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OBSERVACIONES SOBRE EL CULTIVO DE LA MORA

(Rubus glaucus BENTH.) EN LOS ANDES VENEZOLANOS.

DÁMASO BAUTISTA *

* Instituto de Investigaciones Agropecuarias, U. L. A.


Apartado 220, Mérida, Venezuela.

INTRODUCCIÓN

Tradicionalmente en las zonas altas de Los Andes la fruta de la mora es recolectada y


vendida en los mercados locales en ciertas épocas del año. Probablemente las frutas
provengan de una o varias especies silvestres del género Rubus. Sin embargo, se
conoce la especie Rubus glaucus BENTH, que se cultiva comercialmente en Colombia
(5), Ecuador (6), Guatemala y El Salvador (3, 4).

La especie R. glaucus, denominada comúnmente mora, mora de castilla y mora piña,


es una planta arbustiva perenne originaria de las zonas altas tropicales de América (3,
6). Las frutas pueden tener numerosos usos como fruta fresco, en jugos, mermeladas,
postres y vinos. Además como materia prima podría sustituir las importaciones de los
sucedáneos de clima templado tales como los "blackberries", "dewberries" y
"raspberries", una vez que se implante como cultivo comercial. Actualmente no se
conocen clones mejorados del cultivo y su propagación se realiza generalmente por
semillas.

En el presente trabajo se dan algunas informaciones sobre el cultivo de la mora,


producto de las observaciones registradas a lo largo de tres años de manejo de una
plantación experimental.

MATERIALES Y MÉTODOS

1. La plantación experimental.

Las semillas utilizadas fueron introducidas de Colombia y Ecuador, provenientes de


plantaciones a libre polinización. Las semillas fueron escarificadas con ácido sulfúrico
concentrado durante diez minutos, lavadas en agua y luego puestas a germinar.

Las plántulas se llevaron a bolsas de polietileno, donde se mantuvieron en condiciones


de vivero hasta su transplante a campo, el cual se realizó a los cuatro meses después
de la colocación en las bolsas.

La plantación se sembró en el campo experimental Santa Rosa (1960 m. s. n. m.) del


Instituto de Investigaciones Agropecuarias de la Universidad de los Andes, durante el
mes de junio de 1971. La siembra se hizo a 2 m entre hileras y 1 m entre plantas. Se
sembraron doce hileras de veintiséis plantas cada una, para un total de 312. A cada
hilera se le colocó espaldaderas dobles, a 40 cm. de lado y lado, con dos alambres
colocados a 60 y 120 cm. del suelo.
Las cosechas se efectuaron por plantas individuales, mediante dos recolecciones de
frutas por semana que se contaron y pesaron. De Diciembre del 72 al Diciembre del 73
se hicieron mediciones de sólidos solubles totales dos veces al mes por muestreos por
planta. Se usó un refractómetro de mesa marca Carl Zeiss NR128841.

A la plantación se le hicieron tres fertilizaciones con la fórmula 10-10-10: al momento


de siembra, a razón de 100 g planta; al final del primer año, a razón de 200 g planta;
al final del segundo año, a razón de 200 g/planta. No se efectuaron riegos. En algunas
oportunidades se efectuaron tratamientos fitosanitarios, especialmente con fungicidas.

2. Características agronómicas importantes de la planta.

La planta es de vegetación permanente, con espinas en los tallos, los pecíolos y en la


nervadura principal del envés de la hoja. La hoja está formada por tres folíolos. La
planta, que es de porte arbustivo y semi-erecto emite constantemente brotes basales
primarios que pueden alcanzar hasta 3 m de longitud y que a su vez puedan
ramificarse. Los brotes primarios o derivados florecen en racimos terminales por lo que
caducan una vez ocurrida la fructificación. Sin embargo en algunos casos, las ramas
primarias se hacen procumbentes, caen al suelo y se produce enraizamiento en los
ápices, originándose nuevas plantas por acodo terminal. Se observó que esta tendencia
de la planta es más notoria durante los meses de Noviembre a Febrero. Los frutos que
se forman en los ápices de los tallos difieren en tamaño y época de maduración debido
a su posición en la inflorescencia (1). Las plantas son de fructificación contínua,
requiriéndose de dos a tres recolecciones semanales durante todo el año.

