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Trabajo Final.

Cuestionario.

1. Realizar un trabajo creativo. De carácter connotativo (simbólico): poema,


canción, video, película, etc., y realizar respectivo análisis. De carácter
demostrativo: tomar una idea general y exponerla, desde el punto de
vista propio.

La historia de la educación, como he tenido la oportunidad de verla en la


materia, se traza desde el origen del hombre, pues desde siempre se ha
pretendido aprender de diferentes maneras, de diferentes medios. Esta historia
se encajona en las diversas etapas de la Historia: hablamos por ejemplo de un
a.C. y un d.C y en esa división del tiempo han acontecido miles de sucesos que
cambian la historia de la educación; se habla de historia antigua, medieval,
contemporánea, moderna e incluso postmoderna y en medio de todas estas
etapas logro divisar que la anterior fue la causa de la siguiente; que en cada
una de ellas se presentó, lo que en términos técnicos definió el docente en la
clase: una ruptura epistémica.

Qué quiere decir esto. Bien, pienso que es cambiar la visión respecto de los
modelos que traían otras épocas, significó un cambio de visión cosmológica,
cambio de visión teológica y la misma visión antropológica. En principio podría
decir que he dicho mucho de manera muy técnica, pero en realidad no he
dicho nada, sólo que los modelos que concebían la historia de la educación
fueron reemplazados por nuevas teorías por nuevas maneras de aprender a
desenvolverse como ser humano.

Ahora bien encuentro una ruptura epistémica que me conducirá en el tema que
aquí deseo tratar. La ruptura epistémica que se dio en la edad media y que dio
paso a lo que conocemos como renacimiento. Esta época denominada como
época de decadencia y de estancamiento histórico que dio paso a un resurgir
necesario; sin embargo no considero que todo hay sido tan malo en la edad e
media, fue necesaria para la constitución de historia que hoy poseemos. Por
qué me detengo aquí, porque me llama la atención como se concebían los
modelos de educación; que de manera general eran regidos por los reyes y
conquistadores como mentes ejecutantes, pero cuya mente intelectual era la
Iglesia, regida por el obispo de roma.

En este contexto quiero aportar una opinión con base en ello y un texto
plasmado en la pantalla grande: “El nombre de la Rosa”. Esta película me
aporta las herramientas suficientes para el comentario que me planteo. Pero
antes de eso una breve reseña para poder entender a lo que me refiero.

“El nombre de la rosa (título original Il nome della rosa en italiano) es una
novela histórica de misterio escrita por Umberto Eco y publicada en 1980.
Ambientada en el turbulento ambiente religioso del siglo XIV, la novela narra la
investigación que realizan fray Guillermo de Baskerville y su pupilo Adso de
Melk alrededor de una misteriosa serie de crímenes que suceden en una
abadía de los Apeninos ligures.

Es la Edad Media y corre el invierno de 1327, bajo el papado de Juan XXII. El


franciscano Guillermo de Baskerville y su discípulo el novicio benedictino Adso
de Melk, llegan a una abadía benedictina ubicada en los Apeninos
septentrionales italianos y famosa por su impresionante biblioteca con estrictas
normas de acceso. Guillermo debe organizar una reunión entre los delegados
del Papa y los líderes de la orden franciscana, en la que se discutirá sobre la
supuesta herejía de la doctrina de la pobreza apostólica, promovida por una
rama de la orden franciscana: los espirituales. La celebración y el éxito de
dicha reunión se ven amenazados por una serie de muertes que los
supersticiosos monjes, a instancias del ciego ex-bibliotecario Jorge de Burgos,
consideran que siguen la pauta de un pasaje del Apocalipsis.

Guillermo y Adso, evadiendo en muchos momentos las normas de la abadía,


intentan resolver el misterio descubriendo que, en realidad, las muertes giran
alrededor de la existencia de un libro envenenado, un libro que se creía
perdido: el segundo libro de la Poética de Aristóteles. La llegada del enviado
papal e inquisidor Bernardo Gui inicia un proceso inquisitorial de amargo
recuerdo para Guillermo, que en su búsqueda ha descubierto la magnífica y
laberíntica biblioteca de la abadía. El método científico de Guillermo se ve
enfrentado al fanatismo religioso representado por Jorge de Burgos, el anciano
bibliotecario que mantiene oculto el libro, quien tras la discusión con Guillermo
comienza a devorar las páginas envenenadas del libro. En el forcejeo para
recuperar el libro de manos del bibliotecario una lámpara cae accidentalmente,
iniciando un incendio que arrasa con la biblioteca y la abadía entera.” 1

La novela en sí misma no encierra un problema epistémico ni un problema de


tipo educacional, más bien de forma indirecta; si bien el tema que se trata en la
película es una serie de sucesos misteriosos, injustos, que ocurren en la
abadía y la discusión sobre la pobreza apostólica, encierra uno que me llama la
atención tratar: el libro que esconde el bibliotecario “la poética de Aristóteles” y
que es el jarrón de Llorente para que sea incendiada la biblioteca de la abadía.

A través de dos libros, justifican los hechos acontecidos en la abadía y a partir


de ellos gira el proceso para regir la misma. Es un proceso de educación que
pasa por todos los frailes de modo que se convierte en doctrina de la misma
comunidad sin derecho de ser refutada y a su vez se convierte en teoría
plenamente ortodoxa. Con la educación pasa lo mismo, si no es bien
administrada tiende el riesgo de orientar al mal, y si es así la educación ha
perdido todo, pues su ideal es formar al hombre como ciudadano.

Otro aspecto es la manera como la biblioteca es reservada solo para algunos;


en la edad media se consideraba que la Iglesia tenía el dominio de todo e ir
más allá era ir en contra de ella y en contra de Dios, tratando a estos de
herejes, por citar algún ejemplo el mismo Galileo.

1
Eco, Umberto (2005). El nombre de la rosa, y Apostillas a El nombre de la rosa. Lumen. ISBN 978-84-
264-1437-3.
De lo anterior, se extrae que la Iglesia se vio enfrentada con la reforma
luterana, en donde ya no se formaban a los seres sólo en el ámbito eclesial
sino para lo que cada uno fuera mejor. Ello representa esa ruptura epistémica
en cuanto a la educación se refiere. Ya no se consideraba hereje al que
planteara nuevas teorías, diversas a las propuestas por la Iglesia. Más adelante
esto se ratificaría con las reuniones conciliares de Trento, y muy posterior
concilio vaticano primero y segundo. Eso sirvió para que la educación cambiara
y así también se formara un hombre libre.

Las reservas de ciertos documentos y de actividades que le eran prohibidas al


hombre, pasaron a un segundo plano; sin embargo esas reservas hoy en día
siguen presentes, pues desde los gobiernos mismos hay cosas, respecto de la
educación, que todavía son reservadas a los ciudadanos.

En la comunidad de frailes, se observa que el poder es propio de ellos, y bajo


sus normas adjudicadas con poder divino, obran conformes sus pasiones y sus
quereres. Con la reforma se quiere romper con ese poder archivo-lítico y decir
que el poder no lo concentra, solamente la institución divina, sino que ese
poder se halla en las capacidades de cada individuo. En la actualidad todavía
es muy vigente ese poder archivo-lítico en la educación, pues algunos
individuos enseñan qué es la libertad, que es la criticidad, pero no a ser libres a
ser críticos y más aun no se enseña lo que el individuo necesita, sino lo que el
educador desea y cree conveniente sin mirar lo que su estudiante requiere.

La comunidad de frailes educaba en algo que no se practicaba. Las normas no


eran las mismas para todos, y bajo el hábito los monjes escondían su
verdadero obrar. De esto hago un paralelo con quien al parecer hubiera sido el
mejor educador de la historia: Jean Jacques Rousseau; porque me parece
increíble que haya escrito una obra tan magistral como el Emilio y finalmente
en su vida no haya aplicado nada de lo que escribió, pues tuvo cinco hijos a
quienes dejó en el hospicio. La educación cambia en tanto que a la par que
educo me debo educar a mí, no es sólo el maestro quien determina el
conocimiento, es una consecución en el proceso enseñanza-aprendizaje propia
del maestro y el alumno.

Finalmente he aquí lo que he querido tratar: Aquellas cosas que han dejado
algunas rupturas epistémicas a lo largo de la historia de la educación,
especialmente en la edad media influenciada por el poder de la Iglesia Católica.

Bibliografía.

 Soto Posada, Gonzalo (2007). Filosofía Medieval. San Pablo.

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