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SAN MARTÍN SALA, Javier: Antropología Filosófica I. De la Antropología científica a la


filosófica, Madrid, Universidad Nacional de Educación a Distancia, 2013, 431pp.
http://dx.doi.org/10.6018/daimon/185181

Antropología Filosófica I. De la antrop- entre las ciencias que se ocupan del hombre
ología científica a la filosófica es la primera (biología, antropología física y cultural, histo-
parte del manual que el profesor Javier San ria) por un lado y la filosofía por el otro, sin
Martín Sala ha confeccionado para alumnos que se llegue a negar en ningún momento la
de la asignatura Antropología Filosófica en particularidad de ninguno de los tres ámbitos.
Universidad Nacional de Educación a Dis- Todo ello constituye a la vez una exposición
tancia. Además de ser una publicación didác- de la trayectoria intelectual de San Martín.
tica, es un libro apasionante, en constante Lo definitorio de la filosofía es para San
diálogo con la actualidad filosófica y cientí- Martín «que el discurso iniciado afecte a la
fica, que expone tesis filosóficas del propio totalidad del ser, de la verdad y del mundo,
autor y que mantiene una gran claridad y de un modo que pretende trascender todos los
orden expositivos. El volumen está dividido condicionamientos particulares.»(p. 46) En
en tres unidades didácticas. Las dos primeras, su definición de filosofía, el autor conjuga el
publicadas anteriormente, presentan algunas pensamiento husserliano con sus amplísimas
novedades. La tercera, que funcionaba hasta lecturas de otros pensadores. Se trata de una
el momento en forma de apuntes para los disciplina que nace en el seno de una comu-
estudiantes, se ve ampliada con la aparición nidad histórica y que sin embargo radica en
de un importante nuevo capítulo, el XI. En el ansia del ser humano por alcanzar el saber
la primera unidad didáctica se aborda la universal. No se contenta con la investigación
especificidad de la antropología filosófica en de un objeto definido, como las ciencias, sino
su articulación interna con la filosofía por que apunta hacia el ámbito que posibilita la
un lado, y con las ciencias por el otro. La actividad científica misma. Frente a las cien-
segunda parte ofrece un recorrido histórico cias guardará, y en esto insiste especialmente
a través de las distintas concepciones acerca San Martín, una relación especial con su pro-
del ser humano, pues la tradición es para San pio pasado, viendo este no como un punto
Martín una gran interlocutora. Por último, la superado en el desarrollo progresivo hacia
tercera unidad entra en diálogo con la antro- la perfección, sino como parte de su campo.
pología biológica, que estudia al ser humano Lo mismo cabe decir del futuro. La filosofía
en lo que tiene de animal. tiene una vertiente teórica que se ocupa de
«El sentido global de este tomo es las condiciones de verdad y el sentido, y que
mostrar la legitimidad y necesidad de un sería una interlocutora de las ciencias. Estas
discurso filosófico sobre el ser humano — se ocupan de un objeto bien definido y en él
que no es otra cosa la antropología filosó- se agotan, ya que no analizan las condiciones
fica — partiendo de las ciencias naturales y de posibilidad de su propio paradigma y no
sociales» (p.18). El manual constituye pues lo cuestionan. Pero además, la filosofía tiene
una propedéutica necesaria, ya que el estatus una destacable función práctica, en tanto que
de la antropología filosófica puede resultar «sirva para entendernos sobre nosotros mis-
problemático. De esta manera, en la primera mos y con los otros» (p.45) y propone un
unidad didáctica se sientan los cimientos de sistema de fines que otorgan sentido a la exis-
la antropología filosófica, que se abre espacio tencia humana (ibid). Y es que cada filósofo

