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1 Jt.1an .Carlos
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Onetti
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~L TORRESGARCIA EN.
:-:;~:LA SOLEDAD .LUMINOSA
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ELatítulo, "La I~la d e T?rres Garc!~'', surgiqo •
traves de conversac10nes anten ores,. pare-
fl''. ce gustarle. Sonríe mientras carga. su pipa.
f.1t - Y diga también que se trata de una ;sla
fi'. invoiuntaria. Donde todos los navegantes serán
·'~:; bien r'ed.biélos:<~µng,qe vinieron algunos a quie-
-~. nes el clima ·:no ~or, venía. .. ·.
;,!¡. Eri realidag: no .podía ser de otro modo.
} Y ,no quiero . decir con esto nada . que signifi-
~. que un ataque a la cultura uruguaya o como
·:;,..:.. se qu.iera lla mar. Mi opinión sobre eso ya la ....
· ?:. he . dicbo; cientos de vece~, pltblicam en.~e·: y
\~ creo que ~n forma clarn. No; se tratá, s_im-
·z plemente, de · que Ja escuela constrt1ctiva ~stá
·~r · contra la corriente que domina actualmente
,!¡,. · en el mundo. · .
;[<. -¿Pero no cree usted que en otro sitio
de más alto nivel cultural habría sid-0 com-
·'-')~ prendido con mayor faCllidad , . o hubiera ha-
T;. !lado más posibilidades d.e conseguirlo?
.,_
:. ~, -Posiblemente. Pero es0 no debe intere-
sar. Es en América donde es necesario que
-~· el arte constructivo se comprenda y se rea-
·'.Y; ]ice. Pan eso he ven ido. Y no crea usted que
~~
~· no tuve aviso.s, profecías ·ae gente bien in-
{;
>'i•
53
tencionac!a que quería· ahorrarme d v1a¡e y
el fraéaso que juzgaban inovitable. Pero yo
sentía necesario mi regreso. Y así fue, como
11 un acto que la fe realiza, candorosamente si
se quiere, sin pensarlo demasiado.
Para cualquiera , dejar París por Sud Amé-
ric~., para traer una doctrina artística que cho-
~·· caría forzosamente con nuestro ambiente po-
bre y abigarrado, tiene algo de absurdo. Pe-
ro, habiend o Mdo ese a'dmirable libro de To-
rres García recientemente aparecido y que
se llama "Historia de mi vida", se comprueba
que para él el absurdo - en el sentido má>
hermoso- es asunto de todos los días.
"Siempre buscaba, vagamente al principio,
un orden, un significado en la plástica que
la hiciera armonizar cóh el todo universal. Ha-
biendo encontrado esto, teniendo la absoluta
certeza de haberlo encontrado, ¿qué otra cosa
podría hacer sino volver a mi patria a ense-
ñar, a dar lo que yo tenía? Lo hice sin atacar
a nadie, pero también· sin eludir la crítica
ante todo lo falso del arte actual."
-¿Y cuál fue -la reacción de los artistas
uruguayos?
-Muy simple: tiue unos ente11diC'ron la co-
sa y otros no. Los últimos reaccionaron al
principio de una manera mecánica, por sim-
ple deseo de no complicnrse la vida c.:on cosas
nuevas. Pero luego se organizó una resis tencia
consciente, buscando aislarme; divulgando fal-
sos conceptos que todavía subsist en, au nque
cada vez menos. Algo tiene que suceder cuan-
do un hombre, sin ninguna cluse de ambicio-
nes, se es tú cinco alios gol peanclo, sin d escan-
so, lrabajando siempre, sin a taf1ue personal a
ho111bres ni escuelas. Al fin la gente te rm ina
admitiendo que algo de serio ha brá e n todo
eso y se llega hasta analizar e l arte construc-
tivo. Por ahí se empieza.
54
-Sin embargo, recordamos que su llegada
-.} produjo un gran entusiasmo. Mucha gente se
acercó a usted, quiso enterarse ... .
-Sí, exactamente. Yo era el hombre que
había pasado su vida en Emopa. Como suce-
de siempre ery estos casos, por costumbre de
vivir de__prestado, se creyó que traería "11ove-
dades", pósiblement.e recetas. Lo que es ex-
·--,. plicable, porque fue indudable~ente en París •
~~. donde se produjo la evolución del arte mo-,
~ derno. Partiendo 'de Gourbet, Manet, .etc. Im-
·'1 presionismo, post impresionismo, dac;laí~o,
cubismo, sub1:realismo. Todos los ismos, en fin.
Podía pensarse que el cubismo, sobre todo
éste, era el comienzo de una etapa absoluta-
mente nueva en la pintura y que ésta volvería
·en busca de )as fuentes que la alimentaron
antes del Renacimiento. Pero no era así.. Todo
aquello· era; simplemente, la decadencia. La
prueba está en el estado actual de la pintura
:? europea. De modo pues, que defraudé a mti- ·
cha gente. No traía novedades ni recetas. Cua~
tro años antes de mi· viaje había abandonado
-- ya lo que se llama pintura moderna para ha-
cer constructivismo.
Pensé entonces extender el arte construc-
:.~ tivo a toda América, volviendo a las formas
del arte precolombino. Y no solamen_te por-
<1ue consideré que ése es ·nuestro arte, sino
porque el cataclismo que amenaza a Europa
barrerá con lo que. queda de su cultui;a. Y
los artistas americanos estarían entonces 'sin
modelos extranjeros para copiar. Lo que, in-.
. . dudab1en1ente, sería muy grave. Pensé, pues~ ~
en que el destino de América era el de· cons-
tituir un refugio para· la cultura en peligro. .
' ! · Pero esta idea debe entenderse bien : no se .
·. trata de construir aquí un gigantesco museo,
-~' sino de iniciar una nueva cultma con nueva
,.. . sangre, otra etapa en una palabra.
55
-Suponiendo, maestro, que se· produjera b
~ catástrofe en Europa y que América · creara
su nuevo arte: ¿cómo . cree usted que reac-
.i cionarían Jos pueb~os europeos (ren.te a éste?
-La 'pregun'ta es difícil. Habría ·que · con-
siderar muchos factores'. .. Pero, en granqes ras-
gos, creo que Europa ~2.ri)taría n~estro arte
y hasta es· posible qu~!:·Io apropiara. Hay
un antecedente: 19s pátbaros que si~boliza
ron Métrovic y otros. Fue .aquélla una escul-
tura gótica, salvaje, qu.e ·despettó enorme in-
terE}5 en aquella gente . porque era un arte
de verdad, ··hecho por hombres más l;anos
que ellos. · ·
-¿Cree usted que. la existencia dc:l art r
constructivo implica la de~aparic;:ión d e la pin-
1ura representativa?
-De ninguna man~ra. Nu_e stra últimn ex-
posición ·en la sala de Amígos del Arti> e-;
una respuesta clara a esa ·p regunta. Los· va-
lores .que forman el arte constructivo no son
los valores comunes, actuales, que evolpcinnan
co~ las costumbres y ·formas d e vida de los
pueblos . . Son los valores eternos, los ime{)';\ra-
bles del hombre de todos los tiemp:>s. Nada
tienen que ver con las cosas inmediatas, las
que hacen correr a la gente aquí y en la'i
antípodas. Con lo que vo.lvemos nuevnmente
n Ja isla ...
Sonríe detrás del humo de su pipa. LuC'gn
levanta una mano para señalar Ja p:u ed <lon-
de cuelga una tela de colores sordos. Una
naturaleza mu erta, obra de algún discípulo.
-Pero eso es también de) hombrc y E'XÍS-
lirá siempre. Corresponde al . individ110 : tem-
peramento. emoción, todo lo que hace a un ~i>r
diferente de su vecino.
Agrega, en .la despedida: ,
--El error es limitarse a eso. Olvidar que,
si somos individu0s, somos también y antes
56
que nada hQinbres tal un .;c.nfiJa universal,
.,cósmico. Y qúe esto es lo . mejor, lo más au··
téntico y profundo que hay en nosotros . . Los
pueblos y las civilizaciones pasan }{ se olvi-
·<;lan. Pero mientras quede un solo hoi:nbre en
1a· tierra, ése estará ligado, fatalmente, al
agua; la marcha de los astros, la vida de los
vegetales, cuyas leyes abstractas h!!llará en sí
·mismo.
J. c. o.
-~"Marcha''. 23 de junio de 1939. NQ l. Pág. 3j
· TORRES GARCIA HABLA
DE LA EXPOSICION
.J
QU.E NO VISITO
59
· de ver una de sus obras más fue rtes: su au-
torretrato. Pero esos paisajes marítimos d e la
Provenza, tan suyos y de tan dulce armonía ,
¡qué otra lección! Nada de artificio:. emoción
pura de pintor.
Monet: ¡ahí está el auténtico . impresionis-
mo, en esas rocas! Toda la teoría de los com ·
plementarios, magistralmente dada. Y detrás,
la vida, ·la naturaleza. Y con esto puede ver-
se que _aquí, entre nosotros, no hubo jama~
impresionismo. ·
Sisley: plata. Una joya de la pintura. Y
si ahora que vemos esto no . hacemos pintura
al fin . . . es que no servimos. Sí. a hora ya
hay que exigir de nuestros pintorPs <:>so, pues
~, hí están los maestros.
Y también están '!.os ejemplos a no seguir,
y de los viejos y de los contemporáneos: Da-
vid , Ingrcs, Delacrnix. Y Van Dongen , Segon-
zac o Bonnard.
Delante del paisaje nuevo de Vlaminck,
que no piense cualquiera que ha de comen-
zar . por ahí. Antes, el maestro, p~1só mu('.ho
tiempo ensayando hacer árboles y paredes,
pacientemente.· Y sin pretensiones d e pintor.
La espátula, pues, ya correrá cuando teng:1
que correr. No hay más que decir. que frente
n su obra estamos frente al pintor "1rní.s pin-
tor" de hoy. ·
¡Gauguin! ·¡Con cuánto respetó debe pro-
nunciarse su nombre! Perfume de fl or c•xótic;1,
su pintura es música y poesía a la vez, hija
de la preocupación · ele su tiempo. Todo, en
ese hombre. está ya en embrión. De a hí que
los bobos digan que es decorativo. Ejemplo,
pues, peligroso, si se toma por a hí. En Gau-
~uin hay la preocupación, como en Seurat, d e
los complementarios; la preocupación geomé-
trica de Cézanne; y su mayor preocupación,
la del pi:imitivismo, como verdadera expre-
60
r .sión del arte. Talló maderas, grabó y esculpió
~f~ piedras, interpretó mitos y trató de penetrar
··~Jo profundo c;le la vida y de la naturaleza. ¡Qué
· /, gran alma de' aitista! Que no se le _manosee,
· ~:~ pues, haciéndol~ : un vulgar decorador.
,¡': . Braque, Picasso y Degás, no pueden aquí
. ·- ponerse como ejemplos por no estar bien -re·
>./;\\ presentados. - ·~i~! -
_~ ¿Por qué no ·se trajo una seria óbra cubista
.-.·
, ~.'· de Braque? ¿Por· qufa Picasso.se fo i:epresenta
J
con una modalidad· suya sin importancia, y
. . además c~m obra tan mediocre? -
~:· Degás no está inás que ti medias con ese
· retrato de Martelli. ¿Es que se pensó en un
4 póblico sudamericano? Es posible. Pero yo
~~ añado que bien merecido lo tenemos. Since-
~- ramente, creo que era tiempo perdido mandar
~ cosa · mejor. · ·
~ Me dicen que el Roualt es bueno, y tarn-
~.· bién el Matisse.. Es posible. Y son do~ buenos
e1'emplos de pintura de p'intor, quiero dP.cir
~ sin literatura.
'"'
:~. -¿Qué influencia cree usted que pued1~ te-
:~·- ner aquí tal exposición?
l -No me hago ilu~iones, y más por la in-
~ fluencia perniciosa de algunos ·m entores que
"í~ · procurarán que la juventud no se descarrile.
; Luego, ¿dónde quedarían ellos? Aquí, .la cues-
~- tión es que no se vea claro, ap<irte de .que
~ ésos jamás han "visto". ¡Hay que mantenerse
:t
~·
en la mediocridad a toda costa! ·
!I·
aparte de eso, ¿cree usted que wn
"'r esas-Pero, pocas obras que ha señalado podría pro-
ducirse una renovación en nuestra pin tura?
-Sí, sinceramente, lo creo. Creo que basta
con lo que hay para que al Jin. se pueda "to-
mar tono". Pero, ¿tantos no fueron a Europa,
y allá se estuvieron años, y no vieron eso?
Por eso antes dije que no me hacía ilusiones.
Pero, si tal oportunidad pasa sin dejar huella,
61
y. si al fin no se ve en lo falso en que se ha
vivido con respecto a valores de arte, ¿cabrá
ya tener más esperana?
Y no me pregunte más de pintura · ni de
pintores,. pues estoy en otra cosa·. Con la mejor
voluntad. y comprensión, ¿qué podrá hacerse,
con est9s_:_ejemplps, que no sea una imitación
o un relfe)o ·de Europa? Hay que hacer otra
cosa. Y · lo' . primero, pensar que estamos . en
América y _que ésta tiene una· tradición.
J. c. o.
[".Marcha", 22 de setiembre ele 1939, pág. 2]
6?.
.....
"'·
r.: •; _
.
además, ni entiendo ni 'jamás · me ~a intere-
sado Ja _ política, ni nunca he pertenecido. a
partido alguno . ..
-No hay inconveniente. Dejaremos . eso
bien destacado. .
-En segundo término, yo no a'dmito eso.
de . "maestro". Yo soy un pintor y nada más.
Además, hay aqu ~ demasiados "doctores"' y
"profesores" y "maestros", y asi · habrá uno
menos.'
-Conformes ...
-Entonces pregunte.
-Sencillamente: ¿qué pi.ensa usted de nues-
tro Salón Nácional y de la a~tuaclón del ju-
rado, Comisión ele ·Bellas Artes, etc., sin olvi-
dar h. innovación del ticket indispensable pa-
ra entrar ... ?
....:Pero es que yo no he visitado ni éste
63
º\
· ni los otros saJbnes de arte, ¿y cómo voy a
• meterme en eso?
-Es lamentable.
1
. -¡No se aflija, algo puede decir! Por ejem-
plo, se habla, 'por ahí, con relación . a ese sa-
lón, de que es una impertinencia eso de hacer
pagar para visitarlo. Se habla, tan:ibién;:de lo·
exiguo . de los premios. Pues bien,. a rnj~.por
ser pintor, nada de todo eso me interesa, .ni
creo que pueda interesar a . los ' verdaderos
amateurs de la pintúra. Lo importante es qu~
haya o no pintm:a verdadera. ·'
~Por otra parte, ¿qué selección puede hac·er-
se? Yo no veo eso factible. Entre Z 'y X, ¿qué
diferencia hay? Ahora, recientemente, ha podi-
do verse buena pintura·. Pues bien, hay que
llegar, al menos, a ese nivel, y entonces I?Odrá
hacerse una seleccióp. ·
Sinceramente: yo me contentaría con una
docena de buenos plagiarios ' de la buena pin-
t urn con.temporánea, pues al 'menos allí hab1·ía
ya una cqmprensión. Y usted sabe que yo
creo que ya no hay que copiar m~s a Europa,
y que hay que . tratar de hacer algo propio.
Y que para esto trabajo.
Aquí nos haría falta algún "marchand", co-
mo por ejemplo el viejo Leva! o Vollard, y al-
gún crítico como Waldemar George o Rey-
nal. Sería mejor eso que traer a cualquier pro-
fesor de arte. ¡Cómo olfatean la pintura ~
qué juicio m{ls certero! También nos falta eso.
Porque hay críticos aquí que se acaloran y
discuten todo eso, y escriben artículos, y ci-
tan. nombres. Pero me parece que no se tra ta
de eso, sino de descubrir un poco de pintura.
Hay, por ejemplo, dos maneras de · ver a
Goya: como pintor y como otra cosa, pero Jo
fu erte está en. lo primero. Ahora, para el pí1-
blico en general, que busque tanta literatura
como qu iera en los cuadros. Y así he visto
64
que se haqla d e pintura en otros -centros de~
arte y también entre pintores. La calidad ele
las obras (calidad plástica) suele ser el tema
más frecu ente. · ......
-.....::~-
67
TORRES ·GARCIA
Y CHAPELAIN MIDY
'·
l' 71
rías y expos1cwnes de arte, despegando ele!
• ambiente por completo y haciendo vida de
solitar~o. Pero sie1p.pre algún amigo á uno le
informa lo que pasa en el mundo, v as í
~ uno, quiera o no, se entera. ·
Con motivo de la Exposición de Arte Fran-
cés, aquí celebrada no hace ·mucho, sonó un
nombre nuevo en el campo de la pintura: el ·
ele Chapelain .Midy. Tenía d _e él noticias y atin
conocimiento . de su arte por reprod1:1cciones,
y confieso que no me canvenció. Y así di mí
opinión en tal sentido. Pero ahora, con moti vo
de su exposición en Amigos del Arte, he sido
requerido nuevamente por bastantes amigos,
y esto me Ji¡\ decidido a visitarla. Tengo que
decir que no he tenido que rectificar mi juicio.
Pues bien:. A graiid seigr;ieur graiul lw1111c11r
--com0 dicen en Francia-. Pintor · qlie vi~ne
precedido de tal fama merece crítica severa:
c•No es fuerte, no es grande?
Según ciertos críticos . de. :irte franceses,
C hapelain ?vlidy resume todas las inqujetudes
últimas de la pi~tura contemporánea. E;sto es
completamente falso. Y no es difícil probarlo.
Desde luego, tales críticos no son los que
cuentan en París, y pese a que revistan auto-
ridad oficial. Pero, por tenerla .:_y h ay más
de uno- sus opiniones tenían que serle favo-
rables, por ser, justamente, tal pintor y pin-
tura, sostenidos por el oficialismo. .
E l joven Chapelain Midy tuvo que ser un
ente providencial para los que suspiraban por
una pintura mansa y agrad:ible. De a hí, pues.
t"I apoyo incondicional ele quienes lo elevaron
)" el fa \'or de un público que no quiere so-
bresaltos. ¡Al fin \'olver a la normalidad, a lo
honi to, a lo plácido y elegante!
¡Sí, ah·í lo tienen, es eso! 1
Recuerdo que cuando estaba en París, <lt>
ta nto en tanto algunos "marchands" daban r·ste
72
., ~
74
r~~· -
t~i\ de España .~ Italia. Procedimiento al temple
~~'~l ~l~~. ~ouache y ~.ue hoy Chapela~n emplea .
~'.;2:: ·.
Aparte del .procedimiento, y quizás por eso,
~é"" esa pintura es siempre convencional. Pasajes
reFde tono "no existen en ella, ni relaciones <le.
~"§· yal<;>L~/determinando color, ni reflejos . que; ·
~$~:2om<Fecos entre los objetos, estable.cen armo-
~V{µfa. ~Véa:se Velázquez .o eJ .Grepo, ~e~oir .o
.r:>: Vlammck.) El techo de. una . casa rustica no
~o;·>· es ·una pinceláda de rojo: er cielo interviéne
~;: para alterar . ese rojo que, además, no suel~
,;.~ -- ser recién pintado. (Véase ' Millet o Cézan-
ne, ''.~da.ison ci"u pendu".) Una pared no es
tampoco un color unido, blanco: ~s.71 muro,
L y el. tiempo ha trabajaao en ~I. (V~e. Utrillo.)
¿No· es todo eso convencional? La · oscuridad
I!O es Un negro absoluto: hay el afre inter-
pues.to y, además, un objeto blanco, en pri-
mer término, ha de establecer esa relación.
Ni ·e] negro es tal negro, ni el blanco es tal
blanco, sino; como todo, color. . Y ésto en un
plano naturalista. En una pintura irreal, cu-
bista, por ejemplo, sería otra cosa: · un blanco
puede ser un bhnco absoluto. Y ya sabemos
lo que decía \Vhistler: en un objeto blanco,
de todo hay, menos blanco. Es. un poco exa-
gerado pero no es una lécción banal.
~Tiene un valor Ja pintura de Cha pelain
Midy? Lo tiene. Aparte de su prodigiosa habi-
lidad, una verdadera distinción. En cuanto a
eso puede equipararse a Ja ele Marie Laurencin
e Dufy. Pero no más. Y aunque haya tomado
de Vlaminck, por ejemplo, no vale compa-
rarle.
.
Pues bien: si yo me he decidido a escri-
bir, es para señalar un peligro. Tal p intura
es fácil de imitar, y . . . nos llevaría, no sólo
a Jo falso, sino, además, fuera del camino de
75
la interpretación de la verdadera pintura. Doy,
•pues, este alerta. ·
Podría hablarse, aun, de su pintura deco-
..rntiva o mural, más fría y .sistemática toda-
vía que su ,pintura de caballete. En mi ~entir
t·s una verdadera equivocación. Pero jµsta-
mcnte en ella quiso verse la esperanza de
este nuevo clasicisxpo tan deseado. X _yo rn;>
ncierto a pensar. cQ.º10 pudo. suponerse tal .co-
sa. Y es que · todo baja qe nivel. ¿Es_. que· _el
mundo futuro será el mundo de los mediocres?
76
LA PINTURA EN 19 3 9:
REGR:¡;:~o - ~ LA ACADEMIA
-.
F·
tístico, nosotros no queremos hacer eso.
En cambio, tal diversidad · de obras con re-
...
r~· !ación a las reacciones producidas e11 nuestro am-
%" biente, eso sí que nos parece interesante desta-
'<.·.- ·car. Así como también en nuestros artistas. Peto
~: · ' <!- menos que se simplifiq ue y se atienda a lo
r·-principal, sería ésa, tar.ea q ue dema·n daría un
~,.:· tiempo, y un espacio de que n<? disponemos. Des-
t~--- tacaremos, pues, aq uello que a nuestro juicio
tf· merezca el ocuparse bajo ese aspec to. .
ti Al tratar de hac_erlo, no queremos olvidar el
~~i'.:: salón oficial, -la exposición de Pcttoruti, las de
~:(' U~ruchúa y de · Colmciro, las incliv.icluales y co-
~-
lectivas del Subte, la de Chapelain Midy y, so-
bi·e todo, la de los artistas franceses. Porque las
demás celebradas en diversas salas de exposicio-
ni's, no han revelado nada que ya no conociéra-
mos, salvo alguna excepción .
.Antes de entrar en el verdadero objeto de
es~ artículo, ·y que ya hemos señalado, tratemos
de desembarazarnos de lo que no nos importa
con respecto a tal finalidad. Queremos decir, el
tratar de la calidad en sí de las oqras y,_según
nuestro juieio, para luego ocuparno·s de las opi-
niones ajenas. Y esto, como esperamos se vea.
con el fin de determinar en qué grado. df" cul-
tura artística estamos: Diremos, por esto, y como
de p~so, el interés que para nosotros p udieron
tener tales o cuales obras, · para, tina. vez esto
dicho y resueltó, ir derechamente 'a las que, se- .
gún nuestro criterio, corresponden justa y exac-
tamente a un determinado grado de cultura que
podamos poseer.
