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En esta sección encontrará una reflexión por cada parábola dada por nuestro Señor Jesucristo,
no son comentarios bíblicos versículos por versículos, es una meditación que hará puentes de
la época de Jesús con conexión de aplicación en el contexto actual.
El Vía Crucis, o Vía de la Cruz, nace del deseo de recorrer espiritualmente junto
a Jesus la via el camino que lo llevo desde el pretorio de Pilatos hasta el
Sepulcro.
Santa Madre, Tú haces que las llagas del Señor queden impresas en mi corazón.
Primera Estación
Segunda Estación
Los judíos tomaron a Jesús y cargándole la cruz, salió hacia el lugar llamado
Calvario (Juan 19,17).
Tercera Estación
"He ofrecido mi espalda a los que me golpeaban, y mis mejillas a los que me
arrancaban la barba; no aparté la cara ni los ultrajes ni de las salivas que me
echaban (Isaías 50,6).
Cuarta Estación
Quinta Estación
Sexta Estación
Séptima Estación
Eran nuestros sufrimientos los que llevaba, nuestros dolores los que le
pesaban… Ha sido traspasado por nuestros pecados, deshecho por nuestras
iniquidades… (Isaías 53,4).
Octava Estación
Seguían a Jesús una gran multitud del pueblo y de mujeres, que se golpeaban
el pecho y lloraba por él. Pero Jesús, volviéndose a ellas, les dijo: “¡Hijas de
Jerusalén!, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos”
(Lucas 23,27-28).
Novena Estación
Décima Estación
Llegados al lugar llamado Gólgota le dieron a beber a Jesús vino mezclado con
hiel, pero él, habiéndolo probado, no quiso beber. Los que lo crucificaron se
repartieron sus vestidos a suertes (Mateo 27,33).
Undécima Estación
Duodécima Estación
Hacía la sexta hora, las tinieblas cubrieron la tierra hasta la hora nona. El sol se
eclipsó y el velo del templo se rasgó por medio. Y Jesús, con fuerte voz dijo:
“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Y al decir esto, expiró (Lucas 23,
44-46).
Decimotercera Estación
Un hombre llamado José, el cual era del Consejo, hombre bueno y justo, quien
esperaba también el reino de Dios, que no había estado de acuerdo con la
resolución de ellos, en sus actos, fue a ver a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús.
Después lo bajó, y lo amortajó en una sabana (Lucas 23, 50-53).
Decimocuarta Estación
Dicho esto, salió Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón,
donde había un huerto, en el que entró él con sus discípulos. Judas, el que
le había de entregar, conocía el lugar, porque Jesús se reunía
frecuentemente allí con sus discípulos. Entonces Judas, tomando la
cohorte y los servidores de los pontífices y de los fariseos, vino allí con
linternas, antorchas y armas.
Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó, golpeó a un siervo del
Pontífice y le cortó la oreja derecha. El nombre del siervo era Malco. Jesús
dijo a Pedro: Mete tu espada en la vaina. ¿Acaso no voy a beber el cáliz
que el Padre me ha dado?