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Responsable:
NORMA PUICAN VERA
Consultora:
PATRICIA FUERTES M.
Analistas:
EDGAR RAMIREZ MARTÍNEZ
LIZ GIRÓN PEÑA
Introducción 6
3
6. Calidad del empleo de las mujeres: precariedad versus trabajo decente 54
Conclusiones 84
Referencias bibliográficas 86
Anexos 88
4
Acrónimos
5
Informe anual – La Mujer en el Mercado Laboral Peruano: 2009 - DISEL
Introducción
En el período 2005-2009, el Perú figuró entre los países de la región con mayores tasas de
crecimiento de su producto, con ello afianzó la tendencia de crecimiento sostenido
observada desde el 2001. El período se caracteriza también por la intensificación del
proceso de integración de la economía peruana a la economía mundial, con la entrada en
vigencia de los tratados de libre comercio con otras regiones y economías del mundo
como: EUA, China y Chile.
A pesar de estos avances y fortalezas económicas, los niveles de pobreza siguen siendo
altos en el Perú y si bien se reporta que ésta habría cedido en el período, todavía al 2009 el
34,8% de la población peruana es pobre y el 11,5% es extremadamente pobre1. Ello revela
que los frutos del crecimiento aún deben ser mejor distribuidos entre los peruanos y
peruanas.
Este resultado indica que el país necesita invertir sostenidamente en atacar de manera
frontal las desigualdades de género y étnico espaciales entre su población. Estas
desigualdades intermedian el acceso de los peruanos y peruanas a instituciones, bienes, y
servicios vitales para su desarrollo tales como el trabajo decente, capacitación técnica y
profesional, agua, saneamiento, etc. Estas barreras entorpecen así el avance del Perú como
nación hacia mayores niveles de competitividad global y de prosperidad (WEF: 2010).
El ámbito laboral peruano es uno de los que presenta mayores desigualdades entre mujeres
y hombres. Las mujeres peruanas se han incorporado intensa y sostenidamente a los
mercados laborales en las últimas 3 décadas, y en especial desde la liberalización de los
mercados de trabajo, sin embargo su condición y situación en ellos muestra el impacto de
las barreras de género que persisten en la dinámica social y económica del Perú y que
afectan su acceso en mejores condiciones a los mercados de trabajo.
1
La pobreza pasó de ser 44,5% en el 2006 a 34,8% en el año 2009 (INEI: 2010).
6
seguridad y previsión social, la mayor representación de las mujeres entre los trabajadores
familiares no remunerados (TFNR), los diferenciales de ingresos por igual trabajo, entre las
más notorias pero no las únicas. En tanto, otras brechas de género permanecen sin ser
visualizadas en el mundo laboral tales como: el acceso diferenciado a la capacitación en las
empresas, la sindicalización, el conocimiento de los derechos laborales, el goce de los
derechos de paternidad y maternidad de los trabajadores(as) etc., y sobre las cuales no se
registra información estadística de manera regular.
El informe anual sobre la mujer peruana en el campo laboral busca aportar al diseño y a la
mejora de las políticas laborales y productivas, brindando a los sectores interesados, a los
hacedores de política y al público en general, información relevante y analizada sobre la
evolución de las principales brechas de género en el mundo laboral peruano, de esta
manera, aspira por tanto a reportar anualmente los avances en su superación.
7
Informe anual – La Mujer en el Mercado Laboral Peruano: 2009 - DISEL
Género es un concepto relacional que alude a las relaciones entre mujeres y hombres en
todo aspecto del desarrollo personal y colectivo, así la situación y condición de uno no está
desligada de la del otro, de ahí que la información laboral que se presenta a continuación se
analiza para mujeres y hombres. Las barreras de género forman parte del terreno aún
desnivelado en el cual se juega el acceso al trabajo decente en el Perú. Estas barreras de
género afectan principalmente a las mujeres en su condición de trabajadoras.
Gráfico Nº 1
América Latina y el Caribe: Índice de Oportunidades Humanas, 2010
100 95
90 88 87 86 86
83 81 80 78
80 76 75 73 72 71
60 57 55
52 51
40
20
ile a y co ca la n a ca or ia z il ge na ay á rú la or ua as
Ch r ugu éxi a Ri ez ue e nti mai cua d lomb B ra ver a inica ra gu anam P e te ma alvad ara g ndur
U M st n rg J a E o A a P a S Ni c o
Co Ve A C C om P Gu E l H
LA e p D
R
Fuente: Banco Mundial, Informe sobre la Oportunidad Humana en América Latina y el Caribe 2010.
El IOH “refleja qué tanto las circunstancias personales, como el lugar de nacimiento, la
raza y el género, impactan en la posibilidad de que un niño o niña acceda a los servicios
8
necesarios para ser exitoso en la vida” (ibid: p.3). El IOH2 resalta así que las desigualdades
de ingresos, tierra, los logros educativos etc. observados en determinadas sociedades tienen
de trasfondo “un terreno de juego desnivelado” desde el principio entre sus miembros.
Así, de acuerdo al IOH, en países como el Perú el ser mujer u hombre, el color de la piel o
el lugar donde se nace y habita, determinan todavía las oportunidades de un niño o niña
para ser exitoso(a) en diferentes campos del desarrollo personal y colectivo. Por ejemplo, es
posible que los aspectos como raza y género influyan en las posibilidades de alcanzar en el
futuro un trabajo decente. En esos países, lo que ganará una persona en el mercado laboral
dependerá de si es mujer u hombre aunque el trabajo realizado sea el mismo. Asimismo en
países de menor IOH, como el Perú, si se nace niña las probabilidades de trabajar en el
ámbito productivo sin ser remunerada (TFNR) son mayores que si se es hombre. Esta
probabilidad aumenta si es una niña indígena (Véase Cuadro 1).
Estas desigualdades obstaculizan el desarrollo al que toda sociedad aspira. Los aspectos de
género por tanto serán de especial atención en el diseño de política orientado a lograr el
acceso universal al trabajo decente, y por tanto también en términos de la competitividad
global que una sociedad alcanza.
El marco legal internacional sobre trabajo y empleo establece que el concepto de trabajo
decente se compone de al menos cuatro dimensiones esenciales: a) el ejercicio pleno de los
derechos laborales; b) las oportunidades de empleo adecuado; c) el acceso a la seguridad
social y; d) el diálogo social o el derecho del trabajador(a) a estar organizado(a) para
dialogar y negociar las condiciones para alcanzar un trabajo decente3.
Gráfico Nº 2
Componentes del Trabajo Decente
Oportunidades
de empleo
adecuado
Seguridad
social
Fuente: En base a OIT, “Trabajo decente” Memoria del Director General. Conferencia Internacional 87va
reunión.1999.
Elaboración: propia.
2 “Mide la tasa de disponibilidad de los servicios necesarios para progresar en la vida (como por ejemplo el
agua potable, saneamiento, entre otros) descontando o penalizando la tasa por cuan injusta es la
distribución de esos servicios en la población. Así, dos países que tienen la misma cobertura pueden tener
distinto IOH si los ciudadanos que tienen el servicio son todas mujeres, o todos indígenas etc. En otras
palabras, el IOH es la cobertura corregida por la equidad” (ibid: p.3).
3
OIT, “Trabajo decente” Memoria del Director General. Conferencia Internacional 87va reunión.1999.
9
a) Ejercicio pleno de derechos laborales: comprende la garantía y la vigilancia, así como
el conocimiento por parte del trabajador(a) de sus derechos y el cumplimiento de estos por
parte de los / las empleadores(as). Entre los principales derechos laborales o los básicos se
cuenta: el trabajar bajo el amparo de un contrato, ser pagado por el trabajo que se hace
(remuneración justa), contar con los beneficios sociales – vacaciones, compensación por
tiempo de servicios, gratificaciones- gozar de derechos de maternidad y paternidad
(descanso materno y paterno; existencia de guarderías en los centros de trabajo según su
tamaño, derecho al permiso por lactancia materna etc.); figurar en la planilla, contar con
acceso a la capacitación laboral y ser parte del reparto de utilidades . En especial en tiempos
de crecimiento económico como el experimentado por el Perú, este último derecho
adquiere relevancia y amerita ser vigilado en su cumplimiento.
c) Seguridad social: los / las trabajadores(as) deben gozar de acceso a servicios de salud
y de previsión social (pensiones) a partir de sus propios aportes y el de sus empleadores.
La pensión debe garantizar una vida digna a los/ las trabajadores(as) una vez concluida su
etapa laboral.
El concepto de trabajo decente o digno tiene por tanto importantes connotaciones como
parámetro para medir o analizar objetivos de reducción de pobreza, de gobernabilidad,
calidad del empleo y competitividad global entre otros.
Así, las cuatro dimensiones de trabajo decente constituyen parámetros válidos para operar
el análisis de la situación de diferentes grupos de trabajo en una sociedad. ¿Cuánto trabajo
decente es capaz de generar una sociedad?, ¿cómo están mujeres y hombres trabajadores en
términos de esas cuatro dimensiones?, ó ¿cómo les va a los trabajadores que pertenecen a
diversos grupos étnicos (población indígena, afrodescendiente), ¿alcanzan mujeres y
hombres igual situación en estas cuatro dimensiones?, ó ¿existen brechas entre ellos que
requieren ser atacadas por las políticas públicas en materia laboral?.
Las brechas de género son diferencias significativas entre mujeres y hombres, observadas en
cualquier campo del desarrollo personal, social, económico y productivo a pesar que ambos
son iguales en derechos y en deberes.
10
Estas diferencias entre hombres y mujeres no tienen una causa natural sino que son
socialmente construidas. Se caracterizan por no contar con sustento físico, biológico ni
sustento en las capacidades de las personas sino sólo en la forma cómo las sociedades
valoran diferenciadamente a mujeres y hombres de acuerdo a un sistema de
consideraciones sociales y culturales.
El mundo del trabajo es uno de los ámbitos en los que las brechas de género suelen ser
agudas. El concepto de trabajo está fuertemente diferenciado en términos de género
(Elson: 1999, Fuertes: 1996). Quien “trabaja” y quien solo “ayuda”, quién está “activo” o
“inactivo” laboralmente, están marcadamente diferenciados en términos de mujeres y
hombres en nuestras sociedades. La división sexual del trabajo entre mujeres y hombres
constituye parte medular de los sistemas de género y de los sistemas de producción.
A pesar de estos avances, y como se verá a partir de las cifras sobre el mercado laboral, las
sociedades no valoran todavía de igual manera o con iguales criterios el trabajo productivo
de mujeres y hombres.
La división sexual del trabajo entre mujeres y hombres, constituye la base de las
desigualdades entre ambos en el mundo laboral, lo que luego se verá reflejado en el estatus
diferenciado de cada uno como trabajadores. De esta manera, los mercados laborales son
instituciones caracterizadas por prácticas, percepciones, criterios, normas y redes con
marcados contenidos de género y que operan en la “intersección de la economía productiva
y la reproductiva” (Elson: 1999, p. 611). Así, el mundo laboral exhibe las mayores y más
persistentes brechas de género, que corren en contra principalmente de las mujeres (Véase
Gráfico Nº 3).
11
Gráfico Nº 3
Perú: Brechas de género en el mercado laboral, 2009
Trabajadores Ingreso laboral
Trabajo Previsión social familiares no Asalariados Subempleo Subempleo
del sector por igual
adecuado (Pensiones) remunerados por horas por ingresos
privado trabajo
60-80%
Mujer 45,0% 18,6% 23,6% 22,0% del sueldo 12,5% 38,4%
del hombre
Fuente: INEI – Encuesta Nacional de Hogares sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.
Asimismo, las mujeres trabajadoras resultan menos atractivas para las empresas privadas
peruanas que tienden a emplear mucho más a hombres que a mujeres. Este fenómeno
tiene relación tanto con los altos niveles de competitividad solicitados a los trabajadores
como con la menor capacitación laboral de las mujeres pero también se explica en el hecho
que las empresas perciben que emplear una mujer implica mayores costos por la posibilidad
abierta de la maternidad y de los derechos laborales que implica.
Como se verá en los siguientes capítulos, el ejercicio de los derechos laborales, el acceso a
las oportunidades de empleo adecuado, el acceso a la seguridad social y a la sindicalización,
es decir, las dimensiones del trabajo decente, están fuertemente atravesados por
consideraciones de género lo que obliga a repasar el marco normativo y de políticas
establecido por el estado peruano.
5
Elaborado en base a las estadísticas actualizadas por el MTPE a partir de la ENAHO-INEI.
12
Cuadro Nº 1
Perú: Población indígena y no indígena en
los mercados de trabajo, 2001
Hombres Mujeres Brechas (%)
Indígenas
Ingresos laborales (US$)
Total 1 248 630 49,5
Sector formal 2 745 1 694 38,3
Sector informal 1 089 545 50,0
Categoría laboral (%)
Empleados 6,6 1,9
Autoempleados 41,3 33,2
Empleadores 10,8 8,4
Obreros 24,5 7,9
TFNR 15,8 43,4
Otros 1/ 0,7 5,1
Total 100,0 100,0
No indígenas
Ingresos laborales (US$)
Total 2 278 1 433 37,1
Sector formal 4 194 2 826 32,6
Sector informal 1 923 1 172 39,1
Categoría laboral(%)
Empleados 6,9 2,5
Autoempleados 33,9 35,2
Empleadores 21,3 22,4
Obreros 27,5 6,9
TFNR 9,6 23,7
Otros 1/ 0,7 9,3
Total 100,0 100,0
El Cuadro 1, muestra las diferencias y desigualdades en el mercado laboral por sexo y según
grupo étnico (indígenas y no indígenas). Puede apreciarse que las mujeres indígenas en el
Perú constituyen uno de los grupos de trabajadoras más vulnerables y con mayor
precariedad laboral.
13
Informe anual – La Mujer en el Mercado Laboral Peruano: 2009 - DISEL
Capítulo 2
14
Décimo cuarta política de Estado: Acceso al empleo pleno, digno y productivo
Con ese objetivo el Estado: …. i) fomentará la eliminación de las brechas entre quienes
tienen mayores ingresos en relación a aquellos que tienen menos; j) fomentará que los
planes de desarrollo incluyan programas de empleo femenino, de adultos mayores y
jóvenes; k) promoverá la utilización de mano de obra local en las inversiones y la creación
de plazas especiales de empleo para personas con discapacidad; l) garantizará la aplicación
del principio de igual remuneración por trabajo de igual valor , sin discriminación por
motivo de origen, de raza, credo, sexo, idioma, credo , opinión, condición económica, edad
o de cualquier otra índole; m) garantizará una retribución adecuada por los bienes y
servicios producidos por la población rural en la agricultura, artesanías u otras modalidades;
o) promoverá mejores condiciones de trabajo y protegerá adecuadamente los derechos de
las trabajadoras del hogar…” (Acuerdo Nacional: 2002, p. 35 y 36).
Por otra parte, la ley estipula que es “responsabilidad de los y las empleadores(as) mantener
en el centro de trabajo condiciones de respeto entre los trabajadores y capacitar a los
trabajadores sobre las normas y políticas contra el hostigamiento sexual en la empresa”
(Movimiento Manuela Ramos: 2007, p.15)
15
2.3 El Plan de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Varones
Los derechos laborales respaldados por la LIO se deben reflejar en el diseño y la ejecución
de los programas del Estado que abordan la cuestión del empleo en el país. El Plan de
igualdad de oportunidades (PIO) define en su objetivo estratégico 4 lo siguiente:
Estrategias y acciones previstas para asegurar el trabajo digno para las mujeres trabajadoras
Al 2010 el PIO plantea el logro de cuatro resultados para alcanzar la igualdad de mujeres y
hombres en el ámbito laboral y en cuya realización se involucra como responsables al
Ministerio de Trabajo y promoción de empleo (MTPE), al Ministerio de la Producción
(PRODUCE), el MIMDES, los sindicatos y gremios, el Ministerio de Salud y al Poder
legislativo.
a. Una legislación laboral que garantiza el ejercicio pleno de los derechos laborales
con igualdad de oportunidades, es decir, con equidad de género;
b. Mujeres y varones con iguales oportunidades para mejorar ingresos, obtener
empleos de calidad mediante el acceso, contratación, permanencia promoción y
progreso en la actividad laboral;
c. Mujeres y hombres acceden a programas de fortalecimiento de capacidades
productivas, de gestión empresarial y de innovación tecnológica, acceden a
información de mercados y a recursos financieros en igualdad de oportunidades;
d. Se incrementa la cobertura y mejora de la calidad de los sistemas de previsión y
seguridad social, y ocupacional en igualdad de oportunidades, es decir, con equidad
de género.
Puede apreciarse que dos de estos resultados abordan directamente la observación del
cumplimiento de los derechos laborales desde una perspectiva de género y se hace énfasis
en la igualdad de remuneraciones así como al acceso a la previsión social mejorada y la
seguridad ocupacional.
Entre las acciones estratégicas principales para alcanzar estos resultados el PIO prevé “la
gestión concertada entre el poder ejecutivo y legislativo para la suscripción de convenios
internacionales de protección de los derechos de las mujeres en materia laboral” y “la
fiscalización del cumplimiento de las normas y sanciones sobre seguridad e higiene
ocupacional que afectan la salud integral de las mujeres trabajadoras” (MIMDES: 2005 p.
89 y 91).
El Decreto Supremo de Consejo de Ministros del año 2007 definió las 12 políticas de
obligatorio cumplimiento por parte de todos los sectores e instituciones del gobierno
nacional y de los otros niveles del Estado (regional y local). Implica la integración e
implementación transversal de estas políticas en los enfoques de trabajo y en la orientación
de los recursos correspondientes para su adecuado cumplimiento en los programas de cada
sector.
