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Ecología política

Crisis orgánicas, crisis civilizatorias energía y


medio ambiente en el capitalismo del siglo XXI.
Andrés Arnone
Las precondiciones de producción en el análisis de marxista, limites artificiales y naturales
del capital.

“La manera como se presentan las cosas no es la manera


como son; y si las cosas fueran como se presentan, la
ciencia entera sobraría.” Marx
“El mayor problema de la humanidad es que no entiende
la función exponencial.” Einstein

La emergencia de crisis políticas, sociales y económica , derivada de crisis energética, alimentos e


insumos vitales, nos remiten al materialismo histórico para analizar las condiciones iniciales de
producción descriptas en El Capital.

De procesos naturales y construcciones sociales.

¿Que tienen en común el gazolinazo en México, la primavera árabe, las quiebras de empresas del
fracking en EEUU, los millonarios subsidios a Vaca Muerta del macrismo o sus intenciones de
precarización laboral en el sector petrolero? ¿Que relación tienen disponibilidad de medios
materiales y la salud de trabajadores con el funcionamiento de la economía? En definitiva ¿Cómo
es la relación entre las ciencias naturales y las sociales?

Muchos de los hilos de continuidad sobre la relación entre naturaleza y economía política que
tejieron los fundadores del materialismo histórico, fueron dejado de lado como tantos otros,
consecuencia de las derrotas que sufrió el movimiento obrero y la degeneración distintas
internacionales y de los partidos que mas influencia tuvieron.

Hoy en día hasta una de las instituciones más anti materialistas y anti científicas del mundo, como
lo es la teocracia Vaticana, empezó a considerar los efectos de la crisis de recursos físicos,
energéticos, los refugiados por hambrunas, la contaminación, el calentamiento global, etc. en sus
análisis teológicos políticos, como se vio en el circular papal Laudato Si, al igual que numerosas
agencias de inteligencia de todo el mundo, el Pentágono, o estrategas de gigantes financieros como
la JP Morgan.

En el marco de que la naturaleza desapareciera gradualmente del análisis de la situación de la


economía, la relación entre las clases y entre los Estados, su vuelta a escena está siendo impuesta
por ella misma, y para su comprensión partimos de los hilos de continuidad que nos legaron lo
mejores exponentes de cada una de las Internacionales revolucionarias, empezando por Marx y
Engels.

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Materialismo e Idealismo en el análisis económico.

Aunque ambos se enfocaron centralmente en el análisis de las contradicciones propias del


capitalismo, de desenmascarar sus “limites artificiales” frente a los economistas liberales, y
denunciar que frente a la mayor productividad del trabajo y producción de bienes, solo se
acrecentaban la pobreza y desigualdad, y expusieron ante el mundo las causas de las crisis cíclicas
en la sobre producción y el la imposibilidad del mercado en gestionarla, también observaron otro
espectro de contradicciones.

Contra las visiones idealista de la economía política, en la Critica al Programa de Ghota Marx
aclara: “El trabajo no es la fuente de toda riqueza. La naturaleza es la fuente de los valores de uso
(¡que son los que verdaderamente integran la riqueza material!), ni más ni menos que el trabajo,
que no es más que la manifestación de una fuerza natural, de la fuerza de trabajo del hombre.”
Asimismo fueron concientes de los efectos que tienen sobre la sociedad el efecto del capitalismo a
destruir “las dos únicas fuentes de toda riqueza: la tierra y el trabajador” (El Capital).

Contra esto planteaban la necesidad de regular el metabolismo humano con la naturaleza de una
manera racional, algo imposible con millones de capitalistas compitiendo entre si. Así, en el libro III
Marx escribe:

“La libertad sólo puede consistir en que el ser humano socializado, los productores asociados,
regulen racionalmente ese metabolismo [Stoffwechsel] suyo con la naturaleza poniéndolo bajo su
control colectivo, en vez de ser dominados por él como por un poder ciego; que lo lleven a cabo con
el mínimo empleo de fuerza y bajo las condiciones más dignas y adecuadas a su naturaleza
humana.”

Plantea aquí algunas pre condiciones naturales para poder sostenerse una sociedad: “la
fecundidad de la naturaleza, constituye aquí un límite, un punto de partida, una base, además el
desarrollo de la fuerza productiva del trabajo constituye el otro límite”.

Por su parte Engels en El papel del trabajo en el proceso de transformación del mono en hombre,
hacía mención a algunos casos de declive de sociedades enteras causados por la destrucción de su
medio ambiente:
“…Los hombres que en Mesopotamia, Grecia, Asia Menor y otras regiones talaban los bosques
para obtener tierra de labor, ni siquiera podían imaginarse que, al eliminar los bosques, los centros
de acumulación y reserva de humedad, estaban sentando las bases de la actual aridez de esas
tierras.
Los italianos de los Alpes, que talaron en las laderas meridionales los bosques de pinos,
conservados con tanto celo en las laderas septentrionales, no tenía idea de que con ello destruían
las raíces de la industria lechera en su región; y mucho menos podían prever que, al proceder así,
dejaban la mayor parte del año sin agua sus fuentes de montaña…
O cuando nos recuerda en el mismo texto:
“Con el actual modo de producción, y por lo que respecta tanto a las consecuencias naturales
como a las consecuencias sociales de los actos realizados por los hombres, lo que interesa
preferentemente (a los propietarios) son sólo los primeros resultados, los más palpables”.
Vemos que los primeros análisis en el materialismo histórico están íntimamente relacionado con la
comprensión del funcionamiento de los procesos naturales y como estos condicionan las distintas
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construcciones sociales. El núcleo del legado de Marx y Engels nos dan también algunas categorías
para guiarnos en el análisis y acción política ante las crisis desencadenadas por la degradación de las
condiciones materiales en que vivimos.

Marx y las Condiciones iníciales de producción. Energía y materiales


Para entender algunos de “limites naturales” que el capitalismo del siglo XXI esta
experimentando contamos con ayuda de las Condiciones Iniciales de Producción(James O´Connor-
Causas Naturales) que Marx describió en El Capital y los Grundrisee para poder considerar posible
el procesos de producción.
La primera son las “condiciones físicas externas”, que incluyen la “riqueza natural en medios
de subsistencia” , como puede ser fuentes de alimento, agua potable etc, y la “riqueza natural de
instrumentos de trabajo”, como lo son los distintos minerales extraídos, la energía aprovechada de
la corriente de un río, la del viento, la que se obtiene al quemar carbón, etc .
Otras pre condiciones son la fuerza de trabajo llamada “condiciones personales de producción”,
como puede ser el estado de salud de los trabajadores, o su capacidad general para realizar una tarea.
En tercero lugar están “las condiciones comunales de la producción social”, como son los
medios de transporte e infraestructura varias.
Cuando algunas de estas pre condiciones de producción se degradan, interrumpen temporalmente o
se agotan para siempre, según su importancia en la “cadena de valor” o lo insustituible del mismo,
repercuten en distintas grados de crisis económicas.
En Teorías del Plusvalor Marx analizaba las crisis ante la falta de materias primas:
“el valor de la materia prima [...] asciende; su volumen se reduce […] Es necesario gastar más en
materia prima, queda menos para el trabajo, y no es posible absorber la misma cantidad de mano
de obra que antes. En primer lugar esto es físicamente imposible [...] En segundo, es imposible
porque una parte mayor del valor del producto tiene que ser convertida en materia prima [...] La
reproducción no puede repetirse en la misma escala.
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Una parte del capital fijo permanece ociosa y una parte de los trabajadores es arrojada a la calle.
La tasa de utilidad cae, porque el valor del capital constante se ha elevado en relación con el del
variable [...] Los cargos fijos –interés, renta–, que se basaban en una previsión de una tasa
constante de utilidad y explotación del trabajo, siguen siendo los mismos, y en parte no es posible
pagarlos.
Por ende se da la crisis y hay un aumento del precio del producto. Si este producto entra en las
demás esferas de reproducción como un medio de producción, su aumento de precio dará por
resultado la misma perturbación en la reproducción de esas esferas”.
Una de las “materia prima fundamentales” para la obtención de todas las demás materias primas es
la energía, y esta proviene en un 85 % de un Stock decreciente de energía fósil (carbon 26%, gas
23%, petróleo 35%) y esta no es fácil de reemplazar en la matriz energética actual a raíz de toda la
infraestructura energética, sistemas de transporte existentes y la alta eficiencia que poseen estos en
comparación a otras energías renovables actuales.
A lo largo de la historia la existencia y la administración del excedente de energía y recursos, bajo
la forma de alimentos, materiales o maquinas que multipliquen la capacidad de realizar trabajo
físico, fueron unos de los factores clave para el ascenso o descenso de las civilizaciones.