3. Condiciones de temperatura, precipitación e insolación durante 1972 y 1973.

Como puede observarse en el Cuadro 1, las temperaturas registradas pueden


considerarse similares y uniformes, mientras que las cantidades de precipitación e
insolación variaron notablemente de uno al otro año. Los máximos y mínimos tanto de
precipitación como de insolación ocurrieron en meses diferentes en los dos años
considerados.

CUADRO 1. Promedio mensuales de temperatura, precipitación e


insolación. 1972 y 1973. Estación meteorológica de Santa Rosa (1960
m.n.s.n.m.)
Temperatura Precipitación (mm) Insolación en Horas
(°C)
Año Max. Min Med. Máx. Min. Prom. Total Máx. Min. Prom.
Anual
1972 24,5 10,4 16,9 550,7 18,0 192,5 2.310 188,0 105,5 154,6
1973 24,2 10,8 17,2 292,0 8,9 136,3 1.635 324,0 92,6 170,8
Dif. 0,3 0,4 0,3 - - 56,2 675 - - 16,2

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

1. Producción.

A los cinco meses de la siembra en campo comenzó la floración en la mayoría de las


plantas y a los siete meses se hicieron las primeras recolecciones de frutas. A los
efectos de la cuantificación de la productividad por planta, no se hicieron
diferenciaciones por tamaño del fruto, debidas a los efectos de posición de éstas en la
inflorescencia. En el Cuadro 2 se presentan los resultados obtenidos en dos años de
acopio de dates de producción.

CUADRO 2. Producción promedio por planta de frutos de mora durante 1972 y


1973. Santa Rosa, Mérida.
Año Producción por Nº de frutos Peso unitario del Producción estimada
planta (kg) por planta fruto (g) (kg/ha)
1.9726,195 973 6,37 30.900
1973 5,923 1304 4,54 29.600

En la Fig. No 1, se presentan las variaciones intermensuales de producción promedio


por planta y del peso unitario del fruto. Como puede observarse, la plantación se
mantiene en producción permanente durante todo el año con oscilaciones
intermensuales. Sin embargo, la producción presentó grandes variaciones entre
plantas y en una misma planta a lo largo del período de recolección de información las
variaciones anotadas pueden ser atribuidas a la heterogeneidad de las plantas por ser
originadas de semillas de diferentes procedencias y por las condiciones de medio
ambiente que prevalecieron durante el estudio. Fue notorio que la producción mensual
por planta disminuyó al mes siguiente de aquellos meses en que la precipitación fue
menor a 100 mm. o mayor de 350 mm.

En general, la producción del plantel se mantuvo más o menos constante alrededor de


los 29.000 a 30.000 kg/Ha/año, durante los dos años registrados. El peso unitario de
los frutos varió entre 4,5 y 7,0 g., observándose una tendencia a la disminución en
tamaño en la medida como avanzaba en edad el plantel (véase Fig. 1).

Los sólidos solubles totales, en frutos maduros, estuvieron entre 9 y 10 ºBrix. Sin
embargo también se observaron grandes variaciones a lo largo del año. La luminosidad
parece tener mucha importancia en la acumulación de azúcares en el fruto de la mora.
La correlación (r = 0,82 ) entre grados Brix e insolación mensual resultó significativa (P
= 0,01).
Fig. 1. Producción promedio mensual por planta y peso unitario del fruto de la mora.

2 Mortalidad de Plantas.

Algunas plantas, durante los meses de precipitaciones altas, mostraron efectos debido
al exceso de agua o aguachinamiento de la zona radicular. Los síntomas se
evidenciaron por flacidez, marchitamiento y defoliación que en algunos casos
resultaron mortales. Para diciembre de 1973 habían desaparecido treinta plantas, que
representaban aproximadamente el 10% de la plantación, por causas atribuibles a los
efectos del aguachinamiento.

También fue notorio que aquellas plantas que durante las épocas de alta precipitación
mostraron susceptibilidad al aguachinamiento, fueron las primeras en presentar
efectos por falta de humedad en las épocas de sequía.

3. Plagas importantes observadas.

Las plagas más importantes observadas fueron, en el fruto, la mosca de las


frutas, Anastrepha fraterculus WIED., la mosca del vinagre, Drosophila
melanogaster MEINGEN (2), y pájaros de diferentes especies no identificados en el
presente trabajo.

