Beato Juan van Ruysbroeck (1293-1381), canónigo regular
Las joyas de las bodas espirituales, prólogo
“El Esposo está con ellos”
“Llega el Esposo, salid a su encuentro” (Mt 25,6)... Este esposo es
Cristo y la esposa es la naturaleza humana, creada por Dios “a su imagen y semejanza”, (Gn 1,26) colocada por él, desde el principio en el lugar más digno, más bello, más rico y más fértil de la tierra, en el paraíso. Dios sometió todas las criaturas a la naturaleza humana, la colmó de gracias y le dio un mandamiento para que, guardándolo esté segura para siempre de la unión estable con su esposo, libre de todo sufrimiento, de toda pena y de toda falta.
Pero, he aquí que vino el maligno, el enemigo infernal que, lleno de
envidia hacia la esposa, tomó forma de serpiente astuta y engañó a la mujer. Luego, los dos engañaron al hombre y así a toda la naturaleza humana. De este modo, el enemigo, por sus falsos consejos, sedujo a esta naturaleza humana, a la Esposa de Dios, que fue exiliada a una tierra extranjera, pobre y miserable, cautiva y oprimida...
Con todo, cuando Dios vio que el tiempo había llegado y cuando los sufrimientos de su esposa le llenaron de compasión, envió a su Hijo único.