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2005
DISEÑANDO LA METAMORFOSIS
Grupos sociales y representaciones en la construcción
de tecnologías administrativas:
el caso de la planeación económica de Colombia
en los años cincuenta
Dirección:
4. CONCLUSIONES 122
El presente trabajo pretende describir y analizar un caso de tecnología social desde las
perspectivas constructivistas de los estudios sociales de la ciencia y la tecnología: la
emergencia de la planeación económica de los años cincuenta en Colombia, con todas
las representaciones y metáforas que difundió, y la posterior institucionalización de sus
instrumentos tecnológicos como fueron la obligación de planear a nivel
macroeconómico y organizacional a partir del ejercicio de elaboración de programas y
proyectos. Este último es objeto de análisis en el presente trabajo. Se sugiere la idea de
una sociología del Proyecto o, incluso para investigaciones posteriores, estudios
antropológicos y etnográficos de las prácticas sociales del ejercicio cotidiano de los
Proyectos. Nuestra sociedad tiene una doble fenomenología: de una parte la
construcción de procesos teleológicos a partir de documentos escritos con metas,
objetivos e indicadores de medición y control, pero, a su vez, una cotidianidad que se
resiste a las jaulas de hierro weberianas. Es la coexistencia del orden burocrático y el
desorden social.
El caso colombiano confirma esa idea: en el año de 1949 llega la Misión Currie, un año
después se crea el Consejo de Planificación Nacional; en la década de los cincuenta
llegan otras misiones, como las de la CEPAL, Harvard y Lebret. Mientras tanto en
América Latina se fundan revistas y se realizan seminarios internacionales. Salen
decretos en varios países, como Colombia, y se publican manuales para la elaboración
de proyectos. En nuestro país, en el año de 1958 se crea y organiza el Departamento
Nacional de Planeación (DNP), tres años después se intenta llevar a cabo, sin éxito, el
primer Plan de Desarrollo y luego se organizan cursos y posgrados: hay demanda de
planificadores. En 1970 se crea el Consejo Nacional de Política Económica y Social, y
en el mismo año, en el período presidencial de Misael Pastrana Borrero, se formula el
primer Plan de Desarrollo para Colombia: Las Cuatro Estrategias. A continuación todas
las organizaciones estatales crean sus oficinas de planeación y poco a poco homogenizan
tiempos y objetivos para todo el país. Resultado: Colombia acelera determinados tipos
de desarrollo y, de paso, institucionaliza instrumentos de racionalidad instrumental.
1 Traducción mía.
1.2 Trayectos del constructivismo social de la sociología de la ciencia y de la tecnología
2Cita extraída del libro No hay hechos, sólo interpretaciones, editado por Carlos B. Gutiérrez,
Bogotá: Universidad de los Andes, 2004.
de investigación sin asumir; por ejemplo, el problema de la elección técnica y sus
consecuencias sociales. Efectivamente, los estudios muestran que cualquier tecnología
es una estabilización entre varias negociaciones, alternativas técnicas, diversos diseños,
pero poco se puntualiza sobre los impactos de los artefactos en la conciencia de la gente.
“De un modo peculiar, pues, esta es una sociología de la tecnología que se interesa poco
por cómo transforman las tecnologías la experiencia personal y las relaciones sociales.
Su objeto de fascinación es la construcción social de los artefactos y procesos técnicos.
Pero la importancia de esas innovaciones en un contexto más amplio ya no tienen mayor
interés” (Winner: 1995: 311). No obstante, también se puede afirmar que los ejercicios
que enfocan la atención en la institucionalización de las ideas científicas, llegan a
analizar parte de estos procesos. En tecnología se pueden mencionar los trabajos
recopilados en The Foucault Effect (Burchell: 1995). En el último capítulo se hará
alusión.
Un punto de partida para esbozar las ideas principales del constructivismo social, de tal
manera que permita abordar el presente trabajo, es la discusión de la década de los
setenta de sociólogos y filósofos acerca del conocimiento. Barry Barnes, representante
de la Escuela de Edimburgo, concibe el conocimiento de dos formas posibles, que se
exponen a continuación, no tanto para enfrentar las corrientes positivistas y
constructivistas (que podría ser una intensión explícita), como para enfrentar la filosofía
de la ciencia y la sociología de la ciencia. Esto es, la filosofía concibe el conocimiento
como producto de la contemplación y la sociología como producto de la acción social.
Mientras en la primera se percibe el sujeto como un receptor, en la segunda se presenta
como un constructor. La explicación contemplativa describe el conocimiento como el
producto de individuos aislados y supone que los individuos tienen una participación
mínima entre la realidad y su representación. Hay una aprehensión pasiva. La realidad se
manifiesta por sí misma y su percepción se presenta como si fuera independiente de
intereses, expectativas o experiencias previas. En la concepción referente a la
producción social se parte de la idea de que el conocimiento se transmite de generación
en generación, y como algo que se desarrolla y modifica activamente en respuesta a
contingencias prácticas (Barnes, 1994).
Barry Barnes plantea una perspectiva esencialmente constructivista social; y se dice
social, porque también habría una perspectiva constructivista filosófica. Esto es, si la
pugna es entre filósofos y sociólogos de la ciencia, un Gastón Bachelard es un ejemplo
de filósofo y Barnes de sociólogo; y ambos constructivistas. Para Barry Barnes, lo que
son los diagramas, los mapas
y los dibujos que sirven de
vehículos representacio-nales
son construcciones activas
por parte de la humanidad.
Un ejemplo que Barnes
incluye (Barnes: 1994) es la
gráfica correspondiente a un
músculo. “La figura 1.3 está
tomada de un libro de
anatomía, y describe algunos
de los músculos del brazo.
Está diseñada para facilitar el
reconocimiento y
nombramiento dentro del
contexto de una actividad
esotérica. Por tanto, no se trata de la presentación de un brazo particular. Pese a que
aparentemente es realista, se trata intencionalmente de un esquema. No se puede tomar
como un intento de imitar pasivamente la realidad. Ciertamente, su efecto es el de
modificar la percepción de manera que los estudiantes puedan percibir los brazos en
términos de su esquema de representación. Como ayuda para ver y nombrar, se subraya
su carácter esquemático a expensas de sus posibilidades en tanto que una presentación
de las apariencias. No existe un brazo particular al cual se relacione en tanto que
representación; se trata de una tipificación construida a partir de los símbolos
disponibles. (El que de hecho esté construido a partir de los símbolos sólo puede escapar
a nuestra atención si olvidamos que los símbolos participan en la percepción así como en
la representación.) Como todas las representaciones científicas, la figura 1.3 se puede
aplicar con confianza sólo para ayudar a tipos particulares de procedimientos. En este
caso, los procedimientos, junto con los intereses instrumentales directamente asociados,
están encarnados en el papel del anatomista y su público estudiantil. Aquellos que dan
un uso práctico a tales representaciones están generalmente bien conscientes de que su
aplicabilidad y confiabilidad están restringidas; esta conciencia se genera
automáticamente cuando se aprende a usar las representaciones. Otros intereses
instrumentales y otras actividades, localizadas en otros papeles científicos, engendran
otros tipos de representación” (Barnes, 1994: 60-61). De esta manera, para Barnes, el
conocimiento es construcción social, incluyendo formas representacionales como las
gráficas científicas y las mismas fotografías. Una primera conclusión: el conocimiento
no surge como un espejo sino como un producto fabricado socialmente. Aún así, no hay
que olvidar que el mismo constructivismo en la medida que utiliza el término “construir”
se presenta como una metáfora, igual que el espejo, como sinónimo de reflejo, o el taller
de fabricación, como sinónimo de creación artificial. Son metáforas en la medida que
reemplazan significados.
Ahora: ¿Hay varios constructivismos? Si, como afirma León Olivé, pocos filósofos y
casi ningún sociólogo disputarían hoy día la verdad de que el conocimiento es de
carácter social (Olivé: 1994), no todos se consideran constructivistas; y los que se
consideran constructivistas, no todos tienen la misma concepción. La pregunta de cuáles
son los tipos de reflexiones sobre el conocimiento que deben considerar su carácter
social, y cuáles los que pueden hacer caso omiso de ello, corresponde a la primera
cuestión. En cambio, la segunda discusión le permite a Olivé diferenciar tres tipos de
constructivismo. Se podría decir que es un parámetro ontológico, referido a la relación
con la realidad, pero en el que incluye la problemática de la representación: entre una
actitud moderada y una extrema. La extrema le corresponde al constructivismo
devastador (refiriéndose a Bruno Latour y Steve Woolgar) (Olivé: 2000), quienes
comprenden la realidad como una construcción social, en todo el sentido de la palabra, y
desde una mirada lingüística, como una superposición de textos de diferente naturaleza y
de diversos actores y actantes. Pero, por supuesto, hay constructivismos moderados,
según Olivé. En este punto, las discusiones constructivistas están referidas a la posible
configuración de la acción de los individuos sobre el mundo real y empírico (el que
podría existir en forma independiente del individuo) o a la configuración de la realidad
sobre la representación, esto es, qué tanto aporta el individuo (colectivo) a la
representación del mundo y qué tanto le corresponde a la realidad: problema ontológico
desde la filosofía. Para el caso de T. S. Kuhn, su constructivismo es de corte
neokantiano: la realidad es determinante para el contenido de las teorías científicas pero
también es determinante el esquema conceptual, los presupuestos epistemológicos y
metafísicos de los métodos y las teorías, actividades y prácticas, esto es, el paradigma.
Igualmente, se encuentran constructivismos diversos en todas las disciplinas. Se puede
mencionar en Alemania a Paul Lorenzen, en los años sesenta. El estructuralismo de Jean
Piaget, las obras de Gregory Bateson, Ernst Von Glasersfeld y de Paul Watzlawick, en la
psicología; la biología de Humberto Maturana y Francisco Varela. También el
neurofisiólogo Warren McCulloch y los físicos Erwin Schodinger y Heinz von Foerster.
Por los lados de la sociología, se pueden nombrar, entre varios, a Peter L. Berger y
Thomas Luckmann. En educación, se menciona a Novak, David Ausubel y Gowin,
quienes diseñan técnicas de enseñanza aplicables desde el constructivismo como sucede
con los mapas conceptuales y la V heurística.
Knorr-Cetina, por su parte, nos habla de un enfoque genético y otro del nivel
microscópico, los cuales se pueden mencionar como métodos de investigación de los
hechos científicos, practicados por los mismos sociólogos mencionados anteriormente.
El primero, muy relacionado con el de Harry M. Collins (Empirical Programme of
Relativism), se centra en las controversias científicas para estudiar la formación de
consensos: “de los mecanismos por los que las propuestas cognitivas resultan aceptadas
como verdaderas” (Knorr-Cetina: 1995: 307). El segundo corresponde a los estudios
etnográficos, en los que la misma Knorr-Cetina se incluye y se pueden incluir a Latour,
Fabbri, Woolgar, Law y Williams, Lynch, Garfinkel, entre otros. Temas como la
bioquímica, microbiología y tecnología de proteínas vegetales, investigación del sistema
endocrino cerebral, neurotransmisores, ecología de la reproducción de los mamíferos,
biología celular y la química de coloides de los líquidos inmiscibles, son investigados
por este método etnográfico. Específicamente en tecnología, encontramos a autores
como Trevor J. Pinch, Thomas P. Hughes, Wiebe E. Bijker, Thomas P. Hughes, Michell
Callon, John Law, Donald Mackenzie y Ruth Schwartz Cowan, entre otros. Los estudios
van desde la bicicleta, donde muestran cómo se va configurando el concepto a partir de
los deseos de los diferentes grupos sociales –velocidad, seguridad, comodidad- y donde
cada deseo o necesidad se expresa en un problema técnico, hasta investigaciones sobre
el desarrollo de la baquelita, los sistemas de guía de los misiles, los coches eléctricos, los
sistemas expertos en cibernética, las redes de generación y distribución de electricidad,
entre otros estudios. El libro The Construction of Technological Systems, y editado por
Bijker, Hughes y Pinch, es una buena compilación de estas investigaciones. Los estudios
de la tecnología han tenido alimentación teórica desde los estudios sociológicos de la
ciencia, por un lado, donde se puede incluir además de los ya mencionados, toda la línea
de trabajo española de Manuel Medina, Miguel Ángel Quintanilla y José Sanmartín, y,
de otro, toda la historia del pensamiento filosófico sobre la tecnología, que se puede
estudiar en los trabajos de Carl Mitcham. Una buena preocupación se descubre, en la
actualidad, por la redefinición de la cultura en los sistemas tecnológicos. El mito de la
teoría y de las divisiones clásicas entre ciencia, tecnología y cultura, postuladas por
varios siglos desde la antigua Grecia, ha dado origen a trabajos de reconocimiento
deconstructivista, desde donde se han construido senderos para abordar los estudios
culturales de la ciencia y tecnología. Sin embargo, si cada una de estas categorías, es de
por sí ya compleja, la conceptualización de cultura ha sido problemática desde todas las
ciencias sociales. Como sostiene Andrew Pickering, y citado por Manuel Medina
(Medina: 2003), estos estudios, dirigen su atención a las prácticas científicas, a lo que
realmente hacen los científicos en sus laboratorios. La etnografía es un buen recurso
metodológico para capturar esas prácticas. No obstante, y por supuesto, esa comprensión
del concepto de cultura no satisface, pues la cultura comprende multitud de aspectos,
tales como capacidades, actividades y realizaciones de carácter simbólico
(representaciones e interpretaciones simbólicas, discursivas y artísticas), técnicas y
artefactos materiales, formas organizativas de interacción social, económica y política y
prácticas y realizaciones biotécnicas, relacionadas con los seres vivos y el entorno
biótico.
Los conceptos de planeación, programa, futuro y proyecto han pasado a ser conceptos
interdisciplinarios, comunes en el pensamiento contemporáneo. Incluso, interiorizados
en la argumentación de algunos autores. Veamos unos ejemplos. Juanjo Gabiña nos
habla de “Prospectiva y planificación territorial. Hacia un proyecto de futuro” (Gabiña:
1999). Esto es, los territorios, los municipios, los países, han de construir su proyecto de
futuro. Esta idea ha calado a fondo en los planificadores del presente. H.R. Fischer, A.
Retzer y J. Schweizer nos hablan de “El final de los grandes proyectos” (1997), y
afirman que “las fantasías omnipotentes de la ciencia moderna han llegado a su fin, y en
su lugar está surgiendo una asombrosa multiplicidad de paradigmas simultáneos que
guían proyectos e iniciativas científicos más modestos aunque no menos rigurosos”.
Postula el final de los grandes proyectos pero, por supuesto, no del Proyecto. Thomas A.
Stewart, por su parte, nos expresa que “el consultor William Bridges dice en su libro
JobShift que el ‘puesto de trabajo’ en el sentido de una tarea cotidiana más o menos
determinada desaparece a medida que se automatiza el trabajo rutinario de la oficina y la
fábrica. En lugar de puestos, hay proyectos. Un proyecto es una tarea que tiene un
comienzo, un alcance determinado y un final: diseñar las alas de un nuevo jet de
pasajeros, lanzar un producto, preparar un juicio, reestructurar el departamento contable,
limpiar un depósito de residuos tóxicos. (Bueno, digamos que se supone que cada
proyecto tiene un fin) Debido a estos límites, dirigir un proyecto es distinto de, por
ejemplo, supervisar una cadena de producción y preparar un recuento semanal de
insumos consumidos y piezas producidas hoy como ayer y para siempre jamás”
(Stewart: 2000: 293). Hay que estar construyendo proyectos para sobrevivir en el
sistema económico actual, según se desprende de la lectura de Stewart. Por su parte,
David Bloor nos habla del programa fuerte en sociología del conocimiento; y el
programa tiene objetivos y metas, como lo expresa en “Conocimiento e imaginario
social”. Emmanuel Lizcano y Rubén Blanco, en la presentación del libro, nos dice: “el
objetivo del programa fuerte en sociología del conocimiento que aquí propone David
Bloor no es otro que el de interrumpir en ese ámbito, tocar lo intocable para la razón
moderna con los dedos de la razón misma, mostrar el camino/método por el que la
investigación racional –y no la mera reacción intuitiva- puede dar cuenta de las
condiciones sociales e históricas que dan forma a los contenidos mismos de ese saber
puro que permanecía como tabú de la modernidad ilustrada. A su empeño no escapará
siquiera el saber matemático, el bastión que se suponía más irreductible a los avatares de
la historia y a las variaciones culturales” (Bloor: 1998, 13-14). Jürgen Habermas nos
habla del proyecto de la modernidad. “La idea de la modernidad está íntimamente ligada
al desarrollo del arte europeo; pero lo que llamo ‘el proyecto de la modernidad’ sólo
centra nuestra atención cuando prescindimos de la usual concentración en el arte (…) El
proyecto de modernidad formulado en el siglo XVIII por los filósofos de la ilustración
consistía en sus esfuerzos por desarrollar la ciencia objetiva, la moralidad y la ley
universales, y el arte autónomo, de acuerdo con su lógica interna. Al mismo tiempo este
proyecto pretendía liberar los potenciales cognitivos de cada uno de estos dominios para
emanciparlos de sus formas esotéricas. Los filósofos de la Ilustración quisieron utilizar
esta acumulación de cultura especializada para el enriquecimiento de la vida cotidiana,
es decir, para la organización racional de la vida social de cada día” (Viviescas: 1991,
23-24). Léase el siguiente fragmento de un libro que versa sobre los métodos de la
ontología:
Planes, programas y proyectos son parte del lenguaje de las disciplinas, incluyendo los
proyectos ontológicos en la filosofía, y la misma vida cotidiana. Se habla de la falta de
proyectos de vida para los “desubicados existencialmente”, para los que no se
encuentran a sí mismos. La vida académica está configurada de proyectos, los cuales
requieren recursos; de hecho, por eso existe la planeación educativa. Los maestros tienen
que entregar el programa de sus asignaturas a comienzo de cada semestre; y una oficina
de planeación se encarga de unificar los formatos y los procedimientos. En la vida
laboral, cada mínima empresa requiere un plan de trabajo, el cual es discutido con el jefe
o con un comité; y no se puede proponer nada si no está inscrito en un programa general
de la empresa, el cual fue realizado, normalmente, por un grupo de directivos. Para eso
hay una oficina de Organización & Métodos, programación o planeación. También hay
proyectos de inversión, proyectos de desarrollo, proyectos de investigación, entre otros.
Un proyecto de investigación forma parte de un programa de facultad o de un centro de
investigaciones y éste a su vez está sumergido en un plan de desarrollo universitario o
empresarial. Por lo menos hay unos documentos con matrices, cifras y tiempos que
muestran que la cuestión es así; y unas normas jurídicas que obligan a presentar los
proyectos y programas en determinados tiempos, y para determinados fines. El término
proyecto, según se desprende del anterior trayecto de ejemplos, es explícito, en algunos
casos, cuando se quiere hablar de planeación, pero en otros, el proyecto, el programa y el
Hay que decir finalmente, que el estudio exploratorio de la historia de esta disciplina nos
conduce también a encontrarla en alianzas diferentes. En los años cincuenta, cuando
parecía una novedad la alianza con la economía, en la que más de un economista, aún en
la actualidad, no duda en afirmar que la modernidad en Colombia empezó cuando surgió
la planeación económica en los años cincuenta, estudios bibliográficos muestran cómo la
prevención pública, la planeación y la idea del proyecto han formado parte de las
discusiones de alianzas disciplinares, geografías y tiempos diferentes. La historia de la
planeación, como cualquier historia narrada y pensada por actores, oculta
acontecimientos y destaca otros. Antes que la alianza directa con la economía ya había
empezado la alianza con la ingeniería industrial y la administración de empresas. Taylor
antes que Keynes. Sin embargo, los estudios del pensamiento administrativo público
muestran las discusiones de las corrientes cameralistas y de las ciencias de la policía
(Polizeiwissenschaft) en el Estado Absolutista de Europa, en los siglos XVI y XVII, en
la que los estudios sobre el Estado hacían necesario emplear elementos de planeación e
intervención por parte del Estado. Quizás si no a nivel empresarial o industrial pero el
pensamiento administrativo público refleja varios antecedentes. El mismo Michel
Foucault destaca algunos de estos estudios en su ensayo Omnes et Singulatim: hacia una
Crítica de la Razón Política (1995).
luna distinción frente a la imagen del mundo medieval o antigua. Pero ¿por qué nos preguntamos por
del mundo de una manera tal que incluso se preocupa ya por alcanzar dicha imagen?
¿O esto de preguntar por la imagen del mundo
sólo responde a un modo moderno de representación de las cosas?
verdadera de la realidad, y que no está influida por su propia relación con la misma.
sólo aquello que pueden manejar. Luego especifican dichos problemas en forma
particulares.
Esta dualidad, que va a ser punto de disputas por las diferentes corrientes de la
sociología de la ciencia y las líneas constructivistas del conocimiento científico, la
encontramos en la “concepción heredada” tal como fue presentada por el Círculo de
Viena. La concepción heredada concebía las teorías “como teorías axiomáticas
formuladas en una lógica matemática L” (Suppe, 1979:35) con las siguientes
condiciones:
(I) La teoría se formula en una lógica matemática de primer orden con identidad, L.
(II) Los términos no lógicos o constantes de L se dividen en tres clases disjuntas
llamadas vocabularios:
a) El vocabulario lógico que consta de constantes lógicas (incluidos términos
matemáticos).
b) El vocabulario observacional Vo que contiene términos observacionales.
c) El vocabulario Vt, que contiene términos teóricos
(III) Los términos de Vo se interpretan como referidos a objetos físicos o a
características de los objetos físicos, directamente observables.
