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MAESTRÍA EN EDUCACIÓN.
PRESENTA
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN 3
2. TITULO DEL PROYECTO 4
3. DIAGNÓSTICO 5
4. OBJETIVOS 6
5. JUSTIFICACIÓN 7
6. MARCO REFERENCIAL-CONTEXTUAL 8
6.1 ESTADO DE MÉXICO 8
6.2 MUNICIPIO DE ECATEPEC 8
6.3 ESCUELA PRIMARIA JESÚS ROMERO FLORES 8
6.3.1 MISIÓN 9
6.3.2 VISIÓN 9
6.3.3 VALORES 10
7. MARCO TEÓRICO CONCEPTUAL 11
7.1 ¿ES POSIBLE EDUCAR EN NUESTRO MUNDO? 13
7.2 LA CONSTRUCCIÓN DEL CONCEPTO DE CULTURA 15
7.3 CULTURA DE LA LEGALIDAD 15
7.3.1 EL PRINCIPIO DE LA LEGALIDAD 16
7.4 LA JUSTICIA DE LOS NIÑOS Y LAS NIÑAS 17
7.5 NORMAS, LEYES Y REGLAMENTOS 18
7.5.1 UN OFICIO DIFÍCIL: JUECES 19
7.6 ESQUEMA DEL DESARROLLO MORAL 19
7.7 EL ESTADO DE DERECHO 23
7.8 FACTORES SOCIALES 27
7.8.1 LA FAMILIA 28
7.8.2 LA ESCUELA 28
7.8.3 ADULTOS CON VALOR 29
7.9 LA NECESIDAD DE TRANSPARENCIA Y PROTECCIÓN 29
7.10 DELINCUENCIA JUVENIL: DEFINICIÓN 30
7.10.1 FACTORES DE RIESGO EN LOS JÓVENES EN CONFLICTO CON
LA LEY PENAL 31
7.10.2 PREVENCIÓN: DEFINICIÓN 32
7.10.3 PREVENCIÓN CONTRA REPRESIÓN 33
7.10.4 PREVENCIÓN PRIMARIA 33
7.10.5 PREVENCIÓN SECUNDARIA 34
7.10.6 PREVENCIÓN TERCIARIA 34
8. PROPUESTA DE SOLUCIÓN 35
9. CONCLUSIONES 41
10. BIBLIOGRAFÍA 42
11. ANEXOS 44
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INTRODUCCIÓN
El presente proyecto trata sobre el conocimiento que deben tener los alumnos de
quinto grado de primaria en cuanto al tema de legalidad y justicia, para que de este modo
puedan practicar en diversas situaciones que se le presenten de la forma correcta.
Una cultura de la legalidad significa que la cultura, ethos y pensamiento dominantes en una
sociedad simpatizan con la observancia de la ley. En una sociedad regida por el estado de
derecho, la gente tiene capacidad para participar en la elaboración e implementación de las
leyes que rigen a todas las personas e instituciones dentro de esa sociedad, incluyendo al
gobierno mismo. Bajo el estado de derecho, todos (independientemente de la raza, credo,
color, género, antecedentes familiares o las condiciones económicas, sociales y políticas)
deben ser tratados por igual. El gobernante, al igual que el gobernado, debe responder ante
el estado de derecho. Como ha señalado el Subsecretario General de la Organización de
Naciones Unidas (ONU), Pino Arlacchi, es el estado de derecho, y no la democracia basada
en la mayoría, el que protege a todos los miembros de la sociedad, incluyendo a los elementos
más débiles, e incluso a los extranjeros entre ellos. (Godson, R. 2000)
Así que el estado de derecho se ha concebido como la ambición del hombre, que logre la
armonía entre las comunidades, que logremos vivir en verdadera justicia y en plena libertad.
Partiendo de que es un anhelo universal en el ser humano, la de vivir en paz con justicia y
plena libertad. Es por ello que “se parte de tres elementos como lo es de vivir en paz con
justicia y plena libertad estos son indispensables e insustituibles y todos ellos en su máxima
expresión, ninguno de ellos prevalece sobre el otro, sino que son complementarios”. (La
Legalidad y el Estado de Derecho se Sustentan en la Paz, la Justicia y la Libertad, Derecho
público Notario Rafael Vargas Aceves Pódium Notarial 35 – 2007)
Es decir que van de la mano, no se puede ejercer la libertad, sin que tenga como objetivo la
justicia en sus actos libres y promoviendo la paz. Pues sino es así, se daría la ilegalidad, la
represión y se suscitaría un caos, la paz no tendría su lugar.
DIAGNÓSTICO
Los alumnos se encuentran en contacto con personas que los pueden influenciar a
cometer actos de injusticia e ilegalidad, de acuerdo a su edad se encuentran en el desarrollo
de la etapa de las operaciones formales o abstractas, en que se opera con símbolos abstractos,
sin una correlación directa con los objetos del mundo físico.
A partir de los 11 años, se presenta también un acatamiento de las reglas pero ya es consciente
de que éstas pueden ser modificadas, hay una orientación del principio ético universal y un
reconocimiento de la arbitrariedad de las convenciones sociales y legales.
OBJETIVO
OBJETIVO GENERAL
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Enunciar los elementos de la legalidad y justicia.
Identificar que la ley moral orienta nuestro juicio para distinguir lo que es éticamente
correcto o incorrecto.
Evaluar si los aprendizajes son acordes para lograr una sociedad justa.
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JUSTIFICACIÓN
Con el desarrollo del presente proyecto se verá beneficiada la comunidad educativa, desde
los maestros, que observarán cambios en la conducta de los alumnos en situaciones dentro
del aula; los padres, que podrán notar como enfrentan sus hijos diferentes circunstancias de
su vida cotidiana; y los propios compañeros que su convivencia diaria se modificará,
poniendo en práctica las enseñanzas obtenidas. Por lo tanto, los alcances serán tanto dentro
como fuera de la escuela, como se explica anteriormente.
MARCO REFERENCIAL/CONTEXTUAL
Estado de México
El estado de México es uno de los destinos turísticos sin playa más importantes a
nivel nacional, al contar con tres sitios declarados patrimonio de la humanidad, como la ruta
Camino Real Tierra Adentro, la zona arqueológica de Teotihuacán y el Santuario de la
Mariposa Monarca. De acuerdo con el Índice de Competitividad Turística 2013 somos el
cuarto lugar nacional en servicios complementarios de turismo y el quinto en competitividad
en cuanto a recursos y actividad cultural.
Sin embargo, cada uno de los 125 municipios que integran el territorio, juega un papel
importante en la estructura orgánica, jurídica, financiera y social, de acuerdo con la Ley
Orgánica Municipal del Estado de México como la base de la división territorial y
organización política del estado (Portal Gobierno del Estado de México, 2017)
Ecatepec, es un lugar donde nadie habla, pero todos saben lo que pasa. En algunas zonas los
vecinos han aprendido a vivir así, vigilando desde los techos cada movimiento en las calles
porque ésa es su única arma contra la delincuencia (Fregoso J. 2017)
La escuela primaria “Profr. Jesús Romero Flores” se encuentra ubicada en la colonia CTM
XIV en Ecatepec de Morelos, Estado de México, dentro de una población urbana que cuenta
con todos los servicios (agua, luz y drenaje) con un nivel socioeconómico medio, donde el
nivel de estudios de los padres de los alumnos es nivel medio superior y sus edades oscilan
entre los 24 y los 50 años. La escuela atiende una matrícula de 436 alumnos de 1° a 6° grado,
siendo 220 niñas y 216 niños y laboran 12 docentes frente a grupo, así también, contamos
con un maestro de educación física y dos maestras, una para impartir taller de habilidades del
pensamiento y otra taller de informática.
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El grupo de 5° B está compuesto por 31 alumnos de los cuales 12 son niñas y el resto niños
de entre 10 y 11 años de edad. Todos hablan solamente español, sus familias son diversas
algunos de ellos viven con mamá y papá sin embargo hay otros que durante la semana de
clases están con mamá y los fines de semana con papá; también hay alumnos que en la misma
casa viven sus abuelos o tíos. Las actividades que más agrado tienen son aquellas que se
hacen en el patio escolar, donde ellos juegan e interactúan con sus compañeros, sin embargo,
falta desarrollar el respeto a las reglas.
Misión
El personal docente de la escuela “Jesús Romero Flores” desean ofertar una educación de
calidad a alumnos en edad escolar de 6 a 12 años para que desarrollen habilidades
intelectuales y competencias básicas de aprendizaje, apoyando nuestro trabajo en una
planeación donde se anticipen las alternativas que tomen en cuenta la diversidad de los
estudiantes, realizando actividades donde padres de familia y miembros de la comunidad se
integren y participen en diversas tareas educativas con docentes lo que logrará darnos mayor
protección hacia la comunidad.
Visión
Ser en el contexto social la Escuela Primaria Federalizada “Jesús Romero Flores” una de las
mejores escuelas e iniciar su actividad a nivel local, vinculando a su comunidad en el entorno
escolar, para ampliarle su participación. La calidad de sus servicios será evaluada por los
organismos acreditados para ello, en cuanto a la propia institución, sus programas
académicos y los servicios que preste. Siendo la aceptación de la sociedad el mejor testimonio
de la calidad pretendida.
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Valores
2.-Honestidad. Establecer la congruencia a partir del sentir, pensar, decir y actuar de los
servidores públicos en concordancia con los objetivos de la educación.
3.-Honradez. Trabajar de acuerdo con las funciones asignadas a los puestos con claridad y
constancia, siendo íntegros, honestos y responsables; ofreciendo calidad en los servicios,
siendo eficientes, eficaces y transparentes en el manejo de los recursos, respetando las normas
establecidas, actuando de manera ejemplar y promoviendo este valor hacia toda la Secretaría
de Educación.
5.-Compromiso. Obligarse a sí mismo, a partir del propio código moral y ético, a cumplir
con las políticas, misión, visión y objetivos de la institución.
9.-Igualdad. Ofrecer un servicio diferenciado para cada grupo social, pero con el objetivo
común de favorecer el desarrollo integral y su búsqueda por alcanzar una mejor y mayor
calidad de vida.
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MARCO TEÓRICO
A lo largo del tiempo los mexicanos se han visto obligados a enfrentar numerosos
desafíos y a buscar soluciones originales a los problemas que afectan como país. Es un hecho
que hoy se vive en una sociedad más abierta y crítica; una sociedad que reconoce, cada vez
con mayor claridad, la necesidad de trabajar en conjunto para construir el país que todos
merecen, un país próspero y justo. Pero eso no es todo, otra cosa que los mexicanos tienen
cada vez más claro es el hecho de que el futuro de la nación dependerá, en gran medida, de
la manera en la que se formen a las nuevas generaciones. La educación siempre ha sido una
prioridad del Estado, pero esta vez la sociedad civil tiene una importante presencia.
La educación posee una importancia fundamental y todo lo que se haga a favor de ella se
traducirá, necesariamente, en beneficios para todos los mexicanos. Pero también se entiende
que el término "educación" debe trascender la mera formación académica. La educación debe
entenderse, de acuerdo con el ideal griego y latino, como una formación integral del
individuo, que incluya todos los aspectos de su vida.
Cuando se piensa en los distintos valores que existen, es importante saber que todos están
relacionados entre sí. Al hablar de uno, casi siempre se puede referir a otros que tienen mucho
que ver. Por ejemplo cuando se habla de legalidad hace referencia a las reglas, las normas y
los reglamentos, los cuales son importantes para que la sociedad funcione de manera
adecuada; la legalidad enseña que las leyes son necesarias y que si no se respetan no se puede
vivir en orden y en paz. Entonces, el valor de la justicia se encuentra muy cercano al de la
legalidad, Pues también dice que las reglas las normas y los reglamentos son importantes, sin
embargo, para la justicia no es suficiente con que existan las leyes sino que, además, es
indispensable que estás sean justas. Llevándola a un ejemplo dentro de las aulas el reglamento
de la escuela dice que los alumnos pelirrojos no pueden salir al patio durante la hora del
recreo, o que aquellos que usan anteojos tienen prohibido ir al baño. En ambos casos se trata
de normas, pues discriminan a una parte de los estudiantes. Es cierto que todas las escuelas
deben tener un reglamento y que los alumnos y los trabajadores deben respetarlo, pero si
alguna de las normas que allí aparecen escritas es arbitraria, absurda o discriminatoria puede
ser suprimida o cambiada. Lo mismo ocurre en la sociedad. Si el reglamento de tránsito dijera
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que los automóviles pintados de morado y amarillo deben pagar un impuesto, estaríamos ante
una regla abusiva que, por lo tanto, no debería existir.
La justicia es muy importante, pues ella ayuda a luchar contra los abusos, la discriminación,
la arbitrariedad y el despotismo. Actuar con justicia significa, no favorecer a nadie
inmerecidamente y darle a cada quien lo que le corresponde según sus méritos.
Somos víctimas de una injusticia cuando los demás no reconocen nuestros méritos, no toman
en cuenta nuestra opinión, nos tratan mal sin que lo merezcamos, nos discriminan, abusan de
nosotros de alguna forma o nos obligan a hacer algo que no deseamos. Cuando ello ocurre,
no debemos quedarnos callados; es necesario protestar y denunciar a quienes se comportan
de esta forma con nosotros. Pero también puede ocurrir lo contrario, es decir; que seamos
nosotros los que actuamos de manera injusta. Todos tenemos derecho a que nos traten con
justicia. No obstante, no podemos exigir que sean justos con nosotros si no actuamos del
mismo modo respecto a nuestros semejantes
La injusticia no es algo que resulte extraño o ajeno a los niños. La falta de equidad, los abusos
de poder, la discriminación y la ilegalidad son fenómenos que la mayoría de ellos conoce, ya
sea por haberlos visto a su alrededor o por haberlos padecido en carne propia. Frente a ello,
el reto de padres y maestros consiste en mostrarles a los niños que, Incluso en las
circunstancias más difíciles, aquellas en las cuales la inmoralidad y la corrupción parecen
haberse apropiado del entorno social, la búsqueda de la justicia continúa siendo la única
opción válida para el ciudadano íntegro y responsable. Por lo tanto, la justicia es algo a lo
que se aspira y también su característica es que puede ser perfectible. Desde tiempos muy
antiguos a la justicia se le ha representado bajo la forma de una mujer. Los antiguos griegos
la llamaban Temis, y era conocida como la "dama del buen consejo". Hoy es llamada sólo
"La dama de la justicia". En casi todas las representaciones de dicho valor esta dama aparece
con tres objetos esta dama aparece con tres objetos: una espada, una balanza y una venda en
los ojos. La espada representa el valor y la fuerza de la justicia. Con ella la dama defiende lo
que es justo y legal. La balanza sirve para medir y repartir a cada quien lo que le corresponde,
sin darle a ninguna persona más o menos de lo que merece. La venda en los ojos representa
la confianza en que la justicia es, o debería ser, impuesta de manera objetiva; es decir; sin
favorecer a nadie. (Pérez, L. 2017)
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Reconocemos que el mundo materialista y egoísta que nos rodea no es el mejor para vivir en
él. Sabemos que la dignidad y la humanidad requieren otros méritos que no son tan
fácilmente cuantificables. Detenerse a pensar en el otro, en el más necesitado, requiere
tiempo: tiempo y voluntad para no cejar en el desempeño de conseguir lo mejor y no lo
inmediatamente más provechoso. Antes, cuando las sociedades eran estáticas y la educación
era más elitista, educar era más sencillo. Hoy vivimos -dicen los entendidos- un déficit de
socialización caracterizado porque los agentes de socialización tradicionales -la escuela y la
familia- ya no son lo que fueron. Se ven incapaces de transmitir las pautas éticas y culturales
que quisieran. No tienen tiempo, los absorben otras cosas que la sociedad parece demandar
con más empeño. Además, ya no son los únicos agentes de socialización eficaces. La
sociedad de la información y del ocio cuenta con otros espacios y medios que no se ven a sí
mismos como educadores y, sin embargo, ejercen una influencia grande en la formación de
niños y jóvenes. La televisión, especialmente, ha pasado a tener un papel tan esencial en la
vida de todos, que no es aceptable pasarla por alto como elemento socializador. Pero también
socializan la pandilla, el grupo, el club deportivo, las colonias de verano, y los múltiples
espacios de recreo. Una socialización a múltiples bandas, cada una de las cuales tiene además
su función específica y donde se echa de menos la capacidad o la voluntad de coordinar y
agregar esfuerzos (Televisa, 2015)
Nadie que tenga que ver con niños o jóvenes, que dirija sus mensajes hacia ellos o los tenga
como interlocutores, puede permitirse el lujo de la neutralidad educativa. Un lujo que,
además, es pura contradicción. Es cierto que, aunque la socialización la realicen agentes
múltiples, no todos lo hacen de la misma manera: la familia, la escuela y la televisión -por
hablar de los tres más relevantes- no socializan del mismo modo. Pero sería bueno que se
complementarán y no se contradijeran. Que los hábitos que los padres quisieran inculcar en
sus hijos fueran parecidos a los que se propusiera inculcar la escuela, y viceversa. Y que la
televisión no desbaratara todo el tinglado en unos pocos instantes de emisión de cualquier
programa estúpido e insustancial, pero dirigido especialmente a niños, aunque no pensado a
conciencia para ellos. Esa coherencia no existe porque tampoco hay voluntad de buscarla o
encontrarla. El uno por el otro, todos los agentes socializadores dan por perdida la causa de
la educación.
