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UNIVERSIDAD DE BAJA CALIFORNIA

DOCTORADO EN EDUCACIÓN

FILOSOFÍA DE LA CIENCIA

PRESENTADO A:
DR. DAVID MENDOZA ARMAS

PRESENTADO POR:
ALVARO DARIO CARO ROJAS

DISCUSIÓN SOBRE EL OBJETIVO DE FILOSOFIA DE LA


EDUCACIÓN

SEPTIEMBRE DE 2017
INTRODUCCIÓN
Durante el transcurso de la historia moderna de la humanidad, esta se ha visto
abocada a enfrentar los escollos que se presentan en su diario vivir. Para ello se ha
tenido que valer de la herramienta del conocimiento, para el cual, ésta humanidad,
ha emprendido la tarea de desarrollar una teoría del conocimiento, y dentro de dicho
proceso, de la misma forma, se ha promovido el pensamiento engendrado en la
filosofía. Este largo y productivo camino ha tenido exponentes del pensamiento, que
han caracterizado diferentes tendencias filosóficas dando como resultado una
estructura, que posibilita y ayuda al crecimiento de la ciencia, para encontrar un
mecanismo eficiente en la comprensión de los fenómenos naturales y artificiales del
universo. Por lo tanto, se expresan algunas reflexiones que nos acercan al
verdadero objetivo de la ciencia y la filosofía en su papel protagónico en la trama de
la huella de la humanidad en la historia.
DISCUSIÓN SOBRE EL OBJETIVO DE FILOSOFIA DE LA
EDUCACIÓN
Según la filosofía socratiana, el objetivo de ella, es la búsqueda del bien. Pero, ante
todo, debemos plantearnos el interrogante de ¿Qué es el bien?
Sobre el concepto del bien, podríamos entender, que se trata de una idea con
muchas variables y alta relatividad. Depende del contexto donde se aplique dicha
concepción. No es lo mismo el bien para un cristiano, que, para un nazi, o para un
musulmán. De igual forma, no se pueden aplicar las mismas leyes del bien, en un
campo de concentración, o en un convento de clérigos, o en una bacanal en
Norteamérica.
Tal como se señala en Rees, (2005):

“El 7 de Abril de 1946, Rudolf Hoess fue interrogado durante los juicios de
Nuremberg por el sicólogo estadounidense Gustave Gilbert.
-¿Y en ningún momento se le pasó por la cabeza -quiso saber éste- negarse a
cumplir las órdenes que le daba Himmler en relación con la <<solución final>>?
-No-respodió Hoess-El adiestramiento que habíamos recibido nos impedía siquiera
la idea de desobedecer una orden, fuera ésta del tipo que fuere. -Supongo que usted
no puede comprender nuestro mundo: yo tenía que acatar órdenes: eso es todo”.