Aunque el Círculo de Viena formuló dos postulados más y luego los fue modificando en
la medida que sus integrantes ahondaron en la polémica del conocimiento científico, no
obstante, no escapan a este dualismo: proposiciones teóricas y proposiciones
observacionales. En una primera instancia, diferenciar lo observacional de lo teórico los
va a conducir a una discusión y diferenciación de lo sintáctico y lo semántico (a partir de
Godel y Tarsky) y a separar las proposiciones a partir de la distinción clásica kantiana de
lo analítico y lo sintético. Justamente, como afirma Suppe, uno de los ataques
principales a la concepción heredada fue la de intentar demostrar que la distinción
analítico-sintético es insostenible y que la distinción teórico-observacional no puede
establecerse en los lenguajes científicos. La implicación principal va a estar en la
concepción de lo verdadero y lo falso. Carnap, uno de los principales representantes del
Positivismo Lógico del Círculo de Viena, formula lo verdadero y lo falso según el tipo
de proposición. Los enunciados analíticos son verdaderos en virtud de su forma lógica y
del significado de los términos lógicos y descriptivos que aparecen en ellos. Luego
Suppe cita a Carnap: “La verdad o falsedad de un enunciado sintético no viene
determinada por el significado de sus términos, sino por la información fáctica sobre el
mundo físico” (Suppe, 1979: 94). Así, se puede afirmar que la concepción de la verdad
depende de la representación realizada a partir de la observación del mundo físico.
Olga Restrepo Forero y José Antonio Amaya, en la presentación del libro Ciencia y
Representación, a su vez, se identifican dos sistemas de análisis de las representaciones
en la ciencia: de una parte, los estudios sobre los medios que emplean los científicos
para producir los efectos de realismo y verdad en la producción científica (no se puede
olvidar que para un constructivista como Steve Woolgar la ciencia es una composición
de proposiciones con estatus fáctico que se logra por medio de construcciones sociales);
y de otra, los estudios sobre la representación de la ciencia y de los científicos. “La
atención se dirige a analizar cómo los científicos se presentan a sí mismos en sus textos,
cómo analizan y discuten el trabajo de otros y cómo ponen en circulación
representaciones visuales y literarias de la ciencia, sus métodos, los ideales y valores que
de acuerdo con ellos caracterizan el trabajo de los científicos” (Restrepo Forero y
Amaya, 1999:8). Así, se vislumbraría una categoría de dispositivos que la práctica
científica haría circular (los cuales no necesariamente son de orden físico sino que
también son de orden gráfico e intangible) en sus investigaciones y otra de las
representaciones e imágenes que proyectarían hacia el exterior, hacia los usuarios de la
ciencia, incluso hacia quienes no son usuarios. Sin embargo, en uno u otro caso, la
representación da sentido a los eventos, situaciones, mecanismos, discursos. La ciencia
se presenta como una práctica social que moviliza prácticas representacionales; sus
discursos son parte de una retórica y un juego de imágenes y metáforas.
La imagen sigue siendo una imagen con la cual convivimos cotidianamente y no con el
objeto en sí. Parece un acierto de los investigadores modernos hablar de la construcción
de lo real a partir de imágenes. Bruno Latour tiene en cuenta la tensión existente entre
adquisición (descubrimiento) y construcción de la realidad, siendo esta última la opción
más contundente. A través de las cabezas visibles de la historia podemos encontrar la
evolución de la cosmovisión del hombre. Arthur Koestler, el autor de Los Sonámbulos,
también habla de imágenes: “si consideramos que el universo de Aristóteles era como
cebolla, podríamos llamar al de Ptolomeo el universo de la gran rueda de un parque de
diversiones” (Koestler, 1963). Separar la historia de la ciencia de las representaciones
resulta tan difícil como separar observación y teoría. Como afirma la filósofa Mary
Hesse, ningún predicado, ni siquiera los del lenguaje observacional, pueden funcionar
únicamente por medio de asociaciones empíricas directas. El historiador de la ciencia
Norwood Rusell Hanson diría: “en cierto sentido, entonces, la visión es una acción que
lleva ‘carga teórica’” (Rusell Hanson, 1978). De ahí que Kepler y Tycho vean cosas
diferentes y, no obstante, vean la misma cosa. Los elementos de sus experiencias son
idénticos; pero su organización intelectual es muy diferente, reafirma Rusell Hanson al
recordar las observaciones de estos astrónomos, quienes, aunque tenían los mismos
datos empíricos –datos de la órbita de Marte-, su conclusión teórica era diferente.
Hay una última característica que se quiere resaltar: las representaciones forman parte de
sistemas y redes de representación. La realidad como retórica se acerca bastante a la idea
de que ésta no existe por fuera de un juego de representaciones que le dan vida. Woolgar
tiene razón al intentar superar la bidireccionalidad epistemológica y afirmar que el
mundo no es posible “por fuera” de la representación. Pero esta representación hace
parte de miles de formas retóricas, superpuestas, que hablan de lo real. Razón tienen
José Granés, Luz Marina Caicedo y Magdalena Morales al concebir la representación
como un juego de lenguaje wittgensteiniano (1999). ¿Qué significado tiene para
Wittgenstein la concepción de ‘juegos de lenguaje’? En las Investigaciones Filosóficas,
Wittgenstein sugiere la naturaleza del lenguaje –aunque estrictamente es un
contrasentido hablar de naturaleza del lenguaje en este autor, por el matiz absoluto que
tiene el término- como un proceso colectivo en el uso de las palabras en el que varios
aspectos pueden caracterizarse: que el lenguaje referido es el primitivo y que el uso
cotidiano de éste conlleva un entretejido de palabras aprendidas en el uso colectivo de
una comunidad. El entretejido del cual habla Wittgenstein cuando afirma que los ‘juegos
del lenguaje’ también son el todo formado por el lenguaje y las acciones con las que está
entretejido, puede mostrar la concepción de significado de una palabra y la manera como
ha sido aprendida por el hablante. La palabra tiene sentido solo frente a otras: hablar
forma parte de una actividad o de una forma de vida. De ahí que pueda afirmarse que se
manifiesta un claro enfrentamiento con la tradición filosófica de definir algo a partir de
su noción absoluta y metafísica como lo expresa en el ejemplo de las ‘cinco manzanas
rojas’, cuando afirma Wittgenstein que “no se habla aquí en absoluto de tal cosa. Sólo de
cómo se usa la palabra cinco”. El uso de una palabra, según lo expresado anteriormente,
genera una circunscripción delimitada para un solo ‘juego’, lo que puede afirmarse que
una noción no tiene un significado total. Fuera del ‘juego’ pierde sentido como el
ejemplo expuesto en el parágrafo 6 de las Investigaciones Filosóficas, con la expresión
“al conectar la barra con la palanca puse el freno". Wittgenstein explica que la palanca
de freno sólo tiene sentido en ese uso, y separada de su soporte no es siquiera una
palanca, sino que puede ser cualquier cosa o nada. El lenguaje se aprende dentro el juego
social al representar el entorno vivencial de la comunidad. Para los aprendices de estos
juegos del lenguaje, el proceso es un adiestramiento de acciones, palabras y, por
supuesto, hasta las reacciones que se toman ante las palabras. Quizá la noción más
acertada en la imagen wittgensteinniana sobre el lenguaje y la comprensión de
problemas sea la de red. Fuera de esa red el uso y la comprensión varía de tal manera
que el hablante se circunscribe a ella.
METAFORA DE
LOS DOS
MUNDOS
REPRESENTACIO REPRESENTACION
N DE LA DEL FUNCIONARIO
CARTOGRAFÍA NEUTRAL
ECONOMICA
REPRESENTACION
DEL
METAFORA DE LA EL PROYECTO
JAULA DE COMO
LA INSTRUMENTO
HIERRO
PLANEACION EN TECNOLOGICO
Y LA EMPRESARIAL
COLOMBIA AÑOS
RACIONALIDAD
CINCUENTA
EL DESARROLLO
REPRESENTACIO ECONOMICO
N DEL O LA
GALIMATÍAS Y EL METAFORA
SALVAJE DE LA
METAMORFOSIS
METAFORA METAFORA
DE LA DEL DISEÑO DE
ORGANIZACIÓN LA
MAQUINA METAMORFOSIS
2.3 La metáfora ontológica de los dos mundos
El mismo año que la misión del Banco Mundial llegaba a Colombia, 1949, el presidente
norteamericano Harry Truman manifestaba en su discurso de posesión que los Estados
Unidos se comprometían a ayudar a que los países menos desarrollados alcanzaran una
vida mejor. Afirmaba que “más de la mitad de la población del mundo vive en
condiciones cercanas a la miseria. Su alimentación es inadecuada, es víctima de la
enfermedad. Su vida económica es primitiva y está estancada. Su pobreza constituye un
obstáculo y una amenaza tanto para ellos como para las áreas más prósperas” (Escobar,
1996:19). Gustavo Esteva, en la definición del Diccionario del Desarrollo (una guía del
conocimiento como poder), y justamente contextualizando el concepto de desarrollo,
considera que el subdesarrollo comenzó ese 20 de enero de 1949, el día del discurso de
Truman. El mundo se dividió en dos: los desarrollados y los subdesarrollados. La
clasificación fue sin embargo de origen unilateral. Esta clasificación implicó el
surgimiento, consolidación y difusión de una representación con status ontológico y con
un doble poder: permite diagnosticar y percibir la realidad de un determinado modo, y,
simultáneamente, permitía organizar en acción la realidad diagnosticada. El lenguaje
organizó la realidad para sucesivas interpretaciones. El conocido libro de Arturo Escobar
La invención del tercer mundo analiza el problema del desarrollo como un problema de
representación. En el prefacio afirma que “el enfoque del libro es postestructuralista, en
el sentido de que parte del reconocimiento de la importancia de las dinámicas del
discurso y poder en la creación de la realidad social y en todo estudio de la cultura. El
desarrollo, arguye el estudio, debe ser visto como un régimen de representación, como
una ‘invención’ que resultó de la historia de la posguerra y que, desde sus inicios,
moldeó ineluctablemente toda posible concepción de la realidad y la acción social de los
países que desde entonces se conocen como subdesarrollados” (Escobar, 1996:14). Así,
y con razón, Gustavo Esteva considera que el concepto de desarrollo coloniza aún a
aquellos que buscan alternativas propias e independientes como las propuestas de
Nyerere concibiendo el desarrollo como una movilización política para alcanzar sus
propios objetivos, la del etnodesarrollo de Rodolfo Stavenhagen, la de Jimoh Omo-
Fadaka, quien propone un desarrollo de abajo hacia arriba, o la de Fals Borda, Anisur
Rahman o la de Jun Nishikawa en el Japón. Pensar en el desarrollo requiere percibirse
como subdesarrollado, afirma categóricamente. El desarrollo se presenta como una
trampa representativa: “convierte la participación en un truco manipulatorio para
involucrar la gente en la lucha para obtener lo que los poderosos quieren imponerle, que
era precisamente lo que Fals Borda y Rahman trataban de evitar” (Esteva, 1996:52).
