y concentración; RM: Rigidez muscular; DG: Dolor generalizado

3
Pre-test
2 Post-test
1

0
NE SP TA LC RM DG

FIGURA 1.
Pre-test y post-test de la Sesión 1.

3
Pre-test
2 Post-test
1

0
NE SP TA LC RM DG

FIGURA 2.
Pre-test y post-test de la Sesión 2.


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3
Pre-test
2 Post-test
1

0
NE SP TA LC RM DG

FIGURA 3.
Pre-test y post-test de la Sesión 3.

3
Pre-test
2 Post-test
1

0
NE SP TA LC RM DG


FIGURA 4.
Pre-test y post-test de la Sesión 4.


3
Pre-test
2 Post-test
1

0
NE SP TA LC RM DG

FIGURA 5.
Pre-test y post-test de la Sesión 5.


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3
Pre-test
2 Post-test
1

0
NE SP TA LC RM DG

FIGURA 6.
Pre-test y post-test de la Sesión 6.

3
Pre-test
2 Post-test
1

0
NE SP TA LC RM DG


FIGURA 7.
Pre-test y post-test de la Sesión 7.

2 Pre-test
Post-test
1

0
NE SP TA LC RM DG

FIGURA 8.
Pre-test y post-test de la Sesión 8.


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Análisis de los resultados


Podemos constatar que los resultados obtenidos en la Escala de Ansiedad de Hamilton
son muy positivos. Al analizar la TABLA 3, se observan cambios muy notorios en los
valores registrados antes y después del proceso de musicoterapia. Partíamos de una
ansiedad severa de 38 puntos (ansiedad psíquica 21, ansiedad somática 17) que ha
descendido a una ansiedad moderada de 19 (ansiedad psíquica 11, ansiedad somática 8),
a un punto de ser considerada ansiedad leve, ya que el límite se establece en los 18
puntos. En todos los ítems valorados se produce una mejoría, salvo en los síntomas
somáticos cardiovasculares, que se mantienen en leves (1) y los gastrointestinales, que
siguen estando en un nivel grave (3). Tampoco mejora, si no que empeora en un punto,
el estado de ánimo deprimido, pasando de moderado (2) a grave (3), este aspecto de la
depresión se analizará después con más detalle. No obstante, cabe remarcar mejoras
sustanciales en el insomnio, el cual desaparece, y los temores, que pasan de un nivel
muy grave (4) a un nivel leve (1). Los síntomas somáticos también, a excepción de los
mencionados anteriormente, presentan una mejoría notable.

En la Escala de Ansiedad de Yesavage, en cambio, no observamos ninguna mejoría. Se


produce algún cambio en distintos ítems, pero no son muy significativos. El resultado
final se mantiene igual, presentando una depresión establecida. Este tipo de test resulta
ineficaz para poder medir objetivamente los niveles de depresión y poder hacer un
estudio más detallado de los efectos de la musicoterapia en ella. Las preguntas son muy
generales y la forma de respuesta con un Sí o un No, resultan muy limitadas. Por todo
ello, los resultados obtenidos en este punto no tienen gran valor en este estudio.

Sin embargo, los test realizados en cada sesión de musicoterapia sí resultan


significativos a la hora de observar la eficacia de la misma. Los valores iniciales y
finales de cada sesión son muy dispares entre sí, ya que atienden a un estado de la
paciente diferente y cambiante. Pero sí podemos concluir, que en la mayoría de las
sesiones estos parámetros mejoran. La Sesión 2 en particular, no registró ningún cambio
positivo (salvo la preocupación), ya que la paciente se encontraba en una situación de
mucha ansiedad, tristeza y malestar por diversos motivos. Las actividades realizadas no
contribuyeron a la mejora de los parámetros que se estaban considerando, pero sí fueron


