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Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Estudios Superiores Aragón

Licenciatura en Planificación para el


Desarrollo Agropecuario

Organización del territorio


Prof. Bernal Campos Aurelio Amado

Agroindustria

Alumno. Carlos Alejandro Robles Lara


Agroindustria
La agricultura y la industria han sido consideradas tradicionalmente como dos
sectores separados tanto por sus características como por su función en el
crecimiento económico. Se ha estimado que la agricultura es el elemento
característico de la primera etapa del desarrollo, mientras que se ha utilizado el
grado de industrialización como el indicador más pertinente del avance de un país
en la vía del desarrollo. Además, afirma que la estrategia adecuada de desarrollo
es la que permite pasar más o menos gradualmente de la agricultura a la industria,
correspondiendo a la agricultura financiar la primera etapa de ese paso.
Por una parte, se ha reconsiderado y
reevaluado la función de la agricultura
en el proceso del desarrollo desde el
punto de vista de su contribución a la
industrialización y su importancia para
un buen desarrollo y una estabilidad
tanto política como económica. Por otra,
la misma agricultura ha llegado a ser
una forma de industria, a medida que la
tecnología, la integración, la
comercialización y las preferencias de los consumidores han evolucionado según
formas que se ajustan más al perfil de los sectores industriales comparables, a
menudo con una notable complejidad y riqueza en cuanto a su variedad y ámbito.
Los productos agrícolas están determinados por tecnologías de complejidad
creciente e incorporan los resultados de importantes esfuerzos de investigación y
desarrollo, y responden en medida creciente a refinadas preferencias individuales
y colectivas con respecto a la nutrición, la salud y el medio ambiente. Aunque
todavía se puede distinguir entre la fase de producción de materias primas y la de
elaboración y transformación, en muchos casos esta distinción queda difuminada
a causa de la complejidad de la tecnología y según la medida de la integración
vertical: la industrialización de la agricultura y el desarrollo de agroindustrias son,
en efecto, un proceso común que está generando un tipo completamente nuevo
de sector industrial.
Se trata de examinar algunas de estas cuestiones y evaluar la función actual y
potencial de la agroindustria en el desarrollo económico. Se comienza analizando
la definición del sector y examinando algunos datos estadísticos de su importancia
económica en todo el mundo. Se trata después la función que la agroindustria
puede desempeñar en el desarrollo económico de los países en desarrollo para
pasar a estudiar cómo están cambiando actualmente las condiciones del
desarrollo agroindustrial en todo el mundo como consecuencia de las nuevas
políticas y regímenes comerciales y de la evolución tanto de la tecnología como de
las pautas del consumo de alimentos. Se pone después de relieve la
internacionalización creciente de las operaciones agroindustriales, en particular
debido a la importancia cada vez mayor de las actividades de capital internacional,
así como la función de las empresas multinacionales en este proceso. Por último,
se examinan los elementos de un entorno normativo propicio para promover la
agroindustria y garantizar que el sector aporte la máxima contribución al desarrollo
económico.
Definición y tipos de agroindustria
Una definición común y tradicional de la agroindustria se refiere a la serie de
actividades de manufacturación mediante las cuales se elaboran materias primas
y productos intermedios derivados del sector agrícola. La agroindustria significa
así la transformación de productos procedentes de la agricultura, la actividad
forestal y la pesca.
Es evidente que una parte muy
considerable de la producción
agrícola se somete a un cierto
grado de transformación entre la
cosecha y la utilización final. Por
ello, las industrias que emplean
como materias primas productos
agrícolas, pesqueros y forestales
forman un grupo muy variado:
desde la conservación (Como el
secado al sol) y operaciones estrechamente relacionadas con la cosecha, hasta la
producción, mediante métodos modernos y de gran inversión de capital, de
artículos como productos textiles, pasta y papel.
Las industrias alimentarias son mucho más homogéneas y más fáciles de
clasificar que las industrias no alimentarias, ya que todos sus productos tienen el
mismo uso final. Por ejemplo, la mayor parte de las técnicas de conservación son