Como sucede con los juegos del lenguaje wittgensteiniano, se hace necesario analizar
una red de percepciones que van unidas a la imagen del mundo de mediados de siglo. Lo
primero que se puede observar en la literatura económica de la década es la explosión de
investigaciones acerca del mundo subdesarrollado: se busca conocer la estructura de una
economía subdesarrollada. Aparece multitud de estudios e investigaciones. Un ejemplo
corresponde al de Oskar Lange, vicepresidente del Consejo de Estado de la República
Popular de Polonia, en ensayos sobre planeación económica en 1955 y 1956, donde
escribía acerca de los problemas relacionados con la planeación económica de los países
subdesarrollados. Una representación de la realidad dio lugar al surgimiento de un área
disciplinar.
La literatura económica de los años cincuenta es una mezcla de diagnosticar los ‘males’
de la sociedad (y siempre con metáforas), proponer fórmulas macroeconómicas de
crecimiento y una gran esperanza de la capacidad manipuladora del manejo de las
variables. Klein hablaba en 1952 del paro como uno de los mayores males sociales que
plagaron el mundo de entre las dos guerras. A su vez, Raúl Prebisch, en su Introducción
a Keynes, en el año de 1947, también afirmaba: “El estado totalitario ha resuelto el
problema de la desocupación a expensas de la eficiencia y la libertad. Curemos el mal
sin perderlas. El mal está en la desocupación, en el intolerable escándalo público del
despilfarro de recursos. Pero no en la forma en que se emplean los recursos ocupados”
(128). A partir de este panorama, la teoría económica keynesiana se presenta como
salvadora: la política del pleno empleo (aunque años después Currie va a descubrir que
el problema del empleo en Colombia era diferente al europeo). No obstante, la discusión
es amplia: keynesianos (Hansen, Samuelson, Masak, Smithies, Metzler, Hagen, Lertner
y Lange), marxistas (Paul Sweezy), entre otros. Tanto por los lados de la Unión
Soviética (los ensayos de Oskar Lange son un buen ejemplo) como por los lados de los
países occidentales, asumiendo principios keynesianos, la economía asume como
dispositivo de acción, la regulación del Estado. En América Latina, la CEPAL, con Raúl
Prebisch, Celso Furtado, y otros, fue la encargada de adaptar el keynesianismo a las
condiciones continentales, como afirma Kalmanovitz (1983). No obstante, en los análisis
de la filosofía social, en los marcos del keynesianismo, estos autores encontraron la
posibilidad de un desarrollo planeado.
Igual se puede hablar en este punto acerca de la percepción del economista del
desarrollo; si éste es diferente al ciudadano corriente, se puede afirmar que la nueva
percepción de la realidad, ordenadora de un discurso acerca del mundo, comenzó en
pequeños círculos. Incluso, si se analizan los discursos presidenciales de la época, esta
nueva imagen invoca una nueva representación sobre la historia. La historia se va
configurando, poco a poco, como un proceso ordenador de la realidad, y si es desde el
conocimiento, será desde la mirada económica.
El discurso vuelve a decir: toda metamorfosis tiene tiempos, etapas, y las conocen
quienes ya han pasado por ahí. Así, la metáfora del desarrollo sugiere que éste recorre
determinadas fases, períodos, etapas –que son las que han recorrido los países
desarrollados-. El modelo de W. W. Rostow que saldrá años después refleja la
representación del tránsito que va del desorden al orden. Por supuesto, la metáfora de W.
W. Rostow en Las etapas del crecimiento económico, en las que propone un desarrollo y
crecimiento en cinco etapas (la sociedad tradicional, las precondiciones para el
despegue, el despegue, la conducción a la madurez y la era de un alto consumo masivo),
evoca una meta que corresponde a la situación actual de los países denominados del
primer mundo. El máximo nivel: alto consumo masivo.
En Colombia, durante los años cincuenta, encontramos documentos clave que registran
las representaciones ontológicas de la realidad, del mundo. Para efectos de este análisis
se tienen en cuenta, principalmente, sin ser los únicos, Bases de un programa de fomento
para Colombia, informe de la misión dirigida por Lauchlin Currie, auspiciada por el
Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, Banco de la República, 1951, y,
Estudio sobre las condiciones del desarrollo de Colombia, septiembre de 1958, dirigida
por R.P.Louis Joseph Lebret. La mayoría de investigadores de la época, y posteriores,
coinciden en afirmar que fueron los dos diagnósticos más importantes de la década. El
informe de las Naciones Unidas del 21 de diciembre de 1962, realizado por Aryeh Attir,
se apoya explícitamente en esos dos documentos. Igual Guillermo Perry en su
Introducción al estudio de los planes de desarrollo en Colombia. No obstante, también
se quiere tener en cuenta el libro de Lauchlin Currie, Ensayos sobre Planeación. En
términos de análisis de discurso, hay dos posibilidades: analizar el proceso social de
construcción o rastrear cualitativamente las representaciones que tienen poder
organizador de espacios de realidad. Autores como Woolgar, Bruno Latour y la
socióloga canadiense Dorothy Smith, hablan de la construcción social de las categorías
discursivas que hablan de la realidad. Por supuesto, los modalizadores y diferentes
mecanismos de análisis que utiliza Steve Woolgar conducen a mostrar cómo los
científicos utilizan dispositivos para convencer. Aún así, se intenta cruzar las dos líneas
de análisis: construcción social de discursos sociales y búsqueda de lo que se piensa
acerca de la realidad. Si los documentos en cuestión son documentos oficiales,
institucionales, como es bien sabido, las apreciaciones de Dorothy Smith son
pertinentes. Como afirma Arturo Escobar, esta socióloga proporciona análisis de
discurso de documentos institucionales donde construyen socialmente las categorías para
nombrar y actuar sobre el objeto del documento. Es el isomorfismo entre la organización
textual y el fenómeno textual del cual habla Steve Woolgar en Ciencia: abriendo la caja
negra. “Nuestra relación con los otros en la sociedad y fuera de ella está mediatizada por
la organización social de su manejo. Nuestro ‘conocimiento’ es por tanto ideológico en
el sentido de que la organización social preserva los conceptos y medios de descripción
que representan el mundo tal como es para quienes lo dirigen, y no como es para quienes
son dirigidos” (Escobar, 1996:208 citando a Dorothy Smith). Así, en Bases de un
programa de fomento para Colombia, se observan tres particularidades: selección de los
indicadores a analizar (nivel de vida, ingreso y producto nacional, capital, agricultura,
industria y combustibles, transportes, higiene y previsión social, entre otros), definición
y determinación de algunos conceptos clave, como el de nivel de vida, y, finalmente una
ruptura entre problema (y su diagnóstico correspondiente) y programa propuesto. Es
decir, la organización temática del documento corresponde isomórficamente a una
organización de la realidad que corresponde directamente a una percepción económica
de la realidad. Son las categorías (como el nivel de vida) que modelan y abstraen
cantidades de particularidades propias de los habitantes del país. ¿Qué se consideraba
calidad de vida? A nivel particular, “podemos sentirnos seguros al considerar que los
elementos esenciales de un nivel de vida son: el consumo adecuado de comida para
propósitos de nutrición; el goce de una salud suficientemente buena como para permitir
una sensación de bienestar físico: la posesión de vivienda y ropa adecuadas, y la
oportunidad para algún esparcimiento y descanso” (Currie, 1951:14); y a nivel
macroeconómico, Currie manifiesta que “el bienestar económico de cualquier pueblo
depende de: a) la productividad per cápita, b) la distribución de la producción de bienes
y servicios, entre los bienes de consumo y bienes de capital, y c) la distribución de la
renta y el consumo entre la población” (ídem:15). De la misma manera, permite
generalizar al afirmar que “el relativamente bajo nivel de vida de la mayoría del pueblo
colombiano, se ilustra aún más con las cifras correspondientes al consumo per capita de
artículos como textiles de algodón, de energía eléctrica y otros elementos que influyen
en el nivel de vida” (ídem: 11). Es decir, la categoría de calidad de vida se presenta con
unos indicadores, los cuales al ser “observados” se dirá que hay x nivel de vida. Hay una
similitud con la idea constructivista de Gaston Bachelard: “Se ve la temperatura en un
termómetro, pero no se la siente. Sin teoría no sabríamos jamás si lo que se ve y lo que
se siente corresponden al mismo fenómeno”. Así, razón se tiene al evocar la mirada
etnometodológica de los textos de análisis. Los textos no son registros objetivos de la
realidad externa, sino “que deben ser entendidos con referencia a los usos y metas
organizacionales y en el contexto de su producción o interpretación” (Escobar, 1996:
209). El Estudio sobre las condiciones del desarrollo de Colombia, dirigido por el padre
Louis Joseph Lebret, presenta una estructura temática diferente. Se diría que la
construcción del objeto del desarrollo es diferente por lo que se transforma en un objeto
diferente. Este documento de 1958, publicado siete años después del informe de
Lauchlin Currie, ya no habla de la necesidad del programa sino que en su configuración
metafórica describe las potencialidades para el desarrollo. La segunda parte del informe
está titulado como Las potencialidades y las posibilidades físicas de Colombia, en
relación con las necesidades. La tercera parte habla de Las potencialidades y
posibilidades financieras. Como la analogía de los organismos vivos, el desarrollo es
posible porque hay potencialidades sin desarrollar. Un buen diagnóstico debe
detectarlas, identificarlas, para que por medio de la teoría económica y la planeación,
puedan ser impulsadas. Los dos informes, aunque no describen la teoría económica que
les sirve para diagnosticar (se cree comúnmente que es posible identificar un problema
sin estructura teórica para luego si proponer alternativas), si abren puntos de fuga
perceptual. A partir de los documentos institucionales, de origen internacional, la
retórica irá transformando espacios vitales. El informe Currie proponía fortalecer o crear
una institución planificadora. El informe Lebret ya cuenta con el apoyo del Comité
Nacional de Planeación. En la introducción, Louis Joseph Lebret afirmaba: “Siempre es
doloroso para un equipo de trabajo dislocarse en el momento en que la percepción de las
estructuras, de los problemas y de las orientaciones deseables se torna más clara. Los
investigadores saben que sólo han abierto las pistas sobre las cuales quisieran seguir
avanzando. No obstante, su tarea no es sustituir a quienes tienen a su cargo la
responsabilidad de una región o de una nación. Ella se reduce a enfocar desde un punto
de vista nuevo las realidades que viven, construyen o deterioran los pueblos que están
engendrando su historia” (Lebret, 1958:9). Desde el punto de vista etnometodológico,
“las pistas sobre las cuales quisiera seguir avanzando” son los espacios de fuga que se
convierten en categorías. Es la colonización del lenguaje. Normalmente, y siguiendo el
hilo de los análisis de Bruno Latour y Steve Woolgar, estos puntos de fuga, categorías,
surgieron en algún momento de superposición de textos y luego, al final, tomaron un
status ontológico que los hace aparecer como si ‘estuvieran ahí fuera’ y como si
‘siempre hubieran estado ahí’, bien se trate del concepto de higiene, desarrollo,
planeación o el sector agrario. Si “todo texto trata de convencer” (Latour, 1977:27) y “el
texto científico alcanza ese efecto presentando capas de textos que corresponden y que
sirven de referencia las unas a las otras” (ídem), los documentos Currie y Lebret intentan
convencer con la utilización de anáforas (Latour) y el uso de hipertextos. Cada página es
una superposición de otros textos y documentos. El capítulo primero, la población de
Colombia, del informe Lebret, muestra un cuadro sobre la población, según el censo de
1951, organizado por departamentos, extractada del Departamento Administrativo
Nacional de Estadística, tres notas de píe de página, y páginas adelante va a traer a
colación fuentes de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina), Contraloría
General de la República, etc. Igual basta mirar el caso de la encuesta utilizada para la
investigación: “Para la elaboración del cuestionario se partió de instrumentos análogos
ya establecidos, experimentados y utilizados por ‘Economía y Humanismo’. El
cuestionario rural está basado en el cuestionario elaborado por ‘Economía y
Humanismo’ para los países europeos bajo el nombre de ‘Diagnóstico rápido de una
localidad rural’. El primer trabajo de adaptación del instrumento rural francés a los
países tropicales fue realizado por el equipo ‘Economía y Humanismo’ del Brasil para
un estudio de los niveles de vida en los Estados de Sao Paulo y de Paraná”. (Lebret,
1958:52). A su vez, Lauchlin Currie comenta que “algunos apéndices técnicos, en su
mayor parte relativos a la metodología y que contienen mayor cantidad de detalle, y de
interés tan sólo para los especialistas, no se han impreso, pero pueden solicitarse al
Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento. Estos se enumeran en el índice del
informe para referencia inmediata” (1951: XV). Así, se sugiere la utilización de un
mecanismo de credibilidad científica y, al tiempo, la idea de que el texto es un discurso
retórico que se construyó a partir de la superposición de otros. No obstante, el nuevo
documento, reconstruido socialmente, crea y construye, siempre socialmente, realidades
nuevas.
