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Informe Anual

La Mujer en el Mercado Laboral


Peruano: 2009
©MINISTERIO DE TRABAJO Y PROMOCIÓN DEL EMPLEO

MANUELA GARCIA COCHAGNE


Ministra de Trabajo y Promoción del Empleo

JAVIER ALBERTO BARREDA JARA


Viceministro de Promoción del Empleo y Capacitación Laboral

ELIZABETH CORNEJO MALDONADO


Directora General de Promoción del Empleo (e)

MAURO SOLIS GONZALES


Director de Investigación Socio Económica Laboral (DISEL)

Equipo Técnico de la DISEL

Responsable:
NORMA PUICAN VERA

Consultora:
PATRICIA FUERTES M.

Analistas:
EDGAR RAMIREZ MARTÍNEZ
LIZ GIRÓN PEÑA

Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo


Av. Salaverry Nº 655 Jesús María, Lima 11 - Perú
Teléfono: 511 – 630 6000 (anexo 1030 -1031)
www.mintra.gob.pe
Contenido
Acrónimos 5

Introducción 6

1. Trabajo decente y equidad de género en el mercado laboral 8

1.1 Oportunidades humanas y las barreras de género 8


1.2 Trabajo decente: Componentes y alcances 9
1.3 Género y trabajo: Las brechas de género en el ámbito laboral al 2009 10

2. Marco nacional de políticas de promoción de la equidad de género


en el mercado laboral 14

2.1 Acuerdo Nacional 14


2.2 El trabajo en la Ley de Igualdad de Oportunidades entre
Mujeres y Hombres 15
2.3 El Plan de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Varones 16
2.4 Las políticas sociales y el Decreto Supremo Nº 027-2007-PCM 16
2.5 Otra legislación laboral sensible al género 18

3. Contexto: Crecimiento económico, pobreza y crisis financiera


internacional 19

3.1 Crecimiento multisectorial, descentralizado y empleo 2005-2009 19


3.2 Niveles de empleo por sector y según sexo 2005-2009 23
3.3 Efectos de la crisis internacional en el crecimiento por sectores y en
el empleo según sexo 25
3.4 Crecimiento económico y evolución de la pobreza 2005-2009 27

4. Evolución y situación de la mujer peruana en el mercado laboral al 2009 31

4.1 Población femenina a nivel nacional 31


4.2 Población en Edad de Trabajar (PET) y Población Económicamente
Activa (PEA) femenina 32
4.3 Evolución de la tasa de participación en los mercados laborales según sexo 34
4.4 Análisis de los determinantes de la participación laboral de las mujeres 37
4.5 Determinantes de la oferta de trabajo de las mujeres 41
4.6 Situación de las mujeres en el mercado laboral al 2009: Niveles de empleo 46

5. Características de las mujeres ocupadas en el Perú según niveles de


pobreza: 2005-2009 49

5.1 Niveles de empleo por niveles de pobreza y sexo 49


5.2 Niveles de empleo por quintiles de ingreso y sexo 50
5.3 Categorías ocupacionales por niveles de pobreza y sexo 51
5.4 Nivel educativo de la PEA ocupada por niveles de pobreza y sexo 51
5.5 Horas destinadas por las mujeres a los mercados laborales por
niveles de pobreza 53

3
6. Calidad del empleo de las mujeres: precariedad versus trabajo decente 54

6.1 Categorías ocupacionales 55


6.2 Niveles de ingreso laboral por sexo 55
6.3 Acceso a la capacitación laboral 57
6.4 Duración media en el trabajo de las mujeres en puestos asalariados 59
6.5 Acceso a la seguridad social según sexo: pensiones y salud 59
6.6 Formas de contrato en el sector público y privado por sexo 61
6.7 Tipos de denuncias de violación de derechos laborales de las mujeres 62
6.8 Sindicalización y diálogo social 65

7. Análisis de las brechas de género en el mercado laboral 67

7.1 Análisis del diferencial de ingresos entre hombres y mujeres 68


7.2 Análisis de la brecha de género en la categoría ocupacional TFNR 71

8. Características de grupos de mujeres trabajadoras 73

8.1 Mujeres autoempleadas y sus actividades 73


8.2 Mujeres jefes de hogar 76
8.3 Mujeres trabajadoras rurales 79

Conclusiones 84

Referencias bibliográficas 86

Anexos 88

4
Acrónimos

ALC América Latina y el Caribe


ATPDEA Acuerdo de Tarifas y Preferencias Arancelarias Andinas
CANATUR Cámara Nacional de Turismo
CEPAL Comisión Económica Para América Latina y el Caribe
DISEL Dirección de Investigación Socio Económico Laboral
EUA Estados Unidos de América
GTZ Agencia Alemana de Cooperación al Desarrollo
INEI Instituto Nacional de Estadísticas e Informática
IOH Índice de Oportunidades Humanas
LIO Ley de Igualdad de Oportunidades
MIMDES Ministerio de la Mujer y del Desarrollo Social
MTPE Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo
OIT Organización Internacional del Trabajo
PEEL Programa de Estadísticas y Estudios Laborales
PIO Plan de Igualdad de Oportunidades
PRIO Plan Regional de Igualdad de Oportunidades
SIS Seguro Integral de Salud
TFNR Trabajador Familiar No Remunerado
TLC Tratado de Libre Comercio
UNIFEM Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer
WEF World Economic Forum

5
Informe anual – La Mujer en el Mercado Laboral Peruano: 2009 - DISEL

Introducción

En el período 2005-2009, el Perú figuró entre los países de la región con mayores tasas de
crecimiento de su producto, con ello afianzó la tendencia de crecimiento sostenido
observada desde el 2001. El período se caracteriza también por la intensificación del
proceso de integración de la economía peruana a la economía mundial, con la entrada en
vigencia de los tratados de libre comercio con otras regiones y economías del mundo
como: EUA, China y Chile.

La economía peruana creció incluso en el contexto de crisis internacional iniciada en el año


2008 y que afectó a las economías más sólidas del mundo, principalmente en términos
financieros y de empleo. Se reporta que la economía peruana pudo amortiguar los efectos
iniciales más agudos de la crisis internacional debido al buen manejo monetario realizado, al
alto nivel de reservas internacionales que el crecimiento le permitió y al hábil manejo que
ha hecho del pago de su deuda.

A pesar de estos avances y fortalezas económicas, los niveles de pobreza siguen siendo
altos en el Perú y si bien se reporta que ésta habría cedido en el período, todavía al 2009 el
34,8% de la población peruana es pobre y el 11,5% es extremadamente pobre1. Ello revela
que los frutos del crecimiento aún deben ser mejor distribuidos entre los peruanos y
peruanas.

Según el Banco Mundial en el 2010 el Perú se ubicó en el puesto 15 entre 19 países de


América Latina y el Caribe de acuerdo al IOH (Índice de Oportunidades Humanas), es
decir, el Perú se encontró entre los países con menor nivel de oportunidades. No obstante,
también se afirma que el Perú es uno de los países líderes de América Latina en cerrar las
brechas de oportunidades en los últimos años. El IOH permite medir hasta qué punto las
desigualdades étnicas, de género y de espacio (urbano, rural) influyen sobre las
posibilidades que tiene un niño o niña para ser exitoso en la vida.

Este resultado indica que el país necesita invertir sostenidamente en atacar de manera
frontal las desigualdades de género y étnico espaciales entre su población. Estas
desigualdades intermedian el acceso de los peruanos y peruanas a instituciones, bienes, y
servicios vitales para su desarrollo tales como el trabajo decente, capacitación técnica y
profesional, agua, saneamiento, etc. Estas barreras entorpecen así el avance del Perú como
nación hacia mayores niveles de competitividad global y de prosperidad (WEF: 2010).

El ámbito laboral peruano es uno de los que presenta mayores desigualdades entre mujeres
y hombres. Las mujeres peruanas se han incorporado intensa y sostenidamente a los
mercados laborales en las últimas 3 décadas, y en especial desde la liberalización de los
mercados de trabajo, sin embargo su condición y situación en ellos muestra el impacto de
las barreras de género que persisten en la dinámica social y económica del Perú y que
afectan su acceso en mejores condiciones a los mercados de trabajo.

En la realidad laboral peruana al 2009 persisten importantes brechas de género que


perjudican a la mujer en el mercado de trabajo, como las de acceso al empleo formal, a la

1
La pobreza pasó de ser 44,5% en el 2006 a 34,8% en el año 2009 (INEI: 2010).

6
seguridad y previsión social, la mayor representación de las mujeres entre los trabajadores
familiares no remunerados (TFNR), los diferenciales de ingresos por igual trabajo, entre las
más notorias pero no las únicas. En tanto, otras brechas de género permanecen sin ser
visualizadas en el mundo laboral tales como: el acceso diferenciado a la capacitación en las
empresas, la sindicalización, el conocimiento de los derechos laborales, el goce de los
derechos de paternidad y maternidad de los trabajadores(as) etc., y sobre las cuales no se
registra información estadística de manera regular.

En la última década el estado peruano avanzó en el establecimiento de un marco legal y de


lineamientos de política que buscan, en principio, eliminar las barreras de género que
entorpecen el desarrollo nacional. Se promulgaron medidas que buscan eliminar las
desigualdades prevalecientes entre mujeres y hombres en el acceso al empleo y afianzar así
el crecimiento económico y la distribución equitativa, entre peruanos y peruanas, de los
beneficios que este reporta.

La implementación efectiva de esta normatividad y del marco de políticas correspondiente,


constituye todavía parte de los retos que enfrenta el estado peruano para garantizar a todos
y todas el acceso al trabajo decente, condición que forma parte, además, de los principales
tratados de libre comercio firmados por el Estado peruano, como el realizado con los
Estados Unidos de Norteamérica.

El presente “Informe Anual: La Mujer en el Mercado Laboral Peruano: 2009” elaborado


por la Dirección de Investigación Socio Económico Laboral (DISEL) da cuenta de la
situación, evolución y tendencias de la participación de las mujeres peruanas en el campo
laboral. En esta oportunidad, lo hace desde una perspectiva de género y de acceso al
trabajo decente en un contexto de crecimiento económico y de los efectos de la crisis
financiera internacional que ha afectado el empleo al conjunto de la economía mundial.

A partir de la Encuesta Nacional de Hogares 2009, el informe presenta la situación y


condición del empleo en el Perú según género, destacando la condición y situación de las
mujeres para el año en mención y para el período 2005-2009. Se analiza la realidad de las
trabajadoras a través de los cuatro componentes del trabajo decente: a) el ejercicio pleno de
los derechos laborales; b) oportunidades de empleo adecuado; c) acceso a la seguridad
social y; d) el diálogo social o derecho del trabajador a estar organizado. En los primeros
capítulos se analizan las oportunidades de empleo a través del análisis de los niveles de
empleo alcanzado. En el capítulo 6 se analiza la calidad del empleo a partir de tres
componentes del trabajo decente, a saber; el goce pleno de derechos laborales, el acceso a
la seguridad y previsión social y la sindicalización.

En el capítulo 7 se analiza las brechas de género en tres aspectos laborales de interés:


ingresos, acceso a la capacitación y trabajo familiar no remunerado. El capítulo 8 presenta
la situación y condición de empleo de grupos específicos de mujeres trabajadoras en el
Perú, tales como: las trabajadoras rurales, las autoempleadas y las mujeres jefes de hogar.

El informe anual sobre la mujer peruana en el campo laboral busca aportar al diseño y a la
mejora de las políticas laborales y productivas, brindando a los sectores interesados, a los
hacedores de política y al público en general, información relevante y analizada sobre la
evolución de las principales brechas de género en el mundo laboral peruano, de esta
manera, aspira por tanto a reportar anualmente los avances en su superación.

7
Informe anual – La Mujer en el Mercado Laboral Peruano: 2009 - DISEL

Informe anual – La Mujer en el Mercado Laboral Peruano: 2009- DISEL


Capítulo 1
Trabajo decente y equidad de género en el mercado laboral
El acceso equitativo al trabajo decente entre mujeres y hombres, constituye un aspecto
medular en el análisis de la situación laboral en el país y para la orientación del diseño de
políticas sectoriales de acuerdo a la normatividad vigente, que acoge la igualdad entre
mujeres y hombres en todos los campos del desarrollo nacional.

Género es un concepto relacional que alude a las relaciones entre mujeres y hombres en
todo aspecto del desarrollo personal y colectivo, así la situación y condición de uno no está
desligada de la del otro, de ahí que la información laboral que se presenta a continuación se
analiza para mujeres y hombres. Las barreras de género forman parte del terreno aún
desnivelado en el cual se juega el acceso al trabajo decente en el Perú. Estas barreras de
género afectan principalmente a las mujeres en su condición de trabajadoras.

1.1 Oportunidades humanas y las barreras de género

Al 2010, el Perú figura en el puesto 15 de 19 países de América Latina y el Caribe (ALC)


clasificados según el índice de oportunidades humanas (IOH) estimado por el Banco
Mundial (BM: 2010 p.6). Chile, Uruguay y México ocupaban los tres primeros lugares
(Gráfico Nº 1).

Gráfico Nº 1
América Latina y el Caribe: Índice de Oportunidades Humanas, 2010

100 95
90 88 87 86 86
83 81 80 78
80 76 75 73 72 71

60 57 55
52 51

40

20

ile a y co ca la n a ca or ia z il ge na ay á rú la or ua as
Ch r ugu éxi a Ri ez ue e nti mai cua d lomb B ra ver a inica ra gu anam P e te ma alvad ara g ndur
U M st n rg J a E o A a P a S Ni c o
Co Ve A C C om P Gu E l H
LA e p D
R

Fuente: Banco Mundial, Informe sobre la Oportunidad Humana en América Latina y el Caribe 2010.

El IOH “refleja qué tanto las circunstancias personales, como el lugar de nacimiento, la
raza y el género, impactan en la posibilidad de que un niño o niña acceda a los servicios

8
necesarios para ser exitoso en la vida” (ibid: p.3). El IOH2 resalta así que las desigualdades
de ingresos, tierra, los logros educativos etc. observados en determinadas sociedades tienen
de trasfondo “un terreno de juego desnivelado” desde el principio entre sus miembros.

Así, de acuerdo al IOH, en países como el Perú el ser mujer u hombre, el color de la piel o
el lugar donde se nace y habita, determinan todavía las oportunidades de un niño o niña
para ser exitoso(a) en diferentes campos del desarrollo personal y colectivo. Por ejemplo, es
posible que los aspectos como raza y género influyan en las posibilidades de alcanzar en el
futuro un trabajo decente. En esos países, lo que ganará una persona en el mercado laboral
dependerá de si es mujer u hombre aunque el trabajo realizado sea el mismo. Asimismo en
países de menor IOH, como el Perú, si se nace niña las probabilidades de trabajar en el
ámbito productivo sin ser remunerada (TFNR) son mayores que si se es hombre. Esta
probabilidad aumenta si es una niña indígena (Véase Cuadro 1).

Estas desigualdades obstaculizan el desarrollo al que toda sociedad aspira. Los aspectos de
género por tanto serán de especial atención en el diseño de política orientado a lograr el
acceso universal al trabajo decente, y por tanto también en términos de la competitividad
global que una sociedad alcanza.

1.2 Trabajo decente: Componentes y alcances

El marco legal internacional sobre trabajo y empleo establece que el concepto de trabajo
decente se compone de al menos cuatro dimensiones esenciales: a) el ejercicio pleno de los
derechos laborales; b) las oportunidades de empleo adecuado; c) el acceso a la seguridad
social y; d) el diálogo social o el derecho del trabajador(a) a estar organizado(a) para
dialogar y negociar las condiciones para alcanzar un trabajo decente3.

Gráfico Nº 2
Componentes del Trabajo Decente
Oportunidades
de empleo
adecuado

Sindicalización Ejercicio pleno


u organización TRABAJO de derechos
para el diálogo DECENTE laborales

Seguridad
social

Fuente: En base a OIT, “Trabajo decente” Memoria del Director General. Conferencia Internacional 87va
reunión.1999.
Elaboración: propia.

2 “Mide la tasa de disponibilidad de los servicios necesarios para progresar en la vida (como por ejemplo el
agua potable, saneamiento, entre otros) descontando o penalizando la tasa por cuan injusta es la
distribución de esos servicios en la población. Así, dos países que tienen la misma cobertura pueden tener
distinto IOH si los ciudadanos que tienen el servicio son todas mujeres, o todos indígenas etc. En otras
palabras, el IOH es la cobertura corregida por la equidad” (ibid: p.3).
3
OIT, “Trabajo decente” Memoria del Director General. Conferencia Internacional 87va reunión.1999.

9
a) Ejercicio pleno de derechos laborales: comprende la garantía y la vigilancia, así como
el conocimiento por parte del trabajador(a) de sus derechos y el cumplimiento de estos por
parte de los / las empleadores(as). Entre los principales derechos laborales o los básicos se
cuenta: el trabajar bajo el amparo de un contrato, ser pagado por el trabajo que se hace
(remuneración justa), contar con los beneficios sociales – vacaciones, compensación por
tiempo de servicios, gratificaciones- gozar de derechos de maternidad y paternidad
(descanso materno y paterno; existencia de guarderías en los centros de trabajo según su
tamaño, derecho al permiso por lactancia materna etc.); figurar en la planilla, contar con
acceso a la capacitación laboral y ser parte del reparto de utilidades . En especial en tiempos
de crecimiento económico como el experimentado por el Perú, este último derecho
adquiere relevancia y amerita ser vigilado en su cumplimiento.

b) Oportunidades de empleo adecuado: referidas a la capacidad de una sociedad y


economía para generar y garantizar el empleo adecuado a su población de forma irrestricta.
En este aspecto, las políticas activas de empleo son clave en su orientación y cobertura para
asegurar el acceso irrestricto (universal) al trabajo decente, como también el marco
regulatorio del trabajo.

c) Seguridad social: los / las trabajadores(as) deben gozar de acceso a servicios de salud
y de previsión social (pensiones) a partir de sus propios aportes y el de sus empleadores.
La pensión debe garantizar una vida digna a los/ las trabajadores(as) una vez concluida su
etapa laboral.

d) Sindicalización: entendida como la organización sostenida y sostenible de los/las


trabajadores(as), protegida por la ley, para desarrollar el diálogo que los/ las
trabajadores(as) deben mantener con los otros actores sociales (estado, empresas) con
quienes definen sus condiciones de trabajo decente. La sindicalización conlleva por ello la
tarea de vigilancia permanente por parte de los trabajadores sobre el estado de sus derechos
laborales, de ahí la importancia de promoverla y de protegerla.

El concepto de trabajo decente o digno tiene por tanto importantes connotaciones como
parámetro para medir o analizar objetivos de reducción de pobreza, de gobernabilidad,
calidad del empleo y competitividad global entre otros.

Así, las cuatro dimensiones de trabajo decente constituyen parámetros válidos para operar
el análisis de la situación de diferentes grupos de trabajo en una sociedad. ¿Cuánto trabajo
decente es capaz de generar una sociedad?, ¿cómo están mujeres y hombres trabajadores en
términos de esas cuatro dimensiones?, ó ¿cómo les va a los trabajadores que pertenecen a
diversos grupos étnicos (población indígena, afrodescendiente), ¿alcanzan mujeres y
hombres igual situación en estas cuatro dimensiones?, ó ¿existen brechas entre ellos que
requieren ser atacadas por las políticas públicas en materia laboral?.

1.3 Género y trabajo: Las brechas de género en el ámbito laboral al 2009

Las brechas de género son diferencias significativas entre mujeres y hombres, observadas en
cualquier campo del desarrollo personal, social, económico y productivo a pesar que ambos
son iguales en derechos y en deberes.

Estas diferencias se expresan en la condición diferenciada que exhiben mujeres y hombres


en términos de su bienestar y status, e implican la desventaja de unos frente a otros por el
solo hecho de ser mujeres o de ser hombres.

10
Estas diferencias entre hombres y mujeres no tienen una causa natural sino que son
socialmente construidas. Se caracterizan por no contar con sustento físico, biológico ni
sustento en las capacidades de las personas sino sólo en la forma cómo las sociedades
valoran diferenciadamente a mujeres y hombres de acuerdo a un sistema de
consideraciones sociales y culturales.

El impacto de estas consideraciones se ve reflejado en las condiciones de bienestar


diferenciadas que alcanzan mujeres y hombres, haciendo de estos seres desiguales en
contraposición a lo que estipulan las constituciones de la mayor parte de naciones y el
marco legal internacional. Las diferencias o disparidades entre mujeres y hombres que
observamos en la mayoría de aspectos del desarrollo humano y social no son naturales sino
que tienen una base de género.

El mundo del trabajo es uno de los ámbitos en los que las brechas de género suelen ser
agudas. El concepto de trabajo está fuertemente diferenciado en términos de género
(Elson: 1999, Fuertes: 1996). Quien “trabaja” y quien solo “ayuda”, quién está “activo” o
“inactivo” laboralmente, están marcadamente diferenciados en términos de mujeres y
hombres en nuestras sociedades. La división sexual del trabajo entre mujeres y hombres
constituye parte medular de los sistemas de género y de los sistemas de producción.

En sociedades de origen patriarcal4, el trabajo “productivo” (producción de bienes,


servicios, activos) suele atribuirse a los hombres, mientras que el “reproductivo” (los
cuidados de la vida para que pueda reproducirse) se atribuye a las mujeres como si fueran
parte de un orden natural. Sin embargo, tanto mujeres como hombres están dotados para
realizar indistintamente uno y otro tipo de trabajo, como en efecto se observa en todas las
sociedades.

De esta “naturalización” del trabajo de mujeres y hombres, surge también la segregación


laboral en el trabajo productivo, mujeres y hombres suelen distribuirse en grupos de
ocupaciones consideradas “masculinas” (construcción, ciencia e investigación, finanzas,
mecánica etc.) o “femeninas” (secretarias, costureras, profesoras, bibliotecarias etc.). Sin
embargo, en la realidad se asiste al hecho que tanto mujeres como hombres a lo largo de la
historia han ido rompiendo estas “barreras” para salir de estos “guetos laborales”. Hoy
podemos ver a hombres bibliotecarios y mujeres en trabajos de construcción o como
mecánicas.

A pesar de estos avances, y como se verá a partir de las cifras sobre el mercado laboral, las
sociedades no valoran todavía de igual manera o con iguales criterios el trabajo productivo
de mujeres y hombres.

La división sexual del trabajo entre mujeres y hombres, constituye la base de las
desigualdades entre ambos en el mundo laboral, lo que luego se verá reflejado en el estatus
diferenciado de cada uno como trabajadores. De esta manera, los mercados laborales son
instituciones caracterizadas por prácticas, percepciones, criterios, normas y redes con
marcados contenidos de género y que operan en la “intersección de la economía productiva
y la reproductiva” (Elson: 1999, p. 611). Así, el mundo laboral exhibe las mayores y más
persistentes brechas de género, que corren en contra principalmente de las mujeres (Véase
Gráfico Nº 3).

4 Sociedades basadas y organizadas a partir del poder masculino.

11
Gráfico Nº 3
Perú: Brechas de género en el mercado laboral, 2009
Trabajadores Ingreso laboral
Trabajo Previsión social familiares no Asalariados Subempleo Subempleo
del sector por igual
adecuado (Pensiones) remunerados por horas por ingresos
privado trabajo

60-80%
Mujer 45,0% 18,6% 23,6% 22,0% del sueldo 12,5% 38,4%
del hombre

Hombre 33,2% 7,9% 32,0%


57,2% 38,8% 6,9%

Fuente: INEI – Encuesta Nacional de Hogares sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.

El Gráfico Nº 3 muestra el panorama nacional de desigualdad laboral según género


actualizado al 20095. Las mujeres trabajadoras peruanas tienen mayor representatividad
entre los trabajadores no remunerados, cuando son pagadas reciben solo entre el 60 al 80%
de lo que se paga a un hombre por igual trabajo. Las mujeres trabajadoras acceden menos
al seguro de pensiones.

Asimismo, las mujeres trabajadoras resultan menos atractivas para las empresas privadas
peruanas que tienden a emplear mucho más a hombres que a mujeres. Este fenómeno
tiene relación tanto con los altos niveles de competitividad solicitados a los trabajadores
como con la menor capacitación laboral de las mujeres pero también se explica en el hecho
que las empresas perciben que emplear una mujer implica mayores costos por la posibilidad
abierta de la maternidad y de los derechos laborales que implica.

Como se verá en los siguientes capítulos, el ejercicio de los derechos laborales, el acceso a
las oportunidades de empleo adecuado, el acceso a la seguridad social y a la sindicalización,
es decir, las dimensiones del trabajo decente, están fuertemente atravesados por
consideraciones de género lo que obliga a repasar el marco normativo y de políticas
establecido por el estado peruano.

5
Elaborado en base a las estadísticas actualizadas por el MTPE a partir de la ENAHO-INEI.

12
Cuadro Nº 1
Perú: Población indígena y no indígena en
los mercados de trabajo, 2001
Hombres Mujeres Brechas (%)

Indígenas
Ingresos laborales (US$)
Total 1 248 630 49,5
Sector formal 2 745 1 694 38,3
Sector informal 1 089 545 50,0
Categoría laboral (%)
Empleados 6,6 1,9
Autoempleados 41,3 33,2
Empleadores 10,8 8,4
Obreros 24,5 7,9
TFNR 15,8 43,4
Otros 1/ 0,7 5,1
Total 100,0 100,0
No indígenas
Ingresos laborales (US$)
Total 2 278 1 433 37,1
Sector formal 4 194 2 826 32,6
Sector informal 1 923 1 172 39,1
Categoría laboral(%)
Empleados 6,9 2,5
Autoempleados 33,9 35,2
Empleadores 21,3 22,4
Obreros 27,5 6,9
TFNR 9,6 23,7
Otros 1/ 0,7 9,3
Total 100,0 100,0

Nota: Ingreso promedio anual en dólares.


1/ Incluye a los trabajadores del hogar.
Fuente: Trivelli 2005 "Hogares indígenas y Pobreza en el Perú", Cuadro 24.
Elaboración: Propia.

El Cuadro 1, muestra las diferencias y desigualdades en el mercado laboral por sexo y según
grupo étnico (indígenas y no indígenas). Puede apreciarse que las mujeres indígenas en el
Perú constituyen uno de los grupos de trabajadoras más vulnerables y con mayor
precariedad laboral.

13
Informe anual – La Mujer en el Mercado Laboral Peruano: 2009 - DISEL

Capítulo 2

Marco nacional de políticas de promoción de la equidad de


género en el mercado laboral
La atención prioritaria a los aspectos de género, la promoción y afirmación de las mujeres
en el desarrollo del país se introduce en las políticas del estado a partir del establecimiento
del Acuerdo Nacional suscrito en el año 2002. Desde entonces y durante el período 2005-
2009 en el Perú se desarrolló una nueva normatividad que acoge el principio de igualdad
entre mujeres y hombres y que promueve estrategias de equidad de género para el diseño,
ejecución, evaluación de las políticas y programas presupuestales. Esta normatividad aborda
en especial la situación de mujeres y hombres en el mercado laboral.

2.1 Acuerdo Nacional

El Acuerdo nacional definió 32 políticas de Estado de las cuales la décimo primera y la


décimo cuarta abordan directamente las condiciones al trabajo desde una perspectiva de
igualdad de oportunidades y de equidad de género.

Décimo primera política de Estado: Promoción de la igualdad de oportunidades sin


discriminación

La igualdad de oportunidades se hace principio de política y se expresa en el Acuerdo


Nacional como el compromiso de “dar prioridad efectiva a la promoción de la igualdad de
oportunidades, reconociendo que en nuestro país existen diversas expresiones de
discriminación e inequidad social, en particular contra la mujer, la infancia, los adultos
mayores, las personas de las comunidades étnicas, los discapacitados y las personas
desprovistas de sustento. La reducción y posterior erradicación de estas expresiones de
discriminación requieren inicialmente de acciones afirmativas del Estado y la sociedad
aplicando políticas y estableciendo mecanismos orientados a garantizar la igualdad de
oportunidades económicas, sociales y políticas para la población”.

Con este objetivo el Estado a) combatirá toda forma de discriminación, promoviendo la


igualdad de oportunidades; b) fortalecerá la participación de las mujeres como sujetos
sociales y políticos que dialogan y acuerdan con el Estado y la sociedad civil; c) fortalecerá
una institución al más alto nivel del estado en su rol rector de políticas y programas para la
promoción de la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, es decir, la equidad
de género; d) dará acceso equitativo a las mujeres en cuanto a recursos y empleo; e)
desarrollará sistemas que permitan proteger niños y niñas, adultos mayores, mujeres
responsables de hogar (jefas de hogar), personas desprovistas de sustento, personas con
discapacidad y otras personas discriminadas y excluidas y , f) promoverá y protegerá los
derechos de los integrantes de las comunidades étnicas discriminadas, impulsando
programas sociales que las promuevan integralmente.” (Acuerdo Nacional: 2002 p.33 y
34).

14
Décimo cuarta política de Estado: Acceso al empleo pleno, digno y productivo

“Nos comprometemos a propiciar y promover en el marco de una economía social de


mercado, la creación descentralizada de nuevos puestos de trabajo, en concordancia con los
planes de desarrollo nacional, regional y local. Asimismo nos comprometemos a mejorar la
calidad del empleo, con ingresos y condiciones adecuadas y acceso a la seguridad social.
Nos comprometemos además a fomentar el ahorro e inversión pública y privada
responsables, especialmente en sectores de generación de empleo sostenible”.

Con ese objetivo el Estado: …. i) fomentará la eliminación de las brechas entre quienes
tienen mayores ingresos en relación a aquellos que tienen menos; j) fomentará que los
planes de desarrollo incluyan programas de empleo femenino, de adultos mayores y
jóvenes; k) promoverá la utilización de mano de obra local en las inversiones y la creación
de plazas especiales de empleo para personas con discapacidad; l) garantizará la aplicación
del principio de igual remuneración por trabajo de igual valor , sin discriminación por
motivo de origen, de raza, credo, sexo, idioma, credo , opinión, condición económica, edad
o de cualquier otra índole; m) garantizará una retribución adecuada por los bienes y
servicios producidos por la población rural en la agricultura, artesanías u otras modalidades;
o) promoverá mejores condiciones de trabajo y protegerá adecuadamente los derechos de
las trabajadoras del hogar…” (Acuerdo Nacional: 2002, p. 35 y 36).

2.2 El trabajo en la Ley de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres

La Ley de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres (LIO) promulgada en el


año 2007 acoge en especial la condición de las mujeres como trabajadoras y agentes
económicos. En materia de diseño de políticas sociales, y como parte del sistema de
género, las mujeres son rara vez reconocidas como productoras o agentes económicos,
suele pensarse en ellas principalmente en términos de reproducción (salud, maternidad) o
de derechos básicos (educación). La LIO resalta en cambio esas otras condiciones en la
mujer, que son clave para la mejora integral de su estatus y se pronuncia así sobre los
derechos de las mujeres como empresarias, como propietarias de activos y como
trabajadoras y productoras.

Con relación a la equidad de género en el mundo del trabajo la LIO estipula:

“..Garantizar el trabajo productivo ejercido en condiciones de libertad, equidad, seguridad y


dignidad humana, incorporando medidas dirigidas a evitar cualquier tipo de discriminación
laboral entre mujeres y hombres, en el acceso al empleo, en la formación, promoción y
condiciones de trabajo, y en una idéntica remuneración por trabajo de igual valor. Se
incluye entre los derechos laborales la protección frente al hostigamiento sexual y la
armonización de las responsabilidades familiares y laborales”

Además se pronuncia expresamente sobre un grupo de trabajadoras particularmente


vulnerable como las trabajadoras del hogar:

“Garantizar el trato no discriminatorio a las trabajadoras del hogar”

Por otra parte, la ley estipula que es “responsabilidad de los y las empleadores(as) mantener
en el centro de trabajo condiciones de respeto entre los trabajadores y capacitar a los
trabajadores sobre las normas y políticas contra el hostigamiento sexual en la empresa”
(Movimiento Manuela Ramos: 2007, p.15)

15
2.3 El Plan de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Varones

Los derechos laborales respaldados por la LIO se deben reflejar en el diseño y la ejecución
de los programas del Estado que abordan la cuestión del empleo en el país. El Plan de
igualdad de oportunidades (PIO) define en su objetivo estratégico 4 lo siguiente:
Estrategias y acciones previstas para asegurar el trabajo digno para las mujeres trabajadoras

“Mujeres y varones acceden, permanecen y se desarrollan en el mercado laboral con


equidad de género, es decir, igualdad de oportunidades, y tienen una remuneración y
prestaciones sociales iguales por un trabajo de igual valor” (MIMDES: 2005, p.88).

Al 2010 el PIO plantea el logro de cuatro resultados para alcanzar la igualdad de mujeres y
hombres en el ámbito laboral y en cuya realización se involucra como responsables al
Ministerio de Trabajo y promoción de empleo (MTPE), al Ministerio de la Producción
(PRODUCE), el MIMDES, los sindicatos y gremios, el Ministerio de Salud y al Poder
legislativo.

Los resultados a ser alcanzados por la acción de estos actores son:

a. Una legislación laboral que garantiza el ejercicio pleno de los derechos laborales
con igualdad de oportunidades, es decir, con equidad de género;
b. Mujeres y varones con iguales oportunidades para mejorar ingresos, obtener
empleos de calidad mediante el acceso, contratación, permanencia promoción y
progreso en la actividad laboral;
c. Mujeres y hombres acceden a programas de fortalecimiento de capacidades
productivas, de gestión empresarial y de innovación tecnológica, acceden a
información de mercados y a recursos financieros en igualdad de oportunidades;
d. Se incrementa la cobertura y mejora de la calidad de los sistemas de previsión y
seguridad social, y ocupacional en igualdad de oportunidades, es decir, con equidad
de género.

Puede apreciarse que dos de estos resultados abordan directamente la observación del
cumplimiento de los derechos laborales desde una perspectiva de género y se hace énfasis
en la igualdad de remuneraciones así como al acceso a la previsión social mejorada y la
seguridad ocupacional.

Entre las acciones estratégicas principales para alcanzar estos resultados el PIO prevé “la
gestión concertada entre el poder ejecutivo y legislativo para la suscripción de convenios
internacionales de protección de los derechos de las mujeres en materia laboral” y “la
fiscalización del cumplimiento de las normas y sanciones sobre seguridad e higiene
ocupacional que afectan la salud integral de las mujeres trabajadoras” (MIMDES: 2005 p.
89 y 91).

2.4 Las políticas sociales y el Decreto Supremo Nº 027-2007-PCM

El Decreto Supremo de Consejo de Ministros del año 2007 definió las 12 políticas de
obligatorio cumplimiento por parte de todos los sectores e instituciones del gobierno
nacional y de los otros niveles del Estado (regional y local). Implica la integración e
implementación transversal de estas políticas en los enfoques de trabajo y en la orientación
de los recursos correspondientes para su adecuado cumplimiento en los programas de cada
sector.

16
De acuerdo a la Ley de bases de la descentralización6 se establece que es competencia
exclusiva del gobierno nacional el definir, dirigir, normar y gestionar las políticas nacionales
y sectoriales las cuales se formulan considerando los intereses generales del Estado y la
diversidad de las realidades regionales, concordando el carácter unitario y descentralizado
del gobierno de la República.

Asimismo la norma se extiende para los otros niveles de gobierno: local y regional, es decir
las políticas nacionales prioritarias se deben aplicar también en esos niveles de gestión
estatal “se agrega que los gobiernos regionales definen, norman, dirigen y gestionan sus
políticas regionales

Por ello resulta necesario establecer las políticas nacionales que serán de cumplimiento
obligatorio y con metas semestrales verificables para todas las entidades del gobierno
nacional, a fin de que el conjunto de las instituciones y funcionarios públicos impulsen
transversalmente su promoción y ejecución en adición al cumplimiento de las políticas
sectoriales.

Definición de Políticas Nacionales:

El decreto establece que por política nacional se entiende “toda norma que con ese nombre
emite el Poder Ejecutivo en su calidad de ente rector, con el propósito de definir objetivos
prioritarios, lineamientos y contenidos principales de política pública así como los
estándares nacionales de cumplimiento y provisión que deben ser alcanzados para asegurar
una adecuada prestación de los servicios y el normal desarrollo de las actividades privadas”.

De las Políticas Nacionales de obligatorio cumplimiento

Además del cumplimiento de sus políticas y acciones sectoriales, constituyen políticas


nacionales de obligatorio cumplimiento para todos y cada uno de los ministerios y demás
entidades del gobierno nacional7:

1) Descentralización
2) Igualdad de oportunidades de mujeres y hombres

Comprende:

a) Promover la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en las políticas


públicas, planes nacionales y prácticas del Estado, así como en la contratación de
servidores públicos y el acceso a los cargos directivos.
b) Impulsar en la sociedad, en sus acciones, comunicaciones, la adopción de valores,
prácticas, actitudes y comportamientos equitativos entre mujeres y hombres para
garantizar el derecho a la no discriminación de las mujeres y la erradicación de la
violencia familiar y sexual
c) Garantizar el ejercicio pleno de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales
y culturales de las mujeres
d) Promover el acceso de las mujeres a instancias de poder y toma de decisiones en la
sociedad y en la administración pública.
e) Atender prioritariamente a las familias en situación de pobreza extrema, pobreza o
riesgo social, así como a familias dirigidas por mujeres.
6
Ley N° 27783 – Ley de bases de la descentralización. Publicada el 17 de julio del 2002.
7 El Peruano, 25 de Marzo 2007. Normas Legales, p. 342156, 342157.

17
3) Juventud
4) Pueblos andinos, amazónicos, afroperuanos y asiáticoperuanos
5) Personas con discapacidad
6) Materia de Inclusión
7) Extensión tecnológica, medio ambiente y competitividad
8) Aumento de capacidades sociales
9) Empleo y MYPE
10) Simplificación administrativa
11) Anticorrupción
12) Seguridad y defensa nacional

2.5 Otra legislación laboral sensible al género

En el año 2009 el Congreso de la República aprobó la Ley 294098 que busca fortalecer la
distribución equitativa de las tareas reproductivas del hogar frente al nacimiento de un
nuevo miembro. La ley otorga a los padres el derecho al goce de una licencia por
paternidad. De esta manera se permite que tanto la madre como el padre atiendan la venida
del nuevo miembro de la familia. Si bien el espíritu busca aportar a la equidad en los
derechos de paternidad, sin embargo, otorga solo cuatro días a los padres frente a los tres
meses de licencia por maternidad para las mujeres. Asimismo a la fecha no se hace
seguimiento a las condiciones y a los alcances de su implementación y cumplimiento en el
país.

Si bien el tiempo concedido al padre es insuficiente, esta ley fue un avance dado que
visibilizó la necesidad de redistribuir la carga reproductiva entre mujeres y hombres. Puso
en perspectiva la necesidad de promover una mayor participación de los padres en el
cuidado de los hijos e hijas y por tanto operar un alivio en la carga reproductiva para las
mujeres como trabajadoras y/o como empresarias.

La nueva norma permite retomar temas clave en materia de derechos laborales, como el
derecho a los servicios de guardería y asistencia familiar en las empresas, que son hoy
escasos en los centros de trabajo y si existen, solo se dirigen hacia las madres trabajadoras y
no reconocen los derechos de los hombres como padres.

8
Ley que concede el derecho de licencia por paternidad a los trabajadores de la actividad pública o privada.
Publicada el 20 de septiembre de 2009. Diario El Peruano.

18
Informe anual – La Mujer en el Mercado Laboral Peruano: 2009 - DISEL

Capítulo 3
Contexto: Crecimiento económico, pobreza y crisis financiera
internacional
Tres procesos marcan el contexto de análisis de la situación de las mujeres en el mercado
laboral peruano en el año 2009, todos ellos importantes por sus efectos sobre el nivel de
empleo en general y en particular por sus efectos diferenciados según género. El primero
de estos procesos fue la continuidad del crecimiento económico, en segundo lugar la
reducción de la pobreza y finalmente el desarrollo de la crisis financiera internacional que
estalló en el último trimestre del año 2008.

En este capítulo se analizan las principales características de los tres procesos señalados y
su relación con el empleo de mujeres y hombres en el Perú, con énfasis en la situación y
condición de las mujeres. Para este análisis se toma principalmente el período 2005-2009 a
fin de identificar la evolución y las tendencias del empleo desde una perspectiva de género.

3.1 Crecimiento multisectorial, descentralizado y empleo 2005-2009

El análisis desagregado de la variación de las tasas de crecimiento por sectores (Gráficos 4,


5 y 6) permite apreciar que el crecimiento de la economía peruana de los últimos años se
caracteriza por haberse extendido a la mayoría de sectores económicos y hacia las distintas
economías regionales. Se trata así de un crecimiento multisectorial y descentralizado que
dinamizó la demanda de mano de obra en ciertos sectores con capacidad de generar
empleo como el sector industrial (textiles, farmo-químicos, agroindustrial), el sector de
servicios y el agro exportador. Asimismo, las 10 primeras regiones que más crecieron en el
período 2005 al 2009 fueron: Ica con una tasa de crecimiento promedio anual de 10,7%,
Ayacucho (10,5%), La Libertad (8,7%), Cusco (8,2%), Lima (7,6%), Arequipa (7,5%), Piura
(7,1%), San Martín (6,9%), Lambayeque (6,8%) y Amazonas (6,4%) (Ver cuadro N°1 en el
anexo).

Aunque el crecimiento se inició por una coyuntura favorable de los precios internacionales
de los minerales en países de rápido crecimiento como la China- que benefició a un país
altamente minero como el Perú- es claro también que este crecimiento se pudo extender
hacia los demás sectores de la economía con potencial de generación de empleo. Así, por
ejemplo, es el sector de transformación el que lideró el crecimiento (Gráfico N° 4), seguido
del sector de servicios (Gráfico N° 5) y sólo en tercer lugar el sector extractivo (Gráfico N°
6).

19
Gráfico Nº 4
Perú: Producto Bruto Interno del Sector Transformación, 1992 – 2009
(Variación anual)

Fuente: Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).

Gráfico Nº 5
Perú: Producto Bruto Interno del Sector Servicios, 1992 – 2009
(Variación anual)

Fuente: Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).

Gráfico Nº 6
Perú: Producto Bruto Interno del Sector Extractivo, 1992 – 2009
(Variación anual)

Fuente: Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).

20
En especial el crecimiento de los sectores de servicios, agroindustrial y agroexportador
impactó en regiones diferentes a Lima, es el caso del turismo tanto interno como externo
hacia el Sur (Cusco) y el Norte del país (La Libertad, Lambayeque). Asimismo, las zonas
agroexportadoras y agroindustriales más dinámicas se encuentran fuera de Lima en las
regiones de Ica, Junín, Lambayeque y La Libertad.

Estos sectores en su crecimiento demandaron mano de obra más calificada y/o con
determinadas habilidades y características. Por ejemplo, en el sector agroexportador las
actividades de cosecha, selección, transformación y embalaje requieren de habilidades
manuales que están mejor desarrolladas en las mujeres lo cual ha favorecido el mayor
empleo de estas. Al 2007 el 95% de la mano de obra empleada en las plantas de
transformación de espárragos era femenina (Asociación Aurora Vivar: 2007a).

Empleo femenino en el sector turismo.

Entre el 2007-2008 el sector turismo en el Perú creció por encima del crecimiento
promedio del turismo internacional - que fluctúa entre el 4 al 5% - mientras que el Perú
registró 13% y 10% en el 2007 y 2008 respectivamente9.

La evolución del sector en la creación de empleo a sido importante. En el año 1997 el


empleo creado en el sector turismo representaba el 5,3% del empleo generado en el sector
de servicios en el Perú urbano mientras que al año 2009 representó el 13%10. De acuerdo a
Chacaltana (2002) se preveía al final de la década pasada que durante la primera década del
nuevo milenio el sector de turismo superaría a la industria manufacturera en la generación
de empleo e incluso al sector de construcción.

El sector de turismo es altamente intensivo en mano de obra y un especial empleador de


mano de obra femenina. En el sector turismo la creación de empleo muestra la siguiente
estructura según subsectores; la mayor parte del empleo creado se genera en los
restaurantes (42%), seguido del subsector transporte (36%). Mientras que el primer
subsector es “femenino”11 en el empleo, el 78% de las personas ocupadas en los
restaurantes son mujeres, el segundo es “masculino”. Asimismo el 3% del empleo creado
en el sector correspondía al subsector de artesanías y agencias de viaje, en donde las
mujeres tienen importante presencia (Chacaltana: 2002, p.10).

¿Qué tipo de empleo crea el sector turismo? De acuerdo al estudio de Chacaltana, se trata
de un sector que emplea gente joven con estudios secundarios y superiores, así como un
sector de trabajadores independientes -más de la cuarta parte corresponde a empresas
unipersonales. Más de una cuarta parte (26%) de los trabajadores en el sector eran
asalariados y el 10% eran TFNR. Aproximadamente la mitad de las empresas del sector
turismo tenía al 2002 entre 2 a 5 trabajadores y las mujeres eran las principales conductoras
de estas empresas (Chacaltana: 2002).

9 Cámara Nacional de Turismo en: “El Comercio” edición en línea, 11 de Noviembre del 2008.
10
Información de la Cámara de Comercio del Perú y del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo
(MINCETUR).
11
Asimismo, el porcentaje de mujeres en los subsectores son los siguientes: 12% establecimientos de
esparcimiento, 7% hoteles, 3% artesanía.

21
Trabajo a domicilio: Las “amas de casa” trabajadoras para el mercado

Las actividades de manufactura más dinámicas en el mercado interno y externo tales como
la joyería, cosmética, lencería, diseño y producción de tarjetas etc. utilizan de manera
creciente la subcontratación de la mano de obra bajo formas que les abaratan costos
operativos12 que son trasladados a los / las trabajadoras. El “trabajo en casa” es uno de
ellos y se ha extendido entre distintas industrias.

Este tipo de trabajo “conviene” a las mujeres porque les permite quedarse en casa (dada la
carga reproductiva) y generar ingresos (Fuertes: 2008, Masilla y Arroyo: 2004)). Bajo estas
modalidades se da trabajo en casa a mujeres y a sus hijos, en asentamientos humanos de las
ciudades cabecera (Lima, Ica, Trujillo) pero a su vez es invisible y pasa por alto largamente
la observación de la mayoría de derechos laborales. Las mujeres involucradas en este tipo
de trabajo no gozan de derechos laborales. Muchas veces estos trabajos implican el
deterioro sostenido de la vista, el maltrato de la columna etc. La seguridad y la salud en el
trabajo son completamente ajenas en estos ámbitos laborales.

Además de ello, actividades manufactureras como la de cosmética tienen una amplia red de
vendedores que trabajan “casa por casa” a lo largo y ancho del país y que absorbe
principalmente a mujeres. Al 2009 se estima que el sector empleaba a 400,000 personas13.
El empleo directo que genera se clasifica en dos rubros: empleo a través de la venta directa
y de ventas por catálogo. Al 2009, la venta directa generaba 299,280 puestos de trabajo,
mientras que los puestos de trabajo generados a través del canal de venta al por menor
ascendían a los 48,720.

Las condiciones de trabajo de estas vendedoras sin embargo son especialmente precarias
por la falta de seguro de salud considerando las largas caminatas diarias que perjudican
pies, columna y riñones, además de ser retribuidas solo a “comisión” y de no contar con
contratos formales a pesar que muchas trabajan en el sector más de 14 años como
promotoras de venta.

Mujeres rurales: trabajadoras en la agroexportación

Un caso emblemático es la producción de espárragos, una de las actividades más dinámicas


y que adquirió magnitudes mundiales. Al 2007, según el Departamento de Agricultura de
los Estados Unidos de Norteamérica, China y el Perú eran respectivamente, primer y
segundo productor mundial de espárragos y tenían una posición de dominio del comercio
mundial del producto. Esto se había producido en Perú debido a una mayor tecnificación y
conocimiento del cultivo. Sin embargo, también se ha contado con las preferencias
arancelarias otorgadas por los EUA a través del ATPDEA así como con los bajos
estándares laborales del marco legal laboral que le permite contar con “mano de obra
barata”.

12 El / la trabajadora pone su casa como centro de operaciones, lo que incluye por ejemplo, el costo de fluido

eléctrico, consumo de agua, almacenamiento, la depreciación de los equipos etc. todo lo que no queda
cubierto por lo que reciben como jornal a destajo.
13 Instituto de Desarrollo Empresarial – Cámara de Comercio de Lima, “Informe sectorial mensual: En 2010

perspectivas del sector de cosmética pintan bien”.

22
En el 2007, el sector generó 70,000 puestos de trabajo de los cuales el 43% (30,000) estaban
cubiertos por mujeres14. Las trabajadoras en estos sectores tienen dos condiciones, son
temporeras o asalariadas.

Las autoempleadas (emprendedoras) formales e informales

Este constituye uno de los principales grupos de trabajadoras en el Perú, ellas se


desenvuelven en la mayoría de sectores económicos pero principalmente en el sector de
servicios y en la conducción de pequeños negocios, por lo general informales y de
subsistencia. Es en este tipo de unidad productiva dónde además suele observarse a los /
las trabajadores familiares no remunerados (TFNR).

3.2 Niveles de empleo por sector y según sexo 2005-2009

En el período 2005-2009 los sectores que más emplearon a las mujeres fueron; en primer
lugar, la agricultura, seguida del comercio al por mayor y menor. En tercer lugar se ubicó el
sector de servicios no personales, en cuarto lugar el sector de servicios personales y en
quinto lugar el sector de transformación o industria. Véase Cuadro N° 2.

Esta estructura se mantuvo durante el período sin embargo, se aprecia que algunos de estos
sectores perdieron empleo femenino mientras que otros los ganaron, tal es el caso de la
agricultura que pasó de emplear al 33,4% de la PEA femenina ocupada en el 2005 a
emplear al 29,9% en el año 2009.

La vigencia del ATPDEA15 ha sido uno de los factores dinamizadores del empleo femenino
en el sector de agroexportación en productos como el espárrago, las alcachofas, entre otros,
hasta su disolución para dar paso al TLC.

El sector de servicios no personales en cambio incrementó sus niveles de empleo femenino


en el período pasando de 15,2% al 17,7% en el año 2009, mientras que el sector de
servicios personales también lo incrementó, pasando del 11,6 al 13,0%.

Uno de los sectores que experimentó incremento de sus niveles de empleo de mano de
obra femenina fue el de transformación o industria de bienes de consumo. Al inicio del
período (2005) este sector empleaba al 7,8% de la PEA femenina ocupada (industria textil,
confecciones) y hacia el año 2008 pasa a emplear al 9,5%, para caer en el 2009 a 8,8%, por
efecto de la desaceleración de la economía a partir de la crisis internacional.

14 Agrodigital.com
15
Acuerdo de Preferencias Arancelarias.

23
Cuadro Nº 2
Perú: Distribución de la PEA ocupada por sexo según rama de actividad económica, 2005 - 2009
(Porcentaje)

2005 2006 2007 2008 2009 a/


Rama de actividad económica
Hombre Mujer Hombre Mujer Hombre Mujer Hombre Mujer Hombre Mujer
PEA ocupada 7 392 802 5 866 098 7 730 630 6 200 068 7 912 445 6 535 008 8 121 691 6 732 285 8 337 930 6 978 199
Total relativo 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca 39,6 33,4 39,1 32,7 35,7 29,2 35,4 29,0 35,2 29,9
Minería 1,4 0,1 1,6 0,1 1,7 0,2 1,8 0,2 1,7 0,2
Industria de bienes de consumo 7,1 7,8 7,0 8,2 7,3 9,2 7,4 9,5 7,3 8,8
Industria de bienes intermedios y de capital 3,3 0,7 3,6 0,6 4,0 0,8 3,6 0,5 3,5 0,6
Construcción 5,7 0,2 6,3 0,2 7,2 0,2 7,3 0,3 8,0 0,4
Comercio por mayor/ menor 12,1 23,5 11,4 24,0 11,3 23,9 10,5 24,5 10,8 23,1
Servicios no personales 24,2 15,2 25,1 15,1 26,9 17,0 27,8 16,7 27,9 17,7
Servicios personales 6,2 11,6 5,7 11,2 5,5 11,8 5,8 12,6 5,4 13,0
Hogares 0,4 7,5 0,4 7,9 0,4 7,8 0,3 6,7 0,3 6,3

Nota: Bases de datos INEI, 2005 - 2008, actualizadas al 27 de mayo del 2009.
a/ Para el cálculo de la actividad económica del 2009, el INEI usó el CIIU Revisión 4, y en el MTPE se realizó las equivalencias con la del CIIU Revisión 3.
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2005 – 2009.
Elaboración: Propia.
En términos generales lo que se aprecia en el período es que el empleo de la mano de obra
femenina se hizo menos “agrario” en favor de los sectores de servicios e industria. Esto
aparece como una tendencia clara aún a pesar de los efectos de la crisis internacional que ha
reducido las tasas de crecimiento en los sectores de servicios (Turismo por ejemplo) e
industria (textiles).

