La alimentación consciente ayuda a las personas a despertar del sueño que
nos mantiene inconscientes porque nos ayuda a entender y decidir lo que es correcto para uno como individuo único. No lejos de uno se puede ver como las personas toman por uso de la costumbre a la comida como algo que no puede faltar cada día, como si consumiéramos comida para no morirnos, pero ¿qué pasa cuando nuestra alimentación no es saludable?.
Los alimentos los podemos clasificar según diferentes criterios, según su
origen (animal, vegetal o mineral), su propiedad física, su composición química, o según su función especifica o nutritiva. Para que el acto de alimentarse sea no solo placentero sino también saludable, hay que partir reconociendo que nosotros somos capaces y quienes tenemos que decidir, independiente de nuestro estado psicológico, decidir comer algo “rico” porque estimula mi paladar, o decido comer algo que considero “bueno” para mi salud.
La alimentación consciente consiste en asimilar la comida de manera
completa y efectiva de manera que al digerirla extraigamos todo el amor, la energía y fuerza depositada por la madre tierra en el alimento, para esto debemos mantener la comida en la boca el tiempo suficiente facilitando así su transformación en una forma mas sutil, la idea es masticar de tal forma que comience a liberar la energía sutil encerrada en su interior así el alimento se mezcla con nosotros y nosotros formamos parte de ella, es decir, hacer lo posible por comer más conscientemente, despacio y disfrutando, darse cuenta del color, sabor o apariencia de la comida.
Se están logrando avances enormes en el campo de la nutrición que no
conviene ignorar porque están modificando el sentido que tienen los alimentos para las personas. Se percibe en el horizonte una nueva cultura de la alimentación. El interés por seguir una dieta sana es cada vez mas general en la sociedad actual para alcanzar un estado sano de salud, lo que empieza a generar nuevas tendencias en los hábitos alimentarios y sobre todo una nueva forma de pensar la naturaleza y el significado de los alimentos.
El motor de estos cambios es el nuevo estilo de vida que se está consolidando
en las sociedades desarrolladas. Están cambiando los gustos de los consumidores debido a la nueva relación que las personas establecen con los alimentos. Es indiscutible que en la sociedad occidental se está llevando a cabo un desgaste o erosión de los modelos alimentarios tradicionales debido a los cambios que se están produciendo en la elección de los alimentos y la forma de nuevos estilos de vida. Están apareciendo nuevas tendencias mundiales en alimentación orientadas al consumo de alimentos que no solamente sean seguros y nutritivos sino que además aporten beneficios para la salud.
Existe evidencia de que actualmente los patrones alimentarios de la población
están cambiando. La base de esta transformación en el consumo de alimentos se encuentra en el cambio de actitud de la población en el concepto de salud y enfermedad, un punto de referencia para entenderlo han sido la nueva visión del cuerpo, ya que todavía no es posible tener un cuerpo inmortal por lo menos se puede aspirar a envejecer de manera saludable. Se empiezan a conocer los avances científicos que se están produciendo en la medicina antienvejecimiento. Se pone en evidencia la aparición de un nuevo estilo de vida en el que los individuos quieren lograr gestionar su propia salud según los ideales de mayor esperanza de vida y de mayor calidad, sus decisiones empiezan a estar motivadas no tanto por el sabor de los productos sino mas bien por preocupaciones de salud, sus elecciones al momento de comer están marcadas por los beneficios adicionales que les puedan proporcionar los alimentos. Hoy en día estamos al comienzo de una nueva etapa en el campo de la alimentación en la que además de tener en cuenta la capacidad de los alimentos para satisfacer nuestra necesidad nutritiva se preferencia su potencialidad para evitar el riesgo de contraer enfermedades y propiciar estados óptimos de salud: larga vida con calidad tanto física como mental, en realidad no existen alimentos más o menos sanos, sino hábitos más o menos saludables.