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DROGAS

"Droga" es toda sustancia que, introducida en el organismo por cualquier vía de administración
produce una alteración del natural funcionamiento del sistema nervioso central del individuo y es,
además capaz de crear dependencia, ya sea psicológica, física o ambas. Las características
principales de las drogas hacen de ellas sustancias muy peligrosas. Los efectos que producen en el
organismo no son siempre iguales y cambian según la clase de droga, por ejemplo, unas son
estimulantes y otras, depresoras. También varían de acuerdo con la dosis pues la misma droga
puede causar efectos diferentes según sea la cantidad consumida. A efectos penales, el concepto
de droga (a pesar de las diferentes formas de reacción en el organismo) abarca también las
sustancias estupefacientes y psicotrópicas, naturales o sintéticas, cuyo consumo provoca la
dependencia física u orgánica, así como el deseo de seguir consumiéndolas en mayores dosis a fin
de evitar el síndrome de abstinencia.
Dichos efectos se relacionan con las características psicofísicas de cada persona y con las
características del medio en que se produce el consumo. Por estas razones, nunca existe seguridad
sino probabilidad de que la droga produzca el efecto buscado.

PSICOTRÓPICOS Y ESTUPEFACIENTES
Las sustancias contenidas por los psicotrópicos y los estupefacientes son aquellas que actúan sobre
el sistema nervioso central, ya sea excitándolo o deprimiéndolo.
• Psicotrópico: cualquier sustancia natural o sintética, capaz de influenciar las funciones psíquicas
por su acción sobre el Sistema Nervioso Central (SNC).
• Psicofármaco: todo producto farmacéutico compuesto por sustancias psicotrópicas, utilizado
como objeto del tratamiento de padecimientos psíquicos o neurológicos.
• Estupefacientes: toda sustancia psicotrópica, con alto potencial de producir conducta abusiva y/o
dependencia (psíquica/física, con perfil similar a morfina, cocaína, marihuana, etc .), que actúa por
sí misma o a través de la conversión en una sustancia activa que ejerza dichos efectos.

Generalmente, el uso de un psicotrópico puede traer como consecuencias cambios temporales en


la percepción, ánimo, estado de conciencia y comportamiento. Pueden ser de tipo estimulantes,
antipsicóticos, tranquilizantes, entre otros.
En cambio los estupefacientes o narcóticos, están relacionados por lo general con el tratamiento y
control del dolor. Se dice que estas sustancias tienen un índice terapéutico muy pequeño (ventana
terapéutica pequeña): es decir que las dosis son muy exactas para cada patología e indicación en
particular. Por ejemplo, con una concentración específica se puede producir excitación y con una
concentración superior pueden deprimir el SNC. Es por ello, que su indicación y prescripción deben
ser realizadas exclusivamente por el profesional médico especialista, y deben ser utilizados bajo
estricta vigilancia médica.
Tanto los psicotrópicos como los estupefacientes, denominados internacionalmente como
“sustancias controladas” son estrictamente fiscalizadas por el Estado, a través de las leyes
nacionales 19.303 (psicotrópicos) y 17.818 y 23.737 (estupefacientes).
SUSTANCIAS ESTIMULANTES
Los estimulantes aumentan la actividad de una parte del sistema nervioso central llamada sistema
simpático, que es la encargada de hacer que estemos en un estado de alerta.
Cuando el sistema nervioso simpático se activa, sucede lo siguiente:
• Aumenta el flujo sanguíneo al cerebro y los músculos.
• Se produce una constricción de los vasos sanguíneos del intestino, dando lugar a una pérdida del
apetito.
• Aumenta la presión sanguínea y la frecuencia cardiaca.
• Estás más alerta, con los sentidos agudizados.
• Las pupilas se dilatan.
• Aumenta la capacidad de concentración.
Hasta cierto punto, estos efectos suelen resultar agradables a la mayoría de las personas. Si se usan
de forma moderada, el café, la nicotina y los medicamentos estimulantes sin receta tienen este
efecto. En cambio, el efecto de la cocaína o las anfetaminas es mucho más potente. Su uso es
altamente adictivo y aparece un síndrome de abstinencia cuando deja de consumirse.
Los síntomas de abstinencia después de un uso continuado incluyen cansancio, depresión y
problemas de sueño.
El abuso repetido puede dar lugar a sentimientos de hostilidad o a síntomas psicóticos. Las dosis
altas pueden producir un fuerte aumento de la temperatura corporal y un latido irregular e incluso
pueden llegar a producir paro cardiaco o convulsiones.
El efecto de los estimulantes en el cerebro
Una vez que la sustancia estimulante penetra en la corriente sanguínea (al ser absorbida en el
aparato digestivo cuando se ingiere, a través de la mucosa nasal cuando se inhala o directamente
cuando se inyecta), llega a los diversos órganos del cuerpo, incluido el cerebro, donde ejercen su
efecto psicoactivo.
En el cerebro, los estimulantes actúan sobre una estructura del sistema límbico llamada núcleo
accumbens, donde producen un aumento del neurotransmisor dopamina, que ayuda a regular
sentimientos como placer, bienestar, euforia. Es decir, el aumento de dopamina produce una
sensación placentera. La dopamina también juega un papel importante en el control del
movimiento, cognición, motivación y recompensa.
Ciertas actividades placenteras como comer, beber o practicar sexo, activan también el núcleo
accumbens, liberando dopamina. Sin embargo, el efecto de estimulantes como las anfetaminas o la
cocaína es mucho más intenso. Esto hace que deseemos repetir aquellas actividades que nos
producen un aumento de la dopamina. Por este motivo, se considera que la dopamina juega un
papel importante en la adicción.
No obstante, cuando el nivel de dopamina es demasiado alto, su efecto puede volverse
desagradable, con síntomas como nerviosismo, irritabilidad, agresividad, paranoia y alucinaciones.
Sensibilización
Los estimulantes pueden producir también una sensibilización (que sería lo opuesto a la tolerancia);
es decir, tras su uso repetido, una dosis que antes no producía ningún efecto adverso, puede llegar a
causarlo (por ejemplo, la apaLa cocaína procede de la coca, una planta que crece en zonas de gran
altitud de América del Sur. Masticar las hojas de esta planta libera una pequeña cantidad de su
ingrediente activo, la cocaína, y produce un ligero efecto estimulante, similar al de una taza de café
bien cargado. Sin embargo, cuando se extrae de esta planta la cocaína puede producirse una
sustancia mucho más potente y peligrosa.
Los efectos de la cocaína en el sistema nervioso
La cocaína actúa directamente sobre en el centro de placer del cerebro, impidiendo la recaptación
de los neurotransmisores dopamina y serotonina, de manera que dichos neurotransmisores no
pueden ser eliminados, sino que se acumulan en el cerebro, produciendo una sensación de gran
bienestar, euforia, aumento de la energía e incremento de la actividad motora.
La persona que la ha consumido se vuelve más sociable, habla más, se ríe más, su autoestima
aumenta y tiene una sensación de mayor competencia y capacidad. Estos síntomas pueden
progresar hacia la irritabilidad, inestabilidad emocional, ansiedad, paranoia y gran inquietud.
El efecto suele durar como mucho una hora. El hecho de que la duración del efecto sea tan corta
suele hacer que las personas que la utilizan tiendan a repetir la dosis para aumentar la duración de
sus efectos. Esto suele ir seguido de un estado de ánimo depresivo y agotamiento, hasta que la
persona se queda dormida. El sueño, con frecuencia se consigue mediante el uso de somníferos,
sedantes o alcohol.
Dado que el efecto más inmediato de la cocaína es una agradable sensación de euforia, no es raro
que la persona que la utiliza recurra a ella cuando se siente mal por diversos problemas o está en un
estado ligeramente deprimido.
El uso crónico de cocaína
El uso crónico de cocaína hace que se altere la regulación de la dopamina, lo que contribuye a la
aparición de estados depresivos. Así, cuando la droga no está presente en el organismo, se produce
un estado depresivo y el adicto recurre a la cocaína para eliminar dicho malestar.
Pueden ser necesarios varios meses para que el funcionamiento de los neurotransmisores vuelva a
ser normal.
El uso crónico de cocaína puede dar lugar a irritabilidad, depresión severa, alucinaciones y delirios,
hipertensión, taquicardia, ataques de pánico y problemas en el funcionamiento cognitivo. También
pueden producirse cambios de humor y episodios de agresividad u hostilidad hacia otras personas.
Otro de los síntomas típicos del abuso de cocaína es el bruxismo (continuo rechinar de dientes) que
puede deteriorar el esmalte dental y producir gingivitis (inflamación de las encías).
La inyección de cocaína puede provocar también una reacción alérgica grave.
Efectos físicos del uso crónico
Nariz y garganta: debido al uso inhalado a través de la nariz, pueden aparecer problemas nasales,
como sangrado, sinusitis, congestión nasal, secreción nasal crónica o perforación del tabique nasal.
También puede producirse dolor de garganta y voz ronca, así como pérdida del sentido del olfato
Pulmones: hemoptisis (expectoración de sangre), broncoespasmo, fiebre, dolor en el pecho, asma,
disnea, eosinofilia, bronquitis crónica.
Corazón: taquicardia, hipertensión, angina de pecho, ataque cardiaco, arritmias.
La cocaína puede producir la muerte por paro cardiaco.
Aparato digestivo: dolor abdominal, náuseas y falta de apetito que puede dar lugar a desnutrición.
La ingestión de cocaína puede producir una reducción del flujo sanguíneo que dé lugar a una
gangrena intestinal grave.
rición de convulsiones tras una dosis que era segura hasta el momento).
¿Qué es este análisis?
Una prueba de detección de cocaína es una prueba que se realiza para averiguar si usted ha
consumido cocaína recientemente. La prueba puede realizarse con su orina, saliva, sangre, cabello
o sudoración. Detecta la presencia de cocaína o uno de sus metabolitos, o de sustancias químicas
que su cuerpo produce para procesar la cocaína. Los dos metabolitos más importantes de la
cocaína son la benzoilecgonina y la ecgonina metil éster. La prueba usualmente se hace para
detectar el primero de estos dos metabolitos.