3.3 Efectos de la crisis internacional en el crecimiento por sectores y en el


empleo según sexo

Desarrollo y perspectivas de la crisis internacional

Hacia finales del año 2007 la economía internacional inició un período de crisis cuya
profundización se vislumbró en el año 2008 al desplomarse la “solidez” financiera de
numerosos bancos en los Estados Unidos y en las principales economías de la Unión
Europea. El sector inmobiliario de esas economías había generado la “Burbuja
inmobiliaria”, un sobreendeudamiento de las empresas financieras que prestaron más de 180
veces su patrimonio. Esto era la expresión máxima de los excesos del comportamiento
especulativo.

El estallido de la crisis mostró las grietas y limitaciones del libre mercado y puso sobre el
tapete nuevamente el tema del rol estado en el desarrollo y funcionamiento de los mercados.
Los estados de las economías desarrolladas se vieron obligados a rescatar a los bancos para
evitar el quiebre del sistema financiero y sus repercusiones en el sector real de esas
economías. A pesar de estos rescates la crisis se transmitió rápidamente del sector financiero
al sector real y se tradujo principalmente en una caída del consumo y en altas tasas de
desempleo en las economías desarrolladas.

Los efectos de la crisis y la respuesta a esta sin embargo han sido diferenciados entre los
distintos tipos de economías. Las economías de los países de América Latina y el Caribe
(ALC) han podido sortear mejor la crisis y mostrar importantes señales de una rápida
recuperación, como lo muestra el propio caso del Perú.

La posición especial de ALC frente a la crisis y su desarrollo

De acuerdo a la CEPAL - OIT (2009) el crecimiento en ALC es atribuible a tres factores


que contribuyeron a la reactivación latinoamericana: a) el consumo privado; b) el aumento
de la inversión y c) el repunte de las exportaciones, China es el destino del 13% de las
exportaciones en Chile, el 11% de las de Perú y el 7% de Costa Rica además de ser el primer
cliente de Brasil y Argentina, en este último caso, la India es también un importante socio
comercial.

Los TLC habrían permitido a los países de la región una diversificación importante de sus
mercados tradicionales de exportación. También se atribuye este desempeño al salto en los
valores de los commodities que permitió una situación desahogada en dos capítulos
vulnerables en la historia de Latinoamérica tales; la balanza comercial y el déficit fiscal.

El precio alto de los minerales fue fundamental para lograr fondos anticíclicos que
permitieron activar planes de estímulos como en Chile y Perú (“Shock de inversiones”).

Asimismo se atribuye a una política fiscal prudente acompañada de equilibrio presupuestal.


Políticas anticíclicas (ahorrar en épocas de vacas gordas para invertir en las épocas de vacas
flacas). Argentina, Brasil, Colombia, México y Perú pudieron invertir durante la recesión
mundial para mantener a flote la actividad económica y el empleo.
En el pasado la región dependía de los mercados del mundo desarrollado y de las materias
primas para sostener su crecimiento, se señala que “en este período ha existido un
desacoplamiento” importante, el hecho que ALC se recupere aceleradamente en el
momento en el que tambalean las economías desarrolladas muestra que se dieron cambios
importantes. La presencia de China e India liderando el crecimiento de la economía
internacional. La firma de los TLC del MERCOSUR pero también un mayor nivel de
intercambio intrarregional” 16, explican en parte las mejores condiciones de la región para la
recuperación.

Efectos en el empleo

Los efectos de la crisis y de la desaceleración definida en el manejo interno se hicieron


pronunciados en el año 2009 en el Perú que reportó un crecimiento anual de sólo 0,9%
(véase Gráfico 2 en el Anexo). El año 2009 estuvo así marcado por una contracción
económica que la CEPAL-OIT (2009) reportaban para la mayoría de economías de la región
así como la profundización de los impactos de la crisis internacional.

La contracción económica redujo la capacidad generadora de ingresos de las economías de


la región. Los impactos en los mercados laborales se tradujeron en la reducción de las tasas
de ocupación, el aumento de la tasa de desempleo urbano (8,5 frente a 7,5% del primer
trimestre del 2009), el incremento de la informalidad en el empleo, el debilitamiento del
empleo con protección social, la reducción de los empleos de jornada completa reflejado en
el aumento observado en el subempleo por horas (ibid: 3).

En el Gráfico 7 se muestra el impacto de la crisis en el empleo en el caso peruano, puede


observarse que el empleo disminuye a partir del año 2008 y muestra una leve recuperación
en el 2009, este comportamiento se debería tanto al ajuste de expectativas de generación del
empleo en los empresarios nacionales ante el estallido de la crisis internacional como
también se debería a la contracción del consumo en las economías desarrolladas más
afectadas por la crisis. Por ejemplo, Nunura (2009) encuentra que la caída del empleo en el
sector textil y de confecciones se inicia en diciembre 2007 y que se debe a tres causas
principales: los cambios en las exportaciones, los cambios en la producción derivados de los
primeros y cambios en la tecnología. La crisis afectó el nivel de exportaciones del sector
especialmente por la caída de la demanda de los EUA.

16 Justo, Marcelo “América Latina ante un nuevo boom” En: “Vivir bien” Lima. Julio –Agosto 2010. p.46-47.

26
Gráfico Nº 7
Perú: Evolución de la variación porcentual de la
PEA ocupada por sexo, 2006 – 2009
(Porcentaje)

Fuente: INEI – Encuesta Nacional de Hogares sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2006 - 2009.
Elaboración: Propia.

Como se verá en los siguientes acápites, y según la CEPAL-OIT (2009), los mercados
laborales en el Perú reportaron movimientos en los indicadores de empleo similares a los del
resto de la región, principalmente en la profundización de la informalidad del empleo y el
aumento del empleo precario (trabajadores sin protección social). Véase cuadros en el
Capitulo 6 correspondiente a calidad del empleo en este informe.

3.4 Crecimiento económico y evolución de la pobreza 2005-2009

La relación crecimiento económico y pobreza ha sido uno de los temas más debatidos en el
desarrollo reciente del Perú. El debate de los especialistas al respecto (Aramburú: 2010,
Campodónico: 2010) destacan que si bien la pobreza cedía, el proceso ocurría con lentitud y
que los frutos del crecimiento fluían diferenciadamente entre los peruanos y peruanas en
razón de los altos y persistentes niveles de desigualdad económica y social, y a pesar de lo
descentralizado y multisectorial del crecimiento experimentado en el período.

De acuerdo al informe del INEI sobre el estado de la pobreza al 2009, ésta se redujo de
48,7% en el 2005 al 34,8% en el 2009, mientras la pobreza extrema cayó del 17,4% al 11,5%
en el mismo período (Véase gráficos 8 y 9). En cambio, se señala también que el índice de
desigualdad de ingresos reales per- cápita se redujo muy poco y sólo en el área urbana, de
0.45 en el 2004 a 0.43 en el período 2004-2009 mientras que en el área rural se incrementó
de 0,40 a 0,41 (INEI: 2010, p 15). Así, el análisis desagregado de la reducción de pobreza
por ámbitos (urbano, rural) y por dominios geográficos (Costa, Sierra y Selva) muestra que
la reducción de pobreza en el período ha sido un fenómeno desigualmente distribuido.

El Gráfico 9 indica que la reducción de la pobreza en el Perú es principalmente urbana y


que el núcleo duro de pobreza sigue estando en el ámbito rural, en el que si bien entre el
2004 al 2009 se opera una reducción de hasta 9 puntos porcentuales de la pobreza, se parte
de niveles tan altos de pobreza que aún el trecho a ser recorrido para superarla es amplio.

27
Gráfico Nº 8
Perú: Incidencia de la pobreza total, 2004 - 2009
(Porcentaje)

Fuente: INEI – Encuesta Nacional de Hogares sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2004 – 2009.

Gráfico Nº 9
Perú: Incidencia de la pobreza total por área de residencia, 2004 - 2009
(Porcentaje)

Fuente: INEI – Encuesta Nacional de Hogares sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2004 – 2009.

28
Gráfico Nº 10
Perú: Incidencia de la pobreza extrema, 2004 - 2009
(Porcentaje)

Fuente: INEI – Encuesta Nacional de Hogares sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2004 – 2009.

El Gráfico N° 11 muestra también la desigualdad de la distribución de la reducción de la


pobreza en el país. Esta no solo ha sido urbana en todos los dominios geográficos (Costa,
Sierra y Selva) sino que ha sido sobre todo costeña, mientras que la pobreza sigue siendo rural
y de altos niveles en Sierra y Selva. Es en la costa del Perú donde se concentran los
principales servicios sociales que brinda el estado, en donde se concentra la mayor capacidad
productiva del país y en donde la mayor parte de la infraestructura vial se encuentra más
desarrollada y extendida.

Gráfico Nº 11
Perú: Incidencia de la pobreza total según ámbito geográfico, 2009
(% respecto del total de población de cada ámbito geográfico)

80
65,6
70
60,3
57,4
60 53,4
46,0
50 40,6
40 34,8
31,3 32,5
30 21,4
21,1 19,1
20 14,1

10

0
Total

Rural

Costa rural
Urbano

Costa urbana

Metropolitana
Sierra rural

Selva rural
Sierra

Selva

Sierra urbana

Selva urbana
Costa

Lima

Total Área de Región


residencia natural Dominios geográficos

Fuente: INEI 2010. Informe Técnico "Evolución de la pobreza 2009".

29
Los niveles de reducción de la pobreza observados durante el período se atribuyen en parte
al crecimiento descentralizado y también a la presencia de un conjunto de programas de la
red de protección social creados en el período 2001-2005 y que han tenido continuidad en
los años posteriores, tales como el Seguro Integral de Salud, (SIS), el programa JUNTOS y
los programas de empleo temporal (Construyendo Perú). Este ha sido un conjunto de
programas focalizados.

Combatir la pobreza extrema en el Perú requiere de políticas de corte redistributivo que aún
no han sido ensayadas en el país. Aramburu (2010) señala respecto a la desigualdad y
contradicciones observadas en la reducción de pobreza “La explicación es sencilla: los
pobres extremos no cuentan con los activos para beneficiarse del crecimiento económico”.
A demás de ello, señala “su conectividad es muy débil. El último censo indica que alrededor
de 64,500 centros poblados tienen 11 habitantes en promedio, en su mayoría ubicados en la
sierra”.

Entonces, para potenciar mejor el impacto del crecimiento en la reducción de la pobreza,


debe identificarse cuáles son los bienes públicos mínimos que se les puede
proveer…mejores carreteras e Internet serían los bienes públicos básicos viables que el
Estado puede brindarles” (Perú Económico 2010).

La importante reducción de la pobreza en el medio urbano se debe según el mismo


especialista a la expansión del sector informal por la proliferación de pequeños restaurantes,
obreros de construcción, moto taxistas, gasfiteros, talleres de mecánica, etc. Se trata
principalmente de ocupaciones de baja calificación de la mano de obra. De esta manera, se
señala que si bien el país “deja de ser pobre” no se moderniza y por el contrario se habría
hecho aún más informal.

Esto muestra la importancia de abordar desde las políticas el tema de la reducción de las
brechas sociales y económicas, entre ellas las brechas de género, así como la redistribución
para una efectiva reducción de la pobreza. Políticas más efectivas para reducir pobreza en el
país deberán así contar con carácter redistributivo tales como la extensión del salario
mínimo, la extensión de la educación primaria y secundaria de calidad en el medio rural, con
especial atención a la educación de niñas rurales, así como a la capacitación para el trabajo y
el emprendimiento.

30
Informe anual – La Mujer en el Mercado Laboral Peruano: 2009 - DISEL

Capítulo 4
Evolución y situación de la mujer peruana en el mercado
laboral al 2009
En este capítulo se aborda el análisis de la evolución y situación de las mujeres trabajadoras
en el mercado laboral peruano al 2009. Se parte por establecer las características
demográficas de la población femenina y de su representación en el ámbito laboral nacional.
Asimismo, se analizan las tendencias observadas en la participación de mujeres y hombres
en el mercado laboral en las últimas cuatro décadas a fin de llegar a una mayor comprensión
de su situación al 2009. Bajo ese propósito, el capítulo aborda el análisis de los factores
determinantes de la participación de las mujeres en el mercado laboral y de su oferta laboral.

Finalmente y de acuerdo a la definición de trabajo decente, se analizan los niveles de empleo


alcanzados por mujeres y hombres al 2009 en tanto reflejo de las oportunidades de trabajo
que se ofreció y ofrece a ambos en la economía y sociedad peruana.

4.1 Población femenina a nivel nacional

Al año 2009, las mujeres constituyen la mitad de la población del Perú. De las cuales, las
dos terceras partes de la población de mujeres viven y se desarrollan en el ámbito urbano y
un tercio (33,6%) lo hace en el ámbito rural (Cuadro N° 3).

Cuadro Nº 3
Perú: Población total por sexo según área de residencia, 2009
Sexo (Absolutos) Sexo (% fila) Sexo (% columna)
Área de
residencia Total Mujer Hombre % total % Mujer % Hombre % total % Mujer % Hombre

Total 29 555 305 15 045 323 14 509 982 100,0 50,9 49,1 100,0 100,0 100,0
Urbano 19 369 726 9 994 882 9 374 843 100,0 51,6 48,4 65,5 66,4 64,6
Rural 10 185 579 5 050 441 5 135 138 100,0 49,6 50,4 34,5 33,6 35,4

Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009 (Módulo 200).
Elaboración: Propia.

De otro lado, en el cuadro N°4 se observa que el 73,3% de la población femenina tiene de
14 a más años por lo que se le considera población en edad de trabajar. Asimismo, la
población femenina en este rango de edad es mayor en el ámbito urbano que en el ámbito
rural.

31
Cuadro Nº 4
Perú: Población femenina por ámbito geográfico,
según rango de edad, 2009
(Porcentaje)
Ârea de residencia
Rango de edad Población total
Urbano Rural
Total absoluto 15 045 323 9 994 882 5 050 441
Total relativo 100,0 100,0 100,0
Menos de 14 años 26,7 23,6 32,7
De 14 a 29 años 27,0 28,6 23,8
De 30 a 44 años 19,7 20,9 17,3
De 45 a 54 años 10,8 11,5 9,5
De 55 a 64 años 7,4 7,5 7,1
De 65 y más años 8,5 7,9 9,6
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua
2009. (Módulo 200).
Elaboración: Propia.

4.2 Población en Edad de Trabajar (PET) y Población Económicamente Activa


(PEA) femenina

El principal grupo de población en edad de trabajar se encuentra en el rango de los 14 a los


19 años, este constituye la base de la pirámide de la estructura demográfica de la PET (Véase
Gráfico N° 12). Esto se observa tanto para la población femenina en edad de trabajar como
en la población masculina, al año 2009.

Gráfico Nº 12
Perú: Estructura demográfica de la Población en Edad de Trabajar, 2009
(Miles de personas)

90 a más
85-89
80-84
75-79
70-74
65-69
60-64
55-59
50-54
45-49
40-44
35-39
30-34
25-29
20-24
14-19

-2000 -1500 -1000 -500 0 500 1000 1500 2000

Mujeres Hombres

Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza,


continua 2009. (Módulo 200).
Elaboración: Propia.

32
Se trata de una población en edad de trabajar esencialmente joven, sin embargo, como se
verá, los niveles de desempleo más altos al 2009 se concentran también en esta población.
Por otra parte, en el período 2005-2009 la composición de la PEA se mantuvo, los hombres
constituyen más de la mitad de la PEA y las mujeres el 45,5% en promedio. (Gráfico N°13)

Gráfico Nº 13
Perú: Evolución de la PEA según sexo, 2005 – 2009
(Porcentaje)
100

80 44,6 45,5 45,6 45,6


45,7
Porcentaje

60

40

54,3 55,4 54,6 54,4 54,4


20

-
2005 2006 2007 2008 2009 p/

Hombre Mujer

Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza,


continua 2005 -2009 (Módulo 200).
Elaboración: Propia.

La población femenina económicamente activa se ubica principalmente en el ámbito urbano


(63,2%), solo Lima Metropolitana cuenta con aproximadamente una tercera parte (28,5%) y
en el resto urbano se encuentra algo más de otra tercera parte (34,7%). El ámbito rural
alberga al 36,8% de la PEA femenina en el Perú.

Gráfico N° 14
Perú: Distribución de la PEA femenina, según ámbito geográfico, 2009
(Porcentaje)

Lima
Metropolitana,
28,5

Rural, 36,8 Urbano, 63.2

Resto Urbano,
34,7

Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua
2009. (Módulo 200).
Elaboración: Propia.

33
4.3 Evolución de la tasa de participación en los mercados laborales según sexo

El Gráfico N°15 muestra la evolución de las tasas de participación femenina y masculina de


los últimos cuarenta años; puede observarse la tendencia sostenidamente creciente en el
caso de la participación de las mujeres frente a la participación masculina que en cambio
mantuvo sus niveles durante el largo período. Ambas trayectorias muestran que la brecha de
género de participación en los mercados de trabajo se acorta.

Grafico Nº 15
Lima Metropolitana: Evolución de la Tasa de Participación Femenina y Masculina,
1970 - 2008
90,0
85,0
80,0
75,0
70,0
Tasa de participación (%)

65,0
60,0
55,0
50,0
45,0
40,0
35,0
30,0
25,0
20,0
1970 1972 1974 1976 1978 1980 1982 1984 1987 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008

Tasa de participación fem enina Tasa de participación Masculina

Tendencia Tendencia

Nota: Los coeficientes de expansión de la ENIVE 2009 se ajustaron en base a las Proyecciones de Población de los
Censos Nacionales XI de Población y VI de Vivienda (octubre de 2007).
Fuente: MTPE – Encuesta Nacional de Propósitos Múltiples, 1970. Encuesta Nacional de Hogares Especializada en
Niveles de Empleo, III Trimestre 1971 - 2005. Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo 2006 – 2008.
Elaboración: MTPE – Dirección de Investigación Socio Económico Laboral (DISEL).

La fluctuación en el incremento de la participación de las mujeres en los mercados laborales


se explica tanto por las políticas macroeconómicas y su impacto en el empleo como por las
decisiones que las propias mujeres toman en términos de la asignación de su tiempo entre el
hogar, el mercado, la comunidad etc.

Desde la perspectiva de género en la economía, se reconoce la existencia de una triple


jornada para las mujeres, debido a los roles que desempeña en distintos ámbitos. La triple
jornada expresa el hecho que el tiempo de las mujeres se distribuye entre el hogar (trabajo
reproductivo y de cuidados), los mercados laborales (trabajo productivo) y la comunidad
(reproducción, cuidados y producción a la vez) (Elson: 1999, Esquivel: 2009).

Los resultados de las encuestas del uso del tiempo aplicadas en varios países de la región
(Costa Rica, México, Brasil, Cuba) en la última década muestran que las mujeres
latinoamericanas son “pobres de tiempo”, en comparación a sus pares varones. Las
encuestas de uso del tiempo tienen el objetivo de visibilizar el trabajo diario de mujeres y
hombres, cuantificar e incluir en las cuentas nacionales el aporte de las mujeres a través del

34
trabajo doméstico y de cuidados (Esquivel 2009:17). Los informes del PNUD indican que
“en casi todos los países las mujeres trabajan mayor cantidad de horas que los hombres”
(PNUD 1995:98). En promedio las mujeres dedican un tercio de su tiempo a los mercados
(y a la producción de subsistencia) mientras que los hombres dedican dos tercios de su
tiempo a estos mercados. Esto se debe a la desigual distribución del trabajo reproductivo y
de cuidados entre mujeres y hombres en la mayor parte de sociedades. Las mujeres asignan
en promedio “dos tercios de su tiempo al trabajo reproductivo y de cuidados que es
invisible en las estadísticas nacionales” (Esquivel 2009: 17).

A pesar de esa distribución desigual del trabajo entre mujeres y hombres, estas han
intensificado su participación en los mercados laborales. De la mano de una serie de
procesos sociales y económicos que lo propiciaron, en el Perú más mujeres trabajan y
producen hoy para el mercado en comparación a tres décadas atrás.

Las mujeres peruanas se han incorporado con intensidad a los distintos mercados laborales.
Una primera constatación para explicar este hecho es el comportamiento observado en
variables importantes que facilitaron el ingreso de las mujeres a los mercados laborales tales
como el mayor acceso a la educación (Cuadro N° 5), el acceso a métodos modernos de
planificación familiar (Cuadro 6), y que facilitaron la toma de decisiones para las mujeres en
torno a su tiempo y de acuerdo a sus intereses y necesidades.

Se ha tratado de una combinación de políticas del Estado con relación a la planificación


familiar, la educación y la propia toma decisiones de las mujeres que llevaron la reducción
sustancial de las tasas de fecundidad, el retraso del matrimonio y de la maternidad así como
la reducción del número de hijos por mujer (Cuadro 6). Todo ello ha permitido una mayor
asignación del tiempo de las mujeres hacia el mercado laboral.

Cuadro Nº 5
Perú: Evolución de las Tasas Globales de Fecundidad según características
seleccionadas, 1986 – 2009
Características ENDES
seleccionadas 1986 1991-1992 1996 2000 2009
Área de residencia
Urbana 3,1 3,0 2,8 2,2 2,3
Rural 6,3 6,2 5,6 4,3 3,6
Región natural
Lima Metropolitana 2,5 2,5 2,5 2,0 2,1
Resto costa 3,8 3,3 2,9 2,4 2,4
Sierra 5,4 4,9 4,6 3,7 2,9
Selva 6,0 5,1 4,7 3,8 3,5
Nivel de educación
Sin educación 6,6 7,3 6,9 5,1 4,4
Primaria 5,0 5,4 5,0 4,0 3,6
Secundaria 3,1 3,4 3,0 2,4 2,6
Superior 1,9 2,2 2,1 1,8 1,9
Total 4,3 4,0 3,5 2,9 2,6

Fuente: INEI – Informe especial: “Perú: Encuesta Demográfica y de Salud Familiar 2009”.
Elaboración: Propia.

35
Cuadro Nº 6
Perú: Métodos anticonceptivos utilizados por las mujeres, 1977 - 2009
(Porcentaje)
ENAF ENPA ENDES
Método usado
1977 - 1978 1981 1986 1991-1992 1996 2000 2009
Métodos modernos 11 17 23 31 41 50 50
Píldora 4 5 7 6 6 7 8
DIU 1 4 7 13 12 9 4
Inyección 1 2 1 2 8 15 18
Esterilización 3 4 6 7 10 13 10
otros modernos 2 2 2 3 5 6 10

Tradicionales y folclóricos 21 24 23 26 23 19 23
Abstinencia 11 17 18 20 18 14 16
Otros 1/ 10 7 5 6 5 5 7
Uso total 31 41 46 57 64 69 73

1/ Incluye método retiro y folclórico.


Fuente: INEI – Informe especial: “Perú: Encuesta Demográfica y de Salud Familiar 2009”.
Elaboración: Propia.

Gráfico Nº 16
Perú: Evolución de los años promedio de estudio
según ámbito geográfico y sexo, 2004 - 2009

10,0
8,6 8,9 8,9 9,0
9,0 8,6 8,7

8,0 8,4
8,2 8,3 8,4
8,0 8,1
7,0

6,0 5,3 5,4 5,6 5,6 5,7


5,3
5,0

4,0
4,0 4,2 4,3 4,3 4,4
4,0
3,0
2004 2005 2006 2007 2008 2009 p/

Hombre Urbano Hombre rural Mujer Urbana Mujer rural

Fuente: INEI – Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2004 - 2009.
Elaboración: Propia.

Sin embargo, es importante resaltar que este proceso de mayor emancipación de las mujeres
peruanas que facilitó su incorporación a los mercados laborales ha sido desigual entre
peruanas. En ello llevan ventaja las mujeres peruanas en el ámbito urbano en comparación a
sus pares rurales quienes enfrentan todavía fuertes brechas de género en el acceso a
métodos de planificación modernos y en el acceso a la educación (Gráfico 16).

36
4.4 Análisis de los determinantes de la participación laboral de las mujeres

¿Qué factores pesan en la decisión - y en la posibilidad- de una mujer peruana de participar


en los mercados laborales? El conocimiento de estos factores contribuye a diseñar políticas
laborales de promoción en la incorporación de las mujeres a los mercados laborales en
mejores condiciones, de ahí la relevancia de abordar su aproximación.

La aproximación de tales factores implica la selección de un conjunto de variables o de


dimensiones en la vida y dinámica de las mujeres que les permiten o les limitan las
posibilidades de incorporarse a los mercados laborales remunerados. Estas variables son
tanto de orden personal como familiar, civil y/o comunitario y se caracterizan porque
influirán sobre la asignación del tiempo de las mujeres. Es decir, sobre si deciden
ingresar a los mercados de trabajo remunerado y sobre cuánto tiempo asignarán al trabajo
en el hogar, al mercado, la comunidad etc.

El uso del tiempo -como se discutió previamente- y el tiempo, en tanto recurso, para mujeres
y hombres, constituye un tema medular en el análisis de las desigualdades de género. La
asignación del tiempo de las personas entre labores productivas y reproductivas pasa por
consideraciones de género. Mujeres y hombres no tienen igual disponibilidad de tiempo
porque la división sexual del trabajo entre ellos les atribuye de manera desigual el trabajo
productivo, reproductivo y los cuidados.