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emprende el camino de trascender sus condi- las ciencias, el autor argumenta que estas
ciones particulares y aspira a ser funcionario sí tienen una comprensión del ser humano
de la humanidad — papel que al pensador le como tal. El problema es que «normalmente
otorga justamente Edmund Husserl. conciben su perspectiva como omnicomp-
Según San Martín, la antropología filosó- rensiva de cualquier otra perspectiva (...)»
fica empieza a operar en la actualidad como (p.235). La antropología filosófica permite
«filosofía primera» (véase por ejemplo p. superar la parcialidad que les es inherente e
18). Entraña una cierta circularidad, pero ir más allá, articulando críticamente la con-
virtuosa, no viciosa, pues el ser humano, cepción científica del ser humano y dotán-
esforzándose por comprenderse a sí mismo, dola de una comprensión práctica y ética.
tiene que comprender a su vez todo lo que Pero la mayor novedad de la Unidad
entra en el campo de su experiencia, en estriba en la apertura de la antropología
última instancia el mundo entero, ya que filosófica a la historia, y el diálogo que el
«no es una realidad entre otras, sino que es autor mantiene con la tesis de Adorno y Mar-
una realidad a la que todas las demás se refi- quard, según la cual la antropología filosó-
eren» (p. 100). Este cariz fenomenológico fica, al buscar la naturaleza humana, niega
está presente en todo el libro, y contribuye por su propia constitución la filosofía de la
a una concepción ontológica, metafísica y historia. Esta visión, basada en una compren-
moral de la antropología, lo cual distancia sión de la antropología filosófica al estilo de
a San Martín de la crítica antiantropológica las antropologías alemanas del principio del
de Heidegger, hasta tal punto que afirma que siglo XX, sostiene que la antropología filosó-
«si la filosofía ha de ser posible, ha de haber fica «se vuelve a la naturaleza presentándose
una antropología no científica ni teológica» como alternativa a la filosofía e la historia»
(p. 34), una antropología filosófica. Esta es (p.134); al no dar cuenta del carácter proce-
un saber basado en el método de análisis sual de la humanidad, rozaría — en la inter-
conceptual de la experiencia propia (p. 97) y pretación que parece estar latente en Adorno
hermenéutica en su proceder. Está en diálogo — un terreno peligroso de fundamentación
continuo con las ciencias, pero nunca puede de teorías antropológicas de la raza o esen-
disolverse en ellas: de hacerlo, daría paso a cia. Según esta interpretación, la antropología
un relativismo burdo sin una instancia crítica filosófica está estancada en una visión deter-
ni moral desde la que rescatar lo universal minada del ser humano que da la espalda a
que subyace a toda ciencia. lo verdaderamente esencial desde el punto
Tal vez el punto más interesante de esta de vista filosófico. San Martín rebate esta
parte es la relación entre la antropología tesis demostrando que de hecho la antrop-
filosófica y las ciencias que tienen al hombre ología filosófica está lejos de esta visión. Solo
por su objeto, pues de haber unas ciencias operando con una concepción del hombre
que explicaran exhaustivamente qué es el como realidad abierta a nuevas posibilidades,
ser humano, el discurso filosófico sobre él como trascendiéndose a sí mismo, es posible
sería una duplicidad superflua. San Mar- una antropología filosófica que atienda por
tín articula positivamente esta relación; no un lado al desarrollo fáctico histórico de la
en el sentido de que la antropología filosó- humanidad a la vez que ofrezca una visión
fica otorgue a las ciencias el sentido del ser crítica de lo que el hombre es.
humano, del que ellas de por sí carecen. Y La segunda unidad analiza la imagen del
es que, lejos de tener una visión banal de hombre constituida por la tradición, desde los

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elementos aportados por la cultura hebrea, los pensadores en exilio. El último apartado
griega y cristiana, hasta los maestros de la está dedicado a la imagen del hombre que
sospecha del siglo XX y la imagen científica opera en las ciencias que pretenden explicar
del ser humano. Se detiene en particular en al ser humano, como la biología, la psicología
el momento en el que la antropología filosó- o la antropología. Esto se corresponde con la
fica hace su acto de presencia, esto es, en la convicción de San Martín de que la filosofía
filosofía de Kant. San Martín ordena los múlti- ha de analizar críticamente las ciencias, pues
ples sentidos de la antropología que maneja el «una vez que existen las ciencias del hombre
filósofo de Königsberg y analiza la totalidad de se hace inevitable la filosofía del hombre»
obra kantiana bajo el aspecto antropológico- (p.235) para superar su pretensión de agotar
filosófico. Insiste en que la inquietud de Kant la esencia del hombre.
por el hombre no se materializa solo en lo Justamente la tercera unidad didáctica,
que hoy serían una antropología biológica y la más amplia de las tres, se hace cargo
cultural (fisiológica y pragmática en la termi- del análisis de la biología, cuyas pretensio-
nología del filósofo), sino que pronto se perfila nes de dar con una «definición objetiva de
una oscilación de términos (antropología prag- lo que significa ser humano» (p. 253) han
mática o práctica) que finalmente concluye influido enormemente en la imagen que ten-
en la inauguración de un saber filosófico de emos del hombre. La unidad recorre un vasto
talante profundamente práctico, que sería lo campo bibliográfico; partiendo de la ima-
que hoy llamamos la antropología filosófica: gen biológica del hombre, el autor analiza
«(...) Parece que Kant siempre quiso elevar la la teoría darwinista y sus desarrollos poste-
antropología, de un saber meramente para la riores, se adentra en las teorías paleontológi-
prudencia o perspicacia, a un saber propio del cas para concluir con una observación crítica
sabio» (p.199). La filosofía kantiana muestra acerca de la imagen del ser humano que
una creciente preocupación por el puesto del opera en estas ciencias. Advierte que, aunque
ser humano en el cosmos y, por eso, ya en los indudables avances en la reconstrucción
lecciones de 1772 y posteriormente, se per- del proceso de hominización permiten com-
fila una comprensión práctico-moral de la prender el origen de varias de las capacidades
antropología: «esa antropología filosófica es o humanas, no debemos sucumbir a un natu-
implica una ética y viceversa, que no hay ética ralismo en lo moral o en lo cognitivo (p.e.,
sin fundamentación antropológica.»(p. 194). pp.322 y siguientes). No obstante, la biología
Por eso Kant puede afirmar que la antropología sí nos permite comprender qué es lo que
implica la sabiduría. Este profundo análisis de somos y tiene algo que decir a los filósofos.
la filosofía kantiana en clave antropológico- San Martín cita importantísimos avances
filosófica es incorporado en el pensamiento de de las últimas décadas; por ejemplo, las expli-
San Martín para responder a las objeciones a caciones sobre el cambio que se opera en
las que se enfrenta la fenomenología. Ardipithecus y que sitúa la sexualidad en el
La unidad avanza, analizando las apor- centro de la evolución. Rebate así la tesis
taciones de los pensadores a la antropología de Alsberg/Blumenberg (véase p. 331) que
filosófica a lo largo de los siglos XIX y XX. veía en la postura erguida el índice del uso
Además, incluye un importante capítulo sobre de armas. Por contra, el autor insiste en que
los desarrollos de la antropología filosófica en no hay vestigios de este tipo de herramien-
el ámbito hispano, tanto entre los pensadores tas, aunque haya bipedismo. Vincula la pos-
vinculados a la Escuela de Madrid, como entre tura erguida a un cambio en la sexualidad:

