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Aquello que no eres capaz de aceptar es la única causa de tu sufrimiento.

Sufres porque no
aceptas lo que te va ocurriendo a lo largo de la vida y porque tu ego te hace creer que puedes
cambiar la realidad externa para adecuarla a tus propios deseos y necesidades egoístas y
egocéntricos.

Pero la verdad es que lo único que sí puedes cambiar es la interpretación que haces de los
acontecimientos en sí, conociendo y comprendiendo cómo funciona tu mente.

Si tu interpretación del hecho te reporta sufrimiento es que actúas movido por la ignorancia; si
te deja paz interior o te trae armonía y satisfacción, no cabe duda de que actúas movido por la
sabiduría.

Ante el sufrimiento, el miedo, la tristeza o la angustia, hazte una simple pregunta: ¿qué es lo
que no estoy aceptando? La respuesta te hará comprender que la limitación que origina todas
estas desagradables reacciones está en tu propia mente y no en ninguna otra parte.

En realidad, nadie puede hacerte daño: tu ego es el que te hace reaccionar automática y
negativamente ante lo que te sucede, te dicen o te hacen. Tu ego es el único responsable de tu
malestar interior, por mucho que te esfuerces en buscar culpables fuera de ti mismo.

Cuando compruebas la veracidad de estas afirmaciones a través de tu experiencia personal,


dejas de intentar cambiar la realidad externa para acomodarla a las exigencias de tu ego y
comienzas a trabajar sobre tu realidad interna para aprender a aceptarla tal como es.

A partir de entonces comprendes que has venido al mundo a aprender a ser feliz por ti mismo y
a aceptar y amar a los demás tal como son.

Éste es el llamado camino espiritual.

GERARDO SCHMEDLING

Aquello que no eres capaz de aceptar es la única causa de tu sufrimiento, o como ya decía Carl G. Jung

“lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma”.

AS 7 HERRAMIENTAS DE AMOR. Gerardo Schmedling.


ACEPTAR

Acepto que todo lo que ocurre es neutro y necesario.

ASUMIR

Asumiré el resultado de mis decisiones y de mi experiencia de vida.

Asumiré que mis pensamientos, sentimientos y emociones los genero yo mismo y no lo que
sucede a mí alrededor, ni mucho menos lo que piensen, digan, hagan o dejen de hacer los
demás.

Renuncio a culpar a nada ni a nadie por lo que me suceda o deje de sucederme. El culpable no
existe.

ACTUAR

Actuaré con total eficacia y serenidad ante cualquier circunstancia que se presente, dando lo
mejor de mí en las labores que me corresponda realizar.

Renuncio a agredir de pensamiento, palabra y obra. No agrediré a nada ni a nadie. Tendré


absolutas firmeza y lealtad con los acuerdos y compromisos que libremente establezca. El
hacer es la clave del tener.
AGRADECER

Agradezco todo lo que tengo y todas las situaciones difíciles y dolorosas, porque ellas son
oportunidades que nos da la vida para aprender y hacer nuestro desarrollo espiritual.

Renuncio a sufrir ante las dificultades, comprendiendo que tienen un profundo propósito de
amor para poder reconocer la ley y liberarme de las limitaciones, las dependencias y el
sufrimiento.

VALORAR

Valoro y disfruto intensamente todo lo que tengo y todo lo que hago. Reconozco que siempre
tengo conmigo todo lo necesario, y valorándolo, desarrollaré la capacidad para disfrutar nuevas
cosas y relaciones.

Renuncio a quejarme de lo que tengo o no tengo. La queja nos hace pobres. La prosperidad es
el resultado de la valoración. El que no valora lo que tiene está en camino de perder lo que
necesita.

RESPETAR

Respeto a todas las personas en sus ideas, costumbres, creencias, comportamientos, y en su


derecho a tomar sus propias decisiones.