La economía, flujos y stocks de energía y materiales.


Haciendo una comparación con el cuerpo de un ser vivo, los distintas sociedades a lo largo de la
historia no puede sostenerse si pierden más calorías y nutrientes que las que ganan en el acto de
cazar, recolectar o cosechar su comida.
En concepto de Tasa de Rendimiento/Retorno Energético (TRE) intenta cuantificar el excedente o
ganancia de energía en un proceso dado. Cutler Cleveland y Charles A. S. Hall , fueron unos de los
primeros en sistematizar estos análisis a principios de los 80. Esta tasa se define como el cociente
entre la energía entregada por un recurso energético y la energía gastada para obtener ese
mismo recurso, cuando ese cociente llega a 1 deja de ser termodinámicamente conveniente, y si es
menor a 1 se empieza gastar más de lo que se obtiene de ganancia energética. Este excedente
energético, junto con el de nutrientes o materiales, es lo que determina la capacidad de crecimiento
de un organismo o sociedad.
En la sociedades esclavistas y feudales, la energía mayormente provenía de la “energía viva” o
biosolar, es decir los flujos proveniente de la luz solar captadas por los vegetales comestibles y los
bosques(biomasa), transformadas en calorías que le permitían trabajar a esclavos, siervos, artesanos,
animales de carga etc, o leña transformada en calorías para calefacción, cocción, fundición, etc. El
carbón mineral era más dificultoso de obtener que la leña, pero quienes accedían a podían a preparar
aleaciones para espadas o arados mas resistentes y livianos, mientras que el petróleo se usaba apenas
para iluminación, mientras que la energía del viento o hidráulica se utilizaba para navegación a vela
o molinos de granos.
La captura de esclavos o la disposición de más siervos, el alcanzar nuevos bosques, tierras fértiles
para cultivos, etc. eran las variables que hacían posible aumentar la energía/trabajo “biosolar”
disponible, pero si se gastaba mas energía en alimentar y equipar a soldados para mantener la fuerza
laboral controlada, expandirse militarmente a nuevas regiones, se agotaba lo recursos naturales o las
líneas de suministros eran demasiado largas, se empezaba a consumir demasiada energía,
disminuyendo la TRE de esa sociedad, el excedente energético. Si el balance entre el debe y el
haber energético disminuía demasiado, o las condiciones ambientales generales se hacían
insostenibles, podía llegar a hacer inviable el estatus quo de aquella comunidad primitiva, reino o

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república, estancándose o empezando un lento o rápido declive como los experimentados las
ciudades estados Mayas, la ciudad de Ankor o el pueblo rapanui (isla de pascua).
En estos tipos de sociedades basadas mayormente en energías biosolares, la Tasa de Retorno
Energético se ubicaba entre 5 y 10, (Pedro Prieto 2013- La espinosa cuestión de la energía neta en
las transiciones hacia la sostenibilidad) según los recursos, características de la sociedad y
tecnología disponibles, y fue lo que movió durante siglos a la humanidad, permitiéndole un lento
crecimiento en la producción de alimentos y bienes, con una cantidad de población que hasta el
1800 no había superado los 1.000 millones de personas.
El funcionamiento del motor de la historia, la lucha de clases, dependía de las calorías y recursos
disponibles, para buscar nuevo alimento, minerales para fundir y forjar armas, mover sus ejércitos
levantar sus palacios, fabricar e intercambiar bienes, navegar, etc.