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el ocultamiento del periodo de fertilidad en la razón. La pobreza del mundo abarcaría a


las hembras. Esto conduce a la separación lo sumo a los «insectos, puede incluir algu-
de la reproducción y el sexo: el placer «ha nos vertebrados, pero difícilmente a todos
dejado de estar vinculado a la ovulación o los pájaros, y en ningún caso a los primates»
celo» (p.325). La importancia crucial de este (p.392). Esta posición viene a abogar por un
cambio radica en que se trata de la intro- concepto más amplio de la conciencia, a la
ducción de lo (proto)biográfico en el sen- vez que pide distanciarse del concepto de
tido orteguiano en la vida de los primates: el naturaleza humana pensado desde el homo
ocultamiento del celo implica que las hem- faber e integrar en él también su animalidad.
bras pueden elegir al macho que cuide de los Pero aunque San Martín cree que el
hijos y que, en última instancia, tiene lugar análisis de cómo se dio de hecho el paso al
una cierta planificación vital. Esto permite homo sapiens y qué elementos lo hicieron
comprender cómo, gracias a la modificación posible (lenguaje, adelantamiento del parto,
en el modo de reproducción y el inicio de postura erguida, sexualidad y los cambios
una vida en parejas estables, este antepasado que esto conlleva) tiene mucho que decirle a
pudo separarse del tronco común y dar lugar la antropología filosófica, deja también clara
a una nueva línea, la línea humana. su negativa a todo intento de falacia natu-
Cabe mencionar también un tema sobre ralista que reduzca la cultura y las normas
el que en el siglo veinte llamaron la aten- éticas a lo biológico y genético. Es cierto
ción varios filósofos: la técnica. Frente a que la oposición entre ambos ámbitos no es
una recurrente definición del hombre por su tajante (véase p.318 sobre la base genética
relación con la técnica (p.e. en Ortega o en de altruismo), pero no por ello se trata de
Heidegger), San Martín apunta a que hay lo mismo. En lo cultural y moral se acaba
indicios de hominización en un momento la capacidad de la biología de explicar al
decididamente anterior al uso de la razón ser humano; este, su determinada apertura a
que permite el uso de las herramientas la realidad, no es tematizable por las cien-
(pp.337- 338). El cambio en la sexualidad cias (p. 386). En su análisis filosófico del
conlleva modificaciones que indican que ser humano, San Martín destaca dos rasgos
«el sexo permite a los humanos un deleite definitorios de la naturaleza humana: «por
biográfico muchísimo antes que el desar- un lado, la relación a la verdad y realidad,
rollo del cerebro» (p.339). Este postulado y por otro, el reconocimiento del otro como
tiene importantes consecuencias para la persona.» (p.398) Rasgos que, por cierto, se
antropología filosófica, que ha de plant- corresponden con los dos grandes aspectos
earse cuáles son los factores definitorios de de la filosofía, el teórico y el práctico.
lo humano frente a lo inhumano, más allá El libro es, en suma, un gran manual
de la razón técnica. de estudio. Pero es también un ejercicio de
La antropología filosófica tiende además filosofía, en la que el autor se muestra como
a establecer una división tajante entre los un fenomenólogo que hace antropología
seres humanos y los pobres de mundo, en filosófica en continuo diálogo con lo que
palabras de Heidegger. Pues bien, parece ser los distintos saberes sobre el ser humano
que la ciencia biológica nos enseña que hubo puedan ofrecerle, sin caer en una reducción
y hay destellos de una vida consciente, cier- naturalista de la conciencia ni de la moral.
tamente no tan plena como la de los seres
humanos de ahora, anteriores a la técnica y Agata Bak, UNED, agat.bak@gmail.com

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