- En ciertos casos hay escándalos provenientes del hecho de que personas prominentes
viven mal;
- La superstición, aunque señalada como débil en la encuesta, existe sin embargo por
una desviación del culto de los santos y algunas veces por adhesión a ritos mágicos y
horóscopos;
- El protestantismo, o más exactamente las múltiples sectas que pretenden o no estar
atadas al protestantismo, merecería un estudio aparte. Es bastante virulento y muy
hábil en sus insinuaciones anticlericales. Puede presentar peligro desde un punto de
vista cívico y nacional; en efecto, cuando se le mira de cerca, uno está, si no
sorprendido, al menos admirado de ver que con frecuencia está ligado a la influencia
económica norteamericana, y de hecho se incluye entre los factores del
neocolonialismo. Por supuesto que esto no pone en tela de juicio el valor personal de
tal o cual pastor ni su buena fe”. (Ídem: 85).
El numeral en mención termina con la siguiente frase: “su principal deber es primero la
educación religiosa del pueblo y después la educación humana”. De igual manera,
cuando propone dos tipos de educación, una rural y una urbana, manifiesta que “la
situación difiere profundamente en los países menos desarrollados. Generalmente en
ellos domina el mundo rural, que comprende en promedio el 60 y 80% de la población.
Su economía es en gran parte autárquica, pues consume la mayor parte de lo que
produce, construye su habitación con lo que encuentra a mano, se contenta con las
herramientas fabricadas en el lugar, algunas veces teje sus vestidos y reduce lo más
posible sus intercambios comerciales. Su cultura permanece estrechamente ‘terrígena’,
en el sentido de que su espíritu extrae su alimento más bien de tradiciones ancestrales y
de las observaciones directas que de la enseñanza de profesores que poco frecuenta, o de
libros que no lee. Permanece muy marcado por el ambiente de la naturaleza, por el ritmo
astral, por las leyes biológicas, y permanece rebelde a las innovaciones de la técnica. Se
contenta con un nivel de vida muy bajo, aceptándolo con fatalismo, y sin tratar de
mejorarlo porque así han vivido sus antepasados y así conviene vivir” (ídem: 352).
¿Cuál es la creencia, imagen totalizadora que da sentido a un conjunto de
representaciones, del habitante del denominado ‘tercer mundo’?. El subdesarrollado es
alguien, desde la percepción europea, atado a la naturaleza misma y que en conciencia
no ha evolucionado. Más adelante afirmará que los campesinos son pobres y poco
evolucionados: necesitan un impulso para ‘evolucionar’. Así, y regresando a Dorothy
Smith, con sus análisis etnometodológicos, la organización social se presenta como una
institución que preserva sus conceptos y medios de descripción que representan el
mundo tal como es para quienes lo dirigen. De hecho, se cree que hay que dirigirlos
porque no saben para dónde van y qué quieren hacer. En el caso de la misión Lebret, de
las doce personas que la componían, entre ellas secretarias y dibujantes, los únicos tres
que son sacerdotes son el director, el sociólogo director de la encuesta y el especialista
en pedagogía, en lo que parece ser, las consideraciones sobre la descristianización y la
educación rural, son los responsables.
Max Weber advirtió en The Protestan Ethic and the Spirit of Capitalism, que el espíritu
racionalista que introdujo el ascetismo había logrado un impulso propio y que, en el
capitalismo, el orden racionalista se había convertido en una jaula de hierro en que la
humanidad estaba presa. Todo está reglamentado. Todo tiene procedimientos, rutinas,
tiempos. La planeación de la sociedad es su símbolo máximo. La planeación económica
tiene una faz de presentación: un ideal racionalizante, técnico, formalizante y predictivo.
Arturo Escobar afirma al respecto, no obstante, que "la deconstrucción de la planeación
nos lleva a concluir que solo mediante la problematización de estas prácticas ocultas, es
decir, poniendo de manifiesto la arbitrariedad de las políticas reales, de los hábitos
profesionales y de la interpretación de los datos, y mediante la proposición de posibles
lecturas y resultados alternativos, puede hacerse explícito el juego del poder en el
despliegue aparentemente neutral del desarrollo" (Escobar: 1998: 237). El análisis de
esta representación conduce a Arturo Escobar a afirmar que la planeación, la tecnología
y la ciencia posaban como “herramientas neutrales, deseables y universalmente
aplicables” (Escobar: 1998: 237).
2. 9 La burocracia y el funcionario público
¿Qué papel juegan los funcionarios públicos? Se podría afirmar sin riesgo de
equivocación, y pensando en la acción social del funcionario público, que el Estado no
es ya un ente claro de delimitación ni es de carácter uniforme, sino que son los miles de
individuos que actúan en nombre de un ente ficticio y real a la vez, y que intentan
presentar el imaginario colectivo de neutralidad estatal: su misión es recibir la política
trazada desde la cúpula del poder legislativo o ejecutivo y ejecutarla fiel y neutralmente.
Sin embargo, en la cotidianidad del funcionario público se descubre un Estado múltiple,
disperso y con una realidad diferente al imaginario difundido: la práctica social se
desborda más allá de lo imaginado. Las historias de vida ilustran una vitalidad
desestructurante de cualquier armazón teórico.
Dos tipos de problema, interrelacionados entre sí, pueden llegar a ser interesantes para el
sociólogo. De una parte, preguntarse cuál es la percepción social e histórica que se tiene
sobre el funcionario público; y de otra, cuál es la construcción social de percepción de la
realidad que realiza éste. En ambas direcciones encontramos una representación
interesante de auscultar. El primero llevaría, metodológicamente, a un rastreo histórico,
desde la mirada de varios actores; el segundo podría rastrearse en la cotidianidad de sus
espacios simbólicos, en la percepción de Bourdieu.
Para algunos autores, entre éstos el mismo Krygier, la real importancia de esta categoría
como tal está en la percepción y sugerencia de que los funcionarios públicos son una
clase independiente que podría gobernar un estado por aparte. La socióloga alemana
Renate Mayntz (Mayntz: 1985) estudia con acierto la auto-percepción y las actitudes del
de la Función Pública y, después de haberse planteado la posibilidad de la existencia de
un "ethos funcionarial", donde tendría su propio sistema de normas grupales, "que no
sólo determinan el comportamiento de los miembros del grupo, sino que también son
importantes para su identificación social y, por tanto, para la cohesión del grupo"
(Mayntz: 1985: 185), se pregunta hasta qué punto estas presunciones de comportamiento
son aceptados y afirmados por los mismos funcionarios. Para el rastreo, la socióloga
recurre a lo que tradicionalmente se conoce como los principios clásicos del funcionario,
Sin embargo, este ethos tiende a ser modificado, por lo menos desde la auto percepción
del funcionario que analiza Mayntz. Ha habido un desplazamiento conceptual de un
servidor del Estado a un abogado del ciudadano demandante. El público empieza a ser
importante en esta nueva dirección, lo que conlleva a que "la creciente orientación hacia
el público significa también un distanciamiento de la arrogancia de la autoridad que sabe
lo que conviene al pueblo y le sirve sin preguntar demasiado" (Mayntz: 1985: 188). Es la
dirección marcada como tendencia actual en la administración de occidente.
Bruno Latour
La tecnología es la sociedad hecha
Para que dure
Sociología Simétrica
Miquel Domènech y Francisco
Javier Tirado (compiladores)
Gedisa, 1998.
La idea de la planeación de los años cincuenta no puede dar la impresión de que sólo
hasta ahora se logra intervenir la economía de un país y por ende fuera posible
planificar. Todos los últimos siglos, a pesar del desarrollo del capitalismo, se había
avanzado en políticas regulatorias. Y en el siglo XX se había avanzado en
organizaciones económicas. El análisis de los años cincuenta es una conexión con varios
trayectos. “En el Occidente, una política económica planeada pudo desarrollarse hasta el
siglo XIV sólo en la medida en que para ello entraban en consideración las ciudades.
(…) Sin duda, hubo inicios de una política económica de los príncipes. En la época de
los Carolingios encontramos tasas de los precios y una política de prosperidad en
diversas direcciones; pero en su mayoría quedaron como letra muerta y, con excepción
de la reforma monetaria y de los sistemas de pesas y medidas en la época de
Carlomagno, todo había desaparecido ya sin dejar traza en la época siguiente. La política
comercial con el Oriente, que le hubiera gustado emprender, resultó imposible debido a
la falta de una flota adecuada” (Weber: 1977: 1051-1052). Ahora, en el siglo XX, la
consolidación se realiza gracias a procesos de enrolamiento y a estrategias de red; pero,
sobre todo, muchas veces los historiadores comprometidos con las mismas redes,
tienden a visibilizar sólo algunos trayectos. Aún así, más importante que estos puntos,
hay tres ideas que se pueden enlazar para obtener una explicación más contundente: las
hipótesis de Edwald acerca de los procesos de institucionalización, el constructivismo
social y las investigaciones de Josetxo Beriain acerca de las representaciones colectivas.
La jaula de hierro de Max Weber se puede incluir. En una primera aproximación se
podría decir que la planeación elimina la incertidumbre, pero no es la idea de Edwald.
Edwald sugiere una idea con respecto al aseguramiento: “El aseguramiento no elimina la
causalidad, como se ha dicho erróneamente, sino que fija su espectro. No acaba con al
perdida, sino que asegura esa perdida que al ser compartida no se siente” (Edwald: 1995:
207). Es una idea muy cercana a las ideas del constructivismo social: crear las
condiciones para que una categoría social, una institución social, funcione. Por su parte,
Beriain, inspirándose en Horkheimer y Adorno, afirma:
“El hombre fue una vez ignorante, mientras la naturaleza era poderosa
y misteriosa. El hombre aprendió a dominar la naturaleza pero sólo
imitando sus aspectos más rígidos y rutinizados. Haciéndolo, la razón
se confina a sí misma a una tarea simple: aprender a predecir y
controlar las fuerzas naturales (M. Heidegger, “The Question
Concerning Technology”, 1976). La razón lentamente aprende a
dominar la naturaleza pero al coste de la renuncia. El hombre debe
sujetarse a sí mismo a la terrible disciplina, en la cual debe negar
aquellos aspectos de su propia naturaleza que son incompatibles con
los controles del experimento científico, así como con el control y la
regularidad impuesta por la institución –fábrica, escuela, hospital,
ejército, etc.-; no sólo debe renunciar a la paz y a la autonomía, sino
que debe renunciar a todo el potencial de la razón. Una razón bastante
poderosa para asegurar la supervivencia y el confort humanos en un
mundo circundante hostil, que es comprada al precio de la ‘razón’
misma. La razón deviene poderosa por su conversión en un
instrumento, una herramienta” (Beriain: 1990: 143).
La jaula de hierro de Max Weber es una construcción histórica; pero las percepciones de
Edwald y de Beriain dan un paso más allá y brindan la idea de que la planeación es sólo
posible si hay condiciones construidas previamente. En un espectro construido. En esa
medida sólo es predecible y controlable lo construido previamente. En otros términos,
sólo es posible construyendo una red: y siempre hay un lugar desde donde se construye
la red; la estrategia es buscar el mayor enrolamiento posible.
Bruno Latour piensa las redes en su libro Ciencia en Acción. ¿A qué se refiere Latour
cuando menciona el concepto de redes? ¿Se pueden determinar algunas características
importantes de las redes? ¿Las redes son de carácter social, administrativo o científico?
Justamente, el trayecto del capitán Lapérouse, enviado por el rey al Pacífico este para
determinar la precisión geográfica de lo que denominaban Sakhalin, consistirá en
mostrar cómo se van construyendo esas redes: la imagen de la red permitirá encontrar
conexiones donde aparentemente no parece haberlas. Existe la sospecha de que la misión
de la red es la de unir las distancias espaciales entre puntos dispersos en una geografía
imaginaria. Pero no es sólo una dimensión espacial. La red tiene varias dimensiones y
ésta sería inabordable sin los elementos que llega a conectar: los papeles –móviles
inmutables y combinables-. Que mejor ejemplo que un proyecto. Quizás no es que la red
conecte cosas sino que son éstas las que permiten pensar la red. Efectivamente, y como
sucede con un paquete de hojas denominado Proyecto X, éste lleva en sí el proceso de
construcción histórica (sus diversos trayectos y recorridos, la gran mayoría de la veces
por senderos escogidos previamente), de formalización; el tiempo, el espacio, las huellas
de los actores. La red conecta lo que aparece ante la vivencia y percepción del
investigador como un proceso separado, analítico.
En esta imagen de la red, ¿la red también se construye? ¿Qué se considera construcción?
¿Qué papel juega la administración en ese proceso? ¿Hay alguna relación entre la
administración y la construcción de conocimiento? ¿Podemos hablar de otros tipos de
construcción? Resulta necesario volver a mencionar que la pregunta de Latour no es la
definir qué se llama conocimiento sino responder la pregunta de cómo se adquiere
conocimiento o lo que es lo mismo: describir el ciclo entero de acumulación de
conocimiento. De igual manera, el proceso indica una temporalidad, por una parte, y de
otra, construcción de naipes. Y cada naipe es una superposición de otras cartas que
intenta hacer visible en una sola todas las demás: “en lugar de que la mente de los
científicos dependa de las cosas, explica Kant, se logra que las cosas dependan de la
mente, y, por lo tanto, tiene lugar una revolución tan radical como la que se dice que
Copérnico desencadenó”. Así, cada superposición en el tiempo logra construir síntesis
de redes más amplias y complejas. De ahí que los principios rectores en la construcción,
o superposición de naipes, es la de que siempre se preferirá todo aquello que provoque
movilidad, estabilidad y combinabilidad de los elementos. Eso no descarta el hecho de
que el conocimiento es una construcción en el tiempo: “la primera vez que nos
encontramos con un hecho, no lo conocemos; empezamos a saber algo la segunda vez,
como mínimo, que damos con él, o sea, cuando cualquier cosa que ocurre es, para él, un
caso especial de otros hechos ya conocidos, un miembro de la misma familia” (Latour:
1990: 211). ¿Se podría afirmar que cada paso de estos, cada superposición de los naipes,
es un acto administrativo? ¿La administración se construye también con estos pasos? Al
respecto, afirma Latour en sus últimas páginas: “es a través de la burocracia y los
archivos que los resultados de la ciencia llegan más lejos. Por ejemplo, los registros
tomados por los ingenieros de Schlumberger en las plataformas petrolíferas pasan a
formar parte de un archivo en un banco de Wall Street, en el que se mezclan geología,
economía, estrategia y derecho. Todos estos dominios inconexos se entrelazan al
convertirse en hojas del más despreciado de los objetos, el archivo, el polvoriento
archivo” (Latour: 1990: 242). La red, en su esencia más íntima, es de carácter
administrativo, donde se moviliza el poder.
Olson discute con Marx el concepto que puede analizar la tensión existente entre el
individuo y el grupo e incluso la organización social. El concepto es el de la acción de
clase. Y también se puede hablar de la acción consciente de clase, refiriéndose a ese
esfuerzo conciente para alcanzar las metas colectivas de un grupo latente grande. Olson
identifica la clase social con un grupo grande y latente. ¿Es posible asimilar la teoría de
clase social de Marx a la de grupo social? Olson afirma categóricamente que si. La clase
social, y de paso sus individuos, están determinados por las relaciones de propiedad y la
posesión de los bienes productivos de la sociedad, y de paso se puede afirmar que la
conciencia de clase y la disposición a utilizar los medios políticos colectivos con el fin
de favorecer los interese propios, es una cuestión mediada por lo económico. En este
caso, la conciencia de clase está asociada a la posesión de los bienes productivos. Aquí
Olson expone nuevamente la tensión entre lo individual y lo grupal: un favorecimiento a
la clase social sin un favorecimiento individual no ofrece incentivos a las personas para
emprender una acción consciente de clase. Es más, afirma que la motivación es de orden
económico. El individuo es racional, calculador y egoísta. De ahí que la conciencia de
clase, encauzada a un esfuerzo grupal, sea una cuestión difícil de abordar. Olson sugiere
que la organización de estos grupos también se impone. Prueba de ello es que las
revoluciones marxistas las han hecho pequeñas élites conspiradoras.
Se puede exponer la siguiente hipótesis: entre mayor sea el estímulo e incentivo para la
acción unilateral e individual, para obtener el bien público colectivo, menor esfuerzo
organizacional se requerirá, que se traduce en una nulidad de imposiciones y cero costos
de organización. Si el incentivo individual se pierde, como ocurre en los grupos grandes
y latentes, mayores son los esfuerzos organizacionales que se traducen en costos, dinero
e imposiciones. Esto es, desde la mirada de Olson, la naturaleza económica del
individuo determina lo organizacional colectivo y el grado de eficiencia depende de dos
caminos simétricos: incentivos selectivos y compulsión.
Las investigaciones iniciales provienen de Karl Polanyi, Thorstein Veblen, Max Weber,
el mismo Durkheim cuando llegó a denominar la sociología como la ciencia de las
instituciones, y más recientemente, con teóricos como Reinhard Bendix y Harry
Eckstein. Y en cambio las nuevas discusiones se han centrado en los textos de
Katzeinstein, Skoopol y Hall por los lados de la sociológica histórica, Douglass C. North
en la historia económica (ganador del premio Nobel de economía, año 1993), March y
Olsen, y Walter W. Powell y Paúl J. Dimaggio en la sociología de las organizaciones. La
revolución conductista en la ciencia política de los años cincuenta y los primeros años de
la década de los sesenta, ya reaccionaban frente a las explicaciones del comportamiento
político real a partir de las leyes formales, reglas y estructuras administrativas.
Encontraban como importante la distribución informal del poder y el comportamiento
político. Sin embargo, a decir de Thelen y Steinmo, los conductistas no explicaban las
diferencias de país en país a organizaciones similares: “Las teorías de los grupos de
interés que se centraban en las características y preferencias de los grupos de presión no
podían contar por qué grupos de interés con características organizativas similares
(incluidas las mediciones de fortaleza) y con preferencias similares no siempre podían
influir en las políticas de la misma manera o con la misma extensión en diferentes
contextos nacionales. Para explicar esas diferencias era necesaria mayor atención en el
paisaje institucional en el que estos grupos de interés buscaban influir”. Esas diferencias
serán explicadas por los neoinstitucionalistas.
¿Qué se puede decir acerca del Estado? Es una época de transformación a nivel interno
del Estado, donde incluso desde la disciplina de la administración pública ya no se podía
comprender desde un punto de vista de las constituciones políticas ni desde el derecho
administrativo, ni desde los procesos administrativos, sino que se pasó a concebir una
acción estatal más compleja en la que empezaba a resquebrajarse la oposición clásica,
expuesta por Woodrow Wilson, y enseñada a los funcionarios públicos, de
administración pública y política (se da por sentado que la burocracia es un ente racional
al servicio de la política nacional). Es el comienzo de la visibilidad de actores nuevos en
las esferas públicas de América Latina, además de serios intentos por influir en las
decisiones gubernamentales, pero también no reconocidos por varios años, por lo que
algunos analistas hablan de la aparición de redes sociales pero también administrativas.