Dejando aparte el Salón, en el que, según
referencias (pues a él 110 concurrimos) no pudo
verse ningún esfuerzo y sí sólo lo que suele ver-
•se en exposi.ciones individuales y aun sin marcar
progreso en los artistas, cabe señala'r, entre las
más destacadas, la del pintor argen tino Petto-
"ruti. A ruego del artista la visitamos y pudimos
comprobar que, si tal producción venía genera-
da por el cubismo, ·en cambio delataba la más
grande incompren.sión de é]. Porque llevar el cu-
bismo al plano naturalista, es contradecir lo que
pretendió, que fue y no otra cosa, que llevar el
a rte a lo abstracto; es decir, a lo concreto de la
forma y el color )' no a lo representativo, que
es lo que Pettoruti realiza en su obra. No pudo,
pues, interesarnos dicha exposición, así como
tampoco la de Colmciró y Urruchúa, y por la
misma razón: porr¡ue en ambas predominaba lo
descriptivo que, según nuestro critrrio, 110 debe
ser la fi nalidad de la pintura. Tampoco la de
7A
Chapelain Midy no sólo p or ser de un conven-
cionalismo imitativo, sino, 'además, por confiar.-
lo todo a Ja, vÍrtud ele mí' procedimiento. Con
todo, ya señalamos en otro lugar cierta distin-
ción en ·este artista que no- sería justo negaile.
Y sentimos nó poder hablar de las exposiciones
completas de Petrona Viera y Michelena, en el
Subte, porque no las visitamos, así como tam-
poco Ja de Cúneo y otras en Amigos del Arte.
Sabemos que Zoma Baitler; Pesce Castro y. mu-
chos otros_ artistas ex¡:lusieron d~rante · el . año, ·
pero por las mismas razones no nos es posible
ocuparnos.
Esto, por lo que concierne a lo que quere-
mos decir, no tiene importancia, ya que nada
puede admitir ni quitar al objeto de este · ar-
tículo: la reacción como ya dijimos, de artis-
tas y público ante tan variadas obras, y no que-
riendo olvidar la exposición de artistas france-
ses. De éstos~ es banal hablar, ya que son en
su mayoría ·maestros consagrados . .
Explorando ei ambiente ¿qué. ·pudo recoger-
se, como reacción, y por término medio, ante tal!
distintas obras? ·
¡Si pudo haber de opiniones! Pero no im-
porta : entre éstas hay que descubrir las dis-
tintas corrientes y matices y también el por qué
y su fundame'nto. .
Me decía un día. Picasso, y en. esto coinci-
diendo con muchos pintores: "Yo creo que.Ja pin-
tura no más la entendemos nosotros y que por
esto es sólo para los pintores": En Europa esto
es cierto. Y es, porque allá la pintura - la pin-
tura a que se refería Picasso- ~s pintura de
verdad; quiero decir plástica 'Y no imitativa .
Aquí,, siendo más bien esto último, 110 ofrece di-
ficultad para su comprensión por parte del pú-
blico y, por esto, el criterio del pintor y del
profano, no difieren. Al hacer, pues, este aná-
lisis de las diversas reacciones, no separa remos
. 7_9
la opm1on de los artistas de la del público en
- general. Esto simplifica nuestro trabajo. Queda
pues sólo para hacer o dar cuenta, de las diver-
" sas reacciones según las diversas obras q escuelas.
Por (_jemplo: en Ja Exp::,sición .ele Pcttoruti,
público -~ artistas estu\'ieron. . contestes en afi ¡·.-
mar que tal pintura era mecánica y fría.
Y e.p esto estamos de acuerdo. Y co:i yes- .
pecto a . su manera cubis'taf hay' qu!'! deci,r . qué_.
no sorprendió a iladie; ·que· a nadie escandalizó.
¿Por qué fue esto.? Primero, porq ue aquí ya se
ha mostrado un arte mucho más avanzado, y
que al fin de1 algo h:ibrán servido los estudios
que aquí se ha11 hecho sobre las últimas ruani-
festaciones del arte europeo. Y segundo porque
la pintura de Pettoruti no es abstraeta 2 ~~s na-
turalista.
Ante las obras de Chapelain M idy, parece que,
público y artistas,. reaccionaron .unánimemen-
te en reconocer lo falso de tal arte, p~ro, por par-
te de los últimos, hubo no pocos tjuc reco-
nocieron que ·e,l procedimiento empleado ·por el
artista francés podía ser un valor . a incorporar
'en nuestra pin~ura. Segú_n se afirma, álgunos ·ar-
tistas sacaron copia de algunas obras. Y dr.y la
noticia sin hacerme responsab le.
La reacción del público ante la Exposición
de Arte Francés fue, en . general, de desilusión
por fa pintura moderna y sobre todo Ja iinpre-
sionista. Quiere decir, que la mayor parte no
entendieron nada. Pero tampoco de C c-rot y
Millet. Y ya hemos dicho que no separamos la
opinión del público de la de los artistas. La de los
snobs no cuenta. En cambio,. .Ingres y .David se·
llevaron todos los sufragios, y esto ya d:-i indi-
cios de algo que sospechábamos y diremos des-
pués.
La reacción ante el Salón Nacional fue apa-
gadísima si se exceptúan las peleas y litigios que
sui::len traer esos certámenes.
RO
....,
!'1
La expos1c1on Michelena, quitada la p ropa-
ganda de sus organizadores, fue . de algo q ue ya
~; se .conocía y, por .esfo, que no ~erec.ía ni. nuevo
~ _interés ni nuevo elogio. Y otro tan.to, ·puede de-.
cirse de la de. Petrona V~era. Y por fi n, con es-
to llegamos a lo que para nosotros tuvo r.I ma-
yor interés: la exposición ·realizada por Ja Co-
misión ~unicipal del Subte y que comprendió el
~- mejor conjunto de lo que puede llam~~se pintura
t uruguaya.·
,.
El porqué de que este salón tenga el
m ayor
interés para nosotros se verá al momento: es,
porque integró todos los valores, chicos y gra n-
des, retrospecti\·os y actuales, de nuestro mundo
artístico. En efecto: fue un panorama que se
•\ .
ofreció a nosotros, y que mostró todo lo que po-
seell\.OS.
Además, magnífica instalación para estable-
cer comparaciones cómodamente y establecer cri-
terios.
Tal exhibició~ podía . señalar tres ·estados o
.
etapas de ~uestra pintura. Primera, uha t;tapa
que, aunque actual, es de tendencia retrosp~c
tiva. Fue la pintura instalada a la entrada del
salón. Segunda, Ja que aquí puede llamarse ten-
dencia moderna, menos franca y sincera que la
primera, menos concienzuda, más efectista, e
imbuida de influencias_exfranjeras, subimpresio-
( -nista a veces, y otras decorativa, por remedo
mal entendido del pos-impresionismo ·y, en ge--
neral, de la actual pintura clara.
Por fin, un tercer grupo, el presentado por
nosotros (arte . constructivo) .
.La exposición interesó y fue muy visitada. Y
aquí' el público anduvo . decidido.,. Y entonces
comprobamos : opinión sincera, la del público
que elogió la pintura que hemos llamado de ten-
dencia retrospectiva; opinión falsa (falsa en el
sentido de no ser cordial, sino literaria) la de
81
los qi.1e elogiaron la del segundo grupo; opi-
..nión diversa la que obtuvo el grupo constructivo.
Consecuencia: que la pintura que marca el
,gusto unánime del público es la pintura llama-
da· clásica (seudoclasicismo ) y que es una pin-
tura anecdótica, imitativa· y de la cual procu-
. ¡an librarse nuestros artistas; quizás no po1: con-
vicción, sino pa_rél. ponerse COif!o se dice "a la
. page". Porque si la primera es · pinfura imita-
tiva -de la realidad, la segunda es imitativa de
escuelas. Todo, para que vi.va, ha de tener una
' raíz cierta· y, tal pintura no la tiene. En cambio
la otra sí . y muy profunda: el gusto formado por
toda la p intura ve'nida aquí de Europa desde el
tiempo de nuestros abuelos. Mala pintura, pero
que fue la única que aquí vino y porque esto
formó el gusto que ahora perdura en el fondo
de todos. Por esto nos atrevemos a decir que, en
tal salón, es la única pintura igualmente natu-
ralista que; sin otras pretensiones que pintar co-
rrientemente, nos da el pintor. Pintura· ~in estilo,
existente en todo el mundo, y que es la pintura
que acepta sin escrúpulo y hasta con entusias-
mo la generalidad. Naturalismo imitativo más o
~ menos bien hecho· y empastado, pintura a base
de tema, siempre respetada y querida. Y, si a
esto se añade mayor sinceridad y probidad de
,.. oficio, tendremos que decir que el público que
s~ pronunció por tal pintura fue, a nuestro jui- ,
cio, no sólo absolutamente· franco sino también
el ·que dio el mejor fallo. Pues siempre ser;\ res-
petable el academismo por su virtuosidad en el
oficio, al paso que, el arte moderno (salvo el
verdadero ) suele ser má~ atrevido que consis-
tente y real. Además hay esto: o se está del todo
en la comprensión moderna, y entonces el arte
sea figurativo, es abstracto, o se está en el ar te
imitativo y entonces se posee una sólida técnica
adecuada.
Lo híbrido tendría que ácsaparecer. Y con
82
·. esto no queremos significar que aquí, por parte
~ ."c:1e los artistas más conservadores se cultiva esa
t~ :sólida técnica a que aludimos.
~. . . " '
·:/·. · Pues bien: ¿qué enseñanza puede despren-
t . derse de todó esto? J.,o diré sin vacilación: que
: : todo. lo que aquí "éxcedá ·ese arte imitativo a -ba-
:.. se d~ tema, frecuen.~~n.te académjs_o ~Bl:.
~t "~uido .. d.e. influen.c.ia5füiiodernistas (y esto....till!Q
~~:_; ~01l r_e§pe_cto a_l pú)>.1.i.co ~_orno ~on respecto_a os
~\' a'rtistas) está aqm completamente desr.l;izado.
~;. Qi.te; hof .por hoy_, pi· ·m~9.fu:o_:_n.L.atlista están
L en· situación 'de .poder asimilar otra_cosa, y qu~.
- es prematÜro el traer aqu( nuevas corrientes de
arte si quiere ser con otro fin que- como mer9
. ensayo o estudio (por el 1!!2men!_9 )_r_a qu~ bajo.
otro aspecto ·no nos atañen. Porque no señala::..
rían fa ºrealidad de nuestro grado de cultura es-
_tética, el gusto · en fin propio, la comE{ensión ~
que podemos llegar. Pprque ~ intelectua lmente_,
podríamos comprender (es decir, situando la_s
cosas en el terreno ábstracto de las ideas) per.q
no en lo concreto de los valores, porque, para
llegar a captarlos, es necesario no sólo una ··tra:
dición que' no poseémos sino una afinación h_j;-.
cha ante obras m·aestras 1 Y en cambio, posee-
mos Un gusto formado eñ obras muy ofras de
~stas que decimos. · · ·
~>- Todo esto que acabamos de decir es dictado
•t· por la reflexión y la experiéncia. QLnco_ años y_
~t medio de insisfu para hacer comjw:.nder cic~
*-'. tas cosas relativas al arte, me han evidenciado·
;;.. eso y no ' all_\do aquí a mis conferencias sobre .
r· arte con~tructivo.
r··.
Ahora bien : si, de acuerdo con tal cnseñan-
f-'" . za, se me· preguntase qué orientación juzgaba
.,. · ade.c uada a nuest'ro' medio y de acuerdo con el
t
~
criterio y · gusto aquí realmente establecido (y
que es el que en verdad · se posee Y' aparte ilu-
;{ .:siones) yo no vacilaría en decir: una pintura imi-
tativa a base de tema y sin injer~ncias moder-
83
ristas .ni otras interpretaciones plásticas. Al pan
pan y al· vino vino, y que se vea esto bien claro
y. pintado sin pretensiones pero con la mejor
t.écnica académica.
Y nada más. Porque ésta es la real idad de
nues,tro aliténtico criterio de arte. Y niego que
todo lo que exceda eso sea más que esnobismo
o, éomo he dicho, ilusión. Y, consecuente con es-
té ·criterio, aconsejaría al estado conceder be-
cas, pero sólo para estudiar en las ácademias de
Eu.rqµ,,a y sacar copias en los muscos, siempre de.
autores clúsicos. Porque esto, al menos, enseña-
ría un oficio. Y quien sabe si por ahí al fin, se
llegaría a comprender lo que es la pintura ver-
dadera y entonces también Ja moderna. Porque
no• es más fácil interpretar lo abstracto de tal
arte (lo esencial a la pintura) en los clásiccs. que
en los modernos. Pues los modernos no hicieron
más .que destacar los valores profundos de la pin-
tura clásica.
Pero nosotros no estamcs ahí, ya lo he di-
cho; estamos en lo académico. Entonces, más
valdda ver pintado algo respetuosamente y ha-
ciendo por adquirir un buen oficio, que .no cier-
tas genialidades sin ·base. Porque puede pin tar
un aparente monigote, quien no sepa pintar una
· academia, y sabe de anatomía, pero no cual-
quiera sin tal soporte.
. La difícil facilidad y la libertad vienen des-
pués de la disciplina.
· Como punto de partida, yo señalo, pues, aquél
en que estamos: el -academismo. Pero, es claro,
para salir de él y avanzar. Y en este caso , es-
tudiando debidamente. Y ya ló he dicho otras
veces: aquí sólo pueden proponerse dos suertes
de arte: o bien un arte universal a base de or-
denamiento y ritmo, o un arte imitativo facadé-
mico) a base de tema. Por esto debería con-
denarse toda desviación fuera de esa estrecha
base, pues en América, por el momento, no se
84
posee u na afinaciói:i necesaria de la sensibilidad,
-- que no puede venir más que de una n atural
< formación en_-µn meq.ío adecuado. Porque tal sen-
,~~-',' .'. sibilidad es resultado de· una depuraé:ió.n logra-
·'' da por los siglos. Por esto, no creyendo in tere-
':: · sante un arte imitativo a base de tema, único
que podría· enseñarse, propuse el constructivis-
~:. mo a base de una regla ·única:'il'Í:>.s tracta ( y que
-;;. por esto _no debfa 111,7noscabar ' l_a personalidad
l[f.. de · nadie), y que permitiese a cada u no cons-
'-- truir con independencia, y según.lo que poseye-
~; • se, y según su grado de fantasía creativa. Pero
hqy debo reconoc;er que también esto es prema-
tu ro po r no llenar ninguna necesidad con res-
pecto a tal universalidad y elevación , y salvo
los pocos q ue han querido seguir es ta tenden-
, , cia . Hoy -por esto mi c01·~ vencimiento es abso-
i luto de que aquí nada puede hacerse fuera del
naturalismo imita tivo; que todo. lo que se ha
hecho fuera de tal propósito fiene ' mucho de fal-
so; y por fin que, por .el momento, nada puede
proponerse mejor que una bien ceñida d iscipli-
. na académica. Es decir, ·atenerse a Jo que aquí
ya es tradicional; continuar lo que puede cc-n -
..- siderarse patrimonio del arte uruguayo . y que
no es tamos en condiciones de repudiar. Pues lo
demás es importado: no nos pertenece.
Y no nos pertenece porq ue estéticamente, no
hemos aun evolucionado. Porque ¿qué haremos
- de vestirnos a la moda si por dentro aun somos
·p rimitivos? L a experiencia, como antes he di-
:n cho, nos ha puesto en la evidencia de que no po-
día acelerarse el proceso. v. los que han intro-
ducid o nuevas fo rmas de arte, quizás no muy
- bien inte rpre tadas, tendrían que decir lo mismo.
-· Cronológicamente y con respecto al arte, esta-
mos au n en el siglo XIX. •
Joaquín Torres Ga rcía
(Especial para "Marcha" - N 9 28
\.
30 d e diciemb.re de 1939. )
85
LAS ARTES PLASTICAS Y
·· SU RELACION
CON LA ARQUITECTURA
1
ANTAAO, todos sabemo~ c¡uc no sucedía así: -+
· recinto donde se levantaba .el -edificio, fue-
se gra~de o pequeño, era el hogar. de todo
artef, y ·sin .separación entre la arquitectura .y
el resto. Por fortuna, aún yo he vivid o esto en
Europa, y tal como fue en otros tiempos; es de-
cir: vinculados todos por .un solo espíritu. Fue ,..
en la grandiosa basílica que levan taba el genial
Antonio Gaudí en Barcelona ; y sea cual fuere
el criterio que pueda tenerse con respecto a tan
extraordinario arquitecto. Puedo, pues, hablar
del fruto que puede dar esa convivencia. ·
Sobre este tema que me he impuesto, ha y que
decir mucho. Pero, como en todo, hay que co-
menzar por el principio. ¿Cuál es éste?
Lo primero a considerar, a mi juicio, es so-
bre que va a pivotar un futuro estilo sudame ri-
cano. Sinceramente, yo no veo aún esto bien de -
finido por. parte ~e la mayoría de los arqui-
tectos.
No podemos dejar de considerar, - baje este
aspecto, climas y latitudes ta n diversas en el
continente; pero, a pesar de eso, siendo como es,
Sudamérica ,. ¿no debe, un futuro esti lo tener
cierta unidad? Además, y con razón, ya ad ul-
tos, .: no debemos despegar de Europa? Y aún :
36
[~ ~'\ . ' .
'(
. : :¿es que E'u ropa (y quizás por mucho tiempo) '
~,_;; rodrá darnos algo? Creo 'que un deseo de crea-
~1hCión de_: c~sa propia es lo qu~ : prill,cipalmente
~~:_debe anmiarnos. ¿Nos hemós puesto . de acuer-
~~}. ~o? ¿Tenemos una fórmula de qué partir?
~.4;· Hay que cónsiderar las diversas tr;idicion.es,
~-'::· y lo nuevo que se abre paso, es 'necesario _sa,berlo;
~:<::.:Si. no ¿dónde' iríamos'? . . . ·.• ''."":1f~'·
lf;· . En , pos~si_6 ~ . qe. una '"no~~~: norn;~ . t}ue 110
~:Lesté eri pugna con la libre creaéio!l-, toaós pod~
~1'.·l IDOS marchar 'haciá un objetivo deterli.!i_l!~Oo_, l>a-
~t se de u.n estilo pi·opioi. civilizac::i611 de América.
;)!· Plásticos y arquitectos, dando fín a la actual
anarquía, podrían darse las manos, en la labor
de levantar una nueva ¡\mérica. Y entonces, dar
de mano aquello incorporado que, en verdad, he~
~;. · mos utilizado artifici'almente. Lo mismq con lo
que ya fue y que en su tiempo ·tuvo su .razón
de ser. Y con esto, parece que .. quiero decir que
debemos orientarnos hada lo moderno. Es así,
,. en efecto, y daré mis · r~zones·. '
~-;-1
" ¿Es di~tinta, la armonía y considerada en J
si, cuando se produce con piedras, sones, o colo- 1
res? .Todos 'saben· que, esencialJilcnte; es lo mis-
mo. Sea en ·el tiempo, como e·n el · espacio, el/
"número" (el ritmo) cuenta "de igua,I modo. 'Esto .
ya desde la antigüedad .se sabe, Pór tal· razón · ·
~· pués,. y considerando la 'cosa teóric':lmente ¿será
~.., distinta la "r~gl~" del arquitecto que la de] es-
~' cultor o pintor? ¿Y tal regla, que es abstracta,
~::'¡-. usada por unos y por otros, no puede juntarlos •
'" en una 'total armonía? Es lo que COI? proba- ,
~; mos, por ejemplo, en uh templo griego, en ·un;-"'
t. basílica bizqntina, o en una catedral gótica. Por ·
r.2,~· tal razón, creo que sólo llegando a lo profundo,
,, es posible también llegar a un a<;uerdo perfecto.
Ya estamos en eso: sabe, por esto, · el pint01~
que no será distinta la armonía (léase estruc-
. tura) de su obra, que la del arquitecto; lo mis-
. mo el escultor. Juega, el uno en una superficie
87
bidimensional; el otro en las tres dimensiones;
• pero, todos. saben que aquello que junta a eso,
es la ley de proporción. abe, que la función
s múSica, y, que tal música,. es idéntica en el
• cuad ro, en la escultura y en el edificio· y que
tal polifonía dará un acorde perfccto.1 Es un
. conjunto: el Partenón, Santa Sofía, Notre Dame
de Par~s, San Vital de Rávena; el C.am.p osanto
de Pisa, la Basílica de Asís. Y todo esto fue crea-
do" nó imitado. H úbo una no.rn:fa, per~ ésta ve-
nía de un concepto de! arte que ya no poseerr.os:
el de sublime oficio, que se practicaba ele acurr-
do con una Ciencia U nivcr'sal: la Ciencia ·del
Hombre. Y creo que, si Protágoras dijo que el
hombre es ,la medida de todas las cosas, era por-
que contemplaba a ese Hombre - Cosmos, y no
a Pedro o Juan. Pero, por desgracia, tal .concep-
to ~e ha perdido y, por esto, el arte' hoy carece
de base. ·
Pero, tal necesidad- de base funqammtal y 1 ¡
unidad, es decir, ese reto·r no de algo que ya fue
en otros tiempos, agudamente ha sido SC'ntida
por muchos artistas. En otra forma, se sintió
como una aspiración hacia la creación de un
estilo. Otras veces, el deseo de volve r a lo huma-.
no. Síntomas fueron tcdos esos, de algo latente
que trabajaba en. lo hondo. :::=a
88
.a ese diapasón, agrupándose en torno de la ve-
perable mad re?
r\~·
7,; '
¿Me oyen .}os 'plásticos? Y, ¿me· oyen los ar-
"qui tectos ? 1
89
..ipesar de es te criterio, sus primeras obras se
basan en Ja realidad, y es, por la reducción de
las curvas en formas poligonales, por la supresión
de las oblicuas, y por la fusión de elementos q ue
llegan, poco a poco, a determinar un equilibrio
y un funcionalismo. Y el fin de ese lento y cons-
tante trabajo de depuración, es llega r a estable-
cer un conjunto puro de elementos (abstracción
total ) sólo ordenado proporcionalmente, para
darnos un todo estructurado, sea a- base de co-
lores y planos, o de f9rmas cúbicas. .
