REVISTA DE INFORMACIÓN

Ó SEXOLÓGICA
Ó
Abril / Junio 2013 · Número 109 · www.sexpol.net · info@sexpol.net
 Editorial Las dos caras de la moneda
No es la primera vez que lo comento y me temo que no
será la úl ma: el mundo se “polariza”.
Con las infinitas posibilidades que ofrecen las (ya no
tan)nuevas tecnologías, la globalización, la necesidad
que impulsa esta sociedad de vivir emociones fuera
de nuestras realidades, y en general un “borreguismo”
que va en aumento, nos encontramos día a día con un
mundo en el que las opiniones, ac tudes y creencias se
extreman. En medio de tan sima información empieza a
ser habitual encontrarnos estas incongruencias sociales.
En estos úl mos días hemos podido leer cómo se
aprobaba el matrimonio igualitario en Brasil y en Uru-
guay, en Inglaterra y Gales se daban pasos en la misma
línea y en Portugal se aprobaba la coadopción en pare-
jas homoparentales. Pero en medio de todo esto Ru-
sia aprobó su “Ley contra la propaganda homosexual”
respaldada al parecer por más del 60% de la población.
También en Francia se desataron violentas manifesta-
ciones en contra. En nuestras calles te encuentras igual
banderas mul colores en los balcones que te hablan de
los/as aberrosexuales.
A nivel nacional nos encontramos con la actualidad en
las fiestas de San Fermín. En resumen, por si a alguien se
le ha escapado, la cues ón es que se han dado varios ca-
sos en los que una mujer se desnudaba (mucho o poco)
y una masa ingente de hombres la manoseaban. Par en-
do del derecho de cada cual a mostrar su alegría como
mejor le viene, pasando por la idea de que mostrar un
pecho nada ene que ver con el deseo de provocación
ni aún menos la búsqueda de placer, terminamos en
que nadie ene derecho a invadir un cuerpo por muy
desnudo que esté. La cues ón es que estas no cias han
generado un sin n de comentarios, no cias y ar culos,
desde mi óp ca igualmente “polarizados”. Gran parte
de estas repercusiones han ido por la línea que com-
par mos (libertad no es provocación, desnudez no es
permiso, etc.) pero otras parecen surgir del concepto de
que la mujer es un objeto público, que mostrar el cuerpo
da derecho a tocarlo y usarlo, y que la fiesta y el alcohol
jus fican que esos ins ntos tan masculinos afloren sin
posibilidad (ni deseo, añado) de control.
Tampoco levantemos mucho la voz porque no es nuevo.
En 2010 una reportera recibía, en directo, un violento
y no deseado beso en la boca de un borracho mientras
desde el plató, su compañera de informa vo, espetaba
un “no provoques a ese chico”. En el 2011 fueron deteni-
dos dos jóvenes por agresiones sexuales en las fiestas
patronales de Sant Joan en Ciutadella por situaciones
similares a las vividas en Pamplona. Me resulta increíble
el número, por exceso, de ar culos que culpan en estas
situaciones a la mujer por sus ac tudes. Pero la guinda
del pastel la pone un concurso; un concurso de foto-
gra a eróƟca organizado en torno a estas fiestas y que
incluye, les parecerá obvio, un buen número de estas
imágenes de mujeres cubiertas de manos empapadas
en calimocho.
No son situaciones aisladas, ni circunstanciales. No esta-
mos tan lejos como pensamos de las casi cien agresiones
sexuales a mujeres manifestantes come das alrededor
de la Plaza Tahrir en menos de una semana durante las
manifestaciones contra el presidente. ¡Incluso allí se or-
ganizaron los hombres para cerrar un circulo de protec-
ción!
El patriarcado y sus valores siguen entre nosotras, den-
tro de todas y cada una de la personas, y ene cami-
nos por lo que salir. Firmemente creo que se hace uso
de determinadas jus ficaciones (estaba borracho, una
estadís ca, por el bien común…) para ejercer el poder
y someter a todo aquello que se sale del patriarcado
más tradicional, ya sea como prevención o como rec -
ficación; el hombre es uno y lo es todo. Lo que queda
fuera es únicamente para el servicio del hombre. Esta
es la ideología más honda y peligrosa que la historia nos
ha legado.
Sabemos que un argumento no se torna verdad por
gritarlo más fuerte, pero esa parece la única vía que
muchos (y algunas) conocen. Desde aquí abogamos por
la constancia, esa que nos dice que una gota de agua
puede perforar el acero: educación, educación, y edu-
cación. Educación para aprender qué es la empa a, la
é ca y los derechos humanos, para conocer nuestros
derechos y obligaciones, y para entender que ninguna
persona está sola sino que formamos parte de algo más
grande que nos permite exis r y nos ofrece la posibi-
lidad de ser felices. Educación para aprender a valorar
los premios por los que nos esforzamos, en contra de lo
gratuito, lo fácil. Educación para crear y mantener una
sociedad sostenible para (toda) la humanidad.
Roberto Sanz. Julio de 2013

S umario
Editorial. Pág. 2
Vinculación y desvinculación / Asunción coronado. Pág. 3
¿Para qué sirve “la pareja” / Yolanda Rincón. Pág. 10
Trata de personas con fines de explotación sexual en Lituania / Elena del Barrio Álvarez. Pág. 13
Algunas cues ones actuales sobre el orgasmo / Chelo García Navarro. Pág. 20
El desarrollo afec vo sexual en adolescentes con psicopatología / Rebeca Fernández Pereira, Vanessa Rodríguez Pousada. Pág. 23
La situación legal del aborto en España / Laura Alonso Rodríguez. Pág. 27
No cias en la Red / Norma Román. Pág. 28
Ellos: ¿cómo actúan ante el bajo deseo de sus parejas? / Raquel Díaz Illescas. Pág. 30