Se pueden realizar pruebas de detección rápidas en un consultorio o en una clínica. Los resultados
se obtienen en minutos. Debido a que las pruebas de laboratorio son más sensibles y más
confiables, los resultados positivos deben enviarse siempre a un laboratorio para obtener una
confirmación.
¿Cómo se realiza este análisis?
Probablemente orinará en un recipiente o se le extraerá saliva de su boca.

La orina es la muestra que se usa más comúnmente. Un análisis de orina puede detectar
metabolitos de cocaína entre dos y tres días después del consumo de cocaína. En las personas que
consumen cocaína en exceso, la prueba puede dar positivo hasta dos semanas después del
consumo.

Una desventaja es que las personas han encontrado maneras de hacer trampa para obtener un
resultado negativo falso, es decir, un resultado negativo cuando éste debería ser positivo debido al
consumo de cocaína. En Internet, se publican productos que prometen alterar los resultados de
los análisis de orina, y, por lo general, hacer trampa implica agregar una sustancia a la orina para
modificar los resultados de los análisis. Para impedir que las personas hagan trampa, algunos
evaluadores insistirán en observar a las personas mientras orinan en el recipiente, lo cual resulta
embarazoso.

Si usted proporciona una muestra de orina, el evaluador puede analizar la muestra de inmediato.
El resultado estará disponible en minutos. Si el resultado es positivo, el evaluador debe enviar una
muestra a un laboratorio para obtener una confirmación, debido a que las pruebas rápidas no son
tan precisas como una prueba de laboratorio.

Las pruebas de saliva son cada vez más frecuentes, ya que su recolección es más fácil y más
discreta que la de una muestra de orina. Por lo general, la saliva se extrae de su boca con un
dispositivo especial, o usted la deposita directamente en un tubo. Es más difícil hacer trampa en
una prueba de saliva debido a que, comúnmente, el evaluador le observa durante todo el proceso.
La prueba de saliva puede detectar cocaína o sus metabolitos solo durante alrededor de uno a dos
días después del consumo.

Un laboratorio también puede analizar una muestra de su sangre. Su sangre retiene la cocaína
durante 12 horas y la benzoilecgonina durante 48 horas, pero un análisis de sangre es invasivo y
tarda más. Por lo general, los análisis de sangre se realizan solo si usted se encuentra en el hospital
y su proveedor de atención médica sospecha de abuso de drogas.

También se pueden realizar pruebas para detectar cocaína con su cabello. Las pruebas de cabello
pueden detectar cocaína durante meses después del consumo. Sin embargo, es un proceso
complicado, y es posible que no siempre sea preciso. Los resultados pueden variar según el lugar
de donde se obtenga la muestra de cabello.
Se pueden realizar pruebas con su sudoración mediante un parche que se coloca en su piel, pero
esta no es una prueba común. Los resultados pueden variar según el lugar donde se coloque el
parche. Por lo general, los resultados de la prueba de detección de cocaína se indican como
positivos, lo que significa que se encontraron cocaína o sus metabolitos, o como negativos, lo que
significa que no se encontró ninguna evidencia de la presencia de cocaína en su cuerpo. Estos
resultados se basan en un valor de corte que muestra la concentración de la sustancia encontrada
en su orina, saliva, sangre, cabello o sudoración. El valor exacto de corte depende de la prueba
que se use.

ANFETAMINAS
Las más comunes y algunos de sus nombres en la calle son: Anfetamina: goey, louee, speed,
elevadores, whiz.
Las anfetaminas (conocidas también como “anfetas”) son drogas sintéticas que tienen un efecto
predominantemente estimulante del sistema nervioso central
Los efectos generales mas inmediatos y sobresalientes de las anfetaminas son el aumento del
estado de alerta, el aumento de la energía, aumento de la autoconfianza y reducción del hambre,
el cansancio y el aburrimiento.
El uso prolongado de grandes cantidades de anfetaminas puede llevar a un deterioro general de la
salud debido a que la falta de apetito y de sueño disminuye las resistencias del organismo a las
enfermedades. De esta forma el usuario habitual de anfetaminas se encuentra mucho más
vulnerable a contraer cualquier tipo de enfermedad.
Por otra parte, altas dosis consumidas durante muchos días pueden causar delirios, reacciones de
pánico, agresividad, disturbios emocionales, alucinaciones y sentimientos de persecución (lo que
se conoce con el nombre de “psicosis anfetamínica”). Estos efectos desaparecen gradualmente a
medida que la droga desaparece del organismo.
El consumo a largo plazo de anfetaminas puede provocar además dependencia psicológica y
dependencia física. El mismo puede generar además un síndrome de abstinencia cuando la droga
deja de ser consumida.
Las anfetaminas suelen generar sentimientos importantes de autoconfianza. Esto no es
necesariamente negativo, pero si pueden llegar a serlo si tenés relaciones sexuales sin protección
bajo la ilusión de ser invulnerable o si manejás un auto o una herramienta peligrosa pensando en
que podés controlarlo sin problemas. Cuidado, probablemente no puedas hacerlo y te pongas en
una situación de riesgo que puede ser evitada.
¿Qué es esta prueba?
Esta prueba mide la cantidad que hay en su sangre de un medicamento denominado anfetamina.
Este medicamento es un estimulante del sistema nervioso central. Este grupo de medicamentos
también incluyen la metanfetamina (methamphetamine) o "meta". La prueba se usa más
comúnmente para detectar el abuso de drogas. A menudo, el sistema judicial y algunos lugares de
trabajo la requieren. Si usted muestra síntomas de sobredosis de anfetamina, como agitación
grave o psicosis, es posible que un médico le pida esta prueba.
La anfetamina es una droga de uso recreativo comúnmente usada que sobreestimula el sistema
nervioso central y hace que las personas que las consumen se sientan alertas, con energía y
productivas en forma inusual. Los estimulantes como la anfetamina y la metanfetamina también
pueden causar
euforia, agitación abrumadora, delirios y alucinaciones. Los sentimientos de agresión y paranoia
pueden hacer que las personas sean más propensas a la violencia. El abuso de estas drogas
también puede causar otros problemas graves de salud, incluidos ataque cerebral, enfermedad
cardíaca, convulsiones y caries dentales graves.
La anfetamina también tiene usos médicos. En ocasiones, los médicos recetan el medicamento en
pequeñas dosis a pacientes con trastorno de déficit de atención (ADD, por sus siglas en inglés) y a
pacientes con trastorno de déficit de atención/hiperactividad (ADHD, por sus siglas en inglés). En
ocasiones, los médicos también usan el medicamento para tratar la depresión y la narcolepsia, un
trastorno del sueño que se caracteriza por quedarse dormido de forma profunda y repentina en
lugares o situaciones inapropiados.
La prueba puede distinguir entre el abuso y el uso con receta.
Los niveles de anfetamina dentro de un rango de 0.02 a 0.05 miligramos/litro (mg/L) e incluso
hasta 0.2 mg/L pueden incluirse en la categoría terapéutica o de uso con receta.