16
De acuerdo a la Ley de bases de la descentralización6 se establece que es competencia
exclusiva del gobierno nacional el definir, dirigir, normar y gestionar las políticas nacionales
y sectoriales las cuales se formulan considerando los intereses generales del Estado y la
diversidad de las realidades regionales, concordando el carácter unitario y descentralizado
del gobierno de la República.
Asimismo la norma se extiende para los otros niveles de gobierno: local y regional, es decir
las políticas nacionales prioritarias se deben aplicar también en esos niveles de gestión
estatal “se agrega que los gobiernos regionales definen, norman, dirigen y gestionan sus
políticas regionales
Por ello resulta necesario establecer las políticas nacionales que serán de cumplimiento
obligatorio y con metas semestrales verificables para todas las entidades del gobierno
nacional, a fin de que el conjunto de las instituciones y funcionarios públicos impulsen
transversalmente su promoción y ejecución en adición al cumplimiento de las políticas
sectoriales.
El decreto establece que por política nacional se entiende “toda norma que con ese nombre
emite el Poder Ejecutivo en su calidad de ente rector, con el propósito de definir objetivos
prioritarios, lineamientos y contenidos principales de política pública así como los
estándares nacionales de cumplimiento y provisión que deben ser alcanzados para asegurar
una adecuada prestación de los servicios y el normal desarrollo de las actividades privadas”.
1) Descentralización
2) Igualdad de oportunidades de mujeres y hombres
Comprende:
17
3) Juventud
4) Pueblos andinos, amazónicos, afroperuanos y asiáticoperuanos
5) Personas con discapacidad
6) Materia de Inclusión
7) Extensión tecnológica, medio ambiente y competitividad
8) Aumento de capacidades sociales
9) Empleo y MYPE
10) Simplificación administrativa
11) Anticorrupción
12) Seguridad y defensa nacional
En el año 2009 el Congreso de la República aprobó la Ley 294098 que busca fortalecer la
distribución equitativa de las tareas reproductivas del hogar frente al nacimiento de un
nuevo miembro. La ley otorga a los padres el derecho al goce de una licencia por
paternidad. De esta manera se permite que tanto la madre como el padre atiendan la venida
del nuevo miembro de la familia. Si bien el espíritu busca aportar a la equidad en los
derechos de paternidad, sin embargo, otorga solo cuatro días a los padres frente a los tres
meses de licencia por maternidad para las mujeres. Asimismo a la fecha no se hace
seguimiento a las condiciones y a los alcances de su implementación y cumplimiento en el
país.
Si bien el tiempo concedido al padre es insuficiente, esta ley fue un avance dado que
visibilizó la necesidad de redistribuir la carga reproductiva entre mujeres y hombres. Puso
en perspectiva la necesidad de promover una mayor participación de los padres en el
cuidado de los hijos e hijas y por tanto operar un alivio en la carga reproductiva para las
mujeres como trabajadoras y/o como empresarias.
La nueva norma permite retomar temas clave en materia de derechos laborales, como el
derecho a los servicios de guardería y asistencia familiar en las empresas, que son hoy
escasos en los centros de trabajo y si existen, solo se dirigen hacia las madres trabajadoras y
no reconocen los derechos de los hombres como padres.
8
Ley que concede el derecho de licencia por paternidad a los trabajadores de la actividad pública o privada.
Publicada el 20 de septiembre de 2009. Diario El Peruano.
18
Informe anual – La Mujer en el Mercado Laboral Peruano: 2009 - DISEL
Capítulo 3
Contexto: Crecimiento económico, pobreza y crisis financiera
internacional
Tres procesos marcan el contexto de análisis de la situación de las mujeres en el mercado
laboral peruano en el año 2009, todos ellos importantes por sus efectos sobre el nivel de
empleo en general y en particular por sus efectos diferenciados según género. El primero
de estos procesos fue la continuidad del crecimiento económico, en segundo lugar la
reducción de la pobreza y finalmente el desarrollo de la crisis financiera internacional que
estalló en el último trimestre del año 2008.
En este capítulo se analizan las principales características de los tres procesos señalados y
su relación con el empleo de mujeres y hombres en el Perú, con énfasis en la situación y
condición de las mujeres. Para este análisis se toma principalmente el período 2005-2009 a
fin de identificar la evolución y las tendencias del empleo desde una perspectiva de género.
Aunque el crecimiento se inició por una coyuntura favorable de los precios internacionales
de los minerales en países de rápido crecimiento como la China- que benefició a un país
altamente minero como el Perú- es claro también que este crecimiento se pudo extender
hacia los demás sectores de la economía con potencial de generación de empleo. Así, por
ejemplo, es el sector de transformación el que lideró el crecimiento (Gráfico N° 4), seguido
del sector de servicios (Gráfico N° 5) y sólo en tercer lugar el sector extractivo (Gráfico N°
6).
19
Gráfico Nº 4
Perú: Producto Bruto Interno del Sector Transformación, 1992 – 2009
(Variación anual)
Gráfico Nº 5
Perú: Producto Bruto Interno del Sector Servicios, 1992 – 2009
(Variación anual)
Gráfico Nº 6
Perú: Producto Bruto Interno del Sector Extractivo, 1992 – 2009
(Variación anual)
20
En especial el crecimiento de los sectores de servicios, agroindustrial y agroexportador
impactó en regiones diferentes a Lima, es el caso del turismo tanto interno como externo
hacia el Sur (Cusco) y el Norte del país (La Libertad, Lambayeque). Asimismo, las zonas
agroexportadoras y agroindustriales más dinámicas se encuentran fuera de Lima en las
regiones de Ica, Junín, Lambayeque y La Libertad.
Estos sectores en su crecimiento demandaron mano de obra más calificada y/o con
determinadas habilidades y características. Por ejemplo, en el sector agroexportador las
actividades de cosecha, selección, transformación y embalaje requieren de habilidades
manuales que están mejor desarrolladas en las mujeres lo cual ha favorecido el mayor
empleo de estas. Al 2007 el 95% de la mano de obra empleada en las plantas de
transformación de espárragos era femenina (Asociación Aurora Vivar: 2007a).
Entre el 2007-2008 el sector turismo en el Perú creció por encima del crecimiento
promedio del turismo internacional - que fluctúa entre el 4 al 5% - mientras que el Perú
registró 13% y 10% en el 2007 y 2008 respectivamente9.
¿Qué tipo de empleo crea el sector turismo? De acuerdo al estudio de Chacaltana, se trata
de un sector que emplea gente joven con estudios secundarios y superiores, así como un
sector de trabajadores independientes -más de la cuarta parte corresponde a empresas
unipersonales. Más de una cuarta parte (26%) de los trabajadores en el sector eran
asalariados y el 10% eran TFNR. Aproximadamente la mitad de las empresas del sector
turismo tenía al 2002 entre 2 a 5 trabajadores y las mujeres eran las principales conductoras
de estas empresas (Chacaltana: 2002).
9 Cámara Nacional de Turismo en: “El Comercio” edición en línea, 11 de Noviembre del 2008.
10
Información de la Cámara de Comercio del Perú y del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo
(MINCETUR).
11
Asimismo, el porcentaje de mujeres en los subsectores son los siguientes: 12% establecimientos de
esparcimiento, 7% hoteles, 3% artesanía.
21
Trabajo a domicilio: Las “amas de casa” trabajadoras para el mercado
Las actividades de manufactura más dinámicas en el mercado interno y externo tales como
la joyería, cosmética, lencería, diseño y producción de tarjetas etc. utilizan de manera
creciente la subcontratación de la mano de obra bajo formas que les abaratan costos
operativos12 que son trasladados a los / las trabajadoras. El “trabajo en casa” es uno de
ellos y se ha extendido entre distintas industrias.
Este tipo de trabajo “conviene” a las mujeres porque les permite quedarse en casa (dada la
carga reproductiva) y generar ingresos (Fuertes: 2008, Masilla y Arroyo: 2004)). Bajo estas
modalidades se da trabajo en casa a mujeres y a sus hijos, en asentamientos humanos de las
ciudades cabecera (Lima, Ica, Trujillo) pero a su vez es invisible y pasa por alto largamente
la observación de la mayoría de derechos laborales. Las mujeres involucradas en este tipo
de trabajo no gozan de derechos laborales. Muchas veces estos trabajos implican el
deterioro sostenido de la vista, el maltrato de la columna etc. La seguridad y la salud en el
trabajo son completamente ajenas en estos ámbitos laborales.
Además de ello, actividades manufactureras como la de cosmética tienen una amplia red de
vendedores que trabajan “casa por casa” a lo largo y ancho del país y que absorbe
principalmente a mujeres. Al 2009 se estima que el sector empleaba a 400,000 personas13.
El empleo directo que genera se clasifica en dos rubros: empleo a través de la venta directa
y de ventas por catálogo. Al 2009, la venta directa generaba 299,280 puestos de trabajo,
mientras que los puestos de trabajo generados a través del canal de venta al por menor
ascendían a los 48,720.
Las condiciones de trabajo de estas vendedoras sin embargo son especialmente precarias
por la falta de seguro de salud considerando las largas caminatas diarias que perjudican
pies, columna y riñones, además de ser retribuidas solo a “comisión” y de no contar con
contratos formales a pesar que muchas trabajan en el sector más de 14 años como
promotoras de venta.
12 El / la trabajadora pone su casa como centro de operaciones, lo que incluye por ejemplo, el costo de fluido
eléctrico, consumo de agua, almacenamiento, la depreciación de los equipos etc. todo lo que no queda
cubierto por lo que reciben como jornal a destajo.
13 Instituto de Desarrollo Empresarial – Cámara de Comercio de Lima, “Informe sectorial mensual: En 2010
22
En el 2007, el sector generó 70,000 puestos de trabajo de los cuales el 43% (30,000) estaban
cubiertos por mujeres14. Las trabajadoras en estos sectores tienen dos condiciones, son
temporeras o asalariadas.
En el período 2005-2009 los sectores que más emplearon a las mujeres fueron; en primer
lugar, la agricultura, seguida del comercio al por mayor y menor. En tercer lugar se ubicó el
sector de servicios no personales, en cuarto lugar el sector de servicios personales y en
quinto lugar el sector de transformación o industria. Véase Cuadro N° 2.
Esta estructura se mantuvo durante el período sin embargo, se aprecia que algunos de estos
sectores perdieron empleo femenino mientras que otros los ganaron, tal es el caso de la
agricultura que pasó de emplear al 33,4% de la PEA femenina ocupada en el 2005 a
emplear al 29,9% en el año 2009.
La vigencia del ATPDEA15 ha sido uno de los factores dinamizadores del empleo femenino
en el sector de agroexportación en productos como el espárrago, las alcachofas, entre otros,
hasta su disolución para dar paso al TLC.
Uno de los sectores que experimentó incremento de sus niveles de empleo de mano de
obra femenina fue el de transformación o industria de bienes de consumo. Al inicio del
período (2005) este sector empleaba al 7,8% de la PEA femenina ocupada (industria textil,
confecciones) y hacia el año 2008 pasa a emplear al 9,5%, para caer en el 2009 a 8,8%, por
efecto de la desaceleración de la economía a partir de la crisis internacional.
14 Agrodigital.com
15
Acuerdo de Preferencias Arancelarias.
23
Cuadro Nº 2
Perú: Distribución de la PEA ocupada por sexo según rama de actividad económica, 2005 - 2009
(Porcentaje)
Nota: Bases de datos INEI, 2005 - 2008, actualizadas al 27 de mayo del 2009.
a/ Para el cálculo de la actividad económica del 2009, el INEI usó el CIIU Revisión 4, y en el MTPE se realizó las equivalencias con la del CIIU Revisión 3.
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2005 – 2009.
Elaboración: Propia.
En términos generales lo que se aprecia en el período es que el empleo de la mano de obra
femenina se hizo menos “agrario” en favor de los sectores de servicios e industria. Esto
aparece como una tendencia clara aún a pesar de los efectos de la crisis internacional que ha
reducido las tasas de crecimiento en los sectores de servicios (Turismo por ejemplo) e
industria (textiles).
Hacia finales del año 2007 la economía internacional inició un período de crisis cuya
profundización se vislumbró en el año 2008 al desplomarse la “solidez” financiera de
numerosos bancos en los Estados Unidos y en las principales economías de la Unión
Europea. El sector inmobiliario de esas economías había generado la “Burbuja
inmobiliaria”, un sobreendeudamiento de las empresas financieras que prestaron más de 180
veces su patrimonio. Esto era la expresión máxima de los excesos del comportamiento
especulativo.
El estallido de la crisis mostró las grietas y limitaciones del libre mercado y puso sobre el
tapete nuevamente el tema del rol estado en el desarrollo y funcionamiento de los mercados.
Los estados de las economías desarrolladas se vieron obligados a rescatar a los bancos para
evitar el quiebre del sistema financiero y sus repercusiones en el sector real de esas
economías. A pesar de estos rescates la crisis se transmitió rápidamente del sector financiero
al sector real y se tradujo principalmente en una caída del consumo y en altas tasas de
desempleo en las economías desarrolladas.
Los efectos de la crisis y la respuesta a esta sin embargo han sido diferenciados entre los
distintos tipos de economías. Las economías de los países de América Latina y el Caribe
(ALC) han podido sortear mejor la crisis y mostrar importantes señales de una rápida
recuperación, como lo muestra el propio caso del Perú.
Los TLC habrían permitido a los países de la región una diversificación importante de sus
mercados tradicionales de exportación. También se atribuye este desempeño al salto en los
valores de los commodities que permitió una situación desahogada en dos capítulos
vulnerables en la historia de Latinoamérica tales; la balanza comercial y el déficit fiscal.
El precio alto de los minerales fue fundamental para lograr fondos anticíclicos que
permitieron activar planes de estímulos como en Chile y Perú (“Shock de inversiones”).
Efectos en el empleo
16 Justo, Marcelo “América Latina ante un nuevo boom” En: “Vivir bien” Lima. Julio –Agosto 2010. p.46-47.
26
Gráfico Nº 7
Perú: Evolución de la variación porcentual de la
PEA ocupada por sexo, 2006 – 2009
(Porcentaje)
Fuente: INEI – Encuesta Nacional de Hogares sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2006 - 2009.
Elaboración: Propia.
Como se verá en los siguientes acápites, y según la CEPAL-OIT (2009), los mercados
laborales en el Perú reportaron movimientos en los indicadores de empleo similares a los del
resto de la región, principalmente en la profundización de la informalidad del empleo y el
aumento del empleo precario (trabajadores sin protección social). Véase cuadros en el
Capitulo 6 correspondiente a calidad del empleo en este informe.
La relación crecimiento económico y pobreza ha sido uno de los temas más debatidos en el
desarrollo reciente del Perú. El debate de los especialistas al respecto (Aramburú: 2010,
Campodónico: 2010) destacan que si bien la pobreza cedía, el proceso ocurría con lentitud y
que los frutos del crecimiento fluían diferenciadamente entre los peruanos y peruanas en
razón de los altos y persistentes niveles de desigualdad económica y social, y a pesar de lo
descentralizado y multisectorial del crecimiento experimentado en el período.
De acuerdo al informe del INEI sobre el estado de la pobreza al 2009, ésta se redujo de
48,7% en el 2005 al 34,8% en el 2009, mientras la pobreza extrema cayó del 17,4% al 11,5%
en el mismo período (Véase gráficos 8 y 9). En cambio, se señala también que el índice de
desigualdad de ingresos reales per- cápita se redujo muy poco y sólo en el área urbana, de
0.45 en el 2004 a 0.43 en el período 2004-2009 mientras que en el área rural se incrementó
de 0,40 a 0,41 (INEI: 2010, p 15). Así, el análisis desagregado de la reducción de pobreza
por ámbitos (urbano, rural) y por dominios geográficos (Costa, Sierra y Selva) muestra que
la reducción de pobreza en el período ha sido un fenómeno desigualmente distribuido.
27
Gráfico Nº 8
Perú: Incidencia de la pobreza total, 2004 - 2009
(Porcentaje)
Fuente: INEI – Encuesta Nacional de Hogares sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2004 – 2009.
Gráfico Nº 9
Perú: Incidencia de la pobreza total por área de residencia, 2004 - 2009
(Porcentaje)
Fuente: INEI – Encuesta Nacional de Hogares sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2004 – 2009.
28
Gráfico Nº 10
Perú: Incidencia de la pobreza extrema, 2004 - 2009
(Porcentaje)
Fuente: INEI – Encuesta Nacional de Hogares sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2004 – 2009.
Gráfico Nº 11
Perú: Incidencia de la pobreza total según ámbito geográfico, 2009
(% respecto del total de población de cada ámbito geográfico)
80
65,6
70
60,3
57,4
60 53,4
46,0
50 40,6
40 34,8
31,3 32,5
30 21,4
21,1 19,1
20 14,1
10
0
Total
Rural
Costa rural
Urbano
Costa urbana
Metropolitana
Sierra rural
Selva rural
Sierra
Selva
Sierra urbana
Selva urbana
Costa
Lima
29
Los niveles de reducción de la pobreza observados durante el período se atribuyen en parte
al crecimiento descentralizado y también a la presencia de un conjunto de programas de la
red de protección social creados en el período 2001-2005 y que han tenido continuidad en
los años posteriores, tales como el Seguro Integral de Salud, (SIS), el programa JUNTOS y
los programas de empleo temporal (Construyendo Perú). Este ha sido un conjunto de
programas focalizados.
Combatir la pobreza extrema en el Perú requiere de políticas de corte redistributivo que aún
no han sido ensayadas en el país. Aramburu (2010) señala respecto a la desigualdad y
contradicciones observadas en la reducción de pobreza “La explicación es sencilla: los
pobres extremos no cuentan con los activos para beneficiarse del crecimiento económico”.
A demás de ello, señala “su conectividad es muy débil. El último censo indica que alrededor
de 64,500 centros poblados tienen 11 habitantes en promedio, en su mayoría ubicados en la
sierra”.
