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A nuestra opinión este ejemplo de muestra, al igual que los ejemplos señalados por el
autor de esta lectura, que el problema, en un primer plano, no es el corto plazo, el
problema es que el plazo es usado por el fiscal para tender una emboscada al
acusado, imposibilitando, de esta manera, una adecuada defensa en contra de la
pretensión fiscal. En un segundo plano, pero no por eso también importante, es que, al
parecer, los jueces muchas veces olvidan que la prisión preventiva es una medida
subsidiaria y que la audiencia en la que se discute esta, no es para demostrar la
culpabilidad o inocencia del acusado, sino para asegurar los derechos de los
involucrados, sea víctima o victimario, creemos que al “constitucionalizarse” el análisis
de los presupuestos procesales de la prisión preventiva con la casación 626-2013
Moquegua, y respaldado por el Acuerdo Plenario Nro. 1-2017/CIJ-116 en los que se le
permite al juez ponderar los presupuestos de la prisión preventiva, esto a nuestro
entender atenta contra el Principio de legalidad Procesal pues, el juez tiene la libertad
de aplicar su discrecionalidad en cada caso argumentando o podríamos decir
justificando su decisión con la “ponderación”. Esto se puede distinguir nítidamente,
cuando en relación con el arraigo, el juez a veces puede decidir, si aplica la prisión
preventiva porque la persona tiene muchos recursos económicos o si la aplica porque
el acusado no tiene recursos económicos. Antes esto, no existe ningún argumento de
defensa que pueda hacer cambiar esta decisión, se agrede así, desvergonzadamente a
la seguridad jurídica y al debido proceso.
Del análisis de algunos de los problemas del derecho de defensa en materia cautelar
podemos distinguir dos urgentes soluciones las cuales a nuestro entender no es
extender los plazos de detención preliminar pues, por tratarse de un bien jurídico tan
importante como lo es el de la libertad esta decisión no puede ser postergada, sino
nuestra sugerencia va en realizar algunas reformas, como por ejemplo, que con la
detención preliminar, se permita al abogado y al fiscal tener una reunión para negociar
la fijación de los puntos controvertidos sobre las medidas cautelares como la prisión
preventiva y de no llegar a acuerdo, discutirlos ante del juez, de esta manera la
audiencia será más efectiva, protegiendo además los principios de celeridad y
economía procesal, en esta audiencia solo se discutirían puntos en los que el fiscal
probará los presupuestos para las medidas cautelares en los que no haya acuerdo.
La otra reforma que requiere nuestro sistema de justicia, pasa por una decisión política,
como es la de identificación del inculpado con una modalidad de recompensas y
penalidades por no evadir al proceso de tal manera que al estar plenamente
identificado (como en el caso de los DNI digitales que se viene implementando) el
inculpado no podrá evadir a la justicia, ya que no tendrá a donde escapar y le será mas
recomendable seguir el proceso. Con esto creemos se protegerá mejor el derecho de
defensa de los procesados pues se entiende que la prisión socaba las posibilidades de
una adecuada defensa, derecho garantizado en nuestra Constitución, si aprendemos a
respetar este elemental derecho estaremos llevando a nuestra sociedad hacia el
supremo ideal de justicia para los cuales se ha diseñados el Código Procesal Penal.