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Educar significa básicamente enseñar al otro a autodominarse, a ser dueño de sí. En Eso
debería consistir el eslogan asumido con tanto entusiasmo por los pedagogos progresistas de
hace unos años: Educar en libertad. Es cierto que el esfuerzo que supone el autodominio hoy
cuenta con pocos elementos a su favor: la sociedad de consumo, la extensión del bienestar,
la competencia exacerbada como base del éxito individual, todo incita o bien a la pasividad
o al esfuerzo que se ve compensado por la gratificación individual. Nada que tenga que ver
con el autodominio cuyo fin es hacer personas aptas simplemente para vivir con otras en paz
y armonía. No obstante, tal vez no hemos pensado suficientemente en los retos del nuevo
mundo laboral y en la importancia que ciertas dimensiones de la personalidad están
colaborando a la luz de tales cambios. La profesionalidad, en estos momentos, no se limita
ya a la posesión de unos conocimientos teóricos y técnicos seguidamente aprendidos en
escuelas o universidades punteras. El mundo laboral hoy demanda personalidades fuertes,
flexibles y adaptables a una sociedad en movimiento, aptas para la convivencia, el trabajo en
equipo y el pacto, capaces de animar grupos de trabajo. Es el mundo laboral emergente le
pide a la educación que afronte también el reto de la formación de la personalidad. La
educación debe ayudar a adquirir capacidades y aptitudes que no derivan espontáneamente
de la adquisición de conocimientos, sino que precisan algún esfuerzo añadido. Es un error
convertir la educación en valores en algo aparte y distinto de la educación sin más. Un error
porque los valores son aspiraciones de un mundo insatisfecho que quiere transformar sus
estilos de vida. Y porque los valores, las virtudes o los derechos y deberes fundamentales,
nos enseñan al margen de las exigencias, necesidades y conflictos de cada día. Además de
cooperación entre todos los agentes socializadores, es preciso que los educadores abandonen
sus torres de marfil y se sumerjan en la realidad en la que y para la que educan. Los valores
hablando el mensaje universal, pero sólo pueden enseñarse desde las diferencias. Hay que
saber mostrar la ausencia de valores como una falta, como un motivo de insatisfacción
experimentable y verificable. Saber mostrar que la falta de abnegación, de constancia o de
paciencia es un impedimento para integrarse en el mercado laboral. O son un obstáculo para
avanzar en una relación entre los sexos. O no ayudan a transformar la concepción de la
política de forma que ésta incluya también a las organizaciones sociales y cívicas, a los
movimientos altruistas, al voluntariado. Desde siempre sabemos que la ética se enseña con
dificultad porque no es un conocimiento teórico sino práctico. Y la práctica se transmite con
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el ejemplo. En el ejemplo radica la verdadera transversalidad de los valores, lo que los hace
creíbles y convincentes (Romero, E. 2000)
Gilberto Giménez presenta tres fases históricas en la construcción del concepto de cultura: la
concreta, la abstracta y la simbólica. Cada una puede identificarse mediante un concepto
clave: las costumbres, los modelos, y los significados, respectivamente.
La primera fase, la concreta, es el periodo fundacional de la antropología cultural
estadounidense, desde Edward B. Tylor hasta Franz Boas. En esta etapa, la cultura se define
como un conjunto de costumbres, es decir, de formas o modos de vida adquiridos por los
individuos en sociedad.
En la segunda fase, la abstracta, los autores representativos son Margaret Mead, Ruth
Benedit, Ralph Linton —discípulos de F. Boas— y Melville J. Herkovits. En esta etapa, la
cultura se define en términos de modelos de comportamiento en lugar de hábitos sociales.
Así, se inicia un proceso de abstracción que convierte a la cultura en un sistema conceptual
que existe independientemente de toda práctica social.
Finalmente, en la tercera fase, la simbólica, cuyo principal referente es Clifford Geertz, el
concepto de cultura se define a partir del ámbito de las interpretaciones simbólicas. Según el
propio Geertz, la cultura se define como “estructuras de significación socialmente
establecidas”.
En una acepción amplia, Gilberto Giménez, a partir de las concepciones de Clifford Geertz
y de John B. Thompson, define cultura como la “organización social de significados
interiorizados de modo relativamente estable por los sujetos en forma de esquemas o de
representaciones compartidas, y objetivados en formas simbólicas, todo ello en contextos
históricos específicos y socialmente estructurados”.
Cultura de la legalidad
Para Karina Ansolabehere es posible visualizar, a grandes rasgos, dos perspectivas para
abordar la cultura de legalidad:
Normativa: entre cuyas variaciones encontramos a la cultura de la legalidad entendida como
una cuestión moral individual y como un deber ser con contenidos predefinidos consonantes
con el modelo político.
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El principio de legalidad
El principio de legalidad es considerado uno de los logros más importantes del Estado de
derecho, sus orígenes más significativos descansan en la contraposición entre “el gobierno
de los hombres” y el “gobierno de las leyes”. El Estado de derecho es producto de la teoría
liberal, así como de una cultura encaminada en limitar el poder estatal y preservar los
derechos del individuo. En este sentido, el principio de legalidad constituye una garantía
indispensable para resguardar los derechos humanos.
En su acepción jurídica más aceptada, la legalidad como principio significa “conformidad a
la ley”. De acuerdo con Riccardo Guastini, se llama “principio de legalidad” aquel en virtud
del cual “los poderes públicos están sujetos a la ley”.
El término de “ley” se puede entender por lo menos en dos sentidos: por un lado, en el sentido
técnico de la “ley formal” ordinaria, esto es, el acto del órgano legislativo. En esta
perspectiva, el principio de legalidad es una consecuencia de la doctrina política donde la
“ley” es la expresión de la “voluntad general”. Por otro lado, en el sentido de la “ley material”,
es decir, en el sentido de una norma jurídica, sin importar la fuente de la que provenga. En
esta perspectiva, el principio de legalidad limitaría la acción de los poderes públicos
(legislativo, ejecutivo, judicial) conforme a la ley. Se habla de Estado de derecho, cuando el
principio de legalidad limita sólo a los Poderes Ejecutivo y Judicial, sin afectar al Poder
Legislativo. A su vez, se configura un Estado constitucional de derecho cuando el principio
de legalidad se extiende también al Poder Legislativo.
Asimismo, el principio de legalidad hace referencia a por lo menos tres principios, Riccardo
Guastini los define de la siguiente manera:
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1. “Es inválido todo acto de los poderes públicos que esté en contraste con la ley”. En este
sentido se habla de “principio de preferencia de la ley”, o también de supra-ordenación
jerárquica de la ley respecto a los actos del Poder Ejecutivo y jurisdiccional.
2. “Es inválido todo acto de los poderes públicos que no esté expresamente autorizado por la
ley”. En este punto, se habla de “principio de legalidad en sentido formal”.
