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Este sistema apenas cuenta en el mantenimiento rutinario más allá de la regeneración de los filtros
de partículas diésel o la comprobación de la composición de los gases de escape para determinar
posibles problemas en el motor.
El escape no deja de ser el tubo por el que el motor expulsa los gases quemados, por lo que no
suelen ser muchas las averías que se producen, como mucho con el paso del tiempo pueden
perforarse como consecuencia de la corrosión. Sin embargo, los sistemas adicionales como
silenciosos, catalizadores o filtros de partículas que se intercalan a lo largo del tubo pueden sufrir
averías.
5.- El silenciador.
6.- El resonador.
VÁLVULAS DE ESCAPE
Hacer un buen mantenimiento de la válvula de escape y buena limpieza en cada revisión asegura su
funcionamiento óptimo. Variando el paso del escape consigue un buen rendimiento a bajas y medias
revoluciones. Los fabricantes de vehículos detallan en el manual de uso de cada uno de sus modelos
el tiempo en el que se debe revisar y en el que se debe realizar una calibración de estos elementos.
No obstante, solo el sonido producido por el golpeteo en el motor obliga a los técnicos a cumplir
con este proceso específico. El proceso de calibración puede tardar una hora, aproximadamente. En
esta fase se pone al motor en tiempo, es decir, el cilindro número uno tiene que estar en el punto
muerto superior, en el tiempo de compresión adecuado. Allí, cuando las válvulas están cerradas, se
procede a realizar la calibración. El mismo proceso se repite con el cilindro número cuatro para
graduar el resto de las válvulas.
EL MÚLTIPLE DE ESCAPE.
Este elemento del vehículo se encarga de reunir los gases emitidos por el motor y de guiarlos hacia
el exterior. Si bien el colector de escape no es una pieza con tendencia al fallo o la rotura, es bastante
común que las juntas que lo unen al resto del sistema de escape e incluso los tornillos que lo
sostienen, se aflojen con el paso del tiempo, es por eso que se debe realizar unas revisiones
periódicas tales como:
Responsable por identificar la condición de mezcla aire combustible que fue quemada, enviando
esta información a la unidad de control del vehículo (ECU). Con los datos recibidos, este módulo
verifica la necesidad de corregir la mezcla.
EL CONVERTIDOR CATALÍTICO.
Los problemas de un convertidor catalítico se evidencian por ruido, por pequeñas partículas que
salen por el tubo de escape y por olor a huevo podrido.
El ruido se ocasiona por daños en las conexiones del sistema de escape o en la boquilla de llenado
del mismo convertidor.
La expulsión de partículas por el escape significa que hubo un sobrecalentamiento del convertidor,
de manera que el soporte de las bolitas de material activo se ha desprendido.
El olor a huevo podrido se debe a una concentración de azufre en la gasolina de más del cinco por
ciento. Un convertidor catalítico no debe ser removido de su lugar o tiene que ser reemplazo por
otro de la capacidad para el motor. Es conveniente reemplazar el conversor catalítico cada 80.000
kilómetros.
EL SILENCIADOR.
El trabajo del silenciador es reducir el ruido hecho por la explosión de la gasolina dentro del motor.
Se debe realizar revisiones rutinarias. se debe hacer tanto por fuera como por dentro. La carcasa no
debe estar agujereada, ya que las fugas de gases provocarían ruidos. Es importante observar si los
tubos y el separador del silenciador están en buen estado. Si al mover ambas cosas suenan piezas
sueltas, es que éstas están en estado avanzado de corrosión y por ende se debe realizar la
sustitución del mismo.
El tubo de cola es el elemento visible del tubo de escape, por estas dos razones esta parte final se
construye de materiales vistosos y resistentes a la corrosión. Es por ello que este elemento solo
requiere de limpieza y si presenta algún tipo de picadura se deberá proceder a la sustitución.
Hay que comprobar que la zona metálica que une los conductos con el coche está en buen estado.
También se debe prestar atención a si los conductos tienen síntomas de deterioro en forma de
fisuras, óxido o agujeros.