Síntesis El presente caso se inicia en el año 2001, con la vigencia de la Ley N°
23506, Ley de Habeas Corpus y Amparo. Con fecha 31 de octubre de 2001, Luis Guillermo Bedoya de Vivanco, interpone Acción de Amparo ante el Juzgado Especializado en Derecho Público, contra la Asociación Club de Regatas “Lima”, con la finalidad que se declare inaplicable el Acuerdo adoptado por la Junta Calificadora y de Disciplina de la Asociación demandada, en su Sesión N° 54 – 2001 de fecha 31 de julio de 2001, notificado el día 09 de agosto de 2001, mediante el cual se suspendió indefinidamente sus derechos de asociado, aplicando el inciso m) del artículo 62° del Estatuto de la Asociación.
El demandante señala que mediante dicho Acuerdo se ha violado sus
derechos constitucionales al debido proceso, la pluralidad de instancia y a la defensa, así como también su derecho a la no discriminación, al honor, a la buena reputación y de presunción de inocencia.
El Club de Regatas “Lima” se apersona y contesta demanda solicitando se
disponga el archivamiento de los autos por haberse producido la sustracción de la materia y la desaparición de la controversia, por tanto carece de objeto emitir sentencia, ello debido a que ante la interposición del Recurso de Revisión por parte del demandante, la Junta Calificadora y de Disciplina resuelve favorablemente a este en la Sesión N° 65 – 2001 de fecha 16 de octubre de 2001, dejando sin efecto la suspensión indefinida impuesta al demandante, señalando que este y sus familiares podrían seguir haciendo uso de las instalaciones y servicios del Club, lo cual le fue notificado al demandante el 07 de diciembre de 2001. Hecho por el cual se produce la sustracción de la materia y desaparición de la controversia, ello acorde con lo dispuesto en el inciso 1 del artículo 6° de la Ley N° 23506, el cual dispone que no procede acción de garantía “en caso de haber cesado la violación o la amenaza de un derecho constitucional”. Con fecha 27 de febrero de 2002, la Sala de Conocimiento de la Junta Calificadora y de Disciplina, le comunica la instauración de un nuevo proceso disciplinario en su contra y por los mismos hechos, lo cual lleva a concluir que se persiste en una actitud violatoria de sus derechos constitucionales. Ello demuestra la improcedencia e inexistencia de la sustracción de la materia, puesto que solo se han corregido errores de procedimiento, pero se mantiene la violación de sus derechos constitucionales a la presunción de inocencia, al honor y a la buena reputación.
Ante lo señalado por la Asociación, el demandante señala, que si bien la
demandada al dejar sin efecto el anterior proceso irregular, solo ha suplido las afectaciones y violaciones a nivel formal; persistiendo en la violación de sus derechos constitucionales a nivel sustantivo. Por tanto en aplicación del artículo 2° de la Ley N° 23506 debe ser amparada la acción de garantía. Además, indica que con fecha con fecha 27 de febrero de 2002, la Sala de Conocimiento de la Junta Calificadora y de Disciplina, le comunica la instauración de un nuevo proceso disciplinario en su contra y por los mismos hechos, lo cual lleva a concluir que se persiste en una actitud violatoria de sus derechos constitucionales, lo cual demuestra la improcedencia e inexistencia de la sustracción de la materia. Luego, la Asociación demandada, Club de Regatas “Lima”, señala que el proceso que le impuso al demandante la sanción de suspensión indefinida quedo concluido en sede administrativa interna del Club, y que el nuevo procedimiento disciplinario de fecha 27 de febrero de 2002 es uno en el cual se sigue un debido proceso, con la garantía de la doble instancia, no pudiendo generarse la vulneración de sus derechos fundamentales que pueda generar una nueva acción de amparo, ya que dicho procedimiento es uno nuevo y posterior a la acción de amparo interpuesta por el demandante, el cual no se encuentra comprendido en el petitorio del demandante. Siendo relevante mencionar que la Asociación menciona que el demandante ha variado su pretensión inicial, puesto que ya no solicita que se declare inaplicable el Acuerdo de Sesión N° 54 – 2001, de fecha 31 de julio de 2001, sino que ahora solicita la inconstitucionalidad de una disposición estatutaria derogada, no pudiendo ser ello objeto de pronunciamiento en este proceso.