Esta técnica ·casi científica, pronto la vemos
aplicada a la construcción de edificios, muebles
y objetos. Y nuevos adeptos, Vantongerloo, Do-
mcla, Vordcnbergc, y o tros, se ad hieren <11 mo-
vimiento, y no hay que extrañarse que un arte,
de tal suerte impecable, preciso, exacto, por su
semejanza con la mecánica, interese a los indus-
triales y que pongan su mira en él, como algo
sobre que basar una nueva corriente de fabri-
cación; y es lo que acontece. Los hombrc.s de la
1§..!;\'ica materialista podían comprender perfec-
tamente a esos artistas. '
La aportación de los constt:uctivistas rusos
a este movimiento, au nque menos importante,
debe señalarse, y· sobre todo por reafirmar los
principios de los neoplasticistas. Malcwich fun-
da en Moscú el movimiento Suprematista. Su
nombre viene de quer~ r dotar al mu ndo de un
espacio superior, dentro de cuyo ámbito, el ar-
tista. repudiando a la naturaleza, pudiese crear
libremen te. Como se ve, un puro intelectualismo;
pero hizo escuela. La cual, por su misma irrea-
lidad, debe perder su base, y de áhí una escisión
en el grupo, la cual funda el constructi vismo. 1
Lissitzki, Gabo, Pevsner, son los fundadores de
esta otra rama del suprcmatismo. Sus obras en
meta l, vid rio, piedra, cobre y otras materias,
ha n encontrado, a veces, soluciones sorprenden-
tes. También en el decorado del teatro.
90
Vemos, pues, que la modcr11a arquitectura
toma el origen en a lgo científico y antperso-
f,\t. na!, y en· su evolución conserva aún estas ca-
.;t r.acterísticas. Además, que en sus ensayos . ha
~~- ido _quizás demasiado a prisa. ·
<\' Esta evolución tenía que ir a parar en, algo
··~ propio de nuestra época: el sentido práctf _}. y
aunque yo podría decir mucho sobre eso, po_r ha-
," ber vivído desde sus comienzos tal movimiento
:tf. y tenido que ver co~ sus iniciadores, corto aquí
!:;"" sobre .este tema (por no ser de mi -'compet~ncia)
~r y adeqiás, porque con ·lo. dicho me basta para
lo ·que quiero probar:, es .decir: que..el_· qrigen de - -
la arquitectura moderna se ha de buscar. en la
pintura. Y esto en cuanto a su expresión formal
y estructural,/ abocá ndose después mul titud de ~
problemas de otro orden, alrededor de esta pri-
::- · mera idea. Un punto inicial.
~-; · Pues bien, tal hecho (y dígase lo que se quie-
ra ) ha destacado un estilo; y sino del todo eso,
'.f;· un punto de convergencia que presta- unidad a
J-
'~.-~.. toda. la producción en del erdden pdlástico. Y ª, tal_
arquitectura correspon e to o 1o e nuestra e~
ca. Todo en torno a ella, puede armonizar mag-
-~ nífica.mente. Se presta, además, y en todos sen-
Y. tidos, a nuestras necesidades en cualquier orden.
-'· Pero ocurre un caso curioso: el rechazo casi
general de la pintura . y escultura modernas, que
son las adecuadas a esa arquitectura. En c:-sto 'el
público no es consecuente, pero ¿es que el ar-
quitecto piensa en el pintc1.- y el escultor l
Ciertamente que, un arquitecto moderno, ha-
a
rá bien en no confiar un muro los pintores y
)e~cultorcs, ni auna los especializados en de-
coración, porquc · no están en ese plano moder-
no. Pero ¿y si los hubiere ? En este caso hará
mal, como se ha visto, en recurrir · al cuadro
o a la decc.ración corrientes. '
No .9~iiero pecar de suspicaz; pero yo' temo
qut;;en general, el arqüitecto piensa poco en el
91
,concurs~lc~~auiásticos; y _confieso qu~ .
;10 -sa.Jtría hallar la causa de ·tal desví6. . . .
· Algunos pintores y escultores rsabemos qu ~....
hcy ya no 'se trata de exornar los diver~os- es-
pacios arquitecturales con arabescós o adornos
de cl.l.alquier clase1 Qi.1e la f{¡nción- de Jcs ele-
met.-t.15 puestos en juego, ;crearán una nueva oe-
lleza. Y qüe ésta Cf!Si basta a las. ex.igenciás de
. orden estético. 4
Eso sabemos.' -Pero hay. huecgs'• .7
.
.
hay espacios, que pideú · Ja forma y el color, y . ,
también . la expresión· de una -~dea. ·'(Digo · idea
.
en el sentido de concepción plástica).
,
Un escultor como Lipchitz o Laurens; · un ~
pintor como Léger o Baumeister, p:><lrían com<
plementar magníficamente la arquitectura; y ci- ,
to a éstos entre mil. ¿Cómo no se ve esto cl<t~o?
No; no vi\'e la arquitectura del todo sin la ani! .
mación de la forma y. el color; sin la creación ,_
. del artista plástico. (¿Es que los arquitectos son '
orgullosos o. desmemoriados?) Y entonces sin 1
menguar en nada la arquitectura, quizás per-
dería · algo de la rigidez científica de que a ve-
ces adolece; de la rigidez racionalista.
Si en ~eneral, el pintor y~l ;;~ulto; moderno/ '\T-·
no haµ entrado en las casas ¿es que no podía hi c
cer nada el arquitecto pa ra que entr:asen? ·p_::_
l
:
'_ J
.92
r .ción. de un. estilo propio que se va formando.
~ !'{9. construye, en la mente de tqdos, el conjunto
~ ..,. d .
zé'!;mo i:rno. . .· ·. . .
t:/: ·. M_a l ,o bien, pues, tene~os ya un estila de-
}i\'.~~m1do y que seguramente tiene mucho que de-
~;,,:sarrolla~·se y evolucionar, pero que, de · no tor-
~;::'cer camino, lleva ·indudablemente a algo · muy
L·giandé~Yo así lo veo. Y que ya existe (y eso. lo
ª7)~~inos \:¡5fo) un arte .plástico que pueC!e, corres-
~\·-.~ndér o corre~ponde a esa arquitectura.: .-. .
t: .' En mi ·sentir, pues, la orientación está ya da-
r;,. ,.. da. Y c1'eo impertinente buscar otras orientacio-
~, nes, y' má:s si tienen que basarse en' algo retros-
. pectivo. Además, tal modo de concebir la a rqui-
,. tectura y el arte plástico, ¿es que ya no ha .
:{.. dado . la vuelta al mundo? ¿Qué falta pues? Lo
~-· que faltaría y abundó en otro tiempo, es un
;-:;: sentido más elevado de todo. Por i:sto, sin un
~~· cambio universal de conci~ncia, por el momento_,
~ no es posible avanzar. To'd avía esto .es .endeble
if·. (lo sabemos) pero no es posible mayor .robustez.
t:, Dista·mucho,· hoy, de estar el hombre en el eq.úi~
[ librio necesario. Pero, repito, la concepción de
~. la. moderna plástica (y comprendida Ja .arqui-.
t. tecwra ) lleva a t~I elevad~ P?si~ión. El moment.o
W no t!~ llega1o; pero llegara s1 no toq:emos cam1- •
~. no. Por esto, en tal punto, se debe ser un poco
;t:.intransigente: no nos es posible convivir con nin-
JK guna otra orientación.
~!'.. El plano de la inteligencia no es el plano de
~~'la razón universal. Situado el hombre en el pri-
~: mero, está en lo relativo, que es lo que le co·n-
:.i~ viene para su subsistencia. Por esto, atiende só-
"·'f:. lo a lo práctico. Y, entonces, la razón abstracta
j;¡;,. es utilizada a esos .fines de orden material. Tie-
~:ne el oficio de una máquina ordenadora y cal-
·.;~ ·culadora. · ·
l:-riY- •
:&~ Impulsada por µn vehemente deseo de supc-
¡~1 .ración humana, la razón unive rsal, por el con-
~· trario, liberada por ese generoso deseo, puede
'~~.•descubrirnos. las leyes esenciales del orden total.
~}~.!.\ •
!".~~
9~
0
94
.:_
=~f
~j¡:..~
lo que a tod~ rige es una sola gran ley: la ley
de. unidad . Y es sól~ cuando se · lleg-~ a tal cri-
~en~, q~e puede decirse .que se .sabe. En efecto,
l
~- penetra con el resto, que ya es imposible consi:
-'~· · derarl~ como cosa separada. Por esto, lo social¡ .
:~~-10 reli~ioso, lo cien.tífico,_lo: estéti~o?. qenti:o . de
fk·esa .que podemos· Ua~ar_ ciencia · universal, no
4f:~ son más que aspectos de uria sola y única acti-
.i: ··vidad. Y tal es el concepto que podemos tener
~- de una cultura. Y en este caso, no es conside-
- rada la latitu d, sino la profundidad. No pod rá
~ pues, pensarse en la libertad y en la equidad que
i;, deba regir a un pueqlo, sin considerar la ley
:s,- de un idad. Y lo mismo par~_ la 'c reación p lástica.
j:~ La sección aúrea, entonces, ya tiene otr_a signi-·
-;, · ficación. · ·
~ En proceso de desvinculación ·c;je Europa (y
lf~ solamente desde un · punto de vista· cultural)
-1-}~nuestra aspiración debiera se'r en · este sentido
t.._ que me permito señalar. Y por ésto, ya desde
·;t,-"" ahora, todo nuestro esfuerzo y trabajo, debié-
·:.:· •.
' ....
._..._
-~~-.
".!>,~ ---
:k :· 1. El constructivismo ruso, no hay que decir
!i';;-que nada tiene que ver con nuestro arte cons-
·"$,} ructivo; ni en cuanto a su esencia ni en cuanto
\<..; respecta a su aspecto formal. .
t.=s.
~ 95
·~~·
1~~ :.
LA RECIENTE EXPOSICION
DE· ARQUITECTURA
EN EL MUNICIPIO
X * .,,:.
f- Tal concepto, o algo ~í, es· ~I q~e se evi·
denciaba al visitar la notable Exposición de
-·· Arquitec1ura y Urbanismo aludida, y al ser
- conducidos por tales ideas de estructuración
(sintéticamente expuestas en caiteles mura-
les) a las realizaciones teóricas que allí se
~xhibían. De pronto entol}.ces, el visitante po-
~; día darse cuenta de lo que se gesta en nuestra
·~ Facultad de· Arquitectura. se· daba cuenta,
·' - además, de algo que fue viendo en la ciudad
;,;,,- y cuyo origen no comprendía. Notas de van-
:t, guardia, que ahora explicadas con: mayor am-
;.i, plitud y fundamento en lo que acaba de "er,,
j han de darle esperanzas para lo futuro. ¡Y
;,~.:.'.·. que no las hubiere; que aún no sé hubiese '
.. dado ni siquiera un primer paso: el con.cepto
~: existe, la idea! La materialización viene fa.
talmente.
-'~: Aquel conjunto tan variado de proyectos
'f· (resultado, los más, de pacientes estudios du-
~\ rante meses) aún, a pesar de los guiones que
., halla al pado el visitante y que van explican-
..~ dole, puede resultar mucho más complejo, al
.· penetrar en las intimidades de su elaboración .
.':' Y entonces, más aun se ve la coordinación de .
-':--tales trabajos; el sincronismo de las diversas
--~·- aulas tratando distintos aspectos y materias
.·,' Y... cómo ninguna ha sido 'Olvidada. Y há-
\ · gase o no esto a la perfección, secunde o no
·'" eL estudiante en tal sentido, vuelvo a decir:
.,_. ¡el concepto existe! Pero en este caso pres en-
;,> te ya~ hay realización. Y me refiero por parte
:~.-· _.
