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Angel Jabir Villegas Mitre Homilética 2 20/03/2018

MANUSCRITO

Quisiera empezar con un canto, es muy conocido y nos va a ayudar con el tema de esta
mañana.
(Cantamos “ABRE MIS OJOS”)

¿Recuerdan cuando Jesús estaba en Betsaida y le trajeron a un ciego ahí en Marcos 8? Jesús
lo sacó de la aldea, escupió en sus ojos y le puso las manos encima, entonces le preguntó
¿ves algo? Y ¿Qué respondió? Que sí pero que veía a las personas como árboles, borrosas,
entonces le puso las manos otra vez y vio claramente. ¿a cuántos de nosotros no nos ha pasado
que no miramos con claridad lo que Dios hace y Él tiene que poner sus manos de nuevo y
hacernos ver con claridad? A muchos de nosotros se nos oscurece la vista, Le podríamos
llamar algo así como “miopía espiritual”, la miopía es una enfermedad en los ojos que impide
ver de lejos, es lo que tenemos algunos y por eso usamos lentes, a veces nosotros vemos las
cosas nada más de cerca y necesitamos que Dios nos cure y nos haga ver claro. Necesitamos
poner la mira en las cosas de Dios y no en las de los hombres.

Y hoy tenemos un pasaje muy extenso que tiene que ver con esto, es todo el capítulo 8 de
Marcos y el versículo 1 del siguiente capítulo. ¿Alguien puede leer los títulos que tiene su
biblia para el capítulo 8 de Marcos? Parece ser que hay algo que une estos fragmentos, la
historia del ciego que veía borroso primero y luego ve claramente nos ayuda a notar que
Marcos nos quiere enseñar algo acerca de la visión. Vamos a ver estas diferentes escenas en
Marcos 8 donde se notan los síntomas de la miopía espiritual y también veremos cómo
cambian las cosas cuando Dios nos cura.

Primero los síntomas, ya Emma nos contó de como Jesús trató con la falta de dependencia
de los discípulos y nos contó de la primera vez que dice el evangelio que Jesús multiplicó los
panes y los peces, parece que Jesús buscaba que los discípulos entendieran algo y ellos no lo
entendían. En esta ocasión Jesús dice que tiene compasión de la gente, que no las puede
mandar así nada más sin comer, pero sus discípulos le preguntan ¿De dónde se podría sacar
tanto alimento para tanta gente?, ¿Cómo que de dónde? Pues de donde salió en Marcos 6, los
discípulos ya habían visto el poder de Jesús, habían visto que Él podía dar de comer a toda
esa gente, ¿Por qué preguntan entonces eso? Porque están viendo solo de cerca, no ven más
allá de lo que pueden hacer en sus fuerzas, el primer síntoma de la miopía espiritual es no
recurrir al poder de Dios y querer confiar en el mío, como no veo más allá, intento solucionar
las cosas con lo que yo creo que hay, pero no veo que hay un poder más grande, pongo la
mira en las cosas de los hombres y no veo las cosas de Dios.

El segundo síntoma es querer que Dios actúe conforme a mis caprichos. Si yo no veo más
que lo terrenal, lo cerquita, voy a querer que Dios haga cosas “terrenales” como dinero, salud,
prosperidad, etc, y es justo lo que les pasó a los fariseos del versículo 11-13, querían que
Jesús hiciera señales, querían ver en sus términos, querían un Mesías que cumpliera sus
caprichos, no podían ver que el Mesías era más que señales, más que cosas terrenales.
Angel Jabir Villegas Mitre Homilética 2 20/03/2018

Debemos cuidarnos de buscar que Dios cumpla nuestros caprichos terrenales, sobretodo
porque no vamos a entender cuando nos está bendiciendo de otra forma, cuando nos
disciplina, cuando nos quita cosas, cuando permite aflicciones, etc, si somos miopes no
vamos a ver que Dios no actúa de acuerdo a nuestros caprichos, si somos miopes vamos a
seguir viendo las cosas de los hombres y no las de Dios.

Pero cuando Jesús regresa a la barca y llega a la otra ribera con sus discípulos Él les dice que
se cuiden de la levadura de los fariseos, y ellos no entienden, creen que habla del pan físico,
y están preocupados porque no tienen que comer, y Jesús les está enseñando, pero ellos no
entienden porque están preocupados de qué comer. Jesús les recuerda que él ya les había
dado de comer milagrosamente dos veces, no tendrían por qué preocuparse, pero ellos no
entendían la Palabra de Jesús por estar preocupados y no ver de lejos. Ese es el tercer síntoma,
no entender la Palabra de Dios por estar preocupados, poner nuestra atención en las cosas
terrenales, de los hombres, y no en las de Dios.

Después Jesús cura al ciego del que hablábamos al principio, parece que este era el único que
tenía excusa de no ver bien. Ahora parece solamente un ciego más.

Pero después de que este ciego ve, hay otro ciego que logra ver por unos momentos
claramente, es Pedro. Jesús preguntó a sus discípulos ¿Quién dicen los hombres que soy? Y
ellos contestan, peor luego pregunta ¿Quién dicen ustedes que soy? Y ¿Qué responde Pedro?
¡Tú eres el Cristo! ¡Amén!, y este miope de repente se pone los lentes y logra ver, pero parece
que piensa que se ve mal con lentes y se los quita, porque cuando Jesús revela que tiene que
ser entregado ¿Qué le dice Pedro? Le empieza a decir que mejor no haga eso, Pedro no
entendió el plan de Dios, no logró ver que Él tenía un plan hermoso más allá de la muerte y
más allá de lo que se puede ver, pero Pedro no lo vio porque, dice la Escritura, “TENIA LA
MIRA EN LAS COSAS DE LOS HOMBRES Y NO EN LAS COSAS DE DIOS” el cuarto
síntoma es no entender los planes de Dios, enojarnos con Dios porque no hace las cosas
“como debería”. Y Jesús hace un llamado a poner la mira en las cosas de Dios, ver más allá
y seguirle con todo, porque el quinto síntoma es no seguir a Cristo con todo, porque estoy
preocupado por mi vida, no logro ver que entregarle mi vida y tener una vida eterna con Él
vale más que disfrutar aquí en la tierra.

Los síntomas son: No recurrir al poder de Jesús, Querer que Dios actúe conforme a mis
caprichos, No entender la Palabra de Dios por mis preocupaciones, No entender los planes
de Dios y no entregarse completamente. Ah, peor cuando logramos ver con claridad,
podemos ver a Jesús alimentando, vemos a un Dios suficiente, vemos los milagros que hace,
un Dios de milagros, podemos confesar como Pedro ¡Tú eres el Cristo!, vemos a un Dios
Salvador, que tiene todo en su poder, que tiene planes perfectos, vemos un Dios soberano, y
podemos ver lo que dice el versículo 9:1 al Dios reinando.
Así que pongamos la mira en las cosas de Dios, sigamos orando a Dios por iluminación,
pidámosle que nos ayude a ver y oremos a Dios dependiendo de Él. Pidámosle confianza en
Angel Jabir Villegas Mitre Homilética 2 20/03/2018

Él, pidamos que se cumpla su propósito en nosotros, pidámosle valentía para seguirle más y
más.

Como aquel siervo de Eliseo que estaba angustiado hasta que Eliseo oró y él pudo ver todos
los ángeles que estaban alrededor trabajando, ¿Puedes ver la mano de Dios en tu ministerio?
¿O estás haciendo las cosas poniendo la mirada en los hombres, en ti? BENDICIONES.

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