La ciencia será entendida como uno de los elementos claves para poder planificar pero la
misma ciencia entrará al discurso de la planificación. La ciencia será intervenida desde
las oficinas de planificación gubernamentales. Hebe M. C. Vessuri en su análisis sobre
el proceso de institucionalización, de la ciencia, esto es, según él, en “el proceso de
transplantar la ciencia occidental a los países en desarrollo, las instituciones científicas
de las naciones más avanzadas se convirtieron en los “modelos” por seguir”. La
presencia de instituciones científicas al estilo occidental en el mundo en desarrollo se
aceptó como indicador de modernidad. La transferencia de las prácticas científicas de la
metrópolis a la periferia se hizo más intensa. Al hablar de las políticas científicas
gubernamentales, se difunde la representación de la importancia del papel de la
planeación estatal de la ciencia en los países en desarrollo. “En distintas épocas desde
los años treinta, aunque de manera más sistemática desde los cincuenta, la mayoría de
los países establecen consejos nacionales de ciencia y tecnología o unidades
especializadas dentro de sus departamentos de planeación” (Vessuri: 1996: 222). El
número de centros de investigación se amplió y acentuó la fragmentación de las
actividades científicas y tecnológicas, se crearon nuevas instituciones públicas dedicadas
a la promoción y a la realización de actividades científicas y tecnológicas, así como
unidades gubernamentales para regular la importación de tecnología y ofrecer servicio a
la industria, a la minería y a la agricultura. La rápida industrialización de los países
latinoamericanos de mayor tamaño produjo una demanda de egresados de ciencias e
ingeniería para manejar los problemas operativos y de servicio de las nuevas industrias
de ensamble. “Las nuevas exigencias forzaron el surgimiento de intermediarios a modo
de administradores de investigación, gerentes de proyectos y negociadores en los
organismos encargados de los fondos, lo que originó una formalización cada vez mayor
de las actividades de investigación. Los mecanismos y los criterios adoptados no
siempre resultaron compatibles con las experiencias y tradiciones que hasta entonces se
habían acumulado mediante los esfuerzos de grupos aislados y pequeños. El cabildeo de
grupos de tecnócratas e intelectuales lograron primero convencer a los encargados de
elaborar las políticas y después crear el aparato burocrático y los instrumentos
financieros que permitieran que prosperara la idea de un desarrollo científico y
tecnológico autónomo” (Vessuri: 1996: 222). Sin embargo, ha de anotarse que el
reconocimiento del papel de la planeación gubernamental de la ciencia en los países en
desarrollo no debe dar la impresión de que se lograron resultados. De hecho, las
experiencias nacionales se han visto sujetas a fuertes críticas en varios aspectos. “Como
resultado de una rigorosa promoción de la “planeación de la ciencia” por parte de la
UNESCO en los años sesenta y setenta, muchos países africanos crearon también
organismos científicos nacionales, pero la mayor parte de sus objetivos no se han
alcanzado (Davis, 1983). Varios de estos organismos han sido eliminados en años
recientes” (Vessuri: 1996: 222).
1.1 El proyecto
Objetivos Estudio
técnico
El proyecto de
desarrollo
económico
Evaluación Estudio
económica financiero
8
Un aparato de inscripción es una agrupación de máquinas, procedimientos, saberes y
habilidades incorporados por especialistas, sistemas de reglas, disposiciones espaciales y
equipamientos colectivos que, mediante la producción de una escritura, posibilitan dar cuenta
de un fenómeno.
resonancia magnética nuclear (RMN) no existiría sino en virtud del espectrómetro. “No
se trata sólo de que los fenómenos dependen de ciertos instrumentos materiales, sino que
el escenario material del laboratorio constituye completamente los fenómenos. La
realidad artificial, que los participantes describen en término de una entidad objetiva, ha
sido de hecho construida utilizando instrumentos de inscripción” (Latour y Woolgar:
1986: 77). Pero también, y pensando en el proyecto, éste existe gracias a teorías
económicas y administrativas y a diversas técnicas como la elaboración de cronogramas
(los hay de varios modelos como el PERT –Program Evaluation and Review Technique,
es decir, Técnica de evaluación y revisión de programa-), los diferentes tipos de
coordinación, los sistemas de planeación y de control.
9
No obstante, Harmon y Mayer hacen la aclaración de que aún la racionalidad instrumental
sigue siendo crucial para que la teoría de sistemas juzgue si una actividad es adecuada para
lograr un fin.
RED CONSTRUCTORA DE UN PROYECTO
ARTEFACTO TECNICAS
PROYECTADO DE DISEÑO
ESTETICO
TEORIAS ESTABILIDAD DE
POLITICAS ALGUNAS
COMO LA TEORIAS
DEMOCRACIA ADMINISTRATIVAS
DISEÑO DE ESTUDIO
TECNICO
METODOLOGIAS
DE PLANEACION
ESTABILIDAD FINANZAS
DE ALGUNAS
TEORIAS
SOCIALES. ECONOMIA ESTUDIO DE
EJEMPLO: MERCADOS
TEORIA DEL
TEORIAS ACTOR PSICOLOGIA TEORIA DE
DEL RACIONAL CRONOGRAMAS
CONOCIMIENTO
ESTADISTICA
REDES PRACTICAS
LINGUISTICAS SOCIALES
La segunda complejidad corresponde a afirmar que la construcción de conocimiento no
se percibe fácilmente en esa relación ontológica y epistemológica entre sociedad y
naturaleza, sino entre sociedad-historia-poder y naturaleza-historia-poder. La
construcción es un proceso en el tiempo. El conocimiento científico y tecnológico tiene
una naturaleza social y cultural (donde un concepto hace parte de una red de imágenes,
metáforas y creencias), y una dinámica de transformación permanente, configurándose
históricamente en hecho científico. Esto es, no hay un objeto o hecho científico fijo y
estable (como lo afirma Ludwik Fleck), sino que, como nos los recuerda Carlos Solís en
Razones e Intereses, "está claro que lo que se tiene en cada periodo histórico de
estabilidad científica no es sino un equilibrio entre compromisos teóricos a distintos
niveles que, por el momento, cierra la disputabilidad de los aparatos y experimentos y
produce la impresión de que la naturaleza habla directamente a través de ellos. De
manera que se podría decir que los grandes episodios de la historia de la ciencia no
consisten tanto en la conquista de la verdad cuanto en la consecución de esos equilibrios
entre compromisos que producen estabilidad, y lejos de mi proceder con ello rebajar el
mérito de los autores o minimizar la importancia de la ciencia" (Solís: 1999: 29). No en
vano, la entrada del análisis histórico y político en la construcción de los hechos
científicos va a influir y fortalecer las concepciones relativista y constructivista.
La tecnología del proyecto también tiene una historia compleja. Los diversos trayectos le
dan la forma actual. Un trayecto importante es el correspondiente al análisis costo-
beneficio que se encuentra en el famoso artículo del francés Jules Dupuit del año de
1844 sobre la medición de la utilidad de las obras públicas, de acuerdo con la interesante
revisión de literatura de Prest y Turvey (1965). El inicio de la definición de criterios para
el gasto público y la determinación de precios del sector público se observa desde la
obra de Dupuit. Según Camilo Rubio Pardo, funcionario del Departamento Nacional de
Planeación (1997), quien escribe el documento titulado La cultura de proyectos y el
banco de proyectos de inversión nacional en Colombia, es a partir de 1902, con el
“River and Harbor Act”, que Estados Unidos comienza una etapa importante en el
desarrollo de técnicas para medir costos y beneficios asociados a un proyecto. Este
“Acto”, requería de la evaluación, por parte de un grupo de ingenieros dedicados a tal
fin, del beneficio del comercio generado y sus costos, atribuibles a proyectos portuarios
y de navegación fluvial de la Armada. Posteriormente, en los años 30 durante la época
del New Deal, la idea de una justificación social mas amplia para la aprobación de
proyectos se desarrolló a través del “Flood Control Act” de 1936. El propósito de este
nuevo auge fue el de establecer no solamente la justificación adecuada de proyectos sino
de contribuir a la decisión de quién debería pagar. Hacia finales de la segunda guerra
mundial las agencias de los Estados Unidos habían introducido en el análisis dos temas
importantes: i) los beneficios y costos indirectos y ii) los intangibles. En 1950, un grupo
compuesto por varias agencias publica el “Green Book” – Libro Verde -, intento
importante por plasmar los principios generales. Según Prest y Turvey, “fue la
incorporación del lenguaje de la economía del bienestar” al análisis costo-beneficio.
Hacia los años sesenta, se observa la preocupación de un número cada vez mayor de
economistas por estos temas debido a varias razones: la aparición de grandes proyectos
de inversión, el crecimiento del gobierno central tanto en el Reino Unido como en
EEUU desde los años treinta y la aparición de técnicas como la investigación
operacional y los análisis de sistemas, entre otros. Esta es la lógica de proyecto que se
impone.
Los trayectos de la redes son conducidos por los políticos locales, los funcionarios –
algunos planificadores provenientes de la economía, arquitectura, administración
pública, administración de empresas, principalmente-, veedores y ciudadanos en general.
Un día cualquiera del mes de mayo del año en curso llega a la oficina de planeación de
la localidad de Kennedy un listado de proyectos que habían sido seleccionados por el
Fondo de Inversión Social -FIS- para ser cofinanciados. La administración local debía
colocar 10% y el FIS un 90%. Tales dineros que aparecían para financiar estos proyectos
habían sido parte de un proceso de negociaciones de carácter político entre el concejo y
la nación. Al llegar el listado a las localidades los funcionarios de planeación local poco
saben por qué determinados proyectos. Esto es, hay unos ya determinados. La
apropiación figuraba así: Adquisición y dotación Colegio oficial Patio Bonito, Localidad
8 de Bogotá y Adquisición y dotación Escuela oficial distrital Patio Bonito, Localidad 8
de Bogotá. En la localidad hay varios con esa denominación. Tiempo después se
descubre que la plata está pero los proyectos no, y tampoco se pueden ejecutar nada si
no hay proyecto. El dinero fue asignado sin formulaciones expresas y sin estar
contenidas en el Plan de Desarrollo Local. Una vez que estaba asignada la partida
presupuestal era necesario formalizar y estructurar los proyectos. Sólo que en un sentido
estricto ya no es un proyecto: hay que redactar un documento que justifique la cuantía
asignada y con fecha anterior a la llegada del dinero. Esto implica varios trámites
retrospectivos. Planeación nacional ya tiene unas metodologías que deben ser usadas
para estos casos. La administración local encarga la misión a dos funcionarios de
contrato de la oficina de planeación para presentar el documento. Los dos funcionarios
acuden al Departamento Nacional de Planeación y a Planeación Distrital. Estos deciden
dividirse el trabajo dividiendo los sectores a los cuales pertenecen las apropiaciones:
salud, educación, parques, cultura, etc. Los urgentes son los de educación. El
funcionario busca los colegios y las escuelas del Barrio Patio Bonito. Son varios, no hay
vehículo, y se ha de adjudicar un dinero y, además, diligenciar los formatos y realizarles
unos trámites. Hay varios pero sólo se puede adjudicar 50 millones a la escuela y 100
millones a un colegio. ¿Cuáles? Planeación Distrital empieza a presionar por la entrega
de los formatos. El funcionario decide ir al barrio a hacer el recorrido de emergencia
para tomar una ‘decisión técnica’: los más necesitados. Algunos establecimientos
quedan muy lejos. Una mañana va y empieza a buscar los rectores de estos
establecimientos y a algunos les pide información para registrarla. Nada se comprueba.