Esto muestra la importancia de abordar desde las políticas el tema de la reducción de las
brechas sociales y económicas, entre ellas las brechas de género, así como la redistribución
para una efectiva reducción de la pobreza. Políticas más efectivas para reducir pobreza en el
país deberán así contar con carácter redistributivo tales como la extensión del salario
mínimo, la extensión de la educación primaria y secundaria de calidad en el medio rural, con
especial atención a la educación de niñas rurales, así como a la capacitación para el trabajo y
el emprendimiento.
30
Informe anual – La Mujer en el Mercado Laboral Peruano: 2009 - DISEL
Capítulo 4
Evolución y situación de la mujer peruana en el mercado
laboral al 2009
En este capítulo se aborda el análisis de la evolución y situación de las mujeres trabajadoras
en el mercado laboral peruano al 2009. Se parte por establecer las características
demográficas de la población femenina y de su representación en el ámbito laboral nacional.
Asimismo, se analizan las tendencias observadas en la participación de mujeres y hombres
en el mercado laboral en las últimas cuatro décadas a fin de llegar a una mayor comprensión
de su situación al 2009. Bajo ese propósito, el capítulo aborda el análisis de los factores
determinantes de la participación de las mujeres en el mercado laboral y de su oferta laboral.
Al año 2009, las mujeres constituyen la mitad de la población del Perú. De las cuales, las
dos terceras partes de la población de mujeres viven y se desarrollan en el ámbito urbano y
un tercio (33,6%) lo hace en el ámbito rural (Cuadro N° 3).
Cuadro Nº 3
Perú: Población total por sexo según área de residencia, 2009
Sexo (Absolutos) Sexo (% fila) Sexo (% columna)
Área de
residencia Total Mujer Hombre % total % Mujer % Hombre % total % Mujer % Hombre
Total 29 555 305 15 045 323 14 509 982 100,0 50,9 49,1 100,0 100,0 100,0
Urbano 19 369 726 9 994 882 9 374 843 100,0 51,6 48,4 65,5 66,4 64,6
Rural 10 185 579 5 050 441 5 135 138 100,0 49,6 50,4 34,5 33,6 35,4
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009 (Módulo 200).
Elaboración: Propia.
De otro lado, en el cuadro N°4 se observa que el 73,3% de la población femenina tiene de
14 a más años por lo que se le considera población en edad de trabajar. Asimismo, la
población femenina en este rango de edad es mayor en el ámbito urbano que en el ámbito
rural.
31
Cuadro Nº 4
Perú: Población femenina por ámbito geográfico,
según rango de edad, 2009
(Porcentaje)
Ârea de residencia
Rango de edad Población total
Urbano Rural
Total absoluto 15 045 323 9 994 882 5 050 441
Total relativo 100,0 100,0 100,0
Menos de 14 años 26,7 23,6 32,7
De 14 a 29 años 27,0 28,6 23,8
De 30 a 44 años 19,7 20,9 17,3
De 45 a 54 años 10,8 11,5 9,5
De 55 a 64 años 7,4 7,5 7,1
De 65 y más años 8,5 7,9 9,6
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua
2009. (Módulo 200).
Elaboración: Propia.
Gráfico Nº 12
Perú: Estructura demográfica de la Población en Edad de Trabajar, 2009
(Miles de personas)
90 a más
85-89
80-84
75-79
70-74
65-69
60-64
55-59
50-54
45-49
40-44
35-39
30-34
25-29
20-24
14-19
Mujeres Hombres
32
Se trata de una población en edad de trabajar esencialmente joven, sin embargo, como se
verá, los niveles de desempleo más altos al 2009 se concentran también en esta población.
Por otra parte, en el período 2005-2009 la composición de la PEA se mantuvo, los hombres
constituyen más de la mitad de la PEA y las mujeres el 45,5% en promedio. (Gráfico N°13)
Gráfico Nº 13
Perú: Evolución de la PEA según sexo, 2005 – 2009
(Porcentaje)
100
60
40
-
2005 2006 2007 2008 2009 p/
Hombre Mujer
Gráfico N° 14
Perú: Distribución de la PEA femenina, según ámbito geográfico, 2009
(Porcentaje)
Lima
Metropolitana,
28,5
Resto Urbano,
34,7
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua
2009. (Módulo 200).
Elaboración: Propia.
33
4.3 Evolución de la tasa de participación en los mercados laborales según sexo
Grafico Nº 15
Lima Metropolitana: Evolución de la Tasa de Participación Femenina y Masculina,
1970 - 2008
90,0
85,0
80,0
75,0
70,0
Tasa de participación (%)
65,0
60,0
55,0
50,0
45,0
40,0
35,0
30,0
25,0
20,0
1970 1972 1974 1976 1978 1980 1982 1984 1987 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008
Tendencia Tendencia
Nota: Los coeficientes de expansión de la ENIVE 2009 se ajustaron en base a las Proyecciones de Población de los
Censos Nacionales XI de Población y VI de Vivienda (octubre de 2007).
Fuente: MTPE – Encuesta Nacional de Propósitos Múltiples, 1970. Encuesta Nacional de Hogares Especializada en
Niveles de Empleo, III Trimestre 1971 - 2005. Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo 2006 – 2008.
Elaboración: MTPE – Dirección de Investigación Socio Económico Laboral (DISEL).
Los resultados de las encuestas del uso del tiempo aplicadas en varios países de la región
(Costa Rica, México, Brasil, Cuba) en la última década muestran que las mujeres
latinoamericanas son “pobres de tiempo”, en comparación a sus pares varones. Las
encuestas de uso del tiempo tienen el objetivo de visibilizar el trabajo diario de mujeres y
hombres, cuantificar e incluir en las cuentas nacionales el aporte de las mujeres a través del
34
trabajo doméstico y de cuidados (Esquivel 2009:17). Los informes del PNUD indican que
“en casi todos los países las mujeres trabajan mayor cantidad de horas que los hombres”
(PNUD 1995:98). En promedio las mujeres dedican un tercio de su tiempo a los mercados
(y a la producción de subsistencia) mientras que los hombres dedican dos tercios de su
tiempo a estos mercados. Esto se debe a la desigual distribución del trabajo reproductivo y
de cuidados entre mujeres y hombres en la mayor parte de sociedades. Las mujeres asignan
en promedio “dos tercios de su tiempo al trabajo reproductivo y de cuidados que es
invisible en las estadísticas nacionales” (Esquivel 2009: 17).
A pesar de esa distribución desigual del trabajo entre mujeres y hombres, estas han
intensificado su participación en los mercados laborales. De la mano de una serie de
procesos sociales y económicos que lo propiciaron, en el Perú más mujeres trabajan y
producen hoy para el mercado en comparación a tres décadas atrás.
Las mujeres peruanas se han incorporado con intensidad a los distintos mercados laborales.
Una primera constatación para explicar este hecho es el comportamiento observado en
variables importantes que facilitaron el ingreso de las mujeres a los mercados laborales tales
como el mayor acceso a la educación (Cuadro N° 5), el acceso a métodos modernos de
planificación familiar (Cuadro 6), y que facilitaron la toma de decisiones para las mujeres en
torno a su tiempo y de acuerdo a sus intereses y necesidades.
Cuadro Nº 5
Perú: Evolución de las Tasas Globales de Fecundidad según características
seleccionadas, 1986 – 2009
Características ENDES
seleccionadas 1986 1991-1992 1996 2000 2009
Área de residencia
Urbana 3,1 3,0 2,8 2,2 2,3
Rural 6,3 6,2 5,6 4,3 3,6
Región natural
Lima Metropolitana 2,5 2,5 2,5 2,0 2,1
Resto costa 3,8 3,3 2,9 2,4 2,4
Sierra 5,4 4,9 4,6 3,7 2,9
Selva 6,0 5,1 4,7 3,8 3,5
Nivel de educación
Sin educación 6,6 7,3 6,9 5,1 4,4
Primaria 5,0 5,4 5,0 4,0 3,6
Secundaria 3,1 3,4 3,0 2,4 2,6
Superior 1,9 2,2 2,1 1,8 1,9
Total 4,3 4,0 3,5 2,9 2,6
Fuente: INEI – Informe especial: “Perú: Encuesta Demográfica y de Salud Familiar 2009”.
Elaboración: Propia.
35
Cuadro Nº 6
Perú: Métodos anticonceptivos utilizados por las mujeres, 1977 - 2009
(Porcentaje)
ENAF ENPA ENDES
Método usado
1977 - 1978 1981 1986 1991-1992 1996 2000 2009
Métodos modernos 11 17 23 31 41 50 50
Píldora 4 5 7 6 6 7 8
DIU 1 4 7 13 12 9 4
Inyección 1 2 1 2 8 15 18
Esterilización 3 4 6 7 10 13 10
otros modernos 2 2 2 3 5 6 10
Tradicionales y folclóricos 21 24 23 26 23 19 23
Abstinencia 11 17 18 20 18 14 16
Otros 1/ 10 7 5 6 5 5 7
Uso total 31 41 46 57 64 69 73
Gráfico Nº 16
Perú: Evolución de los años promedio de estudio
según ámbito geográfico y sexo, 2004 - 2009
10,0
8,6 8,9 8,9 9,0
9,0 8,6 8,7
8,0 8,4
8,2 8,3 8,4
8,0 8,1
7,0
4,0
4,0 4,2 4,3 4,3 4,4
4,0
3,0
2004 2005 2006 2007 2008 2009 p/
Fuente: INEI – Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2004 - 2009.
Elaboración: Propia.
Sin embargo, es importante resaltar que este proceso de mayor emancipación de las mujeres
peruanas que facilitó su incorporación a los mercados laborales ha sido desigual entre
peruanas. En ello llevan ventaja las mujeres peruanas en el ámbito urbano en comparación a
sus pares rurales quienes enfrentan todavía fuertes brechas de género en el acceso a
métodos de planificación modernos y en el acceso a la educación (Gráfico 16).
36
4.4 Análisis de los determinantes de la participación laboral de las mujeres
El uso del tiempo -como se discutió previamente- y el tiempo, en tanto recurso, para mujeres
y hombres, constituye un tema medular en el análisis de las desigualdades de género. La
asignación del tiempo de las personas entre labores productivas y reproductivas pasa por
consideraciones de género. Mujeres y hombres no tienen igual disponibilidad de tiempo
porque la división sexual del trabajo entre ellos les atribuye de manera desigual el trabajo
productivo, reproductivo y los cuidados.
Como vimos, en el caso de las mujeres, se habla así de la triple jornada y de pobreza de
tiempo. A diferencia de los hombres, a quienes las sociedades atribuyeron principalmente el
trabajo productivo, las mujeres destinan su tiempo entre el trabajo reproductivo, los
cuidados y el trabajo productivo en distintos ámbitos: el hogar, el mercado y la comunidad,
por lo que el uso de su tiempo está sometido a mayores presiones que en el caso de sus
pares hombres.
Los modelos neoclásicos de determinación del tiempo asignado por los miembros de un
hogar a los mercados, no recogen estas especificidades y consideran decisiones de las
personas entre ocio y trabajo y en función a la utilidad que una determinada asignación del
tiempo proporciona a la persona. No introducen la variable de género y asumen que el jefe
del hogar es altruista y que sus decisiones reflejan las decisiones de todos los miembros de
hogares a quienes además supone iguales en intereses y en necesidades.
Sin embargo, mujeres y hombres tienen intereses y necesidades diferenciadas que se reflejan
en una asignación distinta de su tiempo. Esta asignación por lo general refleja además la
desigual distribución de trabajo reproductivo y de los cuidados entre mujeres y hombres.
De ahí la desigualdad en las posibilidades de uno y otro de participar en los mercados
laborales.
A pesar de tales limitaciones, los modelos neoclásicos sobre decisiones de asignación del
tiempo de las personas son una herramienta que permite aproximarnos a algunas
características básicas de la oferta laboral de las mujeres peruanas.
37
Modelo de estimación
El modelo trabaja así en base a un conjunto de ecuaciones para las remuneraciones y para la
participación en los mercados de trabajo. En el caso de la decisión de participar en los
mercados laborales, se usa un modelo de estimación Probit que tiene por objeto medir la
decisión de participación en los mercados laborales en función de las características
personales y familiares de las personas.
Para la estimación, se asume la teoría neoclásica de la oferta de trabajo. Esta sostiene que las
personas, en este caso las mujeres, definen sus decisiones de participación en el mercado
laboral a partir de la evaluación de un “salario de reserva”. Dado que este salario de reserva
es inobservable, sólo se puede definir una variable binaria, la cual tomará el valor de uno si
la mujer participa en el mercado laboral y 0 si no lo hace.
En el modelo de Becker, se asume también que el consumo de cada individuo será igual al
valor de su producción. Así, en la aplicación al caso de las mujeres peruanas, la producción
del hogar dependerá de las horas que la mujer destine al trabajo19.
38
Cuadro Nº 7
Perú: Estimación probit de la participación laboral de la mujer, 2009
Superior incompleta o más Secundaria Completa o menos
Variables
Coeficientes Efecto Marginal Coeficientes Efecto Marginal
Edad 0.1458*** 0.0492*** 0.0928*** 0.0353***
(15.953) (15,82) (17,53) (17,36)
Edad al cuadrado -0.0019*** -0.0006*** -0.0011*** -0.0004***
(-16.4864) (-16.2785) (-20.5104) (-20.2784)
Total de enfermos crónicos en el hogar 0,0187 0,0063 -0.0540*** -0.0205***
(0,88) (0,88) (-2.9500) (-2.9504)
Años de escolaridad 0.0925*** 0.0312*** -0,003 -0,0012
(8,18) (8,15) (-0.4624) (-0.4624)
Promedio de educación de adultos en el hogar -0,0043 -0,0014 -0.0147** -0.0056**
(-0.4856) (-0.4856) (-2.2418) (-2.2416)
Número de niños menores de 6 años -0.0869*** -0.0293*** -0.0742*** -0.0282***
(-3.1193) (-3.1227) (-3.7132) (-3.7124)
Ratio PET femenina / PET familiar 0.2204* 0.0744* 0,1225 0,0465
(1,76) (1,76) (1,15) (1,15)
Estado civil (1=casado, 0=otro caso) -0.4487*** -0.1517*** -0.1901*** -0.0718***
(-8.8394) (-8.9238) (-4.3889) (-4.4218)
Ingreso no laboral per cápita 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000
(-1.4510) (-1.4502) (-1.1113) (-1.1111)
Ingreso de otros miembros del hogar -0.0001*** -0.0000*** -0.0001*** -0.0001***
(-4.9489) (-4.9287) (-3.4876) (-3.4748)
Asiste a algún centro de enseñanza? (1=Sí, 0=No) -0.5123*** -0.1877*** -0.4783*** -0.1874***
(-8.7415) (-8.3080) (-6.8017) (-6.7704)
Lugar de residencia (1=Urbano, 0=Rural) -0.1619*** -0.0525*** -0.4614*** -0.1721***
(-2.8980) (-3.0115) (-10.7234) (-11.0146)
Constante -2.6208*** -0.4619***
(-13.2003) (-3.3705)
Observaciones 8 227 8 227 11 213 11 213
Una parte de estas variables señala características personales de las mujeres tales como la edad, el
estado civil, el lugar de residencia. El horizonte de participación en los mercados está
marcado por la edad de la mujer, existe así una edad de ingreso a los mercados y otra de
salida para participar en estos.
Así mismo, la decisión de trabajar en los mercados laborales y asignar horas de trabajo para
ellos puede también estar mediada por el estado civil de la mujer. Las mujeres solas e
independientes tendrán mayores razones para trabajar o asignar más horas de trabajo a los
mercados laborales en tanto sobre ellas recae la responsabilidad total de gestionar sus
hogares. La existencia de una pareja, en el caso de las mujeres casadas o de aquellas unidas
en relaciones de convivencia, implica la posibilidad de conformar bolsas de ingresos y de
compartir la gestión del hogar., lo que puede reducir la presión por trabajar en los mercados
laborales.
39
El otro conjunto de variables seleccionadas alude a las características del hogar de las
mujeres. Las variables como el número de hijos menores a 6 años y el número de enfermos
crónicos en el hogar aluden a la influencia que puede tener la carga reproductiva y los
cuidados que asumen las mujeres sobre su decisión de participar en los mercados laborales.
Otras variables seleccionadas aluden más bien a la base de activos o dotación de activos de
la mujer y de su hogar, como las referidas al nivel educativo alcanzado por los miembros del
hogar.
Se considera también el número de miembros femeninos del hogar que trabaja o en edad de
trabajar en el hogar frente al número total de miembros del hogar, para hacer referencia a la
carga familiar que la mujer asume en tanto señala al número de dependientes a su cargo.
Finalmente se considera también los niveles de ingresos de los otros miembros del hogar.
Cuando los otros miembros del hogar procuran ingresos (conformación de una bolsa
familiar) existe menor presión para asignar tiempo o mayor tiempo a los mercados laborales.
Asimismo, cuando el hogar percibe ingresos no laborales o transferencias (remesas de
miembros desde fuera del hogar), esto también puede influir sobre la decisión de las mujeres
de destinar o no su tiempo a los mercados laborales.
Es importante resaltar que estas variables afectarán la participación de las mujeres en los
mercados dependiendo también de las condiciones del contexto social y económico en el
cual las mujeres toman decisiones de participar en los mercados laborales.
Como se señaló, la orientación de las políticas sociales puede influir, como de hecho se ha
visto, en reducir la carga reproductiva (menor número de hijos por hogar), o en mejorar el
nivel educativo de las mujeres y de los miembros del hogar y propiciar o habilitar a las
mujeres para una participación más fluida en los mercados laborales.