En el follaje se observaron varias especies de las cuales la chicharrita del


higo, Aethalion reticulatum L., el gusano peludo de la mora, Halysidota tessellaris J. E.
SMITH y el gusano urticante de la mora, Hylesia sp., pueden considerarse las plagas
más importantes por cuanto al presentarse lo hacen en ataque masivo (2).

4. Enfermedades importantes observadas.

La enfermedad más destructiva observada fue el "quemado de los brotes", la cual se


manifiesta por un quemado que comienza en el ápice de la inflorescencia y progresa
hacia la base de la rama causando necrosis y momificación de los tejidos.

Esta enfermedad causa severos daños por cuanto afecta la inflorescencia y las yemas
laterales que originarían ramas secundarias productivas. El agente patógeno parece ser
un hongo del género Gloeosporium. En las oportunidades que se presentó la
enfermedad, se procedió a la eliminación de las partes afectadas y posterior aplicación
de una o dos aspersiones con el fungicida benomil al 0,3%, lo que aparentemente dio
buenos resultados Estudios sobre el patógeno y su control son recomendables. En el
follaje también se observaron manchas pequeñas, circulares, de centro grisáceo y
periferia rojo-morado, especialmente en hojas adultas, causadas por un hongo hasta
ahora no identificado. Aparentemente la enfermedad es de poca importancia sobre la
producción de la planta.

5. Observaciones acerca del manejo del cultivo.

El carácter espinoso de la planta hace difícil su manejo, especialmente en lo


concerniente a las labores de cosecha y poda. El porte arbustivo y semi-erecto de la
planta aunado a la fragilidad de las ramas, hacen obligante la construcción de
espalderas y de algún tipo de soporte que permita mantenerlas erguidas. La
maduración contínua de frutas en las plantas condiciona la recolección a intervalos
cortos de tiempo. Ocurrida la fructificación en la rama, ésta caduca y se hace necesario
su eliminación mediante poda para estimular la formación de nuevos brotes en la
planta.

Por otra parte, es conveniente señalar que la distancia de siembra usada en la


plantación, 2 m entre hilera y 1 m. entre plantas, no resultó ser adecuada. Las plantas
se entrelazaron tanto en la hilera como entre las hileras, cuando éstas alcanzaron su
estado adulto. Esta situación dificultó las labores culturales y de manejo del cultivo y
obligó en algunas oportunidades a efectuar podas severas, lo que necesariamente
debió influir en los rendimientos. En aquellas plantas a las que se les efectuaron podas
severas, el período entre la poda y la renovación de la producción fue de alrededor de
dos meses, mientras que en las plantas a las que sólo se le hicieron podas de
eliminación de infrutescencia cosechadas, prácticamente no interrumpieron su
producción. El número de brotes primarios y derivados formados en la planta así como
el número y peso de los frutos por cada inflorescencia constituyeron factores
importantes en la productividad de la planta.

RESUMEN
Se presenta a la mora, Rubus glaucus BENTH., como un cultivo potencial para las
zonas altas de Los Andes, por exhibir buenas características de adaptabilidad y
productividad. Se mencionan algunas características consideradas importantes de la
planta y se discuten sus implicaciones agronómicas en la conducción y manejo del
cultivo, tales como el porte arbustivo, semi-erecto y espinoso, la formación continua de
ramas que caducan una vez ocurrida la fructificación, y la fructificación permanente de
la planta. Se consideran como factores importantes de la productividad al número de
brotes primarios y derivados formados en la planta así como el número y peso de los
frutos que se desarrollan en la inflorescencia. La producción promedio por año fue de 6
kg por planta, estimándose 30.000 kg/Ha/año. El peso unitario promedio de los frutos
varió entre 4,5 y 7,0 g observándose una tendencia a la disminución del tamaño en la
medida que avanzó en edad la plantación. La cantidad de sólidos solubles totales en el
jugo del fruto maduro se estimó entre 9 y 10 ºBrix. Al final del período de observación,
se verificó una mortalidad del 10% de las plantas atribuible al efecto del
aguachinamiento de la zona radicular durante aquellos períodos en que se produjeron
altas precipitaciones. Se menciona algunas plagas consideradas de importancia que
atacan las frutas y el follaje así como también dos enfermedades de la parte aérea de
la planta de las cuales el "quemado de los brotes" es la más destructiva.

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