97
del estudiante. Porque las hay también, y de
mucho · consideración, en la de los que man-
tienen y dirigen tal obra constructiva. Los
cuales, si han tomado punto de ·arranque en
lo que hoy marca la evolución arquitectónica,
luego, ante la realidad de la tierra y el pai-
saje, ante la realidad de la vida, han sabido
"1iallar soluciones propias y felices. Quiero abs-
tenerme de dar nombres porque, de hacerlo,
esta nota tendría que ser un verdapero estu-
. dio. Pero vienen a la lengua, al ver ciertas
soluciones:- paisaje, tierra ·y edificación, pen_-
sando en la vida humana que allí va a de-
sarrollarse. O el edificio con una destinación
concreta, bien meditado y estéticamente lle-
vado a término. Y aun más, y ya entrando en
lo social del conjunto.
Hay un stand, por ejemplo, notable bajo
este aspecto. Textos ilustrativos nos ponen en
las ideas que han precedido a la concepción.
Obra madura. Se piensa en la ciudad tentacu-
lar; en lo monstruoso de eso; e·n la vida anti-
natural. . . y se quiere cerrar el .Paso a tal des-
propósito. 1Mil pueblos chicos antes que una
gran ciudad! Coordinados y autónomos . . . No
es posible aquí entrar en detalles, pero, algo
previsor, algo que se adelanta (y debe ) al
tiempo.
*
Ola de juventud, conceptos claros, diáfa-
nos, concretos... que vinieron, milagrosa-
samente a tiempo, en un momento d e verda -
dera desorientación y rutina en que la arqui-
tectw-a desfallecía. Y esta nueva fuerza joven
renovó la ciudad. En boca de todos están los
nomb.r es de nuestros arquitectos y urbanistas
a quienes se debe tal estupenda realidad.
Ya estamos, como se suele decir, "a la pa-
ge". Que esto fuese aquí importado, y en par-
te (cosa natural y que fue siempre) nada qui-
98
ta que estemos donde debemos estar, en
~' cuanto a arquitectura y urbanismo. Y si hu-
,, hieran medios, más se haría; y si se presen-
. tasen . nuevos problemas por resolver, se resol~
:~.· verían. De esto · I!º hay duda. La dirección
(bien coordinada, ya la tenemos), el· organis-
·- mo, la facultad, actuando; el cuerpo de arqui·
tectos · jóvenes, organizándose bien asesorado:
.;-"- el rumbo, .en la· mejor orientación. ¿Podría .pe-
]:': dfrse más?
*
Sí: hay que · pedir más (aparte de que
siempre hay que pedir más)', muchísimo más;
casi todo. Pero nadie se alarme. Eso que se
pide. (que deb~ pedirse) no se pide para aho-
'·< ra; porque no puede pedirse para ahora. No
:· ·,~stá el horno para tales bollos.· Pero sí con-
·-· ·viene que . ya sé _sepa; que se piense en ello
~;-:·.. st es que no se · pi~nsa; y esto, es obvio, con
';:' el fin de que ya se enderece hacia allí.
.?. No voy a revelar ningún arcano; no voy a
: :t descubrir ningún Mediterráneo; quizás vaya a
; -'b. decir algo que ya está en todos. No importa.
¡ :~.., Comú hay que decirlo, lo digo. Y es igual que
! ~};eso lo haga yo u otro. Lo importante es que
• ~·'.. Y~ se haya dicho. Dar esa constancia; clavar
; ~~ :E!~·e jalón; poner esa primera piedra.
; '-~·:;· Pues bien, tal cosa . es esto: que lo que
~:#..hoy junta la inteligencia debe juntarlo el al-
í-;;~ina: Se querría, entonces, la subordinación de
; ::~~~a· inteligencia a todo el hombre; al hombre
: -,'d,e verdad, completo, y por esto he dicho al
:/~lma. ¿Verdad que tal cosa (que hace son-
: ...:.'.:reír) no puede pedirse ahora? .
~ "-\'.. Sí: tenemos ya un estilo (como · he dicho,
.:_-()-~algo · aproximado) en arquitectura; y ade-
<{,n1ás, las artes plásticas que le corresponden.
· ·;~Eiiste, pues, unidad. Además, todo eso está
.i~~e acuerdo (y ~n cualquier sentido) con lo
_·j J..emás que se labora y agitá en el mundo .
. ·-~;.·)');~ ~l~·
¡ ~·~ t.;;:~.
¡• # .. ~ - ~- •
gg
Que es, pues, algo perfectamente coordinad o.
Por eso dije, en mi anterior cónversación, que
no se podía admitir otra orientación. Y . que,
en tal sentido, había que ser iritransig~nte.
Nuestros arquitectos jóvenes están pues, en
el -gran movimiento (y llamo jóvenes a los de
tendencia moderna) . Por otra parte, ya hemos
visto lo que era nüestra facultad : por. esto
hay que comprenderla en tál gran corriente.
y pbr eso también dfje: . ¿'p uede pedirse más?
*
Pues bien: -~qué es lo que junta ü todo eso?
Antes lo dije: la inteligencia. Todo (y perdo-
ne ), todo para el lwmbre y el vi vir físico.
Pero (es lo de nuestro tiempo : civilización
material. Y, hasta el plano estético en que se
coloca el moderno arquitecto y' urbanista, está -
· imbüido .(y quizás- sin que él lo sospeche ) de
tal materialismo. ¡Belleza urbana; belleza de
rincón de ciudad jardín. ¿Dónde está el alma?
Tanta·s he visto, y eñ tan diversos climas, y
siempre lo· mismo. ¿Y la ruina de eso, qué
sérái' Si eso: no es esto cuestión trivial; porgue
ahíestá la llave del secreto. Luego lo veremos.
Tenemos una nueva estructura; de acuer-
do. Y que aun debemos estar orgullosos d e
tenerla; porque al fin la tenemos. Pero con el
melro se puede medfr toda clase de cosas.
Tener, pues, tal medio de medir, si bien· es
mucho, no es todo. ¿Qué vamos a medir? Ocu-
ire como con la "sección áurea" (secreto al
fin divulgado) ¿de qué sirve en manos inep-
tas; es decir: de qué sirve cuando no está,
podríamos decir, humanizada?
A esto vengo: si los arquitectos que aún
están en lo tradicional miran de través a los
arquitectos modernos, es porque los ven in-
completos en tal sentido. Ellos no sedrn ca-
paces de volver a realizar el milagro, pero' ven
100
demasiado seguros a sus colegas en su inte-
lectualismo materialista.
f
¡_·~ Por esto es una maravilla la coordinación
·rl" moderna: va más allá de todo lo previsible.
~- Y es\ que: el arquitecto moderno está en · cierto
.. . IJ10do casi sólo atento a eso, desembarazado
f del resto. Su plano estético es lo mismo.
-· Me decía un día Ozenfant: "No hemos he-
¡': _ ·cho más qQe Ja jaula del conejo (la cage au
:~ . la pin) y dela~.te de ella nada de genuflexio-
~:· nes". Tenía razón. Y es que· Ozenfant, 'hombre
;.,. ' terriblemente frío, propulsor de "L'esprit mo-
'ª derne", ·posee, ·y aunque no lo i;nuestre, cono-
- cimiento de una ciencia muy profunda. Diría
q ue es más sabio que artista.
Si se dijese, pues, que la arquitectura, mo-
,.... demamente, está por nacer, no se dirí~ ningú11
!! disparate. Arqúitectura de piedra sobre pie-
T dra (y de ahí que Ja ruina sea belh) , cu yo
··" módulo sea, como antes he dicho, todo el
i~· hombre. ·
:! Si junta el espíritu,· y no ·1a inteligencia
··-- (como hoy) el· plano cambia. Y ya sabemos
·'7 que esto hoy no puede pretenderse; pero sí,
.: ' que desde hoy debe trabajarse para· que eso
sea. Formar, por esto, la conciencia del arqui-
f·ecto urbanista y la del artista plástico, en tal
. . .sentido. Punto de arribo sería este plano en
"'Y que estamos, y también punto inicial de .una
"!;;::: ·nueva ordenación. El arquitecto vanguardista,
-~;'.· pues (y el artista ), han de serlo más aun. Irse
7f' acercando ' má~ al ho~bre; al hombre en sin-
. guiar; que alh hallaran todas las medidas, to-
-· das las significaciones, todas las soluciones ...
~-~·;;,.:.. ·-No hace mucho, hablando con un ilustre
·~·~ .arquitecto de la vieja escuela, muy adentrado,
·'. - y casi por tradición de familia; en el canon
· ',;, clásico, me decía que esa falta de humanismo
·: · · en la arquitectura, que yo delataba, se d ebía
. .\ a las modernas teorías . estéticas, tendientes,
., . 101
evidentemente, a la deshumanización' del arte .
. Sintiéndolo profundamente, tengo que decir
que no comparto del todo esta idea. Deslin-
demos las cosas. A mi juicio, la llamada des-
humanización del arte viene, ·no de un con-
cepto materialista, sino, por el contrario, de
. un retorno al clasicismo que quiere reapare- ·
cer bajo o~ro aspecto. E l cubismo, por ejem-
plo, ¿no fue una . violenta reacción contra él
arte naturalista? Por u_n rigor de precisión, por · _
un deseo vehementÍ_§imo de hallar alg9 · conc
creto, al fin; algo no sujeto al capricho de la
visualidad ni a su asp·e cto relativo; por el de-
seo de aprender una verdad más sustancial y,
por último, de traer de nuevo un orden al
arte, llegó a romper todo compromiso con la
naturaleza (de ahí la deshumanización), pero
fue en aras de un n1ás alto ·ideal: de Jlegar a
.los valores profundos. Pero tal tendencia, ':< .
todas luces contraria a un sentido realista, su-
frió una deformación: al tomarla los neoplas-
ticistas y constructivistas rusos, le imprimie-
ron otra dirección (quizás respondiendo a una
modalidad de su temperamento) y ésta fue
de entroncar con los productos de . la indus-
tria en serie, con los valores · del progreso me-
cánico de nuestra época y, al fin, esta vez sí
archideshumanizándolo, para convertirlo en
algo casi científico. Ni un solo cubista ni post-
cubista dejó de protestar de tal desgraciada ·
desviación. Por esto, tal tendencia no llegó
jamás a cuajar en centros como París, de in-
tensa tradición de arte, y se quedó patrimo-
nio de los países del Norte.
Pues bien, a tales inno\1adores solo cabe
culpar ele lo que siguió luego: el nuevo pláno
por el que se deslizó una parte del arte y,
sobre todo, la arquitectura, (No cdnviene ol-
vidar el factor económico, el cual, como en
todo orden de cosns, siempre juega el primer
102
_-;;,,.-
103
LA PINTURA CONTEMPORANEA
1
•
.._ay; .
106
Como tod~ reacción, ésta barrió con la .an'éc-
;~. -C:lota sentµnental o galante, su enemiga, para
?r~ :1nstaúrar un feroz y pesado clasicismo. ~odo de-
:i?. .:'~ía ser griego o . romario. Partiendo <;le un .con-
~#,:~ cepto superficial del arte clásico; · David - teníá
~·~-; ·que hacer un arte tan falso como. el que pre-
~~ .. tendió hundir. Sus grandes obras, como el "Ju-
\:.· . ramento de los Horacios" y ":Las Sabinas", són
i~;,.,teproducciones de estatuas ·antiguas. Su ·Mafáf<::.
!t'~·:es ~na ·pintura c~rrecta per~ archiaca.~éniica y··
lif:'-.'·: fría. Esto es lo que yo creo .._Y dejemos' aparte .
