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DERECHO AL CONSUMIDOR - INCUMPLIMIENTO DE

COTRATO CONSECIONARIA AUTOMOTOR

Nº 29.- En la ciudad de Resistencia, Capital de la Provincia del

Chaco, a los Veintiocho días del mes de Marzo del año Dos Mil

Dieciseis, reunidas en Acuerdo las Sras. Jueces de la Sala

Cuarta de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial,

Dras. Marta Inés Alonso de Martina y Dra. María Teresa

Varela, tomaron en consideración para resolver en definitiva


estos autos caratulados: "DEMARTINO, ELIO LUIS C/

AURORA AUTOS DE CORRIENTES AURORA GROUP S.A.

Y/O KIA ARGENTINA S.A. S/ INCUMPLIMIENTO DE

CONTRATO Y DAÑOS Y PERJUICIOS" Expte. Nro. 15563/10-

1-C, venidos en grado de apelación del Juzgado Civil y

Comercial de la Segunda Nominación de esta Capital.-

Practicado oportunamente Sorteo (fs. 693) para

determinar el orden de votación, resultó el siguiente: Dra.

Marta Inés Alonso de Martina y Dra. María Teresa

Varela como Jueces de Primer y Segundo voto,

respectivamente.-

I. RELACION DE LA CAUSA, LA DRA. MARTA INES

ALONSO DE MARTINA, DIJO: La efectuada por la Sra. Juez A-

quo se ajusta a las constancias de la causa, por lo que mérito a

la brevedad a la misma me remito dándola por reproducida en

este acto. Por lo demás, la sentencia dictada a fs. 553/586

desestimó la excepción de falta de legitimación pasiva opuesta

por Kia Argentina SA. Hizo lugar a la demanda promovida por


Elio Luis Demartino y, en consecuencia, condenó a Corrientes

Aurora Group SA y a Kia Argentina SA a abonar a la parte

actora, dentro del término de diez días de quedar firme el fallo,

la suma de $179.896, además de los intereses. Impuso costas

y reguló los honorarios de los profesionales intervinientes.-

Contra dicho pronunciamiento la demandada Kia

Argentina S.A. interpuso recurso de apelación (fs. 590).

Concedido a fs. 600, la recurrente expresó agravios a fs.

613/622 vta., los que fueron respondidos por la parte actora a

fs. 630/650 vta.-

Elevadas las actuaciones de conformidad a las

constancias del Expte. Nº 4023/11, se radicó la presente causa

ante esta Sala Cuarta de la Cámara de Apelaciones Civil y

Comercial, de lo que se notificaron los interesados a fs.

675/678 vta.-

A fs. 680 se integró este Tribunal con la Dra. María


Teresa Varela, de lo que se notificaran las partes a fs. 688/690

vta.-

A fs. 687 se recepcionaron los expedientes y

documental oportunamente requeridos.-

A fs. 692 se dictó la pertinente providencia de Autos,

por lo que practicado Sorteo con el Acta de fs. 693, la causa

se encuentra en condiciones de ser resuelta.-

II. LA DRA. MARIA TERESA VARELA, DIJO: Que

presta conformidad a la relación de la causa efectuada por la

Sra. Juez de Primer voto.-


III. SEGUIDAMENTE: El Tribunal en la opinión

coincidente de sus integrantes se plantea como cuestión a

decidir la siguiente: ¿Debe ser revocada, modificada o

confirmada la sentencia dictada a fs. 553/586?.-

IV. A LA UNICA CUESTION PLANTEADA LA DRA.

MARTA INES ALONSO DE MARTINA, DIJO: Se agravia la

codemandada KIA Argentina S.A.: a) Porque no se trató la

excepción de falta de legitimación pasiva opuesta por su parte,

en tanto el A-quo analizó el reclamo de autos desde la óptica

de la responsabilidad objetiva del concedente sin tener en

cuenta que su mandante es totalmente ajeno a la relación

comercial entablada entre actor y Aurora Autos de Corrientes.

Agrega que su parte es un tercero en la relación habida entre

el actor y Aurora Autos de Corrientes; no es titular de la

relación contractual y no intervino en el negocio celebrado

entre aquéllas, según resulta de los elementos probatorios que


analiza.-

Señala también que constituye una yerro de la

sentenciante el rechazo de la excepción dado que tuvo por

acreditado que KIA no fue parte de la relación jurídica

sustancial en tanto no tuvo participación en los términos y

condiciones de compra del automotor, encontrándose

explicado y demostrado cómo se perfeccionó el negocio entre

el actor y Aurora, sin su intervención, lo que resulta

contradictorio, pues termina condenando a Kia por un hecho

ajeno.-
Expresa que el decisorio es incongruente pues de los

Considerados se llegaría a la conclusión de que la excepción

opuesta por su parte prosperó, sin embargo en la parte

resolutiva se lo condena, estando acreditado que Aurora fue el

contratante incumplidor y que su parte no incumplió nada a lo

que se obligó ni tuvo vínculo contractual con el actor.-

Que su parte es un importador de vehículos, que

nunca contrató con el Sr. Demartino ni puede responder por

sus concesionarias por negocios celebrados por ellos sin su

conocimiento. En conclusión, su parte nada tiene que ver en el

conflicto suscitado en autos. Solicita revocación del fallo.-

Cita jurisprudencia en abono de su postura.-

b) Reprocha que se lo condene por conexidad

contractual existente entre concesionario y concedente, ya

que esta pretensión de asimilar los negocios celebrados entre

consumidores y concesionarios, personas jurídicas


independientes con una imagen empresarial única, es errónea

y peligrosa al mismo tiempo, porque el concedente sería

responsable por todos los actos de los concesionarios sin que

hayan tenido intervención extendiendo la responsabilidad más

allá de los límites legales, lo que desvirtúa los arts. 1195 y

1199 del Código Civil.-

Que mal se puede responsabilizar a su parte por una

reserva que no recibió, de la que nunca tuvo conocimiento.