3. “Es inválida (constitucionalmente ilegítima) toda ley que confiera un poder sin regularlo
completamente”. En este punto, se habla de “principio de legalidad en sentido sustancial”
(Correa, J. 2016)
Si no existiera la justicia viviríamos en un mundo sin orden ni leyes. Nadie respetaría la vida
de sus semejantes ni iría a la cárcel cuando cometiera un delito. Cualquiera podría entrar a tu
casa y llevarse tus cosas, los maestros te pondrían la calificación que se les antojara sin
importarles cuánto sabes, nadie estaría obligado a cumplir sus promesas y los partidos de
futbol siempre acabarían a golpes, pues ninguno de los dos equipos tomaría en cuenta el
marcador. En una realidad así sólo sobrevivirían los más fuertes, pues al no haber normas,
acuerdos o reglamentos, la única manera de conseguir lo que quisiéramos sería mediante la
violencia, la intimidación o el abuso. Por fortuna, la justicia existe. Y aunque eso no significa
que las personas se comporten siempre de manera justa o que en la sociedad nunca haya
desacuerdos, lo cierto es que la mayoría de nosotros preferimos que reine el respeto, la
armonía y la paz. A todos nos molesta que no nos tomen en cuenta o nos den menos de lo
que merecemos (o creemos merecer). También solemos indignarnos cuando alguien es
tratado de manera arbitraria o fue privado de alguno de sus derechos. Esto sucede porque el
valor de la justicia vive en nosotros y nos sentimos afectados cuando vemos que alguien actúa
de manera injusta. El caso de fray Bartolomé de las Casas, un fraile dominico que llegó a
tierras americanas a principios del siglo xvi, es un buen ejemplo de cómo este valor nos
motiva a ser mejores. Nacido en Sevilla en 1484, Bartolomé fue testigo del trato inhumano
dado a los indios por los españoles en el llamado Nuevo Mundo. Dicha injusticia le produjo
un gran enojo, motivándolo a luchar a lo largo de su vida en favor de los indígenas. Gracias
a su esfuerzo se promulgaron leyes para protegerlos. Hoy se considera a este hombre como
uno de los precursores de los derechos humanos (Televisa, 2015)
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Hay sujetos que aportan las reglas. No quieren que nadie les diga lo que deben y no deben
hacer. Cuando alguien les prohíbe algo se enfurecen, dicen que ninguna persona tiene
derecho al restringir su libertad, que ellos son autónomos y, por lo tanto, no se les puede
ordenar que se comporten de determinada manera o que hagan algo que no desean hacer. Es
verdad que la libertad es un valor importante y que buscar la autonomía (es decir, la capacidad
para valernos por nosotros mismos y tomar nuestras propias decisiones) es algo muy
recomendable. Sin embargo, esto no quiere decir que las reglas sean inútiles o perjudiciales.
Por el contrario, son necesarias para que la sociedad funcione de manera adecuada, así como
para garantizar la convivencia pacífica entre los individuos. Sin reglas, viviríamos en medio
del caos, cualquiera podría hacer lo que quisiera o lo que se le ocurriera en el momento sin
pensar en los demás ni preocuparse por las consecuencias.
No obstante, vivimos rodeados de reglas. Están por todos lados y toman la forma de normas,
leyes y reglamentos. En algunos casos están escritas, pero en otros se trata de acuerdos
verbales entre los individuos. En todos los hogares hay reglas: cosas que están permitidas o
cosas que no se deben hacer. Lo mismo pasa en tu escuela, donde existe un reglamento que
rige no sólo a los alumnos, sino también a los maestros y a las autoridades. Los hospitales,
los bancos, los museos, los aeropuertos, los cines los parques en todos los lugares hay una
serie de normas que es necesario cumplir; algunas tienen que ver con nuestra seguridad y
otras con el respeto que les debemos a los otros. Las naciones también tienen leyes que
determinan la conducta de todos los ciudadanos sin excepción. En nuestro país existe, por
ejemplo, la llamada Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Este documento
conocido también como Carta Magna, está formado por el conjunto de leyes generales que
rigen la conducta de los ciudadanos. Allí aparecen los derechos, pero también las
obligaciones de las personas que vivimos en México. Considerada como un valor, la
legalidad significa no sólo reconocer la necesidad de que haya leyes, sino también entender
que todos debemos respetarlas. Es importante darnos cuenta de que las leyes, las normas son
los reglamentos son creados por los propios ciudadanos para su beneficio. Existen para que
haya orden, respeto y paz (Televisa, 2015)
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En México, como en casi todos los países, los jueces son los encargados de impartir justicia.
Son hombres y mujeres cuyo oficio es sumamente difícil; Pues si bien todos conocen la ley
y eso les ayuda a tomar buenas decisiones, las leyes no son perfectas ni pueden aplicarse
siempre al pie de la letra con todos los casos que se les presentan. Con frecuencia, los jueces
deben enfrentar situaciones nuevas, problemas que no conocían o que tienen características
muy especiales.
Cuando ocurre esto, deben recurrir a su experiencia y a su sentido de la justicia. Los casos
demasiado complicados o aquellos en los que está implicado el bienestar de la nación son
tratados por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la cual está formada por 11 jueces,
llamados ministros (Televisa, 2015)
El conocimiento del desarrollo moral de las personas fue abordado por Jean Piaget y su
discípulo Lawerence Kohlberg en el Instituto Jean Jaques Rousseau en los años 30
(Kohlberg, 1981) Al igual que la teoría sobre el desarrollo cognitivo de los niños, el
desarrollo moral también fue propuesto como etapas de desarrollo que se suceden una a otra
en forma sucesiva aunque la edad cronológica puede ser aproximada. El esquema propuesto
incluía tres niveles de desarrollo con dos subetapas cada uno, el desarrollo abarca desde la
infancia temprana hasta la edad adulta y resume el tipo de moralidad que se tiene y la forma
en que las personas se relacionan con las normas de su grupo social.
Para alcanzar el nivel de máximo desarrollo se hace necesario que en cada etapa se tenga la
oportunidad de tener vivencias que vayan dando a la persona esta formación. Por supuesto
que este aspecto de la personalidad de las personas (tanto como el desarrollo físico, el
desarrollo del pensamiento, de la afectividad) le corresponde en primer lugar a la familia y
en segundo término a la escuela. Para alcanzar una sociedad plena y justa es necesario contar
con ciudadanos moralmente bien desarrollados que vivan en forma cotidiana una cultura de
la legalidad y cuyo valor supremo sea siempre la conservación de la vida humana y el respeto
de los derechos de las personas.
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Nivel Subetapas
El siguiente nivel es el convencional que abarca la infancia o etapa escolar hasta la secundaria
y que es precisamente a la cual se dirigió el curso. En esta etapa los niños van a asimilar las
normas y valores que de forma cotidiana se vivan en su entorno siendo que los “modelos de
identificación” son los padres y en segundo término los maestros. Por la necesidad de ser
apreciados por sus padres van ajustando sus acciones y reconociendo aquellas que a la vista
de los padres y maestros son más aceptables. Es necesario que los adultos sean muy
conscientes de las acciones, actitudes y valores que en forma de ejemplo transmiten a sus
hijos, pues los niños aprenden lo que ven dado que aún carecen de elementos para discriminar
lo adecuado de lo que no lo es. Acciones cotidianas como tirar basura en la calle, pasarse la
luz roja de un semáforo o insultar a otras personas son acciones que los niños observan en
esta etapa y que harán suyas, si son una forma “natural” para sus padres.
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Un dilema moral es una narración breve en la que se plantea una situación problemática que
presenta un conflicto de valores, ya que el problema moral que exponen tiene varias
soluciones posibles que entran en conflicto unas con otras.
Esta dificultad para elegir una conducta obliga a un razonamiento moral sobre los valores
que están en juego, exigiendo una reflexión sobre el grado de importancia que damos a
nuestros valores (Kohlberg, 1981).
El estudio de los valores de los futuros educadores, qué valores, su fuerza, jerarquía y
evolución, así como el desarrollo del valor de la afectividad en ellos, son datos de suma
importancia para el profesorado de todo centro educativo, pues le permite mejorar la relación
educativa, decidir la metodología más idónea, así como la selección de los contenidos de la
enseñanza, ofreciendo un lugar de primacía a aquellos factores relacionados con la
afectividad. De interés además para los alumnos que viven, a veces, inconscientemente un
conjunto de valores emergentes, ajenos a la reflexión y a la crítica. Y, por último, para las
instituciones relacionadas con la formación de futuros educadores y ciudadanos, que deben
orientar con más frecuencia, las actividades previamente planificadas, con un conocimiento
más exacto de cuáles son los intereses y prioridades de sus destinatarios.
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En la infancia, para los niños como también para sus familias, resulta natural, diríamos obvia,
la dependencia y radical necesidad que los pequeños tienen de los adultos, sean sus padres o
sustitutos.