"%5' cosas de las que qiás vale no hablar y para
'f;'· acabar. ·en paz. . · ' · ·
~~ . Y tal corno' Da vid, tenemos a Ingres. DirÍ~n-
se dos he rmanos gemelos, a cual más frío.
De todas maneras hay que confesar que, fal-
~~ sos y académicos, si no tuvieron .la visión de lo
~.~ . real, al· menos consultaron el modelo;. y así aca-
~'.
..,, baron con la pintura convencional hecha de re~
ceta, tierna 'y azucarada, que les precedió. Pero
:~-¡ hay que insistir en eso, que no sintieron la vida.
~; De estos dos pintores, son sin ·duda. alguna,
.!í los retratos, lo mejor que produjeron: Ingres so-
{ bre todo descolló por sus dibujos al lápiz, de
p línea impecable. Años . más. tarde, Plcasso será
\ · un imitador de estos dibujos.
Un retrato de David, se ha hecho· popular:
el de Madame Récamier. También el M;uat, que
es un buen documento histórico. ·
Los cuadros chicos de Ingres; del tipo de
"La Fuente"-, "La Odalisca", cautiván por la
impecable corrección de la línea, pero su color
es nulo. Ingres, además de sus retratos al lápiz,
pintó algunos cuadros cuyo color es. . . senci-
llamente abominable. Su "Apoteosis de }fome-
ro" es de tal estridencia, q~e difícilmente po-
..., .. dría hallarse otra obra que en·. esto ia aventa-
jase. También ésta es mi opinión.
¿Y para c¡ucí hablar de , Prudhon, y de Gros,
de Girodet, y hasta de Géricault ? Hay que re-
107
cordar, de este pintor, a los "Ap~sta'éios de Ja-
fa" (enorme lienzo) y los " Náufragos de la Me~
.. dusa". ¡Y de este maestro salió Delacroix! (Ten~
go que decir que a mí, personalmente, no me
• gusta.) ·
Aparte de los grandes lienzos de Delacroix,
en el Louvre, en una ocasión pude ver una ex-
posición casi completa de sus obras y estudios. Y,
t
a pesar de ' los elogios y de la ' creencia de to-
do francés, de que es un gran pintor) ·yo no pu-
de rendirme a tal criterio generaL Un solo Goya,
allí, lo hubiera aplastado. Y es que' no vio "la
pintura". Tuvo quizás alguna sospecha, y a ve-
ce~. nos da alguna muestra. ¡Pero que horribles
cuadros (siempre en mi concepto ) "Las muje-
res en el H arem" y su "Sa'rdanápalo" ! Cuando
se ha dejado todo eso uno vuelve a respirar. Por
esto aconsejo leer las Historias de Arte con pre-
caución. ·
Delacroix, según dicen, es el iniciador de la
Escuela Romántica. Yo le compararía a Rerliqz;
es decir, un genio malogrado.
Y con esto ya llegamos a la descomposición
total: Cabanel, Bouguereau, Flandrin, etc. En
resunien: que, a través de todos esos llamados
maestros (que es toda la pintura francesa hasta
antes de .Corot y Millet ) a través de tantas obras
y maneras, la verdadera pintura no aparece por
ningún lado. Arte falso, arte de fantasía, que,
ni naturalista fue, y esto porque divagó siempre
en aspectos literarios. Al fin será el naturalismo,
como ya veremos, el que fijará una verdadera
orientación para el arte francés.
De los pintores ingleses de esa época ( ~i
glo XVIII ) y la anterior, excepto Turner, no
vale el ocupa rse. El " Muchacho en azul" de
Gainsborough, y los retratos de Reynolds y Rom-
ney, de gran virtuosidad, recuerdan más las
obras de los museos que una realidad. Además,
108
. en tal pintura, dom ina en demasía el motivo:
~. }.a dama elegante y el niño, el· paisaje román-
~;~~ tico, el palacio. : .
que entran por mucho en la
ti'«r fama que se les ha prestado -a estos maestros.
~1;:.~Pero· salgamos de este mundq ficticio y tr<Ísla- ;
""í' ·démonos otra vez a Francia del siglo XIX.
~· . No hablemos de Meissonier, ni de Detaille,
rl ni de Neville, pintores todos de episodios gue-
~"'-rreros "(los verdaderos- "pompiers'', pues' en ellos
~~-'~~ma origen este ~icho de Degas) · sinó de ) os ·
~:, que- van . al cámpo y observan la naturaleza. ·
~~. Ant~s de llegar a Qor.ot y a Mill~t, hay que
citar a los maestros de la escuela llamada de
::-. Ilarbizon, en F~mtainebleau, y que f~eron Th.
Rousseau, Daubigny, Dupré, y otros. Se enfrcn-
i~ tan con un paisaje natural, y esto, de momento,
;., causa escándalo. Primer paso de una revolución;
primer paso hacia el naturalismo, qúe es .de don-
de tiene que venir la salud para la pintura. Y
(. con esto ya llegamos a dos pintqres cons.idera-
-bles: Corot y Millet. .
A partir de estos pintores y no sólo t;n Fran-_
cia sino un. poco por todas partes, el naturalis-
mo se impone. Se deja Ja pintura convencional
para observar la realidad y trasladarla al lienzo
pictóricamente. La pintura, con esto, vuelve de
nuevo a resurgir; su buena tradición se conti-
n úa. Porque ya no será el tema lo que va a do~·
minar, sino éste, en equilibrio con el valor plás-
ticq. Y · esto, de · más en más, se hará evidente, .
hasta que el tema no será más que un mero
pretexto. Y es así. que se llegará a lo que más
tarde ·se denominará la "pintura pura".
"Le pére Corot" (un verdadero poeta) fue
· un hombre tranquilo y bueno. De origen bas-
tante humilde (una modesta familia ·burguesa)
demostró su ineptitud para el comercio, ·en ah
gunos episodios graciosísimos. Era un hombre
muy modesto. Hacia Ia vejez, en mejor posi-
109
ción económica que en su juventud, ayudó a
~ much os amigos. E ra madrugador; q uería ver
s~lir elsol cada día, y en esa hora solemne ya
estaba instalado en pleno bosque, para su tra-
bajo. Sus paisajes .están llenos. de delicadeza: en-.
los celajes, en el matizado de los árboles, en· u na
flor, en una yerbecilla o ramo de árbol. Todo
es plata y verde oscuro; azules casi grises: una
paleta sobria. Ama la naturaleza. Y no se enga-
ñe nadie, si ·ve, 'en sus paisajes, las tradicionales
ninfas o faunos, resabios de la época . .Tenía sus
teorías; simples; de pintor. Nada de intelectua-
lismo ni otras complicacior¿es. Y su vida tras-
curre (si se quiere ) monótona; gri~: m;1~ hie11
triste. En él no queda nada de la cursilería del
XVII y del XVIII, ni la turbulencia de los seu-
do genios de principios del siglo' XIX.
E l normando Fran~ois M illet es otro humilde.
Su vida trascurre en la mayor pobreza. Rompe
también con el academi.smo, observando la vida.
Nada desdeña de cuanto bulle a su a lrededor; y
la vida pobre del hombre y de la mujer del cam-
po, son su constante tema. · Las chozas, los pa-
. ja rcs, los animalitos, los niños, todo es anotado
religiosamente. Las faenas más humi ldes adquie-
ren elevación dignificadas por un arte fuerte.
Su "Angelus" es universalmente conocido y es,
puede decirse, la más representativa de sus obras.
Su fe en la pintura, le hizo vivir sacrificándose
por ella. Hoy sus cuadros· valen fortunas pero,
al morir, unos cuantos amigos tuvieron que sal-
dar sus modestas cuentas en los almacenes del
pueblo. ¡Una gran gloria de Francia! Y con
estos dos grandes pintores queda nuevamen te
abierto el camino _de la pintuql, que será el na-
turalismo. Pero este nuevo camino que toma la
pintu ra, entrando, podríamos decir en la buena
senda - el na turalis1:io--, veremos como, por
la influencia de los maestros españoles (Goya y
Vclázquez) adquiere, no sólo mayor amplitud en
110
el sentido de desentenderse ·del tema para ir a
·· lo profundamente plástico, sino que, y por esta
' razón, abrir un camino que llevará a esté arte
., a". expresiones inéditas. Pero más que eso aun,
' lo que se habrá ganado es esto otro: que se
habrá establecidó el critefio, de que, la ('pintu-
ra'', ES UN ARTE SINTETICO Y NO I MI-
TATIVO.
¡:....
r
r
.
;_. ..
;,:.
'·~·
.
¡.
'
f·
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'·
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......
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;t~(~ 111
..
-¡¿~ ~~
'&~
PINTURA CONTEMPORANEA
II
·+:: .
--·-··-- ~
\
:¡jff!.1- .
pintura de los grandes estilos~ la pintura egip-
cia y griega, l~· pintura gótica y bizantina; ni la
· . pintura del primer...renacimiento; y ni at¡.n .Ia pin-
tura de . losi académicos · ni menos todavía . la de
lo~ triviales píntorés' naturalistas. Nad~ de .t~.do
esq. La pintura, y tai como yo quiero, aqu(ais-
lar!a, es un ·arte nuevo; un arte que, con toda
indepencle.!1tj~'· nac_ e cop-·fos maestros venecia-
nos,!los cuale5 . int~oducen la luz y_ la~~pérspecti
ya, y .é.ste és .eLprimerpas~ : que da . . Y es.a nueva .
. visión, >qui!!.:e realizar: . (y~ en esto· est~.:~u.. singu; .
láridad) m1a síi:ite~is~visual, no presentida hasta
entonces, fa cual, en. equilibrio maravillose con
lo emo_tivo del artista, reaiiza esa síntesis. Por
esto, a partir de ese momento, ele más en más
irá dejando la anécdota .considerada como tal
. para entrar ~n. sus propios . problemas profun~os
y llevamos a intuiciones no trad4,cibles ya en
ningún lenguaje. Se apartará así del arte en
general para reinar en sus propios -dominios, y
por_esto haCiéndose. m~s . difícil su interpreta.ción
para el profano, y en cuanto a su valor intrínseco,
igualll'!ente pa.rá.. muchos pintores. Los. · cuales
podrá'n seguir pintando, pero no harán, las más
de las veces, pintura, porqu~ la descon.ocen ; y
sean· académicos' o modernistas, fo mismo da. Se
ve pues, que es necesario gran capacidad e _intui-
ción .P.ara entrar en su misterio; y que-.adcmás, .
y por esto,. es ,necesario estar notablementd do-
tado -tener temperamento, como se dice-:-. No
es pues, pintor, el que quiere; ni lo -es . quien se
lo piensa y porque maneja pinceles. Y así . pues,
cuando diga pintura, aludo a este ·arte asom-
broso; _a rte singular, y que es rama aparte en el
arte: la pintura.
Pues bien: de Tintoretto al Greco, ya tenemos
que la pintura ha dado u_n gran paso ¿.en qué
sentido? Aun en Tintor~tto (como eñ el Vero-
nesse y el Ticiano) subsisten resabios de cpnven-
cionalismo.~ es aun, si se quiere, tímida expresión
114
~~-:.
116
fi;.:. .
f•'-; bemos que tal cuadro, ya consagrado, está en
f {.~ el Lou'Vre:- ¡Y cómo queda sucia y pobre. y .tris-
¡tH> te .la pintura que le ha precedido, y cuánto. co-
r~'.· lor y cuánta .vida en Man~t! ~nte él ~ palidecen .
l·J.,1.~·nombres como _los de Courbet y ·<?ez:icau!~~ In;.
