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Universidad Rennes II
Doctorando en Historia
1
Esta investigación ha podido ser realizada gracias a una beca del Collège Doctoral International de
l'Université Européenne de Bretagne (UEB).
2
Alain Rey (dir.), Dictionnaire culturel en langue française, Paris, Le Robert, 2005, tome D-L, page
207.
En Argentina, esta investigación enfrenta a un obstáculo mayor: la fragmentación de
las fuentes. Los archivos administrativos concernientes a la elaboración de esta ley
han desaparecido, por un lado porque la dictadura ha querido hacer desaparecer los
trazos de su acción, pero también por la falta de preocupación por la conservación
de esos archivos. Los principales archivos disponibles son los de las asociaciones
privadas, pero estos últimos son siempre limitados, por la mudanza de sus sedes
paralela a la pérdida de una gran parte de los archivos. Las asociaciones se han
contentado con conservar sus memorias anuales y las rendiciones de cuenta de las
reuniones de la comisión directiva. Las memorias anuales presentan un resumen
sumario de sus actividades y apenas nos permiten conocer los contactos
establecidos con las autoridades nacionales. En cambio, las rendiciones de cuenta
de las reuniones de comisión directiva nos dan más detalles, pero allí la información
está sesgada. La información de las discusiones de los miembros de comisión
directiva no es sino parcial, y ella está condicionada por el hecho de que lo escrito
será leído por la administración.
Para cubrir esa falta de diferentes fuentes, debemos recurrir a la prensa, ya sea
asociativa o nacional, así como a entrevistas con protagonistas de la época,
responsables de las asociaciones, administradores o simples militantes, que nos han
revelado su verdad, es decir una interpretación de lo vivido, una memoria que ha
sido modificada por el olvido y por la imaginación.
3
Diario de Sesiones de la Cámara de Senadores, Buenos Aires (BA), 12 de septiembre de 1974,
page 1851.
cuatro comisiones encargadas de estudiar las diferentes prestaciones destinadas a
las personas discapacitadas (asistencia médica, educación especial, formación
profesional, trabajo): Esas comisiones están compuestas por parlamentarios,
funcionarios, representantes asociativos y profesionales.
El rol dominante de FENDIM influye sobre la redacción del proyecto de ley. Los
derechos de las personas discapacitadas físicas son largamente tomados en cuenta,
pero las medidas consideradas como indispensables y largamente detalladas en ese
título, priorizan las personas discapacitadas mentales. Por otra parte, FENDIM
propone los términos personas discapacitadas, la traducción en español de los
términos disabled persons utilizados en la Declaración de los derechos de las
personas discapacitadas aprobada por la ONU en 1975. Haciendo esto, la
asociación refuta la utilización de la sustantivación el discapacitado que reduce la
persona a su deficiencia.
Las normas propuestas son muy ambiciosas: ellas prevén el derecho el derecho
para toda persona discapacitada a una atención médica adecuada, sin condiciones
de recursos, el derecho a la educación gratuita, al trabajo, a un mínimo de recursos
y a la integración social.
Una parte de esos derechos acordados, corresponden también a los deberes, tal
como la obligación de recibir enseñanza elemental, la obligación de rehabilitarse, se
formarse profesionalmente “según las posibilidades de cada uno”. La educación
obligatoria de los niños discapacitados es claramente orientada hacia su integración
en los establecimientos escolares ordinarios. Esas normas proponen crear un
organismo coordinador de las prestaciones destinadas a las personas
discapacitadas, dependiente directamente de la presidencia de la nación e integrada
por representantes de las asociaciones de personas discapacitadas.
Por otra parte, los dirigentes de FENDIM demandan la puesta en acto de una
detección precoz de la discapacidad. Ellos demandan expresamente que las
personas que tengan una deficiencia grave física o mental puedan trabajar fuera de
la esfera competitiva. La comisión coordinadora considera que corresponde al
Estado crear, o participar en el financiamiento de los puestos de trabajo protegido,
destinado a las personas discapacitadas calificadas pero inaptas para ocupar un
empleo competitivo.
Esta decisión política es tanto más compleja para el poder porque ella implica poner
en la balanza los beneficios sociales para las personas con discapacidad, los
beneficios políticos para el régimen (por un lado) con los costos económicos
importantes (que implica, por otro). El poder militar está entonces enfrentado a una
situación “hiper-elección”, es decir a una elección que revela lógicas
fundamentalmente diferentes.10
7
AFENDIM, Actas III, Acta n°10, reunión de la comisión directiva de FENDIM, 23 de abril de 1977.
8
AFENDIM, Actas III, Acta n°14, reunión de la comisión directiva de FENDIM, 15 de abril de 1978.
9
Entrevista con Alicia Misa de Bustos Fierro, Buenos Aires, 13 marzo de 2009.
10
Bruno Jobert et Pierre Muller, L'Etat en action, politiques publiques et corporatismes, Paris, PUF,
1987, page 41.