En tanto que el adolescente, por un lado, “sabe” de la necesidad de sus padres o sustitutos,
por otra parte, su propio desarrollo físico y mental lo “empuja” a lograr su autonomía, incluso
los jóvenes a veces son tomados por una certeza anticipadora que enuncia que “ya pueden
solos”. Sin duda es en este punto donde encontramos un importante desafío para los padres
con respecto a este periodo de la vida de sus hijos, este tiempo “adolescente” que transcurre
“entre” la dependencia y la autonomía con respecto de los padres o maestros. Una frase
podría resumir el desafío que los padres enfrentan desde que despunta la adolescencia de sus
hijos: “.como dejar crecer, dejar ir, pero sin abandonar sino, por el contrario, acompañando
y cuidando”. Es difícil para los padres, pero también es difícil para los hijos porque pueden
sentirse culpables de “abandonar” a quienes les dieron la vida, los cuidaron, etc.; aun cuando
lo “natural” en nuestra cultura es que los hijos, al crecer, dejen el mundo familiar de origen
para elegir su propia vida. Durante la niñez los padres son el centro de referencia más
importante en la vida de los niños, las figuras con quienes se identifican, en quienes se
amparan, de quienes aceptan los limites. Con la llegada de la adolescencia todo cambia y
ahora es el mundo exterior, los “otros mundos”, aquello que resulta extremadamente atractivo
para los adolescentes. El dilema que se presenta para los adolescentes y jóvenes con relación
a sus padres podríamos formularlo así: .como prepararse para partir sin sentir que esto es un
abandono a sus padres, su familia de origen
El estado de derecho
No debe darse por hecho que la gente de todas las sociedades comprenda la necesidad de una
cultura así. La mayoría de las personas tienen pocos motivos para involucrarse en la
promoción de dicha cultura. Algunos creen que el gobernante o el gobierno son responsables
de formular y hacer cumplir las leyes. Otros creen que la sociedad—la comunidad y el sector
no gubernamental—no tiene la capacidad para contribuir al estado de derecho. Ambas
perspectivas subestiman el papel de la ciudadanía, la comunidad y la cultura. También
sobrestiman el poder del gobierno y de las fuerzas de impartición de justicia, y de lo que se
necesita para que la policía y el sistema judicial apliquen, en forma efectiva, el estado de
derecho sin una cultura de la legalidad.
Sin esa cultura, habría seguramente más delitos. La mayoría de la gente actúa conforme a la
ley, por sus expectativas de que otros se comporten en forma similar y porque creen que esto
es lo mejor para todos. En ausencia de una cultura de la legalidad, muchos tendrán más
libertad para satisfacer sus necesidades y preferencias inmediatas, incluso en presencia de
leyes muy elaboradas. Por otro lado, sin leyes y sin fuerzas de impartición de justicia, la
cultura de la legalidad, por sí misma, es incapaz de mantener el estado de derecho. Debe
haber procesos específicos para hacer las reglas y para aplicarlas. La cultura necesita la
ejecución de la ley, pero los ejecutores necesitan la cultura. De otra forma, la sociedad podría
25
verse abrumada por la violación de las leyes, o se necesitaría una excesiva presencia policíaca
para controlar la criminalidad. Al mismo tiempo, el estado de derecho protege a la sociedad
de los excesos de las fuerzas de impartición de justicia. Sin una cultura de la legalidad, el
estado de derecho no es realmente viable; el estado de derecho sin dicha cultura tampoco es
realmente deseable. Es importante aumentar la conciencia pública sobre estas propuestas. El
gobierno puede tener un papel central en la creación de un ambiente legal para la ciudadanía,
pero las organizaciones cívicas, religiosas, educativas, empresariales, laborales, culturales y
sociales, en todos los niveles de la sociedad, también tienen un papel muy importante que
desempeñar.
Son varios sectores de la sociedad y sus instituciones los que influyen en la cultura popular
y fomentan una cultura de la legalidad. Es necesario movilizar a cada uno de ellos. Sin
embargo, sólo es razonable esperar cambios importantes en la cultura cuando estos sectores
operan de manera sinérgica y se refuerzan uno al otro. Igualmente, sólo cuando ambas
“ruedas” (la regulatoria y la cultural) operan en armonía se puede esperar que funcione
efectivamente el estado de derecho.
La educación escolar parece ser, por muchas razones, una de las formas más prometedoras
de avanzar y fomentar las cualidades requeridas. Si cambiamos las actitudes y los
conocimientos de la próxima generación, los estudiantes pueden volverse un electorado clave
para efectuar el cambio a largo plazo. Las escuelas están entre las organizaciones más
importantes, más extendidas y más estratégicas de educación cívica. La mayoría de los
jóvenes asisten a la escuela primaria y cada vez más están asistiendo a la secundaria. En
segundo lugar, las escuelas están también entre las organizaciones cívicas con mejores
recursos en cualquier sociedad. Las escuelas cuentan con instalaciones para impartir clases
formales sobre, por ejemplo, crimen y corrupción, y ofrecen oportunidades para organizar
26
Una gran variedad de estrategias y enfoques pueden ser adaptados a distintos sistemas
educativos. Sería ideal llegar a los niños que asisten tanto a la primaria como a la secundaria,
con tal vez 20 horas de clase en los primeros años de la primaria. Más adelante, en los
primeros años de la secundaria, serían más apropiadas de 40 a 60 horas, para llegar a los
niños antes de que se vean involucrados en actos criminales graves y que lleguen a dar por
sentado que viven en una cultura de corrupción. Es casi seguro que si esperamos a los últimos
años de la educación formal (entre los 16 y los 18 años) será demasiado tarde. A estas alturas,
los chicos ya habrán estado expuestos a las tentaciones del crimen y la corrupción y muchos,
sino es que la mayoría, habrán dejado la escuela. El programa escolar anticrimen y
anticorrupción se inició en Hong-Kong en los años setenta. Actividades culturales creativas
y programas escolares similares han contribuido en forma significativa en Palermo y otras
partes de Sicilia occidental desde los años ochenta. Nuevas iniciativas muy prometedoras han
sido lanzadas en lugares tan dispares como la frontera México-Estados Unidos, Sudamérica,
Botswana, en el sur de África, y la República de Georgia en la ex Unión Soviética.
Estos individuos y centros de autoridad moral pueden jugar un papel importante en ayudar a
desarrollar y mantener una cultura de la legalidad. Por ejemplo, las instituciones religiosas
buscan promover las relaciones armoniosas y correctas entre la gente e identificar los tipos
de comportamiento que van en detrimento de esta armonía.
27
En los lugares donde los líderes religiosos identifican al crimen y la corrupción como
perjudiciales y movilizan sus instituciones—iglesias, mezquitas, sinagogas y organizaciones
laicas—para fomentar un comportamiento apropiado, esto ha demostrado ser de mucha
importancia. En Sicilia, por ejemplo, durante más de 100 años, los altos mandos religiosos
ni siquiera mencionaban públicamente la existencia de la Mafia, y mucho menos se atrevían
a denunciarla. Fue hasta 1982 cuando el cardenal de la isla, Salvatore Pappalardo y después
el Papa, denunciaron la violencia y la crueldad de la Mafia y calificaron a dicha institución y
a la participación en sus actividades como “malignas”. Estas declaraciones fueron
importantes y constituyeron un apoyo muy necesario para aquellos sacerdotes, católicos
laicos, y otros, que luchaban por fomentar una cultura de la legalidad.
Con frecuencia los centros de autoridad moral, los que están asociados con ellos, y otros
individuos muy respetados de la sociedad, participan en la educación formal e informal. En
el ámbito formal, cuentan con sus propios centros de aprendizaje y capacitación profesional
para personal religioso, institutos pedagógicos, etc. para aquellas personas que realizan
actividades pastorales para sus seguidores. Cuentan también con sus propias escuelas
parroquiales o sus comités consultivos sobre educación pública y privada para la sociedad en
general. Asimismo, tienen sus propios canales hacia los medios de comunicación, radio,
televisión, diarios y revistas, o se les pide con frecuencia que participen en programas en
medios masivos. Organizan o colaboran en programas deportivos y campamentos de verano
para jóvenes, así como en actividades extraescolares. Emprenden obras de caridad y
educativas para niños que se han fugado de sus hogares o que han sido maltratados; para
minusválidos, pobres o convictos por actos criminales. A fin de cuentas, en el curso de sus
obligaciones cotidianas están en contacto diario con un porcentaje importante de la población
en las áreas urbanas y rurales.