máxime teniendo en cuenta lo valorado por la sentenciante,

quien entendió que los extremos afirmados en la contestación


de demanda por KIA son ciertos, sin embargo también sostuvo

que ello no obstaculiza la atribución de responsabilidad por el

incumplimiento incurrido por la concesionaria.-

Afirma que no es responsable por los contratos que

sus concesionarios han celebrado con terceros por la venta de

los productos que aquélla produce o importa, siendo

equivocado atribuir responsabilidad a su parte, dado que por la

mecánica propia del contrato de concesión, el tercero que

contrata con el concesionario no tiene acción directa alguna

contra el concedente, con quien no se ha vinculado

contractualmente. Agrega que en el contrato de concesión el

concesionario no actúa como representante del concedente,

sino en interés y en nombre propio, quedando obligado en

forma directa como vendedor, encontrándose acreditado que

la venta del vehículo se había efectuado directamente entre la

concesionaria y el actor, siendo por lo tanto su parte ajena a la


relación contractual que motivó el presente reclamo.-

Distingue los tipos de relaciones existentes en estas

transacciones. Reitera que el concesionario no actúa como

representante del concedente.-

Que cualquier excepción al criterio general que

reseñara debe estar debidamente fundada, pues en esta

materia juega el principio de la relatividad consagrado en el

art. 1199 del Código Civil.-

Sostiene que en la especie su parte no ha asumido

participación en la relación habida entre concesionaria y


Demartino, motivo por el cual lo agravia también la aplicación

de la doctrina de la "apariencia", criterio -a su entender-

restrictivo y en retirada.-

Cita doctrina y jurisprudencia en abono de su

postura.-

c) Se queja que se le impute responsabilidad objetiva

aunque está probado que no ha tenido culpa alguna en el

caso, siendo que la responsabilidad objetiva reconoce límites

que el juez de grado no tuvo en cuenta.-

Niega encontrarse incurso en alguno de los supuestos

del art. 1113 del Código Civil (según ley 17711). Destaca que

está acreditado que su parte, una vez enterado de la situación

a través de Carta Documento enviada por el actor, se ocupó

rápidamente del tema, dado que resulta de suma importancia

para la empresa la satisfacción del cliente.-

Refiere que la circunstancia de que los fabricantes o


importadores de automotores seleccionen a sus

concesionarias, y que entre ellos exista un vínculo contractual,

no autoriza a condenar al concedente si no ha mediado una

conducta antijurídica imputable a este último. Por ello,

sostiene, que no es factible concluir como lo hiciera la

sentenciante, en el sentido de que su parte resulta

responsable por la falta de entrega del vehículo que el actor

adquiriera en su concesionaria oficial, pues no se demostró un

actuar antijurídico de su parte que justifique la responsabilidad

endilgada (art. 1109 C.Civ.). Solicita revocación del fallo.-


d) Que otro yerro de la sentenciante es la aplicación

al presente de la Ley 24240, pues no concurren en el caso los

presupuestos para ello, en tanto no surge -ni de los hechos

mencionados en la demandada- algún perjuicio resultante del

vicio o riesgo del automotor, lo que habilitaría la aplicación de

la norma. Agrega que no es posible afirmar que KIA contrajo

obligación alguna hacia el actor derivado del contrato de

autos, de modo que éste sólo puede demandar a quien sí era

deudor (Aurora Autos) según arts. 503 y 505 inc. 1 y 3 del

Código Civil. Reitera que la Ley 24240 es aplicable cuando

exista responsabilidad del concedente (fabricante) por el

riesgo o vicio de la cosa productora del daño sufrido por el

consumidor (art.40 LC) que no es el caso de autos.-

e) Reprocha asimismo la condena a la devolución del

dinero e indemnización del supuesto daño material, por cuanto

KIA no recibió seña o precio por el vehículo mencionado por el


actor en su demanda, pues la negociación se llevó a cabo con

la concesionaria. Que si alguien tiene algo que devolver es

esta última y no su mandante, pues se encuentra acreditada la

culpa de Aurora y la falta de vínculo jurídico entre KIA y el Sr.

Demartino. Que el mismo no indicó si debía pagar en pesos o

dólares, ni recibió suma alguna, ni el número de cuenta

bancaria por lo que niega que deba reintegrar el supuesto

precio abonado por el rodado Cerato. Insiste en que si alguien

debe devolver es el concesionario y no su parte que cumplió

con la entrega del vehículo al concesionario en operación no


vinculada a la resolución contractual. Refiere que de la prueba

producida su mandante registra un depósito que no sabe a qué

imputarlo hasta que la concesionaria se lo indique.-

Tampoco corresponde que su parte reintegre la suma

de $1300 pues no fue parte en el trato celebrado entre el actor

y la concesionaria por ser tercero ajeno a la misma.-

f) Reputa improcedente la condena por daño moral

que asciende a la suma de $25000, toda vez que para

conceder este rubro la sentenciante tendría que considerar

incumplidas las obligaciones de KIA. Sin embargo de los

Considerandos del fallo surge lo contrario, pues quien las

incumplió fue el concesionario Aurora que es una persona

independiente y distinta de KIA.-

Que tampoco está probado que la parte actora habría

recibido mentiras y burlas por parte de KIA en el intercambio

de cartas documentos, lo que es falso. Agrega que la


indemnización por daño moral no procede en este caso, puesto

que deriva de un supuesto incumplimiento contractual de la

Agencia Aurora y no de KIA. Máxime que en doctrina prima un

criterio restrictivo en materia de reparación del daño moral.

Cita doctrina y jurisprudencia en abono de su postura.-

g) Agravia además al recurrente la condena en

concepto de daño punitivo cuantificado en la suma de

$50.000. Sostiene su inaplicabilidad e improcedencia.-

Que en autos se demostró que KIA cumplió con el

deber que tenía, es decir entregar el auto al concesionario.


Dice que en el fallo no se menciona cuál es el hecho grave

cometido por su parte y es así porque no existe.-

Reputa que los daños a que alude el art. 52 bis del ley

24240 se reservan para los casos en que el responsable causó

un perjuicio a sabiendas de que el beneficio que obtendría con

la actividad nociva superaría el valor que debería

eventualmente desembolsar para repararlo, siendo claro que

KIA no obtuvo ningún beneficio económico por la frustrada

operación de compraventa entre Aurora y Demartino. Cita

jurisprudencia.-

Por ello insiste en que el elemento distintivo del daño

punitivo es la existencia de un proceder contrario a la buena fe

de modo intencional. Hace consideraciones.-

Expresa que es insostenible que se conceda daño

punitivo por la sala invocación de que el proveedor no ha

cumplido sus obligaciones legales o contractuales, pues falta


el elemento dolo o culpa grave que es condición necesaria

para que proceda una condena de este tipo. Cita

jurisprudencia en abono de su postura.-

Formula reserva del Caso Federal y concluye con

petitorio de estilo.-

2. Al responder la precedente memoria, la actora

solicita se declare la deserción del recurso por insuficiencia

técnica del mismo, sin embargo tal pretensión no puede ser

receptada, desde que se verifican los motivos que

disconforman a la recurrente.-
3. Inicialmente corresponde señalar que ha

quedado firme la condena contra Aurora Autos de Corrientes

Aurora Group S.A. al haber sido declarado desierto el recurso

interpuesto conforme constancias de fs. 658.-

4. Zanjadas las precedentes cuestiones y analizados

los agravios expuestos junto con las constancias de la causa,

arribo a la conclusión de que los reproches esgrimidos por KIA

Argentina S.A., no logran conmover los sólidos fundamentos

vertidos por la Sentenciante de origen para resolver la

cuestión.-

En efecto, del fallo que reviso surge que el A-quo de

conformidad al material probatorio allegado tuvo por

acreditado que el Sr. Demartino el 16.02.2010 efectuó reserva

de un vehículo marca KIA, tipo Cerato, modelo Premium, 0 km.,

color Titaniun Silver o en su defecto 3 D Briggt Silver,

concertada con la demandada Corrientes Aurora Group S.A.


Que en virtud de ello el actor abonó la suma $103.596 en

concepto de pago total del vehículo con más gastos, por medio

de transferencia bancaria directa del monto indicado a una

cuenta correspondiente a la demandada KIA Argentina S.A.

conforme comprobante bancario, recibo y solicitud de reserva

de fecha 16.02.2010. Tuvo por acreditado también las distintas

intimaciones cursadas por cartas documentos a ambas

demandadas a fin de que comunicaran fecha fehaciente de

entrega del vehículo, valoró las respuestas dadas por los

demandados, como así también merituó las Actas de


Constatación labradas por las Escribanas Lozina llevada a cabo

en el local de Aurora Autos Concesionaria Oficial de KIA

MOTORS sita en Avda. 25 de Mayo 1216 de esta ciudad

(Escritura Nº 80 del 21.08.2010), y las otorgadas por la

Escribana Argañaraz labradas en la ciudad de Corriente,

oportunidad en que se constituyera en el domicilio de Av.