Algunos meses más tardes, el proyecto de ley pasa a manos de la Comisión de
asesoramiento legislativo. Compuesta de tres representantes de cada una de las
Fuerzas Armadas, obediente fielmente a las instrucciones de sus comandantes, esta
comisión es la encargada de emitir su punto de vista sobre el proyecto de ley y de
modificarlo si hay necesidad. FENDIM envía entonces una carta al presidente de la
nación, “solicitando pronta sanción”11. Durante los primeros meses del año 1980, el
proyecto de ley definitivo es remitido por la Comisión de Asesoramiento Legislativo al
presidente de la nación, que debe ratificarlo.
Esta sensibilidad del poder militar a las condiciones de vida de las personas
discapacitadas es siempre muy limitada. Toda persona discapacitada percibida
como subversiva es sometida a la tortura y eventualmente a la muerte, es decir a la
misma suerte que la reservada a las personas válidas (sin discapacidad). 12
Durante esa reunión, los delegados argentinos están atentos a la experiencia de los
otros países y son sorprendidos por la declaración de dos personas discapacitadas
“que defendían brillantemente sus derechos y hablaban con justicia y sinceridad” 14.
Uno de ellos es Frank Bowe, una persona sorda representante de los Estados
Unidos. Al regreso, la directora del SNR decide, en posición de fuerza, seguir las
recomendaciones de la ONU de elaborar una ley de protección integral, lo que
invalida el proyecto de ley defendido por FENDIM. A ese efecto, ella convoca a los
representantes de las asociaciones que actúan a favor de las personas
discapacitadas y los representantes de los diferentes ministerios.
En tanto que representantes del Ministerio de Salud, los funcionarios del Servicio
Nacional de Rehabilitación dirigen el Comité. Los representantes de los otros
ministerios y de las asociaciones les plantean muchos conflictos sobre el contenido
de la ley. Los representantes de las asociaciones desean que la ley especifique el
ofrecimiento de un cierto número de políticas y de prestaciones sociales. Los
diferentes funcionarios quieren, al contrario, elaborar una ley de carácter normativo,
que se limite a afirmar que las personas discapacitadas tienen los mismos derechos
y deberes que los otros ciudadanos, remitiendo al debate sobre la reglamentación el
enunciado de medidas específicas para cada categoría de discapacidad.
Por otra parte, el coronel López milita para conservar el principio de taller protegido.
Aunque la directora del SNR se opone a la constitución de talleres protegidos, sin
embargo ella acepta la inserción de ese principio en el proyecto de ley, porque era
necesario hacer concesiones a FENDIM. Alicia Amate incorpora en el proyecto de
ley el principio de talleres protegidos de producción, “para que se tenga en cuenta el
hecho de que las personas discapacitadas pueden trabajar en el sector de la
producción [industrial]. Lo que nosotros queríamos, lo que el ministerio de Salud
quería, es que el Ministerio de Trabajo comprenda que era necesario formar a los
trabajadores”22. La ley prevé el sostén del Ministerio de Trabajo a la creación de
talleres protegidos de producción y al trabajo a domicilio de las personas
discapacitadas.
Las personas discapacitadas físicas piden luego que sean precisadas en la ley las
características de las rampas, mientras que los funcionarios consideran que eso
depende del código de urbanismo (de edificación?). Finalmente la ley no precisa
las características de las rampas, pero prevé sin embargo que los edificios públicos
futuros deben ser accesibles a las personas que se desplazan en silla de ruedas.
Conclusión
El general Videla firma el decreto ley 22.431 el 16 de marzo de 1981, algunos días
antes de salir del poder. Esa firma se explica por múltiples razones: por una parte, el
general Videla es particularmente sensible al tema de la discapacidad, porque él ha
tenido un niño discapacitado mental. Su esposa se lo ha encargado especialmente,
tanto como el General Bignone. Por otra parte, el coronel López y los miles de
padres de niños discapacitados mentales ejercen una enorme presión sobre el
presidente, enviándole millares de cartas. Finalmente, es también un medio de
afirmar el respeto a los derechos humanos en un contexto de dictadura, y de
presentar así a la Argentina como una nación avanzada en ese tema. El general
Videla se felicita delante de la prensa de haber firmado una ley “que pone a nuestro
país a la punta del mundo entero en lo que concierne al tratamiento de la
discapacidad”24.
Conservar el Estado de Bienestar –o por lo menos tratar de dar esa impresión a los
ciudadanos- aparece como indispensable a los ojos de las autoridades militares, a
fin de evitar la consolidación de la oposición y de la guerrilla 25.
Elaborada en un contexto de dictadura, la ley 22.431, dio lugar –sin embargo- a una
real consulta democrática a la sociedad civil. Eso se explica por el hecho que la
sanción de una ley que proteja los derechos de las personas discapacitadas
presenta pocos problemas de orden político a las autoridades militares, aparte de la
voluntad de respetar los privilegios de las empresas privadas.
Además, el proceso de elaboración de la ley en 1980 parece ser considerado por las
diferentes partes interesadas como a-político. Y eso porque las personas
pertenecen a las capas sociales favorecidas, que no están comprometidas
políticamente a favor de un campo o de otro, y asimilan la lucha política a la
subversión. Ellas hacen como si la orientación política de la dictadura no hubiera
influenciado el contenido del proyecto de ley.
Bibliografía: