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ESTRATEGIAS POLÍTICAS
Una de las fortalezas que tiene la democracia es la renovación de los cargos
cada cierto tiempo; esto oxigena a la Institución Pública, para poder continuar en
el proceso de gobernabilidad y la gestión del Estado. Para ello, se realizan
procesos electorales, donde los Partidos, Movimientos y/u Organizaciones
Políticas, que se autodenominan representantes de la ciudadanía, son los
encargados de organizarse para participar en la campaña, convirtiéndolo en
fiestas democráticas este proceso electoral.
Existe una gran diferencia entre elecciones Nacionales y elecciones locales; las
primeras están relacionado al proceso electoral para elegir al Presidente de la
Republica y a los representantes al parlamento; mientras que lo segundo está
vinculado al proceso electoral para elegir a los Gobernantes Regionales
(Presidentes y Consejeros) y Locales (Alcaldes y Regidores, a nivel provincial y
Distrital).
Considero que toda estrategia electoral, se centra en tres etapas bien definido.
La primera, tiene que ver con el proceso de organización e inscripción del
candidato; la segunda, está vinculado a la campaña electoral; y la tercera
etapa, está relacionado al proceso de escrutinio, o también denominado sufragio,
donde la población acude masivamente a depositar su voto por un determinado
candidato.
Toda campaña electoral, tiene como finalidad
promocionar y vender un producto que es la imagen del
candidato y de sus propuestas; de esa manera, tiene que atraer el
interés y la curiosidad de los ciudadanos que acuden a las presentaciones de los
candidatos y a los mítines; donde participan su plancha y también difunden sus
propuestas o plan de gobierno.
Y es que, se debe entender que entre el 60 y 70% del electorado, hasta antes
de ir a sufragar es una población de indeciso y no toma una decisión; estas
las toman faltando pocos días u horas para ir a sufragar; por lo que, la militancia
es un porcentaje ínfimo en comparación a los indecisos. Por lo tanto, la estrategia
electoral está dirigido a cómo ganar a este sector mayoritario.
4) Aquellos que votan por que el candidato tiene buen discurso o una
buena oratoria;
Muy pocos, son los que votan por la trayectoria política o cargo dirigencial político
del candidato.
7) tocar puertas, visitar casa por casa para que se haga o lo conozcan al
candidato;
En esta etapa, podemos notar que las estrategias que utilizan los asesores o
candidatos al sillón municipal; pueden ser comunes y tener pequeñas diferencias
entre los propios candidatos. Como en otros casos, existe innovación,
creatividad e imaginación, para poder mejorar una campaña y llamar la atención
a los ciudadanos; de esa manera, atraer el voto de los indecisos que son
mayoritario. Todo está en el manejo de una buena estrategia electoral, para
poder ganar unas elecciones municipales.
OTRAS ESTRATEGIAS:
Planificar una campaña política electoral se asemeja mucho a trazar un guion a
desarrollar, tal como hacen los cineastas antes de empezar a rodar su película.
Tal cual, cuando se inicia la batalla por ganar unas elecciones, los pasos, los
tiempos, los mensajes, el programa y, desde luego, las estrategias generales
tienen y deben estar trazadas. No es, sin embargo, un guion de hierro. Muy por
el contrario, debe ser flexible y ser corregido sobre la marcha, ya que en la misma
intervienen los otros candidatos, que aspiran, igualmente, a ganarlas.
EL CANDIDATO.
La primera clave es el candidato.
Su liderazgo, debe ser real, auténtico, tanto en el entorno de su propio partido,
como hacia el exterior.
Eso se puede mejorar, pero crearlo es difícil.
El ser líder y saber transmitirlo con eficiencia no es un tema fácil, se tiene esa
cualidad o no.
LA ORGANIZACIÓN.
Antes de entrar en la oferta principal que es el Programa Electoral, que se
convertirá en el de Gobierno al ganar las elecciones, debemos pasar por el
indispensable paso de la organización el equipo electoral. Todos los
manuales al uso recomiendan dos: la horizontal y/o la vertical. La primera
asegura decisiones colectivas, al menos las más importantes, tiene en su
contra la menor rapidez al tener que ser consensuadas por más personas. Como
ventaja el aporte de los distintos puntos de vista y las experiencias anteriores de
quienes han participado en campañas.
La vertical carece de ese amplio consenso, pero es más operativa, ofrece mayor
distribución de las tareas a partir del núcleo duro.
EL PROGRAMA.
En la base de esta etapa, que debe estar lista antes de comenzar la campaña,
se sitúa lo que ofrece el candidato como signo original y distintivo de sus
oponentes. Un programa electoral, que se convertirá en el programa de gobierno,
al ganar la contienda electoral, es la guía, la oferta y la promesa de un candidato
que aspira a gobernar con acierto. Por tanto, debe contener las líneas maestras
de su actuación.
Aquí hay que valorar y tener en cuenta las percepciones que tenga el electorado
de determinadas situaciones. (Martin Salgado. 2002, 211). “(…) son las
percepciones y no la realidad lo que cuenta”.
Los fracasos de un gobierno al que se quiere sustituir, y
que son evidentes tienen una fuerza positiva para el
nuevo candidato, pero no se puede caer en promesas
inciertas.
El programa debe ser claro y preciso en cuanto al diagnóstico y sus soluciones.
El programa es la guía para desarrollar la estrategia y los mensajes a desarrollar.
LA ESTRATEGIA.
Los consultores políticos y especialistas en campañas electorales coinciden en
que el mensaje es la base para el triunfo o derrota del oponente. “Un mensaje
eficaz responde a tres preguntas básicas”: