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Universidad Nororiental Privada Gran Mariscal de Ayacucho

TEMA 1. TEORIA GENERAL DE LAS OBLIGACIONES


Derecho Civil III
Prof.: Mauro Martínez Vicenth

Hay una clasificación muy sencilla y muy fácil: derechos patrimoniales y derechos
extrapatrimoniales. Los derechos extrapatrimoniales, por ejemplo, derecho de
familia, derechos políticos, son aquellos que no son susceptibles de evaluación en
dinero; no tienen pues un valor económico. Los derechos patrimoniales son
aquellos, por el contrario que tienen un valor económico que pueden ser valorados
en dinero. A la vez a todos los derechos patrimoniales, a todos los derechos que
integran un patrimonio podemos agruparlos en dos subgrupos:

a. Los derechos reales, es decir, la facultad, el poder, el señorío que tiene el


sujeto jurídico sobre la cosa, el campo de lo tuyo y lo mío;
b. Aquellos derechos que consisten en poder exigir de otras personas una
conducta determinada, una prestación determinada, que tiene un valor
económico para el titular.

CONCEPTO DE OBLIGACION

Generalidades. El termino obligación (del latín obligatio), significa textualmente


“ligado por” en el sentido de atadura, ligamen, sujeción. Fue acuñado por los
romanos para denotar precisamente este tipo de obligaciones que tenían
esencialmente una prestación de carácter patrimonial. La vulgarización del mismo
aun dentro del ámbito jurídico, es lo que ha hecho que el nombre de derecho de
obligaciones no denote por sí mismo preciso significado.

Modernamente y con mucha razón, se ha descubierto que el término obligación (a


los efectos del derecho de obligaciones) no denota el fenómeno completo, sino
que hace alusión a la obligación desde el punto de vista del deudor olvidando que
el acreedor también juega un papel importante en la dinámica de la misma. De
ahí que el termino obligación (siempre a los efectos del derecho de obligaciones)
ha sido sustituido modernamente por el término “relación obligatoria”, para así
incluir al acreedor y de paso asomar la idea de “relación jurídica” para denotar
aquella especial relación jurídica mediante la cual un determinado sujeto
(denominado “deudor”) se encuentra obligado hacia otro sujeto (denominado
“acreedor”) a cumplir con una determinada prestación de carácter eminentemente
patrimonial. Esto último, y así de sencillo, no es más que una moderna definición
de la relación obligatoria (u obligación, si queremos seguir utilizando en términos
antiguos). Nótese la diferencia entre la definición propuesta y las definiciones
clásicas del derecho romano. El término “obligación”, de ahora en adelante, salvo
que se indique distinto, lo utilizaremos para señalar la conducta que debe
desplegar el deudor en beneficio del acreedor. El término relación obligatoria lo
utilizaremos cuando se quiera hacer mención al fenómeno completo.

DEFINICION ROMANA “obligación es el lazo de derecho que no constriñe en la


necesidad de pagar alguna cosa conforme al derecho de nuestra ciudad ”

Para Larenz, es aquella relación jurídica por la que dos o más personas se obligan
a cumplir y adquieren el derecho a exigir determinadas prestaciones.

Para Collins y Capitant es una necesidad jurídica por efecto de la cual una
persona está sujeta respecto a otra a una prestación, ya positiva, ya negativa, es
decir, a un hecho o a una abstención, o como dice el Código, a dar, a hacer, o a
no hacer alguna cosa.

Tomando en cuenta los elementos señalados anteriormente, puede definirse


la obligación como un vínculo jurídico en virtud del cual una persona
denominada deudor, se compromete frente a otra denominada acreedor, a
ejecutar en su beneficio una determinada prestación de dar, hacer o no
hacer, valorable en dinero la cual en caso de no ser cumplido por el deudor,
compromete a este a responder con su patrimonio.

NATURALEZA JURÍDICA

Desde hace mucho tiempo los autores han sostenido que la nota esencial del
derecho de las obligaciones es su carácter abstracto y a la vez preciso. Abstracto
porque la obligación es una noción de imprescindible conocimiento y uso en toda
comunidad jurídicamente organizada y sus efectos y estructura son invariables,
consustanciados con las necesidades del hombre, independientemente de los
aspectos circunstanciales de tales necesidades. Donde existan hombres habrá
necesidades por satisfacer y la satisfacción de tales necesidades envuelve la
aparición de obligaciones como instrumento jurídico apto. Es esta la base de la
naturaleza abstracta de las obligaciones cuyo mecanismo implica una lógica rígida
y disciplinada que ha causado siempre la admiración de los juristas, al punto de
haberse denominado “la ratio escrita” (la razón escrita).
Además, se observa la precisión del derecho de obligaciones, pues sus soluciones
tienden a ser siempre exactas e invariables al punto de ser frecuentemente
llamado “la matemática del derecho” por la naturaleza precisa de las soluciones
que aporta.

El derecho de las obligaciones se desarrolla partiendo de principios básicos que


van ampliamente a medida que se profundiza su estudio.

CARACTERES

Dada su naturaleza abstracta, su principio fundamental es una tendencia a la


inmutabilidad tanto en el espacio como en el tiempo, de allí su carácter de
universalidad y de permanencia.

TEMA 2. LA OBLIGACION JURIDICA.

Concepto. Tomando en cuenta los elementos señalados anteriormente,


puede definirse la obligación como un vínculo jurídico en virtud del cual una
persona denominada deudor, se compromete frente a otra denominada
acreedor, a ejecutar en su beneficio una determinada prestación de dar,
hacer o no hacer, valorable en dinero la cual en caso de no ser cumplido por
el deudor, compromete a este a responder con su patrimonio.

CARACTERES DE LA OBLIGACIÓN. Sus elementos constitutivos

a. Elemento subjetivo: compuesto por los sujetos o personas de la relación


obligatoria, acreedor (sujeto activo) y deudor (sujeto pasivo).
b. Elemento objetivo: compuesto por las diversas prestaciones, o sea, las
diversas actividades o conductas que el deudor se compromete a efectuar
en beneficio u obsequio del acreedor, y que puede consistir en prestaciones
de dar, de hacer o de no hacer.
c. Elementos propiamente jurídicos, o sea, el vínculo, relación jurídica que
enlaza a las personas o sujetos de la obligación.
d. La evaluación económica de la obligación: o mejor dicho, la necesidad de
que la prestación sea susceptible de valorarse económicamente. Esto no
significa que la prestación necesariamente deba consistir en una suma de
dinero, sino que la actividad o conducta a que se compromete el deudor
pueda ser apreciada en términos económicos, pues solo así podría exigirse
al deudor una prestación compensatoria en caso de no cumplir su
obligación.
Toda obligación tiene que ser apreciable en dinero, pues la imposibilidad de
cumplimiento en especie dará lugar al pago de daños y perjuicios, que
consiste siempre en la entrega de una suma de dinero.
e. La responsabilidad del deudor: es decir, si el deudor no cumple su
obligación, responderá con su patrimonio del incumplimiento. El patrimonio
del deudor podrá ser agredido por el acreedor a través de los órganos
jurisdiccionales del Estado para exigir una prestación compensatoria. Art.
1863. “El obligado personalmente está sujeto a cumplir su obligación con
todos sus bienes habidos y por haber”. Art. 1864 C.C. “los bienes del
deudor son la prenda común de sus acreedores quienes tienen en ellos un
derecho igual si no hay causas legitimas de preferencia...”. El patrimonio del
deudor responderá su incumplimiento.

a. Elemento subjetivo

Como su nombre lo indica, está integrado por los sujetos de la obligación: las
personas del deudor y del acreedor.

Desde el punto de vista del deudor existe una obligación. Desde le punto de vista
del acreedor existe un derecho de crédito.

“Deudor” es la persona que se compromete a realizar determinada actividad o


conducta (prestación) en provecho o a favor del acreedor. Es llamado sujeto
pasivo porque sobre su patrimonio va a recaer la acción del acreedor en caso de
que no cumpla; hay un sujeto potencial de su patrimonio en caso de
incumplimiento.

Los deudores pueden ser varias personas, pueden estar obligadas cada una por
una parte (siempre que la obligación sea divisible), en cuyo caso se denominan
deudores mancomunados; o pueden estar obligados cada uno por la totalidad de
la prestación, que se denominan deudores solidarios. La solidaridad no se
presume (art. 1223); la regla general es la mancomunidad.

Pueden estar obligados en un mismo plano; cada uno responde por su parte
(mancomunados)o por el todo (solidarios), o en planos diferentes: un deudor
principal y otro subsidiario; en cuyo caso el deudor subsidiario solo está obligado
cuando el patrimonio del deudor principal es insuficiente para satisfacer (es el
caso del fiador no solidario art. 1812 CC).

“Acreedor”, es la persona en beneficio de la cual el deudor va a realizar la


conducta o actividad a que se ha comprometido. Es denominado sujeto activo,
porque si el deudor no le cumple dicha actividad o conducta, puede tomar la
iniciativa de acudir ante los órganos jurisdiccionales (tribunales de justicia) para
obligar al deudor mediante la agresión a su patrimonio; es decir, por intermedio de
una acción (derecho de acudir a los órganos jurisdiccionales del Estado).