Es probable que una concentración mayor de 0.2 mg/L sea un signo de abuso.

Los niveles mayores de 2.5 mg/L pueden ser tóxicos y posiblemente mortales.

Los resultados de esta prueba solo muestran la cantidad de anfetamina que hay en su sistema al
momento de la prueba. Los médicos diagnostican abuso de anfetamina solo después de un
examen físico que incluye tomar nota de sus antecedentes personales y hablar con usted. Si usted
tiene un problema de abuso de anfetamina, su médico puede sugerirle un tratamiento para la
adicción, el abuso de drogas o la depresión.
¿Cómo se realiza esta prueba?
Para la prueba, se requiere una muestra de sangre, que se extrae a través de una aguja que se
coloca en una vena de su brazo.

ALUCINOGENOS
Los alucinógenos son un grupo diverso de drogas que alteran la percepción (la conciencia de los
objetos y las condiciones circundantes), los pensamientos y los sentimientos. Estas drogas
causan alucinaciones, o sensaciones y visiones que parecen reales pero que no lo son. Los
alucinógenos se encuentran en algunas plantas y hongos (o en sus extractos) o pueden ser
artificiales. Por siglos, las personas han consumido alucinógenos más que todo como parte de
rituales religiosos. Algunos alucinógenos también pueden hacer que los consumidores se sientan
fuera de control o desconectados de su cuerpo y del ambiente.
Las investigaciones científicas sugieren que los alucinógenos funcionan, en parte, perturbando
temporalmente la comunicación entre diferentes sistemas químicos en el cerebro y en la medula
espinal. Algunos alucinógenos interfieren con la acción del químico cerebral la serotonina que
regula:

animo
percepción sensorial
sueño
hambre
temperatura corporal
conducta sexual
control muscular
Otros alucinógenos interfieren con la acción del químico cerebral glutamato, el que regula:

percepción del dolor


reacciones al ambiente
emociones
aprendizaje y memoria
Efectos a corto plazo

Los efectos de los alucinógenos pueden empezar entre 20 y 90 minutos después de ser
consumidos y pueden durar entre 6 y 12 horas. Los efectos de la salvia duran menos tiempo,
aparecen en menos de un minuto después de haberse consumido y duran menos de 30 minutos.
Los consumidores de los alucinógenos se refieren a las experiencias que producen estas drogas
como "viajes", mientras que las experiencias desagradables son referidas como "viajes malos".
Además de las alucinaciones, los alucinógenos pueden producir otros efectos generales de corto
plazo que incluyen:

aumento del ritmo cardiaco


nausea
sensaciones intensificadas y experiencias sensoriales
distorsiones en la percepción del tiempo (por ejemplo, el tiempo transcurre más lentamente)
Los efectos específicos de corto plazo de algunos alucinógenos incluyen:

aumento de la presión arterial, el ritmo respiratorio y la temperatura corporal


pérdida de apetito
boca seca
trastornos del sueño
sensaciones cruzadas (como "ver" sonidos o "escuchar" colores)
experiencias espirituales
sensaciones de relajación o separación del cuerpo o del ambiente
movimientos descoordinados
sudor excesivo
pánico
paranoia—desconfianza de otros, extrema e injustificada
psicosis—pensamientos desordenados, desconectados de la realidad
Efectos a largo plazo

Se sabe muy poco sobre los efectos a largo plazo de los alucinógenos. Los investigadores saben
que los consumidores de la ketamina pueden desarrollar síntomas que incluyen ulceras en la
vejiga, problemas de los riñones y mala memoria. El consumo repetido de PCP puede producir
efectos a largo plazo que pueden continuar por un año o más después de haber parado el
consumo, como:

problemas de lenguaje
perdida de la memoria
pérdida de peso
ansiedad depresión y pensamientos suicidas
Otros efectos infrecuentes a largo plazo de algunos alucinógenos incluyen:

La psicosis persistente—una serie de problemas mentales constantes, que incluyen:


perturbaciones visuales
pensamientos desordenados
paranoia
cambios de animo
Las escenas retrospectivas (pantallazos) —recurrencia de alguna experiencia pasada con drogas.
Estos pasan a menudo sin previo aviso y pueden ocurrir desde unos días hasta más de un año
después del consumo de la droga. En algunos consumidores, las escenas retrospectivas pueden ser
persistentes y afectar las funciones diarias, una condición conocida como trastorno de
alucinaciones perceptual y persistente (hallucinogen persisting perceptual disorder—HPPD). Estas
personas continúan sufriendo alucinaciones y otras perturbaciones visuales, como ver estelas
visuales detrás de objetos en movimiento.
Síntomas que a veces son confundidas con otros trastornos, como un derrame cerebral o un
tumor cerebral
DETECCION : * Plasma, tiene que ser separado usando una máquina centrífuga, para obtener
sustancias de distintas densidades.
* Una muestra de sudor del paciente en un parche, es inmersa en solvente para romper cualquier
tipo de droga presente.
* Un muestra de cabello es primero lavada antes de romper la qeratina con enzimas.
Las pruebas de drogas son conducidas en laboratorios en dos niveles, con el uso de dos distintos
métodos: prueba de detección y prueba de confirmación.
Prueba de detección: Las pruebas de detección son conducidas por un inmunoanálisis, una prueba
bioquímica que mide las medidas de concentración en el fluido biológico como la orina.
Los más comunes son el inmuno análisis enzimático (ELISA) y el inmuno análisis enzimático
multiplicado. Para medir la concentración de sustancia en el fluido, estas pruebas hacen uso de la
reacción de los anticuerpos al antígeno.
Muestras que dan negativas son descartadas y reportadas como tales. Aquellas que dan positivas
son enviadas al siguiente nivel para pruebas adicionales (método de confirmación).
Prueba de confirmación: Este método es utilizado únicamente con muestras que dieron positivo
durante la prueba de detección. La prueba es realizada usando un espectómetro de masas, un
método técnico para la determinación de los constituyentes básicos de una muestra o molécula.
Este método es muy preciso pero resulta también muy costoso.
Un resultado falso-positivo de la prueba de detección, será negativo durante la prueba de
confirmación. Por otra parte, un resultado positivo en ambas pruebas será reportado como tal.

MARIHUANA
El término marihuana se refiere a las hojas secas, flores, tallos y semillas de la planta Cannabis
sativa o Cannabis indica. La planta contiene tetrahidrocanabidol (THC), una sustancia química que
provoca alteraciones mentales, además de otros compuestos similares. También es posible extraer
concentrados de la planta de cannabis
La marihuana se fuma en cigarrillos enrollados (llamados porros o "joints"), en pipa o en pipas de
agua ("bongs"). También se fuma en "blunts", que son cigarros vaciados y vueltos a rellenar parcial
o totalmente con marihuana. Para no inhalar el humo, algunas personas usan vaporizadores Estos
aparatos extraen los ingredientes activos de la marihuana (incluido el THC) y recolectan el vapor
en una unidad de almacenamiento. La persona inhala entonces el vapor, no el humo. Algunos
vaporizadores usan un concentrado líquido de marihuana.

La marihuana también se puede mezclar con alimentos (comestibles de marihuana), como por
ejemplo bizcochos de chocolate, galletas o golosinas, o beberse en forma de infusión como si
fuera un té. Un nuevo método popular de consumo es fumar o comer distintas formas de resinas
con alto contenido de THC
La marihuana afecta el cerebro a corto y largo plazo.
Efectos a corto plazo
Cuando una persona fuma marihuana, el TCH pasa rápidamente de los pulmones a la corriente
sanguínea. La sangre transporta entonces la sustancia química al cerebro y a otros órganos del
cuerpo. Si la persona ingiere o bebe el THC, el organismo lo absorbe más lentamente. En ese caso,
los efectos se sienten por lo general entre 30 y 60 minutos después de consumir la droga.
El THC actúa sobre ciertas células receptoras específicas en el cerebro, las células que
normalmente reaccionan a sustancias químicas naturales similares al THC. Estas sustancias
químicas naturales desempeñan un papel en el desarrollo y el funcionamiento normal del cerebro.

La marihuana sobrestimula las áreas del cerebro que contienen la mayor cantidad de estos
receptores. Eso genera la euforia o "high" que experimenta la persona. Otros efectos incluyen:
alteración de los sentidos (por ejemplo, los colores se ven más brillantes)
alteración de la percepción del tiempo
cambios en el estado de ánimo
limitación de la movilidad corporal
dificultad para pensar y resolver problemas
debilitamiento de la memoria
alucinaciones (cuando se consume en grandes dosis)
delirio (cuando se consume en grandes dosis)
psicosis (cuando se consume en grandes dosis)
Efectos a largo plazo
La marihuana también afecta el desarrollo del cerebro. Cuando una persona comienza a consumir
marihuana en la adolescencia, la droga puede reducir la capacidad de pensar, la memoria y las
funciones cognitivas (funciones de aprendizaje), y puede afectar la manera en que el cerebro
establece conexiones entre las áreas que son necesarias para realizar estas funciones. Los
investigadores todavía continúan estudiando cuánto tiempo duran los efectos de la marihuana y si
algunos de los cambios que causa podrían ser permanentes.
Efectos físicos
Problemas respiratorios. El humo de la marihuana irrita los pulmones y quienes fuman marihuana
con frecuencia pueden tener los mismos problemas respiratorios que quienes fuman tabaco. Estos
problemas incluyen flema y tos crónica, enfermedades pulmonares más frecuentes y un mayor
riesgo de sufrir infecciones pulmonares. Hasta ahora los investigadores no han hallado evidencia
de que las personas que fuman marihuana tengan un mayor riesgo de cáncer de pulmón.8
Ritmo cardíaco acelerado. La marihuana aumenta la frecuencia cardíaca por hasta tres horas luego
de fumarla. Este efecto puede aumentar la posibilidad de un infarto. El riesgo puede ser más
grande para las personas mayores y quienes sufren de problemas cardíacos.
Problemas con el desarrollo del niño durante y después del embarazo. El consumo de marihuana
durante el embarazo está asociado con menor peso del recién nacido9 y mayor riesgo de
problemas cerebrales y de comportamiento en los bebés. Si una mujer embarazada consume
marihuana, la droga puede afectar ciertas partes del cerebro del feto que se están desarrollando.
Los niños que estuvieron expuestos a la marihuana mientras estaban en el vientre de la madre
tienen un riesgo mayor de tener problemas de atención10 y de memoria y menor capacidad para
resolver problemas cuando se los compara con niños que no estuvieron expuestos a la droga.11
Algunas investigaciones también sugieren que el THC pasa en cantidades moderadas a la leche de
la madre que está amamantando12. Con el consumo regular, el THC puede estar presente en la
leche materna en cantidades que pueden afectar el cerebro en desarrollo del bebé.
Efectos mentales
El consumo prolongado de marihuana ha sido asociado con enfermedades mentales como:
alucinaciones temporarias
paranoia temporaria
intensificación de los síntomas en los pacientes de esquizofrenia, un trastorno mental grave con
síntomas como alucinaciones, paranoia y pensamiento desorganizado.
La marihuana también ha sido vinculada con otros problemas de salud mental como depresión,
ansiedad y pensamientos suicidas en los adolescentes. Sin embargo, las conclusiones de los
estudios son variadas.
¿La marihuana es adictiva?
El consumo de marihuana puede llevar a un trastorno por el consumo de sustancias, una
enfermedad en la que la persona no puede dejar de consumir la droga aun cuando el hacerlo le
causa problemas de salud y problemas en su vida social. Los casos graves del trastorno por
consumo de sustancias se conocen también como adicción. Las investigaciones sugieren que entre
el 9% y el 30% de quienes consumen marihuana pueden desarrollar algún nivel de trastorno por el
consumo de marihuana.23 Las personas que comienzan a consumir marihuana antes de los 18
años tienen entre cuatro y siete veces más probabilidades que los adultos de desarrollar un
trastorno por el consumo de marihuana.
Muchas personas que consumen marihuana durante mucho tiempo y están tratando de dejar
reportan síntomas de abstinencia leves que les hacen difícil dejar la droga. Estos síntomas
incluyen:
irritabilidad
somnolencia
disminución del apetito
ansiedad
deseo intenso de consumir la droga
DETECCION
Análisis de orina (consumo reciente; 3-5 días resultado positivo 50 ng/ml de metabolitos de THC
Análisis de pelo (consumo crónico; largo plazo 90 dias)
Análisis de sangre (consumo inmediato; horas antes límite de detección es 0.5 ng/ml de THC en
plasma) • Se puede detectar a partir de las 12-24 horas del consumo y permanecer en sangre
hasta 7 dias posterior al consumo.
Análisis de saliva Pruebas en laboratorio puede detectar cantidades de hasta 0.5 ng/ml hasta 72
horas posterior al consumo, ideal para consumo agudo. • Tira reactivas detecta cantidades de 50
ng/ml hasta 12 horas del consumo.
Análisis: Inmunoensayo (uso de Ac dirigido contra los cannabinoides) ELISA o RIA Prueba más
empleada es el EMIT que detecta concentraciones de 200 ng /ml

LSD
Los primeros efectos del LSD aparecen entre los 30 y 90 minutos después de su administración.
Pueden durar de 7 a 12 horas, teniendo su potencia máxima entre las 3 y las 5 horas.
Entre sus síntomas físicos se han descrito: dilatación de las pupilas, aumento de la temperatura
corporal, de la frecuencia cardiaca y de la presión arterial, sudoración, inapetencia sexual,
insomnio, sequedad de boca y temblores.
Sus efectos más significativos son psicológicos y se conocen con el nombre de viaje. Sin embargo,
dependen en gran medida de la cantidad ingerida. Según las dosis administradas, los efectos
pueden variar des de pequeñas distorsiones de la percepción –principalmente visuales y
auditivas– a alucinaciones y desconexión de la realidad. En algunos casos, se produce un
fenómeno llamado sinestesia, en que los sentidos parecen cruzarse, de manera que la persona
tiene la impresión de poder oír los colores y ver los sonidos.
En el caso de las drogas alucinógenas, estos efectos tienen una estrecha relación con las
expectativas de la persona consumidora y el contexto donde se encuentre. Es decir, aquello que
espera de la experiencia, el lugar y el momento donde se produce, las personas que le rodean y su
situación personal determinarán el tipo de experiencia –gratificante o, por el contrario,
desagradable.
Cuando el LSD produce experiencias desagradables se habla de mal viaje. Este es el riesgo más
destacable de su ingestión y de las drogas alucinógenas en general. Se puede experimentar una
pérdida del control emocional, ansiedad o pánico.
Otro posible riesgo asociado al consumo de LSD son los llamados flashbacks. También conocido
como trastorno perceptivo persistente por alucinógenos, se caracteriza por experimentar efectos
parecidos a los que produce el ácido lisérgico semanas o meses después de su último consumo.
El LSD también puede ocasionar alteraciones psiquiátricas graves, como cuadros de ansiedad y
psicosis. Por lo general, es raro que estas sensaciones se prolonguen más allá de la duración de sus
efectos. Sin embargo, en personas con predisposición a sufrir algún tipo de trastorno psicológico o
psiquiátrico, puede desencadenar el trastorno de forma temporal –remitiendo con el tiempo
(trastorno de ansiedad)– o crónica (esquizofrenia). De ahí que esté especialmente contraindicada
en estas personas.
DETECCION: Se ha confirmado la existencia del N-desmetil-LSD en la orina humana mientras que
pruebas preliminares permiten sospechar la presencia del 13- y 14-hidroxi-LSD en la orina
humana.
Método: Interacción cinética de micropartículas en solución (KIMS) medida como cambios
producidos en la transmisión de la luz.
Muestra: Orina.
EXTASIS
Éxtasis es el nombre de la calle o nombre comercial del MDMA (Metilen-dioxi-metanfetamina),
una droga de diseño o droga sintética psicoactiva fabricada en laboratorios clandestinos y cuyo
uso no es farmacológico ni terapéutico. Se la llama la droga del amor porque facilita la empatía, la
sociabilidad, cercanía y el contacto interpersonal.