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Nº 109 - Abril / Junio 2013
Edita, Fundación Sexpol ·
Sociedad Sexológica de Madrid
C/ Fuencarral, 18-3ºIzda.
28004 Madrid
Tel. 91 522 25 10
Fax: 91 531 34 59
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Dirección
Rosario Mora
Consejo de Redacción
Germán San Raimundo, Julián Fernández, Ana Már-
quez, Carlos San Mar n, Clara González, Roberto Sanz,
Norma E. Román
Colaboran en este número:
Asunción Coronado, Yolanda Rincón, Norma Emilia
Román , Elena del Barrio Álvarez, Chelo García Na-
varro, Rebeca Fernández Pereira, Vanessa Rodríguez
Pousada, Laura Alonso rodríguez,
Raquel Díaz Illescas
D.L. M.41536-982 / ISSN:0214-042X
Maquetación, J. González Salas
La revista no se hace responsable
de las opiniones expresadas por
sus redactores y colaboradores
Duelo amoroso
La palabra duelo, e mológicamente,
está relacionada con el concepto de
dolor; consiste en la elaboración que
realizo internamente cada vez que me
separo de alguien o de algo. Cuánto yo
haya querido a ese algo determinará la
intensidad y duración de ese duelo, pero
no su existencia.
Siempre hay un duelo que
hay que atravesar después de una
separación. Tememos el duelo. El dolor
aparece como una terrible amenaza
a nuestra integridad. Y entonces nos
defendemos.
Diferentes reacciones
según el posicionamiento
frente al conflicto/ a la
desvinculación:
• El que desea la desvinculación.
Sen mientos de culpa, alarga el
proceso, renuncia a mas cosas de
las que debería, admite “el cas go”
que el otro le hace, da nuevas
oportunidades, se prolonga el
proceso. Cas ga con la hos lidad,
devalúa al otro, menosprecia
cualquier comportamiento que
realiza.
La culpa ene dos salidas:
1. Se internaliza: La persona se
siente responsable del dolor ajeno,
y admite toda clase de exigencias y
reproches que se le hagan. Espera
un cas go.
2. Se proyecta : La persona
piensa que su proceso de desamor
se debe al otro, a su falta de interés,
a su forma de ser, a su forma de
comportarse, etc. Culpabiliza al otro,
lo cas ga.
Por Asunción Coronado
InsƟtuto de Sexología Al-Andalus
Psicóloga y Sexóloga
• El que vive el abandono, no quiere
la desvinculación. Chantajes
afec vos “Sin no podré vivir”,
alarga el proceso some éndose
a cualquier propuesta del otro,
admite cosas inadmisibles para
no perder el objeto de deseo,
niega la pérdida machacando,
busca causas ajenas a la propia
relación, “Hay otra persona”, “la
culpa la ene... que también se
ha separado”, “No sabes lo que
quieres”, “Te arrepen rás”, “Es una
decisión inmadura”, “Está pasando
por un mal momento, y no sabe lo
que plantea”, cas ga al otro con
amenazas de po económico, con
l@s hij@s, no quiere que nadie
sepa sobre el deseo del otro de la
desvinculación, se hace la víc ma
buscando la compasión y despertar
sen mientos de culpa en el que
desea la desvinculación., suplica
nuevas oportunidades, expresa
persistentemente que va a cambiar,
amenaza con el suicidio, esto
úl mo se da principalmente en
las pología de pareja fusional o
dependiente.
En el proceso de separación, uno de los
miembros de la relación es más ac vo
a la separación: Es el que plantea la
separación, o el que la desea, ene
elaborado el duelo de desvinculación,
es el que fantasea o desea una
desvinculación sin conflictos. En
ocasiones este papel es menos aprobado
socialmente y busca que sea el otro
el que plantee la separación para no
asumir la responsabilidad de ser el que
deja la relación. En torno a esta cues ón,
socialmente la presión se ejerce más
sobre el ac vo a la separación que sobre
el pasivo donde hay un acompañamiento
social, la persona o el miembro ac vo ve
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 cambiada su imagen en el entorno social, se siente juzgado
cri cado, tomar una decisión de separación implicaría
una serie de causas suficientemente jus ficadas como
para enfrentarse a ello, dado que también siente que las
consecuencias nega vas de dicha decisión recaerán sobre él
/ella.
Cuando se decide dejar una relación, el que abandona
se siente culpable del dolor que va a producir en el otr@, este
dolor que produce la culpa hace que se interese por el estado
de la otra persona, que tutele el abandono ocupándose y
preocupándose de que nada le falte, lo que puede significar
un abandono progresivo pero no efec vo y real. Sería algo así,
anuncia su decisión de dejar la relación pero no se va nunca,
se va quedando en objetos,... me voy pero si necesitas algo
cuenta conmigo...
El dolor por la culpa se relaja si percibe que el otro no está
tan mal. Lo que puede hacer es cargar al otro con su dolor de
culpa.
“Yo tengo derecho a mi propio dolor de
abandono, pero no quiero para nada tu
dolor” “Tu no Ɵenes derecho a prorrogar
mi dolor con el tuyo, con tu senƟmiento
de culpa”
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“yo tengo derecho a mi propio dolor,
no quiero para nada tu dolor, no Ɵenes
derecho a prorrogar mi dolor con tu
senƟmiento de abandono”
El que se siente abandonado pasa por un proceso de duelo
diferente, empezando por la negación de lo que le está su-
cediendo. Todo duelo, implica una despedida, una pérdida,
produciéndose una resistencia a la misma, la persona que pasa
por la pérdida experimenta un estado parecido a la depresión,
e incluso la depresión misma. En este estado de abatimiento,
se produce confusión, desorientación, apatía, rabia, etc. La
persona puede aceptar cualquier cosa que el otro le proponga,
pensando que así recuperará de nuevo la relación. También
puede reaccionar presionando con su dolor, para así conseguir
recuperar de nuevo la relación. Busca desesperadamente cau-
sas de la ruptura, desde atribuciones personales, “la culpa es
mía”, “Si no hubiera...”, “Si hubiera...”; hasta causas externas
a sí mism@, y a la relación, “Tiene que haber otra persona...”,
“No sabe lo que quiere”, etc.
El que sufre el abandono, suele contar con más apoyos so-
ciales en cuanto a que despierta sentimientos en el entorno
de mayor complacencia. A veces este apoyo se busca en los
hijos, enfrentándolos al otr@, lo que produce un claro dese-
quilibrio en las relaciones de los hijos e hijas con el progenitor
que ha decidido la separación.
Es importante dejar claro que la separación
es entre adultos, los hijos en ningún caso de-
ben tomar partido, ni ser moneda de cambio
afectivo-emocional en la separación de sus
progenitores.
Tras una separación, tras un proceso de duelo
amoroso, uno debería proponerse la recu-
peración total y liberar todos aquellos resen-
timientos que alberga tras una ruptura, así
como aprender de aquellas cosas que han po-
dido ser causa de la separación.
ROSETTA FORNER. “La Reina que dio cal-
abazas al caballero de la armadura oxidada”.
(pp. 69-74)
El dragón de la muerte:
Enfrentarse a la soledad, sen miento que
se experimenta cuando hay separación.
Miedo a quedarse sol@. Este miedo se ex-
perimenta cuando la relación ha muerto,
enfrentarse al sen miento de ruptura es
enfrentarse a una pérdida. “ Toda pérdi-
da, ruptura, separación o divorcio es una
muerte. Y dado que la soledad es lo que
sigue a la muerte, la reina no quería ni mi-
rar de soslayo al dragón de la soledad, a
ése que apareció en cuanto su marido se
llevó su armadura oxidada hasta las tuer-
cas a otro cas llo”.
El dragón de los planes hechos añicos:
Renunciar a planes y proyectos que nos habían hecho
soñar en nuestra relación, y de manera individual. En-
frentarse a la frustración de que ya nada iba a ser igual.
El sen miento de pérdida. Enfrentarse a todo esto nos
puede ayudar a salir más reforzad@s como personas,
más honest@s con nosotr@s mism@s, más sabi@s,
sincer@s y madur@s.
El dragón de la libertad:
“¿Y ahora que hago con mi vida?”
En esta fase, uno piensa no tener a nadie, no tener
amig@s, estar literalmente solo, sin recursos para recu-
perarse emocionalmente. Es una etapa de tristeza, fruto
del sen miento de pérdida, de cambios, etc. A esa sen-
sación de vacío, le sigue la toma de conciencia de una
nueva realidad, la libertad de poder ser dueñ@ de tu
vida, de valorar los propios recursos, de la valoración
personal.
El dragón del perdón:
Este momento nos relaciona más con nosotros mismos,
se perdonan todas aquellas cues ones que en un prin-
cipio se vivieron como ofensas, faltas hacia uno mismo
desde el otro, se analiza la realidad de la relación des-
de otros ángulos gracias a la distancia que se ha esta-
blecido, se analizan los propios fallos para no volver a
repe rlos. Esto nos saca de la amargura que nos pro-
duciría estar permanentemente anclados en la idea de
que el otro nos hizo la vida imposible, y que nuestra fe-
licidad depende de otros, nos damos cuenta de la feli-
cidad sólo depende de nosotros, y sólo nosotros somos
responsables de ella. En esta fase desaparece cualquier
a sbo de odio y resen miento hacia nuestra pareja.
Esta limpieza de emociones nega vas, encontradas y
enfrentadas, nos pone en el camino para volver a amar,
para volver a enamorarnos... y esta vez quizá sin volver
a repe r los errores que nos hicieron sen rnos mal en
el pasado.
El dragón de la sinceridad:
Ser sinceros con nosotros mismos en conocer ¿porqué
mantuve esta relación? ¿qué la sostuvo?, nos brinda la
oportunidad de saber de quién o de qué nos enamora-
mos.
“Muchas mujeres se enamoran de su fantasía, de sus
miedos, de sus ausencias, de sus angus as, de sus an-
siedades... Bien porque les aprieta el famoso reloj bi-
ológico, la familia o la sociedad. El caso es que se casan
con el primero que llama a la puerta del cas llo. Y es que
quedarse soltera está mal visto.
Averiguar las creencias que nos llevan a casarnos con ca-
balleros de armadura demasiado oxidada es fundamen-
tal. Da un repaso a tu escala de valores y a tus creencias
sobre la edad, la condición de ser mujer, la pareja, la
familia, el amor, el compromiso, la in midad... Hallarás
cosas sorprendentes.”
El dragón de la dignidad
Ser un@ mism@ sin disculparse por serlo, expresarse sin
caretas, reconociendo lo que se vale, no avergonzarse
de lo conseguido por el esfuerzo, no empequeñecerse
permite ser cada vez no solo más autén c@, sino seguir
creciendo.
Elevar la corona, es rarse en toda su real exten-
sión y mostrárselo al mundo es la prueba defini va que
toda mujer ha de estar dispuesta a realizar si quiere lle-
gar a reina de su vida, cas llo y des no.
Nunca temas ser quien eres y mostrárselo al
mundo.
El dragón del coraje
Sé valiente y sé tu misma. Diseña tus propias reglas:
pregúntate qué quieres, qué harás para conseguirlo, qué
estás dispuesta a realizar para lograrlo y cuales son tus
verdaderas creencias. Dedicarte a prac car la “referen-
cia interna”, lo cual significa que vivas tu vida según tus
ideas, convicciones, creencias, emociones, deseos, sue-
ños y aspiraciones. Recuerda que sólo enes una vida
para vivir, y que tu vida es sólo tuya y de nadie más. Sólo
tú has de escribir el guión de tu existencia.
El dragón del rey
Y, por fin, llegó el úl mo dragón: cuando le conoces a él,
el rey.
Agárrate la corona y que no se te caiga con la
emoción.
Amar a un rey no es cualquier cosa: no finge,
no miente, no espera, no manipula, no engaña, no tergi-
versa, no te dice lo que quieres oír sino lo que piensa o
siente; va a su aire pero cuenta con go, te hace pregun-
tas directas pues quiere saber si la relación ene posibi-
lidades... Igual deberías hacer tú.
“Deberíamos querer que nos amen solo
aquellos que están dispuestos a amarnos,
a valorarnos y a arriesgarse a hacerlo.”
(Roseta Forner, pp.120)
Los duelos
(BUCAY- Cartas a Claudia)
Siempre hay un duelo tras pasar una separación. Aunque
nuestra educación conspira contra la elaboración y acep-
tación de duelos, (bueno, ya pasó; basta de llorar; no era
tan importante; ya tendrás otro; no pienses en eso; etc.).
Tememos el duelo porque el dolor aparece como una
5
 terrible amenaza a nuestra integridad, y entonces Nos
defendemos.
Ante el temor al Duelo, las defensas más
uƟlizadas, son:
- Primera opción, no comprometerse afec va-
mente con nada, ni nadie (o lo menos posible, con los
menos posibles). Es el intento más u lizado, ya que exis-
te la fantasía de que “si no quiero a nadie, ni a nada,
no me dolerá perder a nada ni a nadie”. No funciona,
porque ese razonamiento me impide la vida plena, el
contacto y la in midad, sino además porque el duelo no
depende de cuanto yo quiera lo que se va.
- Segunda opción, más terrible aún: consiste en
la decisión de no separarme nunca de nada, (así acu-
mulo cosas y relaciones que no finalizan jamás, que no
se renuevan, que permanecen está cas). Una variante
su l es tomar distancia de las cosas y personas, en lugar
de separarme (“apartarme y no separarme del todo”),
parejas que no resisten la idea de separarse y tampo-
co pueden permanecer unidos, siguen pendientes del
otr@. El obje vo está claro, en su fantasía: No vivir el
duelo, que implicaría una separación.
- Tercera opción, para huir de los duelos, se nie-
gan. La situación de perdida, de separación, de muerte,
simplemente no existe. Es una conducta evitadora. Tam-
bién cuando se quiere desvalorizar la perdida, o se to-
man an depresivos, etc., es una forma de evitar el due-
lo. Estas conductas evitadoras postergan el duelo, pero
no consiguen evitarlos
Si no me puedo separar de aquello que hoy no está, no
podré encontrarme libre para vincularme con lo que en
este momento, si está aquí conmigo. Es necesario vivir
con toda plenitud los duelos por mis perdidas, por mis
cambios, por mis muertos, etc.
Vínculos amorosos. Fina Sanz (pag. 235 el
Desamor)
El concepto de desamor es aplicable a determinadas cri-
sis en las relaciones afec vas (amistosas, materno/fili-
ales, amorosas, etc.). Podemos hablar también de desa-
mor respecto a crisis en otros vínculos que establecemos
y que se rompen, pierden consistencia o desaparecen
(trabajo, aficiones, ac vidades, etc,) Son crisis “signifi-
ca vas”, para la persona, donde están presentes otros
conceptos como la Despedida, El Duelo y la Muerte.
El desamor puede ser entendido como un proceso de
muerte y cambio. Todo aquello que muere inicia un
cambio: el inicio a otra nueva etapa.
Toda muerte implica una despedida de algo. Significa
decir adiós a algo o alguien, con quien teníamos un vín-
culo. En las despedidas hay una parte que se pierde (lo
que dejas, la historia vivida, aquello que quedó atrás,
etc.) y una parte que se gana (una nueva perspec va
de futuro). A veces la despedida final puede ser vivida
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como una liberación. Otras veces nos situamos como
una perdida irreparable. Surgen miedos a situaciones
desconocidas.
Aprender a decir “adiós”, (para después poder decir
hola), es necesario para transformar las relaciones
amorosas y personales en general. Es también imprescin-
dible para el desarrollo y el cambio personal porque nos
ayuda a entender la vida tal y cual es: un con nuo fluir;
nos ayuda a abrirnos a los cambios y a instaurar nuevas
experiencias gozosas en nuestra vida.
Hacer una buena despedida, no es fácil. No nos han
enseñado a ello y se acostumbra a vivir como un fracaso.
No todas las crisis que viven una pareja, son de desamor.
Pueden ser crisis que no ponen en cues ón el vínculo
de la pareja, pero si que recues ona aspectos del “con-
trato” establecido o de la convivencia co diana.
Hay que dis nguir 2 pos de frustración:
- Las frustraciones en nuestra vida que no te-
nemos por que aceptar: pareja que nos maltrata, etc.
- Las que aceptarlas supone un avance creciente
de nuestro desarrollo personal: que nuestra pareja no
sea exactamente como desearíamos que fuera, ene
ritmos vitales diferentes, no podemos compar r todos
nuestros gustos y prioridades.
No aceptar ciertas frustraciones, sería permanecer
anclad@s en las fantasías idealizadas de nuestro niñ@.
En el desamor hay sensación de muerte. Se advierte la
muerte de algo que esta concluyendo, que concluye, de
algo que exis a en nuestra fantasía o en la realidad de
nuestra vida.
La vivencia del desamor, en general, no es fácil. Se vive
intensa y claramente la sensación de soledad y muerte.
Soledad porque se es consciente de que nadie nos pue-
de ayudar a pasar la experiencia, nadie nos la puede evi-
tar; en el mejor de los casos la gente que nos rodea y nos
quiere, nos puede acompañar en el camino, pero el viaje
es individual.
Se produce una vivencia dramá ca que es la sensación
de impotencia, de no poder cambiar las cosas por mucho
que queramos o nos esforcemos; de locura no entender
porque han ocurrido las cosas, es el deseo inconsciente
de querer estar loc@, para no tener que enterarse de
lo que no podemos o no queremos soportar. Es como
un desgarro interior (sobre todo en tórax y abdomen).
También se soma zan enfermedades, como un deseo de
huida, fantaseando con la idea de reponer y descansar
para poder escapar de la dura realidad.
Es el duelo que conlleva toda situación de muerte. Hay
un duelo que hacer, un dolor por la pérdida, una despe-
dida pendiente.
Habitualmente hay señales, que envía quien está en un
proceso de desamor: falta de deseo sexual; evitación de
situaciones de in midad; evitación de contacto sico;
aburrimiento cuando se está con la otra persona; etc.
Paralela o previamente suele haber demandas: se pide;
se cri ca lo que no se quiere; etc. Demandas a las que
la pareja parece no dar demasiada importancia, puede
considerarlas como banalidades o exigencias.
Su respuesta es hacer caso omiso, o aparentemente no
escuchar o no enterarse, silencios, o no dar la respuesta
deseada.
Suelen mediar también discusiones o preparación para
el desenlace, o medidas como proponer una separación
temporal.
En todo este proceso de desamor, que puede durar se-
manas, meses o años, afloran muchas vivencias emocio-
nales, a veces muy contradictorias: tristeza; cólera; mie-
dos; deseos de romper la relación; miedo de hacerlo; nos
sen mos estafad@s, engañad@s; sen mos extrañeza
(que hago yo aquí, que he hecho durante tanto empo,
etc.); quisiéramos que todo se arreglase mágicamente;
que se rompiera por fin la relación; etc. etc.
Es probable que si el periodo ha sido suficientemente
largo (subje vo), el “adiós” de la persona desenamorada
sea menos doloroso, ya que se ha ido an cipando y vi-
venciando la despedida y haciendo el duelo durante el
proceso del desamor, hasta llegar a la ruptura.
Algunos elementos que favorecen el desamor, por ejem-
plo en varones es “el miedo al vínculo” (en cuanto hay
la posibilidad de una relación más estables, él teme ser
atrapado y deja de sen r interés, mo vación y corta la
relación. Hay una necesidad de desenamorarse para
poder huir). Otro ejemplo puede ser la des-idealización
(la persona deja de ser el personaje que nos seducía,
deja de ser nuestra fantasía)
Generalmente la persona que está enamorada no pue-
de/quiere ver los signos que la otra parte le va dando
(no tener ganas de estar juntos; evitar el encuentro; pro-
curar no tener relaciones sexuales, acostándose antes
o después; no creer que la amenaza de separación sea
cierta, etc.).
La persona que desea mantener el vínculo o que ama,
no puede ver esos signos, no los puede aceptar como
reales, o no considera que tengan tanta importancia. No
contempla en lo real, la posibilidad de ruptura, por eso
cuando su pareja desaparece entra en una crisis profun-
da, ya que el sen r el desamor desde fuera y brusca-
mente, le obliga a hacer el duelo de golpe.
Aparece el sen miento de abandono e impotencia: no
poder hacer nada para conseguir o mantener el amor
y la atracción. Hay muchas preguntas: porque; porque
ha dejado de quererme; que he hecho; que ha pasado;
porque no le gusto; etc.
Hay personas que se quedan enganchadas y no aceptan
el desamor. No quieren estar bien si no existe la vuelta
con su anterior pareja (fantasía constante de que el/la
otr@ volverá) y el Placer en úl ma instancia, les parece
una estupidez, no quieren salir del dolor, se “enganchan”
al recuerdo melancólico que les aporta dolor. Mental-
mente hay una ac tud de “negación de la Realidad” (no
en endo nada; no puede ser, él volverá).
Con el empo se pasa de la tristeza a la cólera: se siente
rabia contra el/la otr@ (me ha destrozado la vida; me ha
hecho mucho daño; yo sufriendo y él/ella tan content@,
etc.). las fantasías entonces empiezan a pasar a ser de
cólera y daño (deseo de que le salgan mal las cosas al
otr@; que sufra mucho como yo o más; que regrese de-
rrotad@, etc.) aunque hay veces que esta fase, cuando
se permite expresar la cólera, hay sen mientos de cul-
pabilidad o miedo a “perderl@” de nuevo y se vive como
una autoimagen nega va y personas vuelven a caer otra
vez en la tristeza, volviendo a la demanda y a la negación.
Otra fase es intentar recuperar a la otra persona; la fan-
tasía es “si hago lo que más le gusta, estará más cerca
de mi, me querrá y volverá”. Es una fantasía que busca
“negociar” con la otra persona, acercarse y cambiar de
si mism@ lo que haga falta antes de aceptar la realidad.
Cuando esto no funciona se pasa por otra fase: la de sen-
r un gran vacío interior, una tristeza profunda (esto se
acaba y me da mucha pena), es como si ya no se pudiera
aferrar al dolor y a la negación, como si por una parte
quisiera mantener las an guas fantasías, y por otra par-
te, su cuerpo fuera integrando los hechos. Se constata
una ac tud ambivalente (amor-odio).
Superada esta fase empieza otra de cambio y aceptación
(cambios en la casa; otra decoración; re rar objetos;
transformación aspecto sico y gestual, etc.), se vuelve
a querer vivir, iniciar una nueva etapa en su vida y cerrar
la anterior, integrándola.
A veces se vuelve a conectar con fases anteriores y con
resistencias al cambio
Fases del Desamor y la Muerte
(Elisabeth Kübler-Ross en Sobre la muerte y
los moribundos )
1ª - Negación y Aislamiento.
La negación funciona como un amor guador después
de la no cia inesperada e impresionante, permite reco-
brarse al paciente y , con el empo, movilizar otras de-
fensas menos radicales.
La primera reacción del paciente puede ser un estado de
conmoción temporal del que se recupera gradualmente.
Cuando la sensación general de estupor, empieza a de-
saparecer y consigue recuperarse, su respuesta habitual
es “no puedo ser yo”.
2ª - Ira.
Cuando ya no se puede seguir manteniendo la 1ª fase de
negación, es sus tuida por sen mientos de Ira, Rabia,
Envidia y Resen miento. Lógicamente surge la pregunta
“¿porqué yo?”
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 3ª - Pacto.
Es la fase menos conocida, pero igualmente ú l para el
paciente, aunque sólo durante breves periodos de em-
po. Si no hemos sido capaces de afrontar la triste reali-
dad en el primer período, y nos hemos enojado con la
gente y con dios en el segundo, tal vez podamos llegar a
algún po de acuerdo que posponga lo inevitable.
El Pacto es un intento de posponer los hechos; incluye un
premio “a la buena conducta”, además fija un plazo de
“vencimiento”, impuesto por un@ mism@; y la promesa
implícita de que el paciente no pedirá nada más si se le
concede este aplazamiento.
4ª - Depresión.
Su insensibilidad o estoicismo, su ira o su rabia, serán
pronto sus tuidos por una gran sensación de perdida.
La autora añade a esto la diferenciación entre una depre-
sión reac va y la preparatoria, y cita algunos sen mien-
tos que se dan como los de culpa o vergüenza.
5ª - Aceptación
Si un paciente ha tenido bastante empo,…, y se le ha
ayudado a pasar por las fases antes descritas, llegará a
una fase en la que su “des no” no le deprimirá ni le eno-
jará.
No hay que confundirse y creer que la aceptación es una
fase feliz. Está casi desprovista de sen mientos. Es como
si el dolor hubiera desaparecido, la lucha hubiera termi-
nado y llegara el momento del “descanso final antes del
largo viaje”, como dijo un paciente.
Estas fases, que cons tuyen en si mismas “mecanismos
de defensa ante situaciones di ciles”, duran, según la
autora, diferentes periodos de empo
Y se reemplazaran unos a otros o coexis rán a veces.
Esta descripción la hace acerca de las reacciones de los
enfermos moribundos, desde el conocimiento de su en-
fermedad grave hasta su muerte.
Hay una gran similitud con el Desamor, cuando es irre-
versible como la muerte, ene que poder ser aceptado.
Esto requiere una preparación, un empo en que todo
nuestro cuerpo se prepara para la despedida. A veces
quisiéramos (mental, intelectualmente) hacer una des-
pedida rápida, pero nuestras emociones nos lo impiden
y nuestro cuerpo no está preparado.
Toda la amalgama de sen mientos por los que se atra-
viesa, de estados de ánimo, de fantasías y fantasmas
(miedos), comportamientos de búsqueda de acerca-
miento y alejamiento, corresponden al “proceso de de-
sajuste entre el pensar, el sen r y el actuar, entre lo cor-
poral, lo emocional y lo mental”.
Cuando se integra totalmente, con todo nuestro cuerpo
sensi vo, pensante, emo vo y espiritual la despedida,
se puede decir que ya hemos pasado el duelo y nos
hemos despedido.
8
Algunas consideraciones a tener en cuenta
- De cualquier persona que amamos, también
detestamos aspectos de ella. Y no por ello dejamos de
amarla.
- De cualquier persona que detestamos, también
hay aspectos que podemos amar, valorar, apreciar o
agradecer. Y no por eso dejaremos de mantener la dis-
tancia que deseemos con esa persona.
- Podemos reconocer el derecho a sen r y ex-
presar (cuando lo deseemos), lo que nos gusta o no de
l@s demás. Tenemos el derecho a sen r emociones. Las
emociones no surgen voluntariamente, están fuera de
nuestro control racional. Si nos permi mos escucharlas,
escucharnos, en vez de negarlas, poco a poco se van
integrando, no nos harán daño y se conver rán en una
fuente de Autoconocimiento, ayudándonos a establecer
paz interior y paz con la otra persona.
- Además de permi rse vivir las emociones, hay
que ir marcando distancia interna con esa historia que
nos emociona, ya que, precisamente, porque esta-
mos implicad@s en ella (no marcamos distancia) y no
podemos verla con obje vidad.
- Cuando limpiamos una habitación, es una ex-
presión de cambio, de transformación. Una casa limpia
o una sucia son dis ntas, el aires nos hace sen r de for-
ma dis nta. Se toma consciencia de que tenemos de-
masiadas cosas almacenadas, hay sensación de agobio
y/o malestar, demasiadas nega vidades (odio, rencor,
culpa), que podemos rar a la basura, u objetos que
podemos regalar o guardar. Si no hay vacio no podemos
colocar otras cosas. Cuando nos damos cuenta de la im-
portancia de limpiar interiormente se acostumbra a dar
en paralelo una limpieza real y de transformación en lo
co diano.
- Las personas que un día amamos (lo mismo que
los objetos), son valiosas en sí mismas al margen de que
ya no lo sean para nosotr@s en la actualidad. Y ese valor
que reconocimos en ellas u otros que no llegamos a des-
cubrir, puede ser apreciado por otras personas. Esa per-
sona o esa relación que sen mos que no nos conviene,
no nos hace feliz, o nos las ma, puede ser interesante,
sa sfactoria o conveniente para otra persona. “Hay que
dejar par r aquello que no nos va bien y abrirse a nue-
vas posibilidades sa sfactorias”.
- El primer paso para iniciar una despedida, es
que realmente deseemos despedirnos. Una cosa es lo
que deseamos conscientemente (lo que decimos, pedir
ayuda, etc.), y otra muy dis nta lo que deseamos incons-
cientemente, las resistencias que tenemos a cancelar
esa historia de nuestra vida, a despedirnos realmente.
- Las rupturas de las relaciones (sobre todo los
procesos de ruptura interna y despedida consiguiente),
no son cosa fácil, uniforme y lineal. Aparece como am-
bivalente y contradictorio: querer y no querer; hacer
gestos de ruptura y otros de acercamiento. Frecuente-
mente existe una lucha interna y externa, para no des-
vincularse.
- Se puede pasar del intento de seducción del
otr@, a las discusiones con mayor o menor elevación de
tono, cuando la persona que trata de seducir se siente
frustrada en su obje vo.
- De alguna manera se man ene el vínculo,
aunque sólo sea para pelear o discu r. Se pueden esta-
blecer unas relaciones sadomasoquistas (ver la peli: la
Guerra de los Rose).
- Con este po de relaciones pueden estar ju-
gando varias fantasías: la del amor(todavía le amo/ me
ama); la de la posesión (mi@ o de nadie); la de la seduc-
ción (volverá a amarme)
- La situación se agrava cuando existen hij@s o
asuntos económicos que solucionar o mantener.
- Toda despedida requiere un empo para poder
hacer el duelo; empo que está lleno de al bajos y de
emociones diversas. Es di cil que pasemos de una re-
lación afec va a otra, sin un empo de duelo. cuando
esto ocurre puede ser por varios mo vos: ya había
hecho el duelo mientras se acababa la otra relación; o se
teme a la soledad y el fantasma del vacío afec vo, con el
dolor que hay que atravesar.
- Sin embargo , un cierto empo de soledad es
imprescindible para hacer el duelo, integrar lo que ha
pasado, lo que hemos vivido, cerrar bien la relación
(perdonar y perdonarnos los errores come dos), po-
der estructurar otro po de relación con esa persona y
disponernos y abrirnos a otras posibilidades afec vas.
Ayudarnos, si es posible, de las personas que nos quie-
ren, dejándonos acompañar y acoger.