El capitalismo fósil arrancó con el tanque lleno.


Fue recién a partir de 1800 cuando las generalización nuevas tecnologías permitieron aprovechar el
stock acumulado de carbón, gas y petróleo, una cantidad de energía/trabajo híper concentrada hasta
ahora no utilizada, con el consecuente aumento de la productividad, alimentos, población etc.
Según la mayoría científicos el origen de estos yacimientos son los restos de los seres vivos que
habitaron la tierra hace millones de años. A lo largo de la historia biológica del planeta, giga
toneladas de los restos de seres vivos fueron almacenándose en las cuencas de sedimentación, en
ambientes caracterizados por la lenta degradación y el escaso nivel del oxígeno como los pantanos,
los lagos y los ambientes litorales. Al acumularse sedimentos sobre sedimentos, se dieron
condiciones de elevadas temperaturas y presiones, capaces de convertir la materia orgánica en
hidrocarburos, carbón mineral o gas.
Este stock de “energía solar concentrada” permitió encender las maquinas desde entonces
hicieron expandir al capital a una velocidad mucho mayor que lo que la regeneración de los
flujos de “energía viva” (biosolar) le venía permitiendo.
Desde la maquina de vapor de Watt hasta I Guerra Mundial, el carbón desplazó a la leña como
combustible hegemónico, luego en el periodo de entreguerras al petróleo empezó a desplazar al
carbón como fuente principal, a la que se le sumó el gas en la década del 80.

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Fuente: Assessment of Fossil Fuels Availability- Werner Zittel

La vuelta a la vida de ese stock de “energía muerta” fósil trajo, además de la capacidad de elevar la
Tasa de Retorno energético(TRE) de 10 de la “economia biosoloar” hasta 100, una larga lista de
efectos colaterales para el medio ambiente como la contaminación de acuíferos y smog, el
calentamiento global, las crecientes sequías, inundaciones.
Pero una caloría del siglo XIX no es igual a una caloría del siglo XXI, ni producir una
tonelada de hierro en el pasado es lo mismo que en presente. La necesidad de crecimiento
infinito del capital es incompatible con la realidad material de su dependencia de recursos
energéticos y materiales decrecientes.

Cambios de calidad y cantidad en la línea de suministros.

“La producción capitalista sólo sabe desarrollar la técnica y la


combinación del proceso social de producción socavando al mismo
tiempo las dos fuentes originales de toda riqueza:
la tierra y el trabajador” Marx.

Afines del siglo XX y inicios del XXI tuvimos algunas puntas de iceberg de lo que significa la
degradación gradual, interrupción o el quiebre en las condiciones iniciales de producción
descriptas por Marx en El Capital , y como son responsables de otro tipo de crisis, no de
sobreproducción sino de subproducción, descriptas en Teorías del Plusvalor.
Por ejemplo, el capital necesita sin energía barata para que haya alimentos accesibles, para que
funcione el agromodelo basado los insumos artificiales, hacer andar los motores para cosechar,
almacenar, procesar y transportar esos productos a través del mundo. Además la agricultura depende
de patrones climáticos determinados, algo que fue degradándose en las ultimas décadas y más aun
en el futuro. Los efectos sociales de la volatilidad en los precios de los alimentos lo vimos en las