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positivas a otro nivel y necesarias para ese momento concreto. No obstante,


analizaremos el resto de las sesiones para el estudio que nos ocupa.
El nivel de energía (NE) presenta un incremento en todas las sesiones de uno o dos
puntos. Podemos valorar de manera positiva la influencia de la musicoterapia en este
aspecto. La sensación de preocupación (SP), también, mejora en todas las sesiones. Es
más, la paciente no muestra sensación de preocupación alguna al terminar las sesiones,
cuando el nivel en algunas ocasiones era de 4, como se observa en la FIGURA 1 Y 8.
La tensión y agitación (TA) disminuye o se mantiene igual, salvo en la última sesión,
que aumenta, FIGURA 8. Aún así, podemos constatar una influencia positiva también
en este parámetro, pasando de niveles muy altos de tensión a la ausencia de ésta, como
se observa en la FIGURA 1 Y 3. El nivel de lucidez y concentración (LC) se mantiene
con un buen resultado en la Sesión 5 (FIGURA 5) y mejora en uno o dos puntos en el
resto de las sesiones. Vemos cómo la musicoterapia incrementa positivamente este
aspecto. En cuanto a la rigidez muscular (RM), se observa una disminución en la
mayoría de las sesiones (FIGURAS 1, 3, 4, 5 y 6), por lo que la musicoterapia también
contribuye a una mejoría física. Los niveles de dolor generalizado (DG) no son muy
significativos ya que la paciente presentaba poco dolor o ninguno. Únicamente se
observan cambios en la sesión 1 (FIGURA 1), que desapareció, y en la Sesión 4
(FIGURA 4) que aumentó en un punto, ya que la paciente refirió una molestia en las
rodillas por haber movido un poco las piernas durante la sesión.
El análisis de los datos recogidos durante las sesiones de musicoterapia demuestran que
ésta produce cambios en diversos parámetros relacionados con la ansiedad y la
depresión, y que esos cambios son, en la mayoría de las ocasiones, positivos y
beneficiosos para la paciente. De esta manera, podemos observar con mayor detalle los
beneficios que se obtienen en diferentes síntomas de la depresión (TABLA 1) que a
través de la Escala de Yesavage no hemos podido medir, como lo son el nivel de
energía, la agitación o la lucidez.
Por otro lado, a través de las grabaciones en vídeo, también hemos recogido resultados
positivos que no se han reflejado en estas gráficas, como son las sonrisas, la risa o las
expresiones de alegría, tranquilidad y agradecimiento de la paciente.


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Discusión

Como se ha dicho al comienzo de este artículo, son muchos los estudios que se han
hecho acerca de los beneficios de la musicoterapia para la ansiedad, la depresión y las
somatizaciones. Sin embargo, la gran mayoría de estos estudios se enmarcan en el
terreno hospitalario. Atienden a este tipo de desórdenes como consecuencia de un daño
cerebral, de una apoplejía o de Alzheimer. Numerosos estudios (Oliva & Fernández,
2005) hablan también del uso de la musicoterapia para el tratamiento de ancianos
deprimidos, ya que es una población propensa a este mal. Sin embargo, este estudio se
ha centrado en un caso que engloba todos estos síndromes, no hospitalario, pero no por
ello menos importante. Son muchos los casos que se dan de este tipo en una sociedad
con unos niveles de ansiedad y depresión crecientes día a día, y necesitan atención.
Muchos de ellos no encuentran solución exclusivamente en los fármacos, ni salida con
las psicoterapias. La musicoterapia se presenta como una opción de tratamiento eficaz,
que incide en puntos donde otros métodos no pueden acceder.

Tanto la ansiedad y la depresión, y como consecuencia las somatizaciones, son males


directamente unidos a las emociones, a un desorden y descontrol de las mismas, cuando
el paciente a perdido sus riendas. Es evidente la fuerza que ejerce la música en ellas y
la musicoterapia se presenta, por tanto, como una herramienta esencial para su
canalización.

En este estudio hemos observado cómo el nivel de ansiedad ha disminuido


notoriamente. Se ha cubierto una necesidad que tenía la paciente de expresión y
manifestación, en un espacio de libertad que la ha hecho sentir única. Esto le ha dado
poder para ser ella misma, para sacar de dentro cosas que sin saberlo tenía reprimidas,
para soltar lo que necesitaba en cada momento y todo ello sin sentirse juzgada. Otro
aspecto verdaderamente importante de la musicoterapia es precisamente este, el entorno
de seguridad que se crea, lejos de los roles médico-paciente, donde se trata a un
enfermo. Aquí el terapeuta acompaña a la persona, la sostiene y la guía a través de la
música por los caminos que necesita transitar, sin establecer una jerarquía, y se presenta
como fuerza dinamizadora de cambio.


