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A la mañana siguiente como cualquier otro día de prácticas en la clínica Valledupar la llegada fue a

eso de las 6:20 para esperar puntual la entrega del turno de esa jornada, mientras esperaba pensé
en como estaría mi paciente, ¿Habrá salido?, ¿se mejoró?, muchas preguntas rondaron hasta que
se llegó la hora de la entrega y afirmativamente en esa lista de pacientes estaba aún la señora
Omaira Duarte entonces realizamos la ronda de enfermería con cada paciente que correspondía a
cada uno de nosotros los estudiantes, paso el momento hasta quedar solo la señora Omaira
conmigo y claro, también los acompañantes a la paciente compañera de habitación. Empecé
dirigiendo un saludo emotivo diciendo: ¡Como amaneció hoy, como está! Notaba un rostro
diferente en ella, más animada, emotiva definitivamente lucía alegre pero su respuesta no fue
acorde con su apariencia pues me dijo que no había pasado muy bien la noche ya que se le
presentó una vez más un fuerte e intenso dolor de cabeza que alteraba su comodidad evitando
que pudiera dormir. Me asombro que a pesar de haber pasado una noche no tan buena estuviera
con un nuevo y agradable semblante. Así que empecé a hablar un poco con la señora Omaira
sobre cómo estaba que le gustaba, como era su vida, pude hacerle algunas correcciones con
respecto a su estilo de vida y la buena higiene que se debe tener para cuidar y mantener nuestra
salud. Todo le era sonrisas y carcajadas sacando el humor de cada cosa que hablábamos se pudo
establecer una relación terapéutica en la que ella colaboró mucho pues la mejoría levanto su
ánimo mientras pasaban las horas entre una de esas el medico encargado de ella entro la valoro y
le comento que la veía mejor y que probablemente le darían la salida en la tarde de ese día noticia
que aumento las ganas de colaborar en la señora Omaira, ese día no se quejó por la cantidad de
pastillas que le correspondían como tratamiento, todo buen momento hace que el tiempo pase
rápido y sin darme cuenta ya era la hora de irme así que le recordé las recomendaciones del
cuidado que debía tener ella siempre y aún más se iba para su casa así que además le dije que no
nos veríamos más y que me había gustado estar con ella el tiempo que se pudo y lo mucho que me
alegraba que ya iba a regresar a su casa de la misma manera ella manifestó lo satisfecha que
estaba con mi compañía y me deseó éxitos, y sin más ni menos así fue la despedida de un trabajo
muy lindo con la señora Omaira. Una paciente que fue paciente.

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