Renuncio a criticar, descalificar, juzgar, condenar y castigar a toda persona por cualquier
motivo, porque comprendo que cada quien hace lo mejor que puede con lo mejor que sabe, y
no soy yo quien para juzgarlo. Daré información de sabiduría sólo a quien la pida expresamente
o a quien acepte mi ofrecimiento sutil por respetuoso.

ADAPTARSE

Me adapto sin reservas al lugar donde me corresponde cumplir funciones para lograr en él una
vida llena de satisfacciones.

Renuncio a huir de lugar y de las situaciones que me corresponde vivir. Creer que la felicidad
está en otra parte diferente a nuestro interior, es una falsa ilusión.
“Aceptación” Gerardo
Schmedling.
abril 7, 2016CONSCIENCIA-FILOSOFÍAPAULINE

Afirmación científica: Una interpretación puede ser engañosa, mas nunca puede serlo
la realidad de un resultado.

Afirmación filosófica: No aceptar la realidad mantiene la mente esclavizada del


sufrimiento.

Gerardo recomendaba no tomar nada de lo que enseñaba como verdad, que su última
intención era aumentar nuestro ya hipertrofiado sistema de creencias, donde residen
nuestra ignorancia y absolutamente todas nuestras limitaciones. Así que nos
recomendaba leer y leer apuntes y manuales, y verificar en nuestra experiencia, con
nuestros resultados personales, lo que mientras tanto, por bueno que sea, es
sólo concepto.
Concepto verificado = verdad. Como al niño que se le dice: “No metas el dedito al
tomacorriente que te pasa electricidad”, para él es un concepto. Cuando de todos
modos lo mete y siente el corrientazo, ahora tiene una verdad.

No se trata tampoco de no creer en nada que nos llegue, pues esa actitud conduce a
lacristalización, definida como la situación de la persona que ya no cambia más,
no evoluciona más en esta experiencia de vida y la cual, a menos que siga siendo
útil como función para otros a su alrededor que sí están evolucionando, está lista para
separar archivos, para morirse.

La experiencia de vida del ser humano tiene un propósito muy definido,


sencillo: ser feliz y aprender a amar. Las metas y los objetivos lo complican
innecesariamente. Cada quien lucha para acomodar la realidad de la vida, a sus
propios ideales, sin lograr reconocer cuál es la función de la realidad presente. La
mayoría de las personas suponemos que, logrando el cumplimiento de nuestros
anhelos e ideales y supliendo lo que llamamos nuestras necesidades, podremos
obtener la satisfacción, la felicidad y la paz en nuestras vidas. Pero la verdad es
que ello sólo sirve para después darnos cuenta que tan pronto alcanzamos una meta,
surgen inmediatamente nuevos retos y metas por cumplir. Nuestro propósito inicial
nunca llega a satisfacerse por este medio porque aún no sabemos que nuestros
ideales particulares son contrarios a nuestros propósitos generales.

Todos los ideales de los hombres son válidos, dignos de respeto y además, necesarios,
para poder tener un referente que permita reconocer el orden universal. Pero, una
vez las personas logran comprender como está organizado el universo los
ideales se convierten en:

a) Algo innecesario y obsoleto.


b) Un obstáculo para encontrar la paz interior y la plena
satisfacción en la vida.
c) Una limitación para el ascenso a los niveles superiores
de la civilización humana.
Por esta razón, la Aceptología es una Nueva Ciencia que, cuando estamos listos para
comprenderla, permite cumplir el propósito general que tienen todos los seres
humanos: ENCONTRAR PLENA SATISFACCIÓN EN SUS VIDAS.

Existen indicadores precisos, resultados, para medir la satisfacción con la vida,


para determinar si se está manejando la vida con sabiduría o con ignorancia:

1) Paz, satisfacción interna con el correspondiente


respeto por lo externo.

2) Buenas Relaciones.

3) Disponibilidad de todo lo necesario para la


supervivencia. Hay que tener cuidado con que si no tengo
algo es porque no lo necesito. Mientras no valore y use
muy bien lo que tengo, no soy correspondiente con más
de lo mismo.

4) Excelente salud. Todo problema de salud es no aceptar


que el conflicto no está en mi cuerpo sino en mi mente.
Entonces, los resultados en mi vida es lo único que me permite verificar que yo
sé.

*********

Aceptología

La Aceptología como ciencia, es el complemento de la Sabiduría, porque así


como la Sabiduría permite reconocer el Orden del Universo, la Aceptología
permite seguirlo y, entre las dos, hacen la maestría, siendo ésta la habilidad de
vivir de acuerdo con la Ley del Universo, de respetar la experiencia de todo ser
viviente y de no entrar en conflictos innecesarios con ninguno de ellos.

1) ¿Qué es la realidad? Únicamente el lugar presente,


hechos, eventos, lo que está pasando frente a mí, el
entorno donde puedo actuar. Hay una realidad externa y
una realidad interna: la de mi mente.

2) ¿Es cambiable la realidad? La externa no. La interna sí


porque es mi interpretación de los hechos. Sin sabiduría
no puedo interpretar con verdad, entonces sufro. Sufrir
disminuye la energía vital, deprime y la depresión inhibe la
capacidad de actuar. Cuando aprendo a no interpretar
desde el sistema de creencias, ciertas realidades, dejo de
ser correspondiente con ellas, entonces cambio también
mi realidad externa, como proceso a través del tiempo.
3) ¿Dónde puedes reconocer la realidad? En todo lugar
donde pueda estar presente y consciente. En nuestro
estado actual ese lugar está limitado, se reduce
únicamente a la tercera dimensión. Prácticamente a lo
que aquí y ahora percibo con mis sentidos. La mente,
atención, funciona entre la cuarta y novena dimensiones
(o sea que por ahora, está fuera de mi realidad). Si logro
estar presente y consciente de la cuarta en adelante, son
reales también, porque actúo en ellas. Digamos, por
ejemplo, cuando soy capaz de estar conciente en sueños
(por lo general en quinta, algo de cuarta).

4) ¿Cómo puedes diferenciar la realidad de lo


imaginario? Definida la realidad, lo imaginario es todo
lugar, evento, hecho, etc. en el cual no podemos actuar.
¡Francia es imaginaria! Para los franceses sí es real. Si
estoy en la oficina, la pareja en casa está imaginaria…
Todo lo que vemos en un momento como “malo“, terminamos apreciándolo como muy
bueno. Sólo es cuestión de tiempo.

Empezar a ser discípulo de amor es aceptar y asumir toda circunstancia que se


presente. Aceptar es no rechazar nada de lo que llega, porque sólo sucede lo que
necesitamos para evolucionar. Sólo se da la voluntad del Padre Celestial, no la
nuestra. Si coinciden, bien…si no, acepto. Aceptar es preguntarse siempre: “¿Qué
tengo que aprender de esto?“, no: “¿Por qué me pasa esto…?” Nadie vive ninguna
situación que no sea absolutamente necesaria para su evolución, ni el perfectísimo
Plan Universal de Amor permite que alguien viva algo que no sea capaz de
soportar. La peor agresión imaginable que alguien nos haga no tiene que tomarse
personalmente con respecto al agresor, porque él solamente, además de estar cerca,
está agrediéndonos porque tiene la suficiente cantidad de ignorancia para cumplir esa
desagradable función. Si no es él, es otro el que la cumple, porque YO NECESITO
PARA ALGO, QUE SÓLO YO PUEDO DETERMINAR, SER AGREDIDO. Por otro lado,
siempre, en todos los casos, todos hacemos lo mejor que podemos desde nuestra
ignorancia. Entonces ACEPTAR es acoger la experiencia como necesaria y para
mí.
ASUMIR es no culpar a nadie por lo que me pasa, ni siquiera a mí mismo. Es natural
que me sienta mal, me desespere, me deprima, etc. Esta experiencia es mía, tengo
que vivirla, entonces eso me da, automáticamente, claridad mental, y sé qué hacer, o
sea: sólo después de aceptar y asumir es posible ACTUAR. Finalmente, es
importantísimo agradecer la experiencia a las personas con la función que te ayudaron
a aprender algo NECESARIO e intransferible. El RENCOR, pues, no tiene ya cabida.
No hay lugar para él.

