Correlación Entre Accidentabilidad Vial y Tipo de Conductor en Localidades Aledañas A La Faena Minera, Región de Coquimbo, Chile.

15/4/2018 Correlación entre accidentabilidad vial y tipo de conductor en localidades aledañas a la faena minera, Región de Coquimbo, Chile.
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Correlación entre accidentabilidad vial y tipo de conductor en localidades

aledañas a la faena minera, Región de Coquimbo, Chile.
ORP 2017
Calidad y Medio Ambiente
En los últimos 25 años, el incremento de la actividad del transporte terrestre, derivado del desarrollo de la industria minera y servicios asociados, ha impactado con fuerza
en la provincia del Choapa, zona que históricamente se había caracterizado por su carácter eminentemente rural. El avance en el desarrollo económico y la calidad de
vida de los habitantes, se ha combinado con implicancias desfavorables, siendo de mayor importancia, la incidencia de accidentes viales. A objeto de reducir y disminuir
la accidentabilidad, la empresa minera cumple rigurosos estándares de preparación y certificación de sus conductores. El presente estudio, analizó la relación entre la
accidentabilidad vial y el tipo de conductor implicado, por accidente, en el periodo 2015-2016. Se identificó dos tipos de conductor: A: acreditado por la minera y B: no
acreditado. Los hallazgos evidenciaron que más del 50% de los incidentes fue ocasionado por conductores B, evidenciando una correlación positiva y fuerte entre la
accidentabilidad y los conductores B o no acreditados. Se concluye que, para disminuir la accidentabilidad, no basta con preparar a los conductores de la minera. Es
imperativo educar a las comunidades, conductores y peatones. A partir de estos hallazgos, se esbozan planes de acción para el control de la accidentabilidad, replicables
en otros territorios semejantes, en Sudamérica.
Tema secundario:
Prevención de riesgos laborales
Autor principal:
Loreto
Marchant
Instituto del Comportamiento
Chile
Coautores:
Arturo
Prieto Comelin
https://www.prevencionintegral.com/canal-orp/papers/orp-2017/correlacion-entre-accidentabilidad-vial-tipo-conductor-en-localidades-aledanas-faena-minera-region?utm_source=cerpie&utm_medium=email&utm_camp
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Instituto del comportamiento
Edgard
Garcia Pontigo
SOMACOR
Alejandro
Araya
Instituto del Comportamiento
Introducción:
El presente estudio se propuso analizar la relación entre accidentabilidad vial y tipo de conductor implicado: conductor “A” quien ha recibido capacitación por la minera y
conductor tipo “B” quien no ha recibido capacitación por la minera; todo en localidades aledañas a la faena minera ubicada en el Valle del Choapa (Región de Coquimbo,
Chile). Además se analizó, descriptivamente, el comportamiento de otros factores: (a) estado de temperancia; (b) temporalidad (mes y hora) de ocurrencia de los
accidentes; (c) género de los involucrados y (d) ubicación geográfica, entre otras.
Se sistematizó un diagnóstico descriptivo de la accidentabilidad vial de la provincia del Choapa, en el período 2015-2016. En base al anterior, se estima que será posible
desarrollar acciones de capacitación, prevención y control, focalizadas en los grupos y factores que hayan evidenciado mayor probabilidad de relación, con la
accidentabilidad vial del sector.
Se revisó la accidentabilidad vial, en el período 2015-2016, por medio de: (1) análisis correlacional entre accidentes y tipo de conductor implicado (A o B) y (b) estadística
descriptiva de otros factores que pudiesen relacionarse con la accidentabilidad vial de la provincia.
Los resultados mostraron que existe una correlación positiva perfecta, entre el tipo de conductor y la accidentabilidad vial en la provincia del Choapa.
Se observó una relación positiva y fuerte, entre el estado de temperancia y la accidentabilidad vial, así como entre el rango etario y el número de accidentes.
Adicionalmente, se apreció una relación inversa débil de la temporalidad (meses del año) con el número de accidentes viales ocurridos.
El análisis descriptivo evidenció que, el mayor porcentaje de los accidentes, se concentró en dos comunas de la provincia (Illapel y Los Vilos) y que otros factores
vinculados a la accidentabilidad vial de la provincia, tales como género, estado civil y nivel educacional, conservan la representación nacional (CONASET, 2017).