El concepto de modelos está muy relacionado con los centros de autoridad moral. Una
sociedad que alienta a los líderes de todo tipo (políticos, culturales, de los medios de
comunicación, religiosos, educativos, laborales y empresariales) a hablar claro y a ejercer su
28
autoridad en los esfuerzos contra la corrupción, aun cuando sus blancos sean personajes
importantes en instituciones públicas, con quienes tienen amistad o de quienes son
partidarios, proporciona modelos muy poderosos para la ciudadanía.
Cuando los líderes, “héroes” o modelos saben mucho sobre las prácticas y la gente que están
condenando, el efecto es aún mayor. Si están dispuestos a ser específicos, a nombrar a
individuos o partes de la institución a la que están atacando, la efectividad se multiplica. Se
necesita un gran valor personal y psicológico, y seguramente protección física, para criticar
o exponer a personas o instituciones que han sido o pueden ser aliadas en otras luchas o
causas.
3. Los medios y la cultura popular. Los medios de comunicación masiva en las sociedades
modernas son instituciones muy poderosas que pueden exhibir al crimen y la corrupción
reforzando, a la vez, la cultura de la legalidad. Los medios pueden desempeñar este papel de
muchas formas. Una de ellas es vigilar el comportamiento de los funcionarios públicos, tanto
en los programas de gobierno como en el sector privado, y hacer públicos los resultados.
Hacer esta clase de informes independientes, objetivos y justos sobre el crimen y la
corrupción no es fácil, pero es una parte muy importante, si no es que esencial, para mantener
la transparencia.
Factores sociales
El desarrollo de los individuos no se produce de manera aislada, pues los jóvenes van a vivir
y se van a relacionar con una compleja red de sistemas interconectados, como la escuela, la
familia, los grupos de iguales, y otras instituciones o situaciones que influyen, de forma
directa o indirecta, en el desarrollo de las personas, y cuyas características pueden convertirse
tanto en factores protectores como en factores de riesgo. Es así, que se considera actualmente
29
la situación de “estar en riesgo psicosocial”, como un estado complejo, que es definido por
la interacción de múltiples factores en continuo cambio (Sánchez-Teruel, 2012).
La familia
En el mismo sentido Juárez, Villatoro, Gutiérrez y otros 108 (2005) confirman que la falta
de supervisión parental en las familias de los jóvenes de todos los niveles socioeconómicos
facilita el involucramiento del menor en actividades delictivas (Chan Gamboa, 2006).
Por su parte, Jacobson y Crockett (2000), Juárez, Villatoro, Gutiérrez, Fleiz y Medina -Mora
(2005) constatan que la supervisión parental directa y el monitoreo a través de otras personas
–en el caso de los padres que trabajan- son elementos básicos en el sostenimiento de un ajuste
adecuado de los adolescentes. Confirman que el alto monitoreo parental, sin importar el nivel
socioeconómico, está asociado con un desempeño académico más elevado, menor
delincuencia y menor actividad sexual en los jóvenes (Chan Gamboa, 2006).
Por el contrario, una falta de supervisión (Howell, 1997; Browning & Loeber, 1999; Hawkins
et al.,2000), cambios en la estructura familiar (Thornberry et al.,1999, Wasserman et
al.,2003) malos tratos, disciplina férrea o alternada, malos ejemplos conductuales
(Farrington,1992,1997, 2001), falta de comunicación o carencias afectivas (Browning &
Loeber,1999; Bartollas,2000), incrementan los riesgos de comportamientos delictivos por
parte de los jóvenes (Wiese, 2008).
ejerce influencia en los estudiantes es a través de sus políticas, las cuales se ven reflejadas en
el establecimiento de reglas y las maneras con las que se hacen cumplir las mismas.
Vivimos un tiempo marcado por el quiebre de los valores morales y sociales. En México,
fenómenos como la corrupción, la impunidad y la criminalidad, por mencionar sólo unos
cuantos, amenazan con vulnerar el estado de derecho y poner en peligro la estabilidad de la
nación. Ante dicha circunstancia, resulta fundamental que los padres y los maestros muestren
a los niños y las niñas que la legalidad no significa sólo obedecer las leyes, sino también, -y
sobre todo- preservarlas, mejorar las Y hacer que se conviertan en instrumentos de paz,
fraternidad y progreso (Televisa, 2015)
de casos específicos, que en conjunto conforman los patrones y las prácticas de sus barrios
locales y globales, y, si es necesario, hacer algo al respecto (Godson, R. 2000)
La cuestión sobre el concepto de delincuencia juvenil, según indica Herrero Herrero (1997),
nos obliga, ante todo, a esclarecer dos conceptos: delincuencia y juvenil.
Delincuencia es un concepto que procede del latín delinqentia y que permite nombrar la
acción de delinquir o la cualidad de delincuente. Delinquir es cometer un delito; es decir,
violar la ley. El concepto de delincuencia por lo tanto, hace referencia al conjunto de los
delitos o a las personas que quebrantan la ley.
Siguiendo con este autor, se define la delincuencia como: el fenómeno social constituido
por el conjunto de las infracciones, contra las normas fundamentales de convivencia,
producidas en un tiempo y lugar determinados.
Una de las variantes más preocupantes del comportamiento delictivo, es aquel protagonizado
por jóvenes y menores de edad (Bandura y Ribes, 1975 citado por Sánchez Teruel (2012), ya
que puede acarrear consecuencias futuras negativas, tanto para ellos como para su entorno.
Muchas formas de conducta pueden poner a los jóvenes ante el riesgo de la acción de la
justicia. Sin embargo, los tipos de conducta que se consideran ilegales varían de un estado a
otro, igual que el límite de edad para ser clasificado dentro de la categoría juvenil.
32
Algunos autores como LeBlanc 2003 (citado por Dionne y Zambrano Constanzo, 2012). Han
propuesto adoptar una definición factual de la delincuencia: de este modo la delincuencia
juvenil se da “cuando un niño o un adolescente comete infracciones contra las leyes
criminales de un país”. El adolescente delincuente es aquel que ha cometido una o más
infracciones contra las leyes criminales.
El delincuente juvenil, por tanto, es una figura cultural, porque su definición y tratamiento
legal, responde a distintos factores en distintas naciones, reflejando una, mezcla de conceptos
psicológicos y legales. (Elizalde Varela, Hernández Ramírez, 2008).
Munizaga Acuña (2009), plantea que han sido variadas las teorías que se han desarrollado a
la largo de la historia de la criminología, con el fin de indagar, comprender y explicar el
origen y las causas de la delincuencia, y son numerosos los estudios inclinados a mostrar los
motivos de la delincuencia juvenil. Un sin número de investigaciones y teorías permiten
concluir que no existe un único factor capaz de explicar lo que es la delincuencia juvenil,
sino que está originada y mantenida por diversos factores de naturaleza multidimensional.
En los estudios de la conducta delictiva en adolescentes, ya desde los años noventa, distintos
autores han formulado modelos psicosociales desde los cuales poder entender estos
comportamientos mediante el análisis de los factores de riesgo y protección presentes en la
familia, los iguales, la escuela y la comunidad.
Según Vázquez González (2003), existen diferentes tipos de factores que afectan a los
adolescentes, y son clasificados por diferentes autores como factores de riesgo y factores
protección; los factores de riesgo son todos ellos factores que pueden favorecer la aparición
de una conducta delictiva en un momento determinado, y no todos los factores poseen la
misma influencia, sino que esta va a depender del contexto socio-económico-político y
cultural en el cual el joven este inserto.
Por su parte, los factores protectores se refieren a aquellas condiciones del ambiente o
variables individuales (actitudes, valores, etc.) del sujeto que de una u otra forma impiden o
los hacen más resistentes a presentar conductas socialmente no aceptadas (Bermúdez A., J.
Sagarduy Y., J.L. s/f)
Prevención: definición
Siguiendo a Marchiori (1999), se entiende que la prevención comprende las medidas para
evitar o atenuar las acciones delictivas.
Por otra parte, Camaño (1988) explica que una acción preventiva es aquella que posee la
cualidad de anticiparse y cuyo fundamento reside en la utilidad de sus consecuencias. En este
sentido, la prevención puede ser definida como el conjunto de medidas cuyo propósito es
reducir o impedir la emergencia de conductas delictivas o proporcionar un tratamiento
dirigido a disminuir la reincidencia.
viven en zonas urbanas con un índice elevado de inadaptación juvenil, con vistas a reducirlas
o prevenirlas. La prevención supone anticipar o evitar algo.