El funcionario no alcanza a visitar todos los establecimientos y pide información a los
pocos rectores que entrevista; algunos le manifiestan: “X colegio ya recibió partidas
presupuestales y actualmente está construyendo. En cambio aquí no hay nada”. Regresa
a la alcaldía a estudiar la información recolectada y va a otras instituciones públicas
como el CADEL, donde a pesar de ser la institución que maneja la educación en la
localidad, no maneja buena información. Las oficinas del CADEL se ven atestadas de
gente, profesores, padres de familia, se escucha hablar acerca de traslados, cupos
escolares, los funcionarios se les ve siempre con papeles en la mano y la directora
atiende muy rápidamente, y con desconocimiento de algunos asuntos. Finalmente, la
directora recomienda asignar el dinero a X y Y instituciones. ¿Razones? Ninguna. Dos
días después llaman de Planeación Distrital: no hay más plazo. Hoy se cierran las
recepciones de documentos. Pero la funcionaria de Planeación Distrital es amiga del
funcionario de la localidad y le permite tomarse un día más. Ese día llegaron unas
evaluaciones de costos a la alcaldía dirigidas al funcionario encargado de los proyectos
educativos. Provenían de algunos colegios que no se visitaron. Hay otro mensaje que
para “negociar” la adjudicación. El funcionario se reúne con la alcaldía y deciden dar el
dinero de quien se tenga más información y de quien se pueda recolectar fácilmente los
datos faltantes, porque la cuestión está en diligenciar los formatos y no hay más tiempo
para visitas. En adelante mucha información que irá registrada en el proyecto será de
origen telefónico.
Los formularios tienen opciones en sus programas y poco a poco el proyecto se irá
adecuando a las necesidades no sólo de la institución educativa sino de una serie de
alternativas de los formatos. Se tendrá cuidado en las fechas, los plazos, los costos, el
diagnóstico de la situación del colegio, la justificación (la cual tiene que ser
argumentativa y convincente). Después irán a un aval técnico: el funcionario no
corroborará la información sino su consistencia lógica de unos datos con otros. Y que se
cumplan ciertos requisitos. Es el control metodológico. Después será autorizada la
ejecución; pero deberán pasar varios meses, mientras los documentos entran a la
maquinaria estatal y se pierden por un buen tiempo en los trayectos burocráticos de la
administración pública. Muchos filtros habrán de pasar. En algún momento este
proyecto será parte de un programa y un plan de desarrollo. Cuando se autorice
finalmente la ejecución, se habrá creado la imagen de que su construcción fue un
proceso técnico y riguroso en todo el sentido de la palabra, perdiéndose en la imagen
final el recorrido social y político. Se pensará en una racionalidad instrumental y para
nada en una racionalidad intersubjetiva o comunicativa.
El director del ejercicio de planeación municipal, busca aplicar algunas teorías que sólo
él las ve. Entonces piensa en la construcción de redes sociales. Piensa que el éxito del
ejercicio prospectivo y estratégico se encuentra en la construcción de redes sociales. La
sociedad contemporánea es una sociedad de redes, piensa. La estructura social y
económica en forma de redes ha llevado, según Messner, a que el Estado haya perdido
su poder centralizador y control político. “Los conceptos de redes convergen en un
punto importante, a saber, la coordinación entre actores políticos, sociales y económicos
y las formas de solucionar problemas que éste genera –“gobierno a través de redes”
(Messner: 1999: 94). Esto implica un tipo de gestión diferente. Es más, si nos atenemos
a la concepción de los teóricos de la gestión, como Barry Bozeman, ésta implica
relaciones interorganizacionales más que intraorganizacionales: búsqueda estratégica de
la comunicación con otros actores. La coordinación horizontal y la negociación entre
actores proporcionan la mejor gestión autoregulativa. De esta manera, se puede afirmar
que el ejercicio prospectivo, al realizarse entre varios actores del municipio,
representantes de diversos grupos sociales, coadyuva a la construcción colectiva de
visiones de futuro. De esta manera, la construcción del norte y de las estrategias a partir
de redes sociales le permite al municipio enfrentar las incertidumbres del futuro.
A su vez, se hace otro tipo de investigación: el estado actual del municipio y sus
respectivas proyecciones. Las fuentes fueron la Mesa de Planificación Regional Bogotá-
Cundinamarca, el Plan de Desarrollo, el POT (Plan de Ordenamiento Territorial),
información del DANE, Planeación Departamental, entre otros. Aquí el proyecto
encierra información-teoría-red desconocida por sus habitantes. El proyecto empieza a
recoger fragmentos sueltos, y según su finalidad, los utilizará para proyectar
determinados futuros. De varios, el proyecto seleccionará ciertos caminos. La
sistematización técnica, con la ayuda de aplicación de un software prospectivo, presenta
los siguientes resultados:
Número de factores = 13
1111
1234567890123
Correspondencias
N ---> 0
D ---> 1
M ---> 3
F ---> 5
P ---> 4
Matriz inicial
1111
1234567890123
Motric. Depend.
% ran % ran
Motric. Depend.
% ran % ran
1 v01 10.33 11 6.57 2 planeación sistémica
2 v02 4.39 1 8.51 12 generación de empleo
3 v03 4.50 2 8.88 13 generación de ingresos
4 v04 6.52 4 8.16 9 impulso a la productividad
5 v05 4.50 3 8.41 11 explotación de la capacidad
6 v06 8.39 8 8.25 10 industrialización_
7 v07 10.33 11 7.59 5 articulación interinstitucional
8 v08 10.33 11 7.95 6 impulso sistémico a la in
9 v09 9.14 10 6.63 3 desarrollo sostenible
10 v10 8.13 7 6.18 1 potencial ambiental
11 v11 6.86 5 8.03 7 cultura ciudadana
12 v12 8.85 9 8.14 8 orden publico y seguridad
13 v13 7.72 6 6.68 4 ubicación geoestrategica
Motricidad...
0---------2---------4---------6---------8---------10--------12--
| | | | | | |
12-..............................................................- 12
-. .-
-. .-
-. .-
-. v01 v07 v08 .-
10-. . - 10
-. .-
-. v09 .-
-. v12 .-
-. v06 .-
8-. v10 .- 8
-. v13 * .-
-. .-
-. v11 .-
-. v04 .-
6-. .- 6
-. .-
-. .-
-. .-
-. v05 v03 .-
4-. v02 .- 4
-. .-
-. .-
-. .-
-. .-
2-. .- 2
-. .-
-. .-
-. .-
-. .-
0-..............................................................- 0
| | | | | | |
0---------2---------4---------6---------8---------10--------12--
Dependencia...
Variables:
1. Planeación sistémica
2. Industrialización
3. Articulación interinstitucional
4. Impulso a la investigación
5. Orden público y seguridad
6. Desarrollo sostenible
Lo cual implica que a nivel municipal estas variables constituyen el eje para la
formulación de posibles escenarios para la mejor opción de proyecto futuro.
Este proyecto de futuro tiene sus propios recorridos; sus propios trayectos. La
información recolectada proviene de varias entidades gubernamentales, pero
funcionarios de planeación municipal, ediles y concejales, le viven recordando que esos
datos son del DANE (Departamento Administrativo Nacional de de Estadística), por
ejemplo. Eso significa que las cifras no tienen credibilidad aunque sus informes
oficiales, como el Plan de Desarrollo, las viven citando. Planeación municipal desarrolla
algunos proyectos y casi todos relacionados con información geográfica, industrial,
económica. Se vive en un sitio pero no se conoce en dónde se vive sino se tienen
cuadros con información cuantitativa. Planeación municipal repite las mismas rutas que
Planeación Nacional: requerimientos de información, necesidad de un diagnóstico, y
para estudios sectoriales, como conocer algunos indicadores de desempleo, se acuden a
metodologías nacionales. No solamente se siguen formatos nacionales, sino sus
procedimientos, cronogramas, técnicas y costos. Sea en la Guajira o en Cundinamarca;
según reza en los manuales de procedimiento de la administración pública. De igual
manera, las categorías que direccionan y que funcionan como actractores de
información, por ejemplo salud, educación, son categorías fijadas a nivel nacional e
históricamente. La planeación requiere categorías para interpretar la realidad y éstas
fueron configuradas muchos años atrás, por múltiples actores, donde cada categoría de
estas está reforzada por otros nodos burocráticos de la administración pública. La salud
del cuerpo o la salud mental, la educación primaria o secundaria tienen categorías
defendidas por gremios de médicos o profesores, y respaldadas por miles de
funcionarios que trabajan laboralmente en función de ellas. En ese sentido
descentralización significa metafóricamente desplazamiento de centros de poder pero
con la existencia de más centros de poder. La información se dispersa en múltiples
actores. Una oficina de planeación es una oficina-red donde sus conexiones son
conducidas por oficinas nacionales, departamentales y sectoriales. A veces manifiestan
el deseo de intentar hacer su propio censo; pero los costos son la barrera. En los grandes
laboratorios experimentales de medicina, física o química, los sociólogos observan cómo
la realidad se construye allí y una simple replicación o confirmación sólo la pueden
realizar laboratorios que tengan los mismos equipos y fondos financieros. En las ciencias
sociales, en este ejemplo, la corroboración de un dato cuesta mucho dinero y
normalmente nadie se enfrenta a un ejercicio replicatorio. La realidad de donde se vive
depende de quienes administran a distancia, de los centros de cálculo latourianos.
5. CONCLUSIONES
Las redes tienen virtudes: unen tiempos, espacios, disciplinas, sistemas económicos,
ciencias y tecnologías. Se construyen trayectos enrolando actores. Hay relaciones entre
los procesos de institucionalización, la construcción social de la realidad y el
conocimiento, el efecto Foucault (construcción de subjetividades) y el efecto mariposa
de la teoría del caos. Son procesos, a veces imperceptibles, que van capturando
racionalidades, actores, lógicas. Construir un proyecto cualquiera implica acudir o
conectar conocimientos de muchas disciplinas. Implica repetir representaciones de
teorías del conocimiento, de las finanzas, de las ciencias sociales, de la democracia, del
tiempo, entre muchos otros conceptos. La realidad está conectada o construida a partir
de hipertextos. De ahí la importancia del lenguaje. La realidad de los años cincuenta está
estructurada a partir de metáforas descritas en el trabajo: ellas forman un rompecabezas
más o menos claro que beneficia a grupos sociales y económicos. El rompecabezas hace
que coincidan representaciones organizacionales con técnicas administrativas, y con
imágenes de progreso de la ciencia y la humanidad.
6. BIBLIOGRAFIA GENERAL
• BURCHELL, Graham Colin Gordon and Peter Miller. (editor)(1995) The Foucault
Effect. The University of Chicago Press.
• DECRETO 0389 de 1951 (Febrero 11). Modifica un artículo del Decreto 1928 de
1951.
• EWALD, François (1991). Insurance and risk. En The Foucault Effect. Studies in
Governmentality. Edited by Graham Burchell, Colin Gordon and Peter Miller. The
University of Chicago Press.
• DOMENECH, Miquel y TIRADO, Francisco Javier (comps.) (1998). Sociología
Simétrica. Ensayos sobre ciencia, tecnología y sociedad. Gedisa.