Fundamentación de la investigación:
Accidentes de tránsito y conducta vial en el mundo:

Estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), evidencian que cada año fallecen aproximadamente 1,25 millones de personas, en accidentes de tránsito,
transformándose en una de las principales causas de muerte a nivel mundial (OMS, 2014). En los países de bajos ingresos, las tasas de mortalidad, ascienden a más del
doble, que las descritas en países de altos ingresos. Según lo señalado por la OMS, los accidentes de tránsito serán la séptima causa de muerte en el año 2030,
alcanzando los 2,4 millones de víctimas, por año, en el mundo (OMS, 2015).
Desde el año 2007, sin perjuicio del aumento de población y el uso de los vehículos de motor, las cifras de accidentes de tránsito, se han mantenido constantes, debido a
la implementación de medidas de seguridad a nivel mundial. Sin embargo, en los países de ingresos bajos y medianos, que poseen aproximadamente el 54% de los
vehículos del mundo, se producen más del 90% de las muertes vinculadas con accidentes de tránsito y en ellos, la mitad de todas las victimas mortales fueron peatones,
ciclistas y motociclistas (OMS, 2015).
El transporte por carretera es fundamental para la viabilidad economía de los países, ya que impacta decisivamente a sectores de la economía fundamentales como el
empleo, la utilización de materias primas y bienes manufacturados, la inversión de capital público y privado y la generación de ingresos fiscales (OIT, 1998). Facilita el
movimiento de bienes y personas, permite mayor acceso al empleo, mercados económicos, educación, recreación y la atención sanitaria, lo que incide positivamente, de
forma directa e indirecta, en la salud y calidad de vida de las poblaciones (OMS, 2015; CEPAL&GTZ, 2003). Pero el incremento descontrolado del transporte por
carretera, también ha generado una carga importante en la salud de las personas: traumatismos por accidentes de tránsito, enfermedades respiratorias y diversas
consecuencias derivadas de la reducción de la actividad física (aumento en los niveles de obesidad, sedentarismo, estrés, entre otras enfermedades) (Sharkin, 2004;
GTZ&OMS, 2011). Además, se generan otras repercusiones económicas, sociales y ambientales negativas provocadas por el movimiento de bienes y personas; como la
contaminación del aire (debido a emisiones de tubos de escape), emisiones de gases de efecto invernadero (asociado al funcionamiento de industrias), el consumo de
fuentes de energía no-renovables como combustibles, el ruido ambiental (ocasionado por el tráfico rodado) y la segregación de las comunidades (Taddia et al., 2014;
Svedish National Road and Transport Research Institute, 2000).
La falta de medios y recursos para la educación vial, ayuda a agudizar el problema de la pobreza, siendo los países en vías de desarrollo, los más afectados. Los
traumatismos causados por el tránsito, afectan a todos los grupos etarios, constituyendo la principal causa de muerte a nivel mundial entre jóvenes entre los 15 y 29 años
de edad y afectando mayoritariamente a hombres, lo que supone un gran impacto a la economía nacional y sus familias (OMS, 2015).
Por último, diversos estudios reportan que las personas de entornos económicos pobres y/o rurales son más vulnerables, ya que incluso en países de ingresos altos, las
mayores tasas de accidentes son reportadas en estos sectores (Ruiz et al., 2016; Svedish National Road and Transport Research Institute, 2000). Una investigación
realizada en Bangalore (India), evidenció que la mortalidad causada por los traumatismos mencionados anteriormente era del 13,1% y 48,1% por cada 100.000 habitantes
en los grupos socioeconómicos más pobres de las poblaciones urbanas y rurales respectivamente, en comparación con el 7,8% y el 26,1% por cada 100.000 habitantes
de los grupos urbanos y rurales más acomodados (Aeron-Thomas et al., 2004).
Situación en Chile:
Chile se describiría como de ingreso medio o alto, según lo señalado por organismos internacionales (OCDE, 2017; OMS, 2015).
Paralelamente, Chile presenta un aumento sostenido en el tiempo, de los siniestros de tránsito y una mortalidad por estos accidentes, de alrededor del 12,4%, por cada
100.000 habitantes. Datos reportados por la OMS (2015) desglosan la cifra como sigue: el mayor porcentaje corresponde a peatones (39%), seguido conductores de
vehículos de cuatro ruedas y vehículos livianos (21%), pasajeros de vehículos de cuatro ruedas y vehículos livianos (15%); ciclistas (8%); conductores de vehículos
motorizados de dos o tres ruedas (7%); conductores y pasajeros de vehículos pesados (5%); conductores y pasajeros de buses (4%) y otros (1%).
Estos datos indican que Chile posee la menor tasa de mortalidad, asociada a accidentes de tránsito en Sudamérica, en comparación con otros países de ingresos
medios, como Argentina (13,6%), Perú (13,9%), Uruguay (16,6%), Colombia (16,8%), Ecuador (20,1%), Paraguay (20,7), Bolivia (23,2%) y Brasil (23,4%). Sin embargo, al
compararse con países desarrollados, con ingresos altos, la diferencia es notable, ya que Suecia es el país que tiene la menor tasa de mortalidad con un 2,8%, seguido
por Inglaterra (2,9%), Holanda (3,4%), España (3,7%) y Alemania (4,1%) (OMS, 2015).
Estadísticas nacionales realizadas por la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito de Chile (CONASET), señalan que los siniestros de tránsito han aumentado
durante los últimos 5 años. Para el año 2016 ocurrieron 91.711 accidentes, de los cuales 1.675 fueron mortales, mientras que 90.036 fueron de diversa gravedad. De
estos accidentes, el primer motivo fue la imprudencia del conductor con un 46,2%, 14,4% en causas no determinadas (animales sueltos en la vía pública y señalización o
semáforos mal instalados o baja mantención de ellos) y 8,1% corresponde a desobediencia a señalización por parte de los conductores (CONASET, 2016).
Situación en la provincia del Choapa:

En la cuarta región de Coquimbo, provincia del Choapa existen cuatro comunas: Los Vilos, Illapel, Canela y Salamanca, las que se componen, a su vez, de una serie de
comunidades que en su totalidad suman más de 50 poblados rurales (INE, 2016). La actividad económicamente predominante era la agricultura y pequeña minería, en
Illapel y Salamanca, mientras en la comuna de Los Vilos, la pesca era el principal sustento económico (Gobierno regional de Coquimbo, 2014; Universidad de Los Lagos,
2011).
En el año 1999, se instala la faena minera Los Pelambres, la cual se encuentra dedicada a la explotación del Cobre y Molibdeno, además de otros minerales, como
productos secundarios.
Esta faena se instala al este de la comuna de Salamanca, en la Cordillera de los Andes a 3.600 metros sobre el nivel del mar. Actualmente la empresa es una de las
minas de cobre más potentes del mundo, debido a unas reservas estimadas de mineral de 2.100 millones de toneladas (Minera Los Pelambres, 2017).
Gracias a los altos valores en el precio del cobre, en el pasado, el desarrollo de la faena minera, fue vertiginoso. La excavación de 148 sitios simultáneamente, significó la
superficie más grande intervenida, en toda la historia de Chile.
Las dificultades geográficas de la zona obligaron a realizar obras de gran envergadura, como por ejemplo: (a) una cinta transportadora que conecta la zona de extracción
ubicada a 3.100 metros de altitud, con el área de procesamiento, situada 13 kilómetros aguas abajo, a 1.600 metros de altitud, puerto exclusivo para el embarque del
mineral procedente del yacimiento o (b) un depósito de relaves, destinado a almacenar 1.700 millones de toneladas de desechos, provenientes de la faena minera
(Minera Los Pelambres, 2017).
Posteriormente, se instaló otra faena minera de menor escala: Minera Tres Valles, agregándose a la pequeña minería artesanal local.
Todos los anteriores, generaron cambios en el medioambiente local, la cultura, la organización social y la economía de las comunidades.