Los acreedores, también pueden ser varios; pueden tener derecho a exigir solo
una parte de la prestación (acreedores mancomunados); pueden tener cada uno el
derecho de exigir la totalidad de la prestación (acreedores solidarios art. 1221 CC).
Pueden ser acreedores subordinados: solo pueden exigir el cumplimiento de su
acreencia después que el o los acreedores no subordinados hayan recibido su
prestación.

Los sujetos de la obligación, tanto el deudor como el acreedor, deben ser


personas determinadas. Sin embargo, excepcionalmente, pueden ser simplemente
determinables. Es el caso de las obligaciones ambulatorias o propter rem, en las
cuales la determinación está vinculada a una cosa, generalmente a un derecho
real. Se transmite la condición de deudor con la transmisión del derecho real al
cual está vinculado, o la simple posesión.

En los títulos al portador, la posesión determinada la persona del acreedor de la


prestación a que se refiere el titulo; sin embargos aquí estamos más bien en un
caso de transmisión de derecho del acreedor que se efectúa por la entrega del
título que lo representa.

b. Elemento objetivo

Está constituido por la prestación, por la actividad o conducta que el deudor se


compromete a cumplirse al acreedor. Forma el contenido de la obligación. Son
innumerables las prestaciones, pero los romanos lograron establecer una
clasificación de las diversas actividades o conductas que puede desarrollar una
persona: prestaciones de dare, facere y prestare. Estas categorías han pasado al
Derecho Moderno con pocas variantes:

1. Prestaciones de dar. Son aquellas que tienen por objeto la transmisión de


la propiedad u otro derecho real (servidumbre, usufructo, uso, habitación,
hipoteca); presentan la particularidad de que la propiedad o derecho a que
se refieren se transmite por efecto del consentimiento legítimamente
manifestado, siempre que se trate de un cuerpo cierto.
2. Prestaciones de hacer. Son todas aquellas actuaciones del deudor que
constituyen una actividad personal del deudor, que no implica la transmisión
de la propiedad u otro derecho real.
Pueden implicar una actividad personal del deudor, sin ninguna relación a una
cosa determinada (trabajar, gestionar un negocio, dictar una conferencia,
actuar en una obra teatral) o efectuar una actividad en relación a una cosa
determinada (hacer gozar de una casa, vigilar, custodiar y guardar un
automóvil, construir un edificio, transportar una nevera) sin que ello implique la
transferencia de un derecho real.

3. Prestaciones de no hacer. Son aquellas que consisten en la abstención


por parte del deudor, en una actuación negativa. En ellas el deudor se
compromete precisamente a no efectuar determinada conducta o actividad.

El incumplimiento de ciertas prestaciones de no hacer es definitivo; por ejemplo, la


revelación de un secreto. En este caso solo podrá satisfacerse al acreedor
mediante el pago de daños y perjuicios. En cambio, en otros casos pueden
hacerse desaparecer los efectos del incumplimiento (aun cuando no sea
totalmente); por ejemplo destruyendo las construcciones que el deudor se
comprometió a no hacer (art. 1268 CC).

Las prestaciones también se han clasificado en positivas y negativas. Las


positivas son las que consisten en una actividad o conducta activa del deudor;
comprenden las prestaciones de dar y de hacer. Las negativas en una abstención
por parte del deudor, en no realizar un acto o hecho (conducta negativa);
comprenden las prestaciones de no hacer.

Las obligaciones de género tienen como objeto una cantidad de cosas en género:
cien kilos de papa, diez bicicletas de tal marca y modelo; las de especie se
refieren a una cosa determinada, un cuerpo cierto: la casa N° 35 de la Avenida
Oeste.

La distinción tiene importancia, porque el género no perece y siempre será posible


cumplir en especie. Siempre podemos entregar cien kilos de papas, o hacer que
nos las entregue un tercero. En cambio, si la cosa determinada perece, no es
posible el cumplimiento en especie; el acreedor se tendrá que contentar con recibir
una suma de dinero.

Requisitos de la prestación

Para que la prestación sea válida, o sea, que produzca sus efectos jurídicos, es
necesario que cumpla ciertos requisitos:

1. La prestación debe ser posible, es decir factible en el terreno de la realidad


y desde el punto de vista jurídico. Por consiguiente la imposibilidad puede
ser natural o jurídica.
a) Natural: cuando la prestación no es susceptible de cumplirse en el
campo de la realidad (deudor que se compromete a encontrar un
fantasma, a adivinar el porvenir, trasladarse en una hora de Caracas a
París).
b) Jurídica: cuando la prestación, si bien es posible de ser efectuada en el
terreno de la realidad, es imposible de realizarse por oponerse a ello el
ordenamiento jurídico positivo (un particular que se compromete a
vender o donar una cosa de uso público, tales como una calle, una
plaza, una avenida).

La doctrina se plantea si la posibilidad de la prestación debe ser objetiva o


subjetiva, ejemplo de esta última sería un mudo que se comprometa a cantar por
radio. En el caso concreto, la prestación es objetivamente posible; pero al carecer
el deudor de las facultades necesarias para ejecutarla se considera que la
prestación es imposible. Sin embargo, parecería más bien que no hay
consentimiento.

La imposibilidad debe ser originaria; es decir, anterior o coetánea al nacimiento de


la obligación; si es posterior, dará lugar a problemas en cuanto a si el deudor es
responsable o no. La imposibilidad sobrevenida puede exonerarlo de
responsabilidad, cuando constituye una causa extraña no imputable, en caso
contrario, responde.

2. La prestación debe ser lícita (art. 1155 CC) es decir, que su ejecución no
viole el orden público ni las buenas costumbres (deudor que se
compromete a suministrar drogas, o a instalar una casa de tolerancia, etc.
3. La prestación debe ser determinada o determinable. La prestación debe ser
determinada por las partes al asumir la prestación obligatoria, o puede ser
determinada por un tercero nombrado por las partes o por el juez. Basta
que la prestación sea determinable en el momento del nacimiento de la
obligación; su determinación puede ser posterior. No es de la esencia de
este requisito que la cosa sobre la cual recaiga la prestación exista en el
momento en el que se contrae la obligación, basta con que haya realmente
la posibilidad de su existencia futura para el momento de ejecutar la
prestación (deudor que se compromete a vender la cosecha que producirá
su hacienda el año próximo).
4. La prestación debe ser valorable económicamente. Debe ser susceptible de
apreciarse en dinero. No es necesario que se trate de una suma de dinero,
pero debe ser susceptible de valorarse en tales términos para poder
exigírsele al deudor una prestación compensatoria en caso de que no
cumpla. A veces, es difícil la valoración económica como lo es en el caso
del daño moral y las prestaciones de no hacer.
5. Debe corresponder a un interés legítimo del acreedor. El interés no tiene
que ser necesariamente económico, puede ser disfrute artístico o intelectual
por quien oye a un cantante o una charla (no tiene valor económico para
quien oye, pero es valorable económicamente: valor del trabajo del artista o
del conferencista).

3. Elemento jurídico. El vínculo

Es el tercero de los elementos constitutivos de la obligación. Etimológicamente


significa ligamen o atadura y es el lazo de derecho que une a las personas de
acreedor y deudor. El vínculo es un elemento esencial de la noción de
obligación y explica la sujeción o sometimiento del deudor a la necesidad de
cumplir al acreedor la actividad, conducta o prestación a que se ha
comprometido y el poder jurídico que tiene el acreedor de obligar al deudor a
cumplir mediante la intervención de los órganos jurisdiccionales.

Constituye una restricción a la libertad del deudor, pues debe observar una
conducta determinada frente a su acreedor.

a. Naturaleza del vínculo. Concepción patrimonial del vinculo


El vínculo se concibe como una relación de carácter patrimonial, es decir,
real, como una relación que enlaza al acreedor con el patrimonio del
deudor. Parte de la idea de que es absurdo considerar en el Derecho
Moderno al vínculo como una relación entre personas, pues cuando el
deudor no cumple el acreedor no puede agredir a su persona sino a su
patrimonio, y si excede, queda obligado a su vez frente al deudor a pagar
su indemnización. En otras palabras, el vínculo existe solo entre los
patrimonios y no entre las personas. El acreedor no tiene ningún poder
sobre la persona del deudor, sino sobre su patrimonio. Tan es así, que el
deudor no tiene patrimonio y no cumple con su obligación, esta fracasa, por
cuando no existe forma o modo de que el acreedor se pague u obligue a
cumplir al deudor. El acreedor tendrá que esperar que el deudor llegue a
mejor fortuna.
b. Elementos del vínculo:
1. El débito. Es la actividad o conducta que el deudor se compromete a
realizar en beneficio del acreedor. El deudor tiene frente al acreedor el
deber de cumplir esa actividad o conducta, de ejecutar esa prestación,
de efectuar ese débito, que equivale al objeto de la obligación.
2. La responsabilidad. Es el poder jurídico potencial que tiene el acreedor
de obligar al deudor a cumplir la actividad, conducta o prestación a que
se ha comprometido. Si el deudor no cumple su débito, el acreedor se
dirigirá a los órganos jurisdiccionales para hacerse autorizar a fin de
aprehender el patrimonio del deudor y satisfacer su crédito. La
responsabilidad, es pues, la situación jurídica a que queda expuesto el
patrimonio del deudor que no ha cumplido su débito. En virtud de ella el
patrimonio del deudor queda expuesto a una agresión jurídica por parte
del acreedor. Por ello se afirma con gran precisión que la
responsabilidad es la garantía del débito.

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