Como vimos, en el caso de las mujeres, se habla así de la triple jornada y de pobreza de
tiempo. A diferencia de los hombres, a quienes las sociedades atribuyeron principalmente el
trabajo productivo, las mujeres destinan su tiempo entre el trabajo reproductivo, los
cuidados y el trabajo productivo en distintos ámbitos: el hogar, el mercado y la comunidad,
por lo que el uso de su tiempo está sometido a mayores presiones que en el caso de sus
pares hombres.

Los modelos neoclásicos de determinación del tiempo asignado por los miembros de un
hogar a los mercados, no recogen estas especificidades y consideran decisiones de las
personas entre ocio y trabajo y en función a la utilidad que una determinada asignación del
tiempo proporciona a la persona. No introducen la variable de género y asumen que el jefe
del hogar es altruista y que sus decisiones reflejan las decisiones de todos los miembros de
hogares a quienes además supone iguales en intereses y en necesidades.

Sin embargo, mujeres y hombres tienen intereses y necesidades diferenciadas que se reflejan
en una asignación distinta de su tiempo. Esta asignación por lo general refleja además la
desigual distribución de trabajo reproductivo y de los cuidados entre mujeres y hombres.
De ahí la desigualdad en las posibilidades de uno y otro de participar en los mercados
laborales.

A pesar de tales limitaciones, los modelos neoclásicos sobre decisiones de asignación del
tiempo de las personas son una herramienta que permite aproximarnos a algunas
características básicas de la oferta laboral de las mujeres peruanas.

37
Modelo de estimación

Para identificar los determinantes de la participación de las mujeres peruanas en los


mercados laborales y el tiempo que asignará a estos, usaremos el método econométrico de
estimación de Heckman, aplicado en anteriores informes anuales sobre la mujer peruana en
el mercado laboral17. Este modelo realiza la estimación en dos etapas, primero estima
factores que determinan la decisión de las mujeres de trabajar o no en los mercados
laborales, y luego estima el tiempo (horas de trabajo) que las mujeres deciden destinar a esos
mercados.

El modelo trabaja así en base a un conjunto de ecuaciones para las remuneraciones y para la
participación en los mercados de trabajo. En el caso de la decisión de participar en los
mercados laborales, se usa un modelo de estimación Probit que tiene por objeto medir la
decisión de participación en los mercados laborales en función de las características
personales y familiares de las personas.

Para la estimación, se asume la teoría neoclásica de la oferta de trabajo. Esta sostiene que las
personas, en este caso las mujeres, definen sus decisiones de participación en el mercado
laboral a partir de la evaluación de un “salario de reserva”. Dado que este salario de reserva
es inobservable, sólo se puede definir una variable binaria, la cual tomará el valor de uno si
la mujer participa en el mercado laboral y 0 si no lo hace.

Para el caso de determinación de la asignación del tiempo destinado a los mercados


laborales, se toma el modelo de Becker (Pollak: 2002)18 sobre la economía familiar y las
decisiones de asignación del tiempo de los miembros del hogar. En este modelo se toma
también en consideración y se identifican tanto las características individuales del jefe del
hogar, tales como la educación y la experiencia, como también las características familiares y
las condiciones del mercado que determinan la entrada de los miembros del hogar a los
mercados laborales.

En el modelo de Becker, se asume también que el consumo de cada individuo será igual al
valor de su producción. Así, en la aplicación al caso de las mujeres peruanas, la producción
del hogar dependerá de las horas que la mujer destine al trabajo19.

17 Véase los informes de los años 2007 y 2008.


18
Pollak, Robert, “Gary Becker´s contribution to family and household Economics”. Washington University.
Saint Louise.2002
19
Barro, R. 1986

38
Cuadro Nº 7
Perú: Estimación probit de la participación laboral de la mujer, 2009
Superior incompleta o más Secundaria Completa o menos
Variables
Coeficientes Efecto Marginal Coeficientes Efecto Marginal
Edad 0.1458*** 0.0492*** 0.0928*** 0.0353***
(15.953) (15,82) (17,53) (17,36)
Edad al cuadrado -0.0019*** -0.0006*** -0.0011*** -0.0004***
(-16.4864) (-16.2785) (-20.5104) (-20.2784)
Total de enfermos crónicos en el hogar 0,0187 0,0063 -0.0540*** -0.0205***
(0,88) (0,88) (-2.9500) (-2.9504)
Años de escolaridad 0.0925*** 0.0312*** -0,003 -0,0012
(8,18) (8,15) (-0.4624) (-0.4624)
Promedio de educación de adultos en el hogar -0,0043 -0,0014 -0.0147** -0.0056**
(-0.4856) (-0.4856) (-2.2418) (-2.2416)
Número de niños menores de 6 años -0.0869*** -0.0293*** -0.0742*** -0.0282***
(-3.1193) (-3.1227) (-3.7132) (-3.7124)
Ratio PET femenina / PET familiar 0.2204* 0.0744* 0,1225 0,0465
(1,76) (1,76) (1,15) (1,15)
Estado civil (1=casado, 0=otro caso) -0.4487*** -0.1517*** -0.1901*** -0.0718***
(-8.8394) (-8.9238) (-4.3889) (-4.4218)
Ingreso no laboral per cápita 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000
(-1.4510) (-1.4502) (-1.1113) (-1.1111)
Ingreso de otros miembros del hogar -0.0001*** -0.0000*** -0.0001*** -0.0001***
(-4.9489) (-4.9287) (-3.4876) (-3.4748)
Asiste a algún centro de enseñanza? (1=Sí, 0=No) -0.5123*** -0.1877*** -0.4783*** -0.1874***
(-8.7415) (-8.3080) (-6.8017) (-6.7704)
Lugar de residencia (1=Urbano, 0=Rural) -0.1619*** -0.0525*** -0.4614*** -0.1721***
(-2.8980) (-3.0115) (-10.7234) (-11.0146)
Constante -2.6208*** -0.4619***
(-13.2003) (-3.3705)
Observaciones 8 227 8 227 11 213 11 213

Nota: Los t-estadísticos se encuentran entre paréntesis.


* La variable es significativa con un nivel de confianza de 90%.
** La variable es significativa con un nivel de confianza de 95%.
*** La variable es significativa con un nivel de confianza de 99%.
Fuente: INEI– Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.

Especificación teórica de las variables

Con información de la ENAHO 2009 - que tiene la ventaja de proporcionar información


sobre características tanto individuales como de las familias- se seleccionó diez variables
para analizar los determinantes de la participación de las mujeres peruanas en los mercados
laborales. Véase Cuadro 7

Una parte de estas variables señala características personales de las mujeres tales como la edad, el
estado civil, el lugar de residencia. El horizonte de participación en los mercados está
marcado por la edad de la mujer, existe así una edad de ingreso a los mercados y otra de
salida para participar en estos.

Así mismo, la decisión de trabajar en los mercados laborales y asignar horas de trabajo para
ellos puede también estar mediada por el estado civil de la mujer. Las mujeres solas e
independientes tendrán mayores razones para trabajar o asignar más horas de trabajo a los
mercados laborales en tanto sobre ellas recae la responsabilidad total de gestionar sus
hogares. La existencia de una pareja, en el caso de las mujeres casadas o de aquellas unidas
en relaciones de convivencia, implica la posibilidad de conformar bolsas de ingresos y de
compartir la gestión del hogar., lo que puede reducir la presión por trabajar en los mercados
laborales.

39
El otro conjunto de variables seleccionadas alude a las características del hogar de las
mujeres. Las variables como el número de hijos menores a 6 años y el número de enfermos
crónicos en el hogar aluden a la influencia que puede tener la carga reproductiva y los
cuidados que asumen las mujeres sobre su decisión de participar en los mercados laborales.

Otras variables seleccionadas aluden más bien a la base de activos o dotación de activos de
la mujer y de su hogar, como las referidas al nivel educativo alcanzado por los miembros del
hogar.

Se considera también el número de miembros femeninos del hogar que trabaja o en edad de
trabajar en el hogar frente al número total de miembros del hogar, para hacer referencia a la
carga familiar que la mujer asume en tanto señala al número de dependientes a su cargo.

Finalmente se considera también los niveles de ingresos de los otros miembros del hogar.
Cuando los otros miembros del hogar procuran ingresos (conformación de una bolsa
familiar) existe menor presión para asignar tiempo o mayor tiempo a los mercados laborales.
Asimismo, cuando el hogar percibe ingresos no laborales o transferencias (remesas de
miembros desde fuera del hogar), esto también puede influir sobre la decisión de las mujeres
de destinar o no su tiempo a los mercados laborales.

Es importante resaltar que estas variables afectarán la participación de las mujeres en los
mercados dependiendo también de las condiciones del contexto social y económico en el
cual las mujeres toman decisiones de participar en los mercados laborales.

Como se señaló, la orientación de las políticas sociales puede influir, como de hecho se ha
visto, en reducir la carga reproductiva (menor número de hijos por hogar), o en mejorar el
nivel educativo de las mujeres y de los miembros del hogar y propiciar o habilitar a las
mujeres para una participación más fluida en los mercados laborales.

Por su parte, las políticas macroeconómicas pueden afectar positiva o negativamente los
niveles de ingreso de los otros miembros del hogar así como los niveles de transferencias
familiares. También pueden influir sobre las políticas sociales y sus alcances sobre las
mujeres y sus hogares en términos de educación, acceso a la salud reproductiva, el recorte
del gasto social en estos temas clave influirán en las decisiones de las mujeres sobre su
participación en los mercados.

Así también, las políticas activas de empleo o de generación de ingresos y el marco de


regulación del trabajo serán determinantes en las decisiones de las mujeres.

Grupos de análisis

Para efectos del análisis y estimación econométrica se ha separado a las mujeres en dos
grupos de acuerdo al nivel educativo que alcanzan. Un grupo es el conformado por las
mujeres que alcanzaron educación superior y un segundo grupo es el de las mujeres con
educación básica.

Resultados

Los resultados del análisis econométrico realizado permiten concluir para el grupo de
mujeres con nivel de educación superior incompleta, que las variables significativas que
influyen en la decisión de las mujeres de participar o no en los mercados laborales a un nivel

40
de confianza del 99% son: la edad de la mujer, sus años de escolaridad, el estado civil, el
número de niños menores de 6 años de edad en el hogar, el estado civil de las mujeres,
asistencia a algún centro de enseñanza y el lugar de residencia. El ratio PET femenina sobre
PET familiar es una variable también significativa pero a un nivel de confianza de 90%.

En el caso de las mujeres con educación básica resultan significativas las mismas variables
sin embargo, en este caso tiene importancia el total de enfermos crónicos en el hogar que no
es significativa para el primer grupo.

La mayoría de variables que la literatura económica y laboral señala como importantes


confirman así su relevancia.

Con respecto a los efectos marginales se aprecia, para ambos grupos, que la edad, los años
de escolaridad y el ratio PET femenina sobre PET familiar afectan positivamente20 la
probabilidad de participación en los mercados laborales, mientras que el resto de las
variables significativas afectan dicha probabilidad de manera negativa.

Es importante señalar que se cumple que la participación laboral se incrementa con la edad,
pero declina con los años. En cuanto a la variable educación, es importante resaltar también
que las mujeres con nivel de educación superior tienen más posibilidades de participación en
el mercado de trabajo que las mujeres con educación básica. En tal sentido, las políticas
deben estar dirigidas a incentivar la participación de las mujeres incrementando su acceso a
educación de calidad y a la capacitación laboral.

4.5 Determinantes de la oferta de trabajo de las mujeres

En la primera parte de este análisis se mencionó que la participación de la mujer en los


mercados laborales implica dos decisiones. La primera es decidir si se entra o no a los
mercados laborales en base a los determinantes discutidos en la sección previa. La segunda
decisión consiste en definir el número de horas que va ofertar en los mercados. La oferta de
horas de trabajo, también es una variable que se determina en base a aspectos o atributos
individuales, familiares y de mercado.

Modelo teórico y de estimación

La estimación del modelo de determinantes de oferta laboral de las mujeres se realiza en dos
etapas ya mencionadas. Esto implica que la muestra inicial presenta un problema de sesgo
de selección dado que en la segunda etapa de estimación solo se observan los datos de
ingresos laborales y de horas trabajadas de aquellas mujeres que deciden trabajar y no se
considera a aquellas que se mantienen supuestamente “inactivas”, lo que en términos
econométricos corresponde a una estimación truncada.

20 Una relación positiva entre variables indica que ambas se comportan en el mismo sentido, es decir cuando
una avanza la otra lo hace también y si una cae la otra cae también. Por ejemplo “a más años de escolaridad de
la mujer, su decisión de participar en los mercados laborales será positiva”. Una relación negativa entre
variables significa que ambas se comportan de manera inversa, cuando una avanza la otra cae, por ejemplo “a
mayor número de hijos menores a los 6 años en el hogar, la mujer decide no participar en los mercados
laborales.

41
Asimismo, debe observarse que estos modelos de estimación de oferta laboral han sido
pensados para mujeres que trabajan por ingresos laborales fijos, por ello solo se considera a
aquellas que trabajen de forma dependiente con remuneración.21

En la realidad, las mujeres trabajan no solo como asalariadas sino que pueden decidir
trabajar para un pequeño negocio unipersonal e independiente o pueden destinar horas de
trabajo a destajo en su domicilio para empresas del sector manufacturero. Sin embargo, en el
modelo se las considera “inactivas”.

Aclaradas las limitaciones del modelo utilizado, en esta segunda etapa de estimación, se
considera que las horas que las mujeres deciden destinar a los mercados laborales dependen
principalmente de la remuneración que estos ofrecen. Además se considera que la
remuneración percibida por las mujeres depende de sus características personales

El modelo a ser estimado tiene así dos ecuaciones:

ln(wi ) = z i′α + vi ……………(1)

ln(hi ) = β 0 ln( wi ) + xi′β + ui ……………(2)

Donde:
ln(wi ) es el logaritmo del ingreso laboral femenino; ln(hi ) es el logaritmo de la cantidad de
horas, por semana, ofrecidas al mercado laboral; z i es un vector de determinantes de los
ingresos laborales tales como la edad, experiencia y el nivel educativo; xi es un vector de
variables individuales y de la familia que determinan la cantidad de horas que una mujer
ofrece al mercado laboral para cada nivel de ingresos laborales; y α y β son vectores de
parámetros, siendo β 0 el parámetro de la pendiente de la oferta laboral. También vi y u i
son dos términos de perturbación no correlacionados.

La ecuación (1) representa a los determinantes de los ingresos laborales mientras que la
ecuación (2) es la oferta laboral. Se plantean ambas ecuaciones pues las observaciones del
trabajo de las mujeres son el resultado de la interacción de las dos ecuaciones (asumiéndose
que los trabajadores son precio-aceptantes en el mercado laboral)22.

La ecuación (2), principal objeto de interés en la estimación a desarrollarse, no puede ser


estimada directamente por la técnica de mínimos cuadrados ordinarios debido a que la
variable ln(wi ) es endógena en dicha ecuación, es decir, la variable está correlacionada con
el término de perturbación u i . Por ello el ingreso laboral es una variable endógena que debe
ser modelada (tal como se hace en la ecuación (1)) e instrumentalizada.

Estimación de los determinantes de los ingresos laborales

El primer paso consiste en estimar la ecuación (1) por el método de Heckman para corregir
el sesgo de selección mencionado. Los determinantes de la selección son los mismos que
definieron la participación de la mujer en el mercado laboral.

21 Véase Heckman (1974) y Heckman (1979)


22 Véase Maddala (1983) para una explicación detallada de estos métodos.

42
Cuadro Nº 8
Perú: Determinantes de los ingresos laborales de las mujeres, 2009
Variables Coeficientes t - estadisticos
Edad 0.0370*** (3,91)
Edad al cuadrado -0.0004*** (-2.97)
Años de escolaridad 0.0850*** (8,81)
Años de experiencia en el trabajo actual 0.0156*** (3,86)
Urbano o rural 0.2664*** (3,66)
Profesionales, técnicos y ocupaciones afines 0.3200*** (3,37)
Gerentes, administradores y funcionarios 0.6048*** (6,76)
Empleados de oficina 0.2545*** (3,18)
Vendedores -0,0403 (-0.45)
Agricultor, ganadero y pescador -0.4081*** (-3.12)
Artesanos y operarios 0,1099 (1,57)
Obreros, jornaleros y ocupaciones no especificadas -0,0863 (-0.35)
Trabajadores de los servicios -0,0408 (-0.59)
Constante 3.4380*** (21,23)
select
Edad -0,0109 (-0.93)
Edad al cuadrado 0,0001 (0,53)
Años de escolaridad -0.0780*** (-11.0)
Total de enfermos crónicos en el hogar -0.0548*** (-2.78)
Promedio de educación de adultos en el hogar 0,0065 (0,68)
Número de niños menores de 6 años -0,0132 (-0.44)
Ratio PET femenina / PET familiar -0,0491 (-0.36)
Estado civil (1=casado, 0=otro caso) -0.2841*** (-4.06)
Ingreso no laboral per cápita 0,000 (0,82)
Ingreso de otros miembros del hogar 0.0001*** (4,89)
Asiste a algún centro de enseñanza? (1=Sí, 0=No) -0.3336*** (-4.08)
Constante 0.9409*** (4,57)
athrho: Constante -0.7488*** (-4.01)
Insigma: Constante -0.1403** (-2.57)
Observaciones 4 780
Nota: No se incluyen a las mujeres que trabajan de manera independiente.
** La variable es significativa con un nivel de confianza de 95%.
*** La variable es significativa con un nivel de confianza de 99%.
Fuente: INEI– Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.

En el cuadro Nº 8 se observa las estimaciones de la ecuación (1) para la cual se tomó en


cuenta a la sub muestra de trabajadores dependientes que incluye a empleadas públicas y
privadas, obreras públicas y privadas, practicantes y trabajadoras del hogar. La variable
dependiente es el logaritmo del ingreso laboral semanal en su ocupación principal y
deflactado, la cual llamaremos en adelante “ingreso”.

Se observa que las variables relevantes para estimar el ingreso obtenido por las mujeres
dependientes son la edad, los años de escolaridad, los años de experiencia en el trabajo
actual, el lugar de residencia, así como las variables correspondientes a la identificación del
tipo de trabajo que desempeña la persona. Con la excepción de la edad al cuadrado, todas
estas variables tienen coeficientes positivos, es decir, afectan positivamente los ingresos. La
ocupación profesional es un determinante de los sueldos y salarios de las mujeres; los
coeficientes varían de acuerdo a la profesión de las mujeres entre las que se distingue el
siguiente orden (de mayor a menor coeficiente):

43
1. Gerentes, administradores y funcionarios
2. Empleados de oficina
3. Profesionales, técnicos y afines
4. Obreros, jornaleros y otras ocupaciones
5. Vendedores
6. Trabajadores de los servicios
7. Artesanos y operarios
8. Agricultores, ganaderos y pescadores

La categoría excluida de la regresión es la de Trabajadoras del hogar debido a que se tiene


pocos casos en la encuesta. Además el software eliminó automáticamente a las categorías
“mineros y canteros” y “conductores” por carecer de suficientes observaciones de mujeres
en esos rubros. Por las desigualdades de género vigentes, las mujeres no suelen desarrollarse
en ese tipo de ocupaciones consideradas “masculinas”.

Todos los coeficientes obtenidos para estas variables resultan positivos, con excepción de
aquellos correspondientes a agricultores, ganaderos y pescadores, obreros y jornaleros que
son negativos. Esto significa que los ingresos promedio de esas actividades son más altos
que los de las mujeres trabajadoras de los servicios.

Así, las variables relacionadas a la edad y el nivel educativo de las trabajadoras influyen
significativamente sobre los niveles de ingreso que alcanzan. De un lado esto se explica
porque a mayor edad de la trabajadora, esta acumula un mayor acervo de conocimientos y
de experiencia. Por otro lado, la educación, referida como años promedio de escolaridad, así
también como la asistencia a centros de capacitación, tiene influencia significativa en los
sueldos y salarios alcanzados por las mujeres en tanto son parte esencial de la formación de
su capital humano. En estos casos, el coeficiente positivo señala que a más educación o
capacitación de la mujer mayor es el nivel de sueldos y salarios que percibe.

Los años de experiencia en el puesto desempeñado también se muestran significativos para


definir un mayor sueldo o salario. Asimismo, los grupos de ocupaciones que requieren un
mayor nivel de calificación (profesionales, técnicos, gerentes) corren de la mano con la
posibilidad de contar con mayores sueldos y salarios.

El sector en el cual se desempeña la trabajadora también es significativo para determinar un


mayor o menor sueldo. Así, desempeñarse en sectores extractivos o primarios (agricultura,
pesca) influye sobre los sueldos y salarios percibidos pero a la inversa de las anteriores
variables (originan menores sueldos).

Estimación de la oferta laboral de las mujeres


En la segunda etapa de estimación, se utiliza la predicción del logaritmo del ingreso laboral
para estimar la ecuación (2). Para el cálculo de esta siguiente etapa se mantiene la división
sugerida en la primera parte: el grupo conformado por aquellas mujeres con secundaria
completa o menos, y otro grupo para aquellas mujeres con superior incompleta o mayor de
educación.

44
Cuadro Nº 9
Perú: Estimación de la oferta laboral de la mujer, 2009
Superior Secundaria
Variables t - estadisticos t - estadisticos
incompleta o más Completa o menos
logaritmo natural de las horas
Linear prediction 0,0315 (0,5471) 0.2245*** (4,7005)
Edad -0,0006 (-0.3561) -0.0030* (-1.8141)
Lugar de residencia (1=Urbano, 0=Rural) 0,0606 (1,0313) 0.0769** (2,1797)
Número de miembros en el hogar 0,0021 (0,2334) -0,0052 (-0.7982)
Estado civil (1=casado, 0=otro caso) -0.0870*** (-2.7346) -0.2057*** (-4.4745)
Número de niños menores de 6 años 0,0217 (0,9635) 0,0195 (0,7137)
Total de enfermos crónicos en el hogar -0.0186* (-1.6572) 0,0139 (0,6256)
Ingreso no laboral per capita 0,000 (0,8675) 0,000 (0,9833)
Ingreso de otros miembros del hogar 0.0000*** (2,7252) 0.0000*** (3,7387)
Asiste a algún centro de enseñanza? (1=Sí, 0=No) -0.2802*** (-4.8318) -0.2384** (-2.4895)
Ratio PET femenina / PET familiar 0,0544 (0,6169) -0,0349 (-0.2621)
Constante 3.3701*** (9,0339) 2.4478*** (8,4019)
select
Edad 0,0507 (1,5965) 0,0102 (1,4427)
Edad al cuadrado -0,0004 (-1.1128) -0,0001 (-1.4537)
Años de escolaridad 0.0842** -2,1325 -0.0338*** (-4.1416)
Total de enfermos cronicos en el hogar -0,071 (-1.5075) -0,0474 (-1.5056)
Promedio de educacion de adultos en el hogar -0,0189 (-0.9291) -0.0116** (-1.9830)
Número de niños menores de 6 años -0,1102 (-1.6299) -0,0281 (-0.7926)
Ratio PET femenina / PET familiar 0,5193 (1,5107) 0,1954 (0,9360)
Estado civil (1=casado, 0=otro caso) -0.2225* (-1.8429) 0.1484** -2,0561
Ingreso no laboral per capita 0,000 -0,3667 0,000 (-0.3881)
Ingreso de otros miembros del hogar 0,000 (-0.5429) -0.0001*** (-3.2243)
Asiste a algún centro de enseñanza? (1=Sí, 0=No) -0,0197 (-0.1340) 0,1777 (1,4383)
Constante -0,6862 (-1.0993) 1.1533*** (6,0083)
athrho
Constante 0,0194 (0,4181) -2.9735*** (-14.7916)
lnsigma
Constante -0.7091*** (-16.5976) -0.2042*** (-6.8577)
Observaciones 6 415 5 874

Nota: No se incluyen a las mujeres que trabajan de manera independiente.


* Significativa con un 90% de confianza.
** La variable es significativa con un nivel de confianza de 95%.
*** La variable es significativa con un nivel de confianza de 99%.
Fuente: INEI– Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.

En el Cuadro 9 se observan los resultados obtenidos por la estimación de la ecuación 2 con


la cual se estiman los determinantes de la oferta laboral de las mujeres (las horas que
destinarán a los mercados laborales).

Las variables significativas al 99% para el grupo de trabajadoras con educación superior
incompleta son el estado civil de la mujer, la asistencia A un centro de enseñanza. Para el
grupo con educación básica las variables significativas son el estado civil de la mujer y el
ingreso de los otros miembros del hogar.

Los coeficientes de las variables son negativos para las variables estado civil y asistencia a
centro educativo. La interpretación de este resultado señala que el estado civil de las mujeres
influye negativamente en el número de horas que destina a los mercados laborales, por
ejemplo, si una mujer es casada, las horas que dedica a los mercados laborales sería menor.
Sucede lo mismo con la variable asistencia a un centro educativo, mientras una mujer se
prepara para aumentar la formación de su capital humano, serán menos las horas que puede
dedicar al mercado laboral.

En el caso de la variable ingresos de los otros miembros del hogar, su aporte al análisis no es
relevante pues el coeficiente es casi cero.

45
En general, la importancia que reviste el estado civil de las mujeres sobre la determinación
de su oferta laboral amerita una mayor atención así como la dinámica de los hogares.
Estudios realizados en otros países de la región como en el caso del Uruguay (Espino:
2009)23 muestran que en el largo plazo, han existido cambios importantes en los
determinantes de la oferta laboral femenina. Espino encuentra que antes se consideraba a las
mujeres como “trabajadoras secundarias” que producían “ingresos complementarios” para
el hogar, esto debido a que la oferta de trabajo de las mujeres casadas dependía altamente de
las horas trabajadas y del ingreso de sus conyugues. Sin embargo, al presente se observa que
la oferta laboral de las mujeres casadas en el Uruguay es inelástica a las variaciones en las
horas de trabajo y el ingreso de sus compañeros.

En la medida que las mujeres trabajadoras se hacen más autónomas y más calificadas
laboralmente, están menos dispuestas a sacrificar su rol productivo en los mercados,
generan ingresos no con fines de complementación de los ingresos de otros en el hogar sino
también en función a una racionalidad propia.

4.6 Situación de las mujeres en el mercado laboral al 2009: Niveles de empleo

Al 2009, los hombres constituyen el 54,4% de la población económicamente activa ocupada


en el Perú, mientras que las mujeres representan el 45,6%. Los hombres tienen mayor
representación entre la PEA desocupada al 2009 (53%) frente a un 47% de las mujeres
(Cuadro 10).

Cuadro N° 10
Perú: Población, fuerza de trabajo y tasas por sexo, 2009
(Porcentaje)
Total Sexo
Diversas variables Absoluto
relativo Hombre Mujer
A. Población y fuerza de trabajo
Población en Edad de Trabajar (PET) 21 526 104 100,0 48,6 51,4
Población Económicamente Activa (PEA) 15 950 983 100,0 54,4 45,6
PEA ocupada 15 316 129 100,0 54,4 45,6
PEA desocupada 634 854 100,0 53,0 47,0
Población inactiva 5 575 120 100,0 32,1 67,9

B. Tasas
Tasa de Actividad (PEA/PET) - 74,1 82,9 65,8
Ratio empleo/población (PEA ocupada/PET) - 71,2 79,7 63,1
Tasa de desempleo (PEA desocupada/PEA) - 4,0 3,9 4,1

Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.

Las mujeres representan la mayor parte de la población considerada “inactiva” (67,9%), así
por ejemplo, una “ama de casa” no es considerada laboralmente activa. Las estadísticas
oficiales no reconocen la existencia de la economía del cuidado24 y el trabajo que implica
(Rodríguez: 2005). Este trabajo, realizado principalmente por las mujeres, que sostiene el

23 Espino, Alma “El aumento de la oferta laboral de las mujeres casadas en Uruguay”. Desarrollo y Sociedad.
Segundo Semestre del 2009, pp.13-53
24 Definida como todos aquellos elementos que “cuidan y nutren a las personas, se refiere a los bienes y

servicios que permiten a las personas educarse, alimentarse, estar sanas y vivir en un habitat propicio;.abarca
tanto el cuidado material que implica trabajo, el cuidado económico que implica un costo y el cuidado
psicológico que implica un vínculo afectivo” (Rodríguez: 2005).

46
sector productivo de la economía no es visibilizado por las estadísticas oficiales. Sin
embargo, los reportes sobre el desarrollo humano del PNUD si consideran el trabajo en la
economía de los cuidados en sus estadísticas e indicadores de desarrollo humano, la
distribución del tiempo de mujeres y hombres (PNUD: 2006).

Las consideraciones o supuestos utilizados sobre el ama de casa “inactiva” en las estadísticas
laborales dejan también de lado, por ejemplo, la figura de las trabajadoras a domicilio,
aquellas trabajadoras en las que se ha apoyado mucho el crecimiento del mercado interno en
el Perú en la última década, como se ha señalado en capítulos precedentes.

La tasa de actividad laboral en el 2009 fue de 74,1% en el Perú. Los hombres presentan una
mayor tasa de actividad laboral (82,9%) mientras que las mujeres continuaron
incrementando sus tasas de actividad como tendencia (65,8%).

La tasa de desempleo continuó alejándose de sus valores “históricos”. En décadas


precedentes el desempleo se ubicaba en el 7% y en el 2009 pasó a ser 4%. De acuerdo al
Cuadro 10 tanto mujeres como hombres enfrentan tasas similares de desempleo en el orden
de 3 al 4%.

Cuadro N° 11
Perú: Distribución de la PEA por condición de actividad
según sexo y rango de edad, 2009
(Porcentaje)
Condición de actividad
Sexo / rango de edad
Ocupado Desocupado
Total PEA 15 316 129 634 853
Total relativo 100,0 100,0
Hombre 54,4 53,0
De 14 a 29 años 17,9 34,3
De 30 a 45 años 17,9 8,5
De 46 a 55 años 8,8 4,3
De 56 a más años 9,7 5,9
Mujer 45,6 47,0
De 14 a 29 años 14,5 27,0
De 30 a 45 años 15,7 12,8
De 46 a 55 años 8,0 5,0
De 56 a más años 7,4 2,3

Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.

De acuerdo al Cuadro N° 11 tanto en el caso de las mujeres como de los hombres que
conforman la PEA al 2009, el mayor nivel de desempleo se ubica entre los y las jóvenes de
14 a 29 años de edad, 34,3% y 27,0% respectivamente.

47
Cuadro N° 12
Perú: Distribución de la PEA por niveles de empleo
según sexo y rango de edad, 2009
(Porcentaje)
Subempleo Empleo
Sexo / rango de edad Total Desempleo
Por horas Por ingresos adecuado

PEA Total 100,0 4,0 9,4 35,0 51,6

Hombre 100,0 3,9 6,9 32,0 57,2


De 14 a 29 años 100,0 7,3 8,8 34,5 49,4
De 30 a 45 años 100,0 1,9 5,2 27,9 64,9
De 46 a 55 años 100,0 2,0 5,4 27,3 65,4
De 56 a más años 100,0 2,5 7,6 39,1 50,9

Mujer 100,0 4,1 12,5 38,4 45,0


De 14 a 29 años 100,0 7,2 13,1 38,2 41,6
De 30 a 45 años 100,0 3,3 13,7 36,6 46,4
De 46 a 55 años 100,0 2,5 11,7 39,3 46,5
De 56 a más años 100,0 1,3 9,6 42,1 47,1

Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.

Uno de los principales problemas de empleo en el país es el subempleo o la falta de


empleo adecuado. Aquí es donde se marcan las principales diferencias de género entre
mujeres y hombres, y en donde existe una ostensible brecha de género.

Entre los hombres, el 57% tiene un empleo adecuado, mientras que entre las mujeres el
45% tiene un empleo adecuado. Asimismo, el subempleo en sus dos formas (por ingresos y
por horas de trabajo) si bien afecta tanto a mujeres como a hombres, es más significativo
entre las mujeres que entre los hombres (constituye así otra brecha de género en el mundo
del trabajo.

El subempleo por ingresos es más fuerte entre las mujeres que entre los hombres (38,4%
frente al 32,0% de los hombres). Una diferencia sustancial entre mujeres y hombres se
aprecia también en el subempleo por horas, las mujeres sufren mayor desempleo por horas
que los hombres.

48
Informe anual – La Mujer en el Mercado Laboral Peruano: 2009 - DISEL

Capítulo 5
Características de las mujeres ocupadas en el Perú según
niveles de pobreza: 2005-2009

Las características de las mujeres trabajadoras en el Perú son heterogéneas, se diferencian


por su ubicación espacial (urbana, rural), por su formación de capital humano (educación y
capacitación), por los sectores económicos en los que se desenvuelven así como por el nivel
de ingresos y de pobreza o riqueza.

En este capítulo se presenta y analiza las principales características del perfil de mujeres
ocupadas en el Perú de acuerdo al nivel de pobreza en el que se ubican. Los niveles de
pobreza se consideran tanto a partir de las categorías utilizadas por el INEI: no pobre,
pobre no extremo y pobre extremo, como también por quintiles de ingreso.

5.1 Niveles de empleo por niveles de pobreza y sexo

En el Cuadro 13, para los años 2005 y 2009 se muestran los niveles de empleo de la
población según las categorías de pobreza del INEI, puede observarse que la representación
de los pobres extremos y pobres no extremos, disminuyó tanto para mujeres como para
hombres en el caso del desempleo, subempleo por horas y el subempleo por ingresos, lo
que indicaría una mejora de acceso al empleo para estos grupos.

Sin embargo, la calidad del empleo para estos grupos se mantiene como uno de los grandes
desafíos en el panorama laboral del país, este aspecto del empleo logrado constituye también
aquel en el que se observan las brechas de género. Las cifras evidencian así mismo que el
acceso al empleo de mayor calidad se ha distribuido desigualmente en el país y
principalmente a favor de los no pobres.

Comparando el empleo adecuado entre los años 2005 y 2009 las mujeres pobres extremas
fueron el grupo que más representación perdió, pasando de ser el 14,5% en el 2005 a ser el
8,8% en el 2009, una pérdida similar se observa para el grupo de mujeres pobres no
extremas quienes pasaron de representar el 23,6% de la PEA femenina adecuadamente
empleada en el 2005 a ser el 16,2% en el 2009. En contraste, el grupo de mujeres que ganó
mayor representación entre la PEA femenina adecuadamente empleada fue el de mujeres no
pobres. Lo mismo se observa en el grupo de hombres no pobres para el mismo período.

La diferencia en el acceso a empleo adecuado entre pobres no extremos y pobres extremos


era significativa también. Los pobres no extremos, tanto en el caso de las mujeres como de
los hombres, representaban más de una quinta parte de la PEA femenina y masculina
adecuadamente empleada.

49
Cuadro N° 13
Perú: Distribución de la PEA por sexo y niveles de pobreza, según
niveles de empleo, 2005 y 2009
(Porcentaje)
2005 2009
Sexo / Niveles de Total Subempleo Subempleo
pobreza Empleo Empleo
Desempleo Por Por Total Desempleo Por Por
adecuado adecuado
horas ingresos horas ingresos
Mujer
Pobre extremo 16,0 4,4 15,8 19,0 14,5 10,4 3,5 10,7 12,9 8,8
Pobre no extremo 28,3 32,3 30,7 31,8 23,6 20,7 17,1 24,4 25,2 16,2
No pobre 55,7 63,4 53,5 49,2 61,9 68,9 79,5 64,9 62,0 75,0
Total relativo 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Hombre
Pobre extremo 14,8 7,0 16,1 23,4 7,4 9,6 2,6 10,3 16,1 6,3
Pobre no extremo 30,0 32,5 31,0 36,7 23,3 21,6 20,8 23,7 29,3 17,1
No pobre 55,2 60,5 52,9 39,9 69,3 68,8 76,6 66,0 54,6 76,6
Total relativo 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

Nota: Base de datos INEI 2005, actualizada al 27 de mayo del 2009.


Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2005 y 2009.
Elaboración: Propia.

5.2 Niveles de empleo por quintiles de ingreso y sexo

Las diferencias de género en los niveles de empleo se muestran más marcadas entre mujeres
y hombres pobres extremos cuando se hace el análisis de la pobreza por quintiles de ingreso
(Cuadro N° 14). Mientras que entre las mujeres subempleadas por horas las mujeres del
quintil 1 (quintil más pobre) representaban en el 2005 aproximadamente una tercera parte,
entre los subempleados por horas hombres, los del primer quintil representaban menos de
la quinta parte. En ambos casos, hacia el 2009 se incrementa la representación de los
hombres y mujeres trabajadores del primer quintil entre los subempleados por horas.

Cuadro N° 14
Perú: Distribución de la PEA ocupada por sexo y quintil de ingresos, según
niveles de empleo, 2005 y 2009
(Porcentaje)
Hombre Mujer
Total Total
Niveles de empleo
1 quintil 2 3 4 5 relativo 1 quintil 2 3 4 5 relativo

2005 10,4 14,5 19,3 24,4 31,4 100,0 29,4 18,6 17,6 17,2 17,3 100,0
Subempleo por horas 18,5 29,0 27,1 14,1 11,4 100,0 27,2 36,9 23,2 6,9 5,8 100,0
Subempleo por ingresos 12,5 21,2 33,7 32,7 0,0 100,0 30,6 17,5 24,9 26,9 0,0 100,0
Empleo adecuado 7,1 6,2 4,8 18,2 63,6 100,0 28,7 14,5 8,3 10,0 38,5 100,0

2009 p/ 9,4 15,5 20,1 26,2 28,7 100,0 27,9 22,9 18,1 16,3 14,8 100,0
Subempleo por horas 19,9 30,6 23,1 12,9 13,5 100,0 30,3 42,4 16,0 5,9 5,4 100,0
Subempleo por ingresos 13,7 27,9 43,3 15,1 0,0 100,0 31,4 24,8 32,1 11,8 0,0 100,0
Empleo adecuado 5,8 6,8 6,8 34,0 46,7 100,0 24,3 15,9 6,8 23,0 30,1 100,0

Nota: Base de datos INEI 2005, actualizada al 27 de mayo del 2009.


Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2005 y 2009.
Elaboración: Propia.

Asimismo, el subempleo por ingresos en el 2009 mostraba una fuerte diferencia de género,
entre hombres y mujeres. Así, los hombres del quintil 1 representaron el 13,7%, mientras
que las mujeres del quintil 1 (el más pobre) representaron casi la tercera parte de las mujeres
subempleadas por ingresos (31,4%).

50
5.3 Categorías ocupacionales por niveles de pobreza y sexo

El Cuadro N°15 muestra que los pobres extremos tienen mayor representación entre los
TFNR, y son las mujeres pobres extremas las que tienen mayor participación en esta
categoría laboral. En el período 2005-2009 los TFNR disminuyeron entre los pobres
extremos pasando de ser el 28,4% para los hombres en el 2005 al 18,9% en el 2009. En el
caso de las mujeres pasó del 36,2% en el 2005 al 25,6% en el 2009.

Cuadro N° 15
Perú: Distribución de la PEA ocupada por sexo y niveles de pobreza según
categoría ocupacional, 2005 y 2009
(Porcentaje)
Hombre Mujer
Total Total
Categoría ocupacional Pobre Pobre no Pobre Pobre no
No pobre relativo No pobre relativo
extremo extremo extremo extremo
2005 15,2 29,8 55,0 100,0 16,7 28,1 55,2 100,0
Asalariado privado 8,2 30,4 61,4 100,0 6,9 26,1 67,0 100,0
Independiente 22,5 32,4 45,1 100,0 12,5 30,9 56,6 100,0
Asalariado público 4,6 14,9 80,5 100,0 3,0 10,8 86,2 100,0
T.F.N.R 1/ 28,4 34,5 37,1 100,0 36,2 33,1 30,6 100,0
Resto 2/ 7,1 23,4 69,5 100,0 5,1 20,6 74,2 100,0

2009 9,8 21,7 68,5 100,0 10,7 20,9 68,5 100,0


Asalariado privado 4,6 19,6 75,8 100,0 4,3 14,8 80,9 100,0
Independiente 16,4 26,1 57,4 100,0 8,9 23,1 68,0 100,0
Asalariado público 2,8 11,0 86,2 100,0 1,4 6,8 91,8 100,0
T.F.N.R 1/ 18,9 28,8 52,2 100,0 25,6 30,8 43,7 100,0
Resto 2/ 4,0 15,5 80,4 100,0 3,6 13,7 82,8 100,0

Nota: Base de datos INEI 2005, actualizada al 27 de mayo del 2009.


1/ Trabajador familiar no remunerado.
2/ Se incluye a los empleadores, trabajadores domésticos, practicantes y otros.
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2005 y 2009.

5.4 Nivel educativo de la PEA ocupada por niveles de pobreza y sexo

Como muestra el Cuadro N°16, entre la PEA ocupada del Perú, la población sin ningún
nivel educativo era alta al 2005, y era más pronunciada entre la PEA femenina que entre la
masculina.

51
Cuadro Nº 16
Perú: Distribución de la PEA ocupada por sexo según
nivel educativo, 2005 y 2009
(Porcentaje)
2005 2009
Nivel educativo 1/
Total Hombre Mujer Total Hombre Mujer
PEA ocupada 13 258 900 7 392 802 5 866 098 15 316 129 8 337 930 6 978 199
Total relativo 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Sin nivel 7,6 3,2 13,1 6,7 2,7 11,5
Primaria 31,4 30,5 32,6 28,7 27,7 30,0
Secundaria 39,6 44,7 33,1 38,9 43,8 33,1
Superior no universitario 10,9 10,6 11,4 12,6 12,4 12,8
Superior universitario 10,5 11,0 9,8 13,1 13,5 12,6

Nota: Base de datos INEI 2005, actualizada al 27 de mayo del 2009.


1/ Considera al nivel educativo completo e incompleto.
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2005 y 2009.
Elaboración: Propia.

Asimismo, como se observa en el Cuadro N° 17 los pobres extremos y pobres no extremos


tenían mayor representación entre los trabajadores ocupados sin nivel educativo. Este hecho
constituye un escollo serio para el país y sus aspiraciones de incorporarse a la economía
internacional en mejores condiciones de competitividad.

Al año 2005 entre la PEA femenina ocupada, las mujeres pobres extremas representaban
más de la tercera parte de las trabajadoras sin nivel educativo (38,4%). En el año 2009 las
pobres extremas redujeron su participación entre las trabajadoras sin nivel educativo
ocupadas (27,5%).

Cuadro N° 17
Perú: Distribución de la PEA ocupada por sexo y niveles de pobreza,
según nivel educativo, 2005 y 2009
(Porcentaje)
Hombre Mujer
Total Total
Nivel educativo 1/ Pobre Pobre no Pobre Pobre no
No pobre relativo No pobre relativo
extremo extremo extremo extremo
2005 15,2 29,8 55,0 100,0 16,7 28,1 55,2 100,0
Sin nivel 33,9 39,8 26,2 100,0 38,4 36,1 25,5 100,0
Primaria 28,6 36,4 35,0 100,0 26,9 34,5 38,6 100,0
Secundaria 11,2 32,7 56,2 100,0 8,2 29,3 62,5 100,0
Superior 1,8 13,2 85,1 100,0 0,8 11,5 87,6 100,0

2009 9,8 21,7 68,5 100,0 10,7 20,9 68,5 100,0


Sin nivel 28,9 32,2 38,9 100,0 27,5 33,9 38,6 100,0
Primaria 20,4 32,4 47,2 100,0 18,2 29,5 52,3 100,0
Secundaria 7,2 22,6 70,2 100,0 6,0 19,7 74,3 100,0
Superior 1,1 7,5 91,4 100,0 0,3 6,2 93,5 100,0

Nota: Base de datos INEI 2005, actualizada al 27 de mayo del 2009.


1/ Considera al nivel educativo completo e incompleto.
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2005 y 2009.
Elaboración: Propia.

52
5.5 Horas destinadas por las mujeres a los mercados laborales por niveles de
pobreza

Las diferencias de género se aprecian principalmente en el uso del tiempo de mujeres y


hombres, y ello influye sobre el número de horas a la semana que cada uno puede asignar a
los mercados laborales. De esto se derivarán también las diferencias de ingreso entre
mujeres y hombres.

Los hombres en relación a las mujeres, en todos los niveles de pobreza, pueden dedicar más
tiempo al trabajo para los mercados. Estas diferencias fluctúan entre 6 y 9 horas (Cuadro
18).

Cuadro N° 18
Perú: Promedio de horas de trabajo de los ocupados por sexo según niveles de
pobreza, 2005 y 2009

2005 2009
Sexo Pobre Pobre no Pobre Pobre no
No pobre No pobre
extremo extremo extremo extremo
Total 39,8 44,9 48,6 38,7 42,9 47,1
Hombre 43,6 48,7 51,6 42,1 46,9 50,0
Mujer 35,3 39,8 44,8 35,0 38,0 43,7

Nota: Base de datos INEI 2005, actualizada al 27 de mayo del 2009.


Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2005 y 2009.
Elaboración: Propia.

53
Informe anual – La Mujer en el Mercado Laboral Peruano: 2009 - DISEL

Capítulo 6
Calidad del empleo de las mujeres: precariedad versus
trabajo decente
En los capítulos precedentes se ha analizado la condición de acceso a oportunidades de empleo
desde una perspectiva de género a través del análisis de la evolución de la participación en
los mercados laborales y de los niveles de empleo logrados en la economía peruana entre el
2005-2009. Este capítulo analiza la calidad del empleo desde una perspectiva de género y
en función de tres dimensiones del trabajo decente, a) el ejercicio pleno de derechos
laborales; b) la libertad de sindicalización y, d) el acceso a la previsión social.

Ejercicio pleno de derechos laborales

El proceso de ajuste estructural por el que la economía peruana a travesó entre 1990 -1995
se caracterizó por la liberalización de los mercados laborales que se expresó en la
“flexibilización laboral” 25 y significó para muchos sectores de trabajadores y trabajadoras el
deterioro de sus condiciones laborales.

El crecimiento económico de los últimos años, en algunas actividades económicas


demandó mano de obra más calificada y/o con determinadas habilidades y características.
Por ejemplo, es el caso de la agroexportación, las actividades de cosecha, selección,
transformación y embalaje requieren de habilidades manuales que están mejor desarrolladas
en las mujeres, lo que ha favorecido el mayor empleo de ellas. Al 2007 el 95% de la mano de
obra empleada en las plantas de transformación de espárragos era femenina (Asociación
Aurora Vivar: 2007a).

Sin embargo, todo ello no significó que esta mano de obra estuviera adecuadamente
contemplada en términos de derechos y beneficios laborales. El mayor dinamismo de estos
sectores ha significado una oportunidad de empleo para las mujeres, sin duda, pero también
su sometimiento a condiciones laborales precarias en las que sus derechos laborales y
sociales suelen ser pasados por alto como forma de “abaratar” costos para las empresas.

Los derechos laborales de las mujeres y aquellos beneficios sociales especiales de los que
deben gozar por su condición (permiso por embarazo, lactancia, entre otros) suelen ser
objeto de las políticas empresariales de “reducción de costos laborales”, lo que genera, ante
las opciones de empleo, una situación de segregación de la mujer casada y potencial madre
frente a sus pares solteras y sin hijos y/o los varones solteros o casados26. Por otra parte,
como se verá, a pesar que la ley las ampara, una vez empleadas, las mujeres embarazadas
constituyen un grupo laboral altamente vulnerable a los despidos arbitrarios. En el Perú no
se cuenta con información sobre la magnitud y la evolución de este problema.

25 La flexibilidad laboral se operó a través de la Nueva legislación laboral para promover inversiones en el país.
Consistió básicamente de: a) contratación libre; b) sin restricciones para el despido de los / las trabajadoras; c)
facilitación de la negociación individual del salario y de los contratos laborales (Pinzas: 1996, p 19.)
26 Puesto que es otra mujer la que lleva la carga de estos hogares y no el trabajador hombre.

54
6.1 Categorías ocupacionales

En el Perú al 2009 un 15% de la PEA trabaja en el circuito productivo sin ser remunerados,
se trata de trabajadores familiares no remunerados (TFNR). El trabajo familiar no
remunerado (TFNR) se presenta de manera transversal en la mayoría de sectores
económicos y las mujeres tienen mayor presencia en esta categoría de trabajo. El TFNR
ocurre principalmente en MYPES y en la agricultura de subsistencia.

De acuerdo al Cuadro 19, en el año 2005 el 28,4% de las mujeres trabajadoras ocupadas en
el Perú no era remunerada por el trabajo productivo que realizaba, mientras que entre los
trabajadores hombres se trataba solo del 9,7%, lo que constituye una de las brechas de
género más fuertes en el mundo laboral.

Hacia el año 2009 se reduce el porcentaje de mujeres en condición de TFNR, al 23,6%


mientras que también se reduce en los hombres trabajadores. Esto significa que más mujeres
peruanas son pagadas hoy por el trabajo productivo que desarrollan como producto del
crecimiento del empleo, sin embargo los niveles del TFNR entre las trabajadoras peruanas
sigue siendo alto y la brecha de género sigue siendo amplia (18,7 puntos porcentuales en el
2005 y 15,7 en el 2009).

Cuadro N° 19
Perú: PEA ocupada por sexo según categoría ocupacional, 2005 y 2009
(Porcentaje)
2005 Diferencia 2009 Diferencia
Categoría ocupacional
Hombre Mujer Total (H - M) Hombre Mujer Total (H - M)

PEA ocupada 7 392 802 5 866 098 13 258 900 8 337 930 6 978 199 15 316 129

Total relativo 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0


Empleador 7,5 3,1 5,5 4,4 7,6 3,0 5,5 4,6
Empleado privado 12,2 11,3 11,8 0,8 13,2 14,1 13,6 -0,9
Empleado público 6,0 6,3 6,1 -0,4 6,4 6,9 6,7 -0,5
Obrero privado 24,5 7,6 17,0 16,9 25,6 7,9 17,6 17,7
Obrero público 1,2 0,4 0,8 0,7 1,7 0,6 1,2 1,2
Independiente 37,6 34,3 36,2 3,3 36,5 36,4 36,5 0,1
Trabajador familiar no remunerado 9,7 28,4 18,0 -18,7 7,9 23,6 15,0 -15,7
Trabajador del hogar 0,4 7,4 3,5 -7,0 0,3 6,3 3,0 -6,0
Practicante, otro, n.e.o.c. 1,0 1,1 1,0 -0,1 0,8 1,1 1,0 -0,3

Nota: Base de datos INEI 2005, actualizada al 27 de mayo del 2009.


Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2005 y 2009.
Elaboración: Propia.

6.2 Niveles de ingreso laboral por sexo

Ingresos promedio

Cuando se trata de brechas entre hombre y mujeres, es de importancia estudiar los ingresos
laborales como otro de los aspectos relevantes que diferencian significativamente a los
hombres y mujeres, en todos los sectores económicos y en la estructura de mercado. La
brecha es marcada en los sectores que requieren una mayor calificación como es en las
empresas de 50 a más trabajadores del sector privado, llegando a ser esta diferencia un poco
menos de los 500 nuevos soles para el año 2009 y de más de 300 nuevos soles en el caso de
los profesionales para el mismo año (Cuadro N° 20).

55
Cuadro Nº 20
Perú: Ingreso laboral promedio por sexo, según estructura de mercado, 2005 y 2009
(Nuevos soles)
2005 2009
Estructura de mercado
Total Hombre Mujer Total Hombre Mujer

Total 666 747 539 910 1 055 703


Sector público 1 197 1 336 1 013 1 594 1 706 1 450
Sector privado 1/ 881 940 732 1 193 1 289 979
De 2 a 9 trabajadores 609 634 544 812 880 658
De 10 a 49 trabajadores 848 975 546 1 222 1 334 991
De 50 a más trabajadores 1 557 1 655 1 321 1 948 2 090 1 626
Independiente 396 422 359 526 631 400
profesional, técnico 839 909 669 1 155 1 257 942
No profesional, no técnico 378 398 351 499 597 383
Resto 2/ 385 379 386 482 361 504

Nota: Para el cálculo de los ingresos se excluye a los trabajadores familiares no remunerados.
1/ Incluye a los empleadores.
2/ Incluye a los trabajadores del hogar, practicantes y otros.
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2005 y 2009.
Elaboración: Propia.

En el siguiente gráfico se muestra cómo evolucionan los ingresos por sexo en el período
2005-2009. Se puede observar que el promedio de ingresos laborales por trabajo se ha
incrementado, sin embargo las brechas de género han crecido sostenidamente
contrariamente a lo que establece la normatividad y el marco de políticas que acoge el
principio de igualdad de oportunidades. Así, de una brecha de 208 nuevos soles en el año
2005, pasó a 352 nuevos soles en el 2009.

Otra constante en el período es que el aumento de los ingresos de las mujeres no va a la


misma velocidad que la de los hombres. Así, entre los años 2005 y 2009 el ingreso laboral de
los hombres creció a una tasa promedio anual de 9,0% y el de las mujeres fue de 6,9%.

Gráfico Nº 17
Perú: Evolución del ingreso laboral promedio, 2005 - 2009
(Nuevos soles)
1 600

Brecha: 352
1 400
Brecha: 352
Brecha: 262
Brecha: 254
1 200
Brecha: 208
1 055
995
1 000
886
804
800 747
703
624 643
600 539 551

400

200

0
2005 2006 2007 2008 2009

Hombre Mujer

1/ Para el cálculo de los ingresos se excluye a los trabajadores familiares no remunerados.


Fuente: INEI – Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2005 – 2009.
Elaboración: Propia.

56
Según la estructura de mercado y el ámbito geográfico, los ingresos que las mujeres perciben
en el ámbito rural son menos de la mitad de lo que se percibe en el ámbito urbano. Se
constata así que las mujeres rurales constituyen el grupo de trabajadoras en quienes se ven
reflejadas las mayores desigualdades de género en el mundo laboral.

Cuadro Nº 21
Perú: Ingreso laboral femenino por ámbito geográfico según
estructura de mercado, 2005 y 2009
(Nuevos soles)
2005 2009
Estructura de mercado Total Ingreso laboral (S/.) Total Ingreso laboral (S/.)
Urbano Rural Urbano Rural
Total 539 638 209 703 833 311
Sector público 1 013 1 067 624 1 450 1 535 865
Sector privado 1/
Menos de 10 trabajadores 544 648 195 658 765 330
De 10 a 49 trabajadores 546 591 256 991 1 092 368
De 50 a más trabajadores 1 321 1 367 499 1 626 1 677 668
Independiente
Profesional 669 699 146 942 977 238
No Profesional 351 440 170 383 455 253
Resto 2/ 386 409 221 504 540 289

Nota: Para el cálculo de los ingresos se excluye a los trabajadores familiares no remunerados.
1/. Incluye a los empleadores.
2/ Incluye a los trabajadores del hogar, practicantes y otros.
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2005 y 2009.
Elaboración: Propia.

6.3 Acceso a la capacitación laboral

La capacitación laboral constituye uno de los derechos laborales contemplados para los/las
trabajadores así como la base de la competitividad de una empresa o unidad productiva. La Ley
de Igualdad de Oportunidades entre mujeres y hombres (LIO) y el Plan de igualdad de
oportunidades (PIO) se pronuncian especialmente sobre este aspecto laboral27.

De acuerdo al Cuadro 22 a nivel de Lima Metropolitana, que constituye la región más


competitiva en el país, en el 2005 sólo una tercera parte de la población ocupada (33%)
declaraba que llevó algún curso de capacitación laboral. En el 2009 en cambio la población
trabajadora capacitada laboralmente aumentó en diez puntos porcentuales, lo que revela un
incremento significativo y alentador para enfrentar los retos de competitividad que el Perú
enfrenta. Este resultado revela a su vez que tanto a nivel de la propia población trabajadora
como a nivel de las políticas del estado se habría operado un importante aumento en la
valoración de la capacitación para el trabajo.

27“Mujeres y hombres acceden a programas de fortalecimiento de capacidades productivas, de gestión y


empresariales e innovación tecnológica y accede a información de mercado y a recursos financieros”
(MIMDES 2007:60).

57
Cuadro Nº 22
Lima Metropolitana: PEA ocupada que llevó un curso de capacitación que la
prepara para un trabajo u oficio, 2005 y 2009
(Porcentaje)
2005 2009
Capacitación formal
Total Hombre Mujer Total Hombre Mujer
PEA ocupada 3 400 312 1 965 938 1 434 374 4 390 859 2 515 607 1 875 252
Total relativo 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Si 33,0 31,0 35,8 43,6 42,5 45,0
No 67,0 69,1 64,2 56,4 57,5 55,0
Nota: Los coeficientes de expansión de la ENIVE 2009 se ajustaron en base a las proyecciones de población del Censo
Nacional de Población y Vivienda 2007.
Fuente: MTPE. Encuesta Nacional de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, continua 2005 y 2009.
Elaboración: Propia.

Asimismo, el significativo incremento de la población trabajadora que se capacita para


mejorar su empleabilidad y sus capacidades laborales, aparece como una respuesta a las
mayores exigencias y niveles de competitividad requeridos en los mercados laborales. Sin
embargo, no se cuenta con información o con indicadores para medir la calidad de las
capacitaciones o del tipo de capacitación a la que accede la población trabajadora.

Otro aspecto que resalta es que los incrementos producidos en la capacitación laboral en el
período 2005-2009 son significativos tanto para mujeres trabajadoras como para hombres e
incluso son ligeramente mayores en las mujeres. Las mujeres estarían invirtiendo más en la
formación de su capital humano conscientes tal vez de que ello ha sido parte de las
desigualdades de género que enfrentan en el mercado laboral por su menor capacitación
técnica.

Por otra parte, otra forma de capacitación laboral es el aprendizaje de oficios en la práctica,
en el desempeño de un puesto de trabajo. Aquí si se observan brechas de género porque,
como se vio, son los hombres quienes tienen las mayores oportunidades y la mayor
presencia entre la PEA que accede a trabajos formales. Esta diferencia tiene relación directa
con el nivel del acceso al empleo que está diferenciado entre mujeres y hombres y en donde
las mujeres corren con desventaja.

Cuadro Nº 23
Lima Metropolitana: PEA ocupada que aprendió un oficio a través de la experiencia
en alguna empresa o taller, 2005 y 2009
(Porcentaje)
Capacitación no 2005 2009
formal Total Hombre Mujer Total Hombre Mujer
PEA ocupada 3 400 312 1 965 938 1 434 374 4 390 859 2 515 607 1 875 252
Total relativo 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Si 27,3 32,2 20,6 31,1 36,0 24,6
No 72,7 67,8 79,4 68,9 64,0 75,4

Notas:
Se excluye a los trabajadores que llevaron cursos o programas de capacitación formal.
Los coeficientes de expansión de la ENIVE 2009 se ajustaron en base a las proyecciones de población del Censo Nacional
de Población y Vivienda 2007.
Fuente: MTPE. Encuesta Nacional de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, continua 2005 y 2009.
Elaboración: Propia.

58
De acuerdo al Cuadro 23 entre los años 2005 y 2009 en Lima Metropolitana creció el
porcentaje de trabajadores que aprendió un oficio a partir del desempeño de un puesto de
trabajo, estos representan aproximadamente una tercera parte de la PEA ocupada. Las cifras
indican así mismo que los hombres aprenden un oficio en la práctica en más casos que las
mujeres. Mientras al 2009 el 36% de los trabajadores hombres aprendió un oficio en la
práctica, en las mujeres se trata de sólo el 24%.

6.4 Duración media en el trabajo de las mujeres en puestos asalariados

La rotación entre puestos de trabajo es más alta para las mujeres que para los hombres lo
que encubre desigualdades de género. Las mujeres trabajadoras en el Perú tienden a
permanecer en promedio menos tiempo (2,8 años) que los hombres (3,9 años) en un
puesto de trabajo (Gráfico N°18). Este es también un indicador de la mayor precariedad
laboral a la que están expuestas las mujeres en comparación de sus pares hombres. Más aún
si “se considera que la mayoría de salidas de un puesto de trabajo son involuntarias en
nuestro país”28.

Gráfico Nº 18
Perú Urbano: Duración media del empleo asalariado privado
según sexo, 2006 y 2009
(Años promedio)

6,0 4,7
3,9
3,4
4,0 2,8

2,0

0,0
2006 2009

Hombre Mujer

Fuente: INEI – Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, 2006 y 2009.
Elaboración: Propia.

6.5 Acceso a la seguridad social según sexo: pensiones y salud

En el período 2005-2009, el número de trabajadores ocupados(as) con afiliación al sistema


de pensiones se incrementó (Gráfico 19). Sin embargo, puede apreciarse que existe una
brecha de género considerable en el acceso de trabajadores hombres y mujeres en este. Al
2009, tres de cada diez trabajadores hombres tenía acceso a una pensión mientras que
menos de dos mujeres de cada 10 trabajadoras se encontraba afiliada al sistema de pensiones
(Cuadro N° 24).
28Canales, Claudia “Principales líneas de acción del MPTE en materia de género”. MTPE Agosto 2010,
exposición en el “Taller Regional de Capacitación en género –USAID”, 17,18 y 19 de Agosto 2010.

59
Gráfico N° 19
Perú: Evolución de los ocupados con afiliación al sistema de pensiones según sexo,
2005 - 2009
5 0 ,0

4 0 ,0 3 3,2
3 0 ,0 30 ,7
2 6,5
3 0 ,0 2 3 ,7

1 8, 6
1 7, 0 1 7,2
2 0 ,0
1 4, 2
12 ,4

1 0 ,0

0 ,0
2 00 5 2 00 6 20 0 7 2 0 08 2 009 p/

H om br e M ujer

p/ Cifras preliminares
Nota: Las bases de datos INEI, 2005 – 2008, fueron actualizadas al 27 de mayo del 2009.
Fuente: INEI. Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2005 - 2009.
Elaboración: Propia.

Cuadro N° 24
Perú: PEA ocupada por sexo según condición de afiliación al sistema de pensiones y
seguro de salud, 2009
(Porcentaje)
Condición de afiliación Total Hombre Mujer

Sistema de pensiones 1/
Si está afiliado 26,5 33,2 18,6
No está afiliado 73,5 66,8 81,4

Seguro de salud 2/
Si está afiliado 54,7 51,3 58,6
No está afiliado 45,3 48,7 41,4
1/ Considera a los trabajadores afiliados al sistema privado de pensiones (AFP), Sistema Nacional de Pensiones: Ley 1990
y Ley 20530 (Cédula viva) y otros.
2/ Incluye a los trabajadores afiliados a ESSALUD, Seguro privado de salud, Entidad prestadora de salud, Seguro de
FFAA/Policiales, Seguro integral de salud, seguro universitario, seguro escolar privado y otros.
Fuente: INEI. Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.

60
6.6 Formas de contrato en el sector público y privado por sexo

Si bien el crecimiento económico de los últimos ocho años mejoró los niveles de empleo en
el país, ello no ha significado necesariamente la mejora de las condiciones laborales de
quienes se encuentran empleados(as).

El Cuadro N°25 muestra que en el año 2005 en el sector público la mitad de los
trabajadores mujeres y hombres contaban con contratos de trabajo indefinido, eran
nombrados o permanentes, mientras que en el sector privado sólo el 10% de los hombres y
el 8% de las trabajadoras mujeres contaba con este tipo de contratos. Hacia el 2009 los
contratos por tiempo indefinido caen para los hombres pero se incrementa ligeramente para
las mujeres en el sector público.

Asimismo, en el sector privado más de las dos terceras partes de la población trabajadora,
tanto mujeres como hombres, trabaja sin el amparo de un contrato lo que implica que no
goza de ningún beneficio ni derecho laboral. Esto es lo que se conoce como precariedad
del trabajo en contraposición a las dimensiones del trabajo decente. Las cifras muestran que el
trabajo precario es generalizado en el Perú.

Esta situación sugiere que el empleo formal en el Perú no implica todavía en todos los casos
la consideración y el ejercicio pleno de los derechos laborales. Se puede estar empleado en
los sectores formales de la economía peruana pero bajo régimen de “locación de servicios”
que no implica la vigencia de derechos laborales.

Cuadro N° 25
Perú: Distribución de la PEA ocupada por sector y sexo según
el tipo de contrato, 2005 y 2009
(Porcentaje)
2005 2009
Tipo de contrato Sector público Sector privado Sector público Sector privado
Hombre Mujer Hombre Mujer Hombre Mujer Hombre Mujer
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Con contrato
Indefinido, nombrado,
permanente 52,0 51,1 10,2 7,9 44,3 53,6 11,1 11,5
A plazo fijo 27,6 30,2 20,5 22,1 37,9 31,5 25,3 25,1
Locacion de servicios
(Honorarios profesionales,
RUC) 9,6 7,9 3,3 4,8 16,9 13,4 3,4 4,7
Sin contrato 10,8 10,8 66,0 65,2 1,0 1,5 60,2 58,6
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2005 y 2009.
Elaboración: Propia.

61
6.7 Tipos de denuncias de violación de derechos laborales de las mujeres

Durante el período 2005-2009, la violación de los derechos laborales de las mujeres en los
diferentes sectores económicos ha permanecido a pesar del periodo de expansión
económica y el incremento del empleo registrado en estos sectores.

La labor de inspección de trabajo del MTPE produce información desagregada por sexo
sobre los problemas que presentan los / las trabajadores de las empresas que fueron
inspeccionadas durante el periodo enero a agosto del 201029. El Cuadro N° 26 permite
apreciar que la mayoría de mujeres (55,6%) han sido afectadas en la vigilancia de sus
derechos laborales ante el impedimento de parte de los empleadores en la labor de
inspección.
Cuadro N° 26
Perú: Mujeres afectadas1/ según materia de Inspección Laboral
(01 enero – 17 agosto 2010)
Cantidad de
Materia Relativo
mujeres
Obstrucción de labor inspectora 12 367 55,6
Remuneraciones 1 465 6,6
Contratos de trabajo 1 459 6,6
Relaciones Colectivas 1 341 6,0
Compensación tiempo de servicios 1 275 5,7
Planillas 1 174 5,3
Jornada, descansos y tiempo de trabajo 885 4,0
Seguridad Social 471 2,1
Registro de Control de Asistencia 452 2,0
Otros 1 366 6,1
Total 22 255 100,0
1/ Se refiere al total de trabajadoras mujeres de las empresas que fueron inspeccionadas. Es bueno indicar que este
total puede ser menor, dado que una trabajadora mujer puede haber sido afectada por más de una materia a la vez.
Fuente: Sistema Informatizado de Inspecciones de Trabajo (SIIT). Información del 01 de enero al 17 de agosto 2010.
Elaboración: Dirección General de Inspección del Trabajo (DNIT), MTPE.

El 20% de las mujeres trabajadoras se han visto afectadas en torno a faltas en sus
remuneraciones, sus contratos de trabajo y a la falta de respeto a su derecho a las relaciones
colectivas (sindicalización). Asimismo, el 15% de las mujeres trabajadoras enfrentaron faltas
a sus derechos a la compensación por tiempo de servicios, no figurar en planillas y el no
cumplimiento de los horarios de trabajo y de descansos.

La Dirección General de Inspecciones de Trabajo del MTPE registra pero no procesa


información estadística sobre las denuncias de violación de derechos laborales de las
mujeres trabajadoras relacionados a su condición específica de mujeres, es decir, en relación
a aspectos de género en el trabajo tales como los derechos de maternidad y paternidad, el
acoso sexual o sobre sindicalización.

29 La Dirección General de Inspección del Trabajo del MTPE cuenta con un sistema de registro de
inspecciones laborales. La ficha de registro es bastante completa y permite el registro de las denuncias e
inspecciones laborales según sexo. La mejora de este instrumento fue un aporte de la OIT.

62
Para dar cuenta de cómo se observan o no estos derechos de los / las trabajadores en la
realidad laboral del Perú se presentan a continuación algunos casos ilustrativos recogidos de
la prensa especializada y de versiones directas de los/ las afectadas.

Violación de los derechos de maternidad /paternidad y de sindicalización de las


trabajadoras

Mujeres rurales: trabajadoras en la agroexportación

Un grupo de trabajadoras de alta vulnerabilidad en cuanto a la vigencia de sus derechos


laborales es el de las trabajadoras agrícolas. Si bien la información oficial sobre las denuncias
laborales de las mujeres en el sector agro exportador no está disponible, se conoce de casos
denunciados sobre despido de mujeres trabajadoras embarazadas en el sector de agro
exportación, aduciendo “baja productividad” (Asociación Aurora Vivar: 2007b).

Las denuncias son pocas en número pero existen y son significativas en tanto permiten
conocer cómo funciona la violación de derechos laborales de las mujeres en este sector
(Véase Cuadro 27). Las pocas denuncias responden al hecho que las mujeres tienen temor
de denunciar dado que los empleadores les “sugieren” no hacerlo ya que eso las
“descalificaría para próximas opciones de empleo” (Asociación Aurora Vivar: 2007b,
CEPES: 2009).

En otros casos, no se denuncia porque las mujeres desconocen sus derechos laborales, no
cuentan con asesoría adecuada y su derecho a la sindicalización es también materia de
violación. La fuerte represión y el despido a los organizadores(as) de los sindicatos ha sido
una práctica en este sector de producción (Asociación Aurora Vivar: 2007b, CEPES: 2009).

El Perú se ha comprometido internacionalmente a garantizar la equidad de género en el


acceso al trabajo decente. Velar por la mujer trabajadora embarazada con acciones concretas
es parte de ese compromiso como la implementación de un servicio de inspección laboral
extendido y efectivo.

La trabajadora embarazada tiene derecho a: descanso pre- natal y post- natal, permiso de
lactancia materna, tiene derecho a ser protegida en el trabajo de toda circunstancia que
ponga en riesgo su embarazo, todo lo cual no puede ser considerado como “baja
productividad” (ibid).

Las publicaciones agrarias sobre el sector de agro exportación señalan que a pesar de su
proclamada modernidad, muchas empresas del sector tienen prácticas laborales alejadas de
lo que establece la legislación. Por ejemplo, se señala que es frecuente el despido por
maternidad en este sector productivo “habría discriminación contra las trabajadoras
embarazadas a quienes no se les renovaría el contrato” (CEPES: 2009).

Además de ello, pocas o casi ninguna empresa cumple con contar con guarderías para los
hijos e hijas de sus trabajadoras, en coherencia con sus derechos a la maternidad.

Asimismo, en el 2009 se aprobó la Ley 29409 que protege los derechos de paternidad ante el
embarazo. Se ha concedido 4 días de permiso a los padres cuyas esposas han dado a luz. Las
empresas están obligadas a reconocer ese permiso a sus trabajadores hombres ante la llegada
de un nuevo miembro del hogar.

63
Cuadro N° 27:
Perú: Naturaleza y tipo de violaciones de derechos laborales de las mujeres en el
sector agroexportador, 2007
Tipo de
Sexo del
violación Tipo de Empresa y
trabajador y Circunstancia
derechos denuncia lugar
edad
laborales
Ha denunciado y
Violación del Embarazada, sigue proceso en
Mujer 26 años de Corporación
derecho a la tiene dos hijos, el Poder Judicial
edad, casada APEISA- Ica
maternidad despedida de Ica por
despido nulo
Sigue proceso en
Violación del Primer
Mujer, 21 años, el Poder Judicial Corporación
derecho a la embarazo,
casada de Ica por APEISA- Ica
maternidad despedida
despido nulo
Siguió proceso en
Despedida luego el Juzgado Mixto
Violación al que sale la de Virú por Empresa
Mujer, organizó
derecho de resolución de despido nulo, Agrícola Virú- La
sindicato
sindicalización conformación del que ha ganado y Libertad
Sindicato hoy litiga por su
reposición
Denunció a
Inspectoría
Acoso sexual Acosada por el Laboral del
Mujer La Libertad
capataz de planta MTPE, Empresa
no ha sancionado
a acosador
Fuente: En base a “Panorama Laboral de la Agroexportación” Asociación Aurora Vivar. Agosto 2007. Memoria del
Taller “Presupuesto Nacional Sensible al Género” UNIFEM- Grupo Género y Economía, Setiembre 2010.
Elaboración: Propia.

Violencia y acoso sexual en el ámbito laboral

El asedio sexual hacia las trabajadoras mujeres en las empresas agroexportadoras es también
señalado por las publicaciones agrarias especializadas en relación a la observación de los
derechos laborales de los trabajadores en el sector “moderno” de la agricultura peruana. Las
mujeres trabajadoras en ése sector se encuentran en estado de indefensión en materia de
acoso y violencia sexual a pesar de la ley y de la normatividad vigente.

CEPES (2009) señala al respecto “en las plantas procesadoras la mayor parte de trabajadores
son mujeres y la mayor parte de supervisores o controladores son hombres. El poder de
estos sería muy grande pues varias empresas no tomarían medidas para sancionar el acoso
sexual a las trabajadoras y si estas los denuncian, el resultado sería el hostigamiento y,
posterior retiro de la empresa”. Las trabajadoras por tanto no denuncian estos casos porque
consideran que no serán escuchadas y mucho menos que serán sancionados los eventuales
hostigadores.

El siguiente caso ilustra sobre esta forma de violación de derechos de las mujeres
trabajadoras y sobre la impunidad en la que permanecen estas prácticas. Este caso llama
también la atención sobre la necesidad de contar con un servicio de inspecciones de trabajo
especializado en derechos laborales y género.

64
Acoso sexual en empresas del sector agroexportador

Gladys es una joven trujillana de 31 años, trabajadora en el sector de agroexportador en la


Libertad. Indica en referencia a la necesidad de potenciar los mecanismos del estado
peruano para garantizar el respeto a los derechos de las trabajadoras mujeres “… tengo
muchos ejemplos de cómo las empresas burlan el trabajo de inspectoría. Cuantas veces
cuando llegan los inspectores, los empresarios los retienen en la entrada mientras hacen
que todos nos pongamos, los equipos completos, nos prestemos los guantes. Todo es una
burla, cuando el inspector entra todo está bien. Peor aún en el caso del acoso sexual.
Tenemos una compañera que denunció el acoso sexual de que era víctima por parte del
capataz de la plantación y ¿qué pasó? Pues inspectoría del trabajo dictaminó que la
empresa era la encargada de determinar la sanción que debía aplicarse al acosador. La
empresa no hizo nada, pasó un año, y peor todavía, víctima y acosador continúan
trabajando bajo el mismo techo”.

Testimonio tomado de “Memoria del Taller sobre Presupuesto sensible al género”. UNIFEM- Grupo
Género y Economía” Setiembre 2010, p.37

6.8 Sindicalización y diálogo social

Otro derecho afectado a partir del ajuste estructural de 1990 fue el derecho a la
sindicalización y se asistió a la desintegración de la mayoría de los sindicatos. Como
consecuencia del crecimiento experimentado en el sector industrial, agroindustrial y agro
exportador del país, y a la par de la precariedad del empleo, un aspecto laboral que resalta
en el presente contexto es el resurgimiento de la sindicalización y en especial la
sindicalización de las mujeres.

Según el MTPE, al 2009 los trabajadores sindicalizados constituyen el 8% de la población


económicamente activa del país (Toyama, Vinatea y Ugaz: 2009)30. La población
sindicalizada pasó de ser 61,737 en el 2004 a ser 128,859 al 2009. Durante el año 2009
además, se crearon cerca de 100 sindicatos (ibid).

Las trabajadoras peruanas al ingresar con mayor dinamismo a los mercados laborales y en
estos sectores de crecimiento sostenido, han vuelto a participar en sindicatos pero se
desconoce cuántas de ellas pertenecen a los nuevos sindicatos y cuáles son sus principales
plataformas de reclamo laboral.

No existe un planteamiento explícito desde el estado peruano para atender la sindicalización


de las mujeres trabajadoras en el Perú tomando en cuenta que los sindicatos velan por el
cumplimiento de los derechos laborales de sus agremiados(as). El estado peruano está
obligado a velar y promover el derecho a la sindicalización de las mujeres como parte de sus
derechos laborales.

Por otra parte, el crecimiento ha implicado también mayores utilidades para estas empresas.
Esto ha debido traducirse en la distribución, por ley, de las utilidades hacia los y las
trabajadoras. ¿En qué medida se cumplen hoy estos derechos laborales en el Perú? y ¿cuál es

30 “Los convenios colectivos en el Perú: ¿Cómo están negociando las empresas y sindicatos?”. La Gaceta

Jurídica, 2009

65
la situación específica de las mujeres trabajadoras en estos aspectos? No existe información
que de cuenta del cumplimiento de este derecho laboral al 2009.

Gráfico N° 20
Lima Metropolitana: Evolución de la tasa de afiliación sindical de los asalariados
según sexo, 2005 – 2009
(Porcentaje)
10,0

8,0
8,0
6,4
5,9
6,0 5,1 4,9
4,3 4,2
3,6 3,7
4,0

2,0

0,0
20 05 200 6 2007 20 08 200 9

Hombre M ujer
Notas:
Los coeficientes de expansión de la ENIVE 2009 se ajustaron en base a las proyecciones de población del Censo
Nacional de Población y Vivienda 2007.
Se considera a los empleados y obreros del sector público y privado.
Fuente: MTPE – Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2005 – 2009.
Elaboración: Propia.

Finalmente el Gráfico N° 20 permite apreciar la evolución de las tasas de afiliación sindical


de los/ las trabajadores en Lima Metropolitana en el período 2005-2009. De la mano con el
crecimiento del empleo femenino las tasas de afiliación sindical de las mujeres fueron
mayores que la de los hombres, sin embargo la caída de las tasas de afiliación sindical hacia
el final del período fue también mayor para el caso de las trabajadoras mujeres en
comparación de los hombres.

Como ilustran los casos de denuncia referidos en el Cuadro N° 27, la oposición y


hostigamiento que sufren las trabajadoras para la formación de los sindicatos explicaría en
parte la caída de las tasas de afiliación al final del período por lo que se hace necesario un
trabajo de promoción, vigilancia y protección del derecho de sindicalización de las
trabajadoras mujeres, ya que es desde sus sindicatos que sostienen el diálogo social y la
defensa de sus derechos laborales.

66
Informe anual – La Mujer en el Mercado Laboral Peruano: 2009 - DISEL

Capítulo 7
Análisis de las brechas de género en el mercado laboral

Uno de los aspectos de desigualdad en el mundo laboral a los que más se hace referencia en
la normatividad establecida en la última década en el país es el de las diferencias de ingresos
por razones de género y/o étnico culturales o sectoriales. El Acuerdo Nacional marca el
compromiso del estado peruano por “mejorar la calidad del empleo, con ingresos y
condiciones adecuadas y acceso a la seguridad social…”.Se señala que con ese objetivo el
estado fomentará la eliminación de las brechas entre quienes tienen mayores ingresos en
relación a aquellos que tienen menos” (Acuerdo Nacional: 2002).

En este capítulo se analiza el diferencial de ingresos entre mujeres y hombres trabajadores


según grupo ocupacional en el Perú.

La segregación laboral por género existente en el país se muestra en el Cuadro N° 28, hay
así ocupaciones principalmente ejercidas por determinado sexo. Existen ocupaciones en las
que la participación de hombres sobrepasa el 90% y que al compararlas respecto al año
2005, no se observan variaciones.

Cuadro Nº 28
Perú: PEA ocupada por sexo, según grupo ocupacional, 2005 y 2009
(Porcentaje)
2005 2009
Grupo ocupacional
Total Hombre Mujer Total Hombre Mujer
Total 100,0 55,8 44,2 100,0 54,4 45,6
Profesionales, técnicos y ocupaciones afines 1/ 100,0 57,7 42,3 100,0 55,8 44,2
Empleados de oficina 100,0 50,8 49,2 100,0 48,8 51,2
Vendedores 100,0 32,8 67,2 100,0 30,2 69,8
Agricultor, ganadero, pescador, minero y cantero 100,0 60,3 39,7 100,0 58,8 41,2
Artesanos y operarios 100,0 68,6 31,4 100,0 67,2 32,8
Obreros, jornaleros y otras ocupaciones 2/ 100,0 97,6 2,4 100,0 95,7 4,3
Conductores 2/ 100,0 99,0 1,0 100,0 99,2 0,8
Trabajadores de los servicios 100,0 51,5 48,5 100,0 46,0 54,0
Trabajadores del hogar 100,0 4,6 95,4 100,0 3,3 96,7

1/ Incluye a los gerentes, administradores y funcionarios.


2/ Cifras mujer son referenciales por tener pocos casos en la muestra.
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2005 y 2009.
Elaboración: Propia.

Por otra parte, en el Gráfico N°21, se observa que los hombres tienen un mayor ingreso por
hora en comparación a las mujeres en todos los grupos ocupacionales. Las mayores
diferencias se observan en los grupos de artesanos y operarios, trabajadores del hogar,
conductores, y el grupo ocupacional gerentes, administradores, funcionarios, profesionales,
técnicos, y ocupaciones afines.

67
Las ocupaciones que muestran los menores diferenciales de ingresos por hora y por género
son las de baja calificación o menor nivel de preparación, como son los grupos de obreros y
jornaleros, agricultores, ganaderos y pescadores.

Gráfico Nº 21
Perú: Ingreso laboral por hora según sexo y grupo ocupacional, 2009
(Nuevos soles)

Profesional técnico y afin 14,7


12,7

Empleados de oficina 9,8


7,9

Vendedores 6,6
4,0

Agricultor, ganadero, pescador 5,1


2,7

Artesanos y operarios 5,3


3,1

Obrero, jornalero y NE 4,8


3,5

Conductores 4,9
3,0

Trabajador de servicios 5,9


4,3

Trabajador del hogar 5,6


3,4

0 5 10 15

Hombre Mujer

Nota: Para el cálculo de los ingresos se excluye a los trabajadores familiares no remunerados.
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.

7.1 Análisis del diferencial de ingresos entre hombres y mujeres

Para el estudio de las brechas o diferenciales de ingresos de mujeres y hombres, se utiliza la


técnica de descomposición de Oaxaca y Blinder31 . El método consiste en desagregar los
diferenciales del ingreso laboral en dos componentes; a) la parte atribuible a las diferentes
características de mujeres y hombres al momento de ofrecerse en el mercado laboral, y, b)
aquella parte que solo se explica por diferencias en los parámetros o coeficientes de las
variables que determinan el ingreso y que se atribuye a la discriminación por género que existe
en el mercado laboral.

Se plantea las siguientes ecuaciones, utilizando la ecuación del ingreso laboral establecida
por Mincer32 para ambos componentes, donde H = hombres y M = Mujeres,

K
lwiH = β 0H + ∑ j =1 β jH X Hji + u iH …………………..(1)

K
lwiM = β 0M + ∑ j =1 β jM X Mji + u iM …………………..(2)

31 Blinder (1973) “Wage discrimination: reduced form and structural estimates”. The Journal of Human
Resources, vol. VIII, N°4.
32 Fue planteado por Mincer J. (1974). Schooling, Experience and Earning. New York. National Bureau of

Economics Research-NBER.

68
Donde:
lwiH y lwiM : Se refiere a los logaritmos de los ingresos por hora de trabajo de mujeres y
hombres, respectivamente. Las variables X j : Son los determinantes de los ingresos. Las
variables u i : Se refieren a la perturbación estocástica del modelo.

Después de estimarse estas dos ecuaciones por la técnica de mínimos cuadrados ordinarios,
Blinder muestra que la diferencia de los promedios de lwi se puede descomponer en los dos
efectos señalados de esta forma:

H M K K
lw − lw = ( βˆ0H − βˆ0M ) + ∑ j =1 βˆ jH ( X Hj − X Mj ) + ∑ j =1 X Mj ( βˆ jH − βˆ jM ) ……. (3)

H M
donde β̂ es la estimación del parámetro β , y lw , lw , X Hj , y X Mj son los promedios
de las respectivas variables.

A continuación se define la ecuación del ingreso laboral. Para esto se utiliza las variables que
determinan la participación laboral de las mujeres y en base a las más significativas (edad,
escolaridad, experiencia laboral y ámbito) se muestra el modelo siguiente, el cual será
aplicado tanto para hombres como para mujeres.

ln(Wi ) = β 0 + β1 EDADi + β 2 EDAD 2 + β 3 ESCOLARIDAD + β 4 EXPERIENCIA +


β 5 AMBITO + u i

Donde:
Escolaridad: Se refiere a los años de estudio de la persona
Experiencia: Se refiere a los años de trabajo en la ocupación principal
Ámbito: Toma el valor 1 si la persona vive en el ámbito urbano, y 0 si vive en el ámbito
rural

Para una mejor comprensión del método, Blinder denomina las variables de la ecuación (3)
de la siguiente forma:
R =U + E +C

Donde
R: Es el diferencial de los ingresos,
E: Es la parte del diferencial explicada por distintas características de los grupos
C: Es la parte explicada por diferencias en los coeficientes
U: Es la parte del diferencial no explicada por la variables (diferencia de las constantes).
La suma C + U: Es la parte atribuible a la discriminación

Resultados del análisis

Los resultados de la descomposición de los ingresos de cada grupo ocupacional se muestran


el cuadro 29. Según estos resultados, las ocupaciones con diferenciales de ingreso (R) y
discriminación (C+U) relevantes son las siguientes: artesanos y operarios, mineros y
canteros y conductores.

Las ocupaciones con bajas diferencias en los ingresos y baja discriminación según sexo son
las de: empleados de oficina, profesionales, técnicos y ocupaciones afines, gerentes,

69
administradores y funcionarios. Es decir, aquellas ocupaciones de mayor calificación de la
mano de obra se remuneran de manera más equitativa, entre hombre y mujeres lo que no
significa que exista equidad en la remuneración pues el diferencial debería ser nulo. Esta
información señala también las ocupaciones en los que más se discrimina según sexo son las
de menor calificación de la mano de obra (ver cuadro 29).

Cuadro Nº 29
Perú: Descomposición de la discriminación en el diferencial de ingresos, 2009
Atribuible a Atribuible a
Grupo ocupacional Diferencial de características coeficientes - No explicada - Atribuible a
ingresos individuales discriminación discriminación discriminación
R E C U U+C
Artesanos y operarios 114,7 17,0 -22,4 120,1 97,7
Mineros y canteros 92,8 29,1 -556,3 620,0 63,7
Conductores 84,9 9,8 -407,4 482,5 75,1
Vendedores 48,3 8,3 64,1 -24,1 40,0
Agricultores, ganaderos y pescadores 37,7 6,8 46,0 -15,2 30,8
Trabajadores de los servicios 36,8 10,0 16,0 10,8 26,8
Obreros, jornaleros y otras ocupaciones 27,0 8,2 139,0 -120,2 18,8
Trabajadores del hogar 20,5 26,8 205,1 -211,3 -6,2
Empleados de oficina 18,7 -2,1 19,6 1,2 20,8
Profesionales, técnicos y ocupaciones afines 13,1 -2,7 5,9 9,9 15,8
Gerentes administradores y funcionarios -6,8 44,9 -352,2 300,5 -51,7

Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.

Comparando los pesos de las características del trabajador versus el coeficiente de


discriminación (Cuadro 30), podemos afirmar que la discriminación por sexo explica, en
gran parte, el diferencial de los ingresos de hombre y mujeres en todos los grupos
ocupacionales, excepto en el grupo trabajadores del hogar, para el que se muestra que los
diferenciales responden a las características individuales del trabajador.

Sin embargo es importante resaltar que el componente de análisis “características del


trabajador” no es una variable exenta de influencia de las desigualdades de género, pues si
por ejemplo, una característica del trabajador es el nivel educativo, el acceso a la educación
está mediado por sesgos de género, o como en el caso de la experiencia laboral, que también
tiene determinantes de género.

Cuadro Nº 30
Componentes del diferencial de ingresos por hora trabajada entre hombres y
mujeres, por tipo de ocupación, 2009
(Porcentaje)
Peso de Peso de la
Grupo ocupacional características discriminación
E/R (C+U) / R
Profesionales, técnicos y ocupaciones afines -20,8 120,8
Gerentes administradores y funcionarios -657,3 757,3
Empleados de oficina -11,2 111,2
Vendedores 17,1 82,9
Agricultores, ganaderos y pescadores 18,0 82,0
Mineros y canteros 31,4 68,6
Artesanos y operarios 14,9 85,1
Obreros, jornaleros y otras ocupaciones 30,4 69,6
Conductores 11,6 88,4
Trabajadores de los servicios 27,2 72,8
Trabajadores del hogar 130,5 -30,5

Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.

70
7.2 Análisis de la brecha de género en la categoría ocupacional TFNR

El trabajo familiar no remunerado (TFNR) en el Perú al 2009 tiene aún una alta
representación entre la PEA ocupada en el país, este afecta principalmente a las mujeres, en
la mayoría de sectores productivos pero en especial en la agricultura y en el comercio al por
menor. Para el 2009 el 71,5% de los TFNR en el Perú son mujeres. Véase Cuadro N° 31.

Los TFNR constituyen la máxima expresión del trabajo precario en el país en tanto su
trabajo productivo no es pagado, está invisibilizado y no goza de ningún beneficio social.

En el año 2005, la principal ocupación que desarrollaban las TFNR mujeres era la de peón
de labranza (77,8%) que implica bajos niveles de calificación y de productividad.

Según rangos de edad, los TFNR hombres tienen en su mayoría entre 14 y 29 años en el
caso de los hombres y en el de las mujeres entre los 30 a 50 años.

Puede observarse que los TFNR hombres en la agricultura disminuyen hacia el 2009,
pasando de ser 69,5% a ser el 67,3%., mientras que para las mujeres se observa una
disminución de 1,6 puntos porcentuales. En el 2009 entre los TFNR hombres sólo el 15,6%
no tiene nivel educativo mientras que entre las TFNR mujeres se trata de más de
aproximadamente la mitad (49,3%). Este dato revela que a la base del TFNR se encuentra
un bajo nivel de formación del capital humano que es más agudo para las mujeres en tanto
ellas enfrentan mayores dificultades para permanecer más tiempo en la escuela.

Asimismo, puede observarse que se trata de una población trabajadora, que durante el
período analizado pudo acceder al sistema de salud a través del SIS, lo que habría atenuado
su condición de precariedad.

71
Cuadro N° 31
Perú: Brechas de género de los trabajadores familiares no remunerados,
según diversas variables, 2005 y 2009
2005 2009

Diversas variables Participación % fila Participación % fila


Total Brechas Total Brechas
Hombre Mujer Hombre Mujer Hombre Mujer Hombre Mujer
relativo relativo

TFNR ocupados 720 296 1 667 690 30,2 69,8 100,0 40 656 379 1 646 861 28,5 71,5 100,0 43

Rango de ingresos 100,0 100,0 30,2 69,8 100,0 40 100,0 100,0 28,5 71,5 100,0 43
14 a 29 años 79,9 41,8 45,2 54,8 100,0 10 76,0 37,7 44,6 55,4 100,0 11
30 a 64 años 16,1 50,2 12,2 87,8 100,0 76 17,0 52,8 11,4 88,6 100,0 77
65 a más años 4,0 8,1 17,6 82,4 100,0 65 7,0 9,5 22,6 77,4 100,0 55

Rama de actividad 100,0 100,0 30,2 69,8 100,0 40 100,0 100,0 28,5 71,5 100,0 43
Agricultura, ganadería y pesca 70,1 77,9 28,0 72,0 100,0 44 67,6 76,3 26,1 73,9 100,0 48
Industria de bienes de consumo 3,8 2,7 37,8 62,2 100,0 24 3,1 3,1 28,4 71,6 100,0 43
Comercio por mayor 1,0 0,7 39,3 60,7 100,0 21 1,1 0,9 33,5 66,5 100,0 33
Comercio por menor 15,6 12,3 35,4 64,6 100,0 29 16,5 12,6 34,3 65,7 100,0 31
Restaurantes y hoteles 5,5 4,4 35,0 65,0 100,0 30 6,6 5,0 34,5 65,5 100,0 31
Transaporte, almacenamiento y
comunicaciones 1,2 0,7 44,8 55,2 100,0 10 1,8 0,7 50,2 49,8 100,0 0
Resto 1/ 2,8 1,4 - - - 3,3 1,4 - - -

Nivel educativo alcanzado 100,0 100,0 30,2 69,8 100,0 40 100,0 100,0 28,5 71,5 100,0 43
Sin nivel 15,8 51,7 11,6 88,4 100,0 77 15,6 49,3 11,2 88,8 100,0 78
Primaria completa 51,7 33,1 40,3 59,7 100,0 19 49,1 33,5 36,9 63,1 100,0 26
Secundaria completa 29,0 13,0 49,2 50,9 100,0 2 30,1 14,7 45,0 55,0 100,0 10
Superior no universitaria completa 1,9 1,8 31,4 68,6 100,0 37 3,3 1,7 44,2 55,8 100,0 12
Superior universitaria completa 1,7 0,5 59,7 40,3 100,0 -19 1,8 0,9 44,8 55,2 100,0 10

Horas de trabajo semanal 2/ 100,0 100,0 30,2 69,8 100,0 40 100,0 100,0 28,5 71,5 100,0 43
Hasta 47 horas 69,2 80,4 27,1 72,9 100,0 46 72,9 80,3 26,6 73,4 100,0 47
De 48 a más horas 30,8 19,6 40,4 59,6 100,0 19 27,1 19,7 35,5 64,5 100,0 29

Años de experiencia 100,0 100,0 30,1 69,9 100,0 40 100,0 100,0 28,5 71,5 100,0 43
Menos de un año 24,9 16,9 38,9 61,1 100,0 22 51,2 38,8 34,5 65,5 100,0 31
De 2 a 4 años 27,2 16,0 42,3 57,7 100,0 15 23,3 20,7 31,0 69,0 100,0 38
De 5 a más 48,0 67,2 23,6 76,5 100,0 53 25,5 40,6 20,1 80,0 100,0 60

Seguro de salud 100,0 100,0 30,2 69,8 100,0 40 100,0 100,0 28,5 71,5 100,0 43
No afiliado 84,4 88,2 29,2 70,8 100,0 42 47,0 35,9 34,3 65,7 100,0 31
Afiliado 15,6 11,8 36,4 63,6 100,0 27 53,1 64,1 24,8 75,2 100,0 50

Sistema de pensiones 100,0 100,0 30,2 69,8 100,0 40 100,0 100,0 28,5 71,5 100,0 43
No afiliado 95,2 99,3 29,3 70,7 100,0 41 91,1 97,8 27,1 72,9 100,0 46
Afiliado 4,8 0,7 73,9 26,1 100,0 -48 8,9 2,2 62,0 38,0 100,0 -24

Ocupación principal 100,0 100,0 30,2 69,8 100,0 40 100,0 100,0 28,5 71,5 100,0 43
Peones de labranza y peones
agropecuarios 69,5 77,8 27,8 72,2 100,0 44 67,3 76,2 26,0 74,0 100,0 48
Comerciantes vendedores al por
menor (no ambulatorio) 9,3 8,1 33,2 66,8 100,0 34 10,3 7,9 34,1 65,9 100,0 32
Limpiadores de oficinas, hoteles y
otros establecimientos, 4,0 3,5 33,4 66,6 100,0 33 5,4 3,9 35,8 64,2 100,0 28
Vendedores de kioscos y puestos
de mercado (no ambulantes) 1,7 1,3 36,7 63,3 100,0 27 4,3 3,1 35,7 64,3 100,0 29
Personal de servicios no
clasificados bajo otros epígrafes 4,5 2,9 40,3 59,7 100,0 19 2,2 1,6 35,1 64,9 100,0 30
Otros 3/ 11,1 6,6 42,1 57,9 100,0 16 10,5 7,3 36,5 63,5 100,0 27

1/ Incluye a las otras ramas de actividad cuyo número de casos es menor de 30 en la encuesta. (minería, industria de bienes
intermedio y de capital, servicios personales, servicios no personales, hogares).
2/ Se refiere a las horas trabajadas en la ocupación principal.
3/ Incluye a las otras ocupaciones cuyo número de casos es menor de 30 en la encuesta.
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2005 y 2009.
Elaboración: Propia.

72
Informe anual – La Mujer en el Mercado Laboral Peruano: 2009- DISEL

Capítulo 8
Características de grupos de mujeres trabajadoras

Entre las trabajadoras peruanas son varios los grupos que requieren de un análisis detallado
sobre su situación y condición laboral. Se trata de grupos que deberían ser de atención
prioritaria por parte del diseño de política laboral y productiva, tanto en términos de la
protección de sus derechos laborales como para la promoción del trabajo decente y
productivo, grupos tales como: las trabajadoras del hogar; las trabajadoras rurales, las
autoempleadas y las mujeres jefes de hogar. En este capítulo se analizan tres de estos
cuatro grupos.

8.1 Mujeres autoempleadas y sus actividades

El autoempleo en general constituye una de las principales formas de empleo en el Perú, en


especial desde que se implementaron las reformas estructurales en la década de los años 90.
De acuerdo al Cuadro 32, la población que se ocupa en un trabajo independiente como
actividad principal supera las tres cuartas partes de la PEA.

Cuadro N° 32
Perú: Población con trabajo independiente por tipo de actividad
según área de residencia y sexo, 2009
(Porcentaje)
Área de residencia y Total Actividad Actividad
Total absoluto
sexo relativo principal secundaria
Total 6 466 352 100,0 77,4 22,6
Urbano 5 178 447 100,0 79,6 20,4
Hombre 2 540 952 100,0 79,8 20,2
Mujer 2 637 495 100,0 79,4 20,6
Rural 1 287 905 100,0 68,6 31,4
Hombre 536 902 100,0 51,9 48,1
Mujer 751 004 100,0 80,6 19,4

Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.

El autoempleo como actividad principal es importante tanto en el ámbito urbano como el


rural pero es mayor en el área urbana. Asimismo se observa que tanto mujeres y hombres en
el área urbana realizan trabajo independiente como actividad principal, mientras que existe
una diferencia significativa entre mujeres y hombres en el ámbito rural, en donde el 80% de
las mujeres rurales genera ingresos como trabajadora independiente como actividad
principal mientras que entre los hombres rurales algo más de la mitad trabaja como
independiente como actividad principal.

73
Gráfico N° 22
Perú: Distribución de las mujeres con trabajo independiente según lugar donde
desempeña su actividad principal, 2009
(Porcentaje)

Dentro de las habitaciones de su vivienda 33.0


Como ambulante 17.2
En su taller comercial dentro de su vivienda 17.1
En taller, tienda, restaurante, hotel 9.1
En local fijo en mercado público 7.4
En puesto improvisado en la vía pública 6.7
En el domicilio de los clientes 6.1
En puesto fijo en la vía pública 1.4
En puesto improvisado en mercado público 1.1
Otro 1/ 0.6
En vehículo para transporte de personas 0.3
0.0 10.0 20.0 30.0 40.0

1/ Incluye a las mujeres que trabajan en vehículos para transporte de personas o mercaderías.
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.

El Gráfico 22 permite apreciar que las mujeres autoempleadas realizan su trabajo


independiente en primer lugar en una habitación de su vivienda (33%), en segundo lugar
como ambulante o en un taller ubicado en su vivienda. El tipo de lugar en el que se
desarrolla el trabajo independiente da cuenta de las condiciones en que este se
desarrolla, puede así apreciarse que solo en el 17% de los casos el trabajo independiente
de las mujeres se desarrolla en un taller o espacio específicamente para la producción del
bien o servicio. En la gran mayoría de casos las condiciones son precarias (ambulantes,
espacios en la vivienda, puestos improvisados en la calle etc.). Sólo el 7,4% tiene un
puesto fijo en un mercado.

El Cuadro 33 muestra que las razones para iniciarse como trabajador independiente son
diferentes entre mujeres y hombres. Mientras que más de la mitad de las mujeres
autoempleadas declara que se decidió por la actividad independiente por necesidad
económica, solo el 35,5% de los hombres aducen esta misma razón. De otro lado, el
25,1% de las mujeres señalan como razón de ser independiente al deseo de obtener
mayores ingresos, mientras que el 20,3% de los hombres aduce la misma razón.

Este resultado es significativo en las mujeres ya que como se observa, las mujeres sufren
una fuerte discriminación de sueldos y salarios en los mercados laborales tanto formales
como informales, de esta manera el autoempleo constituye para ellas una alternativa.

74
Cuadro N° 33
Perú: Trabajadores independientes por sexo según motivo por el cual
inició su actividad principal, 2009
(Porcentaje)
Total % en fila % en columna
Motivo
absoluto Total Hombre Mujer Total Hombre Mujer
Total 4 960 516 100,0 46,0 54,0 100,0 100,0 100,0
No encontró trabajo asalariado 401 742 100,0 75,8 24,3 8,1 13,3 3,6
Obtiene ingresos / mayores ingresos 1 135 734 100,0 40,8 59,2 22,9 20,3 25,1
Quiere ser independiente 768 403 100,0 61,9 38,1 15,5 20,8 10,9
Por tradición familiar 212 243 100,0 52,3 47,8 4,3 4,9 3,8
Por necesidad económica 2 225 191 100,0 36,4 63,6 44,9 35,5 52,8
Otro 217 204 100,0 54,4 45,6 4,4 5,2 3,7

Nota: Se considera solo a los trabajadores que tienen al negocio independiente como actividad principal.
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.

Del total de mujeres que trabajan de forma independiente, el 49,4% no requiere de


ayuda de algún trabajador familiar no remunerado, mientras que el 50,6% de mujeres si
lo requiere. En este último caso, un gran porcentaje de ellas cuenta con la ayuda en sus
pequeños negocios de uno a cuatro trabajadores familiares sin que media remuneración
alguna. En el caso de los hombres, las tres cuartas partes de ellos realizan su trabajo
independiente sin ayuda de familiar alguno (Cuadro N°34).

Cuadro N° 34
Perú: Trabajadores independientes por sexo según TFNR a su cargo, 2009
(Porcentaje)
Número de TFNR Total absoluto Total relativo Hombre Mujer

Total 4 960 516 100,0 100,0 100,0


Sin TFNR 3 030 417 61,1 74,8 49,4
De 1 a 4 TFNR 1 886 731 38,0 24,5 49,6
De 5 a 9 TFNR 43 369 0,9 0,7 1,0
Nota: Se considera sólo a los trabajadores que tienen el negocio independiente como actividad principal.
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.

En el Cuadro N°35, la mayoría de trabajadora(o)s independientes o autoempleada(o)s


cuentan con menos de un año en el negocio. Sin embargo, en tanto la empresa se
consolida y tiene más tiempo en el mercado, la proporción de mujeres autoempleadas
es menor entre los negocios con mayor antigüedad. Esto es un indicador de las mayores
barreras que las mujeres enfrentan para desarrollar un negocio con perspectiva de
sostenibilidad en el tiempo, con proyecciones de crecimiento, debido a las mayores
barreras que enfrenta en el acceso al crédito, capacitación, activos y tecnología. Así
también por la desigual distribución del trabajo y cuidados en el hogar.

75
Cuadro N° 35
Perú: Trabajadores independientes por sexo según rango de
antigüedad en el negocio, 2009
(Porcentaje)
Rango de antigüedad en
Total absoluto Total relativo Hombre Mujer
el negocio
Total 4 960 337 100,0 100,0 100,0
Menos de un año 1 479 442 29,8 24,5 34,4
De 2 a 3 años 808 552 16,3 14,5 17,9
De 4 a 5 años 605 927 12,2 11,9 12,5
De 6 a 10 años 874 070 17,6 18,8 16,6
De 11 a 20 años 798 786 16,1 20,5 12,3
De 21 a más años 393 560 7,9 9,8 6,3
Nota: Se considera sólo a los trabajadores que tienen el negocio independiente como actividad principal.
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.

Las desigualdades de género se reflejan en el nivel de ganancias netas de los negocios que
mujeres y hombres conducen. Las ganancias netas reflejan a su vez el nivel de
competitividad de estas unidades. Según el Cuadro 36, entre la población trabajadora que
tiene al autoempleo como actividad principal y en diferentes sectores, las mujeres obtenían
sólo el 50% de las ganancias netas promedio que aquellas obtenidas por los hombres. Este
resultado grafica la brecha de género existente en la competitividad de mujeres y hombres.

Cuadro N° 36
Perú: Ventas promedio mensuales por tipo de actividad según
sector económico, 2009
(Nuevos soles)
Actividad principal Actividad secundaria
Sector
Hombre Mujer Hombre Mujer
Producción / Extracción 5 283 882 1 302 317
Actividad comercial 6 353 2 389 3 029 847
Servicios 2 224 1 767 988 602
Total ganancia neta promedio 1 129 582 477 265
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.