Bibliograİa relacionada
Beck, Aarón T. Con el Amor no basta. Ed. Paidos.
Bucay, Jorge. Cartas a Claudia. Ed. Integral
Bucay, Jorge. El camino de la autodependencia. Ed. Integral.
Bucay, Jorge. El camino de la felicidad. Ed. Integral.
Bucay, Jorge. El camino de las lágrimas. Ed. Integral.
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Kübler-Ross, Elisabeth. Sobre la muerte y los moribundos. Mondadori, 2004
López, Félix y otros. Desarrollo Afec vo y Social. Ed. Pirámide.
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Sanz, A. La vida en pareja. Ed. Temas de Hoy.
Sanz, Fina. Los vínculos amorosos. Kairós, 2013
Varela, Pilar. Amor puro y duro. Ed. La esfera.

9
 ¿PƒÙƒ Øç Ý®Ùò› “½ƒ փٛ¹ƒ”
Hace pocos días, en una conferencia sobre
Tantra, el ponente preguntó “¿Para qué sirve la pare-
ja?” Primero, silencio general. Tiempo para pensar…
Después, todo po de respuestas:
“Para compar r juntos cada momento”, “para tener
seguridad sexual”, “para formar una familia y tener
hijos”, “para potenciarse y crecer”, “para tener se-
guridad económica”, “para no estar solo en noches
oscuras”…
Pero, realmente, ¿para qué sirve hoy la pareja?
¿Para qué ha servido a lo largo de los tiempos?
¿La pareja se inventó para saƟsfacer algún Ɵpo de
necesidad? ¿Realmente Ɵene un senƟdo uƟlitario?
Pues… parece ser que sí…
Según nos cuentan los antropólogos, en África,
los primeros primates humanos vivían en tribus. Todavía
no se había inventado la pareja ni mucho menos la fa-
milia. Lo normal eran la las relaciones sexuales guiadas
por el ins nto y la fuerza y por supuesto no exis an
relaciones estables. Los machos peleaban por copu-
lar con todas las hembras disponibles aunque no
siempre estuvieran recep vas. Según algunas teorías,
las relaciones sexuales más frecuentes responderían al
modelo que ahora llamaríamos violación. Por supuesto
no se asociaba la cópula al embarazo y mucho menos a
la maternidad ni a la paternidad.
Posteriormente, el desarrollo de la marcha
bípeda tuvo notables influencias en las sociedades
prehistóricas: desarrollo del cerebro y del lenguaje,
adquisición de nuevos aprendizajes, transmisión de
conocimientos y habilidades, defensa del grupo y coop-
eración entre sus miembros… ¿Pero, qué hacer con las
crías?.. Las crías humanas no podían desarrollarse so-
las por lo que después del nacimiento necesitaban
que otros las cuidasen, además durante un periodo
prolongado de empo.
¿Para qué podría servir la pareja? ¿Era un invento lógi-
co e imprescindible?
Desde el punto de vista adapta vo, la pareja
resultaría un invento de gran u lidad. Aquellos pri-
mates humanos que fueran capaces de establecer
mecanismos de fuerte atracción y de fabricar sustan-
cias neuroquímicas que los mantuvieran juntos du-
rante el periodo de crianza tenían más posibilidades
10
Yolanda Rincón
Máster en Terapia Sexual y de Pareja
de reproducirse y perpetuarse. Por tanto, empezaron a
establecerse vínculos de pareja y lazos afec vos ¿enam-
oramientos quizás? al menos durante los periodos de
crianza. Aparecieron conductas sexuales lúdicas y… se
establecieron parejas dentro del grupo.
Pero no quedó ahí la cosa. Según algunos
antropólogos (Badinter, 1986), a lo largo de los úl-
mos 100.000 años imperó la vida en comunidad y las
conductas coopera vas, dado que cuanto mayor fuese
la cohesión del grupo, mayor sería la probabilidad de
supervivencia. Como afirma este autor, el elemento
básico en las relaciones entre hombres y mujeres era
la complementariedad. El hombre cazaba y protegía al
grupo. La mujer recolectaba y se ocupaba de la prole.
Había una dependencia mutua debido a la obtención
de recursos dis ntos. En el Paleolí co, la interdepen-
dencia era la clave del respeto y del equilibrio social.
Resulta di cil afirmar si uno de los dos sexos ostentaba
más poder. Según los antropólogos, parece innegable
la existencia de dos poderes, sico en el hombre y pro-
creador en la mujer.
¡Que gran invento la pareja!, mejor dicho…
¡aquel modelo de pareja!
Sin embargo, en el Neolí co las cosas empe-
zaron a cambiar cuando la agricultura comenzó a tener
mayor peso en detrimento de la caza lo que, en un
principio, revalorizó el papel de la mujer en la so-
ciedad. Dada la trascendencia que tenía la fer lidad
(mujer-madre- erra) en la vida social, fue el periodo en
el que proliferaron las Diosas-Madre.
En la Edad de Cobre con la aparición del arado,
el varón par cipaba ac vamente en la agricultura dando
paso a una etapa de máxima armonía. Esto, asociado al
incremento de recursos y al modelo de vida sedentaria,
dio como resultado un notable crecimiento demográ-
fico. Tras el descubrimiento del papel del varón en el
mecanismo reproduc vo, se inició el proceso de toma
de poder del hombre. Éste se hizo protagonista de la
vida económica y social al empo que la mujer, mucho
más dependiente por el incremento de embarazos e hi-
jos, quedó relegada de la vida social y cultural pasando
a ocupar un estatus social inferior.
¿Para qué servía la pareja, tal como estaba
establecida hasta entonces? Si la pareja complemen-
taria había dejado de resultar ú l, se hacía necesario
inventar un nuevo modelo…
 Aparecieron nuevas leyes de la propiedad y de amante de un hombre mayor, el cual se ocupaba de la
la herencia por vía paterna que convir eron a la mujer educación polí ca, social, cien fica y moral del amado.
y a los hijos en objetos de propiedad del cabeza de
Monogamia, poligamia, poliginia, concubinato,
familia. En diferentes sociedades surgió el modelo de
divorcio… A lo largo del empo la pareja fue adop-
familia patriarcal y pareja tradicional.
tando el modelo que sa sfacía las necesidades de cada
sociedad.
¿Para qué servía esta pareja?
En la Edad Media la Iglesia cris ana tomó el
Para asegurar la descendencia legí ma, la he-
poder e introdujo nuevos cambios. La pareja se legi -
rencia y el poder supremo del hombre sobre la mujer
mó en un acto religioso que imponía el casamiento para
y los hijos. Para producir hijos cuyo valor económico
toda la vida. Mediante el Sacramento del Matrimonio,
era notable como mano de obra para trabajar la erra
la Iglesia aprobaba y regulaba la sexualidad de la pare-
y también como guerreros. Se necesitaban muchos hi-
ja. Se exigía fidelidad también al marido siendo san-
jos para tener muchos soldados ya que había que pro-
cionado el adulterio para ambos esposos. Se imponía
teger las ciudades. Sobre esta base, se construyó la cul-
un amor carita vo, casto, que nacía después del matri-
tura griega.
monio, justo después de ser bendecidos. La sexualidad
El matrimonio era obligatorio y estaba regulado solo servía para procrear nuevos cris anos.
por contratos sociales. El matrimonio suponía cerrar un
Criminalizado por la Iglesia Católica, el placer
buen trato entre dos familias. En ocasiones, en cuanto
pasó a ser pecado ya que era considerado inmundo,
una niña nacía, ya se sabía con quien se iba a casar. El
cosa del diablo, quedando relegado a las pros tutas.
padre entregaba a la hija al futuro marido que se con-
ver a en su dueño. La mujer debía llegar virgen al ma- ¿Para qué servía esta pareja? Sin lugar a dudas

trimonio y tenía la obligación de ser fiel. Si no, podía
ser repudiada por su marido. Esto no era extensivo al
varón que podía tener más mujeres en casa. El gineceo
era el territorio des nado a esposas, hijos y esclavas.
La esposa era reservada para generar la descendencia
legí ma y como guardiana del hogar donde tenía el
poder sobre las tareas domés cas, teniendo de esta
forma un estatus superior a las “amantes”. Bajo este
contexto en el que la pareja estaba reducida a una
dimensión polí ca y económica, la sexualidad era
considerada como algo normal. No exis a la noción
de pecado ligado al sexo y al uso del cuerpo como el-
emento lúdico. Para el hombre que era considerado el
amo de rango superior que gozaba de libertad ilimitada,
eran usuales diferentes prác cas sexuales ya fuera en
solitario o en grupo, con hombres, jóvenes, mujeres,
utensilios… incluso se ensalzaba la homosexualidad.
Se consideraba normal que un muchacho fuera el
tenía una clara función en las estrategias económicas,
polí cas y religiosas, donde no exis a la posibilidad de
elegir (al menos para las mujeres) al ser amado.
Según el historiador Georges Duby (1981) “los
ritos del matrimonio se han creado para formalizar de
forma ordenada la distribución de las mujeres entre los
hombres, para disciplinar alrededor de ellas la compe-
tencia masculina, para socializar la procreación. Desig-
nando quiénes son los padres, añaden otra filiación a la
filiación materna, la única evidente. El matrimonio crea
las relaciones de parentesco y toda la sociedad”.
¿Y el amor?
El amor no quedó relegado, ya que paralelo a
este modelo de pareja pactada al amparo de una so-
ciedad patriarcal y machista, la literatura nos ha venido
ofreciendo un amplio repertorio de novelas román cas
11
 en las que los protagonistas se revelaban ante el
des no que les era impuesto, luchando por hacer valer
sus sen mientos amorosos y su derecho a elegir al ser
amado, empresa que solía acabar de forma trágica con
la muerte de los protagonistas (Moliére, Sakespeare…).
Pero, centrémonos en Europa. En Francia, a finales del
siglo XIX el Código Napoleónico regula el matrimonio.
El cabeza de familia ostenta todo el poder, siendo
la mujer propiedad del marido.
Lo mismo ocurre en la España de principios
del siglo XX donde los valores cris anos se reafirman
aunque ahora antes de ser bendecidos por la Iglesia,
hay que legi mar la unión en el Juzgado. El estado con-
dena el adulterio y por supuesto no contempla el divor-
cio.
Con el siglo XX comienza el principio del fin
de los matrimonios arreglados. Los jóvenes emigran a
las ciudades y empiezan a cues onar las normas. Por
primera vez se habla de amor de forma similar a como
se hace hoy. Es la época de las tarjetas román cas, lle-
nas de idílicos y dulces mensajes con los que los jóvenes
se transmiten sus sen mientos amorosos y aunque es
preciso pedir la mano de la amada ¡al fin los amantes
empiezan a elegirse mutuamente!
Surgen las primeras demostraciones de amor
en público y apunta un nuevo modelo de pareja.
El siglo avanza y en Europa, después de la Se-
gunda Guerra Mundial se necesitan niños. El modelo
machista sigue imperando y el matrimonio regula la re-
lación amorosa. La maternidad cobra relevancia y una
vez más el niño es la razón de ser de la pareja. La
familia es lo más importante por lo que después de
la boda, se sacrifica “la pareja” a favor de “la familia”.
Dentro de ella se establece una jerarquía en la que el
hombre representa la autoridad. Es el amo protector, el
cabeza de familia que trae el dinero a casa y os-
tenta todo el poder. La esposa le debe obediencia.
No puede trabajar fuera de casa si no es con el consen-
miento del marido. Su deber es atender a la familia,
por tanto cuida de la casa, de los hijos y de los
mayores. No se contempla el divorcio en este modelo
de desigualdad de derechos, de obediencia y de amor
para toda la vida.
12
En Occidente, a finales de los años 60, surge
una revolución en la que los jóvenes protestan con-
tra el orden establecido. Reivindican la igualdad de los
sexos en todos los ámbitos incluido el derecho a disfru-
tar y decidir sobre la propia sexualidad. Con la píldora
an concep va, la maternidad puede ser elegida. El di-
vorcio se legaliza tras siglos de obligaciones e hipocre-
sía. El placer deja de considerarse pecado.
¿Ha dejado de ser úƟl la pareja? ¿Ha dejado de ser úƟl
la pareja clásica?
¿O, más bien la pareja avanza en su evolución y
tanto el matrimonio como la familia han dejado de ser
una obligación, un trámite o un paso obligatorio para la
convivencia?
Dado que la pareja puede exis r con o sin hijos,
¿la pareja del siglo XXI estaría compuesta por dos indi-
viduos que en libertad desean ser felices y desarrollarse
juntos? ¿Se hace necesario inventar un nuevo modelo?
Parejas heterosexuales, parejas de hecho,
parejas homosexuales, parejas abiertas, poliamor, fo-
llamigos, parejas swingers, familias monoparentales
y familias extensas… Se trata de parejas con o sin
hijos que eligen en libertad el momento de su ma-
ternidad/paternidad. Por cierto, hablando de hijos… in-
seminación ar ficial, vientre de alquiler…
Sin lugar a dudas, la pareja ya no es lo que era
hace tan solo unas décadas. La sociedad evoluciona y
las relaciones ín mas interpersonales adoptan, como
vemos, diferentes formas. Surgen o emergen a la luz
nuevos pos de relaciones reivindicando el recono-
cimiento y aceptación del entorno. Parece obvio que
se están produciendo importantes cambios en la pareja
frente a lo que representaba la pareja clásica.
Llegados a este punto, yo me pregunto: ¿Para
qué sirve hoy la pareja?
¿Es posible que haya llegado el momento de inventar
un nuevo modelo…? ¿De pareja? ¿De relación? ¿De
familia?
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Introducción
Pros tución y trata con fines de explotación sex-
ual en Lituania
El código penal lituano contempla la pros -
tución como un delito. Tanto pros tutas como clientes
son culpables. En ese sen do, las víc mas de la trata con
fines de explotación sexual, deben probar su condición
de víc mas para no ser acusadas de un delito.
Mantener la pros tución en la ilegalidad es una
medida que se man ene desde los empos sovié cos
en Lituania. Durante 1945-1962 llego a eliminarse el
uso de la palabra pros tución, pese a que su uso era,
incluso, conocido por los oficiales del gobierno. Algunas
militantes también se encontraban en situación de pros-
tución. Sin embargo, la ilegalidad de la pros tución en
la época Sovié ca sólo era aplicable a aquellas mujeres
que la prac caran y no tuvieran ningún otro trabajo
(Marcinkeviciene, Praspaliauskiene; 2003).
Después de la caída del régimen Sovié co, Litua-
nia sufrió los mismos problemas presentes en sus países
vecinos. Una de las principales caracterís cas fue el de-
sempleo, sobre todo en las mujeres, incluso con niños a
su cargo. Intentando sobrevivir, las mujeres aceptaron
cualquier po de trabajo, llegando, en muchos casos, a
ser explotadas sexualmente. Los tratantes de personas
tomaron esto como una ventaja y empezaron a vender
mujeres a bajo precio a otros países, empujándolas a la
esclavitud moderna.
En Lituania la trata de personas ha ido au-
mentando tras su independencia, aunque no se cuentan
con métodos para contabilizar con exac tud el número
de personas que son víc mas de trata. Actualmente se
contabiliza a través del número de deportaciones desde
otros países. Por ejemplo, en el año 2000 el gobierno
lituano es mó que unas 10 mujeres fueron enviadas a
España con fines de explotación sexual, pues ese fue el
número de mujeres deportadas; sin embargo, la emba-
jada de Lituana en España deportó entorno a 200 de
vuelta a Lituania por ese mismo mo vo (Tureikytë; Si-
pavièienë, 2001).
El problema de contabilizar el número de per-
sonas que han sido víc mas de trata por medio del
número de deportaciones es que no todas estas mujeres
son encontradas. Además, en caso de ser encontradas
Elena del Barrio Álvarez
Psicóloga y Sexóloga
Especialista en género
Universidad Autónoma de Madrid
Dpto. Psicología Biológica y de la Salud
y según la Convención de Vienna de 1963 (ra ficada en
1991 por Lituania) enen derecho a mantener este dato
en secreto. Así pues, la mayoría de los casos de trata no
se pueden contabilizar.
Lituania ene una población de 3.5 millones y se
es ma que hay entre 3000 y 10000 personas que ejer-
cen la pros tución en Lituania, siendo entre el 20 y el
30% extranjeras (siendo la mayoría de Rusia o de países
de la an gua Unión Sovié ca) (Leh , 2003).
Se es ma que cada año entre 4000 y 10000
mujeres son enviadas a otros países para pros tuirlas,
y se detectan anualmente 1000 mujeres como víc mas
de trata (Leh , 2003) de las cuales el 21% son menores
de edad, entre las que el 50% de los casos ene como
máximo la educación obligatoria (Blažytė, 2010). Juliano
(2005) correlaciona el alto índice de pobreza y el bajo
de educación con una mayor tasa de mujeres explotadas
sexualmente.
En los úl mos años, Lituania se está convir en-
do en el país con mayor índice de trata de mujeres con
fines de explotación sexual en el norte de Europa, te-
niendo como principales des nos Reino Unido y Alema-
nia, seguidos de Holanda (Tureikytë; Sipavièienë, 2001).
En Alemania el 18% de las mujeres que ejercen la pros -
tución son Lituanas (Leh , 2003).
ObjeƟvos
Analizar los factores sociales que han conver do
a Lituania en el país con mayor índice de trata de mu-
jeres con fines de explotación sexual.
Analizar los factores individuales que predispo-
nen a las mujeres lituanas a ser explotadas sexualmente.
Analizar las posibilidades de mejora de los siste-
mas de prevención contra la trata de mujeres con fines
de explotación sexual en Lituania.
Hipótesis
Bajas tasas de educación, alcoholismo en la fa-
milia, abusos en la infancia, drogadicciones y pobreza
son factores que van a aparecer en la muestra de mu-
jeres víc mas de la explotación sexual, pero no por en-
cima de la media en Lituania.
13
 En Lituania, como en los países donde se tolera
la violencia contra las mujeres, habrá mayor riesgo a
que las mujeres de dicho país sean víc mas de trata con
fines de explotación sexual.
En Lituania, como en los países donde hay gran
índice de tolerancia a la corrupción, habrá mayor riesgo
a que las mujeres de dicho país sean víc mas de la trata
con fines de explotación sexual.
Método
Par cipantes: 21 mujeres lituanas que han acu-
dido al centro de atención a víc mas de la trata y de la
pros tución de Kaunas (Lituania) Lietuvos Caritas.
Instrumentos
1. Entrevista semi-estructurada empleada para la
elaboración de los informes de la organización
de Lietuvos Caritas.
2. Bases de datos del: Centro Estadís co Nacional
Lituano, del Ins tuto de los Países Bál cos: Área
de Lucha Contra la Trata de Personas y del In-
forme Eurostat (2013).
Procedimiento
1. La recogida de información se realizó en Lietu-
vos Caritas, donde estuve trabajando durante
un año. Las entrevistas a las mujeres se reali-
zaron cuando ellas se sin eron preparadas para
hacerlo. Dichas entrevistas tenían un guión esta-
blecido (ver Anexo I), pero variaban en función
de la persona. Las mujeres veían el guión y ellas
solas redactaban sus historias. Cada mujer daba
la información que deseaba, sin presiones.
A con nuación se exponen las condiciones
en las que vive la sociedad lituana en general para luego
poder compararlo con las caracterís cas de la muestra.
Situación socioeconómica de Lituania
La República de Lituania es un país que ha su-
frido importantes transformaciones polí cas, económi-
cas, sociales y culturales en los úl mos años. Los dos
acontecimientos históricos más recientes que han pro-
vocado esos cambios son su independencia de la an -
gua Unión Sovié ca, y su integración en la Unión Euro-
pea en 2004 (Colmenero, 2006).
A pesar de los cambios de régimen, las
relaciones polí cas y económicas, en Lituania, no han
variado el grado de corrupción existente: Los sobornos
o las “cadenas de favores” son el modo de poder resol-
ver los asuntos legales, económicos, o médicos de for-
ma eficaz (Urbonas, 2009).
Los Barómetros de Transparencia Legal Interna-
cional recogidos en 2009 indican que el 30% de la po-
blación lituana admiten haber sobornado a alguien en
los úl mos 12 meses (Velykis, 2010).
14
2. Comparar cuan ta vamente el perfil de la
muestra con la información encontrada en la re-
visión teórica de inves gaciones similares.
3. Comparar cualita vamente las opiniones de ex-
pertos encontradas en la revisión teórica sobre
la situación de las víc mas, con los relatos de las
mujeres.
4. Comparar la situación Lituana con la de otros
países con respecto a la trata.
La muestra de mu-
jeres lituanas vícƟmas de
la trata
• La muestra ene una edad media de 21.57 años,
siendo la moda 18 y la desviación pica 6.28.
• De la muestra el 52 % en su infancia contó con la
presencia de padre y madre, de éstas, el 54% perdió
a alguno de sus dos padres antes de llegar a cumplir
la mayoría de edad (el 20.9% de las familias lituanas
son monoparentales).
• El 85.7% de la muestra durante su custodia fue de-
rivada en al menos una ocasión.
• El 42.85% de la muestra ha recibido abusos en su
infancia por parte de los miembros de la familia con
los que convivía. Dos de ellas han sufrido abusos por
más de un miembro de la familia con la que con-
vivían durante su infancia. Sólo en un caso el delin-
cuente fue juzgado por dichos delitos, aunque no
pagó la multa que se le impuso.
Por otra parte la transición para Lituania su-
puso un aumento del índice de pobreza entre la po-
blación (Cornelius, 1995), sobre todo entre las mujeres
(que enen altas tasas de desempleo y menor salario;
situación que empeora en el caso de familia monopa-
rental: 20,9% de los casos, Eurostat, 2011).
Además, gran parte de la población no finaliza
la educación obligatoria (25,9% no lo hace, Lietuvos
Sta s kos Departamentas, 2011)
El alcoholismo es otro gran problema de la po-
blación de lituana (14,1% es alcohólico; Lietuvos Sta s-
kos Departamentas, 2011) que afecta directamente a
la situación de pobreza y exclusión. Las tasas de pobre-
za son aún mayores en los pueblos que en las ciudades
(30,7% frente a un 14,7%; Lietuvos Sta s kos Departa-
mentas, 2011).
Por otra parte, en Lituania no hay una ley espe-
cífica que proteja los derechos de las mujeres maltrata-
das, sólo una ley general contra la violencia domés ca.
Tampoco hay registros, en las comisarías o en los juzga-
dos, sobre la can dad de mujeres que sufren violencia
de género (Rivas, 2011). La sociedad en Lituania no está
concienciada por la problemá ca.
 Totalmente De acuerdo No lo sé En desacuerdo Completamente
de acuerdo desacuerdo
El alcoholismo es la principal razón de la 37.1 49.3 8.1 3.5 2.0
violencia doméstica
La violencia contra las mujeres en la fa- 15.1 50.4 14.7 16.8 3.0
milia debe resolverse dentro de la familia
En la mayoría de los casos la violencia 9.4 36.5 25.7 21.8 6.5
contra las mujeres dentro de la familia está
relacionada con los trastornos mentales
del hombre o la mujer
En determinadas circunstancias el marido 2.2 7.1 7.7 42.6 40.6
debe dar un sopapo a su mujer
En la mayoría de los casos las mujeres 2.3 22.9 31.2 31.5 12.1
ejercen violencia contra ellas mismas
La violencia en el matrimonio está aso- 14.9 33.5 18.9 21.5 11.1
ciado al bajo status económico

Tabla1: Estadística realizada en Vilnius, Kaunas y Anykðèiai a 4500 personas. Fuente: Reingardienë, J.
(2002). Sociologija. Mintis ir veiksmas.

• El 14% de la muestra contaba con más de un apoyo
afec vo dentro de la familia, otro 14% con ninguno,
y el 72% únicamente con uno.
• El 52% de la muestra ha convivido durante su in-
fancia con familiares alcohólicos (el 14.1% de la po-
blación lituana es alcohólica).
• El 42.85% de la muestra no ha terminado la edu-
cación obligatoria (hasta 8º) (el 25.9% de la po-
blación lituana tampoco).
• El 85.71% han sido víc mas de bullying en la es-
cuela, el 14% fueron violadas por sus compañeros.
• El 61.9% no ha tenido nunca amigos en la infancia,
de las que los tuvieron el 23.8% fueron vendidas por
ellos.
• El 33% han tenido alguna adicción.
• El 19% han sido imputadas por robo.
• El 42.85% han sido traficadas a Inglaterra; el 28.57%
a Alemania; el 19% a Holanda; el 9.2% a España;
4.76% Francia, 4.76% Noruega y 4.76% Japón (las
mujeres han sido traficadas a más de un des no en
alguna ocasión).
• El 95.23% fueron engañadas para llevarlas al lugar
donde sería víc ma de explotación.
• El 42% de las mujeres retornan a Lituania por medio
de la policía. El 9% volvió por tramitación del hospi-
tal en el que fueron ingresadas. El 35% escapó por
sus propios medios. El 14% fueron intentos fallidos
de trata.
• De las 21 mujeres de la muestra sólo 15 contes-
taron a la pregunta sobre sus expecta vas para el
futuro, de ellas, el 73% ene expecta vas posi vas
y proyectos de vida establecidos. Para el 27% estas
expecta vas son nega vas.