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revueltas del hambre de 2008 y en la llamada Primavera Árabe de 2011, siendo ejemplos del efectos
de la crisis de energía, recursos y el cambio climático.
Otra pequeña muestra del efecto en la interrupción en las condiciones iniciales de producción fue
la crisis del petróleo de 1973. Durante aquella escasez, con origen político más que físico, los
principales extractores de petróleo agrupados en la OPEP decidieron no exportar a EEUU y Europa,
quienes habían apoyado a Israel durante la Guerra del Día de Yon Kipur, que enfrentaba a Israel con
Siria y Egipto. Esta escasez solo duro 6 meses pero esta provocó una crisis que se sintió hasta los
años 80, y es considerada una de las mayores del siglo XX.
Finalizado el boicot el flujo se restableció, pero a lo lardo de los años el ritmo de extracción se fue
desacerelando, esta vez por causas físicas. Como lo reconocen los directivos del HCBS: “el 81% de
la producción total de líquidos está ya en declive.”
En lo que respecta a ganancia energética, varios estudios publicados en la Revista Sustainability
sobre las TRE llegan la conclusión de que los fósiles tradicionales siguen ofreciendo mayor
ganancia energética que las alternativas renovables, pero que ese saldo positivo viene disminuyendo
de forma continua a nivel global. En el caso del campo petrolífero de Daqing, la Tasa de Retorno
Energético del petróleo se ha reducido de 10 en el año 2001 a 6 en 2008. Mientras que en Noruega,
la tasa de retorno/ganancia energética habría bajado de 59 en 1996 a 40 en 2008. Mientras más
y más profundo se deba bombear, mas energía se gasta en traer hasta la superficie el petróleo,
disminuyendo el excedente.
Con respecto a los stock de minerales, la mega minería es un signo de que los yacimientos de
minerales concentrados en vetas o filones ya fueron extraídos y convertidos en algún objeto
hogareño, maquina herramienta o medio de transporte, por lo que se debe recurrir a las técnicas de
lixiviación que contaminan miles de litros de agua con químicos para obtener solo unos poco
gramos de minerales cada vez mas disueltos por cada tonelada excavada tierra.

Fuente: Alicia Valero y Antonio Valero, CIRCE - Universidad de Zaragoza


En los trabajos de Alicia y Antonio Valero de Centro de Investigación de Recursos y Consumos
Energéticos de la Universidad de Zaragoza, y los datos del U.S. Geological Survey (USGS) y el

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British Geological Survey (BGS) podemos encontrar una aproximación al grado de agotamiento de
los minerales y recursos energéticos usados por el actual entramado productivo.
Según sus informes, la industria capitalista ha usado en un siglo alrededor del 26% de las reservas
minerales no energéticas. Los años estimados hasta la degradación de las reservas base son de unos
191 años. Los minerales más agotados son el mercurio, con el 92% de sus reservas extraídas, plata
79%, oro 75%, estaño 75%, arsénico 75%, antimonio 72% y plomo 72%. En el caso del cobre, mas
del 50% de las reservas mundiales de cobre ya han sido puestas en la superficie, el hierro un 28% y
el aluminio 15%.
Si a la caída de la tasa de ganancia energética y la creciente cantidad de energía/trabajo
necesaria para extraer distintos minerales la analizamos bajo la lupa de Marx y la categoría de
condiciones físicas externas de producción, podremos tener elementos clave para entender el origen
material de los estancamientos, las recesiones y depresiones del siglo XXI.
Sin “milagros tecnológicos” o recursos que tengan la misma capacidad de multiplicar la
energía/trabajo como lo hacen los stock fósiles, ni desarrollos de nuevos biomateriales renovables
que puedan utilizarse en industria, entra en la mundo las posibilidades cada vez más reales de las
crisis de sub producción, por disminución materias primas, descriptas por Marx.

Fuente: Alicia Valero y Antonio Valero, CIRCE - Universidad de Zaragoza

Tendencia decreciente de la tasa de ganancia energética.


“…Se negaba [en la antigüedad] todo cambio en la naturaleza,
todo seguiría siendo como había sido en el principio y todo
debía continuar hasta el fin del mundo o eternamente.” Engels

En el caso del petróleo en 1930, momento en el que el principal productor de petróleo del mundo
eran los EEUU, para bombear hacia la superficie un barril de crudo sólo era necesario invertir un
1 % de la energía contenida en un barril (TRE de 100). Esto era porque los primeros yacimientos

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explotados contenían un petróleo de alta calidad muy cerca de la superficie, casi que brotaba solo o
se necesitaba muy poca energía para bombearlo, y estaba cerca del punto de consumo.
Este cálculo de la TRE es influido la infraestructura del transporte, las distancias de las líneas de
suministro, tipo de yacimiento y muchos factores mas. Aunque las distintas mediciones de TRE
puedan variar según la cantidad de variables tomadas en cuenta, todas concluyen en la caída de la
tasa de ganancia, en un excedente decreciente.
Tomando los datos recopilados por C.Hall y D.Murphy de la Academia de Ciencias de Nueva York
en EE. UU. de un petróleo convencional con una TRE 100 a principios de siglo, actualmente se
está en un promedio de retorno/ganancia energética de 40 veces y bajando.