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De esta manera se producen cambios en los estados de ánimo y en la conducta. Hemos


visto la reducción de los niveles de ansiedad y también cambios en los síntomas
depresivos. Es cierto que no se ha modificado el estado depresivo a nivel general o por
lo menos no se ha podido medir un cambio conductual en ese sentido, ya que la paciente
necesita un proceso más largo para tratar este aspecto. No obstante, se evidencian los
cambios realizados en cada sesión, lo cual demuestra la buena dirección del tratamiento
con musicoterapia.

Se ha hablado en la introducción, de la facultad que tiene la música para la liberación de


endorfinas y otros neurotransmisores, propiciando la alegría y el optimismo en general.
En este estudio se traduce en los resultados obtenidos en los niveles de energía, todos
ellos positivos, pues como hemos observado, se produce un aumento tras la sesión de
musicoterapia. Ocurre lo mismo con la agitación y la lucidez, que mejora en todas las
sesiones. Ambos son parámetros muy a tener en cuenta para abordar tanto la depresión
como la ansiedad.

Se producen de esta manera, cambios fisiológicos, tal y como demostraban estudios


anteriores. A través de la musicoterapia hemos aumentado el ritmo cerebral, estimulado
la actividad neuronal, y equilibrado la energía y el tono muscular. También se han
producido cambios en el ritmo cardíaco y respiratorio que han contribuido a la
disminución de la agitación. Así mismo, estos cambios en el organismo han tenido su
repercusión en los datos positivos obtenidos referidos a la sensación de preocupación y
a la rigidez muscular. Son las emociones de las que hablábamos antes las que producen
estos cambios. La música las genera y éstas actúan sobre el sistema nervioso central, tal
y como mencionaban estudios anteriormente citados.

La improvisación es una herramienta clave utilizada en las sesiones de musicoterapia.


Tal y como aseguraban otros estudios, es muy positiva para la liberación del estrés y la
ansiedad. Además de ello, ha sido fundamental en este estudio para el incremento de la
energía, la alegría, la expresión de emociones y la creatividad. Se han realizado viajes
musicales también con esta finalidad, además de evocar pensamientos o recuerdos


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positivos que han contribuido a la mejora del estado anímico. A través de estos recursos
ha sido posible el acceso a espacios de la mente que de otra forma no hubiéramos
podido acceder. A través de la musicoterapia se manejan esos recuerdos, pensamientos
y emociones y se reconducen para alcanzar el bienestar. La variedad de instrumentos,
timbres y alturas ayudan a la riqueza de estas actividades.

El uso de la voz también es un recurso con mucha fuerza, tanto hablada como cantada,
para la consecución de estos objetivos. Su utilización espontánea en improvisación o
incluso un uso más guiado de la misma libera mucha energía y envía mensajes que
quedan grabados en nuestra mente. Tal y como apuntan estudios citados anteriormente,
puede expresar alegría y felicidad, pero también rabia y odio, lo cual resulta muy
interesante para el tratamiento de estos trastornos. Su impacto perdura e influye en gran
medida por la carga emocional que conlleva. A través de la musicoterapia se establecen
las bases para que se den este tipo de situaciones.

Así mismo, los aspectos propios de la música como lo son el ritmo, la armonía y la
melodía, han contribuido positivamente a los resultados de este estudio. Según Jauset
(2011), el ritmo incide en la presión sanguínea, en las funciones cerebrales, en la
respiración…y reduce la fatiga. Así lo hemos observado durante las sesiones, pues a
través de éste se ha conseguido activar el organismo, reducir la ansiedad, estimular el
cerebro y aumentar la energía. La melodía contribuye a la evocación de recuerdos,
comunicación y expresión de emociones y pensamientos. La armonía, a su vez, afecta a
la dimensión cognitiva. Esto se ha hecho patente durante las sesiones de musicoterapia,
donde a través de estos recursos hemos podido trabajar los diferentes aspectos, para
tratar los síntomas ansioso-depresivos.

Por otro lado, la audición de determinadas piezas a petición de la paciente, también ha


despertado recuerdos y emociones muy interesantes para trabajar en esta dirección. Tal
y como demuestran numerosos estudios, la escucha de canciones que tienen significado
para uno mismo es una potente herramienta de trabajo, pero es fundamental la figura del
terapeuta en este sentido para guiar y reconducir las experiencias y sensaciones
despertadas por el camino adecuado.