El desarrollo de la faena trajo importantes impactos para los habitantes de la provincia: aumento de la empleabilidad local, generación de pequeñas empresas prestadoras
de diversos servicios, desarrollo de infraestructura destinada a mejorar la urbanización y responder al aumento de la población flotante; así como al incremento de la
dotación vehicular local y del flujo de automóviles, camionetas y camiones relacionados con la empresa minera (Biblioteca del Congreso Nacional, 2010).
Problemática:
Las comunidades cercanas a las diversas faenas de las empresas mineras ubicadas en el Valle del Choapa han debido enfrentar en los años recientes una serie de
cambios en la infraestructura vial, lo cual acompañado, de un vertiginoso desarrollo del flujo de tráfico vehicular en la zona, han generado impactos en las tasas
relacionadas con accidentabilidad vial, que deben ser analizados.
Las estadísticas locales, según informe de CONASET (2016), muestran que en la Región de Coquimbo, la cantidad de siniestros en el tránsito se ha mantenido constante
en los últimos 10 años (3.000 por año app.) al igual que el número de fallecidos (alrededor de 70 por año).
En la provincia del Choapa, fueron reportados 294 siniestros, involucrando a 620 personas, durante el año 2016. De éstos, 7 fueron accidentes mortales. Los restantes,
fueron accidentes con lesiones de diversa gravedad. Del total de los accidentes para el mismo año, los tipos de siniestros que predominan, son las colisiones (35,86%),
choques con objetos (24,89%) y choques con otros, tales como ciclistas y peatones (10,55%).
Además, la principal causa de los accidentes corresponde a “no prestar atención a las condiciones de tránsito” (25,85%).
En todos los casos señalados, el principal involucrado fue la conducta vial de los conductores que circulan en las rutas del valle y la forma en que interactúan con su
entorno (Carabineros de Chile, 2017).
El objetivo principal de esta investigación fue establecer la relación entre accidentabilidad vial y tipo de conductor implicado por accidente en el Valle del Choapa entre los
períodos 2015-2016, de forma de generar una herramienta que permita orientar políticas públicas y privadas de prevención de accidentes viales.
Metodología:
Este es un estudio no experimental, con aplicación de metodología cuantitativa, descriptiva y correlacional, para el análisis de los datos.
La primera etapa consistió en obtención de información desde diversas bases de datos pertenecientes a Carabineros de Chile, Comisión Nacional de Seguridad del
Tránsito (CONASET) y la empresa minera. En la segunda etapa, se realizó análisis descriptivos (porcentajes, gráficos y tablas) y análisis correlacional, de variables
relacionadas con la accidentabilidad vial de la provincia del Choapa. [1]
Diseño:
Se aplicó un diseño de investigación Ex Post Facto, es decir, mediante la observación y análisis sistemático de los datos sobre hechos ya ocurridos, cuyas variables
independientes no fueron controladas (Kerlinger, 2002; Hernández, Fernández y Baptista, 2014). Se utilizó estadísticas descriptivas y correlacionales, de diversas
variables relacionadas con la accidentabilidad vial de la provincia del Choapa.
El análisis correlacional fue realizado entre tipos de conductores (A o B) y su participación en accidentes viales de la provincia del Choapa. Los conductores A
corresponden a aquellos que han recibido capacitación en seguridad vial por parte de la empresa minera, mientras que los conductores B, son aquellos que no han
recibido ningún tipo de capacitación vial, por parte de la empresa.
Universo:
El universo considerado fueron todos los accidentes ocurridos en el periodo 2015-2016.
Análisis de los datos:

El análisis de los datos se realizó mediante:
1. Depuración de datos, en base al informe de accidentes ocurridos (2015-2016) reportados por Carabineros de Chile, consistente en los siguientes pasos
consecutivos: (1) segmentación por mayoría de edad; (2) revisión de registros de ingreso a la minera, por R.U.T.
2. Análisis de correlaciones y estadísticos descriptivos (porcentajes, tablas y gráficos).
[1] En el presente trabajo se utiliza el término accidente para referirse incluso a situaciones en las cuales no hay lesiones en las personas involucradas.
Resultados:
Para establecer la relación entre accidentabilidad vial y tipo de conductor en localidades aledañas a la faena minera, se determinó del total de las personas reportadas
como involucradas en los accidentes, cuales recibieron capacitación en estándares viales y habilitación para conducción en empresa minera en algún momento de su
etapa laboral (conductor tipo A) y aquéllas que no recibieron capacitación (conductor tipo B).