• El 52% han sido diagnos cadas de algún trastorno

psicológico (depresión, ansiedad o TEP). De ellas,
el 40% había sido diagnos cada de algún trastorno
psicológico antes de ser explotadas sexualmente. El
100%, de este subgrupo, lo mantenía cuando llega-
•
ron a la organización.
El 38% de la muestra ha sido traficada por sus pare-
jas. En un caso la mujer fue traficada por dos de sus
parejas.
• El 33% de la muestra ene al menos un hijo/a.
• El 28.57% de la muestra trabajaba antes de ser ex-
plotadas sexualmente.
• El 19% no tenía dinero para sobrevivir antes de ser
explotadas sexualmente, el 61.9% se encontraban
en un status económico medio antes de ser explota-
das, y el 19.1% un estatus socioeconómico alto (el
salario medio en Lituania está entre 232 €/mes,
pero la comida, la ropa, la luz y la gasolina cuestan lo
mismo que en España).
Factores que facilitan
que las mujeres sean ex-
plotadas sexualmente
Los expertos opinan que la profunda cultura
patriarcal lituana está directamente relacionada con la
trata de mujeres. Muchos hombres consideran que las
mujeres son inferiores y muchas mujeres acaban creyén-
doselo (Tureikytë; Sipavièienë, 2001).
“Yo pensé que no podía esperar nada de mi vida.
Sólo ser prosƟtuta”. 39 años, Kedainai.
“Iba completamente borracho. Me explicó como
ejercer la prosƟtución y me violó. Quizás 3 o 4 veces, me
daba asco mirar a sus pantalones lascivos, y yo tenía
un dolor terrible. Sin embargo, acepté su propuesta,
después de todo, la verdad me daba igual.” 19 años, Pa-
nevezys.
15
 Una de las principales razones por las que las
mujeres acaban en la pros tución callejera es la necesi-
dad de alimentarse a sí mismas (Ekberg, 2004). El sala-
rio medio interprofesional en Lituania en 2011-2012 era
de 232€ / mes (Eurostat, 2011) (estando el precio de
la comida, la ropa, la gasolina y la luz al mismo que en
España). Las mujeres cobraban un 15% medio menos
que los hombres; siendo la obtención de un puesto de
trabajo mucho más di cil para las mujeres (Tureikytë;
Sipavièienë, 2001).
“Cuando estuve viviendo con él nos endeuda-
mos, y era imposible encontrar alguna salida, así que me
puse a buscar trabajo. Encontré un anuncio en el periódi-
co para un trabajo bien remunerado en Kaunas. Llamé y
me dijeron que tenía que dar masajes eróƟcos… Dije que
no, pero a los tres meses tuve que llamar a decir que sí,
porque teníamos deudas muy grandes y peligrosas.” 22
años, Kre nga.
Sin embargo, las mujeres que se encuentran en
la pros tución, no consiguen ahorrar, debido a los gas-
tos asociados al ejercicio de la misma; ya sea porque de-
ben pagar la deuda que contraen con la mafia, o porque
el entorno las envuelve en una situación de consumo.
“Comencé a recibir llamadas telefónicas de Rai-
mis con amenazas, me decía que tenía que darle 4500lt
para reponer a la otra chica que había tenido que re-
poner.” 19 años, Kaunas.
Otra razón por la que las mujeres acaban en la
pros tución se encuentra en la familia. Padres alcohóli-
16
cos, falta de redes sociales y la no enseñanza de valores
morales puede llevar a las mujeres a involucrarse en la
pros tución (Casas y Vilalta, 2006).
“Casi todos los recuerdos que tengo de mi in-
fancia son desagradables y horribles. Mi padre siempre
estaba vomitando por ahí borracho.
Luego se Ɵraba medio desnudo por
el suelo, y se hacía pis y caca”. 19
años, Panevezys.
Los traumas por abusos sexua-
les sufridos en la infancia también
están relacionados con la tolerancia
a la pros tución, si no son tratados
adecuadamente (UNICEF, 2001).
“Mi padrastro me violaba siem-
pre. Siempre me trataba mal. Fui
violada por él todos los días. Todo
comenzó cuando tenía 12 años. Él
me pegaba y me violaba solamente.
Me dañó mucho con sus acciones,
Mi padrastro me amenazaba para
que no se lo dijera a mi madre, la
policía o los servicios sociales… No
se lo había contado a nadie porque
es muy doloroso.”18 años, Paneve-
cys.
Hay también alguna relación
entre pros tución y drogadicción.
Algunas veces las mujeres toman
drogas y por eso acaban en la pros-
tución; o, como están en la pros -
tución, toman drogas. Una vez que
la mujer que está en la pros tución
toma drogas, la dependencia de
las drogas y la necesidad de dinero
para ellas la mantendrán en la pros tución, para la que
necesitará consumir drogas (López-Olmos, Terradez y
Gasull, 2009).
“Conocí a un chico que me acostumbró a la
droga, y me gustaba porque me relajaba. Tomaba an-
fetaminas, coca y fármacos. Para poder pagar las dro-
gas robaba. Después de tener 5 juicios dejé de robar y
empecé la prosƟtución. Un hombre le dijo a la policía
que era puta y me hicieron pagar 500 litas de multa. En-
tonces tuve que empezar a prosƟtuirme más para poder
pagarla.” 19 años, Marijampole.
La trata con fines de explotación sexual arruina
la vida de muchas mujeres. Deja en ellas grandes trau-
mas que en varias ocasiones las acompañan hasta el fi-
nal de sus vidas. La trata de mujeres supone la violación
total, la violencia sica y la psicológica. Es común que en
estas mujeres quede un sen miento de culpa (O’Connor
y Healy, 2006).
“Cuando él me pegaba pensaba que era la for-
ma en la que tenía que espiar mis pecados por todo lo
que había hecho, y así todo me iría mejor… Ahora no lo
recuerdo, pero sé que pensé en el suicidio. Planeé dónde
y cómo matarme”. 21 años, Klaipeda
 “La vida las cosas así no las perdona, pero yo
suplico a Dios que me ayude. Hice una oración:
Cada día comienza con usted y
Conmigo todas las noches mueren.
Cada amanecer que no se pierda.
Cada mano que no me deje tropezar.
Yo con las rodillas en el suelo pido perdón
Y con esta oración reflejo mi tristeza y mi amor.”
19 años, Panevecys.
Actualmente el principal modo de introducir a
las mujeres en la explotación sexual en otros países es
el engaño. Se u lizan los anuncios en el periódico o las
personas cercanas a la víc ma para atraerlas a los países
de des no. En la mayoría de los casos son las únicas per-
sonas con las que la víc ma ene relación de amistad las
que la venden. Los proxenetas enen frecuentemente
relaciones de pareja con la víc ma.
A las mujeres las llevan a los otros países en gru-
po o individualmente.
A la llegada la mayoría de las mujeres son vio-
ladas y forzadas a pros tuirse (Tureikytë; Sipavièienë,
2001).
“Me enamoré de uno de ellos. Cuando me ofre-
cieron ir a Noruega, yo acepté. Me dijeron que tenía que
servir alcohol con ropa especial. Pero no, trabajé como
prosƟtuta durante año y medio. Este chico me pegaba,
pero todavía le amaba. Cuando volvimos a Lituania me
dejó y me deprimí.”18 años, Marijampole.
“Cuando acabé 8º grado me puse a trabajar en
un huerto en verano. Allí conocí a mi amiga Asta. Enton-
ces ella me dijo de irme a Inglaterra a trabajar en un siƟo
de teléfonos. Cuando fuimos un turco estaba esperán-
donos y nos meƟó en un coche. Luego me llevaron a una
habitación y me dijeron que iba a trabajar de prosƟtuta.
Yo no quise, pero me dejaron encerrada varios días sin
comer, sin luz sin nada. No sé cuánto Ɵempo fue, pero
fue como toda una vida.”18 años, Panevezys.
La indefensión aprendida es un mecanismo, bien
conocido por los perpetradores, que garan za la sumi-
sión absoluta de la víc ma, convir éndola en su esclava.
Las mujeres terminan some éndose a los propietarios
de los locales y proxenetas, viven únicamente en el pre-
sente, conscientes de que han perdido todo control so-
bre su vida, su economía, sus emociones, su iden dad
sica y sexual. Las mujeres y las niñas y niños víc mas
de la trata viven permanentemente con el miedo de ser
secuestrados, engañados y abusados. Intentan entender
lo que les está ocurriendo e imaginan maneras de huir;
sin embargo, no enen ninguna referencia externa que
les permita mantener su iden dad. Al final terminan por
aceptar que no pueden escapar. Físicamente están con-
finados, encerrados, sus acciones y movimientos están
permanentemente vigilados. (D’Cunha, 2002).
D´Cunha (2002), en una organización de niños
del Reino Unido, iden ficó las cuatro etapas que atra-
viesan las jóvenes hasta llegar a la pros tución:
Encantamiento: Impresionando a la joven,
ganándose su confianza, haciéndole creer que él es la
única persona que la comprende, asegurándose de que
ella se enamore de él, haciéndole regalos, generalmente
un anillo, y declarándose como su “novio”.
Creación de dependencia: Haciéndose
más posesivo, convenciéndole de que rompa o de que
se deshaga de objetos que son importantes para ella, o
a los que ene especial apego, cambiándole el nombre,
rompiendo cualquier contacto con su vida anterior, ais-
lándola.
Toma de control: Decidiendo a dónde ene
que ir, lo que ene que ver, lo que ene que ponerse,
lo que ene que comer y lo que ene que pensar; pro-
firiendo amenazas, y si es necesario, u lizando la vio-
lencia, imponiendo reglas mezquinas, mostrándose in-
coherente e inestable, exigiéndole que le demuestre su
amor.
Dominio total: Haciendo de ella una víc ma
de su voluntad, asegurándose de que responde a todos
su deseos, convenciéndole de que mantenga relaciones
sexuales con un amigo suyo, convenciéndole de que
permanezca encerrada en casa, convenciéndole de que
ella necesita ganar dinero, y de que la forma más fácil y
mejor, es vendiendo sexo (D´Cunha, 2002).
No en todos los casos tratados se observan las
pautas que establece D´Cunha (2002), pero sí que es
cierto que, en general, dichos patrones aparecen; pese
a que a veces la toma de control se realiza directamente
con amenazas, palizas o violaciones.
“Con el Ɵempo conocí a un hombre, y nos fui-
mos haciendo más amigos, hasta que me enamoré de
él. Empezamos a vivir juntos. Él era celoso, pero no sé
de qué, yo nunca haría nada malo a alguien que quiero.
Al final dejé el trabajo y me fui con él a vivir a Siaule,
quería tener una familia normal, así que nos apartamos
del resto. Pero luego me pegó, y me obligó a no ver a
mi hermana ni a mis amigas. Fue doloroso. No me de-
jaba vesƟrme o ir como las demás, pero a pesar de todo,
yo le quería mucho. Viví con él durante dos años. Luego
me vendió… Yo sé que lo que hacía era menƟrme a mí
misma para pensar que todo estaba bien, pero si te digo
la verdad todavía le quiero, y creo que nunca le olvidaré,
no importa lo que meta la pata conmigo, yo le quiero, y
siempre será mi único amor.” 22 años, Kre nga.
“Tenía miedo de escapar, me dijeron que Manolo
era muy cruel, una chica intentó espacapar y él la mató,
y si intentábamos escapar nosotras, nos mataría tam-
bién… Los clientes no nos hacían daño porque Manolo
nos protegía. Su trabajo era impedir que nos pegaran. Si
una de nosotras no conseguía un hombre en todo el día,
entonces nos pegaba a todas.” 33 años, Napsiai.
“Él no me dejaba comer o beber cuando yo
quería. Yo le compraba comida pero no me dejaba nada,
o solo un poco. La úlƟma vez que me eché a dormir
sola por la mañana, él me levantó y me hizo que se la
chupara. Cuando quedé con una amiga él me dijo que
había estado follando. Por eso me meƟó los dedos en
la vagina. Me quejaba por no poder dormir, pero no le
17
 importaba. No podía hablar con nadie, miraba mi móvil,
escuchaba mis conversaciones.” 21 años, Klaipeda.
Esta situación es favorecida en los casos en los
que las personas no cuentan con apoyos externos posi -
vos, o han tenido una historia de vida de soledad forza-
da. Pese a que no aparecen datos específicos al respecto
en la bibliogra a, en los casos abordados en este estudio
se ha observado que hubo una gran incidencia de abu-
sos en la escuela (y no sólo en la familia) durante la in-
fancia, contra las mujeres que acabaron siendo captadas
para fines de explotación sexual.
“Con 16 años en una fiesta empezamos a beber
y unos amigos me acorralaron y me violaron. Cuando mi
abuela me vió entrar en casa y con una puñalada en la
pierna llamó a la ambulancia. La policía me preguntó,
pero dije que no me acordaba. Luego volví a la escuela y
les veía por ahí. Un día me los encontré en un bar, y me
asusté, pero se rieron y me dijeron que tranquila, que no
les interesaba.” 18 años, Marijampole.
“En el colegio no tenía amigos, la gente me tra-
taba mal. Me pegaban, se reían de mí, me insultaba…
Una vez se puso toda la clase en contra mía. Reunieron
firmas para expulsarme del colegio.” 19 años, Paneve-
cys.
“En el colegio se burlaban de mi porque nunca
usaba maquillaje y no vesơa como las otras. Cuando me
cambié de colegio empecé a usar maquillaje, me teñí el
pelo, pero seguían burlándose de mí. Pensé que cuando
fuera a la universidad todo sería diferente. En la univer-
sidad conocí a una chica muy guapa, ella tenía muchos
amigos y todo el mundo la hablaba. No podía creer que
ella me empezara a hablar…Dalija me ofreció trabajar
como prosƟtuta. No recuerdo mi respuesta, después se
lo pregunté a Henrik, y él medijo: por supuesto, por qué
no, muchas chicas lo hacen.” 21 años, Kalipeda.
Cómo combaƟr el fe-
nómeno de la trata con
fines de explotación
sexual en Lituania.
Los proxenetas y tratantes de mujeres con fines
de explotación sexual deben recibir penas más estrictas,
y nunca inferiores a las que sufren las personas que trafi-
can con droga o armas. Las medidas policiales deben
centrarse en penar al vendedor y proteger a la víc ma.
Esto permi ría que las mujeres se sin eran más libres
y con menos miedo a la hora de denunciar y dar infor-
mación sobre sus agresores. Además los pros tuidores
no se sen rán tan libres a la hora de delinquir (Tureikytë;
Sipavièienë, 2001).
A modo de prevención se deben dar servicios
gratuitos de tratamiento para víc mas de la violencia
sexual, sica y psicológica y establecer medidas de de-
tección en colegios, ins tutos, universidades, hospitales
y comisarías. Son necesarias también campañas de pre-
18
vención contra la violencia de género (United States De-
partment of State, 2012).
Es necesario crear conciencia sobre el daño que
realizan los clientes de la pros tución. A pesar de ser ile-
gal ser cliente de pros tución en Lituania, no hay casos
de arresto de hombre por dicho acto, pero sí de mujeres
que la ejercen, aunque sean éstas las víc mas de la ex-
plotación sexual (O’Connor, & Healy, 2006).
Por otra parte, la lucha contra la trata de mu-
jeres con fines de explotación sexual debe comenzar
desde el gobierno. Es necesaria una ley contra dicha
situación, además de una ley que proteja a las víc mas
que han sido traficadas, para evitar así una vuelta al ci-
clo de la explotación. Sería deseable que exis era mayor
colaboración y ayuda entre las organizaciones, en vez de
malgastar energías y fuerza por defender la autoría de la
mejor metodología o ideal.
Conclusión
Lituania es uno de los países europeos “líderes”
en la trata de mujeres con fines de explotación sexual.
En éste análisis de la situación de 21 víc mas de la trata
retornadas a Lituania se ha podido observar que hay fac-
tores presentes en la muestra: familias desestructura-
das, problemas de drogadicción en la familia (principal-
mente alcoholismo), nivel educa vo bajo… Sin embargo,
las personas con ese perfil, en otros países como, por
ejemplo, España, no llegan a ser víc mas de trata con la
misma frecuencia que lo son en Lituania.
Por lo tanto, los factores individuales, aunque
pueden ser predisponentes, no son defini vos, ni indica-
vos de lo que sucede con las mujeres Lituanas. Parece
necesario analizar entonces qué de diferente enen
países como Lituania y Rumania frente a países como
España, Alemania, Holanda o Reino Unido, puesto que
unos son países de envío de mujeres con fines de explo-
tación sexual y los otros países de des no.
Se podrían agrupar tanto Lituania y Rumanía,
aparte de por el nivel socioeconómico bajo (Eurostat,
2011), por las grandes tasas de alcoholismo y el gran
número de personas sin educación básica (UNFPA,
2007); por la falta de leyes contra la violencia de género
(Ghebrea, 2010) y por el alto índice de corrupción en el
país para la obtención de atención sanitaria, educación
y policial (Mihaiu, & Opreana, 2013). Además en todos
estos países, las mujeres, en situación de pros tución,
son culpables, y enen riesgo de pena de cárcel o multa
(Jakobsson, & Kotsadam, 2013).
España, Alemania, Holanda y Reino Unido enen
en común la permisividad de la situación de la pros -
tución, ya sea porque es legal o porque no se contempla
como ilegal. Por otra parte, en estos países los trámites
de sanidad, educación y policiales no implican sobornos
por norma, y hay penas para los casos de violencia de
género. Las polí cas que se llevan a cabo contra la trata
van más encaminadas a iden ficar inmigrantes ilegales
que a proteger a las víc mas. Cuanta más permisividad
hay respecto a la pros tución, más casos de víc mas de
trata presenta el país (O’Connor, & Healy, 2006).
 En este sen do, podemos afirmar, que pese que
a países como Lituania o Rumanía deberían mejorar las
medidas que enen para prevenir, proteger y penalizar
la trata, países como España o Alemania deberían, tam-
bién, mejorar las medidas para prevenir ser países de
des no en la trata de mujeres. Un modelo a seguir para
estos paises des no puede ser Suecia. En este país se ha
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y se le prestan recursos y ayudas. Suecia ha dejado de
ser país de des no de la trata con fines de explotación
sexual; aunque, todavía, ene que enfrentarse a la lucha
para dejar de ser país de tránsito de mujeres que van a
ser explotadas sexualmente (O’Connor, & Healy, 2006).
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School of Governance.
Anexo I. Estructura para elaborar la redacción de las historias de
vida.
Edad
Lugar de Nacimiento
Familia (¿Con quién vivías?, ¿Cuantos familiares cercanos han muer-
to, y cómo?, ¿En cuántas casa has vivido?, ¿Abusaron de
?, ¿Alguien te apoyaba en tu familia?, ¿Algún familiar cer-
cano tenía alguna adicción? ¿Algún familiar come ó algún
delito?)
Educación (¿Hasta qué curso estudiaste?, ¿Te gustaba ir a la escuela?,
¿Qué relaciones mantenías con tus compañeros y profeso-
res?, ¿Abusaron de en la escuela?)
Amigos (¿Cuántos amigos tenías?, ¿Consumían algún po de droga?,
¿Abusaron de ?)
Antes de ser explotada (¿Tenías adicciones?, ¿Come ste algún de-
lito?, ¿Tuviste problemas psicológicos?, ¿Tenías trabajo?,
¿Cuál era tu situación económica?)
Parejas (¿Cuántas parejas tuviste?, ¿Cómo fueron las relaciones?,
¿Abusaron de ?, ¿Te casaste?, ¿Tuviste hijos?, ¿Quién ene la custo-
dia?, ¿Abusaron de dentro del matrimonio?, ¿Alguna pareja come-
ó algún delito?)
Relación con los pros tuidores (¿De qué conocías a quienes te ex-
plotaron? ¿Te frozaron?, ¿Hubo engaño?, ¿Qué te dijeron?,
¿Saliste del país?, ¿Dónde fuiste?, ¿Abusaron de antes?,
¿Qué po de abusos se come eron?, ¿A cuántos lugares te
llevaron?, ¿Cómo conseguiste salir?, ¿Hubo más intentos
de escapar?, ¿Intentaron explotarte sin conseguirlo alguna
vez?)
Futuro (¿Qué futuro crees que te espera?, ¿Qué deseas hacer?, ¿Cuá-
les son tus sueños?)
19
 A½¦çÄƒÝ ‘ç›Ýã®ÊěÝ
ƒ‘ã烽›Ý Ýʐٛ ›½
ÊÙ¦ƒÝÃÊ
En este escrito presentamos al lector algunos
de los aspectos más relevantes en relación con el
orgasmo, tanto femenino como masculino; vamos a
seguir, principalmente, el trabajo de uno de los más
importantes inves gadores actuales sobre este tópico,
el Dr. Barry K. Komisaruk. En 2012 el profesor Komisaruk,
que se siente orgulloso de poder hablar en español, visitó
nuestro país e impar ó varias conferencias y talleres en
el marco del programa de posgrado de salud sexual de la
UNED1. El profesor Komisaruk desarrolla su ac vidad de
inves gación en la Universidad de Rutgers en New Jersey
y sus trabajos son aportaciones de singular relevancia en
el campo de la sexualidad humana.
¿Qué es el orgasmo?
Se puede afirmar que, el orgasmo, desde una
1 Se puede ver una de sus conferencias en: http://www.uned.es/
saludsexual/jornadas/2012/komisaruk.htm
20
Chelo García Navarro
Psicóloga clínica experta en Sexualidad Humana
y Educación sexual por la UNED. Máster en Salud
Sexual y Sexología Clínica por la UNED
perspec va general es la culminación del placer sexual,
un estado de clímax que proporciona una sensación
de repen na liberación acumulada que se inicia en las
fases previas de excitación sexual. Money, Wainwight
y Hingbuerguer2 describen el orgasmo como: “Un
breve episodio de liberación sica como consecuencia
de la vasoconges ón y el incremento miotónico
experimentado en respuesta a un es mulo sexual”, por
su parte, Kinsey Pomeroy, Mar n y Gebhard3, se refieren
al orgasmo como una: “descarga explosiva de tensiones
neuromusculares en el máximo de la respuesta sexual”.
Dos desnudos sobre una estera apache / Philip Pearsltein. 1971
Esa sensación puede describirse como el momento en
el que se generan una serie de espasmos musculares
intensos que podemos percibir como sumamente
2 Money J., Wainwight, G. y Hingbuerguer D., “The Breatheless
Orgasm: A Lovemap Biography of Asphyxiophilia” New York,
Prometheus Books, 1991.
3 Kinsey, A., Pomeroy, W., Martin, C. y Gebhard, P, “Sexual Beha-
viour in the Human Female” Filadelfia, W.B. Saunders, 1953.
agradables, a lo que contribuye la liberación de
endorfinas.4
En el caso de las mujeres, estos espasmos
juegan posiblemente un papel muy relevante, ya que,
según Komisaruk, uno de los efectos del orgasmo, es que
incrementa la succión producida por las contracciones
ondulatorias del útero. Cuando el orgasmo se produce
durante un coito, esta succión aspira el semen eyaculado,
que se deposita cerca del cérvix, en el interior del útero
facilitándose así la fecundación.5
Komisaruk y col., recuerdan que las zonas
del cerebro y de la médula que controlan el dolor y el
orgasmo se solapan; esta asociación ene, a juicio del
autor interesantes consecuencias; así, y por ejemplo,
el lado posi vo es que, durante el orgasmo producido
mediante la autoes mulación del clítoris, las mujeres
son un 50% menos sensibles al dolor de lo que lo son en
situación de reposo. En este sen do, el orgasmo podría
ser considerado una importante fuente de analgesia.
En algunos casos, cuando se les pedía a los cirujanos
que trataran un dolor que no se podía controlar
mediante fármacos, lo que hacían era seccionar unas
determinadas vías neurales de la médula espinal
del paciente, sin embargo, como efecto colateral se
producía un bloqueo de la capacidad de tener orgasmos.
En algunos casos la cirugía tenía una efec vidad sólo
temporal, de modo que el dolor reaparecía al cabo de
seis meses, pero como aspecto posi vo cabe mencionar
que también volvía a aparecer la capacidad de tener
orgasmos. Con los resultados de estas inves gaciones se
ha puesto de manifiesto una nueva línea de trabajo cuya
mejor comprensión futura podría conducir a nuevos
tratamientos contra el dolor.
Hay una pregunta importante que debe ser
respondida: ¿son los orgasmos producto exclusivo de la
es mulación genital o también pueden ser generados
por es mulos no genitales? Como es sabido, se han
descrito otras fuentes, diferentes de la específicamente
genital, capaces de producir la ac vación necesaria para
que se produzca el orgasmo. Algunas de las situaciones
en que se han descrito orgasmos sin es mulación
específicamente genital se han mencionado las
siguientes6:
• Orgasmos producidos mediante imágenes
mentales y en ausencia de es mulación sica.
Experiencias sobre orgasmos femeninos “con
el pensamiento” mostraron que las mujeres
presentaban un incremento en el ritmo cardíaco,
la presión arterial, el diámetro de las pupilas y el
umbral del dolor picos del orgasmo.
• Orgasmos experimentados durante la meditación.
Kenneth Ray Stubbs proporciona detallados
4 Recordemos que las endorfinas, son unas substancias peptídicas,
producidas de forma natural en el encéfalo que bloquean la sensa-
ción de dolor y están relacionadas con las respuestas emocionales
placenteras.
5 Komisaruk, Barry R, Beverly Whipple, Nasserzadeh, Sara, Carlos
Beyer-Flores, “Orgasmo. Todo lo que siempre quiso saber y nunca
se atrevió a preguntar”, Paidos, Barcelona, 2011, Pág.43
6 Komisaruk, Barry R, y otros. Op Cit. Págs 29-30.
ejemplos de experiencias orgásmicas producidas
durante diversos pos de meditación.
• Orgasmos experimentados durante el rezo, tal
como ha documentado William Stayton. -Orgasmos
experimentados por mujeres y hombres con
lesiones en la médula espinal a través de las caricias
del compañero en las zonas de piel hipersensibles
no genitales, cercanas al lugar de la lesión.
• Ataques epilép cos que producen auras orgásmicas.
• Orgasmos “fantasmas” experimentados por mujeres
y hombres con lesiones en la médula espinal, que
sienten orgasmos genitales mientras duermen a
pesar de que la lesión bloquea las sensaciones
genitales conscientes.
• Orgasmos producidos a través de la es mulación de
la boca, los labios, el pecho, los pezones, el ano, el
hombro o el dedo del pie.
• Orgasmos producidos como resultado de la
es mulación de cualquier parte del cuerpo por la
persona adecuada y de la manera adecuada.
• Orgasmos durante el parto.
• Orgasmos durante la defecación y la micción
enérgica.
• Orgasmos producidos por la es mulación eléctrica
o química directa del cerebro, como se describe en
los estudios realizados durante un breve período
de la década de 1950, antes de que se impusieran
restricciones sobre este po de experimentos.