Existe una secuencia para la liberación del ser humano, en la cual se pueden
distinguir claramente 5 estados:

1) Creer en el Orden Universal. Aquí está la religión. Sin


embargo, creer es parte de la ignorancia.

2) Saber ciertas cosas del Orden Universal. Aquí está la


ciencia, como conocimiento de lo que funciona y lo que no
funciona.

3) Seguir el Orden Universal. Aquí está la sabiduríacomo


resultado de unir 1 y 2, la religión y la ciencia que aún
siendo tan insuficientes, permiten medir y saber algunas
cosas. Empiezan a manifestarse resultados en temas
como la salud y la prosperidad.

4) Respetar el Orden Universal. Aquí está la Aceptología:


si logro aceptar todo, soy feliz, y como respeto, a nadie
forzado pretendo llevarlo en este bus.

5) Adaptarse al Orden Universal. Aquí está la maestría,


como resultado de unir la sabiduría con la Aceptología.
Ahora soy feliz y puedo mostrarle a otro, como serlo.
La persona sin siquiera 1 y 2, es, naturalmente, un topo lleno de miedo… Las creencias
pues, son importantes… mas sólo en una primera etapa. Luego, los resultados en mi
vida son lo único que me permite verificar si yo sé.
Midamos resultados, no supongamos, no hagamos hipótesis, teorías
innecesarias… Todo lo que conocemos como “problemas”, o sea que
no aceptamos, al llamarlos así y nolecciones necesarias para nuestro
aprendizaje, los podemos clasificar de sólo 4 tipos: económicos, de relaciones, de
salud y de UBICACIÓN, ojo con éste: no me gusta la casa donde vivo, no me gusta la
ciudad, no me gusta Colombia. Te aseguro que no te sirve el planeta Tierra…

Ya estamos en condiciones de deducir que si el ser humano…

1) aceptara dejar sus intentos por acomodar la realidad a


sus propios e individuales conceptos e ideales (voluntad
del hombre)…
2) aceptara que la realidad presente cumple con un
propósito específico (voluntad del Padre)…
3) aceptara que no es el hombre quien modifica la
realidad sino la Ley…
4) aceptara que esto sucede únicamente cuando la
realidad presente ya no cumple con las funciones de
enseñarnos la Ley DEL UNIVERSO… y
5) aceptara que esto ocurre porque la persona ha llegado
a un nivel de comprensión tal que ya nada más tiene que
aprender de la realidad presente…
Entonces y sólo entonces, se producirá el fenómeno mágico de que la realidad
pareciera transformarse totalmente. Sin embargo, lo que realmente ha sucedido
es que la persona se encuentra ahora, frente a una nueva realidad
correspondiente con su nuevo estado de comprensión, sin que por ello, la
realidad anterior haya desaparecido, ya que esta realidad sigue existiendo para
aquellos que no la han comprendido.

ACEPTAR LA REALIDAD ROMPE EL HECHIZO DEL


SUFRIMIENTO Y LIBERA LA ENERGÍA DE LA ACCIÓN,
LA CUAL GENERA UNA NUEVA REALIDAD.
La realidad externa nunca cambia, porque su existencia obedece a la
correspondencia con el interior del individuo que la vive. Sólo cuando éste
cambia su interior, genera una nueva realidad para él. Esto lo logra cuando
comprende y acepta que lo externo es el resultado de su experiencia interior, la
cual puede decidir cambiar por sí mismo. Aunque muchas personas aseguran haber
cambiado la realidad, lo que ha sucedido, realmente, es que desde su interior han
logrado generar una nueva realidad para ellos. Es algo similar a cuando un preso es
liberado. Al salir a la calle, su realidad se modifica, pero la cárcel sigue existiendo para
los demás presos que no han cumplido su pena. La realidad del niño que se enfrenta
con una complicada regla de tres compuesta, realidad que es permanente para todos
los niños que aún no han comprendido ese ejercicio; sin embargo, para un matemático
avanzado se trata de algo inexistente como problema. Coexisten pues, realidades
diferentes. Cuando atravesamos una ciudad encontramos muchas realidades
diferentes: la del mendigo, la del enfermo, la del pobre, la del rico, la del desempleado,
la del opulento, la del miserable, etc. Todas esas realidades están presentes
simultáneamente, pero cada persona vive solamente aquella realidad que
corresponde con su experiencia interna.

