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Análisis literario – UMSS - II/2017

Manuel Rocha Escobar

Poemas bolivianos musicalizados


Disco Útera de Carlos Orihuela y Óscar García

“De tanto andar por inconexas formas... dice un verso de un poema de la autora boliviana Alcira
Cardona Torrico (1926-2003) llevado a la canción por Juan Carlos Orihuela y Óscar García.

Cantos nuevos (1981), Memoria del destino (1990), Debajo de la gotera (2001) y Celebraciones
(2005) son algunas estaciones de ese andar, a las que ahora se suma Útera, nueve canciones sobre
nueve textos de poetas bolivianas, desde el célebre La ciega de María Josefa Mujía (1820-1888),
una de las pocas voces del romanticismo en la lírica boliviana, hasta un texto ritual de la artista
Martha Cajías (1954-2012), pasando por poemas de Yolanda Bedregal, Matilde Casazola y
Blanca Wiethüchter, entre otras.

...Emma Junaro canta poemas de la orureña Milena Estada y de Blanca Wiethüchter; Carla
Casanovas de Adela Zamudio y de María Virginia Estenssoro. Julie Marin —del grupo Ciudad
Líquida— toma a su cargo los textos de Yolanda Bedregal y María Josefa Mujía, en tanto que Julia
Peredo entra en sintonía con Matilde Casazola y Martha Cajías, en este último caso junto a María
Teresa Dal Pero. Finalmente, Esther Marisol canta el poema de Alcira Cardona Torrico.”

La Razón (Edición Impresa) / Rubén Vargas – periodista / 00:00 / 28 de diciembre de 2014

http://www.la-razon.com/index.php?_url=/suplementos/tendencias/Orihuela-Garcia-
andar-juntos_0_2187381296.html

La ciega

María Josefa Mujía (1820-1888)


Sílabas Rima Sílabas Rima

Todo es noche, noche oscura, 8 A Lo que en el mundo adorna y viste; 8 A


Ya no veo la hermosura... 8 A Todo es noche, noche triste 8 A
Ya no es bello el firmamento; 8 B De confusión y pavor. 7 B
Ya no tienen lucimiento 8 B Doquier miro, doquier piso. 8 C
Nada encuentro y no diviso 8 C
Las estrellas en el cielo, 8 A Más que lobreguez y horror... 8 B
Todo cubre un negro velo, 8 A Y en medio de esta desdicha, 8 D
Ni el día tiene esplendor, 8 B Sólo me queda una dicha 8 D
No hay matices, no hay colores 8 C Y es la dicha de morir 8 E
Ya no hay plantas, ya no hay flores, 8 C
Ni el campo tiene verdor... 8 B

Audios
https://www.microsoft.com/pt-br/store/music/album/garc%c3%ada-orihuela/%c3%batera/8d6kgwx5kxdl
https://www.cduniverse.com/productinfo.asp?pid=10646612
Análisis literario – UMSS - II/2017
Manuel Rocha Escobar

TANTO TE AMÉ
Matilde Cazasola

LAm REm Sílabas Rimas


Tanto te amé 4 X (Refrán1)
SOL DO
Que ya mi canto se quiebra 8 A
MI7
Como un cristal 4 B
LAm
Como agua que se despeña 8 A’
LA7 REm
Buscando el mar 4 B’
SOL DO
Buscando alivio a mi pena..... 8 A’’
MI7
Tanto te ame 4 X (Refrán)
LAm
Que ya mi canto se quiebra 8 A
LAm REm
Tanto te amé 4 X (Refrán)
SOL DO
Tanto soñé tu ternura 8 C
MI7 LAm
Y aquí me ves solo con mi pena oscura 12 C
LA7 REm SOL DO
Buscándote, buscándote sin fortuna 12 C’
MI7 LAm
Tanto te ame tanto soñé tu ternura 12 C

LAm REm
Amarte fue 4 Y (Refrán)
SOL DO
adivinar una estrella 8 D
SI7
en noche cruel 4 Y’
MI7-LA7
en la cerrada tiniebla 8 D’
REm
amarte fue 4 Y (Refrán)
SOL DO
acariciar una espuma 8 E
MI7 LAm
que jura ser eterna pero se espuma. 12 E

1
Refrán: figura poética repetitiva
Análisis literario – UMSS - II/2017
Manuel Rocha Escobar

LAm REm Sílabas Rimas


Tanto te amé 4 X (Refrán)
SOL DO
Que ya mis ojos se nublan 8 F
MI7
Que ya mi voz 4 G
LAm
Se quiebra en vanas preguntas 8 H
LA7 REm
Porque tu amor 4 I
SOL DO
Porque mi vida en la tuya 8 J

MI7
Tanto te amé 4 X (Refrán)
LAm
Que ya mis ojos se nublan 8 F
MI7
Tanto te ame 4 X (Refrán)
SOL DO
Con mis brazos abiertos 8 K

MI7
Errante voy 4 L (Refrán)
LAm
Buscando nudos desiertos 8 K
LA7 REm SOL DO
Soñándote vas a salir al encuentro 12 M
MIm
Errante voy 4 L (Refrán)
LAm
Buscando mundos desiertos 8 K

http://acordes.lacuerda.net/jacha_mallku/tanto_te_ame.shtml
Análisis literario – UMSS - II/2017
Manuel Rocha Escobar

COMO UN FUEGUITO

Matilde Cazasola

LAm REm Sílabas Rimas


Se apagó el amor. 5 A
SOL7 DO
como un fueguito. 5 B
MI7
como un fueguito 5 B
LAm - LA7
muerto de frio. 5 C

REm
nunca más veré 5 D
SOL7 DO
arder sus ojos 5 E
MI7
arder sus ojos 5 E
LAm
tan amorosos 5 F
----------------------------
(similar para todas las estrofas)

ay del amor que se ha apagado 9 A


tanto dulzor que me ha robado 9 A
como iba a pensar que acabaría, 10 B
si me decía siempre te he de amar 10 C
----------------------------
se apagó el amor
como un fueguito
como un fueguito muerto de frio
nunca mas veré arder sus ojos
arder sus ojos tan amorosos
-----------------------------
ay del amor que se ha apagado
tanto dulzor que me a robado
como iba a pensar que acabaría,
si me decía siempre te he de amar

http://acordes.lacuerda.net/matilde_casazola/como_un_fueguito.shtml
Análisis literario – UMSS - II/2017
Manuel Rocha Escobar

NO LE DIGAS
Letra: Jaime Sáenz
Música:Willy Claure
Sílabas Rimas
Si te encuentras con la Ninfa 8 A
No le digas que he llorado 8 B
Dile que en los ríos 6 C
me viste lavando 6 B
Oro para su cofre 7 D

Si te encuentras con la Trini, 8 E


No le digas que he sufrido, 8 F
Dile que en los campos 6 G
Me viste cortando 6 H
Lirios para sus trenzas. (bis). 7 I

(estribillo)

Si te pregunta la flora 8 A
Acordándose de mi, 7 B
No le digas que me has visto 8 C
No le digas, que la quiero 8 D
En un rincón del olvido 8 C’
No le digas, que la espero 8 D’

La, la, etc……

http://himnosycancionesdebolivia.blogspot.com/2012/10/no-le-digas.html

Biografía

Matilde Casazola nació en Sucre el 19 de enero de 1943. Es una poetisa y compositora boliviana que
ha sabido fusionar a la perfección sus dos grandes pasiones: la música y la poesía. Desde pequeña
se sintió atraída de igual forma por ambas artes y se entregó con esmero a cultivarlas. Cuando tan
sólo tenía 11 años de edad ganó su primer concurso, el Primer Premio en los Juegos Floreales
Infantiles de la Ciudad de Sucre. Posteriormente ingresó en la Escuela Normal de Maestros para
ampliar sus conocimientos musicales; allí conoció a Pedro García Ripoll, quien fue su mentor desde
entonces. A los 31 años realizó su primera gira como cantante, viajando por diversos países de
Latinoamérica, tales como Argentina y Chile. Tres años más tarde, su popularidad había
aumentado mucho y por eso se atrevió a repetir dichas presentaciones pero esta vez por Europa,
conociendo a mucha gente que la ayudó muchísimo a crecer como artista. En lo que respecta a su
poesía, ha publicado una decena de libros; entre los cuales podemos mencionar "Los ojos abiertos",
"Una revelación" y "Amores de alas fugaces". En nuestra web podrás leer dos de sus poemas, ellos
son: "Los cuerpos" y Los oscuros". Cabe mencionar también que ha participado de diversas
antologías junto a artistas de renombre como Emma Junaro y Jenny Cárdenas.
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Manuel Rocha Escobar

9 poemas de Jaime Sáenz

Poetasdelfindelmundo 3 Comments

LITERATURA BOLIVIANA POESÍA

(5 votos | promedio: 4,80 )

Jaime Sáenz es probablemente el mejor escritor que haya nacido en Bolivia. Su obra tiene un color
profundamente local, pero es, al mismo tiempo, la más universal de las que se han escrito en el país.

A la manera de Kafka con Praga o de los esfuerzos de Macedonio, Borges y Arlt por literaturizar
Buenos Aires, Sáenz inventó el lenguaje para descifrar la ciudad de La Paz. Ese lenguaje es
fruto del diálogo con una larga tradición nacional de la que bebió profusamente, al mismo tiempo el
romanticismo alemán, el ocultismo y la vanguardia terminaron de configurar su particular visión
poética. En ese sentido Sáenz es un puente entre esas experiencias y la literatura boliviana de los
setenta: la poesía de Guillermo Bedregal y Blanca Wiethüchter son, a su modo, ampliaciones de la
obra saenzeana.

En su poesía, escrita de forma casi versicular, se aúnan las reflexiones metafísicas sobre la muerte,
el transitar, la magia, el amor o el júbilo con el habla coloquial de la La Paz de principios de siglo,
habla marcada fuertemente por el idioma aymara. Dejaremos para después la faceta de prosista del
autor y por lo pronto nos detendremos en algunos fragmentos de los poemarios Aniversario de una
visión, Visitante profundo, Recorrer esta distancia y La noche.

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Análisis literario – UMSS - II/2017
Manuel Rocha Escobar

Un joven Jaime Sáenz junto a su madre. Foto de Revista digital FANZINE HD K(C) AOS.

VI

En las pródigas luces humedecidas


y en los aires de navegación de las montañas,
en las solitarias inmensidades de la limpidez y en las humaredas, al calor fugitivo de la grave
curvatura del mundo
–en las calles y en los árboles,
la lluvia refleja la callada ternura de tu visión.

Y de las tumbas un suspiro enciende perdidos y escondidos fuegos


en tu sentida imagen,
a la ascensión de aquel melancólico vaho desde las oscuridades,
que ha resquebrajado los sudarios de tus rumorosos antepasados

–y en las entrañas del agua, al compás que escucho del olvido, llueve,
y llueve y yo no te miro, en realidad puedo mirar que me miras tú,
–¡cómo me miras!,

de unos confines, de la infancia


y de los mares profundos de la juventud
Análisis literario – UMSS - II/2017
Manuel Rocha Escobar

–¡me miras en el vacío y a través de la distancia,


cómo llega tu mirar, de tanta lejanía y en qué conmovida manera,
que me hace saber que yo no te miro!
–y un gran llanto me sacude al deseo de encontrarte,
y hablar contigo sobre la gratitud, sobre la primavera y la alegría
y sobre cosas tantas y tan diversas,
y a un tiempo te escucho –en la huella que ha quedado en mi frente, en una sombra que roza la
pared–,
te escucho hablar de todo cuanto me hace llorar
–y así respondes a lo que digo en mi corazón.

(de Aniversario de una visión)

VII

Que sea larga tu permanencia bajo el fulgor de las estrellas,

yo dejo en tus manos mi tiempo


–el tiempo de la lluvia
perfumará tu presencia resplandeciente en la vegetación.

Renuncio al júbilo, renuncio a ti: eres tú el cuerpo de mi alma; quédate

–yo he trasmontado el crepúsculo y la espesura, a la apacible luz de tus ojos


y me interno en la tiniebla;
a nadie mires,
no abras la ventana. No te muevas:
hazme saber el gesto que de tu boca difunde silenciosa la brisa;
estoy en tu memoria, hazme saber si tus manos me acarician
y si por ellas el follaje respira
–hazme saber de la lluvia que cae sobre tu escondido cuerpo,
y si la penumbra es quien lo esconde o el espíritu de la noche.