Por su parte, las políticas macroeconómicas pueden afectar positiva o negativamente los
niveles de ingreso de los otros miembros del hogar así como los niveles de transferencias
familiares. También pueden influir sobre las políticas sociales y sus alcances sobre las
mujeres y sus hogares en términos de educación, acceso a la salud reproductiva, el recorte
del gasto social en estos temas clave influirán en las decisiones de las mujeres sobre su
participación en los mercados.
Grupos de análisis
Para efectos del análisis y estimación econométrica se ha separado a las mujeres en dos
grupos de acuerdo al nivel educativo que alcanzan. Un grupo es el conformado por las
mujeres que alcanzaron educación superior y un segundo grupo es el de las mujeres con
educación básica.
Resultados
Los resultados del análisis econométrico realizado permiten concluir para el grupo de
mujeres con nivel de educación superior incompleta, que las variables significativas que
influyen en la decisión de las mujeres de participar o no en los mercados laborales a un nivel
40
de confianza del 99% son: la edad de la mujer, sus años de escolaridad, el estado civil, el
número de niños menores de 6 años de edad en el hogar, el estado civil de las mujeres,
asistencia a algún centro de enseñanza y el lugar de residencia. El ratio PET femenina sobre
PET familiar es una variable también significativa pero a un nivel de confianza de 90%.
En el caso de las mujeres con educación básica resultan significativas las mismas variables
sin embargo, en este caso tiene importancia el total de enfermos crónicos en el hogar que no
es significativa para el primer grupo.
Con respecto a los efectos marginales se aprecia, para ambos grupos, que la edad, los años
de escolaridad y el ratio PET femenina sobre PET familiar afectan positivamente20 la
probabilidad de participación en los mercados laborales, mientras que el resto de las
variables significativas afectan dicha probabilidad de manera negativa.
Es importante señalar que se cumple que la participación laboral se incrementa con la edad,
pero declina con los años. En cuanto a la variable educación, es importante resaltar también
que las mujeres con nivel de educación superior tienen más posibilidades de participación en
el mercado de trabajo que las mujeres con educación básica. En tal sentido, las políticas
deben estar dirigidas a incentivar la participación de las mujeres incrementando su acceso a
educación de calidad y a la capacitación laboral.
La estimación del modelo de determinantes de oferta laboral de las mujeres se realiza en dos
etapas ya mencionadas. Esto implica que la muestra inicial presenta un problema de sesgo
de selección dado que en la segunda etapa de estimación solo se observan los datos de
ingresos laborales y de horas trabajadas de aquellas mujeres que deciden trabajar y no se
considera a aquellas que se mantienen supuestamente “inactivas”, lo que en términos
econométricos corresponde a una estimación truncada.
20 Una relación positiva entre variables indica que ambas se comportan en el mismo sentido, es decir cuando
una avanza la otra lo hace también y si una cae la otra cae también. Por ejemplo “a más años de escolaridad de
la mujer, su decisión de participar en los mercados laborales será positiva”. Una relación negativa entre
variables significa que ambas se comportan de manera inversa, cuando una avanza la otra cae, por ejemplo “a
mayor número de hijos menores a los 6 años en el hogar, la mujer decide no participar en los mercados
laborales.
41
Asimismo, debe observarse que estos modelos de estimación de oferta laboral han sido
pensados para mujeres que trabajan por ingresos laborales fijos, por ello solo se considera a
aquellas que trabajen de forma dependiente con remuneración.21
En la realidad, las mujeres trabajan no solo como asalariadas sino que pueden decidir
trabajar para un pequeño negocio unipersonal e independiente o pueden destinar horas de
trabajo a destajo en su domicilio para empresas del sector manufacturero. Sin embargo, en el
modelo se las considera “inactivas”.
Aclaradas las limitaciones del modelo utilizado, en esta segunda etapa de estimación, se
considera que las horas que las mujeres deciden destinar a los mercados laborales dependen
principalmente de la remuneración que estos ofrecen. Además se considera que la
remuneración percibida por las mujeres depende de sus características personales
Donde:
ln(wi ) es el logaritmo del ingreso laboral femenino; ln(hi ) es el logaritmo de la cantidad de
horas, por semana, ofrecidas al mercado laboral; z i es un vector de determinantes de los
ingresos laborales tales como la edad, experiencia y el nivel educativo; xi es un vector de
variables individuales y de la familia que determinan la cantidad de horas que una mujer
ofrece al mercado laboral para cada nivel de ingresos laborales; y α y β son vectores de
parámetros, siendo β 0 el parámetro de la pendiente de la oferta laboral. También vi y u i
son dos términos de perturbación no correlacionados.
La ecuación (1) representa a los determinantes de los ingresos laborales mientras que la
ecuación (2) es la oferta laboral. Se plantean ambas ecuaciones pues las observaciones del
trabajo de las mujeres son el resultado de la interacción de las dos ecuaciones (asumiéndose
que los trabajadores son precio-aceptantes en el mercado laboral)22.
El primer paso consiste en estimar la ecuación (1) por el método de Heckman para corregir
el sesgo de selección mencionado. Los determinantes de la selección son los mismos que
definieron la participación de la mujer en el mercado laboral.
42
Cuadro Nº 8
Perú: Determinantes de los ingresos laborales de las mujeres, 2009
Variables Coeficientes t - estadisticos
Edad 0.0370*** (3,91)
Edad al cuadrado -0.0004*** (-2.97)
Años de escolaridad 0.0850*** (8,81)
Años de experiencia en el trabajo actual 0.0156*** (3,86)
Urbano o rural 0.2664*** (3,66)
Profesionales, técnicos y ocupaciones afines 0.3200*** (3,37)
Gerentes, administradores y funcionarios 0.6048*** (6,76)
Empleados de oficina 0.2545*** (3,18)
Vendedores -0,0403 (-0.45)
Agricultor, ganadero y pescador -0.4081*** (-3.12)
Artesanos y operarios 0,1099 (1,57)
Obreros, jornaleros y ocupaciones no especificadas -0,0863 (-0.35)
Trabajadores de los servicios -0,0408 (-0.59)
Constante 3.4380*** (21,23)
select
Edad -0,0109 (-0.93)
Edad al cuadrado 0,0001 (0,53)
Años de escolaridad -0.0780*** (-11.0)
Total de enfermos crónicos en el hogar -0.0548*** (-2.78)
Promedio de educación de adultos en el hogar 0,0065 (0,68)
Número de niños menores de 6 años -0,0132 (-0.44)
Ratio PET femenina / PET familiar -0,0491 (-0.36)
Estado civil (1=casado, 0=otro caso) -0.2841*** (-4.06)
Ingreso no laboral per cápita 0,000 (0,82)
Ingreso de otros miembros del hogar 0.0001*** (4,89)
Asiste a algún centro de enseñanza? (1=Sí, 0=No) -0.3336*** (-4.08)
Constante 0.9409*** (4,57)
athrho: Constante -0.7488*** (-4.01)
Insigma: Constante -0.1403** (-2.57)
Observaciones 4 780
Nota: No se incluyen a las mujeres que trabajan de manera independiente.
** La variable es significativa con un nivel de confianza de 95%.
*** La variable es significativa con un nivel de confianza de 99%.
Fuente: INEI– Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.
Se observa que las variables relevantes para estimar el ingreso obtenido por las mujeres
dependientes son la edad, los años de escolaridad, los años de experiencia en el trabajo
actual, el lugar de residencia, así como las variables correspondientes a la identificación del
tipo de trabajo que desempeña la persona. Con la excepción de la edad al cuadrado, todas
estas variables tienen coeficientes positivos, es decir, afectan positivamente los ingresos. La
ocupación profesional es un determinante de los sueldos y salarios de las mujeres; los
coeficientes varían de acuerdo a la profesión de las mujeres entre las que se distingue el
siguiente orden (de mayor a menor coeficiente):
43
1. Gerentes, administradores y funcionarios
2. Empleados de oficina
3. Profesionales, técnicos y afines
4. Obreros, jornaleros y otras ocupaciones
5. Vendedores
6. Trabajadores de los servicios
7. Artesanos y operarios
8. Agricultores, ganaderos y pescadores
Todos los coeficientes obtenidos para estas variables resultan positivos, con excepción de
aquellos correspondientes a agricultores, ganaderos y pescadores, obreros y jornaleros que
son negativos. Esto significa que los ingresos promedio de esas actividades son más altos
que los de las mujeres trabajadoras de los servicios.
Así, las variables relacionadas a la edad y el nivel educativo de las trabajadoras influyen
significativamente sobre los niveles de ingreso que alcanzan. De un lado esto se explica
porque a mayor edad de la trabajadora, esta acumula un mayor acervo de conocimientos y
de experiencia. Por otro lado, la educación, referida como años promedio de escolaridad, así
también como la asistencia a centros de capacitación, tiene influencia significativa en los
sueldos y salarios alcanzados por las mujeres en tanto son parte esencial de la formación de
su capital humano. En estos casos, el coeficiente positivo señala que a más educación o
capacitación de la mujer mayor es el nivel de sueldos y salarios que percibe.
44
Cuadro Nº 9
Perú: Estimación de la oferta laboral de la mujer, 2009
Superior Secundaria
Variables t - estadisticos t - estadisticos
incompleta o más Completa o menos
logaritmo natural de las horas
Linear prediction 0,0315 (0,5471) 0.2245*** (4,7005)
Edad -0,0006 (-0.3561) -0.0030* (-1.8141)
Lugar de residencia (1=Urbano, 0=Rural) 0,0606 (1,0313) 0.0769** (2,1797)
Número de miembros en el hogar 0,0021 (0,2334) -0,0052 (-0.7982)
Estado civil (1=casado, 0=otro caso) -0.0870*** (-2.7346) -0.2057*** (-4.4745)
Número de niños menores de 6 años 0,0217 (0,9635) 0,0195 (0,7137)
Total de enfermos crónicos en el hogar -0.0186* (-1.6572) 0,0139 (0,6256)
Ingreso no laboral per capita 0,000 (0,8675) 0,000 (0,9833)
Ingreso de otros miembros del hogar 0.0000*** (2,7252) 0.0000*** (3,7387)
Asiste a algún centro de enseñanza? (1=Sí, 0=No) -0.2802*** (-4.8318) -0.2384** (-2.4895)
Ratio PET femenina / PET familiar 0,0544 (0,6169) -0,0349 (-0.2621)
Constante 3.3701*** (9,0339) 2.4478*** (8,4019)
select
Edad 0,0507 (1,5965) 0,0102 (1,4427)
Edad al cuadrado -0,0004 (-1.1128) -0,0001 (-1.4537)
Años de escolaridad 0.0842** -2,1325 -0.0338*** (-4.1416)
Total de enfermos cronicos en el hogar -0,071 (-1.5075) -0,0474 (-1.5056)
Promedio de educacion de adultos en el hogar -0,0189 (-0.9291) -0.0116** (-1.9830)
Número de niños menores de 6 años -0,1102 (-1.6299) -0,0281 (-0.7926)
Ratio PET femenina / PET familiar 0,5193 (1,5107) 0,1954 (0,9360)
Estado civil (1=casado, 0=otro caso) -0.2225* (-1.8429) 0.1484** -2,0561
Ingreso no laboral per capita 0,000 -0,3667 0,000 (-0.3881)
Ingreso de otros miembros del hogar 0,000 (-0.5429) -0.0001*** (-3.2243)
Asiste a algún centro de enseñanza? (1=Sí, 0=No) -0,0197 (-0.1340) 0,1777 (1,4383)
Constante -0,6862 (-1.0993) 1.1533*** (6,0083)
athrho
Constante 0,0194 (0,4181) -2.9735*** (-14.7916)
lnsigma
Constante -0.7091*** (-16.5976) -0.2042*** (-6.8577)
Observaciones 6 415 5 874
Las variables significativas al 99% para el grupo de trabajadoras con educación superior
incompleta son el estado civil de la mujer, la asistencia A un centro de enseñanza. Para el
grupo con educación básica las variables significativas son el estado civil de la mujer y el
ingreso de los otros miembros del hogar.
Los coeficientes de las variables son negativos para las variables estado civil y asistencia a
centro educativo. La interpretación de este resultado señala que el estado civil de las mujeres
influye negativamente en el número de horas que destina a los mercados laborales, por
ejemplo, si una mujer es casada, las horas que dedica a los mercados laborales sería menor.
Sucede lo mismo con la variable asistencia a un centro educativo, mientras una mujer se
prepara para aumentar la formación de su capital humano, serán menos las horas que puede
dedicar al mercado laboral.
En el caso de la variable ingresos de los otros miembros del hogar, su aporte al análisis no es
relevante pues el coeficiente es casi cero.
45
En general, la importancia que reviste el estado civil de las mujeres sobre la determinación
de su oferta laboral amerita una mayor atención así como la dinámica de los hogares.
Estudios realizados en otros países de la región como en el caso del Uruguay (Espino:
2009)23 muestran que en el largo plazo, han existido cambios importantes en los
determinantes de la oferta laboral femenina. Espino encuentra que antes se consideraba a las
mujeres como “trabajadoras secundarias” que producían “ingresos complementarios” para
el hogar, esto debido a que la oferta de trabajo de las mujeres casadas dependía altamente de
las horas trabajadas y del ingreso de sus conyugues. Sin embargo, al presente se observa que
la oferta laboral de las mujeres casadas en el Uruguay es inelástica a las variaciones en las
horas de trabajo y el ingreso de sus compañeros.
En la medida que las mujeres trabajadoras se hacen más autónomas y más calificadas
laboralmente, están menos dispuestas a sacrificar su rol productivo en los mercados,
generan ingresos no con fines de complementación de los ingresos de otros en el hogar sino
también en función a una racionalidad propia.
Cuadro N° 10
Perú: Población, fuerza de trabajo y tasas por sexo, 2009
(Porcentaje)
Total Sexo
Diversas variables Absoluto
relativo Hombre Mujer
A. Población y fuerza de trabajo
Población en Edad de Trabajar (PET) 21 526 104 100,0 48,6 51,4
Población Económicamente Activa (PEA) 15 950 983 100,0 54,4 45,6
PEA ocupada 15 316 129 100,0 54,4 45,6
PEA desocupada 634 854 100,0 53,0 47,0
Población inactiva 5 575 120 100,0 32,1 67,9
B. Tasas
Tasa de Actividad (PEA/PET) - 74,1 82,9 65,8
Ratio empleo/población (PEA ocupada/PET) - 71,2 79,7 63,1
Tasa de desempleo (PEA desocupada/PEA) - 4,0 3,9 4,1
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.
Las mujeres representan la mayor parte de la población considerada “inactiva” (67,9%), así
por ejemplo, una “ama de casa” no es considerada laboralmente activa. Las estadísticas
oficiales no reconocen la existencia de la economía del cuidado24 y el trabajo que implica
(Rodríguez: 2005). Este trabajo, realizado principalmente por las mujeres, que sostiene el
23 Espino, Alma “El aumento de la oferta laboral de las mujeres casadas en Uruguay”. Desarrollo y Sociedad.
Segundo Semestre del 2009, pp.13-53
24 Definida como todos aquellos elementos que “cuidan y nutren a las personas, se refiere a los bienes y
servicios que permiten a las personas educarse, alimentarse, estar sanas y vivir en un habitat propicio;.abarca
tanto el cuidado material que implica trabajo, el cuidado económico que implica un costo y el cuidado
psicológico que implica un vínculo afectivo” (Rodríguez: 2005).
46
sector productivo de la economía no es visibilizado por las estadísticas oficiales. Sin
embargo, los reportes sobre el desarrollo humano del PNUD si consideran el trabajo en la
economía de los cuidados en sus estadísticas e indicadores de desarrollo humano, la
distribución del tiempo de mujeres y hombres (PNUD: 2006).
Las consideraciones o supuestos utilizados sobre el ama de casa “inactiva” en las estadísticas
laborales dejan también de lado, por ejemplo, la figura de las trabajadoras a domicilio,
aquellas trabajadoras en las que se ha apoyado mucho el crecimiento del mercado interno en
el Perú en la última década, como se ha señalado en capítulos precedentes.
La tasa de actividad laboral en el 2009 fue de 74,1% en el Perú. Los hombres presentan una
mayor tasa de actividad laboral (82,9%) mientras que las mujeres continuaron
incrementando sus tasas de actividad como tendencia (65,8%).
Cuadro N° 11
Perú: Distribución de la PEA por condición de actividad
según sexo y rango de edad, 2009
(Porcentaje)
Condición de actividad
Sexo / rango de edad
Ocupado Desocupado
Total PEA 15 316 129 634 853
Total relativo 100,0 100,0
Hombre 54,4 53,0
De 14 a 29 años 17,9 34,3
De 30 a 45 años 17,9 8,5
De 46 a 55 años 8,8 4,3
De 56 a más años 9,7 5,9
Mujer 45,6 47,0
De 14 a 29 años 14,5 27,0
De 30 a 45 años 15,7 12,8
De 46 a 55 años 8,0 5,0
De 56 a más años 7,4 2,3
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.
De acuerdo al Cuadro N° 11 tanto en el caso de las mujeres como de los hombres que
conforman la PEA al 2009, el mayor nivel de desempleo se ubica entre los y las jóvenes de
14 a 29 años de edad, 34,3% y 27,0% respectivamente.
47
Cuadro N° 12
Perú: Distribución de la PEA por niveles de empleo
según sexo y rango de edad, 2009
(Porcentaje)
Subempleo Empleo
Sexo / rango de edad Total Desempleo
Por horas Por ingresos adecuado
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.
Entre los hombres, el 57% tiene un empleo adecuado, mientras que entre las mujeres el
45% tiene un empleo adecuado. Asimismo, el subempleo en sus dos formas (por ingresos y
por horas de trabajo) si bien afecta tanto a mujeres como a hombres, es más significativo
entre las mujeres que entre los hombres (constituye así otra brecha de género en el mundo
del trabajo.