• Orgasmos no genitales experimentados bajo la
influencia de drogas psicodélicas. -Orgasmos
producidos inesperadamente mediante la es -
mulación eléctrica de la columna vertebral para, en
principio, controlar el dolor.
• Orgasmos producidos mediante la es mulación tras
una cirugía transexual (tanto en sen do hombre-
mujer como mujer-hombre).
Este conocimiento de los elementos es mulares
capaces de producir orgasmos ene gran importancia
en lo que respecta a la relación entre discapacidad y
orgasmo. Así, las inves gaciones7 recientes sugieren
que la principal diferencia en el funcionamiento sexual
entre las mujeres con discapacidad y las mujeres sin
discapacidad puede ser explicada por las dificultades
que las mujeres con discapacidad experimentan en la
búsqueda de una pareja. El nivel de deseo sexual es el
mismo, pero el nivel de ac vidad es significa vamente
menor porque hay menos mujeres con discapacidad
que tengan compañeros, lo que, obviamente, reduce sus
oportunidades.
En general, la expresión sexual en el caso de
mujeres con problemas motores (como parálisis) se ve
menos afectada que en el caso del varón; una posible
explicación es que resulta sicamente más sencillo para
la mujer adaptar o redefinir su rol sexual, aunque sea de
forma pasiva.
7 El Centro para la Investigación sobre la Mujer con Dis-
capacidad, UAB España Centro de Rehabilitación / RRTC Médica
en complicaciones secundarias en el SCI, Veteranos Paralizados de
América, Spinal Cord Injury Association Nacional.
21
 Las mujeres que sufren paraplejia o tetraplejia8 un placentero orgasmo fantaseado que intensifica
y en edad fér l suelen recuperar su ciclo menstrual mentalmente una sensación existente.
y casi el 50 por ciento no se pierde un solo período
En lo que respecta a los orgasmos, tanto
posterior a la lesión. El embarazo es posible, y la médula
femeninos como masculinos, es necesario señalar
espinal de mujeres lesionadas permite un parto vaginal
que pueden ser muy dis ntos en una misma persona.
normal, a pesar de que son posibles complicaciones
Para una mujer, por ejemplo, la calidad sensorial de un
en el embarazo. Entre estas se encuentra la disreflexia
orgasmo depende de dónde ene lugar la es mulación:
autonómica y prematura (para las personas con lesiones
el clítoris, la vagina o el cérvix. El clítoris está conectado
por encima de T-6, caracterizado por la presión arterial
principalmente a los nervios pudendos; la vagina, a los
alta, sudoración, escalofríos, y dolor de cabeza) durante
nervios pélvicos, y el cérvix, a los nervios hipogástrico,
el parto. En este sen do, Komisaruk, Wise, Frangos, Liu,
pélvico y vago. Aunque la es mulación de cada una de
Allen y Brody9, precisan que esas mujeres no notaban
estas zonas puede, por sí sola, producir orgasmos, la
sensación sica alguna ni en piernas, caderas, abdomen
es mulación combinada de dos o tres regiones da como
o clítoris, pero sí en la parte más interior de la vagina.
resultado un efecto adi vo, produciéndose un orgasmo
En sus experimentos algunas incluso alcanzaban el
más general, lo que se describe como un: “orgasmo
orgasmo. Eso se convir ó en uno de los principales
global”.
descubrimientos en la carrera de Barry Komisaruk: el
nervio vago (que conecta el cerebro con diferentes En el caso del hombre, los nervios pudendos
órganos internos, sin pasar por la columna vertebral), transportan los impulsos nerviosos desde la piel del
alcanzaba también la parte más interna de la vagina y glande del pene y el escroto, y los nervios hipogástricos
estaba involucrado de alguna manera en la es mulación lo hacen desde los tes culos y la próstata. Por lo
sexual. tanto, la es mulación de estos dos grupos nerviosos
puede ocasionar sensaciones de algún modo dis ntas.
También hay algunas consideraciones especiales
En los hombres pues, el orgasmo depende casi por
relacionadas con la an concepción. Los an concep vos
completo de la es mulación del glande del pene11.
orales están relacionados con la inflamación y la
Casi siempre está acompañado por la eyaculación de
formación de coágulos en los vasos sanguíneos y el riesgo
líquido seminal. Mientras ocurre la eyaculación, una
de presentar este problema es mayor en las mujeres
serie de cuatro o cinco contracciones es acompañada
con lesiones de médula espinal. La mujer paralizada no
por sensaciones placenteras. Algunos hombres enen
puede sen r los disposi vos intrauterinos, lo cual puede
poderosas reacciones sicas durante el orgasmo,
causar algunas complicaciones di ciles de detectar. Por
que en algunos casos van acompañadas por fuertes
otro lado, el uso de diafragmas y espermicidas puede
sonidos vocales y movimientos corporales bruscos,
ser di cil para aquellas mujeres con destreza manual
otros sin embargo enen orgasmos más tranquilos y
reducida. En algunos casos, la lubricación vaginal puede
silenciosos; pero la mayoría de hombres experimenta
ser un problema; así algunas mujeres que sufren lesión
una gama de intensidades entre estas dos reacciones
en la columna (SCI-Spinal Cord Injury) informan que
extremas. Para muchos hombres, la principal fuente
enen lubricación refleja, pero otras otras no. Cuando se
de placer orgásmico es una eyaculación poderosa.
necesitan sus tutos, lubricantes solubles en agua, por
Otros hombres experimentan numerosas sensaciones
ejemplo, en la actualidad: Astroglide, jalea KY10, son los
orgásmicas con nuas, prolongadas después de la
lubricante de elección. La vaselina no se recomienda.
eyaculación. Incluso, se ha informado de que algunos
El orgasmo es posible en una mujer paralizada podrían experimentar un patrón similar a los orgasmos
si hay alguna inervación pélvica residual, aunque esto múl ples de las mujeres, una serie de mini-orgasmos
es rela vamente raro. Algunos hombres y mujeres son poco espaciados que llegan al clímax con la eyaculación.
capaces de experimentar lo que se ha denominado
En este escrito hemos pretendido resumir
“paraorgasmo”o”orgasmo fantasma,” a través de la
parte de los conocimientos actuales sobre el orgasmo,
reasignación de la respuesta sexual de las zonas del
conocimientos impulsados en gran medida gracias al
cuerpo afectadas por la lesión. Esto se describe como
trabajo de inves gadores como el Dr. Komisaruk. En
8 Se puede obtener más información en: http://www.christopherree- defini va se trataba de ofrecer una breve introducción
ve.org/site/c.mtKZKgMWKwG/b.4453433/ a un campo muy amplio que intentaremos ir
9 Komisaruk BR, Wise N, Frangos E, Liu WC, Allen K, Brody S. desentrañando en ar culos posteriores.
“Women´s clitoris, vagina, and cervix mapped on the sensory cortex:
fMRI evidence”, J Sex Med, 2011 Oct 8 (10)2822-30. doj: 10.1111/j
1743-6109.2011
10 Lubricante estéril, de uso general, soluble en agua. Alivia la se-
quedad vaginal (en casos de menopausia, post-parto, contracepción
hormonal...) y elimina los molestos síntomas provocados por los
picores. También facilita la inserción de tampones y termómetros
rectales. Está diseñado para lubricar la mucosa vaginal y rec-
tal. Su composición y textura, similar a la de las secreciones
fisiológicas proporciona sensaciones naturales. Es compatible
con el uso de preservativos de látex al tener una base acuosa.
Además es incoloro, inodoro, hipoalergénico y de pH neutro. 11 Fuente: Carl R. Darnais. Army Medical Center.http://www.
No mancha, se aclara fácilmente con agua y es compatible con crdamc.amedd.army.mil/Default.aspx
el uso de anticonceptivos.
22
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ObjeƟvo: El obje vo que perseguimos con este ar -
culo es profundizar en el conocimiento de la problemá -
ca en el desarrollo afec vo-sexual de los adolescentes
con psciopatología; la relación de dicha problemá ca
con el perfil psicopatológico y con los factores de riesgo
y la evolución del mismo en el empo y sus previsiones
de futuro.
Métodos: Para ello nos basamos en el Estudio “Pro-
blemá ca en el desarrollo afec vo-sexual en adoles-
centes con psicopatología: un reto en la intervención
terapéu ca” de Fernández Pereira, R., Gude Saíñas, R., y
Rodríguez Pousada, V. (2010) publicado en la Revista de
Psiquiatría Infanto Juvenil Vol7 nº2. En dicho estudio se
contó con dos muestras recogidas en Centros Terapéu -
cos de Menores. Una muestra “Total” de 112 sujetos de
los que se recopilaron datos sociodemográficos, po de
diagnós co, y situaciones de abuso y embarazo. Y una
Muestra “Actual” compuesta por un total de 30 sujetos a
los que además de los datos de la muestra total, se reco-
gieron también los rela vos a las variables que describi-
mos a con nuación. Las ac tudes frente a la sexualidad,
donde diferenciamos entre posi vas, aceptables o nega-
vas, establecidas en relación a categorías de valor hacia
los siguientes temas: orientación sexual, diferencias de
género, idea del propio cuerpo y masturbación, relacio-
nes sexuales y prác cas de riesgo. Las prác cas dañi-
nas, las cuales hacen referencia no sólo a prác cas de
riesgo, u lización de métodos de protección, etc., sino
también a todas aquellas prác cas que enen que ver
con una idea más amplia de la sexualidad, como la mas-
turbación, autolesiones y dolores genitales, ausencia
INTRODUCCIÓN
En relación a la adolescencia Altable (2001) habla
de cambios fisiológicos y sexuales responsables de una
serie de transformaciones psicológicas y sociales que
van a crear nuevas necesidades de relaciones afec vas
y sexuales.
Coleman (1985) habla de cuatro caracterís cas
propias de la adolescencia: Período en el que hay vul-
nerabilidad marcada de la personalidad, debida princi-
palmente al resurgimento de ins ntos y pulsiones en la
pubertad. Posible aumento de conductas inadaptadas,
debido a que las defensas psicológicas son inapropiadas
para hacer frente a los conflictos y tensiones internas. El
proceso de desapego ocupa una importancia especial,
pues se considera necesario para el establecemiento de
Rebeca Fernández Pereira
Vanessa Rodríguez Pousada
Sociedade Galega de Sexología (SOGASEX)
Asociación para a Saúde Emocional
na Infancia e na Adolescencia (ASEIA)
Nuestro agradecimiento al Instituto Wil-
helm Reich Europa, especialmente a Ricardo
Fandiño y Raquel Gude por su constante dedi-
cación y apoyo, y a Jerónimo Bellido y David
García, por compatir su inmensa sabiduría.
del interés sexual, no aceptación de la propia condición
sexual, rechazo del propio cuerpo, etc.
Se realizó un análisis de estadís ca descrip va.
Resultados: Sobre el diagnós co, destaca una pre-
valencia de los Trastornos de la Personalidad cercana al
50%. También un importante incremento de ingresos de
adolescentes con una patología de po psicó co. En re-
lación a los abusos podemos observar que en la muestra
actual alrededor de un 58% de hombres se han visto en-
vueltos en alguna situación de abuso.
Si comparamos estos datos con los de la muestra to-
tal, adver mos un gran aumento en el porcentaje. En
cuanto a las mujeres cabe destacar que la totalidad de
la muestra actual han sido abusadas y constatamos que
esta ha seguido siendo la tendencia.
Observando la muestra actual, lo más resaltable de la
relación entre las ac tudes ante la sexualidad y las prác-
cas dañinas, el 100% de los menores que presentan ac-
tudes posi vas llevan a cabo prác cas saludables.
Detectamos que el hecho de haber sufrido abusos,
está en relación con el agravamiento de la patología.
Conclusión: El posible desarrollo problemá co del
área afec vo-sexual de los adolescentes se relaciona con
la gravedad del diagnós co, condicionado por un acer-
camiento traumá co a dicha área, donde la resiliencia y
el trabajo terapéu co pueden proporcionar una mejora
considerable.
Palabras clave: adolescentes, desarrollo afec vo-
sexual, psicopatología.
relaciones emocionales y sexuales maduras al exterior
de la familia. Y por úl mo el proceso deformación de la
iden dad.
Numerosos expertos hablan de la adolescencia
como la etapa en la que se produce un mayor aumento
de la excitación sexual, tanto en intensidad como en fre-
cuencia. Debido a este aumento cobra gran importancia
el acto masturbatorio. Reich (1972) habla de éste como
la transición hacia la vida sexual madura y que es la sim-
ple expresión de la tensión sexual corporal y mental en
el organismo juvenil.
Respecto a los factores socioculturales, es preciso
mencionar que “Mientras la sexualidad y los fantasmas
sexuales principales son iguales para todos los adoles-
centes, sea cual sea la época y la cultura, las relaciones
23
 sexuales, su preparación o frecuencia, o el grado de fa-
cilidad de relación y la aceptación por parte del grupo o
padres varían según la cultura y la época”. Por eso no se
puede analizar la generación actual con párametros de
la anterior. Así se crea la necesidad de un estudio per-
manente de ésta, para mejorar el entendimento y poder
ofrecer un mejor apoyo a nuestros adolescentes, según
las caracterís cas de cada uno. Aunque en este perío-
do existan riesgos que pueden marcarnos el resto de la
vida, también es cierto que es aquí donde traumas an-
teriores pueden resolverse y llegar a un funcionamento
psicosexual no patológico.
MÉTODOS
P : En la muestra total se incluyen ado-
lescentes internados en Centros Terapéu cos durante
un periodo 8 años , siendo el número total de meno-
res estudiados de 112, la mayoría varones (85%); la
media de edad en toda la muestra se sitúa en torno a
los 16 años y medio. En la muestra actual se incluyer-
on a adolescentes internados en Centros Terapéu cos,
durante el periodo concreto de los años en los que se
realizó el estudio (2007- 2008), siendo el número de
par cipantes de 30, de los cuales, sólo hay un 13% de
mujeres; la media de edad se sitúa en 16 años y medio.
Con dicha muestra se pretende registrar, además de las
mismas variables de la muestra total (edad, sexo, nivel
socioeconómico, diagnós co, po de familia, situación
de abuso y embarazo) otras que nos permitan conocer
de una forma más profunda las ac tudes y comporta-
mientos afec vo-sexuales de los adolescentes (ac tudes
frente a la sexualidad y prác cas dañinas).
R : Se llevó a cabo a través de infor-
mación facilitada por los Centros (informes previos de
los adolescentes y elaborados durante su internamien-
to); cues onarios y tests, entrevistas guiadas, observa-
ción directa, taller de educación afec vo-sexual.
24
El estudio fue supervisado por profesionales espe-
cializados en el ámbito de la sexología y la psicopatología
pertenecientes al Ins tuto Wilhelm Reich Galicia.
RESULTADOS
En relación a los abusos podemos observar que en
la muestra actual alrededor de un 58% de hombres se
han visto envueltos en alguna situación de abuso. Este
porcentaje supera al de la muestra total que contaba
con casi un 34% de los casos. Esto puede ser debido a
una mayor atención a la hora de detectar este po de
situaciones.
En cuanto a las mujeres cabe destacar que la totali-
dad de la muestra actual han sido abusadas y consta-
tamos que esta ha seguido siendo la tendencia con las
adolescentes ingresadas posteriormente a la realización
de este estudio.
En lo rela vo a situaciones de embarazo, es desta-
cable decir que alrededor de un 73% de las adolescentes
de la muestra total se vieron envueltas en una situación
de embarazo, aunque de éstos, sólo un 12,5% fueron lle-
vados a término.
En relación a la comparación entre las variables
abusos/patologías hacemos referencia a los datos más
significa vos que se corresponden con la muestra total.
Podemos extraer la idea de que el hecho de haber su-
frido abusos, está en relación con el agravamiento de la
patología, ya que existe un alto índice de casos de abu-
so entre los adolescentes que sufren psicosis (53,34%)
y trastorno de la personalidad (37,25%). En cuanto al
retraso mental, el alto índice de casos (62,50%) puede
estar relacionado con el hecho de que la muestra de
adolescentes con esta patología es muy reducida. Estos
datos son muy elevados si los comparamos con los casos
de adolescentes con trastornos del comportamiento,
donde el 86,4% de la muestra no se vio envuelta en una
situación de abuso.
 Atendiendo a las variables ac tudes/ prác cas dañi-
nas (presentes sólo en la muestra actual), lo más resal-
ACTITUDES / PRÁCTICAS DAÑINAS
En lo rela vo a las ac tudes/nivel socioeconómico,
destacar que en los casos de nivel alto es donde apa-
rece un menor porcentaje de ac tudes nega vas (40%)
frente al casi 67% presente en el nivel socioeconómico
bajo.
CONCLUSIONES
Podemos observar dificultades en el desarrollo afec-
vo-sexual de los adolescentes de este estudio. Respec-
to a la construcción de su iden dad, pues ésta ene un
claro componente sexual. En el establecimiento de rela-
ciones obje vamos la aparición de miedos y dificultades
desde la perspec va de compar r in midad. En los ado-
lescentes con psicopatalogía puede verse incrementada
esta tendencia, ya que la existencia de conflictos previos
en las relaciones de vínculo, que pudieron llegar a ser
traumá cos, llena la in midad de contenidos persecu-
torios y/o fóbicos. Tal vez esa sea una de las razones por
la que vemos en chicos muy jóvenes con psicopatología,
una mayor tendencia a la sexualización inadecuada de
la conducta, en ocasiones con prác cas de riesgo, otras
con embarazos deseados o no deseados, o también
con relaciones de daño asociadas a la sexualidad (mas-
turbación compulsiva y/o dolorosa, automu laciones,
prác cas sado-masoquistas, prac cas con abuso, etc.).
Al hablar de psicopatología y abusos, si tenemos en
cuenta que un alto porcentaje de los adolescentes los
han sufrido en la infancia, estaríamos hablando de la
existencia de un trauma psíquico, cuyas repercusiones
son muy importantes a todos los niveles de desarrollo.
Los efectos del mismo influyen nega vamente en el de-
table es que el 100% de los adolescentes que presentan
ac tudes posi vas no llevan a cabo prác cas dañinas.
sarrollo intelectual y del lenguaje, la autoes ma, el po
de conductas, la estabilidad emocional, los trastornos
psicosomá cos, etc.
Siguiendo a Luis Gonçalvez Boggio en su ar culo
“Sanando la herida de nuestra sexualidad”, destacamos
como consecuencias de los abusos: el miedo (a ser des-
cubiertos, a estar solos, al contacto, …); la ira (hacia el
abusador y las personas que no lo protegieron); la culpa
(por el placer, por denunciarlo, por contarlo, …); y la
vergüenza (de su cuerpo “autoimagen nega va”).
Un aspecto muy importante a tener en cuenta cuan-
do hablamos del impacto psicológico del abusado, es el
po de funcionamiento que opera en la familia o en el
entorno del adolescente. Podemos considerar que si la
familia tuviera un buen funcionamiento que dotara al
adolescente de los recursos necesarios, podría ayudarle
a minimizar las consecuencias del abuso, pudiendo in-
tervenir de cara a que el psiquismo de los mismos no se
vea tan dañado.
Atendiendo al concepto de resiliencia, ante situacio-
nes aparentemente sin esperanza, algunas veces es po-
sible encontrar “la oportunidad de establecer vínculos
sanos, con figuras de referencia posi vas, a través de un
proceso terapéu co”.
Estas conclusiones nos llevan al planteamiento de las
siguientes necesidades:
En cuanto a la gravedad de las problemá cas psico-
patológicas, es necesaria una diagnosis adecuada e in-
tervención específica, a través de recursos asistenciales
25
 desde los que promover un desarrollo integral. También
nos parece importante la detección temprana e inter-
vención en problemá cas de abuso.
La educación afec vo-sexual, debe estar presente
desde la infancia y han de plantearse programas según
las dis ntas necesidades y caracterís cas de cada etapa
del desarrollo. Es preciso generar espacios en los que
los adolescentes puedan ensayar, de forma contenida,
sus capacidades para ges onar su vida afec vo-sexual,
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- FREUD, S. (1905). Tres ensayos sobre teoría sexual.
26
tanto para el desarrollo de la máxima calidad de las rela-
ciones de in midad como para afrontar los posibles ries-
gos asociados a la ac vidad sexual.
Por úl mo, reflejar que en nuestra experiencia
se hace necesaria la existencia de un Equipo Interdisci-
plinar Cualificado, donde el acceso a procesos forma -
vos y de desarrollo personal y grupal, son un factor de
calidad esencial en la intervención sobre este po de
adolescentes.
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- RODRÍGUEZ, N. (2007). ¿Hablas de sexo con tus hi-
jos? . Editorial Temas de Hoy.
Lƒ Ý®ã烑®ÌÄ ½›¦ƒ½
—›½ ƒÊÙãÊ ›Ä EÝփǃ
Mas allá de convicciones polí cas, religiosas o
morales el aborto es una situación a la que se enfrentan
miles de mujeres españolas (cerca de 120.000 mujeres
interrumpieron su embarazo en 2011; más la suma de
todas aquellas que estuvieron ante el dilema de hacer-
lo). Tener toda la información legal disponible y saber
cuáles son nuestros derechos es algo fundamental en
una situación así.
Aunque el actual Ministro de Jus cia, Alberto
Ruiz Gallardón, haya anunciado su intención de cambiar
la actual legislación sobre el aborto, hemos de guiarnos
por la actual regulación que se fundamenta en la LEY
ORGÁNICA 2/2010, DEL 3 DE MARZO, DE SALUD SEXUAL
Y REPRODUCTIVA Y DE LA INTERRUPCIÓN VOLUNTARIA
DEL EMBARAZO.
En dicha Ley se garan za el acceso a la interrup-
ción voluntaria del embarazo (IVE) como una prestación
pública y gratuita dentro de la cartera de servicios co-
munes del Sistema Nacional de Salud (para todo aquel
que tenga la tularidad de asegurado, es decir, esté en
posesión de la tarjeta sanitaria).
Son requisitos necesarios: que lo realice un
médico especialista en un centro sanitario, ya sea públi-
co o privado, acreditado y siempre con el consen mien-
to expreso y escrito de la paciente (esta úl ma condición
se puede prescindir en caso de riesgo inmediato grave
para la mujer).
La edad para prestar el consen miento infor-
mado para el IVE es de 16 años.
Al menos uno de los representantes legales de
las mujeres de entre 16 y 17 años , Ɵene que ser infor-
mado de la decisión, salvo cuando la menor alegue fun-
dadamente que esto le provocara un conflicto grave,
manifestado en el peligro cierto de violencia intrafamil-
iar, amenazas, coacciones, malos tratos, o se produzca
una situación de desamparo o desarraigo.
Respecto a las situaciones no punibles, la ley
contempla dos supuestos legales para la interrupción
del embarazo:
- Por peƟción de la mujer: dentro de las prim-
eras 14 semanas, siempre que se haya informado a la
mujer sobre los derechos, prestaciones y ayudas públi-
cas de apoyo a la maternidad; y hayan transcurrido 3
días desde dicha información y la realización de la inter-
vención.
- Por causas médicas:
Cuando no se superen las 22 semanas de
gestación y siempre que exista grave riesgo
Laura Alonso Rodríguez
para la vida o salud de la embarazada o exista
riesgo de graves anomalías en el feto.
Cuando se detecten anomalías fetales incom-
patibles con la vida o cuando se detecte en el
feto una enfermedad extremadamente grave e
incurable en el momento del diagnóstico y así
lo confirme un comité clínico.
Previo a la IVE, la mujer debe recibir una docu-
mentación que contenga información sobre los dis ntos
métodos de interrupción del embarazo, sus condiciones,
centros públicos y acreditados a los que se puede dirigir
y los trámites para acceder a la prestación.
En el caso de que la interrupción sea por pe ción
de la mujer, se le entregará un sobre cerrado con infor-
mación sobre ayudas públicas disponibles para las mu-
jeres embarazadas y la cobertura sanitaria durante el
embarazo y el parto; los derechos laborales vinculados
al embarazo y a la maternidad, las prestaciones y ayudas
públicas para el cuidado y atención de los hijos e hijas,
los beneficios fiscales y demás información relevante so-
bre incen vos y ayudas al nacimiento; datos sobre los
centros disponibles para recibir información adecuada
sobre an concepción y sexo seguro; datos sobre los cen-
tros en los que la mujer pueda recibir voluntariamente
asesoramiento antes y después de la interrupción del
embarazo.
En el caso de que el embarazo no supere las 22
semanas de gestación y exista riesgo de graves anom-
alías fetales también se informará a la mujer por
escrito de los derechos, prestaciones y ayudas públicas
existentes de apoyo a la autonomía de las personas con
alguna discapacidad.
En el caso de que el personal sanitario di-
rectamente implicado en la IVE ejerza su derecho a la
objeción de conciencia, en ningún caso puede resul-
tar menoscabado el derecho de la mujer al acceso y la
calidad asistencial. Es decir, dicho derecho del personal
sanitario no puede ser ejercido en el caso de que la mu-
jer quedara desatendida.
Esta ley de plazos quiere ser remplazada por
una ley de supuestos, donde la mujer ene que volver
a realizar una jus ficación y donde desaparecería como
supuesto legal la IVE ante malformaciones fetales, todo
ello supondría retroceder respecto a las recomendacio-
nes del Consejo Europeo o ins tuciones internacionales
como la OMS (Organización Mundial de la Salud) que
plantean que limitar e ilegalizar el aborto lleva a la mu-
jer a realizarlo de manera clandes na en perjuicio de su
salud.
27
 Noticias en la Red Román
Norma