El saqueo del petróleo de Irak o el gas de Afgasnistan, no revirtió mucho la seguridad del
suministro. Por eso EEUU empezó a recurrir a los petróleos no convencionales, como el obtenido
mediante fracking ,una técnica que perfora mucho más profundo que los pozos convencionales y
contamina millones de litros de agua. Este fue unos de los caballitos de batalla de EEUU durante la
era Obama para lograr su “independencia energética”. Estos volúmenes extras logró bajar el precio
del petróleo durante algunos años y convertir a EEUU de mayor importador de petróleo en el mundo
al mayor extractor, superando a la misma Arabia Saudita.
Pero hay un pequeño detalle de la física del cual los inversores financieros tomaron nota años
después. Es que la ganancia energética de este Shale Oil es ínfima, apenas entre de 1 ó 2 veces y
del Shale gas de 3 veces, frente a las 20 veces de ganancia de los pozos convencionales de EEUU,
disminuyendo a medida que se deba perforar y bombear a mayores profundidades. O sea, el fraking
gasta casi tanta energía en bombear el petróleo a la superficie como la que luego devuelve este al
quemarlo, por lo que para buscar algo mínimo de rentabilidad económica se avanza en ajustar las
condiciones laborales como vemos en los conflictos obreros en Vaca Muerta, Argentina.
Pasada la “fiebre del fracking” muchos estrategas de las petroleras confesaron que fue uno de las
peores decisiones que pudieron tomar, terminando en endeudamientos multimillonarios y quiebras
masivas, o en el caso del yacimiento de Vaca Muerta, de que el Estado tenga que subvencionar a
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Chevron con millones de dólares para su operación. El mismo Rexx Tillerson, ex CEO de Exxon y
actual Secretario de Estado de Trump declaró que se endeudaron hasta la camisa al apostar a esta
fuente energética.
Por otro lado la TRE del gas natural convencional se ubicaría aún entre un 10 y 25 veces de
ganancia, el carbón mineral posee una tasa de 65 a 80 veces de ganancia energética. Este excedente
energético del carbón, hasta 40 veces superior al del fracking, y factor de tener reservas probadas
para muchas décadas más, es una de las variables que pudo impulsar a Trump a posicionarse
públicamente a favor este y hasta poner en duda el rol de las emisiones del CO2 en el calentamiento
global, del cual el carbón es uno de los mayores emisores.
Con respecto a la energía nuclear “realmente existente” (no los prototipos experimentales, las
hipotéticas o las promesas del futuro) tiene alrededor de un retorno de 10 veces lo gastado
energéticamente para su construcción, la minería y el procesamiento y suministro de uranio, esto sin
calcular el gasto de energía, materiales y mano de obra en el confinamiento seguro durante milenios
de los residuos nucleares, allí el balance entre lo generado y lo consumido bajaría a números
negativos.
Otras alternativas, la energía eólica actual tiene de 20 a +30 veces de retorno/ganancia energética,
según la frecuencias de viento regional, tamaño y modelo de generador, distancias hasta el punto de
consumo, etc., la hidroeléctrica un 100 veces o mas según la altura de su salto y caudal, etc. las
variantes solares un promedio de 2 veces a 25 según la nubosidad y latitud, sistema tecnológico,
etc., la leña un promedio de 25 veces, el bioetanol 5 veces y la biomasa con un 60 a 70 veces, las
dos ultimas con la desventaja de competir con los alimentos o con bosques que mitigan
inundaciones y limpian de CO2 la atmosfera entre otros beneficios a la flora y fauna.
Así como baja la TRE fósil y por otro lado sube la cantidad de energía necesaria para obtener
insumos básicos, incluso los usados para la construcción de los distintos generadores de energías
renovables, se viene desperdiciando estos recursos finitos que son claves para la transición hacia
otro modelo social.
Como decía Engels:
“Los capitalistas individuales, que dominan la producción y el cambio, sólo pueden ocuparse de la
utilidad más inmediata de sus actos. Más aún; incluso ésta misma utilidad -por cuanto se trata de
la utilidad de la mercancía producida o cambiada- pasa por completo a segundo plano,
apareciendo como único incentivo la ganancia obtenida en la venta”.
…Cuando un industrial o un comerciante vende la mercancía producida o comprada por él y
obtiene la ganancia habitual, se da por satisfecho y no le interesa lo más mínimo lo que pueda
ocurrir después con esa mercancía y su comprador. Igual ocurre con las consecuencias naturales
de esas mismas acciones. (El rol del trabajo en la transformación del mono en hombre)

Socialismo en términos de regulación consciente del metabolismo

Son muchos mas los ejemplos actuales donde el capitalista degrada o destruye las propias
condiciones físicas para su reproducción. El calentamiento global y las consecuentes sequías e
inundaciones destruye miles de millones toneladas en alimentos, a lluvia ácida, la contaminación de
aguas, los desechos tóxicos, la erosión del suelo, la perdida de biodiversidad, la toxicidad del aire
dañan tanto al mismo capital como la naturaleza.

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En la sociedad de productores asociados, Marx planteaba que sería necesario
gobernar el metabolismo humano con la naturaleza de una manera racional,
algo que escapa a las posibilidades de la sociedad burguesa.

Así, en el libro III de El Capital Marx escribe que :

“la libertad sólo puede consistir en que el ser humano socializado, los
productores asociados, regulen racionalmente ese metabolismo [Stoffwechsel]
suyo con la naturaleza poniéndolo bajo su control colectivo, en vez de ser
dominados por él como por un poder ciego; que lo lleven a cabo con el mínimo
empleo de fuerza y bajo las condiciones más dignas y adecuadas a su
naturaleza humana.”

Una de las ideas imperantes en estos 200 años de expansión capitalista fue la invisibilización del
hecho que es imposible el crecimiento basado, no en flujos de energía e insumos renovables, sino en
stock finitos.
Si el socialismo solo tendría como objetivo administrar el actual modelo productivo del
capitalismo y apuntara a un “consumismo bajo control obrero” para que toda la humanidad acceda a
los bienes que solo puede acceder que una ínfimas minorías mas rica del mundo, se necesitarían por
año los recursos regenerados en 4. Promediando el consumo de los países imperialistas y
semicoloniales, el capitalismo consume 1,6 veces lo que puede regenera anualmente la Tierra, según
los estudios de Global Footprint Network.

Energía y materia para qué


Es por esto será necesario definir un rediseño radical y planificación de las fuerzas productivas,
cuales son sus objetivos sociales, cuantitativos y cualitativos, que materias primas renovables, qué y
cómo se produce, como se distribuye equitativamente, fuera de la esfera de las reglas del mercado y
de la propiedad capitalista de las grandes empresas responsables de decidir los métodos de
producción y moldear los hábitos consumo.
Pero antes que el debate tecnológico en si mismo, está la cuestión de fondo de saber por qué se
necesita tanta energía y materiales.
A nivel mundial industrial el capitalismo esta cruzado por la obsolescencia programada.Tomando
como muestra los cálculos realizado por la Comisión de las Comunidades Europeas-2009, para los
procesos industriales se usa el 31 % de la energía, mucha de la cual significa un desperdiciando de
materiales, energía y mano de obra para fabricar a productos diseñados bajo el concepto de
obsolescencia programada, es decir, con el objetivo de ser casi descartables. En la mega minería se
contaminan inmensas cantidades de agua y se gastan cantidades exorbitantes de energía para extraer
cosas que tienen poca “utilidad real” como el oro, más relacionado con la especulación financiera.
En la agricultura también se utilizan gran cantidad de energía, superficie y demás recursos para
sembrar, pero no para dar comida a las personas, sino a para alimentar el mercado especulativo de
granos o de biocombustibles, o que se pudre al no encontrar salida en el mercado, al mismo tiempo
que millones no disponen de dinero para comprarla.
El funcionamiento de viviendas y oficinas, comercios o naves industriales, usan un 41 % de le
energía por no haber tenido en cuenta los altos consumos para iluminación, calefacción o
refrigeración, etc. dando la espalda a los técnicas de diseño sustentable solo por ahorrar costos
durante su construcción. El transporte consume el 28 % de la energía ya que los propietarios de las
empresas automotrices fueron quienes estuvieron al frente del diseño de las políticas de transporte