Y como podemos intuir, el nazi Rudolf Hoess, no sólo obedecía órdenes, sino que
además al decir, que “usted no puede comprender nuestro mundo”, seguramente
se refiere a que los nazis obedecían a una filosofía fuertemente cimentada, y en la
cual era provechoso o benéfico el resultado de la solución final, que ya se ha
conocido.
Cabe preguntarnos entonces ¿Por qué se obedecía y porque era tan provechoso
llegar a la solución final y eliminar a los judíos y de paso a los latinos y negros? Y
ante este cuestionamiento basta con ver el producto de la gran catástrofe que
significa el fracaso de los nazis en sus intenciones mortuorias.
El grave hecho de que no se hayan eliminado estas “creaturas” subdesarrolladas,
implica una carga demasiado alta para la humanidad y la naturaleza. Los países
latinos que se cuestionan en estas circunstancias son causantes de desastres
ecológicos de impactos incalculables.
Según los nazis, estos seres infrahumanos serían incapaces de solucionar de
formas racionales sus problemáticas, con lo cual, se llevaría a la humanidad a la
debacle. Además, que el sobrellevar sus miserables vidas sería tema de crueldad y
sacrifico constante.
Y si nos atenemos a la actual realidad, no tenemos que profundizar mucho para
comprobar que estos fracasados nazis tenían toda la razón del mundo.
Pero incluso ellos iban, más lejos y algunos proponían la destrucción de un mundo
famélico, que era incapaz de entender, estudiar y conocer la manera de superar sus
dificultades.
Cabe reflexionar entonces, ¿No era acaso “hacer el bien”, lo que ellos causaron?,
o ¿Cuál es el objeto de que nazcan sudamerindios?
Estos sudamerindios son los causantes de la devastación de las selvas, la
contaminación de los ríos, la masacre de científicos y niños en los países
desarrollados con su narcotráfico.
Estos sudamerindios en un conciliábulo de dirigentes corruptos y seres deshonestos
y altamente destructivos condenan al mundo a un futuro de desolación muerte y
hambre.
Pero, de igual forma un sudamerindio, razona que su forma de hacer el bien es
causar la muerte, y cuando está haciendo la devastación del medio ambiente
razonará, que está construyendo civilización y mejorando su paisaje.
Según esto, era más correcto el “hacer el bien” de los nazis, que el del ignorante
sudamerindio, el cual promueve la muerte de toda especie, de una forma lenta y
cruel.
Igualmente, para el norteamericano que se satisface de los placeres e instintos más
bajos y pervertidos en su bacanal, “hacer el bien” tiene como fin atender a sus
sensaciones y por supuesto una justificación vulgar y poco estructurada pero
suficiente para darle sentido a lo que hace. No se preocupa de su autodestrucción
y demerita la función de un cerebro sano y consiente de su realidad. Mucho menos
se va a preocupar de si su comportamiento tiene el efecto destructivo que ejerce en
las selvas donde se cultiva el producto de sus bajezas.
Más aún, niega la virtud, que muchos de sus compatriotas significan para los países
donde él promueve la muerte. Esto significa, que muchos científicos
norteamericanos y de otras naciones desarrolladas, con la producción de sus
creaciones y pensamientos suele ser benéficos y edificantes para los países menos
desarrollados.
Por lo tanto, y continuando, si el actual planeta fuese destruido sin dejar vestigio
alguno de seres vivos, por un fenómeno natural, razonaríamos, sería entonces una
forma, en apariencia correcta, de manifestación benéfica, o una forma de “hacer el
bien”.
Consecuentemente y después de un lento proceso evolutivo, según pareciese,
surgirían nuevas y mejoradas especies animales y vegetales, que poblarían la tierra
y enmendarían un errático objetivo de la vida planetaria.
Pero, detengámonos un momento, ¿es verificable, que, al cabo de hacer dicha
destrucción, en el planeta si surgirán las mencionadas especies con la capacidad
de enmendar los objetivos planetarios?
Interrogante para el que no tenemos respuesta. Es más, pudiese darse el fenómeno
de que la vida hubiese perdido la batalla de prevalecer sobre la muerte. Con lo cual
acabaríamos eliminando las posibilidades de llevar la vida a otras estrellas y
planetas.
Como podemos entender entonces, “hacer el bien” depende ante todo del
conocimiento del medio ambiente y de las formas de producción, administración y
sostenimiento de la vida en el planeta.
Entonces, reflexionando y retroalimentando, estos ideales, asumiremos que lo que
hace el bien real y verídico a la humanidad es el aumento del conocimiento y la
investigación, con el muy productivo efecto de la supereducación de todos los
individuos del planeta.
No es entonces útil, tener humanos atrasados e ignorantes. Un efecto diciente de
ello es que el narcotráfico es la consecuencia directa de la ignorancia que afecta a
los países consumidores, y muy especialmente a los productores.
Si entre ambos actores de la problemática del narcotráfico, se conviniera en estudiar
y comprender todo el conocimiento de las selvas, con su microfauna y fauna y flora,
microflora, etc., seguramente se solucionarían tales fenomenologías destructivas.
Ello entonces implicaría educar y hacer consientes a los consumidores de droga y
a los productores en un proceso pedagógico, de mucho esfuerzo y constancia, pero
de proyecciones futuristas e igualitarias.
Todo este entramado idealista, sigue unos lineamientos, que conjuntamente con el
ideario de Descartes, proponen, que las ideas nacían en el cerebro de los
individuos, y que, por tanto, todo aquello que el cerebro no comprendía simplemente
no existiría.
Al respecto, cabe suponer, que la realidad que observamos, es comprensible de
acuerdo a nuestras habilidades sensoriales. Con lo cual, reflexionamos sobre lo que
en aquella época se podía entender, pero que, en la actualidad, dista bastante sobre
nuestros conocimientos, en la medida en que, ahora se poseen nuevos aparatos
para conocer la realidad. Nuestros sentidos, han mejorado sus alcances y por lo
tanto se amplían nuestros límites del conocimiento.
De esta forma, y acentuando lo preceptuado con anterioridad, es predecible que el
conocimiento seguirá traspasando sus fronteras y cada vez será más accesible para
la mente humana.
Sostiene aquí, Randall, (2013), No tenemos otra elección que aplicar descripciones
que nos eran familiares de nuestras experiencias en escalas de longitud ordinarias
para describir una estructura completamente diferente que muestra un
comportamiento extraño y contrario a la intuición., refiriéndose al conocimiento de
la estructura del átomo. Y en su libro, en una sección posterior narra el hecho de
que actualmente es imposible verificar la teoría de las supercuerdas, debido a la
dificultad de observar escalas tan pequeñas.
Aunque, las cosas parecieran estar sólo en nuestra mente, también es cierto que
existen cosas reales, que podemos verificar, y a veces nuestra mente nos lleva por
caminos erráticos, que la experiencia nos conmina a comprobar y que no existen.
Más adelante, el pensador inglés Hume, concluye, que, para poder tener un
conocimiento cierto, se requiere un lenguaje, y una serie de creencias, que
construyen un conocimiento.
Este razonamiento, nos da pie para entender, que el conocimiento, es una
construcción fundamentada en proposiciones y creencias, basadas en la
experiencia que proporcionan los sentidos, que constituye una verdad, pero que
también debe tener una misión final de hacer el bien.
A este respecto, pensamos por decir algo, y retrotrayendo la discusión de los
apartados anteriores, que, muy seguramente, no sea necesario aprender sobre, por
ejemplo, ¿Qué es un colibrí?, o ¿para que sirve un colibrí?
Plantee esta pregunta a los estudiantes de secundaria donde imparto clases. La
mayoría expresó su disgusto aduciendo la inutilidad de este conocimiento y su falta
de relación con la tecnología e informática, que eran las temáticas que debería ver.
Y cabe resaltar, igualmente, cómo este es el mismo raciocinio de las personas de
la calle y más flagrante aún de los políticos y dirigentes de nuestras naciones.
Esto implica, que nuestro conocimiento es muy paupérrimo y grosero, sobre
temáticas que influyen muy importantemente en la vida de los actuales seres
humanos.
Citemos por ejemplo que la belleza de la construcción genética de un individuo
como una mosca de la fruta, y según lo cual, aún a pesar de los grandes avances
científicos, resulta imposible de imitar para cualquier científico biólogo, etc, que
pretenda crear una cierta creatura.
Aún, así nuestra ignorancia y pereza mental, nos facultan para desconocer el valor
de un ave como, por decir algo, el colibrí. Por esta razón tuve que explicar a los
estudiantes que el simple hecho de preservar una especie como esta, redunda en
progresos agigantados para la ciencia como es el hecho de construir y diseñar
satélites de investigación y sistemas de información geográfica. Además de
entender proteómica y enzimática que poseen en sus pequeños y muy eficientes
cuerpos.
Tal belleza se verifica en el planteamiento esbozado en el siguiente apartado,
Cohen, (1999)

“Como organismos biológicos, que somos nuestra habilidad para crear o hacer algo
depende de que antes nuestro cuerpo y nuestro cerebro se hayan desarrollado a
partir de un huevo microscópico fertilizado. Esta es una forma muy curiosa de
producción, una que tiene lugar sin ninguna clase de orientación humana”

Por lo cual, podemos afirmar que nuestra ignorancia, debe ser continuamente
reformulada, por medio de la lectura, el estudio concienzudo y la experimentación
con aplicación constante del método científico, que ampliará los límites del
entendimiento y nos dará las herramientas para la solución de las problemáticas
que nos aquejan.

CONCLUSION

Debemos entender y tener claridad de pensamiento en cuanto a el objetivo de la


filosofía y la teoría del conocimiento, con miras al advenimiento de una comprensión
y racionalidad del entorno y del universo y sus leyes. Es de esta forma cómo
logramos establecer el significado de la filosofía y su importancia en la construcción
de la ciencia. Podríamos pensar que la filosofía es la madre de la ciencia, pero la
ciencia a su vez también implica la generación de nuevas filosofías. De dicho circulo,
vicioso la humanidad resulta ganadora y por ende ello, legitima su desarrollo y
progreso.
Referencias

Cohen, E. (1999). El arte de los genes. Oxford: Biblioteca Buridán.

Randall, L. (2013). Llamando a las puertas del cielo. Barcelona: Acantilado.

Rees, L. (2005). Auswichwitz. Barcelona: Critica.

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