Excluidas lesbianas y mujeres solas de la reproducción asis da pública

MARÍA R. SAHUQUILLO Madrid 18 JUL 2013
Los tratamientos de reproducción asis da (inseminación ar fi-
cial, fecundación in vitro…) estarán vetados a parejas de lesbianas y a mu-
jeres solas en la sanidad pública. La cartera común básica de servicios que
está definiendo el Ministerio de Sanidad los reserva solo para “parejas inte-
gradas por un hombre y una mujer” y siempre que haya problemas de fer-
lidad. Así lo recoge la propuesta que ha enviado el departamento de Ana
Mato a las comunidades autónomas, aunque después, de palabra, fuentes
del ministerio aseguraron que cualquiera que sea estéril podrá acceder a
estos tratamientos. En Sanidad aseguran que detrás de esta acotación no
hay mo vos ideológicos y que la medida se toma para “priorizar”. “Se aten-
derá estrictamente a criterios terapéu cos y preven vos”.
La norma va actual establece —a través de un Real Decreto de 2006— que
la sanidad pública solo financia esta prestación cuando haya un diagnós -
co de esterilidad o una “indicación clínica establecida”. Es por esta vía por
la que algunas comunidades como Andalucía y Madrid (en determinados
centros hospitalarios), Baleares o País Vasco cubrían a las mujeres solas o
a las lesbianas; que quizá no fueran estériles pero que no podían engen-
drar una el hijo de la otra. En otras regiones, donde la Administración se
aferraba textualmente a la necesidad de que hubiera ese diagnós co de
esterilidad, lo tenían di cil para someterse a estos tratamientos.
Las comunidades que quieran ofrecer esta prestación a mujeres solas o les-
bianas —fuera de los criterios establecidos por la nueva cartera básica de
servicios— podrán seguir haciéndolo; pero solo si demuestran que tendrán
presupuesto suficiente para hacerlo. Algo que con la coyuntura económica
actual es cuando menos complicado.
...
Esto, tal y como figura en el documento enviado a las comunidades au-
tónomas, dejaría fuera también a las mujeres solas y a las lesbianas con
problemas de fer lidad, aunque el ministerio aseguran lo contrario. Esta
afirmación aparentemente contradice al úl mo documento enviado a las
autonomías.
...
Atendiendo a criterios estrictamente de fer lidad o no, Isabel Gómez,
vocal de Igualdad de la Federación Estatal de Lesbianas Gais Bisexuales
y Transexuales (FELGTB), cree que se trata de una medida ideológica. “El
Gobierno se está amparando en una visión monolí ca de lo que es una
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/07/18/actualidad/1374178125_262676.html
familia. Si Sanidad revisa los criterios para la financiación de este servicio
debería hacerlo para acotar diferencias y limar discriminaciones. Parece
que se está haciendo todo lo contrario”, dice. Gómez está convencida de
que la exclusión de las parejas de lesbianas o de las mujeres solas obedece
a la idea “que ene el Gobierno de la familia: la formada por un hombre y
una mujer”.
La vocal de la FELGTB cree, además, que el argumento de la infer lidad
es una mera excusa. “Efec vamente, podemos ser fér les, pero nuestra
forma de vida no nos permite hacer un apareamiento en pareja. Nosotros
queremos tener hijos para quererlos, amarlos, cuidarlos y hacerlos per-
sonas competentes; no podemos atender a ese sesgo que no contempla
todos los pos de familias que hay”, expone.
El catedrá co de Derecho Cons tucional de la Universidad de Jaén Gerardo
Ruiz Rico cree que los criterios de inclusión en la prestación pública recogi-
dos en el texto son discriminatorios. “Se está haciendo una interpretación
restringida de la legislación. Establece una serie de condicionamientos que
vuelven a la definición de pareja como la formada por hombre y mujer; y
eso no sería conforme con la doctrina del Tribunal Cons tucional, que ha
avalado el matrimonio entre personas del mismo sexo”, incide. Ruiz Rico
también ene dudas sobre la cons tucionalidad de establecer como cri-
terio de acceso solo la infer lidad. “Es un obstáculo cuyo resultado puede
ser discriminatorio al final para las mujeres solas o las lesbianas y supone
un veto insalvable que impedirá que se beneficien de los tratamientos”,
apunta.
Mariluz Vázquez, miembro de la Asociación de Madres Solteras por Elec-
ción, también cree que la propuesta de Sanidad es injusta. “Lo nuestro,
como mujeres solas, desde fuera se ve como un capricho; en cambio, para
el resto formar una familia se contempla como una necesidad. Y todo pivo-
ta sobre esa idea”, reclama. Vázquez explica que actualmente la mayoría de
las mujeres en su situación deciden acudir a las clínicas privadas —centros
que hacen gran parte de los más de 54.000 tratamientos de fer lidad que
se realizan al año en España— por las trabas que en muchas regiones les
ponen en la sanidad pública. Los criterios son tan dispares que dentro de
una misma región algunos centros a enden a mujeres solas y otros no.
“Depende del equipo médico”, aclara.
...

