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Conocí a Johannella Tafuri en el año 1996 en el marco de una de las Conferencias ISME.
En la animada conversación que mantuvimos pude comprobar su entusiasmo por la edu-
cación musical de los más pequeños y su inquietud por la formación de formadores en
todas las etapas educativas. Desde entonces hemos compartido vivencias tanto en lo per-
sonal como en lo profesional, situaciones sin duda de aprendizaje todas ellas. En el ámbi-
to de la investigación, Johannella es un referente en cuanto a sus estudios sobre el canto
en la primera infancia y sobre creatividad musical.
¿Cuáles han sido y siguen siendo las aportaciones que según tu crite-
rio han contribuido más a una educación musical de calidad?
La educación musical es una disciplina que surge de la interacción
entre las ciencias de la educación (pedagogía, psicología y didáctica) y
las ciencias de la música. Ciertamente en estos últimos años, las cien-
cias de la educación han avanzado mucho pero me atrevería a decir que
ha cambiado más el concepto de música y, por consecuencia, de educa-
ción musical. La histórica diversificación entre musicología histórica y
musicología sistemática se ha difundido más en los últimos veinte años,
lo que ha producido una mayor toma de conciencia de los muchos pun-
tos de vista desde los cuales se puede estudiar el objeto «música».
A la luz de estos cambios, la educación musical ha dejado de ser,
en la enseñanza general básica, el estudio de la historia de la música y
de la notación musical sin ninguna relación con la práctica musical
(tocar y cantar), y además con un método contrario a los mejores pro-
cesos de aprendizaje, es decir el solfeo hablado (desafortunadamente
inventado por algunos italianos…que por suerte no prendió en los paí-
ses que, no siendo de origen latina, usaban para las notas las letras del
alfabeto).
Hoy la educación musical en la escuela es antes de todo experien-
cia musical directa, práctica musical realizada primariamente a través
del oído y de la voz (no de la vista) a través de producciones al oído,
acompañamientos tocados extemporáneamente, invenciones de can-
ciones o melodías y también audiciones de piezas, etc. Un compositor
italiano, Boris Porena, publicaba en 1973 un libro para la educación
musical decididamente pionero, que llevaba el siguiente subtítulo:
Músicas hechas y para hacer/halladas y para hallar/escritas y para escri-
bir/por juego, por estudio o también para nada, participantes, ejecutores,
autores desde los 6 años en adelante.
Un programa muy atrayente que, con la ventaja del continuo des-
arrollo de las tecnologías, hoy puede resultar aún más estimulante.
Un viraje decisivo frente al viejo programa de solfeo, teoría e his-
toria de la música que se hacía en la enseñanza general o a la enseñanza
Referencias bibliográficas
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