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regeneración ósea. Los huesos constantemente se van regenerando, pero al sufrir esta patología,
Como consecuencia, el hueso regenerado es más débil y menos rígido, por lo que es propenso a
fracturarse o doblarse. Sus causas no son totalmente conocidas y se especula que afectan factores
Esta enfermedad puede afectar algún área específica o a todo el esqueleto. Dependiendo de la
o también por movimientos incorrectos. Cuando se produce un desgarro se rompen las fibras
musculares. De acuerdo al tamaño de la lesión pueden ser leves, moderados o graves. En todos
Obviamente que en un desgarro leve es muy pequeña, pero en un desgarro grave el hematoma
puede llegar a ser importante. Si se han roto solo unas pocas fibras se va a producir dolor, pero
el movimiento aún es posible. En el otro extremo, el dolor es muy intenso, la persona suele relatar
que ha escuchado el ruido que produjo la rotura y es imposible mover el músculo. Estas lesiones
son evitables con una buena preparación, como es un adecuado calentamiento y estiramiento
previo al esfuerzo. Sin embargo, cuando se exige de más, pueden ocurrir desgarros de todas
formas.
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Debemos saber que hay otro posible desgarro: el desgarro del tendón. El tendón es el sector del musculo, formado por
un fuerte tejido conectivo, que une el músculo con el hueso. En un esfuerzo exagerado o un movimiento incorrecto, el
tendón puede romperse. Esto puede ser leve, moderado o grave, al igual que el desgarro del músculo. Básicamente la
recuperación lleva tiempo, y en los casos más serios es de resolución quirúrgica.
Osteoartritis
No sólo la osteoporosis es un reto para la tercera edad, también y seguramente un dolor más frecuente,
silencioso y extendido es el derivado de la osteoartritis, con el incremento absoluto y relativo de la población
de la tercera edad, se estima que del 1,5 millón de personas de mas de 65 años de nuestro país, el 80%
tienen o pasan por algún tipo de osteoartritis de modo permanente o esporádico e intermitente en su
frecuencia. Por lo general, ya a partir de los cincuenta años este tipo de trastornos coexisten con algún otro de
tipo crónico.
Los trastornos dolorosos más frecuentes se presentan en la región pectoral de la espalda, pelvis, caderas y
hombros, articulaciones, rodillas especialmente, espasmos en ligamentos, tendones y músculos, tobillos,
muñecas con dolor hacia las manos, conviviendo con otros síntomas como picor, sed, sudor y debilidad local
óogeneral.