El subempleo por ingresos es más fuerte entre las mujeres que entre los hombres (38,4%
frente al 32,0% de los hombres). Una diferencia sustancial entre mujeres y hombres se
aprecia también en el subempleo por horas, las mujeres sufren mayor desempleo por horas
que los hombres.
48
Informe anual – La Mujer en el Mercado Laboral Peruano: 2009 - DISEL
Capítulo 5
Características de las mujeres ocupadas en el Perú según
niveles de pobreza: 2005-2009
En este capítulo se presenta y analiza las principales características del perfil de mujeres
ocupadas en el Perú de acuerdo al nivel de pobreza en el que se ubican. Los niveles de
pobreza se consideran tanto a partir de las categorías utilizadas por el INEI: no pobre,
pobre no extremo y pobre extremo, como también por quintiles de ingreso.
En el Cuadro 13, para los años 2005 y 2009 se muestran los niveles de empleo de la
población según las categorías de pobreza del INEI, puede observarse que la representación
de los pobres extremos y pobres no extremos, disminuyó tanto para mujeres como para
hombres en el caso del desempleo, subempleo por horas y el subempleo por ingresos, lo
que indicaría una mejora de acceso al empleo para estos grupos.
Sin embargo, la calidad del empleo para estos grupos se mantiene como uno de los grandes
desafíos en el panorama laboral del país, este aspecto del empleo logrado constituye también
aquel en el que se observan las brechas de género. Las cifras evidencian así mismo que el
acceso al empleo de mayor calidad se ha distribuido desigualmente en el país y
principalmente a favor de los no pobres.
Comparando el empleo adecuado entre los años 2005 y 2009 las mujeres pobres extremas
fueron el grupo que más representación perdió, pasando de ser el 14,5% en el 2005 a ser el
8,8% en el 2009, una pérdida similar se observa para el grupo de mujeres pobres no
extremas quienes pasaron de representar el 23,6% de la PEA femenina adecuadamente
empleada en el 2005 a ser el 16,2% en el 2009. En contraste, el grupo de mujeres que ganó
mayor representación entre la PEA femenina adecuadamente empleada fue el de mujeres no
pobres. Lo mismo se observa en el grupo de hombres no pobres para el mismo período.
49
Cuadro N° 13
Perú: Distribución de la PEA por sexo y niveles de pobreza, según
niveles de empleo, 2005 y 2009
(Porcentaje)
2005 2009
Sexo / Niveles de Total Subempleo Subempleo
pobreza Empleo Empleo
Desempleo Por Por Total Desempleo Por Por
adecuado adecuado
horas ingresos horas ingresos
Mujer
Pobre extremo 16,0 4,4 15,8 19,0 14,5 10,4 3,5 10,7 12,9 8,8
Pobre no extremo 28,3 32,3 30,7 31,8 23,6 20,7 17,1 24,4 25,2 16,2
No pobre 55,7 63,4 53,5 49,2 61,9 68,9 79,5 64,9 62,0 75,0
Total relativo 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Hombre
Pobre extremo 14,8 7,0 16,1 23,4 7,4 9,6 2,6 10,3 16,1 6,3
Pobre no extremo 30,0 32,5 31,0 36,7 23,3 21,6 20,8 23,7 29,3 17,1
No pobre 55,2 60,5 52,9 39,9 69,3 68,8 76,6 66,0 54,6 76,6
Total relativo 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Las diferencias de género en los niveles de empleo se muestran más marcadas entre mujeres
y hombres pobres extremos cuando se hace el análisis de la pobreza por quintiles de ingreso
(Cuadro N° 14). Mientras que entre las mujeres subempleadas por horas las mujeres del
quintil 1 (quintil más pobre) representaban en el 2005 aproximadamente una tercera parte,
entre los subempleados por horas hombres, los del primer quintil representaban menos de
la quinta parte. En ambos casos, hacia el 2009 se incrementa la representación de los
hombres y mujeres trabajadores del primer quintil entre los subempleados por horas.
Cuadro N° 14
Perú: Distribución de la PEA ocupada por sexo y quintil de ingresos, según
niveles de empleo, 2005 y 2009
(Porcentaje)
Hombre Mujer
Total Total
Niveles de empleo
1 quintil 2 3 4 5 relativo 1 quintil 2 3 4 5 relativo
2005 10,4 14,5 19,3 24,4 31,4 100,0 29,4 18,6 17,6 17,2 17,3 100,0
Subempleo por horas 18,5 29,0 27,1 14,1 11,4 100,0 27,2 36,9 23,2 6,9 5,8 100,0
Subempleo por ingresos 12,5 21,2 33,7 32,7 0,0 100,0 30,6 17,5 24,9 26,9 0,0 100,0
Empleo adecuado 7,1 6,2 4,8 18,2 63,6 100,0 28,7 14,5 8,3 10,0 38,5 100,0
2009 p/ 9,4 15,5 20,1 26,2 28,7 100,0 27,9 22,9 18,1 16,3 14,8 100,0
Subempleo por horas 19,9 30,6 23,1 12,9 13,5 100,0 30,3 42,4 16,0 5,9 5,4 100,0
Subempleo por ingresos 13,7 27,9 43,3 15,1 0,0 100,0 31,4 24,8 32,1 11,8 0,0 100,0
Empleo adecuado 5,8 6,8 6,8 34,0 46,7 100,0 24,3 15,9 6,8 23,0 30,1 100,0
Asimismo, el subempleo por ingresos en el 2009 mostraba una fuerte diferencia de género,
entre hombres y mujeres. Así, los hombres del quintil 1 representaron el 13,7%, mientras
que las mujeres del quintil 1 (el más pobre) representaron casi la tercera parte de las mujeres
subempleadas por ingresos (31,4%).
50
5.3 Categorías ocupacionales por niveles de pobreza y sexo
El Cuadro N°15 muestra que los pobres extremos tienen mayor representación entre los
TFNR, y son las mujeres pobres extremas las que tienen mayor participación en esta
categoría laboral. En el período 2005-2009 los TFNR disminuyeron entre los pobres
extremos pasando de ser el 28,4% para los hombres en el 2005 al 18,9% en el 2009. En el
caso de las mujeres pasó del 36,2% en el 2005 al 25,6% en el 2009.
Cuadro N° 15
Perú: Distribución de la PEA ocupada por sexo y niveles de pobreza según
categoría ocupacional, 2005 y 2009
(Porcentaje)
Hombre Mujer
Total Total
Categoría ocupacional Pobre Pobre no Pobre Pobre no
No pobre relativo No pobre relativo
extremo extremo extremo extremo
2005 15,2 29,8 55,0 100,0 16,7 28,1 55,2 100,0
Asalariado privado 8,2 30,4 61,4 100,0 6,9 26,1 67,0 100,0
Independiente 22,5 32,4 45,1 100,0 12,5 30,9 56,6 100,0
Asalariado público 4,6 14,9 80,5 100,0 3,0 10,8 86,2 100,0
T.F.N.R 1/ 28,4 34,5 37,1 100,0 36,2 33,1 30,6 100,0
Resto 2/ 7,1 23,4 69,5 100,0 5,1 20,6 74,2 100,0
Como muestra el Cuadro N°16, entre la PEA ocupada del Perú, la población sin ningún
nivel educativo era alta al 2005, y era más pronunciada entre la PEA femenina que entre la
masculina.
51
Cuadro Nº 16
Perú: Distribución de la PEA ocupada por sexo según
nivel educativo, 2005 y 2009
(Porcentaje)
2005 2009
Nivel educativo 1/
Total Hombre Mujer Total Hombre Mujer
PEA ocupada 13 258 900 7 392 802 5 866 098 15 316 129 8 337 930 6 978 199
Total relativo 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Sin nivel 7,6 3,2 13,1 6,7 2,7 11,5
Primaria 31,4 30,5 32,6 28,7 27,7 30,0
Secundaria 39,6 44,7 33,1 38,9 43,8 33,1
Superior no universitario 10,9 10,6 11,4 12,6 12,4 12,8
Superior universitario 10,5 11,0 9,8 13,1 13,5 12,6
Al año 2005 entre la PEA femenina ocupada, las mujeres pobres extremas representaban
más de la tercera parte de las trabajadoras sin nivel educativo (38,4%). En el año 2009 las
pobres extremas redujeron su participación entre las trabajadoras sin nivel educativo
ocupadas (27,5%).
Cuadro N° 17
Perú: Distribución de la PEA ocupada por sexo y niveles de pobreza,
según nivel educativo, 2005 y 2009
(Porcentaje)
Hombre Mujer
Total Total
Nivel educativo 1/ Pobre Pobre no Pobre Pobre no
No pobre relativo No pobre relativo
extremo extremo extremo extremo
2005 15,2 29,8 55,0 100,0 16,7 28,1 55,2 100,0
Sin nivel 33,9 39,8 26,2 100,0 38,4 36,1 25,5 100,0
Primaria 28,6 36,4 35,0 100,0 26,9 34,5 38,6 100,0
Secundaria 11,2 32,7 56,2 100,0 8,2 29,3 62,5 100,0
Superior 1,8 13,2 85,1 100,0 0,8 11,5 87,6 100,0
52
5.5 Horas destinadas por las mujeres a los mercados laborales por niveles de
pobreza
Los hombres en relación a las mujeres, en todos los niveles de pobreza, pueden dedicar más
tiempo al trabajo para los mercados. Estas diferencias fluctúan entre 6 y 9 horas (Cuadro
18).
Cuadro N° 18
Perú: Promedio de horas de trabajo de los ocupados por sexo según niveles de
pobreza, 2005 y 2009
2005 2009
Sexo Pobre Pobre no Pobre Pobre no
No pobre No pobre
extremo extremo extremo extremo
Total 39,8 44,9 48,6 38,7 42,9 47,1
Hombre 43,6 48,7 51,6 42,1 46,9 50,0
Mujer 35,3 39,8 44,8 35,0 38,0 43,7
53
Informe anual – La Mujer en el Mercado Laboral Peruano: 2009 - DISEL
Capítulo 6
Calidad del empleo de las mujeres: precariedad versus
trabajo decente
En los capítulos precedentes se ha analizado la condición de acceso a oportunidades de empleo
desde una perspectiva de género a través del análisis de la evolución de la participación en
los mercados laborales y de los niveles de empleo logrados en la economía peruana entre el
2005-2009. Este capítulo analiza la calidad del empleo desde una perspectiva de género y
en función de tres dimensiones del trabajo decente, a) el ejercicio pleno de derechos
laborales; b) la libertad de sindicalización y, d) el acceso a la previsión social.
El proceso de ajuste estructural por el que la economía peruana a travesó entre 1990 -1995
se caracterizó por la liberalización de los mercados laborales que se expresó en la
“flexibilización laboral” 25 y significó para muchos sectores de trabajadores y trabajadoras el
deterioro de sus condiciones laborales.
Sin embargo, todo ello no significó que esta mano de obra estuviera adecuadamente
contemplada en términos de derechos y beneficios laborales. El mayor dinamismo de estos
sectores ha significado una oportunidad de empleo para las mujeres, sin duda, pero también
su sometimiento a condiciones laborales precarias en las que sus derechos laborales y
sociales suelen ser pasados por alto como forma de “abaratar” costos para las empresas.
Los derechos laborales de las mujeres y aquellos beneficios sociales especiales de los que
deben gozar por su condición (permiso por embarazo, lactancia, entre otros) suelen ser
objeto de las políticas empresariales de “reducción de costos laborales”, lo que genera, ante
las opciones de empleo, una situación de segregación de la mujer casada y potencial madre
frente a sus pares solteras y sin hijos y/o los varones solteros o casados26. Por otra parte,
como se verá, a pesar que la ley las ampara, una vez empleadas, las mujeres embarazadas
constituyen un grupo laboral altamente vulnerable a los despidos arbitrarios. En el Perú no
se cuenta con información sobre la magnitud y la evolución de este problema.
25 La flexibilidad laboral se operó a través de la Nueva legislación laboral para promover inversiones en el país.
Consistió básicamente de: a) contratación libre; b) sin restricciones para el despido de los / las trabajadoras; c)
facilitación de la negociación individual del salario y de los contratos laborales (Pinzas: 1996, p 19.)
26 Puesto que es otra mujer la que lleva la carga de estos hogares y no el trabajador hombre.
54
6.1 Categorías ocupacionales
En el Perú al 2009 un 15% de la PEA trabaja en el circuito productivo sin ser remunerados,
se trata de trabajadores familiares no remunerados (TFNR). El trabajo familiar no
remunerado (TFNR) se presenta de manera transversal en la mayoría de sectores
económicos y las mujeres tienen mayor presencia en esta categoría de trabajo. El TFNR
ocurre principalmente en MYPES y en la agricultura de subsistencia.
De acuerdo al Cuadro 19, en el año 2005 el 28,4% de las mujeres trabajadoras ocupadas en
el Perú no era remunerada por el trabajo productivo que realizaba, mientras que entre los
trabajadores hombres se trataba solo del 9,7%, lo que constituye una de las brechas de
género más fuertes en el mundo laboral.
Cuadro N° 19
Perú: PEA ocupada por sexo según categoría ocupacional, 2005 y 2009
(Porcentaje)
2005 Diferencia 2009 Diferencia
Categoría ocupacional
Hombre Mujer Total (H - M) Hombre Mujer Total (H - M)
PEA ocupada 7 392 802 5 866 098 13 258 900 8 337 930 6 978 199 15 316 129
Ingresos promedio
Cuando se trata de brechas entre hombre y mujeres, es de importancia estudiar los ingresos
laborales como otro de los aspectos relevantes que diferencian significativamente a los
hombres y mujeres, en todos los sectores económicos y en la estructura de mercado. La
brecha es marcada en los sectores que requieren una mayor calificación como es en las
empresas de 50 a más trabajadores del sector privado, llegando a ser esta diferencia un poco
menos de los 500 nuevos soles para el año 2009 y de más de 300 nuevos soles en el caso de
los profesionales para el mismo año (Cuadro N° 20).
55
Cuadro Nº 20
Perú: Ingreso laboral promedio por sexo, según estructura de mercado, 2005 y 2009
(Nuevos soles)
2005 2009
Estructura de mercado
Total Hombre Mujer Total Hombre Mujer
Nota: Para el cálculo de los ingresos se excluye a los trabajadores familiares no remunerados.
1/ Incluye a los empleadores.
2/ Incluye a los trabajadores del hogar, practicantes y otros.
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2005 y 2009.
Elaboración: Propia.
En el siguiente gráfico se muestra cómo evolucionan los ingresos por sexo en el período
2005-2009. Se puede observar que el promedio de ingresos laborales por trabajo se ha
incrementado, sin embargo las brechas de género han crecido sostenidamente
contrariamente a lo que establece la normatividad y el marco de políticas que acoge el
principio de igualdad de oportunidades. Así, de una brecha de 208 nuevos soles en el año
2005, pasó a 352 nuevos soles en el 2009.
Gráfico Nº 17
Perú: Evolución del ingreso laboral promedio, 2005 - 2009
(Nuevos soles)
1 600
Brecha: 352
1 400
Brecha: 352
Brecha: 262
Brecha: 254
1 200
Brecha: 208
1 055
995
1 000
886
804
800 747
703
624 643
600 539 551
400
200
0
2005 2006 2007 2008 2009
Hombre Mujer
56
Según la estructura de mercado y el ámbito geográfico, los ingresos que las mujeres perciben
en el ámbito rural son menos de la mitad de lo que se percibe en el ámbito urbano. Se
constata así que las mujeres rurales constituyen el grupo de trabajadoras en quienes se ven
reflejadas las mayores desigualdades de género en el mundo laboral.
Cuadro Nº 21
Perú: Ingreso laboral femenino por ámbito geográfico según
estructura de mercado, 2005 y 2009
(Nuevos soles)
2005 2009
Estructura de mercado Total Ingreso laboral (S/.) Total Ingreso laboral (S/.)
Urbano Rural Urbano Rural
Total 539 638 209 703 833 311
Sector público 1 013 1 067 624 1 450 1 535 865
Sector privado 1/
Menos de 10 trabajadores 544 648 195 658 765 330
De 10 a 49 trabajadores 546 591 256 991 1 092 368
De 50 a más trabajadores 1 321 1 367 499 1 626 1 677 668
Independiente
Profesional 669 699 146 942 977 238
No Profesional 351 440 170 383 455 253
Resto 2/ 386 409 221 504 540 289
Nota: Para el cálculo de los ingresos se excluye a los trabajadores familiares no remunerados.
1/. Incluye a los empleadores.
2/ Incluye a los trabajadores del hogar, practicantes y otros.
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2005 y 2009.
Elaboración: Propia.
La capacitación laboral constituye uno de los derechos laborales contemplados para los/las
trabajadores así como la base de la competitividad de una empresa o unidad productiva. La Ley
de Igualdad de Oportunidades entre mujeres y hombres (LIO) y el Plan de igualdad de
oportunidades (PIO) se pronuncian especialmente sobre este aspecto laboral27.
57
Cuadro Nº 22
Lima Metropolitana: PEA ocupada que llevó un curso de capacitación que la
prepara para un trabajo u oficio, 2005 y 2009
(Porcentaje)
2005 2009
Capacitación formal
Total Hombre Mujer Total Hombre Mujer
PEA ocupada 3 400 312 1 965 938 1 434 374 4 390 859 2 515 607 1 875 252
Total relativo 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Si 33,0 31,0 35,8 43,6 42,5 45,0
No 67,0 69,1 64,2 56,4 57,5 55,0
Nota: Los coeficientes de expansión de la ENIVE 2009 se ajustaron en base a las proyecciones de población del Censo
Nacional de Población y Vivienda 2007.
Fuente: MTPE. Encuesta Nacional de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, continua 2005 y 2009.
Elaboración: Propia.