elcorreo.com
Las chicas son las guerreras
Un estudio de la UPV revela que las adolescentes enen relaciones sexuales
completas antes que los chicos de su edad
26 de junio2013ferminapezteguia. El correo.com Bilbao se siente en la primera juventud, el momento de la vida en que una per-
Ellas llevan la delantera. Un estudio realizado por la Facultad de Psicología sona se ve más sana y es también más inmadura, con frecuencia les lleva
de la Universidad del País Vasco para el Departamento de Salud revela que a cometer errores, que los progenitores, desde su posición privilegiada,
las chicas adolescentes enen relaciones sexuales completas antes que los pueden ayudar a prevenir. «A pesar de la ruptura entre generaciones que
chicos de su misma edad, a pesar de que la creencia popular aún enda se da a esa edad, los padres son para los hijos figuras de apego», explica
a defender lo contrario. La realidad social ha cambiado y los estudios co- Gómez Zapiain. «Una figura de apego cumple dos funciones: ser base de
mienzan a ponerlo de manifiesto. «Es normal», considera el especialista seguridad y puerto de refugio. Deben ser, por ello, la nave desde la que el
Javier Gómez Zapiain, responsable de la inves gación y profesor tular de astronauta explora el mundo. Si se rompe el cablecillo que les une, adiós»
Psicología de la Sexualidad en la Universidad del País Vasco. «En la adoles- El comienzo del verano, si nunca se ha hecho antes, puede ser un buen
cencia -explica el experto-, cuando los varones están intentando ligar, las momento para hablar de sexualidad con los hijos. «Los padres enen que
chavalas de su misma edad ya están saliendo con chicos mayores». procurar tener buen rollo con ellos, porque de ese modo todo resulta más
La sexualidad de los adolescentes de hoy es radicalmente dis nta a la que fácil», añade Gómez Zapiain. «Debemos responder a las preguntas que
vivieron sus padres. No ene nada que ver, según recalcan Zapiain y la nos hacen, sin ocultarles nada. Es normal que a un padre o una madre le
socióloga Arantxa Arrillaga, asuste la idea de su hija adolescente haciendo el amor, pero pensemos en
Muchos de ellos, según diferentes estudios, se han acostado con una o que podemos lograr que su primera experiencia sea deseada, controlada
varias parejas antes de los dieciséis años y la prac ca totalidad lo ha hecho por ella, basada en una total autonomía y exenta de todo riesgo».
para los 18. Desde el punto de vista de la salud, la invulnerabilidad que
h p://www.elcorreo.com/vizcaya/v/20130627/sociedad/chicas-guerreras-20130627.html
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Francisco Cabello: “El sexo puede ser una herramienta para superar la crisis”
HUELVAYA.ES 8 julio 2013
En una temá ca tan actual como es la crisis que vive España, Francisco
Cabello Santamaría, del Ins tuto Andaluz de Sexología y Psicología (IASP),
que es uno de los directores del curso, señala que “el sexo puede ser una
herramienta adecuada para superar la crisis, ya que proporciona una sen-
sación de bienestar”. Comenta que la crisis puede cambiar el modelo de
pareja, “pero no ene por qué afectar al sexo”.
El amor ene tres componentes: pasión, sexualidad y compromiso. Afirma
el experto que gran parte de los problemas que viven actualmente las pa-
rejas, derivan de no tener una buena comunicación. “No podemos separar
el sexo de la pareja, es importante tener en cuenta que el 43 por ciento de
la gente ene alguna disfunción sexual”, señala.
Comparte que “en 70 por ciento de los casos, los pacientes que acuden a
consulta por un problema emocional, presentan también algún un proble-
h p://huelvaya.es/2013/07/08/francisco-cabello-el-sexo-puede-ser-una-herramienta-adecuada-para-superar-la-crisis/
El médico de familia, el preferido para consultar
problemas sexuales
h p://www.elmundo.es/elmundosalud/2013/06/20/no cias/1371746850.html
Europa Press | Valencia. Actualizado jueves 20/06/2013
El médico de familia es quien mejor conoce al paciente y su entorno, y en
quien más con a éste para referirle sus miedos o problemas sexuales, ha
subrayado Sánchez. Según este experto, las encuestas y estadís cas refle-
jan que la sociedad actual se preocupa por su salud sexual y por la influen-
cia que ésta ejerce en su calidad de vida.
Sin embargo, al considerarse tradicionalmente como un asunto privado,
todavía hay que trabajar conjuntamente en busca de su normalización. “La
banalización y el desinterés” son, en opinión de Froilán Sánchez, los pro-
blemas que deben superar los profesionales sanitarios en materia de salud
sexual, por lo que ha destacado “la necesidad de formarse y adiestrarse en
su abordaje y tratamiento”.
Para Sánchez, es importante concienciar a los profesionales de la salud
El sexo de los casados
Decía el gran Gabriel García Márquez que “el problema del matrimonio es
que se acaba todas las noches después de hacer el amor, y hay que volver
a reconstruirlo todas las mañanas antes del desayuno”. Y la verdad es que
hay ocasiones en que los cimientos de esa vida en común se ven tamba-
leados por muchos factores, y el sexo, según los expertos, ene mucho
que ver en esto.
“Casi el 80% de las parejas casadas enen relaciones sexuales varias veces
al mes o más”, según revela un estudio de la Universidad de Chicago 1994
(‘La organización social de la sexualidad: Prác cas sexuales en los Estados
Unidos’), publicado en ‘’The Wall Street Journal’.
los datos nos revelan que “la frecuencia sexual media es de unos 3,2 en-
cuentros sexuales a la semana en el primer año de convivencia de una pa-
reja, durante el tercero la media de relaciones sexuales está entorno a las
1,9 por semana y a par r de ese tercer año las parejas disminuyen hasta
1,1 encuentro semanal”, indica.
La explicación, dice, es lógica. “Durante ese primer año, por lo general,
está presente el mayor de los afrodisíacos, el enamoramiento: tanto ellos
como ellas sienten la necesidad de estar ín mamente con el otro, poco
importa el empo y el lugar. Las hormonas nos ayudan a que así sea en esa
primera fase del amor, la convivencia, no tanto el matrimonio en sí, sino
el hecho de vernos las caras cada día. Los tres años es una barrera pica,
pues a par r de ese momento muchas parejas se consolidan, pero otras
tantas empiezan a vivir una crisis y/o a cues onarse su relación. A par r
de aquí, a nivel sexual, lo habitual es que el deseo disminuya, al menos en
uno de los miembros de la pareja. Al menos, a eso es a lo que nos invitan
los cambios biológicos que se producen en los enamorados”.
h p://www.elmundo.es/elmundosalud/2013/05/16/no cias/1368731465.html
ma con la pareja, en la in midad”, a ello se suma que aproximadamente
sólo el 30 por ciento de la gente que presenta algún problema de pareja
acude a consulta.
La sexualidad ocupa ahora un lugar muy importante en la realidad co -
diana de todos. Está presente como componente principal en los medios
de comunicación y se visualiza permanentemente a través de las nuevas
tecnologías. Como ejemplo de ello, Francisco Cabello señala el fenómeno
del sex ng, que se refiere al envío de mensajes y fotogra as eró cas a tra-
vés de las redes sociales. “Las nuevas tecnologías han cambiado la forma
de seducción, y también en las redes sociales se ha visto un incremento
en temas como acoso y abuso sexual, pero es algo que está en estudio”,
comenta el director.
de la importancia de la salud sexual dentro del concepto global de salud.
“Es un buen momento” para exponer el trabajo realizado por el Grupo de
Sexología de Semergen durante los úl mos años y compar rlo con más
de 200 compañeros, “comprome dos o interesados” en el cuidado de la
salud sexual, que tendrán a su alcance un programa ambicioso que supone
el primer escalón para la celebración anual de las nuevas jornadas
Según los organizadores, Valencia ha sido la elegida como anfitriona para
la inauguración de estas jornadas nacionales por ser una ciudad pionera
en cuanto a formación en el ámbito de la sexología. De todos los centros
de salud de la geogra a española, sólo los pertenecientes a la Comunidad
Valenciana cuentan con la presencia de un médico o un psicólogo con for-
mación específica en sexología que a ende problemas sexuales.
El deseo sexual ene su motor principal en la fantasía. Es decir, “cuanto
más fantaseemos, cuanto más pensamientos eró cos tengamos mayor
será nuestra libido”, asegura este experto. Es cierto que aparece solo, sin
hacer nada, basta con enamorarse o sen r atracción por alguien para que
nazca el deseo, pero otra cosa es mantenerlo en el empo, para eso no
basta con quererse, hay que salvar la monotonía. “La fantasía no es sólo
imaginar relaciones que nunca he tenido, sino también rememorar un en-
cuentro ín mo con la pareja o prepararlo en la imaginación”, afirma.
Por su parte, añade Cañamares que hay tres factores fundamentales que
son inhibidores del deseo: la monotonía y la no sorpresa, la costumbre o
ru na de estar con esa pareja tan sólo por cues ones sociales o de como-
didad- es decir, “parejas formales, pero no realmente parejas”, define- y
por úl mo el que no existan planes en común. “Es muy importante que
haya planes y proyectos, eso alimenta nuestro deseo y las ganas de estar
juntos compar endo cosas, compar endo esos planes e ilusiones”.
Y bien, así como el amor, o el bienestar de la pareja, el deseo sexual hay
que cuidarlo. “El sexo no es una obligación, no te fuerces a tener relacio-
nes. Pero tampoco esperes a que el deseo te sorprenda, búscalo: sal de
cuando en cuando del lugar de confort, busca cosas nuevas, y quita las
minas del terreno eró co (es importante sen rse tranquilo y relajado y
dejar fuera los reproches y los enfados)”, recomienda el autor de ‘¿En qué
piensan los hombres?’
Así, insiste Cañamares, es muy importante hacer planes juntos, entender
la sexualidad como algo más allá del coito (hay muchas formas de disfrutar
de la relaciones sexuales) y sobre todo, hablar con confianza y con los mé-
dicos y especialistas si surge algún problema o duda a nivel sexual.
29
 SSexualidad
Se
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ali posiƟva
E½½ÊÝ: ¿CÌÃÊ ƒ‘ãéƒÄ
ƒÄ㛠›½ ƒ¹Ê —›Ý›Ê —›
ÝçÝ ÖƒÙ›¹ƒÝ?
Unas veces el desconocimiento y otras muchas la
desesperación llevan a las parejas de quienes sufren bajo deseo sexual
a comportarse de manera que no siempre será la más adecuada.
Las reacciones del hombre que sufre falta de deseo de su
pareja son muy variadas. La forma de afrontar la apaơa de su pareja
es disƟnta en cada persona. Veamos algunos comportamientos:
• Los que de manera reiterada y sistemáƟca llevan a cabo intentos
de aproximaciones sexuales infructuosas. Cada negaƟva de su
pareja va seguida de un reproche que se repite, generando un
nuevo conflicto.
• Los que llevan a cabo chantajes emocionales: “...esto no puede
seguir así... Acabaré tomando una determinación... Lo nuestro
está acabado...Soy un hombre y necesito una mujer...”
• Los que sucumben al intercambio: hombres que pracƟcan el
trueque sexual de manera subliminal o solapada, donde ambos
saben lo que quieren y lo que Ɵenen que hacer para conseguirlo.
Son reglas tácitas que no precisan de pactos establecidos
previamente. Estas relaciones funcionan siempre que los dos
miembros respeten las reglas no escritas.
• Los que se van con señoritas de pago. Algunos hombres sacian
sus deseos sexuales no saƟsfechos con mujeres que, bajo pago
de sus servicios, siempre estarán dispuestas... De esta manera
se “adaptan” a cuando su pareja tenga ganas...
• Los buscadores nocturnos: otros, muchas veces con el
consenƟmiento encubierto de sus parejas, uƟlizan la noche
para pavonearse en locales de copas, donde a vista de águila
acecharán a toda la que se deje: lo que no se Ɵene en casa hay
que buscarlo fuera...
• Los que Ɵenen preparado el boƟquín completo: todo Ɵpo
de analgésicos, anƟinflamatorios y anƟbióƟcos varios para
cualquier posible dolencia de su compañera. Se preocupan de
colaborar acƟvamente en la elaboración de la cena, así como
que sea a gusto de ella, rematando con la recogida de la mesa.
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Raquel Díaz Illescas
Terapeuta sexual y de pareja.
Coach. Psicóloga
h p://sexualidad posi va.blogspot.com/
Se van a la cama cuando ella, pongan lo que pongan en la
televisión.
• Aquellos que registran cada encuentro sexual, y con calendario
en mano le hacen saber a su pareja aquello de “hoy toca”.
Tampoco se cuesƟonan sus deseos o apetencias.
• Hombres que recurren al “débito conyugal” haciéndole saber a
su pareja las obligaciones maritales que Ɵene para con él. No
les importa demasiado si ella lo hace con ganas o no, lo que les
interesa es que ella se preste al juego.
• Hombres, los menos, es verdad, que respetan el deseo sexual
de su compañera, haciéndole saber que están ahí y que cuando
esta lo desee se lo comunique, mientras estos siguen disfrutando
de su sexualidad en solitario. Comparten afectos e inƟmidad de
manera tranquila y sin ansiedad.
• Hombres que intentan buscar soluciones al problema: buscan
información en internet, leen arơculos, compran juguetes
eróƟcos, consultan a un profesional y hablan del tema de
manera aserƟva con su pareja…
Es común en la mayoría de todos estos hombres la escasa
comunicación de contenido sexual con su pareja, en la que cada
miembro pueda expresar libremente y respetar los deseos del otro.
Afortunadamente, cada vez es más importante el número
de personas que consideran el deseo sexual inhibido como un
problema y acuden a los profesionales para solicitar su ayuda.
Todos estos aspectos deben ser evaluados para determinar
la existencia del problema, no siendo un índice único ni determinante
el número de veces que una persona lleva a cabo relaciones sexuales,
por mucho que esto afecte a uno de sus miembros.
Fundación Sexpol - Sociedad Sexológica de Madrid
Centro colaborador de:
Universidad Nacional de Educación a Distancia
Universidad Autónoma de Madrid
Universidad Pon ficia Comillas de Madrid
Universidad Rey Juan Carlos de Madrid
Universidad Complutense de Madrid
formación especializada en Sexología desde 1982
ABI
Cursos de posgrado DE ERTO
MA PLA
TRÍC ZO
Máster en Máster en ULA
Terapia Sexual Sexología y
y de Pareja Género
500 horas / 60 créditos ECTS 500 horas / 60 créditos ECTS
Duración: Octubre 2013 - Junio 2014 Duración: Octubre 2013 - Junio 2014

Título propio del InsƟtuto de Derecho Público de la Universidad Rey Juan Carlos

Curso de
Monitor/a en Educación Sexual y Género
200 horas
Duración: Octubre 2013 - Junio 2014

Terapia Psicológica y Sexual

Individual y de pareja
Previa cita, tel. 91 531 34 59

C/ Fuencarral, 18 - 3º izda. 28004 Madrid

Tel. 91 522 25 10 - Fax 91 531 34 59
www.sexpol.net
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