Al hablar de prevención es necesaria distinguir los tres tipos que existen según el momento
en que se produzcan, sin olvidar que estas prevenciones son diferentes entre sí y a su vez
complementarias: prevención primaria, secundaria y terciaria. A continuación describiremos
cada uno de estos tres niveles de prevención:
Prevención primaria
Herrero (2005), plantea que la prevención primaria es la más importante de las medidas
llevadas a cabo en la prevención de comportamientos antisociales, puesto que de su eficacia
dependerá que se evite llegar a las dos restantes. La prevención primaria incide en los factores
generales con el objetivo de debilitar o neutralizar la conducta objeto de prevención.
Inhibiendo el conflicto antisocial antes de que aparezca, procurando una socialización
provechosa acorde con los objetivos sociales.
En este caso, todos los subsistemas sociales en los que se desenvuelve el individuo tienen
que programarse para fomentar conductas constructivas y socialmente beneficiosas.
También se podría entender esta prevención como el mecanismo por medio del cual se pone
al alcance de todos los recursos físicos, personales y materiales, con la finalidad de utilizar
estos medios para actuar y cambiar las condiciones que rodean al joven y favorecen la
aparición de comportamientos antisociales.
35
Prevención secundaria
La prevención secundaria actúa a corto o medio plazo con grupos, que exhiben mayor riesgo
de padecer o protagonizar un problema delictivo. Las medidas de prevención secundaria
hacen referencia a aquellas que nos sirven para detectar e intervenir precozmente sobre los
comportamientos antisociales.
Este tipo de medidas se llevan a cabo por expertos cuyo objetivo es detectar la población de
riesgo e implementarlas. Por tanto, el trabajo de los expertos en esta fase es la aplicación de
lo que se conoce como “tratamiento precoz” con estos grupos que presentan un alto riesgo
(Mohamed Mohand, 2008).
Prevención terciaria
La prevención terciaria puede ser definida como las medidas llevadas a cabo una vez que el
problema ya se ha hecho presente, consiste en la toma de acciones para que el delito que
apareció no se repita, por lo que se orienta básicamente a la readaptación social que se le da
al joven.
Este tipo de prevención se refiere a las actuaciones que se llevan a cabo sobre las conductas
antisociales una vez declaradas con medidas de rehabilitación y reeducación. Por tanto, es el
último nivel, llegándose a ella cuando han fracasado los dos niveles de prevención
nombrados anteriormente (Mohamed Mohand, 2008)
36
PROPUESTA DE SOLUCIÓN
La presente propuesta consta de 12 sesiones de una hora cada semana, que irán relacionadas
entre sí durante su desarrollo y así fomentar el desarrollo moral entre los alumnos. (Anexo
1)
Será impartido por un docente externo al grupo y no será necesario tomar curso previo para
llevar a cabo las actividades.
Objetivo general
El alumno reconocerá la cultura de la legalidad como una forma de vida vinculada con el
conocimiento y respeto de las leyes y normas; concientizando sobre los valores ético
universales, el respeto a la diversidad y el cuidado del otro.
Objetivos específicos
Preparar estrategias sobre el tema de legalidad y justicia para llevarlas a cabo durante
12 sesiones de una hora a la semana.
Nombrar a cierto número de alumnos para que desempeñen el papel de Voz 1, y así
puedan compartir al resto del grupo (voz 2) lo que aprendieron.
Promover el interés entre los compañeros para pasar el mensaje dando 15 minutos y
escribiendo lo aprendido al hacerlo de forma coherente tendrán un incentivo (material
para su uso en la escuela por ejemplo lápiz, goma, regla, sticker)
37
DESARROLLO DE ACTIVIDADES
SESIÓN 1
Integración de voces 1
Tiempo: 30 minutos
Resumen de la actividad: Por medio del juego de piedra, papel o tijeras se seleccionará a 6
alumnos que formarán parte de la “voz 1”; ellos serán los encargados de pasar al resto de sus
compañeros lo aprendido en las actividades de cada sesión.
Objetivo: Seleccionar a los alumnos que formarán parte de la “voz 1” para que compartan
sus aprendizajes al resto del grupo.
Procedimiento: Reglas del juego, desarrollo del mismo y reunión de “voces 1”
Desarrollo de la actividad:
Inicio: Se colocarán en parejas, a la cuenta de 3 jugarán piedra, papel o tijeras.
Desarrollo: Aquellos alumnos que pierdan irán tomando su lugar, los ganadores pasarán a la
siguiente ronda hasta tener 6 alumnos ganadores.
Cierre: Con los alumnos ganadores se trabajará en el patio escolar.
será roja, y contestarán los niños con fichas rojas, así sucesivamente hasta que se acaben las
tarjetas
Cierre: Al finalizar cada pregunta el docente resumirá la misma expresando algo que les
faltara a los niños por decir. (Anexo 5)
Evaluación: Anexo 6
SESIÓN 3
"El que reparte no debe tomar la mejor parte"
Tiempo: 35 minutos
Resumen de la actividad: Se trata de una actividad matemática en la cual los niños deberán
resolver una situación problemática.
Objetivo: Desarrollar en los niños sentimientos de equidad. Establecer relaciones entre
equidad y justicia.
Procedimiento: Acciones prácticas, análisis, síntesis, comparación
Recursos materiales: 10 rectángulos de papel y 10 figuras de niños recortados y pegados en
cartulina.
Desarrollo de la actividad:
Inicio: Se le presenta al niño la situación problemática siguiente:
En la fiesta de cumpleaños de Carmelita había 10 niños y ella cortó el pastel en 10 partes
iguales, pero cuando ya se dirigía a repartirlo llegaron 10 niños más ¿Cómo haría ella para
que todos comieran la misma cantidad de pastel? Vamos a ayudar a Carmelita.
Desarrollo: El docente reparte a los niños 10 rectángulos de papel que representan los
pedazos de pastel, y 20 figuras de niños y los invitará a que formen el conjunto de los niños
y los pasteles, el docente hará preguntas (Anexo 8)
Si los niños no lo hacen de forma independiente, el docente los ayudará recortando el primer
rectángulo de papel en dos pedazos iguales y les dirá que Carmelita decidió cortar el pastel
en pedazos más pequeños para compartirlo a partes iguales entre todos los niños.
Cierre: Una vez finalizada la actividad, se preguntará a los niños sus experiencias (Anexo 9)
Evaluación: El docente resumirá destacando que la actitud de un niño justo es compartir con
todos sus compañeritos y repartir las cosas a partes iguales, aunque toque menos (Anexo 10)
CONCLUSIÓN
Por lo tanto, con este proyecto se enseña a los niños a establecer relaciones justas con sus
compañeros, tanto al evaluar sus acciones como al compartir algunas cosas en el juego y en
las actividades.
43
BIBLIOGRAFÍA
CIBERGRAFÍA
Álvarez R. (2007). Los valores afectivos en la formación inicial del profesorado.
Estudio inicial. Cuestiones Pedagógicas, 18, 126.
AMEI-WAECE. (s/f). Educamos: La justicia. 3 de marzo del 2018, de WAECE Sitio
web: http://www.waece.org/webpaz/bloques/justicia.htm
Arango, O. (s/f). Justicia. 22 de enero del 2018, de Humanium Sitio web:
https://www.humanium.org/es/justicia/
Cardona, L. (2015). Cultura de la legalidad: la enseñanza del derecho en la
educación básica en México. (Tesis de maestría). Universidad Nacional Autónoma
de México, CDMX.
Cultura de la Legalidad. México Unido contra la delincuencia.
http://www.culturadelalegalidad.org.mx/index.php. Recuperado el 20 de febrero del
2018.
Cura, Y; Gamacchio, A & Lanzi, A. (2012). ¨FACTORES PROTECTORES Y
FACTORES DE RIESGO EN LOS JÓVENES EN CONFLICTO CON LA LEY
PENAL: UNA APROXIMACIÓN DESDE LOS PROFESIONALES DE LA SeNAF”.