Independencia 5402 (Escrituras Nros. 310 del 28.09.2010 y

322 del 14.10.2010), de las que se desprende que el vehículo

no estaba disponible para la entrega, pese a encontrarse en

dicho local de venta (no tiene los papeles del vehículo, ver en

particular Escritura Nº 310/10).-

En función de tales elementos, se detuvo en la

naturaleza del vínculo comercial habido entre las

codemandadas, tarea que asentó en la pericial de la CPN Rosa

H. Servidio, a cuyo fin analizó: a) el Informe de KIA sobre la

relación comercial entre KIA y concesionario; b) solicitud de


adhesión emitida por Corrientes Aurora Group SA y c)

Reglamento General para Concesionarios, de lo que extrajo

dos aspectos del vínculo de las codemandadas: uno económico

y otro jurídico, los que fueron analizados conforme la

documental allegada, doctrina y jurisprudencia citada, por lo

que concluyó en la existencia de contratos conexos, como así,

que en el análisis de la responsabilidad para el caso de

incumplimiento por parte de uno de los sujetos que la integran

no puede ignorarse al conjunto, a la repercusión en los demás

miembros de la cadena y esencialmente, a la implicancia que


la existencia de un sistema económico organizado de la

manera descripta -asociación contractual de empresas- tiene

para el consumidor o adquirente final del producto (ver

Considerando V) fs. 564 vta./570).-

La valoración y conclusión arribada por el A-quo sobre

este tema específico llega a la Alzada libre de reproches.-

Luego, analizó la responsabilidad de Corrientes Aurora

Group S.A (ver Considerando VI) fs. 570/573 vta.) y la de KIA

Argentina S.A. (ver Considerando VII) fs. 573 vta./578).-

Para fundar la responsabilidad de esta última tuvo en

cuenta la aplicabilidad de la ley de defensa del consumidor, la

naturaleza, modalidad y alcance de la relación entre

concedente y concesionarias -antecedente analizado en el

Considerando V) del decisorio-, la conexidad contractual

habida que genera deberes sistemáticos respecto de los

integrantes y que bajo dicha óptica no es posible alegar


ajeneidad. También consideró el principio de relatividad de los

contratos (arts. 1195 y 1199 del Código Civil) apreciado

conforme los nuevos paradigmas contractuales, la

interpretación sistemática de los mismos que implica ver más

allá del mero vínculo contractual entre concesionaria y

consumidor y la relación de consumo (art. 3, LDC), por lo que

con apoyo en la prueba allegada a la causa, concluyó en forma

clara y categórica en el rechazo de la excepción de falta de

legitimación pasiva (ver fs. 573 vta./578).-


Dichos antecedentes descartan el agravio derivado de

la falta de tratamiento de la excepción, como así el calificativo

de incongruente asignado al fallo, pues en modo alguno de su

lectura se desprende que la excepción prosperó como lo

interpreta el apelante.-

Por lo demás, reparo en que de tales fundamentos el

recurrente no se ha hecho cargo, quien insiste en su postura

inicial (ver en particular fs. 121/132), es decir, insiste ante esta

instancia en su ajeneidad en la relación habida entre la

Concesionaria Aurora Group S.A. y el Sr. Demartino, en virtud

del efecto relativo de los contratos en función del cual las

consecuencias derivadas del incumplimiento de la

concesionaria Aurora no lo alcanzarían.-

Sin embargo, dicha posición no puede ser acogida

válidamente toda vez que en autos ha quedado demostrada la

existencia de contratos conexos actualmente receptados


expresamente por el nuevo Código Civil y Comercial de la

Nación (arts. 1073, 1074 y 1075) conforme lo venían

pregonando la doctrina y jurisprudencia a los fines de resolver

situaciones como la presente, donde se encuentran

acreditadas la pluralidad de contratos autónomos pero

coligados siendo "...el cemento que une a los contratos una

conexión objetiva en sentido de "razón económica" (Ricardo

Luis Lorenzetti, Parte General, Ed. Rubinzal Culzoni, 2004, pág.

715 y sgtes.).-
Por ello la interpretación que pretende el recurrente,

de disociar contractualmente el negocio (relación concedente

concesionario - relación concesionario - consumidor), en

función de la cual no existiría vinculación ni consecuencias, no

resulta atendible pues el enfoque no puede basarse en el

contrato, sino en la interacción de un grupo de ellos que

actúan en forma relacionada, de modo que el contrato es

un instrumento para la realización de negocios. Esta

constatación permite establecer que hay una finalidad

negocial supracontractual que justifica el nacimiento y

funcionamiento de una red. El grupo que surge de esa

manera no es sólo una unión convencional de contratos, que

pueden ser analizada mediante el examen de los vínculos

individuales. Si bien son autónomos, deben convivir, su

existencia no se explica sino a partir de la vida en común. Lo

esencial en ellos es que se logra un efecto de conjunto


superior a la suma de las individualidades (idem, pág. 719).-

Esta Sala se ha expedido con anterioridad al presente

con motivo de una operatoria con Tarjeta de Crédito, y allí

expusimos en esta línea de pensamiento que la ley Nro.

25.065, recepcionó en el ordenamiento jurídico argentino el

fenómeno de la contratación grupal, como operación

económica global, consagrada a través de un programa de

prestaciones propuestas por una o varias empresas, a las que

la doctrina individualiza como "contratos conexos". Esta

particular agrupación de conexidad, -que desplazó en


grandes sectores de la producción y comercialización al

individualismo contractual- significa compartir

cumplimientos, apartamientos, efectos y

responsabilidades (cita extraída de Sent.Nº 83 del

31.08.2006 Expte.Nº 18019/06, con otra integración).-

Allí también dijimos que partir de las XV Jornadas

Nacionales de Derecho Civil, la doctrina argentina se ha

ocupado de la figura recomendando que "en los supuestos

de conexidad contractual la responsabilidad puede

extenderse más allá de los límites de un único contrato,

otorgando al consumidor una acción directa contra el que

formalmente no ha participado en él, pero ha participado

en el acuerdo conexo a fin de reclamar la prestación

debida o la responsabilidad por incumplimiento".

(Conclusiones de las XV Jornadas Nacionales de Derecho Civil.

Mar del Plata, 1995, la negrita me pertenece)(idem).-


Esgrimir a ultranza el principio de eficacia relativa

significa admitir que cada contrato constituye una isla que

atesora su propio régimen, con independencia de sus

elementos comunes y de la eventual vinculación con otros

negocios. Por el contrario, la dogmática moderna se preocupa

por identificar los lazos que los unen, que no son otros que los

elementos que comparten. Con razón se preguntaba Lorenzetti

hace ya más de una década, cuál es el cemento que une a las

redes de consumidores, distribuidores, o de paquetes de

negocios (conf. Lorenzetti, Código Civil y Comercial de la


Nación, Tomo IV, Contratos en General, Ed. Rubinzal-Culzoni,

pág. 148).-

Por tal motivo la doctrina tiene dicho que, cuando se

está en presencia de contratos conexos, las diferentes partes

que la conforman no califican como "terceros" en los términos

tradicionalmente entendidos por Vélez y volcados, en las

normas de los artículos 1195 y 1199 del Código Civil cuando

establecen que los contratos no pueden perjudicar ni oponerse

a terceros -efecto relativo de los contratos- (conf. Di Chiazza,

Iván G., Concesión comercial y contratos conexos. Análisis de

la responsabilidad del concedente. La Ley, cita Online:

AR/DOC/3591/2009).-

La conexidad contractual ha venido a romper

este diseño de asignación y delimitación de responsabilidades

al considerar que en el marco del sistema negocial

instrumentado en la concesión mercantil todas las partes que


lo conforman no califican como "terceros" (idem).-

Este criterio ha sido el seguido in re

"Vázquez c. Fiat" fallado por la Sala A de la Cámara Nacional

de Apelaciones en lo Comercial del 13.05.2009 (La Ley, cita

online: AR/JUR/12395/2009).-

5. Esta conexidad contractual impacta en los

derechos del consumidor, y la interpretación formalizada por la

sentenciante de origen no es peligrosa ni errónea, pues como

lo indica la doctrina es a todas luces evidente que una gran

cantidad de los acuerdos de consumo forman parte de redes


más amplias, lo que obliga a un análisis despojado de cierta

visión clásica del Derecho de los Contratos (conf. Javier H.