En otras palabras, el éxtasis está compuesto por Metanfetamina, un estimulante muy potente del
Sistema Nervioso Central, al que se le han agregado radicales libres para potenciar el efecto
estimulante y provocar además efectos alucinógenos.
Quien consume MDMA puede experimentar los efectos embriagadores de la droga alrededor de
45 minutos después de tomar una sola dosis. Esos efectos incluyen una intensificada sensación de
bienestar,28,53 mayor extroversión,27,53 calidez emocional, empatía hacia otros54 y la
disposición a conversar sobre recuerdos con gran carga emocional.55 Además, la gente reporta la
intensificación de la percepción sensorial como una marca distintiva de la experiencia con MDMA.
Sin embargo, la MDMA también puede causar varios efectos secundarios agudos. Por ejemplo, si
bien las sobredosis letales de MDMA no son comunes, pueden potencialmente poner en riesgo la
vida, con síntomas como presión arterial alta (hipertensión), desfallecimiento o mareos,8,56
ataques de pánico57 y, en casos graves, pérdida del conocimiento y convulsiones.58

A causa de sus propiedades estimulantes y las situaciones en las que frecuentemente se consume,
la MDMA está asociada con la actividad física vigorosa por períodos extendidos en ambientes
calurosos. Esto puede causar uno de los efectos secundarios agudos más importantes, si bien poco
común: un marcado aumento de la temperatura del cuerpo (hipertermia)
a MDMA también puede causar efectos secundarios adversos, entre ellos, tensión involuntaria de
la mandíbula,53 pérdida del apetito,28,53 leve distanciamiento de uno mismo
(despersonalización), pensamientos ilógicos o desorganizados, piernas inquietas,28
náuseas,56,57,66 bochornos o escalofríos,8,56 dolor de cabeza, sudor8,57 y rigidez muscular o
articular.66

En las horas siguientes al consumo, la MDMA produce una reducción importante de la percepción
y predicción del movimiento, por ejemplo, la capacidad de evaluar si un conductor está en peligro
de chocar con otro vehículo. Esto destaca los peligros de realizar actividades complejas o que
requieren habilidades específicas, como conducir un automóvil, mientras se está bajo la influencia
de esta droga.67

Una vez que la MDMA se metaboliza o descompone en el organismo, sus derivados interfieren con
la capacidad del cuerpo para metabolizar la droga.68 En consecuencia, dosis adicionales de MDMA
pueden producir niveles de sangre inesperadamente altos, lo que puede agravar los efectos
tóxicos de la droga.
*PRUEBA DE EXTASIS EN UN SOLO PASO EN PLACA (ORINA)
Prueba rápida: Negativo:* Aparecen dos líneas. Una línea roja debe estar en la zona del control (C)
y otra línea roja o rosa aparecerá en la zona de la prueba (T).
Positivo: Una línea roja aparece en la región de control (C). No aparecerá ninguna línea en la zona
de la prueba. Este resultado positivo indica que la concentración de Metilendioximetanfetamina
excede los niveles detectables (500 ng/ml).
No válido - inválido: No aparece la línea de control. Un volumen de muestra insuficiente o un
procedimiento incorrecto son las posibles razones de la ausencia de la línea de control. Revise el
procedimiento y repita la prueba usando una nueva prueba.

MEZCALINA
La mescalina es un alucinógeno psicotomimético. Se trata de una fenilalquilamina alcaloide
extraída principalmente de dos tipo de cactus, el mezcal y el más conocido peyote, si bien existen
otras variedades de cactus como el San Pedro que también la contienen.
Inicialmente genera un sensación de euforia para posteriormente pasar a una fase de sedación. El
consumo de mescalina provoca alteraciones perceptivas entre las que destaca que una visión en la
que se perciben con más intensidad y brillo el color de los objetos. También suelen ver patrones
geométricos.
También es habitual que se presente un aumento de la sensibilidad artística y la percepción del
arte tanto visual como sonoro (motivo por el que diversos artistas la han empleado
ocasionalmente). Asimismo, tiende a generar situaciones de introspección profunda y
reflexiónsobre la propia vida y la existencia.
Pueden presentarse visiones y alucinaciones de índole variable. La presencia de alucinaciones
suele requerir dosis elevadas. En ocasiones puede haber despersonalización y pérdida del sentido
del espacio-tiempo
Los efectos tienden a aparecer en torno a la media o tres cuartos de hora, y pueden llegar a durar
entre ocho y doce horas. Sin embargo en algunos casos se han registrado hasta veinticuatro horas.
El mecanismo de acción de la mescalina se basa en su unión a los receptores adrenérgicos,
especialmente los serotoninérgicos, de los cuales es agonista. Concretamente existen varios tipos
de estos receptores que participan en la generación de alucinación, resultando los receptores 5-
HT2C y el 5-HT2A muy vinculados a este tipo de síntomas.
Asimismo se ha observado que esta sustancia provoca que el glutamato del cerebro, así como el
sodio, no se oxiden.
En el caso de la mescalina se ha observado que especialmente al hipotálamo, un importante
núcleo cerebral en el que se produce la integración de diferentes informaciones y coordina la
relación entre el sistema neuroendocrino y el sistema límbico. Afecta a la regulación del sistema
nervioso autónomo, a la percepción y a la gestión del estado del ánimo y la conducta.
La mescalina, al igual que otras sustancias alucinógenas, puede provocar efectos secundarios de
severidad variable. Los más habituales son la presencia de náuseas y vómitos.
En casos de intoxicación es frecuente que se presenta falta de coordinación, visión borrosa,
hipertermia, aumento de frecuencia cardiorrespiratoria y taquicardia, disminución de la
sensibilidad y dilatación pupilar. También es habitual que aparezcan alteraciones en la percepción
espacio-temporal, alucinaciones y sensaciones de desrealización.
En casos de mal viaje, es frecuente que aparezca miedo, pánico y angustia. Asimismo se puede
pasar rápidamente del pavor a la euforia, hiperactividad y agresividad. Pueden aparecer flashbacks
y episodios psicóticos. No se han registrado casos de abstinencia, pero sí se genera tolerancia y
dependencia psíquica (si bien no física).

PSILOCIBINA
La psilocibina es un alcaloide que se encuentra de manera natural en ciertos tipos de setas, las
cuales son conocidas por ser hongos alucinógenos.