básicamente análogas con respecto a toda la gama de productos alimenticios
perecederos, como frutas, hortalizas, leche, carne o pescado. De hecho, la
elaboración de los productos alimenticios más perecederos tiene por objeto en
gran medida su conservación.
En contraposición a las industrias alimentarias, las no alimentarias tienen una
amplia variedad de usos finales. Casi todos los productos agrícolas no
alimentarios requieren un alto grado de elaboración. Pueden incluir, de forma
mucho más característica que las industrias alimentarias, una serie definida de
operaciones que, a través de los distintos productos intermedios, llevan al
producto final. Debido al valor añadido de cada una de estas etapas sucesivas de
elaboración, la proporción del costo de la materia prima original en el costo total
disminuye progresivamente. Otra característica de las industrias no alimentarias
es que muchas de ellas utilizan cada vez más productos sintéticos u otros de
procedencia artificial juntamente con las materias primas naturales.
Otra clasificación útil de la agroindustria es la distinción entre industrias
proveedoras de materias primas e industrias consumidoras de materias
primas. Las primeras intervienen en la elaboración inicial de los productos
agrícolas, como la molienda del trigo y el arroz, el curtido del cuero, el desmotado
del algodón, el prensado del aceite, el aserrado de la madera y el enlatado de
pescado. Las segundas se encargan de la fabricación de artículos a base de
productos intermedios derivados de las materias agrícolas, como la fabricación de
pan y galletas, de tejidos, de papel, de ropa y calzado o de manufacturas de
caucho.
Otra distinción se basa también en la naturaleza del proceso de producción que,
en muchos casos, puede variar desde la artesanía hasta la organización industrial.
Por ejemplo, en algunos países en desarrollo, el mismo artículo puede estar
producido por un tejedor artesanal que trabaja en su casa con un telar manual o
por una gran fábrica de tejidos que dispone de maquinaria especializada y
sistemas complejos de organización y que produce una amplia gama de artículos
industriales para los mercados interno y externo.
Potencial de agroindustrias en los países en desarrollo
El potencial de desarrollo agroindustrial en los países en desarrollo está vinculado
en gran medida a la abundancia relativa de materias primas agrícolas y al bajo
costo de la mano de obra existentes en la mayoría de ellos. En estas condiciones,
las agroindustrias más adecuadas son precisamente las que utilizan de forma
relativamente más intensiva esas abundantes materias primas y mano de obra no
especializada, mientras que es relativamente menos intensiva la utilización de
capital y mano de obra especializada que se presumen escasos.
La agroindustria en el proceso de desarrollo
La función de la agroindustria como sector de la economía tiene facetas múltiples
y que cambian a lo largo del desarrollo. En las primeras etapas del crecimiento, la
elaboración industrial de productos agrícolas tiende a limitarse a unos pocos
cultivos de exportación, mientras que la mayoría de los productos agrícolas se
consumen con una forma mínima de elaboración que se realiza totalmente dentro
del sector agrícola. Otro ejemplo de esta etapa sería la economía de plantación,
donde la agroindustria y la agricultura primaria se presentan como una actividad
integrada verticalmente, realizándose una elaboración previa de la materia
agrícola mediante un sistema de producción basado frecuentemente en el cambio
de actividad de los mismos jornaleros y pequeños productores agrícolas.
La agroindustria y el medio ambiente
Pese a su importante contribución al desarrollo agrícola y general, la agroindustria
puede tener también efectos colaterales perjudiciales para el medio ambiente. Sin
un control, la agroindustria, lo mismo que las demás industrias, puede crear
contaminación ambiental o riesgos ecológicos en distintas formas: descarga de
residuos orgánicos o peligrosos en los suministros hídricos; emisión de polvo o
gases que empeoran la calidad del aire y producen sustancias tóxicas; y la
utilización de maquinaria peligrosa para la seguridad y salud de los trabajadores.
La gravedad de los problemas de contaminación provocados por la actividad
agroindustrial varía mucho, pero parece evidente que los procedimientos de
transformación de alimentos son en general de menor utilización intensiva de
energía y liberan menos CO2 y residuos metálicos que la mayoría de las demás
actividades industriales.

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