21 de febrero del 2018, de Derecho.UNC Sitio web:
http://www.derecho.unc.edu.ar/njrj/revista-no-1/derecho-multidimensional/factores-
protectores-y-factores-de-riesgo-en-los-jovenes-en-conflicto-con-la-ley-penal-una-
aproximacion-desde-los-profesionales-de-la-senaf201d/view
44
ANEXOS
46
Anexo 1
Diagrama de Gantt
Escritura del 15
mensaje recibido minutos
Intercambio de 10
conocimientos minutos
Escritura del 15
mensaje recibido minutos
35
“La justicia” minutos
Intercambio de 10
conocimientos minutos
Escritura del 15
mensaje recibido minutos
35
“Ordena y relata”
minutos
Intercambio de 10
conocimientos minutos
Escritura del 15
mensaje recibido minutos
35
¡Eso no se vale!
minutos
Intercambio de 10
conocimientos minutos
Escritura del 15
mensaje recibido minutos
47
Tú y tu cuerpo, tú 35
y tu mente minutos
Intercambio de 10
conocimientos minutos
Escritura del 15
mensaje recibido minutos
Tú me haces sentir 35
seguro minutos
Intercambio de 10
conocimientos minutos
Escritura del 15
mensaje recibido minutos
La tecnología y el 35
ser humano minutos
Intercambio de 10
conocimientos minutos
Escritura del 15
mensaje recibido minutos
La voz de la 35
conciencia minutos
Intercambio de 10
conocimientos minutos
Escritura del 15
mensaje recibido minutos
Somos seres 35
humanos minutos
Intercambio de 10
conocimientos minutos
Cierre del 15
proyecto minutos
48
Anexo 2
Lectura de la fábula
“La zorra y la cigüeña”
Había una vez una zorra que hizo amistad con una cigüeña; un buen día, decidió invitarla a
comer. La invitada se presentó muy puntual, a la hora acordada. (Presentar lámina de la zorra
y la cigüeña)
“¡Bienvenida, pase Señora cigüeña!”, dijo la zorra. “¡He preparado un exquisito caldo de
rana y perejil! ¡Siéntese aquí, por favor!”
El caldo despedía un aroma delicioso, pero estaba servido en un plato poco profundo (Se
presentará una lámina del plato con la comida brindada)
“¡Gracias, gracias!”, respondió muy contenta la cigüeña, pero de pronto se dio cuenta de la
broma de mal gusto que le estaba jugando la zorra, pues con su largo pico, por más que se
esforzaba, no lograba comer por la forma del plato (se mostrará lámina de la esforzada
cigüeña con su pico largo sin poder comer en un plato llano).
“¿No le gusta?, lo he preparado especialmente para usted”, sonreía la zorra con gesto
malicioso.
“¡Lo siento, pero de repente me ha dado un fuerte dolor de cabeza que me ha quitado el
apetito!”, respondió la ofendida cigüeña.
La zorra se apresuró a contestarle: “¡Un caldo así de bueno….Paciencia, ya será en otra
ocasión!”·
“¡Perfecto! ¿Por qué no viene mañana a mi casa a comer? ¡Así podré corresponder a su
amable invitación!”, propuso la cigüeña.
La zorra se presentó en la casa de la cigüeña; se le hacía agua la boca. Se encontró con que
ésta le había preparado una rica sopa de pescado, pero la había servido dentro de dos vasijas
con el cuello largo y angosto (lámina con las vasijas)
Así, mientras el ave, gracias a su pico, lamía hasta el fondo de la vasija, la zorra tenía que
renunciar a comer (lámina de la zorra tratando de meter el hocico en la vasija de sopa).
Y mientras la zorra regresaba a su casa muerta de hambre, se convenció de haber merecido
la lección, escuchó una vocecita dentro de ella que le decía: “El que la hace la paga…”
Esta fue la forma en que la cigüeña se hizo justicia, pues pagó a la zorra con la misma
moneda.
49
Anexo 3
Preguntas sobre la fábula leída.
¿Les gustó del cuento?
¿Qué has aprendido en este cuento?
¿Por qué la vocecita le dijo a la zorra que el que la hace la paga?
¿Qué quiere decir que la cigüeña se hizo justicia pagando a la zorra con la misma moneda?
¿Quiso la cigüeña castigar a la zorra por lo que le hizo?
¿Te gustaría que te hicieran una broma de tan mal gusto como esa?
¿Es justo lo que la zorra le hizo a la cigüeña?
El docente resumirá esta parte haciendo hincapié en que fue justo que la cigüeña castigara a
la zorra por lo que le hizo.
Anexo 4
Evaluación sesión 1. “La cigüeña y la zorra”
VALORACIÓN
Conducta observada SI NO Comentarios
Comprendieron el mensaje del cuento.
Necesitaron ayuda para comprender el mensaje del
cuento.
Las respuestas a las preguntas evidencian que
comprendieron los perjuicios que ocasiona la conducta
injusta con los demás.
Necesitaron ayuda para comprender los perjuicios que
ocasiona la conducta injusta con los demás.
Hicieron críticas de la conducta injusta, y apoyaron la
conducta justa.
50
Anexo 5
Ejemplos de situaciones
· Las personas justas dan a cada uno lo que le corresponde o pertenece, por ejemplo, el
maestro que califica de “Muy bien” al alumno que trabajó de manera satisfactoria, de
“Regular” al que trabajó medianamente regular y de “Mal” al que lo hizo mal, es justo al
calificar. Pero si da R al alumno que trabajó mal, es una persona injusta porque le dio una
nota que no se merecía.
· Otro ejemplo es la mamá que castiga a sus dos hijos por igual, sabiendo que aunque los dos
estaban jugando en la sala, solo uno fue el que rompió el florero, esa mamá obró injustamente,
sin embargo la que advierte al niño que lo rompió que tenga más cuidado y que la próxima
vez no juegue a la pelota cerca de las cosas que pueden romperse, tiene una actitud justa.
· El policía que detiene al ladrón porque le robó la cartera a un viejecita, está realizando una
acción justa, el juez que lo castiga y lo envía a la cárcel está haciendo justicia, porque el que
se roba lo que no es suyo debe ser castigado.
· Un padre que siempre que trae regalos a casa trae una cosita para cada hijo y lo que trae lo
reparte a partes iguales, es un padre justo.
Anexo 5
Ejemplo de situaciones y preguntas
1.-Si frente a ti hay dos niños, uno es un amigo y el otro no, y tienen un solo caramelo para
brindar, ¿Qué harías si no hay forma de conseguir en ese momento ningún otro caramelo?
2.-Juan se encuentra un lápiz en el aula y sabe que se le perdió a Pedro, un niño que le cae
mal, por eso decide dárselo a su amiga Carmen, aunque no le pertenezca ¿Está actuando Juan
con justicia? ¿Por qué? ¿Cuál sería la actuación justa en ese caso?
3.-José se queja de que su padre no es una persona justa, porque mientras a él lo castiga por
cualquier cosa, a su hermano le perdona todo. ¿Es el padre de José una persona justa con su
hijo? ¿Por qué?
4.-En la escuela se van a repartir premios, pero el director dice que no a todos los niños debe
dársele el mismo premio; porque él estima que estos deben ser repartidos según el valor de
lo que cada alumno ha hecho, por eso los mejores premios serán para los que más se han
esforzado, y mejor han trabajado. ¿Creen ustedes qué esta forma de premiar es justa? ¿Tiene
ese director la razón? ¿Por qué?
51
Anexo 6
Evaluación sesión 2 “Cómo actúan las personas justas”
VALORACIÓN
Conducta observada SI NO Comentarios
Respondieron acertadamente las preguntas.
Necesitaron ayuda para responder las preguntas.
Las respuestas dadas evidencian que han adquirido
nociones de cómo actuar con justicia.
Necesitaron ayuda para conocer la actuación justa.
Anexo 7
Cupón (parte frontal y trasera)
Nombre: ________________________________
Lo que aprendí esta sesión
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Anexo 8
Preguntas para el desarrollo de la actividad
¿Qué hay más, niños o pasteles?
¿Qué hay menos?
¿Qué harías para que haya la misma cantidad de niños y de pasteles?
¿Qué harías para que a cada niño le toque un pedazo igual de pastel y de esta forma el
pastel sea repartido con justicia?
52
Anexo 9
Preguntas para el cierre de la actividad
¿Crees que fue correcta la actitud de Carmelita al picar el pastel en más pedazos?
¿Qué habrías hecho?
¿Crees que si ya el pastel estaba cortado en 10 partes, no había por qué preocuparse por los
que llegaron después, y así la próxima vez llegarán más temprano?
Anexo 10
Evaluación sesión 3
VALORACIÓN
Conducta observada SI NO Comentarios
Supieron resolver el problema planteado.
Necesitaron ayuda para resolver el problema
planteado.
Manifestaron sentimientos de equidad para con sus
compañeros.
Hicieron relaciones elementales entre la equidad y la
justicia.