El consumo de estas setas a modo de droga recreativa se debe a sus efectos alucinógenos, los
cuales llevan a muchas personas a ingerir las setas por el mero interés que despiertan estas
experiencias; algunos usuarios lo definen como soñar o pasar a ser conscientes de otras
realidades, utilizando un léxico vinculado al misticismo.
Sin embargo, los efectos de la psilocibina no necesitan ser explicados mediante las creencias
mentalistas y dualistas. De hecho, aunque no se sabe exactamente lo que ocurre cuando esta
sustancia entra en el cerebro, sí se conocen los mecanismos básicos por los que causan síndromes
transitorios basados en las alucinaciones.
El cerebro está, en parte, formado por neuronas, las cuales se comunican entre sí intercambiando
una serie de sustancias químicas llamadas neurotransmisores. La cantidad y la temporalidad con la
que una neurona recibe distintos tipos de neurotransmisores determina cuál será su patrón de
activación, el cual a su vez será "pasado en cadena" a otras células nerviosas que terminarán
liberando neurotransmisores, etc.

La psilocibina hace que al menos uno de estos neurotransmisores, la serotonina, tenga unos
efectos más intensos sobre ciertas neuronas. Digamos que este compuesto psicoactivo tiene un
efecto agonista de la serotonina, ya que hace que haya más receptores neuronales que
desencadenen un tipo de activación que solo se debería dar cuando esta sustancia está presente
en cantidades normales.

El hecho de que estas neuronas reciban órdenes por parte de la serotonina que son a destiempo y
no parten del equilibrio que mantiene el propio organismo hace que aparezcan alucinaciones.
Los principales efectos de la psilocibina empiezan entre 15 y 50 minutos después de consumir
oralmente la sustancia (si bien depende también del estado del estómago), y pueden durar hasta 8
horas.
Es la característica central de la psilocibina como elemento perteneciente a drogas psicoactivas.
Estas alucinaciones pueden ser visuales, auditivas, táctiles y de todo tipo.
Hay evidencias de que el consumo de psilocibina es capaz de producir cambios permanentes en
los procesos mentales del consumidor. En concreto, cambios en la personalidad. Normalmente
estos cambios se vinculan a una tendencia a la curiosidad por lo nuevo, seguramente motivada por
las experiencias relacionadas con las alucinaciones.
DETECCION:
SUSTANCIAS DEPRESORAS
Las drogas depresoras del sistema nervioso central son sustancias que pueden disminuir la
actividad cerebral. En algunos casos también se conocen con el nombre de “sedantes” o
“tranquilizantes” y se utilizan tanto en ámbitos sanitarios como en ámbitos recreacionales.
Es importante tener en cuenta que las drogas depresoras constituyen un grupo de sustancias
atendiendo a los efectos que originan sobre el funcionamiento cerebral.
De este modo, el factor que agrupa este tipo de sustancias es la capacidad de producir un
decremento de la actividad cerebral.
Esta primera apreciación resulta altamente relevante ya que los distintos tipos de drogas
depresoras pueden presentar diferencias importantes.
Las sustancias que reducen el nivel de actividad cerebral no poseen un mismo origen ni una misma
composición.
Así pues, cuando se habla de drogas depresoras se hace referencia a un gran grupo de sustancias
distintas con características propias que se asemejan en los efectos a nivel cerebral.
Efectos de las drogas depresoras
Aunque cada una de las sustancias depresoras presenta una serie de características y, por lo tanto,
puede producir unos efectos diferentes, estas drogas comparten algunos efectos.
De hecho, a pesar de que el sistema nervioso central se puede deprimir a través de distintas vías y
en grados de intensidad diferentes, cuando se reduce el nivel de la actividad cerebral aparecen
una serie de síntomas comunes.
Los efectos de las drogas depresoras pueden agruparse, de forma general, en dos categorías
distintas.
Estas son los efectos a corto plazo, es decir, los que aparecen después del consumo. Y los efectos a
largo plazo, es decir, los que aparecen tras el paso del tiempo cuando el consumo de las sustancias
es prolongado.
1- Efectos a corto plazo
El síntoma principal que producen las drogas depresoras es la lentitud en la función cerebral.
Al disminuir la actividad de sistema nervioso central, cuando se consumen estas sustancias el
funcionamiento mental disminuye.
A parte de la disminución de la función cerebral, la inhibición que producen estas sustancias
también afecta al funcionamiento físico.
De este modo, tras la ingesta de drogas depresoras tanto la presión arterial como la respiración se
pueden ver enlentecidas.
Debido a estos dos efectos, estas sustancias suelen provocar dificultades para la concentración y
disminución de la atención. Así mismo, la confusión, la fatiga o los mareos aparecen también con
frecuencia.
Si se aumentan las dosis, estos síntomas se pueden hacer más notorios y puede aparecer
desorientación, falta de coordinación o aletargamiento.
De hecho, un síntoma claramente visible producido por los efectos de las drogas depresoras
consiste en arrastrar las palabras durante el habla.
A nivel fisiológico, también pueden aparecer síntomas diversos como dilatación pupilar,
dificultades o incapacidad para orinar y, en algunos casos, fiebre.
2- Efectos a corto plazo con consumos de dosis elevadas
Cuando las dosis consumidas son muy elevadas, las drogas depresoras pueden causar deterioro de
la memoria, el juicio y la coordinación, irritabilidad, paranoia, alteraciones visuales y pensamientos
suicidas.
Finalmente, cabe destacar que estas sustancias, tanto si se utilizan con fines recreacionales como
si se usan con finalidades terapéuticas, tienen un elevado potencial adictivo.
Evidentemente, no todas las drogas depresoras son igual de adictivas, ya que la heroína lo es
mucho más que los ansiolíticos.
Sin embargo, ambos tipos de sustancias pueden producir adicción si se consumen de forma
regular y descontrolada.
3- Efectos a largo plazo
Los efectos a largo plazo de las drogas depresoras son muy dispares y pueden variar notablemente
en función de cada sustancia. No obstante, como se ha comentado anteriormente, uno de los
efectos que comparten todas ellas es la adicción.
Con el consumo prolongado de estas sustancias se puede desarrollar, de forma relativamente
sencilla, tolerancia a la droga.
Esto significa que el cuerpo se habitúa a la presencia de la sustancia y cada vez requiere mayores
dosis para conseguir los mismo efectos.
Este factor resulta especialmente relevante en el caso de los ansiolíticos. Si estos no se usan de
forma descontrolada, la persona puede requerir cada vez mayores dosis para aliviar su
sintomatología ansiosa.
Por otro lado, el uso a largo plazo de drogas depresoras puede producir depresión, fatiga crónica,
patologías respiratorias, problemas sexuales y alteraciones del sueño.
A medida que incrementa la dependencia a la sustancia, también son comunes síntomas como:
deseos incontenibles de consumirla, ataques de pánico, ansiedad y malestar continuo cuando no
se usa la droga.
Cuando la adicción a la sustancia es muy elevada, puede aparecer lo que se conoce como
síndrome de abstinencia. Esta alteración aparece en todos los momentos que no se consume la
sustancia.
El síndrome de abstinencia incluye síntomas como insomnio, debilidad, náuseas, agitación,
temperatura corporal alta, delirios, alucinaciones y convulsiones.
Finalmente, un estudio reciente publicó como el consumo prolongado de drogas depresoras
puede aumentar el riesgo de concentración elevada de azúcar en sangre, diabetes y aumento de
peso.
BARBITURICOS
Los barbitúricos son un conjunto de medicamentos que se derivan del ácido barbitúrico. Estos
fármacos actúan sobre el sistema nervioso central como sedantes y son capaces de generar una
gran variedad de efectos cerebrales. De hecho, la acción de los barbitúricos sobre el sistema
nervioso central puede provocar desde una suave sedación hasta la anestesia total. El efecto
causado depende mayormente de la dosis del fármaco consumida.
A pesar de que la acción principal de los barbitúricos es la sedación, estos fármacos también se
utilizan como ansiolíticos, hipnóticos y anticonvulsivos ya que son capaces de realizar tales efectos
a nivel cerebral.
Así mismo, los barbitúricos se caracterizan por originar efectos analgésicos sobre el organismo,
aunque tales efectos suelen resultar débiles y poco permanentes, por lo que no se suelen emplear
con finalidades terapéuticas de anestesia.
En la actualidad existe una notable controversia acerca del papel de los barbitúricos como
fármacos psicoterapéuticos. Estas sustancias presentan un alto potencial de adicción, tanto física
como psicológica, y generan un amplio número de efectos secundarios.
Mecanismo de acción: Los barbitúricos son sustancias liposolubles que se disuelven con facilidad
en la grasa del organismo. A través de su administración en el organismo, la sustancia alcanza el
torrente sanguíneo.
Al ser una sustancia psicoactiva, los barbitúricos viajan por la sangre hasta las regiones encefálicas.
Traspasan con facilidad la barrera hematoencefálica y se introduce en regiones específicas del
cerebro.
A nivel cerebral, los barbitúricos se caracterizan por presentar múltiples acciones sobre su célula
diana, es decir, sobre las neuronas.
*Formas de presentación
Polvo blanco
Cápsulas, tabletas
Supositorios
Preparaciones farmacéuticas líquidas
Test en orina: Negativo: Aparecerán dos líneas, una línea roja deberá de aparecer en la zona
Control (C) y otra aparentemente roja o rosada sobre la zona Test (T). Este resultado negativo
indica que la concentración de Barbitúricos se encuentra por debajo del nivel de detección de este
ensayo (300 ng/ml).
Positivo: Solamente aparecerá una línea roja sobre la zona Control (C) y ninguna sobre la zona Test
(T). Este
resultado positivo indica que la concentración de Barbitúricos excede del nivel de detección (300
ng/ml).
Nulo / Inválido: Ausencia de la línea control. Las razones más comunes para la ausencia de la línea
control es una cantidad insuficiente de muestra o una incorrecta realización del ensayo.
OPIO Y SUS DERIVADOS
Con el nombre popular de adormidera o amapola se conoce el fruto del cual se obtiene el opio y
sus derivados. Es un polvo de color tostado. Se extrae de los granos que contiene el fruto y entre
sus usos medicinales se encuentran la supresión del dolor, el control de los espasmos y el uso
como antitusígeno.
Además, existen referencias con una antigüedad cercana a los ocho siglos del uso medicinal del
opio que hacían persas, egipcios, babilonios, árabes y griegos. Los asiáticos descubrieron sus
posibilidades estimulantes y placenteras y comenzaron a utilizarlo con ese fin. Entre sus derivados
se encuentran la morfina, la heroína, la metadona y la codeína. Todos ellos pueden brindar
extraordinarios beneficios terapéuticos si son recetados y controlados por un médico, pero el uso
descontrolado produce efectos devastadores.
El cultivo de la flor del opio se origina en el sudeste asiático (Birmania, Tailandia, Camboya y Laos).
En los últimos años se ha extendido a otros países, como Colombia, para asegurar el suministro
constante a los grandes centros de consumo.
Los opiáceos se presentan como polvo para fumar o solución inyectable. Este narcótico produce
un estado de euforia y ensoñación; una sensación de éxtasis que se acorta rápidamente a causa de
la tolerancia. Al poco tiempo de uso, los adictos experimentan síntomas de abstinencia entre una y
otra toma, que se caracterizan por presentar un cuadro pseudo-gripal en el curso de las primeras
12 horas: estornudos, sudoración, lagrimeo, bostezos y dolores musculares.
Luego de 36 horas de abstinencia los síntomas se intensifican. Aparecen escalofríos, sofocos,
insomnio, diarrea, incremento del ritmo cardíaco y de la presión sanguínea. Si no se repite la
toma, los síntomas declinan en los diez días subsiguientes. En cambio si se prolonga su uso, se
inicia el camino de la dependencia sin atenuantes, cuyos efectos físicos son:
• Epidermis enrojecida.
• Pupilas contraídas.
• Náuseas.
• Decaimiento de la función respiratoria.
• Pérdida de reflejos.
• Falta de respuesta a los estímulos.
• Hipotensión.
• Desaceleración cardíaca.
• Convulsiones.
• Riesgo de muerte.
Los efectos psicológicos son similares a los de otros estimulantes:
• Euforia.
• Energía.
• Placer.
• Vigor sexual.
Pero en cuanto decae la acción de la droga, aparece la angustia, la depresión, el abatimiento y la
desazón.
El opio produce adicción, tolerancia y dependencia física y psíquica. La intensidad del síndrome de
abstinencia, y su gravedad, depende de varios factores: tipo de droga, tiempo de uso,
personalidad del consumidor, etcétera. Los primeros síntomas comienzan a parecer ocho horas
después de la última dosis con lagrimeo, sudoración, bostezos y sueño agitado. A continuación los
síntomas se agudizan gradualmente y aparecen: irritabilidad, insomnio, pérdida del apetito,
debilidad y depresión. Le sigue un cuadro gastrointestinal severo con náuseas y vómitos, dolores,
cólicos y diarreas, lo cual provoca una deshidratación importante. Le siguen flashes de frío y calor,
contracturas musculares y dolores óseos en la espalda, los brazos y las piernas.
Este período intenso dura alrededor de diez días aunque existe un efecto residual más largo que
provoca alteraciones en la conducta que inducen a una recaída.

MORFINA
Alcaloide del opio sólido, muy amargo y venenoso. Se extrae del opio y se cristaliza en sales para
dosis pequeñas. La morfina es una sustancia psicoactiva derivada de la planta del opio o
adormidera. Esta droga es como el resto de los derivados del opio un potente agente depresor del
sistema nervioso, formando parte del grupo de sustancias psicolépticas.
De este modo, la morfina tiene efectos que principalmente se asocian a la disminución de la
actividad cerebral y que provocan un poderoso efecto relajante, analgésico y narcótico. De hecho
su propio nombre evoca estos efectos, pues proviene de la figura griega de Morfeo.
Además, al margen de este efecto narcótico también provoca sensaciones placenteras, como la
sensación de estar flotando y una cierta euforia.
El consumo suele ser a través de vía intravenosa, aunque existen presentaciones en forma de
tabletas ingeribles.
Mecanismo de acción La morfina, al igual que la mayoría de derivados del opio, presenta su acción
en el organismo debido a su interacción con los receptores de opioides endógenos presentes en
nuestro organismo, de los cuales es agonista.
Del mismo modo provoca un efecto en la síntesis y transmisión de noradrenalina, produciendo
una menor transmisión de esta sustancia.
Efectos de la morfina a corto plazo
Los efectos a corto plazo de la morfina son muchos y variados, siendo por lo general el motivo por
el que son aplicados tanto a nivel médico como en otras situaciones. Sin embargo, también
pueden generarse efectos secundarios o nocivos si la dosis resulta excesiva. Algunos de ellos son
los siguientes.
1. Analgesia: La morfina es uno de los analgésicos más potentes que se conocen, provocando la
ausencia de percepción de dolor en la mayor parte de los casos. El dolor que producen cánceres,
traumatismos, infartos o cirugías puede ser tratado médicamente con morfina o algún derivado de
ésta.
2. Sedación: Otro de los principales efectos de la morfina es la sedación, que puede ir desde una
leve relajación a una somnolencia excesiva y prolongada. De hecho, tal es su potencia en este
sentido que la administración excesiva podría causar el coma del paciente.
3. Euforia inicial
Los derivados del opio como la morfina genera inicialmente un elevado nivel de euforia para
posteriormente pasar a provocar sensaciones de relajación y somnolencia.
4. Alteraciones gastrointestinales y del tubo digestivo
No resulta extraño que las personas que consumen morfina presenten malestar gastrointestinal,
así como estreñimiento, boca seca, náuseas y vómitos.
5. Efectos en los músculos: sensación de pesadez, calor o rigidez
Es habitual que uno de los efectos de la morfina sea la sensación de pesadez en los músculos de
las extremidades. Sin embargo cuando las dosis son elevadas, la morfina puede provocar una
elevada rigidez en los músculos abdominales y torácicos, así como en otros grupos musculares.
6. Efectos en el sistema respiratorio
Como hemos dicho, la morfina provoca una depresión del sistema nervioso la cual cosa genera la
analgesia y la sedación anteriormente descritas. Uno de los núcleos que reduce su actividad es el
vinculado a la respiración, la cual se vuelve más lenta y superficial.
También puede causar una depresión de la función cardiorrespiratoria que puede llevar a la
muerte del consumidor si no se controla la dosis empleada.
7. Reduce la presión arterial
Otro de los efectos de la morfina se produce a nivel de presión arterial, la cual reduce mediante la
reducción de la actuación del sistema nervioso autónomo. También puede producir bradicardia o
arritmias.
8. Miosis pupilar
Al igual que ocurre con la heroína, la morfina suele causar alteraciones como la miosis o
contracción de las pupilas.
9. Alucinaciones
En ocasiones el consumo de morfina produce la percepción de elementos que no encuentran
correlato en el mundo real.
Sin embargo, fuera de contextos hospitalarios en los que se esté controlando la dosis este efecto
suele indicar la presencia de una intoxicación grave.
10. Convulsiones
En ocasiones, y especialmente en caso de sobredosis, pueden generarse reacciones en forme de
agitación, temblor e incluso convulsiones descontroladas.
Efectos a largo plazo
Generalmente el uso de la morfina se da en contextos específicos y controlados en los que no se
emplean una gran cantidad de dosis, o bien se emplea como elemento paliativo en pacientes
terminales. En estos casos no suelen considerarse la existencia de efectos graves a largo plazo.
Sin embargo, en ocasiones el consumo de morfina ha de prolongarse por algún tiempo, o bien el
usuario la emplea de manera frecuente independientemente de las indicaciones profesionales. En
estos casos además de los posibles efectos a corto plazo deben agregarse los que tienen el
consumo acumulado a lo largo del tiempo, siendo el principal riesgo la adquisición de tolerancia y
dependencia a la sustancia. En este aspecto podemos considerar los siguientes efectos.
1. Dependencia
Uno de los posibles efectos de la morfina a largo plazo si se presenta un consumo más o menos
frecuente, al igual que ocurre con el resto de opiáceos, es la adquisición de dependencia hacia ella.
La morfina es una sustancia con un potencial adictivo elevado, al igual que la heroína, que puede
provocar graves consecuencias tanto mentales como conductuales.
2. Efectos cognitivos y del control de los impulsos
Uno de los efectos de la morfina a largo plazo en aquellos casos en que se hace un uso prolongado
y continuado y se produce dependencia es la de provocar alteraciones como la disminución de la
capacidad de juicio, disforia y disminución del control de los impulsos.
3. Estreñimiento severo
Uno de los efectos de la morfina es la presencia de molestias intestinales y dificultades en la
excreción. A largo plazo, puede producirse un estreñimiento severo para el consumidor habitual.
4. Problemas sociales y conductas de riesgo
La dependencia y la abstinencia de esta sustancia o otros tipos de opiaceos puede generar
comportamientos impulsivos y antisociales, que pueden llegar desde la desconexión y pérdida de
relaciones hasta la comisión de robos o incluso delitos de sangre con el fin de obtener recursos
para conseguir una dosis.
También pueden realizarse conductas de riesgo como el uso compartido de jeringuillas entre
personas dependientes, cosa que puede provocar el contagio de enfermedades como el VIH y la
hepatitis.
5. Síndrome de abstinencia
El cese de consumo en consumidores dependientes, si se realiza de forma brusca, puede generar
graves efectos sobre la salud. A nivel fisiológico suele producir disforia o malestar emocional,
ansiedad, craving o deseo de consumo, vómitos y diarrea, dolores, midriasis o dilatación pupilar,
insomnio, fiebre e incluso convulsiones.
DETECCION: Negativo:* Aparecen dos líneas. Una línea roja debe estar en la zona del control (C) y
otra línea roja o rosa aparecerá en la zona de la prueba (T). Este resultado negativo indica que la
concentración de Morfina está por debajo del nivel detectable (300 ng/ml).
Positivo: Una línea roja aparece en la región de control (C). No aparecerá ninguna línea en la zona
de la prueba. Este resultado positivo indica que la concentración de Morfina excede los niveles
detectables (300 ng/ml).
No válido - Inválido: No aparece la línea de control. Un volumen de muestra insuficiente o un
procedimiento incorrecto son las posibles razones de la ausencia de la línea de control.
HEROÍNA
La heroína es una droga opiácea (derivada del opio) elaborada a partir de la morfina, una sustancia
natural que se extrae de la vaina de semillas de ciertas plantas de amapola (adormidera) que se
cultivan en el sudeste y sudoeste de Asia, en México y en Colombia. La heroína puede presentarse
en forma de polvo blanco o marrón, o como una sustancia negra pegajosa conocida como
"alquitrán negro". Otros nombres comunes de la heroína son H (hache), caballo, reina, azúcar
negra y "smack"
La heroína se puede inyectar, inhalar, aspirar o fumar. Algunas personas mezclan la heroína con
cocaína crack, una práctica que se conoce como "bola rápida" o “speedballing”.
La heroína ingresa rápidamente al cerebro y se adhiere a los receptores de opioides de células en
varias áreas, particularmente aquellas que están asociadas con las sensaciones de dolor y placer y
las que controlan el ritmo cardíaco, el sueño y la respiración.
*Efectos a corto plazo
Las personas que consumen heroína reportan sentir una euforia o "rush", una oleada de
sensaciones placenteras. Sin embargo, la heroína tiene otros efectos comunes, entre ellos:
sequedad en la boca
enrojecimiento y acaloramiento de la piel
sensación de pesadez en brazos y piernas
náuseas y vómitos
comezón intensa
enturbiamiento de las facultades mentales
alternación repetida entre un estado de vigilia y adormecimiento (estado consciente y
semiconsciente)
*Efectos a largo plazo
Las personas que consumen heroína por mucho tiempo pueden experimentar:
insomnio
colapso de las venas en las que se inyecta la droga
daños en los tejidos de la nariz (en quienes la inhalan o aspiran)
infección del pericardio (membrana que recubre el corazón) o de las válvulas cardíacas
abscesos (tejido inflamado y con pus)
estreñimiento y dolores de estómago
enfermedades del hígado y los riñones
complicaciones pulmonares, incluida la neumonía
trastornos mentales, como depresión o el trastorno de personalidad antisocial
disfunción sexual en los hombres
ciclos menstruales irregulares en las mujeres

La heroína a menudo contiene aditivos como azúcar, almidón o leche en polvo que pueden
obstruir los vasos sanguíneos que llegan a los pulmones, al hígado, a los riñones o al cerebro y
causar daños permanentes. Además, compartir los elementos que se utilizan para inyectar la
droga y no pensar con claridad cuando se consume la droga pueden aumentar el riesgo de
contraer enfermedades infecciosas como el VIH o la hepatitis (ver "Consumo de drogas
inyectables, VIH y hepatitis”)
DETECCION: análisis de orina: concentración que excede los niveles detectables (300 ng/ml).
CODEINA
La codeína se presenta en forma de polvo blanco, cristalino o en forma de jarabe (jarabes para la
tos). La mayor parte de las veces se abusa de ella en su forma líquida, concentrando el contenido
mediante calentamiento.
Apuntó que la codeína afecta el sistema nervioso central. Sus consumidores crónicos se
caracterizan por presentar somnolencia (constante sueño), cansancio frecuente y falta de
resistencia. En jóvenes genera desmotivación física para el cumplimiento de las responsabilidades
diarias; además de ansiedades, temores y cambios de humor.
Debido a que esta sustancia sintética actúa como depresor del sistema nervioso central, su abuso
podría reducir el sistema nervioso hasta el punto en que se pare y causar la muerte.
La codeína y el alcohol son dos depresores del sistema nervioso central. La mezcla de ambas
sustancias aumenta los efectos. La sedación será más intensa hasta el punto de poder ocasionar
un paro respiratorio o un infarto, ya que tanto el alcohol como la codeína o prometazina actúan
para disminuir el sistema nervioso

DETECCION: Periodo mínimo de detección en la orina: 2:30 horas después de su consumo.


Periodo máximo de detección: de 2 a 3 días después de su consumo.
análisis de orina: concentración que excede los niveles detectables (300 ng/ml).

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