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(SEPTIEMBRE-DICIEMBRE), SECCION 5
La sola publicación de una fotografía de la recurrente en traje de baño sin contar con su
consentimiento perturba su derecho al respeto y protección de su vida privada y pública,
que la Constitución asegura a toda persona, ya que tanto el nombre como la imagen de ella,
como atributos de la personalidad que son, no pueden ser utilizados sin el consentimiento
previo y expreso de su titular, ni tampoco en provecho o beneficio exclusivo de un tercero
no facultado para ello por la ley.
El hecho que una fotografía se haya tomado en un lugar público de verano, como una playa,
no puede presumirse ni suponerse consentimiento alguno de parte de la persona
fotografiada para que mediante la divulgación pública y masiva de un periódico se afecten
sus derechos, como por ejemplo permanecer en un lugar determinado sin la necesaria
aquiescencia de otros.(*)
Sobre protección a la vida privada vid. en esta misma Revista, tomo y sección, Orellana
Barrera, pp. 245251 y nota al pie de p. 246.
LA CORTE
Vistos:
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2004 de la Comuna de Ñuñoa. Sostiene la recurrente: a) que en la primera página del diario
“La Cuarta”, en la edición correspondiente al 31 de julio de 1997, se publicó una fotografía
suya, en traje de baño, en una playa, sucedida de la leyenda “la esbelta y atractiva lola
sueña con que llegue luego el verano para retornar a las cálidas arenas”; b) que el periódico
procedió sin su autorización y sin que ello obedeciera a ninguna información o noticia que
lo hiciera pertinente, utilizando lisa y llanamente su imagen para promover la venta del
periódico, lo que constituye a su juicio un acto arbitrario e ilegal que perturba su legítimo
derecho al respeto y protección de su vida privada; y c) que el periódico en cuestión utiliza
a diario fotografías de mujeres con poca ropa como mecanismo de atracción de público,
esto es como “elemento de marketing”.
Con el informe del recurrido, evacuado a fs. 8, se trajeron los autos en relación.
Teniendo presente:
1º) Que, para la procedencia del recurso de protección, se requiere la concurrencia de los
siguientes requisitos: a) que se compruebe la existencia de la omisión (o acción)
reprochada; b) que se establezca la ilegalidad o arbitrariedad de esa omisión (acción); c)
que de la misma se siga directo e inmediato atentado contra una o más de las garantías
constitucionales invocadas y protegibles por esta vía; y, d) que la Corte esté en situación
material y jurídica de brindar la protección;
4º) Que, aunque como manifiesta el recurrido no puede efectivamente afirmarse que con la
sola publicación de la fotografía en referencia –seguida de la ya expresada leyenda–, se
haya afectado la “honra” de la recurrente, no es menos cierto que, al haberse procedido a
ello sin su consentimiento previo, se ha perturbado sin embargo el derecho que al “respeto
y protección” de su “vida privada y pública” le asegura la Constitución. En efecto, el
nombre y la imagen del individuo, como atributos de la personalidad, no han podido ser
utilizados como en este caso sin el consentimiento previo y expreso de su titular, ni
tampoco en provecho y beneficio exclusivos de un tercero no facultado por la ley para ello;
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5º) Que no obsta a lo concluido precedentemente el hecho que la indicada fotografía haya
sido tomada en un “lugar público repleto de asistentes” ni que lo haya sido sólo para
“exaltar una vez más la reconocida belleza de la mujer chilena”, como se afirma
literalmente en el Informe del recurrido. En efecto: el hecho que la fotografía se haya
tomado en un lugar público no puede extenderse más allá del arbitrio de la recurrente en
cuanto a esa su precisa y limitada significación. Es decir, con la sola determinación de la
señorita Rischmaui de asistir y beneficiarse de esa playa o lugar público de recreo y
veraneo no puede presumirse ni suponerse consentimiento alguno suyo para que mediante
la divulgación pública y masiva de ese hecho o decisión discrecional y privado puedan
afectarse sus demás derechos esenciales, como son, entre otros, su voluntad de permanecer
transitoriamente en un lugar determinado sin el necesario conocimiento de otros, lo que
resulta consubstancial y de la esencia y naturaleza misma del derecho que a la protección
de su vida privada le asegura la Carta Fundamental; y
6º) Que, en las circunstancias antes referidas, habiendo la Sociedad Periodística incurrido
en la comisión de los actos ilegales y arbitrarios que la recurrente le atribuye, y
concurriendo consiguientemente los presupuestos que para la procedencia del recurso de
protección establece la Carta Fundamental –los que se han consignado en el fundamento 1º
de ese fallo–, la acción de esta clase, deducida a fojas 1, ha de ser acogida.
No firma el Abogado Integrante señor Alvarez, quien concurrió a la vista del recurso y al
acuerdo, por ausencia.
Milton Juica A., Cornelio Villarroel R. y el abogado integrante señor Osvaldo Alvarez H.