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Por todo lo demostrado en estudios anteriores y valorando los resultados del estudio que
nos ocupa, la musicoterapia se presenta como una opción de tratamiento importante, en
cuyo estudio habrá que seguir ahondando sin duda.

Conclusiones

Tras la valoración de los resultados obtenidos en este estudio, podemos concluir que la
musicoterapia contribuye positivamente al tratamiento de la ansiedad, la depresión y las
somatizaciones. Los resultados obtenidos en la Escala de Ansiedad de Hamilton son
muy notorios y evidencian la influencia que han tenido las sesiones en la paciente. Se
han registrado cambios psíquicos y físicos de gran relevancia y hemos analizado los
diferentes aspectos de la musicoterapia responsables de estas mejoras. Se ha constatado
la importancia de las emociones en este tipo de patologías, pues son éstas las que
enferman la mente y el cuerpo. A través de la musicoterapia se canalizan y reconducen,
tal y como se ha hecho durante estas sesiones, mejorando el bienestar de la paciente y
produciendo un cambio de conducta que se ha evidenciado en este test.

No obstante, no podemos atribuir el éxito de estos resultados exclusivamente al


tratamiento musicoterapéutico. Hay otros factores externos que han podido influir y que
debemos tener en cuenta. No es el caso de los fármacos, ya que no ha habido un cambio
en su medicación durante este tiempo. Sin embargo, la paciente sí ha seguido un
proceso terapéutico de la mano del psicólogo del centro que también ha podido
contribuir a su mejora. Así mismo, su estancia en la residencia ha podido ir haciéndose
más agradable, así como sus amistades y otros factores personales que posiblemente
hayan tenido su repercusión. A pesar de todo ello, los beneficios de la musicoterapia
son claros y evidentes en su mejora.

Estos resultados positivos los hemos visto a nivel general y también de manera más
detallada en los test realizados en cada sesión. Aquí queda patente el cambio que se
produce tras cada una de ellas, registrando, por lo general, una mejora en diversos
síntomas ansioso-depresivos. Vemos cómo la musicoterapia tiene un efecto inmediato,


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obtiene resultados en cada sesión. Por esta razón, si se continúa un proceso más largo
estos cambios podrían asentarse y hacerse permanentes. Para ello sería necesario
realizar más estudios en este sentido. Habría que seguir con este proceso de
musicoterapia y analizar si los cambios observados se mantienen o incluso mejoran.
También resulta necesario el estudio de otros casos diferentes y establecer una
comparativa entre los resultados de estos, para ver si en efecto, la musicoterapia
presenta los mismos beneficios con pacientes de distinta naturaleza.

En el caso de la depresión ocurre lo mismo, es necesario un proceso de mayor duración.


A pesar de los cambios positivos obtenidos en cada sesión en niveles depresivos, no se
han registrado cambios sustanciales a nivel general. Bien es cierto que el método de
análisis no ha sido el más adecuado, por tratarse de un test bastante limitado. Por ello,
hubiera sido necesario un tratamiento de musicoterapia más largo para observar
cambios más significativos y ver su mantenimiento o mejora con el paso del tiempo.

Por todo ello, se aconseja seguir en esta línea de investigación, para seguir demostrando
que la musicoterapia es eficaz en este tipo de trastornos psiquiátricos y que, como
decían estudios más recientes, sugiere una línea de trabajo potencialmente fructífera
(Sánchez García, 2013). En este estudio ha sido especialmente positiva la escucha de
música grabada o interpretada en vivo por petición de la paciente y la improvisación, tal
y como apuntaban otros estudios (Jauset, 2011; MacDonald & Wilson, 2014). Por esta
razón se recomienda seguir investigando en esta dirección, con procesos más largos y
métodos de análisis más detallados.

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Recibido: 22/04/2016
Aceptado: 25/05/2016


i Real Conservatorio Superior de Música de Madrid – Universidad Autónoma de Madrid

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Sugerencia de cita:
Jiménez, C. (2017) Musicoterapia para el tratamiento de la ansiedad, depresión y somatizaciones. Estudio
de un caso. Revista de Investigación en Musicoterapia, 1,85-105


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