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para encajar sus productos, que gastan 7 veces más energía que el FFCC o 15 veces que el transporte
por agua.
Esto es reflejo de un consumo de recursos sin sentido ni planificación alguna, más que la que una
ínfima minoría de mega propietarios obtenga la mayor ganancia en el menor plazo posible.

Tendencia no es destino.
La degradación del ambiente, de las pre condiciones de producción, las crisis económicas,
políticas, humanitarias, etc, son causas de la inestabilidad del sistema tradicional de partidos,
generando en distintos países una polarización entre fenómenos de neo reformismos o neo
conservadurismo, ambos proponiendo volver la época de oro de crecimiento capitalista, como en el
caso de EEUU que con Donald Trump de “hacer grande de nuevo a EEUU” pero cuyas bases
materiales de la era de oro son cada vez menos reales, tanto las naturales, como las sociales.
Ante los distintos pronósticos de recesiones, estancamiento de fuerzas productivas, crisis
alimentarias, estallidos sociales, mayores fricciones entre Estados, guerra por recursos, crisis
humanitarias, éxodos, etc. la revolución por un gobierno obrero y popular y la planificación
democrática de las distintas ramas de producción de bienes y alimentos, etc. se presenta ante los
trabajadores como el primer acto necesario para su supervivencia y reconstrucción consciente de la
sociedad y de un nuevo equilibrio metabólico entre humanidad y naturaleza. Este es objetivo del
desarrollo cualitativo de las fuerzas productivas.
Es por esto que partimos de la necesidad de la nacionalización de la gran industria y medios de
transporte, su reconversión sobre bases sustentables, de la renacionalización de los bienes comunes
naturales bajo control obrero y popular, la defensa de los recursos hídricos, la prohibición de la
megaminería y su uso de sustancias químicas contaminantes, la protección de bosques nativos. Con
respecto a los combustibles fósiles y el sistema energético, planteamos su estatización y que
contribuyan al desarrollo de una matriz de energía renovables, bajo gestión de sus trabajadores en
colaboración con comités de usuarios, como ha planteado el Frente de Izquierda.
En la industria alimenticia, planteamos cambiar de modelo de agricultura basado en el paquete
tecnológico transgénicos/agrotóxicos, sobre la base de la expropiación de la mitad de las tierras
cultivables (correspondientes a los principales 4000 terratenientes de la Argentina) no solo por el
impacto en la salud de los millones de habitantes a agrotóxicos sino también en la propia fertilidad
del suelo, además de incentivar la deforestación masiva, una de las causas de las mayores
inundaciones.
La actual degradación y la destrucción de las pre condiciones de producción es uno de los peligros
preponderantes que la clase obrera tendrá que entender y lidiar para vencer los desafíos no solo en la
lucha contra el capitalismo, luego de vencer, durante la construcción de su propio autogobierno y
aun más en la extensión de la revolución a escala global, para hacer posible el objetivo estratégico
de una sociedad sin clases y pasar del reino de la necesidad al de la libertad. Todas esta es son
algunas de las condiciones ambientales y políticas que moldearan las crisis, guerras y revoluciones
del siglo XXI.
Como dijo Trotsky en el Manifiesto de Emergencia en 1940:
“…Cuando comience la nueva revolución los oportunistas tratarán una vez más, como lo hicieron
hace un cuarto de siglo, de inspirar a los obreros la idea de que es imposible construir el
socialismo sobre las ruinas y la desolación.
¡Como si el proletariado tuviera libertad de elegir!
Hay que construir sobre los fundamentos que proporciona la historia”

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