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RESUMEN
Para este cometido se empleo salmuera proveniente del Salar de Uyuni (extremo sur del
salar desembocadura del Río Grande de Lípez), se procesó mediante técnicas de
evaporación, cristalización y flotación de sales solubles, y se estudiaron las variables más
importantes de estos procesos unitarios como ser:
Evaporación
- Grado de evaporación
- Composición de las sales respecto de la evaporación
- Velocidad de evaporación
Flotación
- pH
- Concentración del colector
- % sólidos
- Tipo de colector
Neusa Sotil
y promover la industrial
ización de los
recursos evap
orí
la
nutrición animal.
potasio a partir de
sal
muera proveniente
desarrollaron
trabajos
orientados
alcanzar
la c
aracterización de la mater
ia
prima
, el e
o, la
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son las
muestran que
la sal
Volcán
Tunupa
contiene
mayor
concentración de KCl
y menor cantidad
técnica y económicame
nte el proceso de
Inmediatamente
caracterizada
las
empleando
magnesio existente
como hidróxido de
magnesio,
con solución de
hidróxido de
primera
instancia
se
trabaja
con
salmueras pretratadas
. Estas muestras se
evaporan
solución
esté
saturada
en
ambos
producto o
sal
muera.
obteniéndose resu
obtenidas
empleando
salmueras
artificiales.
que
tendrá
una
capacidad
de
procesamiento de 500 kg de salmuera por
suma de 51200 $
us.
Hacia finales de los años noventa la crisis asiática reveló la extrema vulnerabilidad de las
economías latinoamericanas tras las reformas neoliberales, al retraer el flujo de capitales
financieros y reducir los precios de las materias primas exportadas. En ese contexto
recesivo, las secuelas sociales de dichas reformas (fuerte aumento de la desocupación, la
pobreza y la desigualdad social) se expresaron en nuevos ciclos de protestas y
manifestaciones populares. La llamada inestabilidad política así generada fue leída por la
ideología dominante como causa y no resultado de la crisis económica. La presión por una
salida interesada (represión y ajuste fiscal para recuperar la confianza de los inversores
internacionales) no hizo más que agudizar las contradicciones del modelo.
No obstante, la forma en que los países atravesaron las crisis económicas y políticas de
principios de siglo XXI e ingresaron al nuevo ciclo de elevados precios internacionales[1]
no fue producto de una reacción meramente económica. Obedeció al tipo de alianzas de
clases que (sobre las nuevas condiciones económicas) lograron conformar un nuevo bloque
social hegemónico. Bloque social que, en cada país, asumió como proyecto político propio
la profundización o la superación de la histórica dependencia económica (y tecnológica) en
cuanto a la división internacional del trabajo[2].
La salida de la crisis respondió, en cada caso, a los intereses de la fracción social que fue
capaz de imponer una lectura histórica sobre el drama colectivo. La emergencia de
proyectos políticos alternativos en la actualidad no sólo se manifiesta en la ampliación de
derechos democráticos y en la distribución de la riqueza, sino también en la apropiación de
la renta pública, la dirección del excedente económico, la soberanía sobre los bienes
comunes y la tendencia hacia un desarrollo tecnológico autónomo.
En las salmueras de los grandes salares del Cono Sur se encuentran los mayores
yacimientos mundiales de recursos evaporíticos (ricos en litio, potasio, boro y magnesio),
que se extraen mediante bombeo y evaporación. Mientras desde Chile la empresa
privatizada SQM domina el mercado mundial de litio, en Argentina la norteamericana FMC
ocupa el segundo lugar y las grandes automotrices transnacionales acceden al resto de los
salares; el Estado Plurinacional de Bolivia, en cambio, es el único país en rechazar el
modelo de concesión para la exportación de commodities. Desde 2008 el gobierno de Evo
Morales avanza con un plan de industrialización soberana, a partir del control de sus
reservas y la creación de una empresa pública.
Mario Virreira, ministro de Minería y Metalurgia, y Evo Morales, presidente de Bolivia.
Fotografía: Iván Aranda.
Desde los tiempos de la colonia y durante toda la vida republicana de Bolivia, las
organizaciones campesino-indígenas jugaron un papel decisivo en los conflictos históricos.
Tras la Revolución de 1952 (que nacionalizó la gran minería, decretó una profunda reforma
agraria y universalizó el voto) establecieron un pacto conservador con las fuerzas armadas.
Sin embargo, durante la dictadura del general Banzer (1971-1978) rompieron el pacto
militar-campesino y, tras diversas experiencias acumuladas de organización sindical y
política, irrumpieron con la crisis de principios de siglo XXI en la escena política nacional.
De esta manera, una nueva fuerza política de origen rural logró forjarse como nueva
izquierda antiimperialista. Sobre la base de organizaciones sindicales campesinas y
movimientos sociales indígenas, recuperaron las históricas demandas nacionales y en 2006
lograron acceder a las superestructuras complejas del Estado.
Dueños de la principal reserva mundial de litio, rechazaron todos los intentos por
concesionar las salmueras del salar de Uyuni durante las reformas neoliberales de los
ochenta y noventa. En el contexto de intensas protestas sociales, la norteamericana FMC
Lithco, que había logrado un contrato con el gobierno boliviano, decidió en 1993 migrar su
proyecto al Salar del Hombre Muerto en Catamarca, Argentina[3].
En enero de 2006, el dirigente campesino y líder del Movimiento al Socialismo (MAS) Evo
Morales Ayma asumió el gobierno por mayoría absoluta y comenzó una política de
nacionalizaciones como respuesta a los conflictos sociales generados por las
privatizaciones. Si bien la inauguración de importantes mega proyectos mineros (San
Cristóbal, San Bartolomé) mantiene a las empresas transnacionales como las principales
productoras y exportadoras del sector, el esfuerzo del nuevo Estado Plurinacional en
recuperar una parte de la renta minera y avanzar con proyectos de industrialización no
puede comprenderse sin considerar las características del nuevo bloque social hegemónico.
Al ser esta última la única fase del proyecto que contempla la asociación con empresas
extranjeras (en tanto se desarrollan fuera del salar y de sus recursos naturales), expresa la
emergencia de dos modelos alternativos de transferencia tecnológica:
Alternativa productiva
Tanto el control público sobre las mayores reservas mundiales de litio como la dirección
estatal del proyecto de industrialización emergen como alternativa real a la reclamada
superación del extractivismo. No sólo por la recaudación pública que podrá generar la
comercialización de los productos derivados del litio (carbonato de litio, materiales
catódicos, baterías), sino sobre todo por el encadenamiento industrial hacia adelante que ese
desarrollo productivo posibilita.
En la lucha por la hegemonía política, el nuevo bloque social popular debe ir más allá del
simple rechazo a la ocupación territorial de las empresas transnacionales (y sus efectos
contaminantes) y ser capaz de impulsar alternativas de desarrollo productivo soberano con
control social.
NOTAS: