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A pesar de que puede parecer una excusa utilizada para solicitar la inimputabilidad
o ser usada como atenuante en un juicio, lo cierto es que han existido ocasiones en
las que se ha dictaminado que un homicida actuaba dormido o en estado de
semiinconsciencia, resultando el sujeto declarado inocente. Algunos de los casos de
son�mbulos homicidas que se han registrado al respecto se muestran a continuaci�n.
1. Robert Ledru
El caso de Robert Ledru es uno de los m�s antiguos de los que se tiene constancia.
En 1887, este inspector jefe de la polic�a francesa (considerado uno de los mejores
investigadores franceses del siglo XIX) fue enviado a investigar un asesinato
ocurrido en la playa de Le Havre. La v�ctima fue Andr� Monet, que hab�a muerto de
un disparo. No se apreciaba ning�n m�vil evidente, y el sujeto no era conocido en
la zona y conservaba encima todas sus pertenencias.
La �nica pista que se encontr� adem�s de la bala (la cual pertenec�a a un tipo de
arma muy com�n en la �poca) fue una serie de huellas cerca del cuerpo. Cuando el
inspector se acerc� pudo observar que en dichas huellas se apreciaba la falta de
pulgar en el pie derecho. Tras un momento en que pareci� asustarse, orden� que
sacaran un molde en yeso de las huellas, que posteriormente examin�. Tras dicho
examen comunic� que ya sab�a quien era el asesino.