Otro aspecto que resalta es que los incrementos producidos en la capacitación laboral en el
período 2005-2009 son significativos tanto para mujeres trabajadoras como para hombres e
incluso son ligeramente mayores en las mujeres. Las mujeres estarían invirtiendo más en la
formación de su capital humano conscientes tal vez de que ello ha sido parte de las
desigualdades de género que enfrentan en el mercado laboral por su menor capacitación
técnica.
Por otra parte, otra forma de capacitación laboral es el aprendizaje de oficios en la práctica,
en el desempeño de un puesto de trabajo. Aquí si se observan brechas de género porque,
como se vio, son los hombres quienes tienen las mayores oportunidades y la mayor
presencia entre la PEA que accede a trabajos formales. Esta diferencia tiene relación directa
con el nivel del acceso al empleo que está diferenciado entre mujeres y hombres y en donde
las mujeres corren con desventaja.
Cuadro Nº 23
Lima Metropolitana: PEA ocupada que aprendió un oficio a través de la experiencia
en alguna empresa o taller, 2005 y 2009
(Porcentaje)
Capacitación no 2005 2009
formal Total Hombre Mujer Total Hombre Mujer
PEA ocupada 3 400 312 1 965 938 1 434 374 4 390 859 2 515 607 1 875 252
Total relativo 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Si 27,3 32,2 20,6 31,1 36,0 24,6
No 72,7 67,8 79,4 68,9 64,0 75,4
Notas:
Se excluye a los trabajadores que llevaron cursos o programas de capacitación formal.
Los coeficientes de expansión de la ENIVE 2009 se ajustaron en base a las proyecciones de población del Censo Nacional
de Población y Vivienda 2007.
Fuente: MTPE. Encuesta Nacional de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, continua 2005 y 2009.
Elaboración: Propia.
58
De acuerdo al Cuadro 23 entre los años 2005 y 2009 en Lima Metropolitana creció el
porcentaje de trabajadores que aprendió un oficio a partir del desempeño de un puesto de
trabajo, estos representan aproximadamente una tercera parte de la PEA ocupada. Las cifras
indican así mismo que los hombres aprenden un oficio en la práctica en más casos que las
mujeres. Mientras al 2009 el 36% de los trabajadores hombres aprendió un oficio en la
práctica, en las mujeres se trata de sólo el 24%.
La rotación entre puestos de trabajo es más alta para las mujeres que para los hombres lo
que encubre desigualdades de género. Las mujeres trabajadoras en el Perú tienden a
permanecer en promedio menos tiempo (2,8 años) que los hombres (3,9 años) en un
puesto de trabajo (Gráfico N°18). Este es también un indicador de la mayor precariedad
laboral a la que están expuestas las mujeres en comparación de sus pares hombres. Más aún
si “se considera que la mayoría de salidas de un puesto de trabajo son involuntarias en
nuestro país”28.
Gráfico Nº 18
Perú Urbano: Duración media del empleo asalariado privado
según sexo, 2006 y 2009
(Años promedio)
6,0 4,7
3,9
3,4
4,0 2,8
2,0
0,0
2006 2009
Hombre Mujer
Fuente: INEI – Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, 2006 y 2009.
Elaboración: Propia.
59
Gráfico N° 19
Perú: Evolución de los ocupados con afiliación al sistema de pensiones según sexo,
2005 - 2009
5 0 ,0
4 0 ,0 3 3,2
3 0 ,0 30 ,7
2 6,5
3 0 ,0 2 3 ,7
1 8, 6
1 7, 0 1 7,2
2 0 ,0
1 4, 2
12 ,4
1 0 ,0
0 ,0
2 00 5 2 00 6 20 0 7 2 0 08 2 009 p/
H om br e M ujer
p/ Cifras preliminares
Nota: Las bases de datos INEI, 2005 – 2008, fueron actualizadas al 27 de mayo del 2009.
Fuente: INEI. Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2005 - 2009.
Elaboración: Propia.
Cuadro N° 24
Perú: PEA ocupada por sexo según condición de afiliación al sistema de pensiones y
seguro de salud, 2009
(Porcentaje)
Condición de afiliación Total Hombre Mujer
Sistema de pensiones 1/
Si está afiliado 26,5 33,2 18,6
No está afiliado 73,5 66,8 81,4
Seguro de salud 2/
Si está afiliado 54,7 51,3 58,6
No está afiliado 45,3 48,7 41,4
1/ Considera a los trabajadores afiliados al sistema privado de pensiones (AFP), Sistema Nacional de Pensiones: Ley 1990
y Ley 20530 (Cédula viva) y otros.
2/ Incluye a los trabajadores afiliados a ESSALUD, Seguro privado de salud, Entidad prestadora de salud, Seguro de
FFAA/Policiales, Seguro integral de salud, seguro universitario, seguro escolar privado y otros.
Fuente: INEI. Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.
60
6.6 Formas de contrato en el sector público y privado por sexo
Si bien el crecimiento económico de los últimos ocho años mejoró los niveles de empleo en
el país, ello no ha significado necesariamente la mejora de las condiciones laborales de
quienes se encuentran empleados(as).
El Cuadro N°25 muestra que en el año 2005 en el sector público la mitad de los
trabajadores mujeres y hombres contaban con contratos de trabajo indefinido, eran
nombrados o permanentes, mientras que en el sector privado sólo el 10% de los hombres y
el 8% de las trabajadoras mujeres contaba con este tipo de contratos. Hacia el 2009 los
contratos por tiempo indefinido caen para los hombres pero se incrementa ligeramente para
las mujeres en el sector público.
Asimismo, en el sector privado más de las dos terceras partes de la población trabajadora,
tanto mujeres como hombres, trabaja sin el amparo de un contrato lo que implica que no
goza de ningún beneficio ni derecho laboral. Esto es lo que se conoce como precariedad
del trabajo en contraposición a las dimensiones del trabajo decente. Las cifras muestran que el
trabajo precario es generalizado en el Perú.
Esta situación sugiere que el empleo formal en el Perú no implica todavía en todos los casos
la consideración y el ejercicio pleno de los derechos laborales. Se puede estar empleado en
los sectores formales de la economía peruana pero bajo régimen de “locación de servicios”
que no implica la vigencia de derechos laborales.
Cuadro N° 25
Perú: Distribución de la PEA ocupada por sector y sexo según
el tipo de contrato, 2005 y 2009
(Porcentaje)
2005 2009
Tipo de contrato Sector público Sector privado Sector público Sector privado
Hombre Mujer Hombre Mujer Hombre Mujer Hombre Mujer
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Con contrato
Indefinido, nombrado,
permanente 52,0 51,1 10,2 7,9 44,3 53,6 11,1 11,5
A plazo fijo 27,6 30,2 20,5 22,1 37,9 31,5 25,3 25,1
Locacion de servicios
(Honorarios profesionales,
RUC) 9,6 7,9 3,3 4,8 16,9 13,4 3,4 4,7
Sin contrato 10,8 10,8 66,0 65,2 1,0 1,5 60,2 58,6
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2005 y 2009.
Elaboración: Propia.
61
6.7 Tipos de denuncias de violación de derechos laborales de las mujeres
Durante el período 2005-2009, la violación de los derechos laborales de las mujeres en los
diferentes sectores económicos ha permanecido a pesar del periodo de expansión
económica y el incremento del empleo registrado en estos sectores.
La labor de inspección de trabajo del MTPE produce información desagregada por sexo
sobre los problemas que presentan los / las trabajadores de las empresas que fueron
inspeccionadas durante el periodo enero a agosto del 201029. El Cuadro N° 26 permite
apreciar que la mayoría de mujeres (55,6%) han sido afectadas en la vigilancia de sus
derechos laborales ante el impedimento de parte de los empleadores en la labor de
inspección.
Cuadro N° 26
Perú: Mujeres afectadas1/ según materia de Inspección Laboral
(01 enero – 17 agosto 2010)
Cantidad de
Materia Relativo
mujeres
Obstrucción de labor inspectora 12 367 55,6
Remuneraciones 1 465 6,6
Contratos de trabajo 1 459 6,6
Relaciones Colectivas 1 341 6,0
Compensación tiempo de servicios 1 275 5,7
Planillas 1 174 5,3
Jornada, descansos y tiempo de trabajo 885 4,0
Seguridad Social 471 2,1
Registro de Control de Asistencia 452 2,0
Otros 1 366 6,1
Total 22 255 100,0
1/ Se refiere al total de trabajadoras mujeres de las empresas que fueron inspeccionadas. Es bueno indicar que este
total puede ser menor, dado que una trabajadora mujer puede haber sido afectada por más de una materia a la vez.
Fuente: Sistema Informatizado de Inspecciones de Trabajo (SIIT). Información del 01 de enero al 17 de agosto 2010.
Elaboración: Dirección General de Inspección del Trabajo (DNIT), MTPE.
El 20% de las mujeres trabajadoras se han visto afectadas en torno a faltas en sus
remuneraciones, sus contratos de trabajo y a la falta de respeto a su derecho a las relaciones
colectivas (sindicalización). Asimismo, el 15% de las mujeres trabajadoras enfrentaron faltas
a sus derechos a la compensación por tiempo de servicios, no figurar en planillas y el no
cumplimiento de los horarios de trabajo y de descansos.
29 La Dirección General de Inspección del Trabajo del MTPE cuenta con un sistema de registro de
inspecciones laborales. La ficha de registro es bastante completa y permite el registro de las denuncias e
inspecciones laborales según sexo. La mejora de este instrumento fue un aporte de la OIT.
62
Para dar cuenta de cómo se observan o no estos derechos de los / las trabajadores en la
realidad laboral del Perú se presentan a continuación algunos casos ilustrativos recogidos de
la prensa especializada y de versiones directas de los/ las afectadas.
Las denuncias son pocas en número pero existen y son significativas en tanto permiten
conocer cómo funciona la violación de derechos laborales de las mujeres en este sector
(Véase Cuadro 27). Las pocas denuncias responden al hecho que las mujeres tienen temor
de denunciar dado que los empleadores les “sugieren” no hacerlo ya que eso las
“descalificaría para próximas opciones de empleo” (Asociación Aurora Vivar: 2007b,
CEPES: 2009).
En otros casos, no se denuncia porque las mujeres desconocen sus derechos laborales, no
cuentan con asesoría adecuada y su derecho a la sindicalización es también materia de
violación. La fuerte represión y el despido a los organizadores(as) de los sindicatos ha sido
una práctica en este sector de producción (Asociación Aurora Vivar: 2007b, CEPES: 2009).
La trabajadora embarazada tiene derecho a: descanso pre- natal y post- natal, permiso de
lactancia materna, tiene derecho a ser protegida en el trabajo de toda circunstancia que
ponga en riesgo su embarazo, todo lo cual no puede ser considerado como “baja
productividad” (ibid).
Las publicaciones agrarias sobre el sector de agro exportación señalan que a pesar de su
proclamada modernidad, muchas empresas del sector tienen prácticas laborales alejadas de
lo que establece la legislación. Por ejemplo, se señala que es frecuente el despido por
maternidad en este sector productivo “habría discriminación contra las trabajadoras
embarazadas a quienes no se les renovaría el contrato” (CEPES: 2009).
Además de ello, pocas o casi ninguna empresa cumple con contar con guarderías para los
hijos e hijas de sus trabajadoras, en coherencia con sus derechos a la maternidad.
Asimismo, en el 2009 se aprobó la Ley 29409 que protege los derechos de paternidad ante el
embarazo. Se ha concedido 4 días de permiso a los padres cuyas esposas han dado a luz. Las
empresas están obligadas a reconocer ese permiso a sus trabajadores hombres ante la llegada
de un nuevo miembro del hogar.
63
Cuadro N° 27:
Perú: Naturaleza y tipo de violaciones de derechos laborales de las mujeres en el
sector agroexportador, 2007
Tipo de
Sexo del
violación Tipo de Empresa y
trabajador y Circunstancia
derechos denuncia lugar
edad
laborales
Ha denunciado y
Violación del Embarazada, sigue proceso en
Mujer 26 años de Corporación
derecho a la tiene dos hijos, el Poder Judicial
edad, casada APEISA- Ica
maternidad despedida de Ica por
despido nulo
Sigue proceso en
Violación del Primer
Mujer, 21 años, el Poder Judicial Corporación
derecho a la embarazo,
casada de Ica por APEISA- Ica
maternidad despedida
despido nulo
Siguió proceso en
Despedida luego el Juzgado Mixto
Violación al que sale la de Virú por Empresa
Mujer, organizó
derecho de resolución de despido nulo, Agrícola Virú- La
sindicato
sindicalización conformación del que ha ganado y Libertad
Sindicato hoy litiga por su
reposición
Denunció a
Inspectoría
Acoso sexual Acosada por el Laboral del
Mujer La Libertad
capataz de planta MTPE, Empresa
no ha sancionado
a acosador
Fuente: En base a “Panorama Laboral de la Agroexportación” Asociación Aurora Vivar. Agosto 2007. Memoria del
Taller “Presupuesto Nacional Sensible al Género” UNIFEM- Grupo Género y Economía, Setiembre 2010.
Elaboración: Propia.
El asedio sexual hacia las trabajadoras mujeres en las empresas agroexportadoras es también
señalado por las publicaciones agrarias especializadas en relación a la observación de los
derechos laborales de los trabajadores en el sector “moderno” de la agricultura peruana. Las
mujeres trabajadoras en ése sector se encuentran en estado de indefensión en materia de
acoso y violencia sexual a pesar de la ley y de la normatividad vigente.
CEPES (2009) señala al respecto “en las plantas procesadoras la mayor parte de trabajadores
son mujeres y la mayor parte de supervisores o controladores son hombres. El poder de
estos sería muy grande pues varias empresas no tomarían medidas para sancionar el acoso
sexual a las trabajadoras y si estas los denuncian, el resultado sería el hostigamiento y,
posterior retiro de la empresa”. Las trabajadoras por tanto no denuncian estos casos porque
consideran que no serán escuchadas y mucho menos que serán sancionados los eventuales
hostigadores.
El siguiente caso ilustra sobre esta forma de violación de derechos de las mujeres
trabajadoras y sobre la impunidad en la que permanecen estas prácticas. Este caso llama
también la atención sobre la necesidad de contar con un servicio de inspecciones de trabajo
especializado en derechos laborales y género.
64
Acoso sexual en empresas del sector agroexportador
Testimonio tomado de “Memoria del Taller sobre Presupuesto sensible al género”. UNIFEM- Grupo
Género y Economía” Setiembre 2010, p.37
Otro derecho afectado a partir del ajuste estructural de 1990 fue el derecho a la
sindicalización y se asistió a la desintegración de la mayoría de los sindicatos. Como
consecuencia del crecimiento experimentado en el sector industrial, agroindustrial y agro
exportador del país, y a la par de la precariedad del empleo, un aspecto laboral que resalta
en el presente contexto es el resurgimiento de la sindicalización y en especial la
sindicalización de las mujeres.
Las trabajadoras peruanas al ingresar con mayor dinamismo a los mercados laborales y en
estos sectores de crecimiento sostenido, han vuelto a participar en sindicatos pero se
desconoce cuántas de ellas pertenecen a los nuevos sindicatos y cuáles son sus principales
plataformas de reclamo laboral.
Por otra parte, el crecimiento ha implicado también mayores utilidades para estas empresas.
Esto ha debido traducirse en la distribución, por ley, de las utilidades hacia los y las
trabajadoras. ¿En qué medida se cumplen hoy estos derechos laborales en el Perú? y ¿cuál es
30 “Los convenios colectivos en el Perú: ¿Cómo están negociando las empresas y sindicatos?”. La Gaceta
Jurídica, 2009
65
la situación específica de las mujeres trabajadoras en estos aspectos? No existe información
que de cuenta del cumplimiento de este derecho laboral al 2009.
Gráfico N° 20
Lima Metropolitana: Evolución de la tasa de afiliación sindical de los asalariados
según sexo, 2005 – 2009
(Porcentaje)
10,0
8,0
8,0
6,4
5,9
6,0 5,1 4,9
4,3 4,2
3,6 3,7
4,0
2,0
0,0
20 05 200 6 2007 20 08 200 9
Hombre M ujer
Notas:
Los coeficientes de expansión de la ENIVE 2009 se ajustaron en base a las proyecciones de población del Censo
Nacional de Población y Vivienda 2007.
Se considera a los empleados y obreros del sector público y privado.
Fuente: MTPE – Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2005 – 2009.
Elaboración: Propia.
66
Informe anual – La Mujer en el Mercado Laboral Peruano: 2009 - DISEL
Capítulo 7
Análisis de las brechas de género en el mercado laboral
Uno de los aspectos de desigualdad en el mundo laboral a los que más se hace referencia en
la normatividad establecida en la última década en el país es el de las diferencias de ingresos
por razones de género y/o étnico culturales o sectoriales. El Acuerdo Nacional marca el
compromiso del estado peruano por “mejorar la calidad del empleo, con ingresos y
condiciones adecuadas y acceso a la seguridad social…”.Se señala que con ese objetivo el
estado fomentará la eliminación de las brechas entre quienes tienen mayores ingresos en
relación a aquellos que tienen menos” (Acuerdo Nacional: 2002).
La segregación laboral por género existente en el país se muestra en el Cuadro N° 28, hay
así ocupaciones principalmente ejercidas por determinado sexo. Existen ocupaciones en las
que la participación de hombres sobrepasa el 90% y que al compararlas respecto al año
2005, no se observan variaciones.
Cuadro Nº 28
Perú: PEA ocupada por sexo, según grupo ocupacional, 2005 y 2009
(Porcentaje)
2005 2009
Grupo ocupacional
Total Hombre Mujer Total Hombre Mujer
Total 100,0 55,8 44,2 100,0 54,4 45,6
Profesionales, técnicos y ocupaciones afines 1/ 100,0 57,7 42,3 100,0 55,8 44,2
Empleados de oficina 100,0 50,8 49,2 100,0 48,8 51,2
Vendedores 100,0 32,8 67,2 100,0 30,2 69,8
Agricultor, ganadero, pescador, minero y cantero 100,0 60,3 39,7 100,0 58,8 41,2
Artesanos y operarios 100,0 68,6 31,4 100,0 67,2 32,8
Obreros, jornaleros y otras ocupaciones 2/ 100,0 97,6 2,4 100,0 95,7 4,3
Conductores 2/ 100,0 99,0 1,0 100,0 99,2 0,8
Trabajadores de los servicios 100,0 51,5 48,5 100,0 46,0 54,0
Trabajadores del hogar 100,0 4,6 95,4 100,0 3,3 96,7
Por otra parte, en el Gráfico N°21, se observa que los hombres tienen un mayor ingreso por
hora en comparación a las mujeres en todos los grupos ocupacionales. Las mayores
diferencias se observan en los grupos de artesanos y operarios, trabajadores del hogar,
conductores, y el grupo ocupacional gerentes, administradores, funcionarios, profesionales,
técnicos, y ocupaciones afines.
67
Las ocupaciones que muestran los menores diferenciales de ingresos por hora y por género
son las de baja calificación o menor nivel de preparación, como son los grupos de obreros y
jornaleros, agricultores, ganaderos y pescadores.
Gráfico Nº 21
Perú: Ingreso laboral por hora según sexo y grupo ocupacional, 2009
(Nuevos soles)
Vendedores 6,6
4,0
Conductores 4,9
3,0
0 5 10 15
Hombre Mujer
Nota: Para el cálculo de los ingresos se excluye a los trabajadores familiares no remunerados.
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.
Se plantea las siguientes ecuaciones, utilizando la ecuación del ingreso laboral establecida
por Mincer32 para ambos componentes, donde H = hombres y M = Mujeres,
K
lwiH = β 0H + ∑ j =1 β jH X Hji + u iH …………………..(1)
K
lwiM = β 0M + ∑ j =1 β jM X Mji + u iM …………………..(2)
31 Blinder (1973) “Wage discrimination: reduced form and structural estimates”. The Journal of Human
Resources, vol. VIII, N°4.
32 Fue planteado por Mincer J. (1974). Schooling, Experience and Earning. New York. National Bureau of
Economics Research-NBER.
68
Donde:
lwiH y lwiM : Se refiere a los logaritmos de los ingresos por hora de trabajo de mujeres y
hombres, respectivamente. Las variables X j : Son los determinantes de los ingresos. Las
variables u i : Se refieren a la perturbación estocástica del modelo.
Después de estimarse estas dos ecuaciones por la técnica de mínimos cuadrados ordinarios,
Blinder muestra que la diferencia de los promedios de lwi se puede descomponer en los dos
efectos señalados de esta forma:
H M K K
lw − lw = ( βˆ0H − βˆ0M ) + ∑ j =1 βˆ jH ( X Hj − X Mj ) + ∑ j =1 X Mj ( βˆ jH − βˆ jM ) ……. (3)
H M
donde β̂ es la estimación del parámetro β , y lw , lw , X Hj , y X Mj son los promedios
de las respectivas variables.
A continuación se define la ecuación del ingreso laboral. Para esto se utiliza las variables que
determinan la participación laboral de las mujeres y en base a las más significativas (edad,
escolaridad, experiencia laboral y ámbito) se muestra el modelo siguiente, el cual será
aplicado tanto para hombres como para mujeres.
Donde:
Escolaridad: Se refiere a los años de estudio de la persona
Experiencia: Se refiere a los años de trabajo en la ocupación principal
Ámbito: Toma el valor 1 si la persona vive en el ámbito urbano, y 0 si vive en el ámbito
rural
Para una mejor comprensión del método, Blinder denomina las variables de la ecuación (3)
de la siguiente forma:
R =U + E +C
Donde
R: Es el diferencial de los ingresos,
E: Es la parte del diferencial explicada por distintas características de los grupos
C: Es la parte explicada por diferencias en los coeficientes
U: Es la parte del diferencial no explicada por la variables (diferencia de las constantes).
La suma C + U: Es la parte atribuible a la discriminación
Las ocupaciones con bajas diferencias en los ingresos y baja discriminación según sexo son
las de: empleados de oficina, profesionales, técnicos y ocupaciones afines, gerentes,
69
administradores y funcionarios. Es decir, aquellas ocupaciones de mayor calificación de la
mano de obra se remuneran de manera más equitativa, entre hombre y mujeres lo que no
significa que exista equidad en la remuneración pues el diferencial debería ser nulo. Esta
información señala también las ocupaciones en los que más se discrimina según sexo son las
de menor calificación de la mano de obra (ver cuadro 29).
Cuadro Nº 29
Perú: Descomposición de la discriminación en el diferencial de ingresos, 2009
Atribuible a Atribuible a
Grupo ocupacional Diferencial de características coeficientes - No explicada - Atribuible a
ingresos individuales discriminación discriminación discriminación
R E C U U+C
Artesanos y operarios 114,7 17,0 -22,4 120,1 97,7
Mineros y canteros 92,8 29,1 -556,3 620,0 63,7
Conductores 84,9 9,8 -407,4 482,5 75,1
Vendedores 48,3 8,3 64,1 -24,1 40,0
Agricultores, ganaderos y pescadores 37,7 6,8 46,0 -15,2 30,8
Trabajadores de los servicios 36,8 10,0 16,0 10,8 26,8
Obreros, jornaleros y otras ocupaciones 27,0 8,2 139,0 -120,2 18,8
Trabajadores del hogar 20,5 26,8 205,1 -211,3 -6,2
Empleados de oficina 18,7 -2,1 19,6 1,2 20,8
Profesionales, técnicos y ocupaciones afines 13,1 -2,7 5,9 9,9 15,8
Gerentes administradores y funcionarios -6,8 44,9 -352,2 300,5 -51,7
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.
Cuadro Nº 30
Componentes del diferencial de ingresos por hora trabajada entre hombres y
mujeres, por tipo de ocupación, 2009
(Porcentaje)
Peso de Peso de la
Grupo ocupacional características discriminación
E/R (C+U) / R
Profesionales, técnicos y ocupaciones afines -20,8 120,8
Gerentes administradores y funcionarios -657,3 757,3
Empleados de oficina -11,2 111,2
Vendedores 17,1 82,9
Agricultores, ganaderos y pescadores 18,0 82,0
Mineros y canteros 31,4 68,6
Artesanos y operarios 14,9 85,1
Obreros, jornaleros y otras ocupaciones 30,4 69,6
Conductores 11,6 88,4
Trabajadores de los servicios 27,2 72,8
Trabajadores del hogar 130,5 -30,5
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.
70
7.2 Análisis de la brecha de género en la categoría ocupacional TFNR
El trabajo familiar no remunerado (TFNR) en el Perú al 2009 tiene aún una alta
representación entre la PEA ocupada en el país, este afecta principalmente a las mujeres, en
la mayoría de sectores productivos pero en especial en la agricultura y en el comercio al por
menor. Para el 2009 el 71,5% de los TFNR en el Perú son mujeres. Véase Cuadro N° 31.
Los TFNR constituyen la máxima expresión del trabajo precario en el país en tanto su
trabajo productivo no es pagado, está invisibilizado y no goza de ningún beneficio social.
En el año 2005, la principal ocupación que desarrollaban las TFNR mujeres era la de peón
de labranza (77,8%) que implica bajos niveles de calificación y de productividad.
Según rangos de edad, los TFNR hombres tienen en su mayoría entre 14 y 29 años en el
caso de los hombres y en el de las mujeres entre los 30 a 50 años.
Puede observarse que los TFNR hombres en la agricultura disminuyen hacia el 2009,
pasando de ser 69,5% a ser el 67,3%., mientras que para las mujeres se observa una
disminución de 1,6 puntos porcentuales. En el 2009 entre los TFNR hombres sólo el 15,6%
no tiene nivel educativo mientras que entre las TFNR mujeres se trata de más de
aproximadamente la mitad (49,3%). Este dato revela que a la base del TFNR se encuentra
un bajo nivel de formación del capital humano que es más agudo para las mujeres en tanto
ellas enfrentan mayores dificultades para permanecer más tiempo en la escuela.
Asimismo, puede observarse que se trata de una población trabajadora, que durante el
período analizado pudo acceder al sistema de salud a través del SIS, lo que habría atenuado
su condición de precariedad.
71
Cuadro N° 31
Perú: Brechas de género de los trabajadores familiares no remunerados,
según diversas variables, 2005 y 2009
2005 2009
TFNR ocupados 720 296 1 667 690 30,2 69,8 100,0 40 656 379 1 646 861 28,5 71,5 100,0 43
Rango de ingresos 100,0 100,0 30,2 69,8 100,0 40 100,0 100,0 28,5 71,5 100,0 43
14 a 29 años 79,9 41,8 45,2 54,8 100,0 10 76,0 37,7 44,6 55,4 100,0 11
30 a 64 años 16,1 50,2 12,2 87,8 100,0 76 17,0 52,8 11,4 88,6 100,0 77
65 a más años 4,0 8,1 17,6 82,4 100,0 65 7,0 9,5 22,6 77,4 100,0 55
Rama de actividad 100,0 100,0 30,2 69,8 100,0 40 100,0 100,0 28,5 71,5 100,0 43
Agricultura, ganadería y pesca 70,1 77,9 28,0 72,0 100,0 44 67,6 76,3 26,1 73,9 100,0 48
Industria de bienes de consumo 3,8 2,7 37,8 62,2 100,0 24 3,1 3,1 28,4 71,6 100,0 43
Comercio por mayor 1,0 0,7 39,3 60,7 100,0 21 1,1 0,9 33,5 66,5 100,0 33
Comercio por menor 15,6 12,3 35,4 64,6 100,0 29 16,5 12,6 34,3 65,7 100,0 31
Restaurantes y hoteles 5,5 4,4 35,0 65,0 100,0 30 6,6 5,0 34,5 65,5 100,0 31
Transaporte, almacenamiento y
comunicaciones 1,2 0,7 44,8 55,2 100,0 10 1,8 0,7 50,2 49,8 100,0 0
Resto 1/ 2,8 1,4 - - - 3,3 1,4 - - -
Nivel educativo alcanzado 100,0 100,0 30,2 69,8 100,0 40 100,0 100,0 28,5 71,5 100,0 43
Sin nivel 15,8 51,7 11,6 88,4 100,0 77 15,6 49,3 11,2 88,8 100,0 78
Primaria completa 51,7 33,1 40,3 59,7 100,0 19 49,1 33,5 36,9 63,1 100,0 26
Secundaria completa 29,0 13,0 49,2 50,9 100,0 2 30,1 14,7 45,0 55,0 100,0 10
Superior no universitaria completa 1,9 1,8 31,4 68,6 100,0 37 3,3 1,7 44,2 55,8 100,0 12
Superior universitaria completa 1,7 0,5 59,7 40,3 100,0 -19 1,8 0,9 44,8 55,2 100,0 10
Horas de trabajo semanal 2/ 100,0 100,0 30,2 69,8 100,0 40 100,0 100,0 28,5 71,5 100,0 43
Hasta 47 horas 69,2 80,4 27,1 72,9 100,0 46 72,9 80,3 26,6 73,4 100,0 47
De 48 a más horas 30,8 19,6 40,4 59,6 100,0 19 27,1 19,7 35,5 64,5 100,0 29
Años de experiencia 100,0 100,0 30,1 69,9 100,0 40 100,0 100,0 28,5 71,5 100,0 43
Menos de un año 24,9 16,9 38,9 61,1 100,0 22 51,2 38,8 34,5 65,5 100,0 31
De 2 a 4 años 27,2 16,0 42,3 57,7 100,0 15 23,3 20,7 31,0 69,0 100,0 38
De 5 a más 48,0 67,2 23,6 76,5 100,0 53 25,5 40,6 20,1 80,0 100,0 60
Seguro de salud 100,0 100,0 30,2 69,8 100,0 40 100,0 100,0 28,5 71,5 100,0 43
No afiliado 84,4 88,2 29,2 70,8 100,0 42 47,0 35,9 34,3 65,7 100,0 31
Afiliado 15,6 11,8 36,4 63,6 100,0 27 53,1 64,1 24,8 75,2 100,0 50
Sistema de pensiones 100,0 100,0 30,2 69,8 100,0 40 100,0 100,0 28,5 71,5 100,0 43
No afiliado 95,2 99,3 29,3 70,7 100,0 41 91,1 97,8 27,1 72,9 100,0 46
Afiliado 4,8 0,7 73,9 26,1 100,0 -48 8,9 2,2 62,0 38,0 100,0 -24
Ocupación principal 100,0 100,0 30,2 69,8 100,0 40 100,0 100,0 28,5 71,5 100,0 43
Peones de labranza y peones
agropecuarios 69,5 77,8 27,8 72,2 100,0 44 67,3 76,2 26,0 74,0 100,0 48
Comerciantes vendedores al por
menor (no ambulatorio) 9,3 8,1 33,2 66,8 100,0 34 10,3 7,9 34,1 65,9 100,0 32
Limpiadores de oficinas, hoteles y
otros establecimientos, 4,0 3,5 33,4 66,6 100,0 33 5,4 3,9 35,8 64,2 100,0 28
Vendedores de kioscos y puestos
de mercado (no ambulantes) 1,7 1,3 36,7 63,3 100,0 27 4,3 3,1 35,7 64,3 100,0 29
Personal de servicios no
clasificados bajo otros epígrafes 4,5 2,9 40,3 59,7 100,0 19 2,2 1,6 35,1 64,9 100,0 30
Otros 3/ 11,1 6,6 42,1 57,9 100,0 16 10,5 7,3 36,5 63,5 100,0 27
1/ Incluye a las otras ramas de actividad cuyo número de casos es menor de 30 en la encuesta. (minería, industria de bienes
intermedio y de capital, servicios personales, servicios no personales, hogares).
2/ Se refiere a las horas trabajadas en la ocupación principal.
3/ Incluye a las otras ocupaciones cuyo número de casos es menor de 30 en la encuesta.
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2005 y 2009.
Elaboración: Propia.
72
Informe anual – La Mujer en el Mercado Laboral Peruano: 2009- DISEL
Capítulo 8
Características de grupos de mujeres trabajadoras
Entre las trabajadoras peruanas son varios los grupos que requieren de un análisis detallado
sobre su situación y condición laboral. Se trata de grupos que deberían ser de atención
prioritaria por parte del diseño de política laboral y productiva, tanto en términos de la
protección de sus derechos laborales como para la promoción del trabajo decente y
productivo, grupos tales como: las trabajadoras del hogar; las trabajadoras rurales, las
autoempleadas y las mujeres jefes de hogar. En este capítulo se analizan tres de estos
cuatro grupos.
Cuadro N° 32
Perú: Población con trabajo independiente por tipo de actividad
según área de residencia y sexo, 2009
(Porcentaje)
Área de residencia y Total Actividad Actividad
Total absoluto
sexo relativo principal secundaria
Total 6 466 352 100,0 77,4 22,6
Urbano 5 178 447 100,0 79,6 20,4
Hombre 2 540 952 100,0 79,8 20,2
Mujer 2 637 495 100,0 79,4 20,6
Rural 1 287 905 100,0 68,6 31,4
Hombre 536 902 100,0 51,9 48,1
Mujer 751 004 100,0 80,6 19,4
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.
73
Gráfico N° 22
Perú: Distribución de las mujeres con trabajo independiente según lugar donde
desempeña su actividad principal, 2009
(Porcentaje)
1/ Incluye a las mujeres que trabajan en vehículos para transporte de personas o mercaderías.
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.
El Cuadro 33 muestra que las razones para iniciarse como trabajador independiente son
diferentes entre mujeres y hombres. Mientras que más de la mitad de las mujeres
autoempleadas declara que se decidió por la actividad independiente por necesidad
económica, solo el 35,5% de los hombres aducen esta misma razón. De otro lado, el
25,1% de las mujeres señalan como razón de ser independiente al deseo de obtener
mayores ingresos, mientras que el 20,3% de los hombres aduce la misma razón.
Este resultado es significativo en las mujeres ya que como se observa, las mujeres sufren
una fuerte discriminación de sueldos y salarios en los mercados laborales tanto formales
como informales, de esta manera el autoempleo constituye para ellas una alternativa.
74
Cuadro N° 33
Perú: Trabajadores independientes por sexo según motivo por el cual
inició su actividad principal, 2009
(Porcentaje)
Total % en fila % en columna
Motivo
absoluto Total Hombre Mujer Total Hombre Mujer
Total 4 960 516 100,0 46,0 54,0 100,0 100,0 100,0
No encontró trabajo asalariado 401 742 100,0 75,8 24,3 8,1 13,3 3,6
Obtiene ingresos / mayores ingresos 1 135 734 100,0 40,8 59,2 22,9 20,3 25,1
Quiere ser independiente 768 403 100,0 61,9 38,1 15,5 20,8 10,9
Por tradición familiar 212 243 100,0 52,3 47,8 4,3 4,9 3,8
Por necesidad económica 2 225 191 100,0 36,4 63,6 44,9 35,5 52,8
Otro 217 204 100,0 54,4 45,6 4,4 5,2 3,7
Nota: Se considera solo a los trabajadores que tienen al negocio independiente como actividad principal.
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.
Cuadro N° 34
Perú: Trabajadores independientes por sexo según TFNR a su cargo, 2009
(Porcentaje)
Número de TFNR Total absoluto Total relativo Hombre Mujer
75
Cuadro N° 35
Perú: Trabajadores independientes por sexo según rango de
antigüedad en el negocio, 2009
(Porcentaje)
Rango de antigüedad en
Total absoluto Total relativo Hombre Mujer
el negocio
Total 4 960 337 100,0 100,0 100,0
Menos de un año 1 479 442 29,8 24,5 34,4
De 2 a 3 años 808 552 16,3 14,5 17,9
De 4 a 5 años 605 927 12,2 11,9 12,5
De 6 a 10 años 874 070 17,6 18,8 16,6
De 11 a 20 años 798 786 16,1 20,5 12,3
De 21 a más años 393 560 7,9 9,8 6,3
Nota: Se considera sólo a los trabajadores que tienen el negocio independiente como actividad principal.
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.
Las desigualdades de género se reflejan en el nivel de ganancias netas de los negocios que
mujeres y hombres conducen. Las ganancias netas reflejan a su vez el nivel de
competitividad de estas unidades. Según el Cuadro 36, entre la población trabajadora que
tiene al autoempleo como actividad principal y en diferentes sectores, las mujeres obtenían
sólo el 50% de las ganancias netas promedio que aquellas obtenidas por los hombres. Este
resultado grafica la brecha de género existente en la competitividad de mujeres y hombres.
Cuadro N° 36
Perú: Ventas promedio mensuales por tipo de actividad según
sector económico, 2009
(Nuevos soles)
Actividad principal Actividad secundaria
Sector
Hombre Mujer Hombre Mujer
Producción / Extracción 5 283 882 1 302 317
Actividad comercial 6 353 2 389 3 029 847
Servicios 2 224 1 767 988 602
Total ganancia neta promedio 1 129 582 477 265
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.
Asimismo, se aprecia que en todos los sectores económicos, las ventas logradas por las
mujeres son sustancialmente menores que las logradas por los hombres. Esto refleja
diferencias de género en cuanto a posesión de activos, (equipamiento), acceso a recursos
financieros, acceso a la formación en gestión, etc.
Al 2009, los hogares con jefatura de una mujer constituyen aproximadamente una cuarta
parte de los hogares peruanos (Cuadro 37). Los Censos Nacionales (INEI) registran que
entre los años 1993 y 2007 los hogares con jefatura femenina pasaron a ser casi una tercera
parte de los hogares peruanos (28%). Más allá de las diferencias de medición, lo que las
cifras de las distintas fuentes registran es el incremento casi sostenido de estos hogares en el
país.
76
Cuadro N° 37
Perú: Distribución de los jefes de hogar según sexo, 2009
Se considera que los hogares con jefatura de una mujer son más vulnerables que los que
tienen jefatura mixta y/o masculina. En realidad, se cuenta pocos estudios actualizados
sobre la situación de estos hogares, en especial frente a los cambios operados en el país a
raíz de la expansión económica de la última década.
¿Cómo son los hogares con jefatura de una mujer?; ¿En qué y en dónde se emplean?; ¿Cuál
es su categoría ocupacional? y ¿Qué calidad de trabajo alcanzan?. En este capítulo se analiza
una parte del perfil de estos hogares al 2009 y la condición y situación laboral de las mujeres
que los conducen.
En el Cuadro 38, se observa que la viudez y la separación están a la base del origen de los
hogares con jefatura de una mujer. El 70% de las mujeres jefes de hogar tiene condición de
viuda o separada mientras que aproximadamente una quinta parte de estos hogares es
conducido por una mujer soltera.
En el caso de los hogares con jefatura mixta, los jefes de hogar en su mayoría conviven o
están casados. El estado civil de los jefes del hogar es un aspecto importante a ser
considerado en el diseño de políticas sociales y económicas ya que compartir la conducción
de un hogar permite la conformación de bolsas de ingresos y de activos que aseguran la
posición del hogar y sus miembros. Así también define la posición legal de los activos del
hogar y por tanto tiene influencia sobre el grado de vulnerabilidad de los hogares.
Cuadro N° 38
Perú: Distribución de los jefes de hogar por sexo
según estado civil, 2009
Sexo
Estado civil Total
Hombre Mujer
77
En cuanto a las condiciones de empleo, cerca de las tres quintas partes de las mujeres jefes
de hogar (59,9%) tienen un empleo independiente mientras que aproximadamente una
cuarta parte tiene condición de asalariada (Cuadro 39). Los jefes de hogares de conducción
masculina también tienen en mayor proporción la condición de trabajador independiente,
aunque mucho menor que en el caso de las mujeres jefes de hogar. La condición de
asalariados es la segunda categoría ocupacional en importancia en los jefes de hogar
hombres.
Otro dato importante es que son pocos los jefes de hogar hombres con condición de TFNR
mientras que son más los jefes de hogar hombres quienes aparecen como empleadores en
comparación de las mujeres jefes de hogar.
Cuadro N° 39
Perú: Distribución de los jefes de hogar ocupados
según categoría ocupacional, 2009
(Porcentaje)
Sexo
Categoría ocupacional Total
Hombre Mujer
Así, las mujeres jefes de hogar ganan en promedio solo el 60% de lo que ganan los jefes de
hogar hombres (Véase Cuadro 40). En el sector público ganan el 80% de lo que ganan sus
pares hombres, en el sector privado el 73% y en el sector de independientes el 64,3%.
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importancia de abrir el acceso de las mujeres a la capacitación laboral, técnica y
emprendedora, en especial en el caso de las trabajadoras que conducen solas sus hogares.
Cuadro N° 40
Perú: Ingreso laboral mensual del jefe de hogar por sexo
según estructura de mercado, 2009
(Nuevos soles)
Promedio Mediana
Estructura de mercado
Total Hombre Mujer Total Hombre Mujer
Total 1 077 1 171 697 654 734 360
Sector público 1 792 1 851 1 515 1 425 1 462 1 295
Sector privado 1/ 1 574 1 628 1 190 945 998 649
De 2 a 9 trabajadores 1 068 1 132 668 701 755 475
De 10 a 49 trabajadores 1 694 1 746 1 289 995 1 010 780
De 50 a más trabajadores 2 518 2 512 2 569 1 543 1 562 1 057
Independiente 592 647 416 387 451 223
Profesional 1 552 1 627 1 189 905 1 101 504
No profesional 562 613 399 377 438 220
Resto 2/ 479 527 465 424 - 425
Nota: para el cálculo del ingreso se excluye a los trabajadores familiares no remunerados.
1/ Se incluye a los empleadores.
2/ Se refiere a los trabajadores del hogar, practicantes y otros.
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.
En general la desigualdad de ingresos observada entre los hogares conducidos por mujeres
frente a los conducidos por hombres, señala que son potencialmente hogares más
vulnerables. Una política laboral que considera la condición de las mujeres como jefes de
hogar deberá por tanto poner especial atención en mejorar los niveles de ingreso de estos
hogares así como de mejorar la calificación de la mano de obra de las mujeres que los
conducen. La observación y extensión del salario mínimo vital y su incremento en el
sector de independientes (en el que se desarrolla más de las dos terceras partes de las
mujeres jefes de hogar) podría contribuir a reducir sus niveles de vulnerabilidad.
Las mujeres rurales constituyen más de una tercera parte del la PEA femenina peruana
(Gráfico N° 12). En el Cuadro N° 41 se presenta un resumen del perfil y panorama laboral
de las mujeres trabajadoras rurales así como la evolución de dicho panorama en el periodo
2005-2009.
La PEA femenina rural ocupada se distribuye de manera equitativa entre los distintos rangos
de edad con excepción del rango de 25 a 29 años. Ello puede explicarse por la migración
hacia los centros urbanos o peri urbanos de mujeres jóvenes adultas y que se habría hecho
más intensa entre las mujeres rurales ante las mayores oportunidades de empleo que estos
centros urbanos han mostrado a partir de la expansión económica. Este constituye un
fenómeno que amerita mayor investigación.
En general, las mujeres rurales forman parte de la fuerza de trabajo desde edad temprana;
antes de los 14 años ya realizan labores productivas además de las reproductivas y de
cuidados. Así también, forman parte de la fuerza de trabajo más allá de los 55 años.
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Educación y calificación de la mano de obra rural femenina
Esta realidad educativa de la mujer rural coincide con la persistencia de los altos niveles de
pobreza reportados en el ámbito rural en todos los dominios geográficos (Costa, Sierra y
Selva) analizados en el 2009 por el INEI. La situación descrita mella toda posibilidad de
lograr un desarrollo rural competitivo, sostenible e inclusivo en el Perú.
Dado el bajo nivel de la calidad educativa rural en el Perú se configura así el panorama de
una mano de obra femenina rural con muy baja calificación, una característica que resulta
incompatible con el perfil de una economía y sociedad que como la peruana, pretenden
integrarse competitivamente en la economía internacional.
Ingresos y educación
En cuanto a los ingresos, se muestra que a mayor nivel de calificación o nivel educativo, son
mayores los ingresos de las trabajadoras rurales. Los ingresos de las mujeres rurales sin nivel
educativo son el 72% de los ingresos de las mujeres rurales que alcanzaron educación
primaria y el 54,4% de aquellas que lograron completar la secundaria. La mayor parte de las
mujeres rurales que perciben ingresos por su trabajo ganan en promedio la mitad del salario
mínimo vital.
En los sectores de mayor empleo femenino, los ingresos más bajos se observan en el sector
de Industria de bienes de consumo, mientras que el sector de Comercio reporta a las
mujeres trabajadoras mayores niveles de ingreso, sin embargo no llegan a alcanzar el nivel
del sueldo mínimo. Entre estos tres sectores que emplean a las mujeres rurales los ingresos
son solo entre el 40% a 67% del sueldo mínimo.
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Cuadro N° 41
Perú Rural: Características de la PEA ocupada femenina
y su ingreso laboral mensual, 2005 y 2009
(Porcentaje)
Distribución de Ingreso laboral mensual
Diversas variables trabajadores (%) (S/.)
2005 2009 2005 2009
PEA ocupada 2 209 543 2 567 850 209,0 310,5
Rango de edad 100,0 100,0
14 a 24 años 24,1 21,7 182,9 270,5
25 a 29 años 9,1 8,5 240,4 315,5
30 a 44 años 29,4 29,1 248,3 375,2
45 a 54 años 14,6 16,2 239,2 351,1
55 a más años 22,8 24,5 149,8 238,2
Nivel educativo alcanzado 100,0 100,0
Sin nivel 58,2 55,0 147,2 225,0
Primaria completa 30,4 30,5 225,9 311,9
Secundaria completa 8,7 11,7 295,2 418,4
Superior no universitaria completa 2,2 2,0 501,6 761,4
Superior universitaria completa 0,5 0,8 846,0 1229,9
Rama de actividad económica 100,0 100,0
Agricultura, ganadería y pesca 75,2 71,2 158,9 237,4
Industria de bienes de consumo 5,1 6,2 121,4 136,6
Comercio 10,3 11,4 238,7 367,5
Servicios no personales 3,0 3,7 543,4 722,3
Servicios personales 4,0 4,8 233,0 413,1
Hogares 2,2 2,1 278,9 398,8
Otros 1/ 0,3 0,6 321,7 619,6
Categoría ocupacional 100,0 100,0
Empleador 2,1 2,1 272,5 609,2
Empleado privado 1,0 1,6 315,0 439,3
Empleado público 1,9 2,1 682,0 952,7
Obrero privado 6,5 8,0 202,7 282,4
Obrero público 0,3 0,5 203,3 503,6
Independiente 29,4 34,4 170,1 253,2
Trabajador familiar no remunerado 56,0 48,3 - -
Otros 2/ 2,7 3,0 220,6 289,2
Rango de ingresos (S/.) 100,0 100,0
Sin ingresos 56,7 49,2 - -
Menores de 500 39,1 41,5 146,3 168,7
De 500 a 999 3,1 6,5 677,7 675,9
De 1000 a más 1,0 2,9 1298,8 1616,5
Rango de horas de trabajo 100,0 100,0
Menos de 15 hrs. 4,8 5,2 93,8 116,7
De 15 a 34 hrs. 42,3 40,1 170,6 201,8
De 35 a 47 hrs. 27,4 26,5 193,0 297,7
48 hrs. 5,2 4,8 223,4 295,1
De 49 a 59 hrs. 11,8 13,1 215,4 356,9
De 60 a más hrs. 8,6 10,3 360,4 576,6
Con Seguro Integral de Salud (SIS) 5,4 62,7 145,2 228,7
Sí cuenta con sistema de pensiones 2,0 3,2 724,9 865,2
81
Calidad del empleo de mujeres rurales
En el 2005, más de la mitad de las trabajadoras rurales ocupadas (56%) era TFNR, esto se
reduce al 48,3% en el 2009. Se trata de una reducción importante (ocho puntos
porcentuales) que abona a la reducción de la pobreza rural sin embargo existe todavía un
amplio margen de desigualdad por ser superado. Más mujeres trabajadoras rurales al 2009
son pagadas por su participación en la producción de bienes y servicios.
En segundo lugar, las mujeres trabajadoras rurales ocupadas se emplean como trabajadoras
independientes. Entre el 2005 y el 2009 las trabajadoras rurales independientes pasaron de
ser algo menos de tercera parte de las trabajadoras rurales (29,4%) en el año 2005, a superar
esa tercera parte (34,4%) en el año 2009. Esto ha significado que varias de ellas en condición
de TFNR pasaron a percibir ingresos por el trabajo productivo que realizan.
En tercer lugar, las mujeres trabajadoras rurales aparecen como obreras (en plantaciones del
sector agroexportador, de transformación etc.). También en esta categoría ocupacional se
advierte un ligero aumento en el período 2005-2009. Al 2009 las trabajadoras rurales obreras
constituían el 8% de la PEA femenina rural ocupada. Puede observarse también que en esta
categoría ocupacional los ingresos percibidos son apenas un poco más de la mitad (51%) del
salario mínimo vital el 2009.
El 2009 la mitad de las mujeres trabajadoras rurales no es pagada por el trabajo productivo
que realiza y el 41,5% gana menos de 500 Nuevos soles.
Los datos de ingresos laborales de las mujeres rurales, reflejan las enormes brechas de
género que corren en contra de estas trabajadoras. Los niveles de ingreso laboral, resumen
su limitado acceso como grupo social a la educación completa y de calidad; su condición de
trabajadora familiar no remunerada y sus menores niveles de competitividad.
La normatividad laboral y aquella que rige las políticas del estado peruano desde el año 2005
obligan a los sectores del estado peruano a actuar de manera articulada y efectiva para
combatir la precariedad del trabajo de las mujeres rurales. Existen orientaciones específicas
sobre los diferenciales de ingresos, sobre el acceso a los sistemas de pensiones, a la
82
capacitación laboral en materia de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres en el
mundo del trabajo que deben ser incorporados en los programas de sectores clave para el
medio rural y las mujeres rurales, tales como los programas del MINAG, MINCETUR,
PRODUCE y el MTPE. Estos podrían definir una acción coordinada a favor de la
competividad de las trabajadoras rurales en base a una agenda que incluya la cuestión de
ingresos, la seguridad social y su situación de TFNR.
83
Informe anual – La Mujer en el Mercado Laboral Peruano: 2009- DISEL
Las trabajadoras peruanas han accedido crecientemente al empleo pero este no les garantiza
el ejercicio de sus derechos laborales: se les paga menos que a los hombres por igual trabajo,
la libertad de sindicalización y sus derechos de maternidad son materia de infracción o de
discriminación por parte de los empleadores. Las trabajadoras peruanas mantienen un bajo
acceso a la seguridad y previsión social en comparación de sus pares hombres.
El trabajo familiar no remunerado (TFNR) en el Perú al 2009 tiene aún una alta
representación entre la PEA ocupada en el país, este afecta principalmente a las mujeres, en
la mayoría de sectores productivos pero en especial en la agricultura y las MYPES en el
comercio al por menor. Entre los TFNR, los pobres y pobres extremos tienen mayor
representación.
En especial, el 71,5% de los TFNR en el Perú son mujeres. Las TFNR mujeres son además
mujeres rurales. Desde todo punto de vista constituyen un grupo laboral prioritario de
acuerdo a toda la normatividad que compete al sector de Trabajo y Promoción del Empleo.
84
Se requieren políticas laborales con una clara orientación hacia la reducción de las brechas
de género en los mercados laborales, con orientación redistributiva para una mayor efectiva
reducción de la pobreza.
Políticas más efectivas para reducir pobreza en el país deberán así contar con carácter
redistributivo y de acceso universal tales como la extensión del salario mínimo, la extensión
de la educación primaria y secundaria de calidad en el medio rural con especial atención a la
educación de niñas rurales, así como la extensión y profundización de la capacitación para el
trabajo y el emprendimiento con carácter descentralizado y desde una perspectiva de género.
Algunos temas de investigación que podrían apoyar el diseño de la política laboral en los
próximos años desde una perspectiva de género y de promoción del trabajo decente son los
siguientes:
85
Referencias bibliográficas
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86
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Género y Economía. Setiembre.
WEF (2010) “The Global Competitive Report 2009-2010”. World Economic Forum.
Geneve.
87
ANEXOS
Cuadro N° 1
Perú: Producto Bruto Interno por años según departamentos, 2005 - 2009
Valores a precios constantes de 1994
(Miles de nuevos soles)
88
Gráfico N° 1
Perú: Tasa de crecimiento promedio anual del Producto Bruto Interno
según departamentos, período 2005 - 2009
(Variación porcentual)
Ica 10,7
Ayacucho 10,5
La Libertad 8,7
Cusco 8,2
Lima 7,6
Arequipa 7,5
Piura 7,1
San Martín 6,9
Lambayeque 6,8
Amazonas 6,4
Junín 5,7
Puno 5,2
Apurímac 5,0
Madre de Dios 4,8
Ucayali 4,7
Ancash 4,5
Loreto 4,2
Pasco 3,9
Tumbes 3,4
Tacna 3,3
Huánuco 3,0
Huancavelica 2,4
Cajamarca 1,6
Moquegua 1,0
Gráfico N° 2
Perú: Producto Bruto Interno, 1992 - 2010
(Variación % anual)
89