Wajntraub, La Conexidad Contractual en el Derecho del

Consumidor" Revista de Derecho Privado y Comunitario, 2007-

2, Ed. Rubinzal- Culzoni, Santa Fe, 2007, pág. 225 y sgtes.).-

En razón de ello y pese a la resistencia del apelante

en punto a la aplicación de la Ley del Consumidor y su

negativa de contacto con el Sr. Demartino, la presente acción

queda alcanzada por las previsiones de la aludida ley (Ley

24240, modif. por Ley 26361), en tanto se evidencia la

relación de consumo habida entre los sujetos

involucrados, es decir entre KIA SA y el Sr. Demartino, lo

que surge de las pruebas acompañadas como de la pericia

contable llevada a cabo (ver Sobre Nº 90/13 "E"), en particular

de la solicitud de reserva de vehículo, formalizada en

formulario pre impreso de Aurora Autos - KIA - KIA MOTORS Nº


000099 del 16.02.2010, Depósito efectuado en la cuenta

de KIA Argentina S.A. por la suma de $103.596 del

16.02.2010; Recibo Nº 0002- 00000080 emitido por

Aurora Autos quien se identifica como Concesionario

Oficial KIA, extendido por la compra de un vehículo

marca KIA Cerato Premium O km (ver Sobre Grande

236/10), Cartas Documentos del 13.08.2010 y

08.09.2010 remitidas por KIA SA al actor, en función de la

cual expresa en los agravios que "enterado de esta

situación a través de la carta documento...enviada por


el actor se ocupó rápidamente del tema, pues resulta

de suma importancia para la empresa la satisfacción

del cliente".-

La relación de consumo indicada, goza de tutela

constitucional, la que ha sido recepcionada en el año 1994 y

plasmada en los arts. 42 C.N y 47 de la Constitución de la

Provincia del Chaco.-

Esta ley es de orden público (art. 65, ley 24240), y

es esencial otorgar dicho carácter a toda norma de carácter

tuitivo (conf. Juan M. Farina, Defensa del Consumidor y del

Usuario, Comentario exegético de la Ley 24240 y decreto

reglamentario 1798/94, 2ª edición actualizada y ampliada, Ed.

Astrea, Buenos Aires, 2000, pág. 577) y no puede tener otro

sentido que el de imperatividad. Por esto se entiende que

el legislador impone una norma con carácter obligatorio

y veda a los interesados apartarse de sus disposiciones


y sustituirlas por otras (conf. Vázquez Ferreyra - Romera,

Protección y Defensa del Consumidor. Ley 24240, Ed. Depalma,

1994, págs. 170/171), y de conformidad con lo dispuesto por el

art. 19 del ordenamiento civil, las leyes de orden público son

irrenunciables y aplicables de oficio por los magistrados.

(conf. Luis R.J.Sáenz, Ley de Defensa del Consumidor,

Comentada y Anotada, Tomo I, Sebastían Picasso y Roberto A.

Vázquez Ferreyra, Directores, Buenos Aires, La Ley, 2009, pág.

765/770 y esta Sala con otra integración en Sent. Nº 103/15

Expte.Nº 16710/01-1-C)..-
La noción de consumidor se relaciona con un hecho

jurídico que es el "consumir", y no con la calidad de acreedor o

deudor en una obligación o con un contrato en particular.

Permite ser aplicada a una cantidad de contratos disímiles.

Toma en cuenta específicamente la posición de debilidad

estructural en el mercado (conf. Ricardo Luis Lorenzetti,

Tratado de los Contratos, Parte General, Ed. Rubinzal - Culzoni,

2004, pág. 136; en igual sentido Ricardo Luis Lorenzetti, El

Derecho Privado como Protección del Individuo Particular,

Revista de Derecho Privado y Comunitario Nº 7, Derecho

Privado en la Reforma Constitucional, Ed. Rubinzal - Culzoni,

pág. 53 y sgtes.).-

Por ello se ha dicho que el concepto "relación de

consumo" contemplado en el art. 42 de la Constitución

Nacional que refiere a los derechos de los consumidores y

usuarios "en la relación de consumo" implica un concepto


más amplio que el de "contrato para consumo" dado que

comprende todas las etapas, circunstancias y

actividades destinadas a colocar en el mercado bienes

y servicios para ser adquiridos por los consumidores y

usuarios. En la relación de consumo hay, desde su inicio, un

acto voluntario (cuando el bien se produce, fábrica o elabora),

cuyo objetivo negocial (indiscutida intención de todos los que

desempeñan esta actividad) es llegar a los consumidores en

forma directa o indirecta (incluyendo en esta actividad la

promoción del producto). Todos quienes intervienen en


esta relación de consumo son responsables como

dispone el art. 42 de la Constitución nacional, ante los

consumidores y usuarios por la protección de la salud,

seguridad e intereses económicos de éstos, y están obligados

a una información adecuada y veraz...(conf. Juan M. Farina,

Defensa del consumidor y del usuario. Comentario exegético

de la ley 24240 con las reformas de la ley 26361, 4ª edición

actualizada y ampliada, Ed. Astrea, Buenos Aires, 2009, pág.

468/469).-

La "relación de consumo" fue receptada por la Ley

26361 que reforma el art. 3 de la Ley 24240.-

Así se ha dicho que "...la sustitución de la noción de

vínculo contractual por la de relación consumerista, en

conjunto con la amplia enumeración de los primeros dos

artículos de la norma -refiere a la ley 26361- destacan la idea

de una protección del cliente que excede el marco contractual,


lo cual autoriza en muchos casos a ejercer sus derechos

frente a toda la cadena de comercialización, aun contra

aquéllos con quienes no lo unen de forma directa un

contrato (Hernández, Carlos y Picasso, Sebastián; "La

conexidad en las relaciones de consumo", en "Ley de Defensa

del Consumidor comentada y anotada", T.III, La Ley, 2011,

págs. 484/501). Tan amplio ámbito subjetivo de aplicación

responde a una realidad negocial: para que el producto

llegue a manos del consumidor muchas veces es

necesaria la intervención previa de numerosos sujetos


que no pueden desentenderse de las consecuencias

que se desprenden del negocio en que intervinieron y

por el cual obtienen beneficios económicos. Tampoco es

discutible el hecho de que la vinculación entre fabricantes,

concesionarias y consumidores encuadra dentro de aquél

concepto de conexidad donde los contratos se encuentran

vinculados merced al enlazamiento de diferentes acuerdos que

se ordenan de forma sucesiva para la consecución de un fin

práctico unitario: la circulación del bien producido por la

concedente (Hernández, Carlos y Picasso, Sebastián; ob. cit.).