Asimismo, se aprecia que en todos los sectores económicos, las ventas logradas por las
mujeres son sustancialmente menores que las logradas por los hombres. Esto refleja
diferencias de género en cuanto a posesión de activos, (equipamiento), acceso a recursos
financieros, acceso a la formación en gestión, etc.

8.2 Mujeres jefes de hogar

Al 2009, los hogares con jefatura de una mujer constituyen aproximadamente una cuarta
parte de los hogares peruanos (Cuadro 37). Los Censos Nacionales (INEI) registran que
entre los años 1993 y 2007 los hogares con jefatura femenina pasaron a ser casi una tercera
parte de los hogares peruanos (28%). Más allá de las diferencias de medición, lo que las
cifras de las distintas fuentes registran es el incremento casi sostenido de estos hogares en el
país.

76
Cuadro N° 37
Perú: Distribución de los jefes de hogar según sexo, 2009

Sexo Absoluto Porcentaje

Total 7.214.987 100,0


Hombre 5.518.284 76,5
Mujer 1.696.702 23,5
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y
Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.

Se considera que los hogares con jefatura de una mujer son más vulnerables que los que
tienen jefatura mixta y/o masculina. En realidad, se cuenta pocos estudios actualizados
sobre la situación de estos hogares, en especial frente a los cambios operados en el país a
raíz de la expansión económica de la última década.

¿Cómo son los hogares con jefatura de una mujer?; ¿En qué y en dónde se emplean?; ¿Cuál
es su categoría ocupacional? y ¿Qué calidad de trabajo alcanzan?. En este capítulo se analiza
una parte del perfil de estos hogares al 2009 y la condición y situación laboral de las mujeres
que los conducen.

En el Cuadro 38, se observa que la viudez y la separación están a la base del origen de los
hogares con jefatura de una mujer. El 70% de las mujeres jefes de hogar tiene condición de
viuda o separada mientras que aproximadamente una quinta parte de estos hogares es
conducido por una mujer soltera.

En el caso de los hogares con jefatura mixta, los jefes de hogar en su mayoría conviven o
están casados. El estado civil de los jefes del hogar es un aspecto importante a ser
considerado en el diseño de políticas sociales y económicas ya que compartir la conducción
de un hogar permite la conformación de bolsas de ingresos y de activos que aseguran la
posición del hogar y sus miembros. Así también define la posición legal de los activos del
hogar y por tanto tiene influencia sobre el grado de vulnerabilidad de los hogares.

Cuadro N° 38
Perú: Distribución de los jefes de hogar por sexo
según estado civil, 2009
Sexo
Estado civil Total
Hombre Mujer

Total absoluto 7 214 987 5 518 284 1 696 702


Total relativo 100,0 100,0 100,0
Conviviente 26,1 32,0 7,1
Casado(a) 43,8 55,1 7,2
Viudo(a) 11,2 3,7 35,5
Divorciado(a) 1,0 0,4 2,6
Separado(a) 11,4 4,2 34,8
Soltero(a) 6,5 4,6 12,8
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza,
continua 2009.
Elaboración: Propia.

77
En cuanto a las condiciones de empleo, cerca de las tres quintas partes de las mujeres jefes
de hogar (59,9%) tienen un empleo independiente mientras que aproximadamente una
cuarta parte tiene condición de asalariada (Cuadro 39). Los jefes de hogares de conducción
masculina también tienen en mayor proporción la condición de trabajador independiente,
aunque mucho menor que en el caso de las mujeres jefes de hogar. La condición de
asalariados es la segunda categoría ocupacional en importancia en los jefes de hogar
hombres.

La condición de asalariado significa, en la mayoría de casos, la posibilidad de contar con


acceso a la seguridad social y a otros beneficios laborales. En general, los trabajadores
independientes no gozan de estos beneficios laborales por lo que puede inferirse la mayor
vulnerabilidad de los hogares con jefatura de una mujer en comparación de aquellos con
jefatura masculina.

Otro dato importante es que son pocos los jefes de hogar hombres con condición de TFNR
mientras que son más los jefes de hogar hombres quienes aparecen como empleadores en
comparación de las mujeres jefes de hogar.

Cuadro N° 39
Perú: Distribución de los jefes de hogar ocupados
según categoría ocupacional, 2009
(Porcentaje)
Sexo
Categoría ocupacional Total
Hombre Mujer

Total absoluto 6 181 762 4 954 866 1 226 896


Total relativo 100,0 100,0 100,0
Asalariado 1/ 36,6 39,6 24,8
Empleador 10,0 10,8 6,9
Independiente 50,0 47,5 59,9
TFNR 2/ 1,7 1,6 2,0
Otros 3/ 1,7 0,5 6,5

1/ Considera a los empleados y obreros del sector público o privado.


2/ Trabajador familiar no remunerado.
3/ Trabajador del hogar, practicantes y otros.
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.

A nivel de ingresos laborales, en el Cuadro N° 40 se observa que en los diferentes sectores


de empleo (público, privado e independiente) los jefes de hogar hombres obtienen mayores
sueldos y remuneraciones que las mujeres jefes de hogar con excepción del caso de las
empresas privadas con más de 50 trabajadores.

Así, las mujeres jefes de hogar ganan en promedio solo el 60% de lo que ganan los jefes de
hogar hombres (Véase Cuadro 40). En el sector público ganan el 80% de lo que ganan sus
pares hombres, en el sector privado el 73% y en el sector de independientes el 64,3%.

En el sector de independientes las diferencias más profundas se reportan en el caso de los


jefes de hogar no profesionales, las mujeres en esa categoría ganan el 65% de lo que ganan
los jefes de hogar hombres. Estas cifras reflejan que, a mayor calificación de la mano de
obra, si bien las brechas de género no desaparecen si tienden a reducirse, de ahí la

78
importancia de abrir el acceso de las mujeres a la capacitación laboral, técnica y
emprendedora, en especial en el caso de las trabajadoras que conducen solas sus hogares.

Cuadro N° 40
Perú: Ingreso laboral mensual del jefe de hogar por sexo
según estructura de mercado, 2009
(Nuevos soles)
Promedio Mediana
Estructura de mercado
Total Hombre Mujer Total Hombre Mujer
Total 1 077 1 171 697 654 734 360
Sector público 1 792 1 851 1 515 1 425 1 462 1 295
Sector privado 1/ 1 574 1 628 1 190 945 998 649
De 2 a 9 trabajadores 1 068 1 132 668 701 755 475
De 10 a 49 trabajadores 1 694 1 746 1 289 995 1 010 780
De 50 a más trabajadores 2 518 2 512 2 569 1 543 1 562 1 057
Independiente 592 647 416 387 451 223
Profesional 1 552 1 627 1 189 905 1 101 504
No profesional 562 613 399 377 438 220
Resto 2/ 479 527 465 424 - 425
Nota: para el cálculo del ingreso se excluye a los trabajadores familiares no remunerados.
1/ Se incluye a los empleadores.
2/ Se refiere a los trabajadores del hogar, practicantes y otros.
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2009.
Elaboración: Propia.

En general la desigualdad de ingresos observada entre los hogares conducidos por mujeres
frente a los conducidos por hombres, señala que son potencialmente hogares más
vulnerables. Una política laboral que considera la condición de las mujeres como jefes de
hogar deberá por tanto poner especial atención en mejorar los niveles de ingreso de estos
hogares así como de mejorar la calificación de la mano de obra de las mujeres que los
conducen. La observación y extensión del salario mínimo vital y su incremento en el
sector de independientes (en el que se desarrolla más de las dos terceras partes de las
mujeres jefes de hogar) podría contribuir a reducir sus niveles de vulnerabilidad.

8.3 Mujeres trabajadoras rurales

Las mujeres rurales constituyen más de una tercera parte del la PEA femenina peruana
(Gráfico N° 12). En el Cuadro N° 41 se presenta un resumen del perfil y panorama laboral
de las mujeres trabajadoras rurales así como la evolución de dicho panorama en el periodo
2005-2009.

La PEA femenina rural ocupada se distribuye de manera equitativa entre los distintos rangos
de edad con excepción del rango de 25 a 29 años. Ello puede explicarse por la migración
hacia los centros urbanos o peri urbanos de mujeres jóvenes adultas y que se habría hecho
más intensa entre las mujeres rurales ante las mayores oportunidades de empleo que estos
centros urbanos han mostrado a partir de la expansión económica. Este constituye un
fenómeno que amerita mayor investigación.

En general, las mujeres rurales forman parte de la fuerza de trabajo desde edad temprana;
antes de los 14 años ya realizan labores productivas además de las reproductivas y de
cuidados. Así también, forman parte de la fuerza de trabajo más allá de los 55 años.

79
Educación y calificación de la mano de obra rural femenina

A pesar de su importancia en la conformación de la fuerza de trabajo rural, un alto


porcentaje de las mujeres trabajadoras rurales no cuenta con algún nivel educativo, es decir,
no asistió a la escuela. En el año 2005 más de la mitad de trabajadoras rurales no tenía nivel
educativo (58,2%) y se observa que la situación varió muy poco al 2009 (55%). Una tercera
parte de las trabajadoras rurales (30%) atendió solo la primaria. Por otra parte, al 2005
menos del 10% de las mujeres trabajadoras rurales alcanzó a completar la secundaria.

Esta realidad educativa de la mujer rural coincide con la persistencia de los altos niveles de
pobreza reportados en el ámbito rural en todos los dominios geográficos (Costa, Sierra y
Selva) analizados en el 2009 por el INEI. La situación descrita mella toda posibilidad de
lograr un desarrollo rural competitivo, sostenible e inclusivo en el Perú.

Dado el bajo nivel de la calidad educativa rural en el Perú se configura así el panorama de
una mano de obra femenina rural con muy baja calificación, una característica que resulta
incompatible con el perfil de una economía y sociedad que como la peruana, pretenden
integrarse competitivamente en la economía internacional.

Ingresos y educación

En cuanto a los ingresos, se muestra que a mayor nivel de calificación o nivel educativo, son
mayores los ingresos de las trabajadoras rurales. Los ingresos de las mujeres rurales sin nivel
educativo son el 72% de los ingresos de las mujeres rurales que alcanzaron educación
primaria y el 54,4% de aquellas que lograron completar la secundaria. La mayor parte de las
mujeres rurales que perciben ingresos por su trabajo ganan en promedio la mitad del salario
mínimo vital.

En el período analizado los ingresos de las mujeres rurales se incrementaron en


aproximadamente un 52% en el caso de aquellas sin nivel educativo. En todos los niveles
educativos se advierte la mejora de los niveles de ingresos en el orden de 38% al 53% entre
los años 2005 al 2009.

Sectores que emplean las mujeres rurales

En el período 2005-2009 el sector que empleó a la mayor parte de mujeres trabajadoras


rurales fue el de Agricultura, ganadería y pesca, sin embargo se advierte una marcada caída
de al menos 4 puntos porcentuales. En segundo lugar, las mujeres trabajadoras rurales se
emplean en el sector de Comercio que mejoró ligeramente sus niveles de empleo femenino
hacia el 2009. En tercer lugar, el sector de Industria de bienes de consumo, empleó al 6,2%
de las mujeres rurales.

En los sectores de mayor empleo femenino, los ingresos más bajos se observan en el sector
de Industria de bienes de consumo, mientras que el sector de Comercio reporta a las
mujeres trabajadoras mayores niveles de ingreso, sin embargo no llegan a alcanzar el nivel
del sueldo mínimo. Entre estos tres sectores que emplean a las mujeres rurales los ingresos
son solo entre el 40% a 67% del sueldo mínimo.

80
Cuadro N° 41
Perú Rural: Características de la PEA ocupada femenina
y su ingreso laboral mensual, 2005 y 2009
(Porcentaje)
Distribución de Ingreso laboral mensual
Diversas variables trabajadores (%) (S/.)
2005 2009 2005 2009
PEA ocupada 2 209 543 2 567 850 209,0 310,5
Rango de edad 100,0 100,0
14 a 24 años 24,1 21,7 182,9 270,5
25 a 29 años 9,1 8,5 240,4 315,5
30 a 44 años 29,4 29,1 248,3 375,2
45 a 54 años 14,6 16,2 239,2 351,1
55 a más años 22,8 24,5 149,8 238,2
Nivel educativo alcanzado 100,0 100,0
Sin nivel 58,2 55,0 147,2 225,0
Primaria completa 30,4 30,5 225,9 311,9
Secundaria completa 8,7 11,7 295,2 418,4
Superior no universitaria completa 2,2 2,0 501,6 761,4
Superior universitaria completa 0,5 0,8 846,0 1229,9
Rama de actividad económica 100,0 100,0
Agricultura, ganadería y pesca 75,2 71,2 158,9 237,4
Industria de bienes de consumo 5,1 6,2 121,4 136,6
Comercio 10,3 11,4 238,7 367,5
Servicios no personales 3,0 3,7 543,4 722,3
Servicios personales 4,0 4,8 233,0 413,1
Hogares 2,2 2,1 278,9 398,8
Otros 1/ 0,3 0,6 321,7 619,6
Categoría ocupacional 100,0 100,0
Empleador 2,1 2,1 272,5 609,2
Empleado privado 1,0 1,6 315,0 439,3
Empleado público 1,9 2,1 682,0 952,7
Obrero privado 6,5 8,0 202,7 282,4
Obrero público 0,3 0,5 203,3 503,6
Independiente 29,4 34,4 170,1 253,2
Trabajador familiar no remunerado 56,0 48,3 - -
Otros 2/ 2,7 3,0 220,6 289,2
Rango de ingresos (S/.) 100,0 100,0
Sin ingresos 56,7 49,2 - -
Menores de 500 39,1 41,5 146,3 168,7
De 500 a 999 3,1 6,5 677,7 675,9
De 1000 a más 1,0 2,9 1298,8 1616,5
Rango de horas de trabajo 100,0 100,0
Menos de 15 hrs. 4,8 5,2 93,8 116,7
De 15 a 34 hrs. 42,3 40,1 170,6 201,8
De 35 a 47 hrs. 27,4 26,5 193,0 297,7
48 hrs. 5,2 4,8 223,4 295,1
De 49 a 59 hrs. 11,8 13,1 215,4 356,9
De 60 a más hrs. 8,6 10,3 360,4 576,6
Con Seguro Integral de Salud (SIS) 5,4 62,7 145,2 228,7
Sí cuenta con sistema de pensiones 2,0 3,2 724,9 865,2

1/ Incluye a trabajadores de la rama económica: minería, industria de bienes intermedios y de capital y


construcción.
2/ Incluye a trabajadores de servicios domestico, practicantes y otros.
Fuente: INEI - Encuesta Nacional de Hogares Sobre Condiciones de Vida y Pobreza, continua 2005 y 2009.
Elaboración: Propia.

81
Calidad del empleo de mujeres rurales

El empleo femenino rural es extremadamente precario, varios de los derechos laborales y de


las dimensiones del trabajo decente están ausentes. Según categorías ocupacionales, la mayor
parte de las mujeres rurales de la PEA femenina ocupada tenía condición de trabajador
familiar no remunerado (TFNR) es decir, que no se les paga por el trabajo que realizan. A
pesar de las mejoras observadas en el período, aún los niveles de representación de las
trabajadoras rurales en esta categoría ocupacional son considerablemente elevados.

En el 2005, más de la mitad de las trabajadoras rurales ocupadas (56%) era TFNR, esto se
reduce al 48,3% en el 2009. Se trata de una reducción importante (ocho puntos
porcentuales) que abona a la reducción de la pobreza rural sin embargo existe todavía un
amplio margen de desigualdad por ser superado. Más mujeres trabajadoras rurales al 2009
son pagadas por su participación en la producción de bienes y servicios.

En segundo lugar, las mujeres trabajadoras rurales ocupadas se emplean como trabajadoras
independientes. Entre el 2005 y el 2009 las trabajadoras rurales independientes pasaron de
ser algo menos de tercera parte de las trabajadoras rurales (29,4%) en el año 2005, a superar
esa tercera parte (34,4%) en el año 2009. Esto ha significado que varias de ellas en condición
de TFNR pasaron a percibir ingresos por el trabajo productivo que realizan.

En tercer lugar, las mujeres trabajadoras rurales aparecen como obreras (en plantaciones del
sector agroexportador, de transformación etc.). También en esta categoría ocupacional se
advierte un ligero aumento en el período 2005-2009. Al 2009 las trabajadoras rurales obreras
constituían el 8% de la PEA femenina rural ocupada. Puede observarse también que en esta
categoría ocupacional los ingresos percibidos son apenas un poco más de la mitad (51%) del
salario mínimo vital el 2009.

Rangos de ingresos, horas de trabajo y acceso a la seguridad

El 2009 la mitad de las mujeres trabajadoras rurales no es pagada por el trabajo productivo
que realiza y el 41,5% gana menos de 500 Nuevos soles.

En el año 2005, la mayor parte de trabajadoras rurales (42,3%), trabajaba entre 15 a 34


horas a la semana mientras que más de una cuarta parte (27,4%) trabajaba entre 35 a 47
horas. Estas horas de trabajo semanal se han mantenido con ligeras variaciones durante el
período. Asimismo, se aprecia que en el 2005 sólo el 5,4% de las trabajadoras rurales tenía
acceso al SIS (Seguro integral de salud), situación que ha sido revertida hacia el 2009,
cuando se ha llegado a cubrir aproximadamente al 63% de las trabajadoras rurales. Esta
situación contrasta con el hecho que a penas entre el 2 al 3% de las trabajadoras rurales
cuenta con acceso al sistema de pensiones.

Los datos de ingresos laborales de las mujeres rurales, reflejan las enormes brechas de
género que corren en contra de estas trabajadoras. Los niveles de ingreso laboral, resumen
su limitado acceso como grupo social a la educación completa y de calidad; su condición de
trabajadora familiar no remunerada y sus menores niveles de competitividad.

La normatividad laboral y aquella que rige las políticas del estado peruano desde el año 2005
obligan a los sectores del estado peruano a actuar de manera articulada y efectiva para
combatir la precariedad del trabajo de las mujeres rurales. Existen orientaciones específicas
sobre los diferenciales de ingresos, sobre el acceso a los sistemas de pensiones, a la

82
capacitación laboral en materia de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres en el
mundo del trabajo que deben ser incorporados en los programas de sectores clave para el
medio rural y las mujeres rurales, tales como los programas del MINAG, MINCETUR,
PRODUCE y el MTPE. Estos podrían definir una acción coordinada a favor de la
competividad de las trabajadoras rurales en base a una agenda que incluya la cuestión de
ingresos, la seguridad social y su situación de TFNR.

83
Informe anual – La Mujer en el Mercado Laboral Peruano: 2009- DISEL

l- Mujer Peruana en el mercado laboral: 2009-PEEL


Conclusiones
En relación a las cuatro dimensiones que comprende el trabajo decente, se aprecia que al
2009 éste todavía no es una realidad para todos los trabajadores y las trabajadoras
peruanos(as) y en especial, para las mujeres. Persisten numerosas brechas de género en el
ámbito laboral que corren en desventaja de las mujeres como trabajadoras.

Las trabajadoras peruanas han accedido crecientemente al empleo pero este no les garantiza
el ejercicio de sus derechos laborales: se les paga menos que a los hombres por igual trabajo,
la libertad de sindicalización y sus derechos de maternidad son materia de infracción o de
discriminación por parte de los empleadores. Las trabajadoras peruanas mantienen un bajo
acceso a la seguridad y previsión social en comparación de sus pares hombres.

Trabajo familiar no remunerado, calidad del empleo y pobreza

El trabajo familiar no remunerado (TFNR) en el Perú al 2009 tiene aún una alta
representación entre la PEA ocupada en el país, este afecta principalmente a las mujeres, en
la mayoría de sectores productivos pero en especial en la agricultura y las MYPES en el
comercio al por menor. Entre los TFNR, los pobres y pobres extremos tienen mayor
representación.

En especial, el 71,5% de los TFNR en el Perú son mujeres. Las TFNR mujeres son además
mujeres rurales. Desde todo punto de vista constituyen un grupo laboral prioritario de
acuerdo a toda la normatividad que compete al sector de Trabajo y Promoción del Empleo.

Políticas laborales y reducción de pobreza

La reducción de la pobreza en el medio urbano en el período 2005-2009 se debió a la


expansión del sector informal, a la proliferación principalmente de ocupaciones de baja
calificación de la mano de obra. Los pobres y pobres extremos tienen alta representación
entre la PEA con baja calificación. Se señala así, que si bien el país redujo pobreza, no se
modernizó y por el contrario su economía y las fuentes que generan empleo se habrían
hecho aún más informales.

Lo anterior va de la mano con la escasa reducción de los coeficientes de desigualdad de


ingresos en el país. Las desigualdades económicas y sociales no abordadas frontalmente por
las políticas del estado peruano explican así las contradicciones observadas en el proceso de
reducción de pobreza experimentado durante el período 2005-2009.

El núcleo duro de la pobreza se encuentra en el ámbito rural y en este, el grupo de


trabajadoras mujeres constituyen un grupo significativo y un actor clave. Los expertos
señalan que los pobres extremos no cuentan con los activos para beneficiarse del
crecimiento económico (Aramburu: 2010). Además de ello, su estatus laboral es precario,
constituyen el 70% de los TFNR en el Perú.

84
Se requieren políticas laborales con una clara orientación hacia la reducción de las brechas
de género en los mercados laborales, con orientación redistributiva para una mayor efectiva
reducción de la pobreza.

Políticas más efectivas para reducir pobreza en el país deberán así contar con carácter
redistributivo y de acceso universal tales como la extensión del salario mínimo, la extensión
de la educación primaria y secundaria de calidad en el medio rural con especial atención a la
educación de niñas rurales, así como la extensión y profundización de la capacitación para el
trabajo y el emprendimiento con carácter descentralizado y desde una perspectiva de género.

Algunos temas de investigación que podrían apoyar el diseño de la política laboral en los
próximos años desde una perspectiva de género y de promoción del trabajo decente son los
siguientes:

 Crecimiento económico y el trabajo a domicilio en el Perú


 La demanda de capacitación laboral de las mujeres en el Perú
 Trabajadoras rurales en los sectores de crecimiento dinámico: turismo y agro-
exportación
 Autoempleo y mujeres jefes de hogar

85
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87
ANEXOS

Cuadro N° 1
Perú: Producto Bruto Interno por años según departamentos, 2005 - 2009
Valores a precios constantes de 1994
(Miles de nuevos soles)

Departamentos 2005 2006 2007P/ 2008P/ 2009E/

Amazonas 886,098 947,537 1,019,239 1,096,782 1,134,817


Ancash 5,419,565 5,550,260 5,932,921 6,457,790 6,466,821
Apurímac 647,375 705,842 725,416 746,771 786,070
Arequipa 7,495,342 7,952,656 9,193,252 9,995,135 10,013,668
Ayacucho 1,250,596 1,367,277 1,535,601 1,676,957 1,861,771
Cajamarca 4,615,762 4,569,653 4,229,719 4,595,685 4,920,278
Cusco 3,399,360 3,801,775 4,166,288 4,466,897 4,664,246
Huancavelica 1,304,894 1,385,072 1,345,979 1,383,979 1,433,330
Huánuco 1,489,767 1,525,127 1,561,718 1,664,728 1,674,881
Ica 3,674,862 3,983,793 4,352,162 5,308,770 5,511,726
Junín 4,395,033 4,873,585 5,186,921 5,618,786 5,489,523
La Libertad 6,056,995 7,001,077 7,714,464 8,303,876 8,444,032
Lambayeque 3,641,260 3,837,890 4,245,403 4,602,479 4,742,403
Lima 68,042,728 74,159,327 82,029,344 90,968,508 91,357,198
Loreto 2,825,364 2,972,445 3,105,041 3,259,269 3,329,728
Madre de Dios 544,043 565,342 626,829 674,783 656,473
Moquegua 2,252,236 2,263,407 2,256,846 2,380,381 2,348,279
Pasco 1,580,671 1,713,379 1,914,504 1,937,316 1,844,152
Piura 5,409,217 5,938,875 6,523,105 6,972,970 7,110,082
Puno 3,059,759 3,213,929 3,448,855 3,630,828 3,754,262
San Martín 1,728,977 1,819,008 1,983,231 2,178,177 2,257,257
Tacna 2,012,650 2,094,159 2,223,776 2,319,570 2,288,683
Tumbes 688,785 665,285 722,302 770,598 787,219
Ucayali 1,539,686 1,640,186 1,708,637 1,808,232 1,850,376

Valor Agregado Bruto 133,961,025 144,546,886 157,751,553 172,819,267 174,727,275

Impuestos a los Productos 11,504,498 12,507,535 13,655,518 15,205,914 15,537,808


Derechos de Importación 3,174,468 3,091,043 2,940,935 3,341,401 2,728,742

Producto Bruto Interno 148,639,991 160,145,464 174,348,006 191,366,582 192,993,825

Nota: Con información disponible a junio de 2010.


Fuente: INEI – Dirección Nacional de Cuentas Nacionales

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Gráfico N° 1
Perú: Tasa de crecimiento promedio anual del Producto Bruto Interno
según departamentos, período 2005 - 2009
(Variación porcentual)
Ica 10,7
Ayacucho 10,5
La Libertad 8,7
Cusco 8,2
Lima 7,6
Arequipa 7,5
Piura 7,1
San Martín 6,9
Lambayeque 6,8
Amazonas 6,4
Junín 5,7
Puno 5,2
Apurímac 5,0
Madre de Dios 4,8
Ucayali 4,7
Ancash 4,5
Loreto 4,2
Pasco 3,9
Tumbes 3,4
Tacna 3,3
Huánuco 3,0
Huancavelica 2,4
Cajamarca 1,6
Moquegua 1,0

0,0 2,0 4,0 6,0 8,0 10,0 12,0

Tasa de crecimiento promedio anual

Fuente: Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).


Elaboración: Propia.

Gráfico N° 2
Perú: Producto Bruto Interno, 1992 - 2010
(Variación % anual)

Fuente: INEI – Información del índice Mensual de la Producción Nacional.


Nota: la información del 2010 corresponde de junio 2009 a mayo 2010.

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