Con estas reflexiones, queremos mostrar que la realidad no es modificable. Lo que


realmente sucede es algo totalmente diferente: Cuando dejamos de luchar para
cambiar la realidad tal cual es, ya estamos listos… Listos para vivir una nueva
realidad, porque la anterior ya nada más puede enseñarnos y se produce lo que la
ciencia llama un fenómeno comprobado: Así como al mezclar hidrógeno y oxígeno, dos
gases, se produce agua, también es científicamente comprobable que hay una nueva
vida para quien logra aceptar totalmente su realidad presente, como algo que ya
no necesita más…

Lo que sucede podría compararse a cuando alguien inadvertidamente echa un


diamante a la basura… ¿Cuánto tarda en ser excluido de un medio con el cual no es
correspondiente? Y el tarro de la basura, el carro recolector y el basurero municipal
siguen ahí…

Aceptología, segunda parte

Frente a la realidad de la vida, sólo existen tres clases de individuos:

Primera Clase: Los que luchan frente a la vida, sin éxito y por tanto con mucho
sufrimiento, tratando de encontrar satisfacción personal, a través de modificar la
realidad presente, para acomodarla a sus ideales. Son los más atrasados
espiritualmente, por lo cual, aún no pueden abandonar el sufrimiento.

Segunda Clase: Quienes traen como misión cambiar el entorno natural, social,
económico, político, científico, religioso, etc. No es que tengan más éxito que los
anteriores, sino que logran cambios porque ese entorno ya no corresponde con las
personas que allí viven. Estos de segunda clase son de diferentes niveles de evolución,
pero su acción siempre corresponde con las necesidades de los individuos de primera
y segunda clase. Su costo personal es alto, luchan y sufren…
Tercera clase: Los que aceptan la realidad presente, como una maravillosa
oportunidad para trascender sus limitaciones internas, por lo cual solamente se ocupan
de modificar su propio interior. Son los más adelantados espiritualmente. Ya pasaron
por las correspondencias bajas de los niveles de evolución de los de primera clase y
saben que les corresponde vivir en las realidades creadas por los de segunda clase,
cuyas labores no les corresponde hacer.

¿A cuál grupo perteneces?


¿SUFRES, LUCHAS O ESTÁS EN PAZ?

¿Cómo podré saber que ya he aceptado totalmente la


realidad que ya no quiero seguir viviendo?
Cuando renuncias definitivamente a tratar de cambiar la
realidad externa presente a menos que reconozcas que
ésa es tu misión.

¿Y cómo puedo saber que sí tengo la misión de cambiar


algo?
Porque sabes qué hacer y además tienes las
herramientas y los medios necesarios para hacerlo.
Además porque verificas que lo estás logrando.

¿Qué es lo que no estoy aceptando?


El propósito de la Aceptología es liberarnos, definitivamente, del sufrimiento. Por
esta razón, siempre que te encuentres sufriendo, necesitas hacerte una sola
pregunta: ¿Qué es lo que no estoy aceptando? Ante esa pregunta, en tu mente
aparecerá automáticamente la respuesta y posiblemente te digas a ti mismo lo
siguiente: Si, esa respuesta es la causa de mi sufrimiento. De allí, para dejar de sufrir,
pueden surgir dos nuevas preguntas: ¿Pero cómo puedo yo aceptar eso? y ¿cómo
puedo yo aprender a aceptar eso?. Conociendo la ley que lo rige, en ese momento
te darás cuenta de algo maravilloso y es saber que la aceptación sólo puede
aplicarse cuando hay comprensión, porque la aceptación no es fe ni está
sustentada en una creencia sino en un resultado. Comprendo que la limitación está
en mi mente. Por lo tanto, si tienes suficiente comprensión, ya estás listo para
liberarte definitivamente del sufrimiento, a través de la aceptación, pues de lo
contrario seguirás sufriendo.

¡LA ÚNICA CAUSA DEL SUFRIMIENTO ES LA INCAPACIDAD DE ACEPTAR LO


QUE SUCEDE!

Ahora, Veamos cómo RECONOCER algunas formas que toma la no aceptación:

Reconozco que
Esto es lo que no estoy aceptando:
experimento:

Rechazo a la Vida La oportunidad de aprendizaje que ofrecen las dificultades

Sobreprotección La experiencia de destino y misión que cada persona trae

Perfeccionismo Que existen diferentes formas de organización y manejo

Preocupación Que puedo perder algo que ya no necesito

Fanatismo Otras formas, caminos, creencias, opciones diferentes a las mías

Mal Genio Lo que otros hacen o dicen o lo que está sucediendo

Ganas de Condenar Comportamientos y actitudes diferentes a los míos

Rebeldía La necesidad de adaptarme al medio que me correspondió


Angustia Que perdiendo algo, puedo vivir de otra manera

Tristeza La experiencia y comportamientos de otros

Ganas de Criticar Las costumbres, ideas y decisiones de los demás

Rencor Que los demás no tienen la culpa de mis propias experiencias

Ganas de Juzgar Que cada quien hace lo correspondiente con lo mejor que sabe

Apegos Que nada ni nadie me pertenece y que siempre tengo todo lo necesario

Estrés Que las cosas pueden salir de otra manera y sólo doy lo que puedo

Miedo La posibilidad de perder lo que tengo o de no lograr lo que quiero

Celos Que no soy dueño de nadie y que sólo el amor puede unirnos

Culpa Que yo no tengo la culpa de las experiencias de los demás

Enfermedad Que el problema no está en mi cuerpo sino en mi mente

La no Aceptación lleva directamente a las personas a tratar de desorganizar los


diseños pedagógicos que han sido creados por los Maestros, para que, a través de
ellos, logremos el desarrollo de la CONSCIENCIA PERMANENTE. Esto, la Ley no lo
permite. Por esta razón, la necesidad de aprender la aceptación, como parte
fundamental de las Leyes del Universo, nos enfrenta cada vez con situaciones
más difíciles. Estas situaciones son proporcionalmente intensas, de acuerdo con la
terquedad, desobediencia o rebeldía a La Leyes de la Vida. Por eso cuando
previamente logramos aceptar, en nuestra mente, las situaciones que nos
parecen más difíciles, éstas ya no suceden, puesto que la vida, con esa situación,
ya nada podrá enseñarle a esa persona, porque aquello que le enseñaría, ella ya
lo tiene comprendido.

Si observamos con cuidado lo que acabamos de explicar, nos daremos cuenta de algo
maravilloso: Con lo único que realmente necesitas enfrentarte, es con tu propia
MENTE, con tu propio YO, con tu propia IGNORANCIA. Esto significa que, las
dificultades de la vida se reducen exclusivamente al trabajo de transmutación de
la ignorancia, en la sabiduría que tú haces en tu mente. Si haces un buen trabajo y
si logras aceptar, previamente, todo aquello que te causaría sufrimiento, ya nada podrá
sucederte en la experiencia física, salvo la extinción de tu cuerpo mortal, cuando ya no
te sirva o no lo necesites más y esto no será motivo de sufrimiento, sino más bien de
alegría.

SÓLO ENFRENTAMOS SITUACIONES QUE NO HEMOS


NI COMPRENDIDO NI ACEPTADO PREVIAMENTE.

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