Posteriormente, se calculó el valor del coeficiente de correlación según lo señalado en la tabla N°1. El valor calculado corresponde a un coeficiente igual a 1, el cual
señala que existe una relación positiva perfecta entre la accidentabilidad vial y el tipo de conductor implicado (A o B). Descriptivamente también se puede observar esta
relación en el gráfico N°1, ya que los accidentes asociados a conductores tipo B para ambos años tuvieron valores de 93,6 y 95,17% respectivamente.
El rango etario de las personas involucradas para ambos años, tal como se muestra en el gráfico N°2 corresponde en primer lugar a personas en edades entre 21-30
años (25,29 y 23,06% respectivamente), disminuyendo levemente en cada rango etario hasta caer bruscamente en el rango de los 61-70 años.
El género de los involucrados en las personas accidentadas, tal como se muestra en el gráfico N°3 corresponden en primer lugar al género masculino, los cuales
concentran gran parte de los accidentes en ambos años (69,73 y 69,35%).
Los tipos de accidentes más frecuentes, tal como se muestra en la figura N°4, corresponden a colisiones y choques con objetos, en primer y segundo lugar
respectivamente. Las volcaduras se ubican en tercer lugar. Esta situación se repite, en ambos períodos de tiempo analizados.
El rango horario de los accidentes, tal como se aprecia en el gráfico N°5 y la tabla N°2, se mantiene distribuido entre todos los rangos horarios, observándose un alza
posterior a las 07:00 horas. Se aprecia que la mayor concentración de accidentes para ambos períodos de tiempo analizados, se encuentra en el rango de las 19:00 a
20:00 horas.
La distribución mensual de los accidentes, tal como se muestra en la figura N°6 para ambos períodos de tiempo analizados, se encuentra distribuida casi de forma similar
en todos los meses del año, solo observándose una similitud para ambos años en el mes de Junio, la cual además concentra la mayor cantidad de accidentes anual.
Por último, el estado de temperancia de las personas involucradas en los accidentes, tal como se muestra en el gráfico N°7, en primer lugar corresponde a personas en
estado normal (86,21 y 82,1% respectivamente).
Cabe señalar que, a por tratarse de un estudio descriptivo no experimental, los factores de invalidación externa, que podrían afectar la confiabilidad de los resultados: (a)
efectos de interacción entre los errores de selección y el tratamiento experimental y (b) interacción entre la historia o lugar y los efectos del tratamiento experimental
(Hernández et al., 2014), no debiesen tener incidencia sobre los hallazgos aquí representados.
Conclusiones:
Los resultados del presente trabajo, evidenciaron una correlación positiva fuerte entre la accidentabilidad vial y conductor tipo B o no capacitado, en los periodos de
tiempo señalados. Igualmente, se observó una importante diferencia del porcentaje de conductores accidentados: el año 2015, los de tipo “A” (capacitados en estándares
viales) representaron un 6,32% del total de los siniestros, ubicándose muy por debajo del 93,6%, que alcanzaron los conductores tipo “B” (no capacitados). El año 2016,
los conductores accidentados tipo “A”, representaron un 4,83% de los accidentes y los conductores tipo “B”, un 95,17%.
El número de accidentes ocurridos en el sector, en el año 2015 fue de 234, con un total de 522 personas accidentadas y en el año 2016, los eventos llegaron a un total de
292, con un número de 620 personas involucradas. Tales cifras parecen mantenerse con tendencia a la alza, lo que parece una alta accidentabilidad, en consideración a
la superficie de la zona (10.079,8 kms.2) y la población de la misma (81.8681 habitantes).
