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EXPEDIENTE CON CÓDIGO DE REGISTRO N° E- 856

N° de expediente 38795-2002

Demandante Luis Guillermo Bedoya de Vivanco

Demandado Asociación Club Regatas Lima

Áreas del derecho Constitucional - Civil

Fojas 355 Tomos 1

Síntesis El presente caso se inicia en el año 2001, con la vigencia de la Ley N°


23506, Ley de Habeas Corpus y Amparo. Con fecha 31 de octubre de 2001,
Luis Guillermo Bedoya de Vivanco, interpone Acción de Amparo ante el
Juzgado Especializado en Derecho Público, contra la Asociación Club de
Regatas “Lima”, con la finalidad que se declare inaplicable el Acuerdo
adoptado por la Junta Calificadora y de Disciplina de la Asociación
demandada, en su Sesión N° 54 – 2001 de fecha 31 de julio de 2001,
notificado el día 09 de agosto de 2001, mediante el cual se suspendió
indefinidamente sus derechos de asociado, aplicando el inciso m) del artículo
62° del Estatuto de la Asociación.

El demandante señala que mediante dicho Acuerdo se ha violado sus


derechos constitucionales al debido proceso, la pluralidad de instancia y a la
defensa, así como también su derecho a la no discriminación, al honor, a la
buena reputación y de presunción de inocencia.

El Club de Regatas “Lima” se apersona y contesta demanda solicitando se


disponga el archivamiento de los autos por haberse producido la sustracción
de la materia y la desaparición de la controversia, por tanto carece de objeto
emitir sentencia, ello debido a que ante la interposición del Recurso de
Revisión por parte del demandante, la Junta Calificadora y de Disciplina
resuelve favorablemente a este en la Sesión N° 65 – 2001 de fecha 16 de
octubre de 2001, dejando sin efecto la suspensión indefinida impuesta al
demandante, señalando que este y sus familiares podrían seguir haciendo
uso de las instalaciones y servicios del Club, lo cual le fue notificado al
demandante el 07 de diciembre de 2001. Hecho por el cual se produce la
sustracción de la materia y desaparición de la controversia, ello acorde con lo
dispuesto en el inciso 1 del artículo 6° de la Ley N° 23506, el cual dispone
que no procede acción de garantía “en caso de haber cesado la violación o la
amenaza de un derecho constitucional”.
Con fecha 27 de febrero de 2002, la Sala de Conocimiento de la Junta
Calificadora y de Disciplina, le comunica la instauración de un nuevo proceso
disciplinario en su contra y por los mismos hechos, lo cual lleva a concluir
que se persiste en una actitud violatoria de sus derechos constitucionales.
Ello demuestra la improcedencia e inexistencia de la sustracción de la
materia, puesto que solo se han corregido errores de procedimiento, pero se
mantiene la violación de sus derechos constitucionales a la presunción de
inocencia, al honor y a la buena reputación.

Ante lo señalado por la Asociación, el demandante señala, que si bien la


demandada al dejar sin efecto el anterior proceso irregular, solo ha suplido
las afectaciones y violaciones a nivel formal; persistiendo en la violación de
sus derechos constitucionales a nivel sustantivo. Por tanto en aplicación del
artículo 2° de la Ley N° 23506 debe ser amparada la acción de garantía.
Además, indica que con fecha con fecha 27 de febrero de 2002, la Sala de
Conocimiento de la Junta Calificadora y de Disciplina, le comunica la
instauración de un nuevo proceso disciplinario en su contra y por los mismos
hechos, lo cual lleva a concluir que se persiste en una actitud violatoria de
sus derechos constitucionales, lo cual demuestra la improcedencia e
inexistencia de la sustracción de la materia.
Luego, la Asociación demandada, Club de Regatas “Lima”, señala que el
proceso que le impuso al demandante la sanción de suspensión indefinida
quedo concluido en sede administrativa interna del Club, y que el nuevo
procedimiento disciplinario de fecha 27 de febrero de 2002 es uno en el cual
se sigue un debido proceso, con la garantía de la doble instancia, no
pudiendo generarse la vulneración de sus derechos fundamentales que
pueda generar una nueva acción de amparo, ya que dicho procedimiento es
uno nuevo y posterior a la acción de amparo interpuesta por el demandante,
el cual no se encuentra comprendido en el petitorio del demandante. Siendo
relevante mencionar que la Asociación menciona que el demandante ha
variado su pretensión inicial, puesto que ya no solicita que se declare
inaplicable el Acuerdo de Sesión N° 54 – 2001, de fecha 31 de julio de 2001,
sino que ahora solicita la inconstitucionalidad de una disposición estatutaria
derogada, no pudiendo ser ello objeto de pronunciamiento en este proceso.

Con fecha 13 de marzo de 2003, mediante resolución N° 15, el Sexagésimo


Quinto Juzgado Especializado en lo Civil, falla declarando improcedente la
demanda interpuesta por Luis Guillermo Bedoya de Vivanco. Señalando que
es materia de análisis dilucidar si el Acuerdo Adoptado por la Junta
Calificadora y de Disciplina del Club de Regatas “Lima”, en la Sesión N° 54 –
2001, celebrada el 31 de julio de 2001, mediante la cual se suspende
indefinidamente los derechos del asociado, aplicando el inciso m) del artículo
62° del Estatuto, resulta violatoria de los derechos constitucionales al debido
proceso, la pluralidad de instancia, la defensa, a la no discriminación, al
honor, a la buena reputación y al de presunción de inocencia. Como
argumentos para declarar improcedente la demanda se mencionan los
siguientes:
1) Que se ha producido la sustracción de la materia, ya que mediante el
Acuerdo de Sesión N° 65 – 2001, de fecha 16 de octubre de 2001 dejó sin
efecto la medida de suspensión indefinida de los derechos del asociado
demandante, la cual fue dispuesta mediante Acuerdo N° 54 – 2001 (de fecha
31 de julio de 2001), lo cual significa que conforme al petitorio del
demandante se le ha restituido el pleno ejercicio de sus derechos de
asociado, así como también el de su cónyuge y sus hijos.
2) Que el nuevo proceso disciplinario de fecha 27 de febrero de 2002,
constituye un nuevo hecho, posterior a la interposición de la demanda y que
supone una modificación del petitorio de la demanda, lo cual resulta
improcedente, teniendo en cuenta el artículo 428° del Código Procesal Civil y
con el segundo párrafo del artículo VII del Título Preliminar del Código
Procesal Civil.

Con fecha 29 de agosto de 2002, Luis Guillermo Bedoya de Vivanco,


interpone nuevamente una Acción de Amparo contra la Asociación Club de
Regatas “Lima”, a fin de que se declare inaplicable y sin efecto legal
(respecto a su persona y la de sus familiares, ello ya que en virtud del
artículo 59° del Estatuto la suspensión de sus derechos importa la privación
de los derechos que gozan dichas personas) el Acuerdo adoptado por la
Sala Revisora de la Junta Calificadora y de Disciplina, mediante Resolución
N° 033-sr del 10 de junio de 2002, notificada el 27 del mismo mes y año, la
cual a su vez confirma lo resuelto por la Sala de Conocimiento de la Junta
Calificadora y de Disciplina en la Sesión celebrada el 02 de abril del 2002,
por la cual se estable la sanción de suspensión indefinida por encontrarse
vinculado a situaciones de publica notoriedad. Además incluye pedido de que
se declare inaplicable a su caso el artículo 62° del Estatuto por ser
inconstitucional. Argumentando que mediante dicho acuerdo adoptado y en
aplicación del artículo 62° del Estatuto, se suspenden sus derechos de
asociado, se viola el principio de no revivir procesos fenecidos ni de procesar
a alguien dos veces por el mismo hecho, el cual se encuentra establecido en
el numeral 13° del artículo 139° de la Constitución, así como también el
numeral 4 del artículo 8° de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, violando derechos constitucionales a la no discriminación, al honor
y la buena reputación y de presunción de inocencia (consagrados en los
incisos 2, 7, y acápite e del inciso 24° de la Constitución).

Con fecha 23 de setiembre de 2002, el Club de Regatas Lima, contesta la


demanda y deduce excepción de caducidad ante el Quincuagésimo Séptimo
Juzgado Civil de Lima, en base al artículo 37° de la Ley N° 23506. Indica que
debe tenerse en cuenta que la afectación se produce el día 17 de mayo de
2002, fecha en la cual se le notificó al demandante la Resolución N° 415 –
SC de fecha 02 de abril de 2002, por la cual la Sala de Conocimiento de la
Junta Calificadora y de Disciplina lo suspende indefinidamente de sus
derechos como asociado hasta que las autoridades competentes se
pronuncien sobre su caso. Por lo tanto, desde la fecha de la notificación de la
suspensión impuesta al demandante hasta el 28 de agosto de 2002, fecha de
suscripción de la demanda, ha transcurrido más de sesenta (60) días hábiles,
por lo cual la excepción de caducidad debe ser declarada fundada y que
además la interposición del recurso de Revisión interpuesto por el
demandante contra la afectación producida el 17 de mayo de 2002, no
suspende la sanción interpuesta, ello de conformidad con el artículo 14° del
Reglamento de Procesos Disciplinarios de la Junta Calificadora y de
Disciplina.
Con fecha 12 de marzo de 2003, mediante Resolución N° 6, el 57° Juzgado
Civil de Lima, emite Sentencia, declarando improcedente la Acción de
Amparo. Respecto al recurso de excepción de caducidad planteado por el
demandante, este no es amparado, ya que el demandante con fecha 23 de
mayo de 2002, formulo recurso de Revisión contra la Resolución 415 – SC,
de fecha 02 de abril de 2002. Y la Sala de Revisión de la Junta de
Calificación y de Disciplina, mediante Resolución N° 033 – SR (de fecha 10
de junio de 2002), confirma la Resolución 415 – SC de la Sala de
Conocimiento de la Junta de Calificación y de Disciplina, siendo dicha
decisión comunicada al demandante el 25 de junio de 2002.

Entre los principales argumentos para declarar improcedente la demanda, es


que se señala que la Acción de Amparo es una vía alternativa y no residual,
la cual no suple la vía ordinaria. Pudiendo solo acudirse al recurso de
amparo por causas que no necesiten de actuación de medios probatorios;
por ello solo tendrán pronunciamiento cuando se evidencia que se vulnere o
amenace derechos constitucionales distintos a la libertad individual u otros
derechos conexos y que no requieran de probanza, ya que de lo contrario el
Amparo tendría naturaleza ordinaria y no garantista. En consecuencia, se
indica que para determinar si en la Primera Resolución de Revisión,
expedida en Sesión N° 65 – 2001 (de fecha 16 de octubre de 2001) hubo
errores in procedendo, y por lo tanto un pronunciamiento solo en forma o si
de manera contraria hubo un pronunciamiento sobre el fondo, se requiere de
la actuación de medios probatorios, además debe determinarse la legalidad o
ilegalidad del procedimiento administrativo interno y si es arreglada a
derecho la Resolución 033 – SR, de fecha 10 de junio de 2002.

Con fecha 14 de marzo de 2003, el demandante apela la Sentencia anterior,


señalando que esta se limita solo a evaluar y considerar lo relacionado a la
violación del principio de no revivir procesos fenecidos, ignorando la violación
de sus demás derechos constitucionales a la presunción de inocencia, no
discriminación, al honor y a la buena reputación, como impone el articulo III
del Título Preliminar del Código Procesal Civil. Con fecha 08 de abril de
2002, se concede la apelación con efecto suspensivo.
Cabe resaltar que mediante Dictamen del Ministerio Público N° 767 – 2003,
se señala que se produjo infracción del principio de non bis ídem, ya que
originalmente ya había sido sancionado por los mismos hechos, lo cual fue
resuelto mediante el recurso de Revisión que dejó sin efecto la suspensión
indefinida de sus derechos como asociado. Debiendo revocarse la sentencia
apelada y reformándola declararla fundada.

Finalmente, con fecha 30 de noviembre de 2005, la Sala Segunda del


Tribunal Constitucional, emite sentencia en virtud del Recurso extraordinario
interpuesto por don Luis Guillermo Bedoya de Vivanco contra la resolución
de la Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, que declaró
infundada la acción de Amparo; el Tribunal Constitucional declara infundada
la demanda de amparo. Señalando como principales argumentos los
siguientes:
1) Respecto al Ne bis in ídem procesal, procedimiento disciplinario y
personas jurídicas de derecho privado: existen fundadas razones para
concluir que el motivo principal para que se declarara la nulidad del primer
procedimiento al que fue sometido el recurrente, tuvo como base la
inobservancia del procedimiento estatutario y, con ello, la vulneración de
determinados derechos constitucionales de orden procesal del recurrente. De
modo que la realización de un nuevo procedimiento, subsanándose los
errores cometidos, no puede considerarse como una lesión de la dimensión
procesal del derecho del recurrente a no ser sometido a juzgado dos o más
veces por un mismo hecho.
2) Respecto a la Presunción de inocencia, libertad de asociación y personas
jurídicas de derecho privado: que existe un aparente conflicto en el ejercicio
de dos derechos fundamentales, de un lado, la presunción de inocencia, y de
otro, la libertad de asociación. Señalando el Tribunal que la suspensión en
los derechos de asociado por encontrarse involucrado en la comisión de un
delito doloso, no es lo mismo que por ese mismo motivo se autorice su
expulsión. Mientras esta última, a juicio del Tribunal, resulta excesiva y, por
ello mismo, como no garantizada por la libertad de asociación, además de
violatoria del principio de presunción de inocencia, si es que se decreta sin
existir [ni importar] que se expida una sentencia condenatoria firme; en
cambio, la posibilidad de suspender temporalmente en la condición de socio,
hasta entre tanto no se resuelva la situación jurídica del enjuiciado
penalmente, constituye una medida moderada que se encuentra garantizada
por la libertad de asociación si se encuentra establecido sus fines que sus
asociados no practiquen “actos reñidos con la moral y las buenas
costumbres”. El Tribunal Constitucional no considera que se haya lesionado
la presunción de inocencia ni el derecho de asociación del demandante.
Tampoco de los derechos que, relacionalmente, se han invocado;
particularmente, los derechos al honor y a la buena reputación.
3) Respecto a la Discriminación: A juicio del recurrente, ésta se habría
generado porque tratándose de denuncias presentadas por cualquier
asociado, a fin de que éstas puedan sustanciarse, es preciso que ésta sea
documentada, siendo que tal requisito no se requiere si es formulada por el
Consejo Directivo o la Junta de Calificación y Disciplina; ante lo cual el
Tribunal señala que el tratamiento estatutario que se brinda a la
sustanciación de una denuncia no se ha previsto en términos personales,
esto es, como exclusiva y excluyentemente relacionada al caso del
recurrente, sino con una vocación de generalidad, aplicable para todos los
casos y que las cláusulas de dicha naturaleza se encuentran protegidas por
la potestad de autoorganización de la persona jurídica. Luego, el
demandante el artículo 62 también incurre en discriminación ya que la
suspensión indefinida se aplica en aquellos casos en los que uno de sus
asociados se encuentre vinculados a “situaciones de pública notoriedad” en
relación con la comisión de determinados actos delictivos. Lo que quiere
decir que si no se encuentra en tal situación de pública notoriedad, pese a
encontrarse procesado por la comisión de un delito penal, la sanción no sería
aplicable. Respecto a este último motivo, el Tribunal considera que éste, en
realidad, no existe, pues nuevamente se trata de una cláusula que tiene
vocación de aplicación general, y no que se ha dictado con el exclusivo
propósito de aplicarla al caso del recurrente. En segundo lugar señala que
una interpretación adecuada del referido artículo 62 de los Estatutos de la
emplazada no se relaciona con la notoriedad pública de la persona envuelta
en un proceso penal, es decir, con sus cualidades personales, sino,
concretamente, por la notoriedad pública de los actos por los cuales se viene
siendo juzgado penalmente, que no es lo mismo.

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