(de Aniversario de una visión)

1.(I)

Este visitante profundo habita en el vello y en las trompetas, decora una penumbra.
Vaga por los acordes y los perfiles diversos aquí, en la ventana y allá, en el monte de la suprema
finura,
este viajero me contempla, inexplicable,
se esconde en el olor claro y denso de las luminarias
y en aquellos tejidos que dibujó el olvido
–su mirada de piedra lisa y lavada
Análisis literario – UMSS - II/2017
Manuel Rocha Escobar

no suele posarse en el don de la vida,


sus ojos y aires y su bastón profundo cantan vapores nocturnos a las esferas grises
y mueven desde abajo y desde lo alto los flujos y los contornos de una broza de los sueños
que nuestro paso aplasta rítmicamente.
Una llamarada se cierne en las pláticas y ensombrece la borra de vino,
y anuncia la llegada de un muerto a los quehaceres matinales
–miedoso de la luz, el muerto de orejas de oro y cacao
tiene el tórax grabado en la memoria,
lágrimas tan hermosas como las arañas
y las manos dispuestas en su sitio,
entre la quietud de los salmos.

(de Visitante profundo)

8.(II)

Evocan las aguas un canto para helar el vaho y la sombra.


Que de tu cabeza lavada alargue hacia aquí la medida y escudriñaré los costados del mar
y la perdida lumbre que brilla en la orgullosa humedad muerta.
(En la lejanía del abismo, de pronto la mariposa nocturna se volvió contemplativa, invisible y
paciente como la devoción y flexibilidad que se le volaban por las patas).
Uno llega, se oculta por no saber que ha llegado y se encuentra un estruendo:
se diría tu voz,
pero la incidencia de la luz y un olor de vejez
no dejan ver su trance original, que era una sonrisa.

(de Visitante profundo)

Eres visible (VI)

Permaneces todo el tiempo en el olor de las montañas


cuando el sol se retira,
y me parece escuchar tu respiración en la frescura de la sombra
como un adiós pensativo.

De tu partida, que es como una lumbre, se condolerán estas claras imágenes


por el viento de la tarde mecidas aquí y a lo lejos;
yo te acompaño con el rumor de las hojas, miro por ti las cosas que amabas
–el alba no borrará tu paso, eres visible.

(de Visitante profundo)


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IV

Los grandes malestares causados por las sombras, las visiones melancólicas surgidas de la noche,
todo lo horripilante, todo lo atroz, lo que no tiene nombre, lo que no tiene porqué,
hay que soportarlo, quién sabe por qué.

Si no tienes qué comer sino basura, no digas nada.


Si la basura te hace mal, no digas nada.
Si te cortan los pies, si te queman las manos, si la lengua se te pudre, si te partes la espalda, si te
rompes el alma, no digas nada.
Si te envenenan no digas nada, aunque se te salgan las tripas por la boca y se te paren los pelos de
punta; aunque se aneguen tus ojos en sangre, no digas nada.
Si te sientes bien no te sientas bien. Si te quedas no te quedes. Si te mueres no te mueras. Si te
apenas no te apenes. No digas nada.
Vivir es difícil; cosa difícil no decir nada.
Soportar a la gente sin decir nada no es nada fácil.
Es muy difícil –en cuanto pretende que se la entienda sin decir nada,
entender a la gente sin decir nada.
Es terriblemente difícil y sin embargo muy fácil ser gente;
pero es lo difícil no decir nada.

(de Recorrer esta distancia)

VII

En el extraño sitio en que precisamente la perdición y el encuentro han ocurrido,


la hermosura de la vida es un hecho que no se puede ni se debe negar.

La hermosura de la vida,
por el milagro de vivir.
La hermosura de la vida,
que se da,
por el milagro de morir.

Fluye la vida, pasa y vuela, se retuerce en una interioridad inalcanzable.


En el aura de los seres que transitan, que se hace perceptible con un latido,
en el viento que vibra con el ir y venir de los seres,
en los decires, en los clamores, en los gritos, en el humo
–en las calles, con una luz en la paredes, unas veces, y otras veces, con una sombra.
En ese mirar las cosas, con que suelen mirar los animales;
en ese mirar del humano, con que el humano suele mirar el mirar del animal que mira las cosas.
En la hechura de la tela,
en el hierro que el hierro es hierro.
En la mesa,
en la casa.
En la orilla del río.
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Manuel Rocha Escobar

En la humedad del ambiente.


En el calor del verano, en el frio del invierno, en la luz de la primavera
–en un abrir y cerrar de ojos.
Rasgando en el horizonte o sepultándose en el abismo,
aparece y desaparece la verdadera vida.

(de Recorrer esta distancia)

4.(III)

Cuando pienso en el misterio de la noche, imagino el misterio de tu cuerpo,


que es sólo una manera de ser de la noche;
yo sé de verdad que el cuerpo que te habita no es sino la oscuridad de tu cuerpo;
y tal oscuridad se difunde bajo el signo de la noche.
En las infinitas concavidades de tu cuerpo, existen infinitos reinos de oscuridad;
y esto es algo que llama a la meditación.
Este cuerpo, cerrado, secreto y prohibido; este cuerpo, ajeno y temible,
y jamás adivinado, ni presentido.
Y es como un resplandor, o como una sombra:
sólo se deja sentir desde lejos o en lo recóndito, y con una soledad excesiva, que no te pertenece a ti.
Y sólo se deja sentir con un pálpito, con una temperatura, y con un dolor que no te pertenece a ti.
Si algo me sobrecoge, es la imagen que me imagina, en la distancia;
se escucha una respiración en mis adentros. El cuerpo respira en mis adentros.
La oscuridad me preocupa –la noche del cuerpo me preocupa.
El cuerpo de la noche y la muerte del cuerpo, son cosas que me preocupan.

(de La noche)

5.(III)

Y yo me pregunto:
¿Qué es tu cuerpo? Yo no sé si te has preguntado alguna vez qué es tu cuerpo.
Es un trance grave y difícil.
Yo me he acercado una vez a mi cuerpo;
y habiendo comprendido que jamás lo había visto, aunque lo llevaba a cuestas,
le he preguntado quién era;
y una voz, en el silencio, me ha dicho:
Yo soy el cuerpo que te habita, y estoy aquí, en las oscuridades, y te duelo, y te vivo, y te muero.
Pero no soy tu cuerpo. Yo soy la noche.

(de La noche)
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Manuel Rocha Escobar

El escritor Jaime Sáenz junto a su familia en 1980. Foto de Revista digital FANZINE HD K(C)
AOS.

Jaime Sáenz (La Paz, Bolivia 1921 – 1986) Descendiente de una familia tradicional, nunca conoció
a su padre, militar de alto rango, y creció junto a su madre y a su tía, con quien ira a vivir gran parte
de su vida y que es personaje central de una de sus narraciones más conocidas, Los cuartos. En
1938, como parte de una comitiva de estudiantes, viaja a Alemania, allí traba interés por el nazismo,
que está en su apogeo, y probablemente ahí también comienza su interés por la magia, el ocultismo
y la teosofía. Vuelve a Bolivia y progresivamente se introduce en la vida nocturna de la ciudad.En
este periodo frecuenta sus espacios periféricos: bodegas donde convive con alcohólicos, indigentes
y migrantes indios marginalizados. Después de sufrir dos ataques de delirium tremens y después
del fracaso de un matrimonio, decide dejar la bebida y se aboca a la escritura.

A partir de la década de los cincuenta comienza a escribir el grueso de su obra. En 1955 publica El
escalpelo, libro de prosa poética y a partir de allí, hasta los años ochenta publicará 12 títulos más:
Muerte por el tacto (1957), Aniversario de una visión (1960), Visitante profundo (1964), El frío
(1967), Recorrer esta distancia (1973), Bruckner (1978), Las tinieblas (1978), Imágenes paceñas
(1979), Felipe Delgado (1979), Al pasar un cometa (1982), La noche (1984) y Los cuartos (1985).
De forma póstuma se publican: Vidas y muertes (Prosa, 1986), La piedra imán (Prosa, 1989), Los
papeles de Narciso Lima Achá (Novela, 1991), Carta de amor (Poesía, 1996), Obra dramática
(Teatro, 2005), Prosa breve (Prosa, 2008) y Tocnolencias (Prosa poética, 2014). Murió en 1986
fruto de una recaída en el alcoholismo.

http://poetasdelfindelmundo.com/2016/05/26/jaime-saenz-poemas/

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