En concordancia con tales hallazgos, es posible concluir que, a fin de disminuir la accidentabilidad en la provincia, es imperativo desarrollar acciones de capacitación
orientadas a conductores tipo “B”, que transitan regularmente por las rutas. Las faenas mineras (tanto las empresas que producen el mineral, como las empresas
prestadoras de servicios asociados al rubro) invierten una importante cantidad de recursos, para la prevención de estos eventos. Con el propósito de minimizar, en lo
posible a cero, la accidentabilidad en la ruta, se capacita a los conductores y se los controla sistemáticamente, en altos estándares de seguridad vial. Pero, mientras por
estas mismas rutas circulen otros conductores, que no posean tales estándares, las cifras de accidentabilidad difícilmente van a llegar al mínimo esperado. Por tanto será
necesario ampliar la cobertura de las acciones de capacitación preventiva actual, a quienes, aun cuando no tengan vinculación laboral directa con las empresas, transiten
por las mismas rutas.
En tal sentido, la acción colaborativa de las empresas, con los organismos públicos de la provincia y las agrupaciones sociales representativas de las comunidades u
otras organizaciones del tercer sector, será fundamental para logar una disminución significativa y sustentable de la accidentabilidad vial.
Otros resultados alcanzados con este estudio, evidencian relaciones de importancia, que podrían ser abordadas en trabajos posteriores, como los que se esbozan a
continuación:
La falta de estadísticas locales actualizadas, es sin duda uno de los principales problemas a los cuales se enfrentan las autoridades de la provincia del Choapa, en la
toma de decisiones, relacionadas con el control de la accidentabilidad local.
A nivel nacional, entre el periodo 2015-2016 el tipo de accidente vial que concentra la mayor cantidad de eventos son las colisiones, seguido por choques en segundo y
atropellos, en tercer lugar. En la provincia, la situación es levemente diferente, ya que los choques y atropellos ocupan el primer y segundo lugar respectivamente, sin
embargo el tercer lugar es ocupado por las volcaduras, tal como se muestra en el gráfico N°4. Esta situación particular puede ser ocasionada por condiciones asociadas a
la conducción así como la gran cantidad de curvas presentes en las rutas locales.
La distribución temporal de los accidentes, no evidencia resultados significativos, a diferencia de la temporalidad nacional, en la que destacan por mayor siniestralidad los
meses de enero, febrero y marzo, tal como se muestra en el gráfico N°6.
Respecto al horario, mientras que a nivel nacional los aumentos de accidentes se encuentran asociados a los rangos de horario laboral (8:00 am y posterior a las 16:00
horas), a nivel provincial, los accidentes aumentan posterior a las 14:00 horas y disminuyen nuevamente, cerca de las 20:00 horas, tal como se muestra en el gráfico N°5.
El sector de ocurrencia de los accidentes (urbano o rural) en la provincia, también presenta diferencias con el resto del país. A nivel local, se presenta una distribución
casi idéntica entre ambos sectores, sin embargo, a nivel nacional, predominan los accidentes en las zonas urbanas. Esto puede generarse debido a la gran cantidad de
rutas rurales y tránsito asociado a cada comunidad rural, en la provincia.
El rango etario y género asociado a los involucrados en la provincia, se mantiene similar a lo que sucede a nivel nacional; ya que el rango de edad con mayor porcentaje
de accidentes se encuentra ubicado entre los 18 a 40 años y en éstos, se ve implicado un mayor porcentaje de población masculina. Ambas situaciones son descritas en
los gráficos N°2 y N°3 respectivamente.
Con base en datos como los antes descritos, futuras líneas de investigación, deberán orientarse a establecer lineamientos que permitan anticiparse al comportamiento (a
mediano y largo plazo) de las diferentes variables relacionadas con la accidentabilidad vial de la provincia del Choapa: horario del día, meses, estado civil de los
conductores, zonificación, entre otros. Otro aspecto a desarrollar, consistirá en la implementación de intervenciones efectivas para la prevención, asociadas a los factores
que hayan evidenciado una relación más importante con la accidentabilidad vial y seguidamente, evaluar su comportamiento en el tiempo.
Por último, para lograr una disminución real en la accidentabilidad, es necesario abordar el problema desde todos los actores involucrados: personas, Estado, Empresas y
Organizaciones del Tercer Sector.
Agradecimientos:
Los autores agradecen sinceramente a la Cuarta comisaría de Carabineros Illapel por su constante apoyo a la investigación, en especial a la Mayor Sra. Cecilia Vera
Ossandón y al Cabo primero sr. Henry Gaete Espinoza.
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