Con fecha 13 de marzo de 2003, mediante resolución N° 15, el Sexagésimo
Quinto Juzgado Especializado en lo Civil, falla declarando improcedente la demanda interpuesta por Luis Guillermo Bedoya de Vivanco. Señalando que es materia de análisis dilucidar si el Acuerdo Adoptado por la Junta Calificadora y de Disciplina del Club de Regatas “Lima”, en la Sesión N° 54 – 2001, celebrada el 31 de julio de 2001, mediante la cual se suspende indefinidamente los derechos del asociado, aplicando el inciso m) del artículo 62° del Estatuto, resulta violatoria de los derechos constitucionales al debido proceso, la pluralidad de instancia, la defensa, a la no discriminación, al honor, a la buena reputación y al de presunción de inocencia. Como argumentos para declarar improcedente la demanda se mencionan los siguientes: 1) Que se ha producido la sustracción de la materia, ya que mediante el Acuerdo de Sesión N° 65 – 2001, de fecha 16 de octubre de 2001 dejó sin efecto la medida de suspensión indefinida de los derechos del asociado demandante, la cual fue dispuesta mediante Acuerdo N° 54 – 2001 (de fecha 31 de julio de 2001), lo cual significa que conforme al petitorio del demandante se le ha restituido el pleno ejercicio de sus derechos de asociado, así como también el de su cónyuge y sus hijos. 2) Que el nuevo proceso disciplinario de fecha 27 de febrero de 2002, constituye un nuevo hecho, posterior a la interposición de la demanda y que supone una modificación del petitorio de la demanda, lo cual resulta improcedente, teniendo en cuenta el artículo 428° del Código Procesal Civil y con el segundo párrafo del artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal Civil.
Con fecha 29 de agosto de 2002, Luis Guillermo Bedoya de Vivanco,
interpone nuevamente una Acción de Amparo contra la Asociación Club de Regatas “Lima”, a fin de que se declare inaplicable y sin efecto legal (respecto a su persona y la de sus familiares, ello ya que en virtud del artículo 59° del Estatuto la suspensión de sus derechos importa la privación de los derechos que gozan dichas personas) el Acuerdo adoptado por la Sala Revisora de la Junta Calificadora y de Disciplina, mediante Resolución N° 033-sr del 10 de junio de 2002, notificada el 27 del mismo mes y año, la cual a su vez confirma lo resuelto por la Sala de Conocimiento de la Junta Calificadora y de Disciplina en la Sesión celebrada el 02 de abril del 2002, por la cual se estable la sanción de suspensión indefinida por encontrarse vinculado a situaciones de publica notoriedad. Además incluye pedido de que se declare inaplicable a su caso el artículo 62° del Estatuto por ser inconstitucional. Argumentando que mediante dicho acuerdo adoptado y en aplicación del artículo 62° del Estatuto, se suspenden sus derechos de asociado, se viola el principio de no revivir procesos fenecidos ni de procesar a alguien dos veces por el mismo hecho, el cual se encuentra establecido en el numeral 13° del artículo 139° de la Constitución, así como también el numeral 4 del artículo 8° de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, violando derechos constitucionales a la no discriminación, al honor y la buena reputación y de presunción de inocencia (consagrados en los incisos 2, 7, y acápite e del inciso 24° de la Constitución).
Con fecha 23 de setiembre de 2002, el Club de Regatas Lima, contesta la
demanda y deduce excepción de caducidad ante el Quincuagésimo Séptimo Juzgado Civil de Lima, en base al artículo 37° de la Ley N° 23506. Indica que debe tenerse en cuenta que la afectación se produce el día 17 de mayo de 2002, fecha en la cual se le notificó al demandante la Resolución N° 415 – SC de fecha 02 de abril de 2002, por la cual la Sala de Conocimiento de la Junta Calificadora y de Disciplina lo suspende indefinidamente de sus derechos como asociado hasta que las autoridades competentes se pronuncien sobre su caso. Por lo tanto, desde la fecha de la notificación de la suspensión impuesta al demandante hasta el 28 de agosto de 2002, fecha de suscripción de la demanda, ha transcurrido más de sesenta (60) días hábiles, por lo cual la excepción de caducidad debe ser declarada fundada y que además la interposición del recurso de Revisión interpuesto por el demandante contra la afectación producida el 17 de mayo de 2002, no suspende la sanción interpuesta, ello de conformidad con el artículo 14° del Reglamento de Procesos Disciplinarios de la Junta Calificadora y de Disciplina. Con fecha 12 de marzo de 2003, mediante Resolución N° 6, el 57° Juzgado Civil de Lima, emite Sentencia, declarando improcedente la Acción de Amparo. Respecto al recurso de excepción de caducidad planteado por el demandante, este no es amparado, ya que el demandante con fecha 23 de mayo de 2002, formulo recurso de Revisión contra la Resolución 415 – SC, de fecha 02 de abril de 2002. Y la Sala de Revisión de la Junta de Calificación y de Disciplina, mediante Resolución N° 033 – SR (de fecha 10 de junio de 2002), confirma la Resolución 415 – SC de la Sala de Conocimiento de la Junta de Calificación y de Disciplina, siendo dicha decisión comunicada al demandante el 25 de junio de 2002.
Entre los principales argumentos para declarar improcedente la demanda, es
que se señala que la Acción de Amparo es una vía alternativa y no residual, la cual no suple la vía ordinaria. Pudiendo solo acudirse al recurso de amparo por causas que no necesiten de actuación de medios probatorios; por ello solo tendrán pronunciamiento cuando se evidencia que se vulnere o amenace derechos constitucionales distintos a la libertad individual u otros derechos conexos y que no requieran de probanza, ya que de lo contrario el Amparo tendría naturaleza ordinaria y no garantista. En consecuencia, se indica que para determinar si en la Primera Resolución de Revisión, expedida en Sesión N° 65 – 2001 (de fecha 16 de octubre de 2001) hubo errores in procedendo, y por lo tanto un pronunciamiento solo en forma o si de manera contraria hubo un pronunciamiento sobre el fondo, se requiere de la actuación de medios probatorios, además debe determinarse la legalidad o ilegalidad del procedimiento administrativo interno y si es arreglada a derecho la Resolución 033 – SR, de fecha 10 de junio de 2002.
Con fecha 14 de marzo de 2003, el demandante apela la Sentencia anterior,
señalando que esta se limita solo a evaluar y considerar lo relacionado a la violación del principio de no revivir procesos fenecidos, ignorando la violación de sus demás derechos constitucionales a la presunción de inocencia, no discriminación, al honor y a la buena reputación, como impone el articulo III del Título Preliminar del Código Procesal Civil. Con fecha 08 de abril de 2002, se concede la apelación con efecto suspensivo. Cabe resaltar que mediante Dictamen del Ministerio Público N° 767 – 2003, se señala que se produjo infracción del principio de non bis ídem, ya que originalmente ya había sido sancionado por los mismos hechos, lo cual fue resuelto mediante el recurso de Revisión que dejó sin efecto la suspensión indefinida de sus derechos como asociado. Debiendo revocarse la sentencia apelada y reformándola declararla fundada.
Finalmente, con fecha 30 de noviembre de 2005, la Sala Segunda del
Tribunal Constitucional, emite sentencia en virtud del Recurso extraordinario interpuesto por don Luis Guillermo Bedoya de Vivanco contra la resolución de la Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, que declaró infundada la acción de Amparo; el Tribunal Constitucional declara infundada la demanda de amparo. Señalando como principales argumentos los siguientes: 1) Respecto al Ne bis in ídem procesal, procedimiento disciplinario y personas jurídicas de derecho privado: existen fundadas razones para concluir que el motivo principal para que se declarara la nulidad del primer procedimiento al que fue sometido el recurrente, tuvo como base la inobservancia del procedimiento estatutario y, con ello, la vulneración de determinados derechos constitucionales de orden procesal del recurrente. De modo que la realización de un nuevo procedimiento, subsanándose los errores cometidos, no puede considerarse como una lesión de la dimensión procesal del derecho del recurrente a no ser sometido a juzgado dos o más veces por un mismo hecho. 2) Respecto a la Presunción de inocencia, libertad de asociación y personas jurídicas de derecho privado: que existe un aparente conflicto en el ejercicio de dos derechos fundamentales, de un lado, la presunción de inocencia, y de otro, la libertad de asociación. Señalando el Tribunal que la suspensión en los derechos de asociado por encontrarse involucrado en la comisión de un delito doloso, no es lo mismo que por ese mismo motivo se autorice su expulsión. Mientras esta última, a juicio del Tribunal, resulta excesiva y, por ello mismo, como no garantizada por la libertad de asociación, además de violatoria del principio de presunción de inocencia, si es que se decreta sin existir [ni importar] que se expida una sentencia condenatoria firme; en cambio, la posibilidad de suspender temporalmente en la condición de socio, hasta entre tanto no se resuelva la situación jurídica del enjuiciado penalmente, constituye una medida moderada que se encuentra garantizada por la libertad de asociación si se encuentra establecido sus fines que sus asociados no practiquen “actos reñidos con la moral y las buenas costumbres”. El Tribunal Constitucional no considera que se haya lesionado la presunción de inocencia ni el derecho de asociación del demandante. Tampoco de los derechos que, relacionalmente, se han invocado; particularmente, los derechos al honor y a la buena reputación. 3) Respecto a la Discriminación: A juicio del recurrente, ésta se habría generado porque tratándose de denuncias presentadas por cualquier asociado, a fin de que éstas puedan sustanciarse, es preciso que ésta sea documentada, siendo que tal requisito no se requiere si es formulada por el Consejo Directivo o la Junta de Calificación y Disciplina; ante lo cual el Tribunal señala que el tratamiento estatutario que se brinda a la sustanciación de una denuncia no se ha previsto en términos personales, esto es, como exclusiva y excluyentemente relacionada al caso del recurrente, sino con una vocación de generalidad, aplicable para todos los casos y que las cláusulas de dicha naturaleza se encuentran protegidas por la potestad de autoorganización de la persona jurídica. Luego, el demandante el artículo 62 también incurre en discriminación ya que la suspensión indefinida se aplica en aquellos casos en los que uno de sus asociados se encuentre vinculados a “situaciones de pública notoriedad” en relación con la comisión de determinados actos delictivos. Lo que quiere decir que si no se encuentra en tal situación de pública notoriedad, pese a encontrarse procesado por la comisión de un delito penal, la sanción no sería aplicable. Respecto a este último motivo, el Tribunal considera que éste, en realidad, no existe, pues nuevamente se trata de una cláusula que tiene vocación de aplicación general, y no que se ha dictado con el exclusivo propósito de aplicarla al caso del recurrente. En segundo lugar señala que una interpretación adecuada del referido artículo 62 de los Estatutos de la emplazada no se relaciona con la notoriedad pública de la persona envuelta en un proceso penal, es decir, con sus cualidades personales, sino, concretamente, por la notoriedad pública de los actos por los cuales se viene siendo juzgado penalmente, que no es lo mismo.