Tal conclusión resulta aún más evidente cuando se repara en

que, a fin de cuentas las concesionarias no son más que

comercializadoras de los vehículos que fábrica la

concedente, (en autos los importa y distribuye conforme la

red de concesionarias), ahorrándose así ésta el costo y riesgo

de llevar adelante tal tarea por sí misma" (conf. Cám. Nacional


de Apelaciones Comercial, sala C, Rodríguez, Alicia Valentina c.

General Motors S.R.L. y otro s/ ordinario; cita La Ley online,

AR/JUR/85119/2013).-

En síntesis, nos encontramos frente a contratos

conexos cuyo análisis no fue idóneamente controvertido por el

apelante, resultando de estricta aplicación al sub lite la Ley del

Consumidor y en función de lo cual, KIA SA se encuentra

legitimada pasivamente por haber intervenido en la relación

con el "cliente" consumidor, tal como lo entendiera la

sentenciante de origen y se desprende de los antecedentes


allegados, motivos por los cuales deben ser desestimados los

agravios vertidos en tal sentido.-

6. Corresponde ingresar ahora a los reproches

formulados respecto de la imputación de responsabilidad.-

En tal sentido se desprende del fallo que reviso que la

sentenciante asentó la atribución de responsabilidad en la

teoría de la apariencia jurídica, el deber de seguridad , la

relación de consumo y art. 42 C.N. (ver Considerando VIII, fs.

578/582).-

Contrariamente a lo sustentado por el apelante, la

apariencia generada en el consumidor no es un criterio en

retirada.-

En este segmento debemos puntualizar que el art. 2

de la Ley del Consumidor define al proveedor como: "...la

persona física o jurídica de naturaleza pública o privada, que

desarrolla de manera profesional, aun ocasionalmente,


actividades de producción, montaje, creación, construcción,

transformación, importación, concesión de marca,

distribución y comercialización de bienes y servicios,

destinados a consumidores o usuarios. Todo proveedor está

obligado al cumplimiento de la presente ley".-

Es de destacar que la responsabilidad de los

proveedores integrantes de la cadena de comercialización es

intrínsecamente concurrente en todos los supuestos y respecto

de todas las cargas que derivan de la LDC y no solamente en

los casos en que expresamente ha sido establecida la


"solidaridad" en la ley (garantía legal y responsabilidad por

daños). Dicho en otras palabras, la cadena de

comercialización se estructura, desde la óptica del

consumidor como un todo frente al cual son exigibles

sus derechos, sin importar qué tipo de vínculo lo liga

con cada uno de sus integrantes ni qué relaciones

existen entre ellos. Así lo indica la hermenéutica general del

sistema protectivo, que específicamente ha sido plasmada en

la última oración del párrafo primero, del art. 2 que dice "Todo

proveedor está obligado al cumplimiento de la presente ley"

(conf. Dante D. Rusconi, Consumidores y Proveedores

Alcanzados por la Legislación de Defensa del Consumidor,

Revista de Derecho Privado y Comunitario, 2012-1. Eficacia de

los Derechos de los Consumidores, Ed. Rubinzal-Culzoni,

pág.331 y sgtes.).-

Con lo cual en operaciones complejas en las que


intervienen varios proveedores, aun cuando sea uno solo de

ellos el responsable material de la violación al régimen legal, o

el que se relacione directamente con el consumidor, el

afectado podrá accionar contra cualquiera por la integridad de

la prestación debida o incumplida (aut. y ob. cit., pág. 369).-

En función de lo dicho, no resulta atendible la postura

del apelante pues si bien no se trata del daño derivado del

"vicio o riesgo del automotor" o "prestación del servicios"

conforme art. 40 LDC, ya que esta norma parte del supuesto

de que el empresario ha cumplido o está cumpliendo la


prestación a su cargo, pero se produce un daño al consumidor

o usuario (conf. Juan M. Farina, en ob. cit., pág. 454), lo cierto

es que en el sub lite se encuentra acreditada la falta de

entrega del automotor al consumidor, circunstancia que no

excluye la aplicación de este cuerpo normativo (LDC), en

particular las previsiones contempladas en el art. 10 bis del

mismo.-

En efecto, en el supuesto de autos -reitero- resulta de

aplicación el art. 10 bis LDC, como principio general aplicable a

todos los casos, pues refiere al incumplimiento o

defectuoso cumplimiento de la oferta o del contrato, y,

después de prever diversas posibilidades otorgadas al

consumidor para resolver su problema, dispone que todo ello

será no obstante las acciones de daños y perjuicios que

correspondan. Esa norma no habla de solidaridad respecto de

los responsables, pero esto no se excluye, depende del


sistema de comercialización que adopte el fabricante o

importador del bien o productor del servicio para determinar

cuándo corresponde declarar la responsabilidad in solidum

(idem).-

Ahora bien, la responsabilidad de KIA S.A. es objetiva

y reposa en el generamiento de confianza que despertó en el

consumidor (Sr. Demartino) quien no reparó en intimar la

entrega del automotor adquirido tanto a Aurora como a KIA

S.A.-
Es que como lo sostiene Lorenzetti "la empresa

genera fiabilidad a través de su funcionamiento reiterado, de

las marcas que lo representan simbólicamente, o del respaldo

del Estado. En este contexto, los modelos de comportamiento

racional y los estándares del "contratante medio" deben

reformularse: la conducta del individuo se basa en la

confianza y ésta se construye en base a la apariencia

que crea el sistema experto (Lorenzetti, Ricardo L., La

oferta como apariencia y la aceptación basada en la confianza,

en L.L. del 09.08.2000, Nº 152, ps. 1 a 7; Dante D. Rusconi, ob.

cit., llamada Nº 89).-

El escenario complejo del mercado de consumo, cuyo

cemento de contacto es la concurrencia de factores orientados

a la facilitación del tráfico comercial, desplaza las operaciones

y vinculaciones individuales que lo integran, adjudicando al

"todo" las consecuencia disvaliosas que de él se derivan. En


este contexto, la generación de confianza en el público

consumidor adquiere relevancia como factor de

atribución de responsabilidad, puesto que los atributos y

cualidades que se le adjudican a un producto o servicio,

representados por marcas o símbolos reconocidos por el

público, le dan un valor agregado que incide de manera

determinante en la opción de compra del consumidor. Como

contrapartida, la defraudación de la confianza generada ante

el incumplimiento de las calidades aparentadas se traduce en

una carga objetiva de responsabilidad para los proveedores,


incluso para quienes detentan tal calidad sólo en apariencia y

no hayan participado materialmente en el proceso o cadena de

comercialización (conf. Dante D. Rusconi, ob. cit., pág. 376).-

Dicho sistema experto, profesional, implementado

para que el producto circule en el mercado y así llegar al

alcance del consumidor, generó en el presente una imagen o

apariencia de unidad empresaria entre concedente -

concesionario frente al consumidor, que lo llevó a entablar

una relación de consumo no sólo con la concesionaria oficial

demandada, con quien tuviera trato directo, sino también con

la concedente KIA S.A., empresa importadora y distribuidora

exclusiva de los productos KIA en el territorio de la República

Argentina según el Reglamento General para Concesionarios

(ver pericia contable en Sobre 90/13 E), quien a su vez

organizara un sistema de distribución de tales productos a los

fines que estos lleguen al consumidor a través de las


concesionarias autorizadas conforme se desprende del aludido

reglamento, siendo inducido el consumidor a representarse

esa unidad por las documentales que le fueron extendidas,

como ser la reserva del automotor, recibo que identifica la

marca KIA, la publicidad efectuada por medios periodísticos

(recortes de Diario Norte), etc..-

Por tal motivo, el accionante ante el incumplimiento

verificado de la no entrega del automotor adquirido, intimó en

reiteradas oportunidades por Carta Documento tanto al

Concesionario Oficial (Aurora) como a KIA SA, a los fines de


obtener una solución del problema, y como correctamente lo

dice la sentenciante, ello se basó en la confianza inspirada por

KIA.-

De allí, que no resultan atendibles las críticas

encaminadas a desprenderse de la responsabilidad que le

incumbe, como organizadora de la red de distribución, pues en

tal sentido actuó como profesional (art. 2 LDC), esto significa

que una persona reviste esta condición cuando ejerce una

actividad con relevante capacidad y aplicación para lograr

óptimos resultados (conf. Juan M. Farina, ob. cit. pág. 84).-

La circunstancia de que el recurrente entregara el

automotor el 10.07.2010 a su concesionaria (Aurora) según se

desprende la Carta Documento Nº 130348145 del 13.08.2010,

no redime su responsabilidad, pues tal día no le fue entregado

el rodado al actor, y conforme surge del Acta de Constatación

labrada el 21.08.2010 en el local comercial de Aurora Autos


concesionaria Oficial de KIA MOTORS sito en Av. 25 de Mayo Nº

1216 de esta ciudad, el rodado individualizado en la aludida

Carta Documento no se encontraba en dichas instalaciones

según se desprende de la mencionada diligencia plasmada en

Escritura 80/10 extendida por la Escribana Lozina.-

Luego de lo cual, y de intercambios por Cartas

Documentos mantenidas entre Demartino y Kia SA, el Sr.

Demartino se dirige a las oficinas de Aurora Group SA

emplazadas en Corrientes, oportunidad en que solicita los

servicios de la Escribana Fabiana Argañaraz, a fin de constatar


si en dicha dependencia se encontraba el vehículo en cuestión,

y el Sr. Ortiz, empleado de la concesionaria demandada,

atiende la diligencia, da cuenta de la existencia de un vehículo

de las características del adquirido por el Sr. Demartino, pero

no le consta que se trate del mismo. Comunicado el Sr. Ortíz

con el presidente de la sociedad, Sr. Raúl Romano, este

manifestó que el auto que se encuentra en el salón en

exposición es el del Sr. Demartino y el auto y la documentación

serían entregados en diez días hábiles a partir de esa fecha.

Luego de dar la notaria por finalizado el acta, el requirente le

dice al empleado Ortiz porqué no le entregan y responde

porque no tienen los papeles del vehículo (ver Escritura Nº

310 del 28.09.2010).-

Por Escritura Nº 322 del 14.10.10 otorgada por la

Escribana Argañaraz se constata que el vehículo no se

encuentra disponible para ser entregado.-


Mientras tanto, y esto resulta también esencial, Kia

SA se encontraba usando y gozando del dinero que el Sr.

Demartino -como lo dije precedentemente- había depositado

en la cuenta corriente de dicha sociedad, no siendo excusa

atendible la invocación de que ignoraba la razón del depósito,

máxime tratándose de una importante empresa comercial que

debe llevar una estricta contabilidad.-

Los antecedentes resaltados precedentemente ponen

de manifiesto que la concedente -KIA SA- resulta responsable

por el incumplimiento en la entrega del automotor junto con la


documentación, en los términos del art. 1113 del Código Civil,

por ser la organizadora del sistema de distribución del

producto que importa, en función del cual se sirvió de la

concesionaria para que el producto llegue al consumidor

adquirente, como así por no haber cumplido su obligación

accesoria de seguridad que significa indemnidad del otro

contratante (en este caso el consumidor), como consecuencia

de haber violado la confianza que éste depositara en el

mismo.-

Es que como lo señalara esta Sala -con distinta

integración-, con anterioridad al presente "asume relevancia

jurídica la vigencia del "principio general" predominantemente

admitido, implícita o explícitamente en los sistemas legales

contemporáneos, en virtud del cual se atribuye

responsabilidad al deudor por el hecho de los terceros

(auxiliares, sustitutos, representantes) que voluntariamente


implica o se sirve de ellos en la actividad de cumplimiento de

la obligación a su cargo...En suma, el principio general que nos

ocupa determina que el deudor responde del incumplimiento

del deber de prestación causado por los terceros de que se

sirva, precisamente con el fin de satisfacerlo (Conf. Enrique C.

Banchio, "Fundamentos de la Responsabilidad obligacional del

Deudor por el Hecho de Otro", Contratos, Obra colectiva, Ed.

La Rocca, 1989, pp. 234 y sgtes., y esta Sala en Sent. 14/95

Expte. Nº 20591/94).-
Así la jurisprudencia consideró que resultaba

procedente atribuir responsabilidad al fabricante -concedente-

por el incumplimiento de un contrato de compraventa de

automotor por parte del concesionario, pues quien ofrece una

cosa al público a través de una especializada red de

distribución, asume una obligación de resultado frente al

futuro consumidor (léase "adquirente del rodado"), consistente

en la entrega de un producto para cumplir con una finalidad

que constituya la razón comercial que sirve para su promoción

y eventual estímulo en el comprador para su adquisición. En

esa línea de ideas se sostuvo que el fabricante -concedente-

era responsable objetivamente en virtud del art. 1113 del

Código Civil por el incumplimiento de un contrato de

compraventa de automotor por parte del concesionario, pues

éste se desempeña habitualmente como auxiliar del

concedente, que coloca su propia organización comercial al


servicio de éste y por tanto encuadra en la noción de

dependiente de la norma citada. Finalizó diciendo que la

terminal tiene una suerte de obligación de seguridad, tanto

respecto de la cosa como de los agentes que incorpora a su

red de distribución (CNCom., Sala B, 28.06.2002, "Sicania S.A.

c. Automóviles Exclusivos S.A.", La Ley 2002, F-565).-

A ello se suma que la responsabilidad del concedente

KIA esta contemplada en el art. 42 de la Constitución Nacional,

al consagrar el derecho del consumidor, en la relación de


consumo a ser protegido en su salud, seguridad e intereses

económicos.-

En tales condiciones corresponde desestimar los

agravios esgrimidos en tal sentido.-

7. Zanjadas las precedentes cuestiones corresponde

que ingrese al examen de las quejas vertidas en punto a los

rubros admitidos y montos indemnizatorios acordados.-

En cuanto al rubro Devolución del Dinero,

Actualización e Intereses: la sentenciante condenó a la

devolución de la suma entregada por la actora a la demandada

que asciende a $103.596 como consecuencia de admitir la

resolución contractual.-

Los agravios vertidos en tal sentido resultan

inatendibles, todo lo cual se deriva de la pericia contable

efectuada sobre sus libros, de la que se desprende que el

dinero ingresó a su cuenta (ver respuesta al punto 2) en Sobre


90/13 E).-

De allí que la reiteración de conceptos que hacen a si

llevó a cabo personalmente o no la negociación, por la falta de

vinculación jurídica de Demartino con Kia SA, etc., deben ser

desestimadas en función del análisis precedentes.-

Por tal motivo corresponde confirmar el rubro en

examen.-

8. Por idénticas consideraciones corresponde

confirmar el reintegro ordenado de la suma de $1300, en

concepto de honorarios de los Escribanos que intervinieron en


las Actas de Constatación acompañadas, pues el apelante

funda el reproche en su falta de legitimación, antecedente que

no ha prosperado tampoco ante esta instancia, razón por la

cual corresponde confirmar el rubro en examen.-

9. En cuanto al rubro Daño Moral: la sentenciante

acordó la suma de $25000.-

Los reproches formalizados a este rubro no pueden

ser receptados válidamente.-

Inicialmente debo puntualizar que los fundamentos

vertidos por la sentenciante de origen para acordar el rubro en

cuestión, no fueron rebatidos por el apelante, en tanto el A-quo

consideró que el incumplimiento de las demandadas a sus

respectivas obligaciones, además del quebranto patrimonial

generó padecimiento extrapatrimonial en el actor, afirmación

que vertebró en las siguientes circunstancias: 1) que el actor

abonó la totalidad del precio de compra del vehículo el mismo


día en que celebró la operación con la concesionaria; 2) la

concesionaria prometió a través de carta documento la

entrega del vehículo a partir del día 10.07.2010 sin que dicha

entrega fuera cumplida; 3) en CD130348145 y CD130355963

Kia desconoció la venta concluida entre Aurora y Demartino,

pero seguidamente efectuó precisiones sobre las

características del vehículo, señalando la misma fecha que la

concesionaria para su entrega; 4) Aurora desobedeció la orden

judicial de innovar dispuesta en la causa Nº 12.436/10; 4)

ninguna de las demandadas ofrecieron en sede judicial


explicaciones razonables que justifiquen el incumplimiento

incurrido. De ello concluyó: que las conductas de las

demandadas, fueron contradictorias por un lado (lo que

desprende de las cartas documentos enviadas por Kia al actor)

y por otro, que ellas pueden calificarse como "rayanas en la

mala fe" (al pretender atribuirse recíprocamente la

responsabilidad por incumplimiento), con persistente

reticencia en la observancia de la palabra empeñada (lo que

juzga por la conducta de la cautelada Aurora). Por lo tanto

consideró que tales elementos son configurativos del

generamiento del agravio moral reclamado.-

Tales fundamentos no fueron objeto de una critica

concreta, pormenorizada y frontal que sea capaz de poner en

evidencia que resulta erróneo lo afirmado por el a-quo con la

concreta demostración de lo alegado.-

De allí, que los fundamentos del fallo de primera


instancia, al no ser objeto de crítica idónea, permanecen

firmes dándole a lo decidido suficiente sustento respecto de la

procedencia del rubro en cuestión.-

Por lo demás, en este tema -daño moral derivado de

la lesión de bienes patrimoniales- se ha precisado que "... es

resarcible sólo cuando existe una relación espiritual entre la

persona y el objeto, distinta y autónoma del interés económico

que representa el objeto [...] El interés de afección es recaudo

insoslayable para la resarcibilidad". Conf. Alberto J. Bueres y

Elena I. Highton, (Código Civil, tomo 3 A, Edición Hammurabi,


Buenos Aires, año 1999, pág. 178) (cit. por STJ, Sent. 225/13),

que es lo que, precisamente, se da en el supuesto de autos

conforme las particularidades que seguidamente señalo que le

dan un cariz especial (conf. Sent. Nº 91/15 Expte.Nº 2345/11-1-

c).-

Es de destacar, además, que lo esencial y

determinante del daño moral es el resultado de la violación del

derecho y de la frustración del interés vinculado al bien

protegido: las derivaciones anímicamente perjudiciales de un

hecho que engendra responsabilidad civil. De tal modo el daño

moral es definible como "una modificación disvaliosa del

espíritu en el desenvolvimiento de su capacidad de entender,

querer o sentir, que se traduce en un modo de estar de la

persona, diferente de aquél en que se encontraba antes del

hecho, como consecuencia de éste y anímicamente

perjudicial". (Sent.Nº 68/98, esta Sala con cita doctrinaria y


otra integración).-

Como ha puntualizado el Superior Tribunal de Justicia

local en el fallo referido, tal criterio requiere un margen de

razonabilidad y no puede ser aplicado dogmáticamente. En el

sub lite no pueden perderse de vista las alternativas anímicas

por las que seguramente debió atravesar el actor quien

habiendo abonado el precio del mismo no le fue entregado. A

ello se suman los reclamos extrajudiciales que el actor debió

realizar, el camino que tuvo que recorrer hasta obtener

sentencia judicial, pues es de advertir que la adquisición se


concretó en el año 2010, recayendo sentencia en el año 2015

(octubre).-

Por otra parte a los efectos de evaluar este tipo de

daños, precisa nuestro Alto Tribunal, que procede ponderar

específicamente no sólo el contexto de los hechos sino

también el posicionamiento de los sujetos involucrados,

que en el caso se trata de un particular y una poderosa

empresa comercial. Cobra así vigencia lo también señalado

en el fallo aludido en punto a que las particularidades propias

de las conductas llevadas a cabo y los motivos que las

generan, adquieren entonces connotaciones diferentes de las

que podrían haber tenido en otro ámbito o en otra

oportunidad. Lo expuesto hasta aquí..., es causa innegable de

daño moral porque eso es lo que acostumbra a suceder según

el curso ordinario de las cosas..." Además, no debemos perder

de vista que la indemnización por daño moral, en el caso


particular de autos, debe ser concebida en una doble función,

como reparación a quién padeció las consecuencias aflictivas

y como sanción ejemplar al proceder reprochable de quien

las hubo causado. Este perfil bifronte resulta particularmente

relevante en este caso, por las condiciones que inviste la

demandada en relación con las legítimas expectativas

del usuario del servicio, las consecuencias disvaliosas y el

estado de angustia que sufriera el actor; máxime que, como

quedó acreditado, la entidad accionada incumplió con las


prestaciones que tenía a su cargo (con cita jurisprudencial,

idem).-

Por los motivos expuestos, propicio la confirmación

del rubro en examen.-

10. Corresponde ahora ingresar al examen del daño

punitivo condenado el que fue cuantificado en la suma de

$50.000.-

En tal sentido procede señalar que según la doctrina

el objeto es el de permitir una reparación cuya causa remite,

en última instancia a sancionar el incumplimiento per se, y

cuya justificación coadyuva a la prevención. Puede decirse,

entonces, que la inclusión de esta figura es absolutamente

compatible con la finalidad de las normas de consumo, las que

despliegan su actividad tanto en el área de la prevención como

de la reparación. Los daños punitivos tienen, así, un propósito

necesariamente sancionatorio y revisten particular


trascendencia en aquellos casos en los que el responsable

causó el perjuicio a sabiendas de que el beneficio que

obtendría con la actividad nociva superaría el valor que

debería eventualmente desembolsar (conf. Juan M. Farina, ob.

cit. pág. pág.567).-

De allí que contrariamente a lo sustentado por el

apelante no ha menester que el perjuicio irrogado haya sido "a

sabiendas de que el beneficio que obtendría superaría el valor

de lo que eventualmente desembolsaría para repararlo",


porque en la valoración de este daño, la sentenciante no tuvo

en cuenta dicha circunstancia.-

Si tuvo en cuenta que las conductas de las

demandadas se caracterizaron por: a) incumplimiento de las

obligaciones a su cargo (obligación de entregar el vehículo y

obligación de seguridad); b) reticencia en el cumplimiento

requerido por el demandante a través del intercambio

epistolar; c) incumplimiento de la entrega prometida por

Aurora en CBP0098985 (2); d) conducta contradictoria de Kia

en sus CD130348145 y CD130355963; e) incumplimiento de

medida cautelar por parte de Aurora; f) defensa expuesta en

sede judicial sin dar razones del incumplimiento y

pretendiendo desligarse de responsabilidad a través de una

mutua atribución; g) desconocimiento del pago total del precio

del vehículo por parte del demandante (ver Considerando IX,

apartado d) Daño Punitivo pág. 584 y vta.).-


Como lo sostienen Tinti y Roitman pueden emplearse,

por analogía, algunas normas del Código Civil relativas a

institutos que presentan semejanzas con los daños punitivos, y

para su determinación proponen reglas como ser; a)

considerar la índole del hecho generador, para lo cual se

remiten al art. 522 del Código Civil, relativo a la indemnización

del daño moral por incumplimiento contractual (Guillermo

Pedro Tinti y Horacio Roitman, Daño Punitivo, Revista de

Derecho Privado y Comunitario, 2012-1, Eficacia de los


Derechos de los Consumidores, Ed. Rubinzal - Culzoni, 2012,

pág. 220).-

De lo que se sigue que no ha menester calificar la

conducta como dolosa o culposa (factor subjetivo), bastando

como en el presente el incumplimiento de la entrega del

automotor adquirido por el actor, notas que puntualmente

detalla la sentenciante y que no fueron rebatidas por el

apelante (ver Considerando IX, Punto d) Daño Punitivo fs. 584

y vta.).-

Así, la Cámara de Apelaciones Civil y Comercial de

Formosa en el caso "Bonnet, Ignacio c/ Imperio S.A. y otros s/

Ordinario" (Cumplimiento de Contrato) tuvo en cuenta la

finalidad de sancionar graves conductas estableciendo que

para la aplicación de daños punitivos ante el incumplimiento

contractual no se requiere la existencia de factores subjetivos

como dolo o culpa, bastando el factor objetivo de atribución,


como lo es la demora incurrida en las tramitaciones

extrajudiciales, administrativas y judiciales para conseguir lo

que en Derecho le corresponda al actor (idem, llamada Nº 27).-

En razón de lo expuesto, corresponde desestimar los

agravios vertidos en tal sentido.-

10. En mérito al análisis precedente, propicio la

confirmación del fallo en crisis y de ser compartido el sentido

de mi voto, propongo que las costas en la Alzada sean

impuestas al recurrente vencido por imperio de lo normado en

el art. 68 del Código Procesal.-


Los honorarios propongo se regulen sobre la base

tenida en cuenta por el Tibunal de origen (capital condenado

más intereses a la fecha del decisorio y al solo efecto

regulatorio), lo que arroja una base de $360.481,51, y de

conformidad a lo establecido por los arts. 5 (15%), 6 (40%), 7

(70%), todos en función del 11 (30%), pautas bajos las cuales

los estimo del siguiente modo: Dra. Julieta Demartino en las

sumas de $8110,85 y $ 6488,65 en el doble carácter, Dr.

Luis Gabardini en la suma de $8110,85 como patrocinante,

y Dres. Matías Cozzarini y Ricardo A. Serfaty Franco en

las sumas de $5677,60 como patrocinantes, para cada uno y

$2271,05 como apoderados para cada uno.-

11. En cuanto a la petición de reducción de

honorarios formulada en el Punto 4 del Petitorio del escrito

recursivo, corresponde señalar que analizados los mismos se

advierte que la sentenciante tuvo en cuenta el capital


condenado actualizado al sólo efecto de la regulación hasta la

fecha del dictado de la sentencia es decir hasta el 15.04.15, y

de conformidad a las pautas indicativas de los arts. 3, 5, 6, 7, 8

y 10 L.A..-

Efectuados los cálculos pertinentes en función de los

lineamientos indicados, se constata que a los fines de obtener

los honorarios de los profesionales que asistieran a la parte

actora, la sentenciante asignó el 15% previsto en el art. 5 L.A.

de la base referida ($360.481,51), para remunerar la calidad

de patrocinantes de los letrados y el 40% del art. 6 L.A. para la


de apoderados, distribución que se efectuó conforme a las

etapas en las que intervinieran (art. 10 L.A.).-

Asimismo se constata que en relación a los

emolumentos fijados a los abogados que representaran a la

parte demandada, asignó el 70% contemplado en el art. 7 L.A.,

monto que así obtenido asignó para remunerar las calidades

de patrocinantes y el 40% del art. 6 para la de apoderados.-

Tal proceder resulta correcto, toda vez que se verifica

que los porcentajes asignados se encuentran contemplados en

la normativa arancelaria invocada, y se corresponden con los

que normalmente utiliza este Tribunal para remunerar tareas

como las verificadas en autos.-

En mérito a ello propicio la confirmación de los

emolumentos fijados en el Punto III) de la parte resolutiva de

sentencia dictada a fs. 553/586. ASI VOTO.-

V. A LA MISMA CUESTION PLANTEADA, LA DRA.


MARIA TERESA VARELA, DIJO: Que en atención a los

fundamentos fácticos y jurídicos expuestos por la Sra. Juez

preopinante al analizar las cuestiones sometidas a

consideración de este Tribunal, y compartiendo las

conclusiones a que arriba, adhiere al voto precedente y emite

el suyo en idéntico sentido. ASI VOTO.-

Con lo que se dio por terminado el presente Acuerdo,

dado y firmado por ante mí, Secretaria, que doy fe.-

Dra. María Teresa Varela Dra. Marta Inés


Alonso de Martina
Juez-Sala Cuarta Juez-Sala
Cuarta
Cámara de Apel. Civ. y Com. Cámara
de Apel. Civ. y Com.

Dra.Ana Patricia Latorre


Secretaria Sala IV
Cam. Ap. Civ. y Com.

SENTENCIA Nº 29.-

Resistencia, 28 de Marzo de 2016.-m

Por los fundamentos fácticos y jurídicos expuestos

en el Acuerdo que antecede, la Sala Cuarta de la Cámara de

Apelaciones Civil y Comercial;

R E S U E L V E:

I. CONFIRMAR la sentencia dictada a fs.

553/586, en cuanto fuera materia de recurso.-


II. IMPONER las costas en la Alzada a la

recurrente vencida, regulándose los honorarios de los

profesionales intervinientes del siguiente modo: Dra. Julieta

Demartino en las sumas de Pesos Ocho Mil Ciento Diez

con Ochenta y Cinco Centavos ($8110,85) y Seis Mil

Cuatrocientos Ochenta y Ocho con Sesenta y Cinco

Centavos ($6488,65) en el doble carácter, Dr. Luis

Gabardini en la suma de Pesos Ocho Mil Ciento Diez con

Ochenta y Cinco Centavos ($8110,85) como patrocinante y

Dres. Matías Cozzarini y Ricardo A. Serfaty Franco en las

sumas de Pesos Cinco Mil Seiscientos Setenta y Siete


con Sesenta Centavos ($5677,60) como patrocinantes,

para cada uno y Dos Mil Doscientos Setenta y Uno con

Cinco Centavos ($2271,05) como apoderados para cada

uno. Con más I.V.A. e intereses si correspondiere. Notifíquese

a Caja Forense y cúmplase con los aportes de ley.-

III. NOTIFIQUESE, regístrese, protocolícese y

oportunamente vuelvan los autos al Juzgado de origen.-

Dra. María Teresa Varela Dra. Marta Inés


Alonso de Martina
Juez-Sala Cuarta Juez-Sala
Cuarta
Cámara de Apel. Civ. y Com. Cámara
de Apel. Civ. y Com.

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