~f;;'.' gres y Delacro1x. Con todo, d publ~co no· es-
~-t~: túpidamente; los cdticos se mostraron hostiles-0.
!;~~~fríos y los. artistas muy agresiv9s, salvo' muy
~~·?: pocos, . como Cil(udio Monet; Sisley, y .J>.isa:< ·
~~< i:'ro. ¿Cuándo aprenderán ·a respetar, ·unos . y
, ...,, . . . . -
_.r 117
Berthe j\forisot serán las continuadoras inme-
diatas de tal pintura.
Con tocfol de Eduardo -Manet a Cl~udib Mp-
net y Sisley, todavía hay . mucho que andar; co•
mo ya veremos. · .
Ya en posesión de su personalidad, Manet
hace pintura de todó y- esto será una innova~
ción: unos objetos encjpl_a __de una mesa, . el · re~
trato de --sU: mu}er 'o de. un amigo; en pose :ñátu~·
ral y dentro de un ambiente de. paisaje, d éa.:-
baret o el teatro : la .vida moderna entra en su _
pintura. El naturalis~q va vertiginosamente- a.
la última fase de desenvoh,imiento. · - '·
Si Manet, en su primer momento, se inspira
en los maestros renacentistas, después, en cam"
bio, puede decirse que su pintura fija ·magnífi-
camente su época. Un paso .e norme . .y entre '
otros, uno de !Os cuadros más típicos en .este
sentido, es siJ'i duda "Le Bar au Folies Berge-
re". Este cuadro fue pintado hacia el. fin .de ·
la vid~ del maestro (ya bastante enfermo) .ha-
cia 1881, y tras algunos estudios preparatorios
que dieron por .resultado una primera gran tela
de la que quedó descon tento, pintó la definitiva,
que hoy figura e\! una colección inglesa. Esas
luces y espejos del Folies Bergere, hacía tiempo
que le habían cautivado y deseaba llevarlas a . la
piritura, pero- su enfermedad le vedaba el salir
por. las noches. Tras una breve estancia en el
campo en c.~.sa · de la cantante Emilie Ambre,
mejoró lo -suficiente para poder ir al referido
bar a impresionarse y sacar algunos croquis. Dos
años ·después de pintarlo, falleció, sicpdo por lo .
tanto ésta su última grande obra.
Manet pues, mantiene fa línea de lá pintura,
renovándola, pues a través de él cumple la cur-
va que señalaba la evolución. Fue pintor; inuy
pintor; pues sólo vivió en su arte. Y su vida
(aparte de su lucha contra e! público, los críticos
y muchos de sus,co.Jegas) fue bastante feliz, pues,
118
:t;\'-¡.º.- - ·- :
}\':-·~·ombre ·de posición desahogada, no tuvo que sÚ~
•· ir el calvario' de los a!'tistas gue v.an a .s.uce-
·!le y que· componen "el primer grupo i:ffipr~-
~, nista. Y est~ :dicen ·que .le a~naba, pues se ..
eía un: buen bu,rgués en meclio de los· otros, li~ ·'
.'fes :Ysemisalvajes. . · · · · ·
<;~,._Sí: :Minet:-en ~eal9 del :nacie~tt: _ g~po· i~,
resión.is~~ti~--s~ formaba (Cailleq_Qtt.e, Forain,
íssarfo: "Re'n-Oif- y 9tros) huraños y..desaliñados, . .
·-, ~ía--1~ fí~r~ ;d~ : l!Il., bti~n · ~urgués_, · Es ~á~:: ·:
':· ,burgu~s· a ·_la iQglesá'. Pues bien: .¿qué .duda
:..~ . y- que sif pintura ~e. _resiértte u_n poco del ·cui-
~~.;aado«:itie tuvo .e!l' su vestir. elegante y en su ,c-On--:
·:: fort: del medio, en fin, en ·que actuó? Medio,
:; desde luego, falso; y no como el de los otros,
~{. de. ~ara a la lu«ia por · la vida, . tocando .a la
~'!'f~lidad de cada momento; y má_s que de salónl
~::de calle: y. de campo;_ en un~· palabr~: _la' vi.da-
t¡.:! ...en la libertad, emanando directamente de s.u
~j':. propia fuente y sin mistificaciones; planta de i~-
~} vemádero ~on estufa; y por el otro la~p; en. los
~- .· otros, árboles y yerbas de los campos, polvo de ..
á_~la calle. Ade112ás de esto, ·su formación en el
t'.:Jiceo: Pero iodo esto nqda quiere -decir- en con-
~~; tr;i de su formidable .intuición por la verdadera
f;-:· pintura: la pintura ·tal como aquí queremos ais-
~; ')arla .ª fin. de penetrar sus más íntimas y genui-
!1J''. nas expres1ones. 1
i't"... ·-- '. /
~:..: . Recordemos lo qt\e él solía afirmar frecuen-
~:· temente , y que nos pone en la intimidad que
~{,: tenía del concepto del arte: que "no· es .artis ta
~!· quien no es un · primitivo" -¡un primitivo!-
{;; es d ccir,
b_ . uno que comienza;
. por 1<?' tanto un crea-
~-- dor. Y _quizás n_iá~ qu_e esto: aquel _que, en me-
~--·
~<
.. ----
:;.:,. .. ·
f:\; ·. 1. En el presente Salqn de . Arte Fr;ancés
·nada puede verse de esto _que decimos por estar
r:,-.. · Manet representado con obras suyas insienifi-
cantes.
119
~ r. ..
t~~~-·.~
dio de lo académico y ·corriente,. vuelve a ver
Jo esencial al arte. Pues bie'ri: l~ intuición de
Manet Je llevó al descubrimien~o de esas · esen-
cias profund~ment~· __ plásticas. Y. quiep sabe .si,
por esa intuición,. a Ja q}Íe el da c:uerpo con. su
palabra y con sus obras, Jleva~dola al p lano de
lo real; nq despertase Ió que en tantos _otros es-
taba latente, 'y con esto,' dando lug~r .al ,m_ovi-
miento. que se .iniciaba. Peio. yo·: 'éitt'ftrb:" pun-
tualizar. más) aun, ,lo .que . Manet dehio eáten-
der por un pri.in:itivo;' 'Quiso ·d ecfr; ·a' mi juicio;
el pri111ero; .el P,rimúo .de . a1go q1;1e t~qi.enzaba
en· él; o bien t:I primero- que Í!ltent~ a1go. que
pueda flotar en el ambiente (y fue también la
misma expresión en Cézannc ) algo del tiempo,
que él, antes que ~tro cualc¡¡era, se atreve a
fijar! Un primitivo; pues, aqur sería: el primero
que comienza algo q_ue d~l:>e. ·comen~ar; De ma'-
nera, que si .los otros despu'és lo sigu_ieron no
quiere d~cir que' imitaran o plagiaran a Manet,
sino que, comprendiendo que 'tal movimiento de
reacción debía produ¿irse (y él dio el · primer·
foque de clarín) se' pusieron al trabajo e'n tal
sentido. Pero, hombres de genio, s_upiero'n inter-
pretar su idea; y eso fue todo; porque luego d_e
comprendida la cosa,. cada uno dijo lo que te:
nía que deCir y porque, realmente, tc'nían 'q ue
~ecir algo. ·
En efecto, Pissarrp, F~rain, Monet, Caille-
botte, dentro de Ja h:ndenci'a ¿no dicen ya otra
cosa cada u·no ? En cambio, Mary. Cassat y
Berthe Morisot, por falta de genio le copiaron
literalmente.
Cua~do estudiemos a Cézanne y al cubismo,
veremos producirse algo análogo, .si bien las co-
sas marcharon de c tra manera.
Pero, el mismo 1'.Íanct ¿no copia a · Goya y.
a Velázquez, y Juego, ·aleccionado por ellos, des-
cubre otra cosa? ¿Copiando a Cézanne,· Picasso
y Braque, no enderezan t~mbi én a otra cosa.?
120
~-
~~
- , . ..,
¿.Que hace pues el primitivo ? Leva ntar Ja J?e-
~!. - ~re, o sea: ser el primero, es decir, algo que en
~i:~á. ! mo~ento .debe hac~rse o decirse .. Y entonces,
l{:j:c\iando .otros comprenden, se produce. el ~ovi- .
ti)7miento. Porque:, ¿ es. que Manet lo dijo t~do? En·
~~~ :~ealidad dijo muy poco. Y ·esto lo veremos al
~J.'estu~iar todo el movi!lliento: Y es signo . de ta-
~;~ Jei:ito . el darse cuenta de la· idea nueva, -Y c;le
~~\'apocamiento y falta . de agilidad el -rechazarla.
ff:"':!. Entendido que, quien la · acoge no. es par~ imi-
l?"tar sino -para · crear, ·pues .. :·" tambi~n ese com·-
~~;,.·:p~ei:dió. En tal caso aún pited_e p·rod~ci..Se· ?tra
~ .cosa; y que es lo que aconteció no solo con el
h-- -impresionismo, sino también con {:I cubismo: que, _
siendo' la idea inicial un cambio de derrotero en
el arte, al primer paso- dado en la nueva vía,
~- pueden sucederse otros, pero ya no como su pro-
~ longación, sino como nuevos puntos de partida
..~: completarpentc originales:· y tal' idea estuvo, y
aún está en el ambiente de París.
(
~·-.. De.! naturalismo ya des~tado de Manet, sur-
.
t"; ge una nueva pintura . basada en los comple.-
f i:nentarios, Por el ejercicio _visuaf (y apoyadp
f ·por Jos japoneses también en la visióñ de; Tur-
i:' . ner) Claudio M onet lleva la pintura de Eduardo.
!; · :Manet a un plano de musicalidad sin preceden•·
,. tes. Y este hecho, a su vez, en Seurat y Signac,
~- originan el divisionisino o puntillismo. Además,
-~ F~rair¡ y Dega·s abren otros ~aminos distintos.
~ De ipodo, que ·siendo e_I _pu nto _inicial u.no: esto
~~- es, la obseryación_ directa . de la realidad en su
t . aspecto el más naturál posible, luego se estable-
·:· cen diversas in terpretaciones que serán como
( otros tantos puntos de partida riu~vos.
::..+ Como he dicho, c911 el cubismo pasó lo mismo:
.; ha.cía 1908 Picasso y Bra·q uc, imitan a Céianne;
f 't'.
~- pero presto exageraron · la poca geometría del
~ maestro y apunta el cubismo. Añádase a' es to la
~' 1nfluencia geométrica· del ar te negro y se tendrá
~ · la cue'nta. Pero luego, ya no será lo mismo lo
:l.
~-
&. _121
~:
¡;.~
que dirá Léger, o Juan Gris, y ni por los tem·as,
ni por el color, ni por la m anera .de componer.
Y claro, que para el espectador superficial será
lo mismo -cubismo-:- ya que todo lo ve irreal
y geométrico. · · '
Lo import.a n.te ptlt:s, ~s que . se produzc~ un
movimiento, pues éste, des°pertando otras activi-
dades independientes, acrecentará su caudal. Lo
· mortal es· el agua estancada. . · ··
· M~Ó~t· pues, .abre el -~~~o del impresionis-
mo, y tal- núeva concep~ión.. del arte,- irá hasta
sus últimas expresiones; no sólo diversificándo-
.. las, sino, además, manteniéndose.,enJa línea de
la . pintura verdadera, y lo que es más, aun, a
un nivel siempre igual ; ya que, a partir de él
se ha producido el mayor flo recimiento del arte
en Francia, después del .Medioevo. Y aún ester
otro: que su influencia ha irradiado por todo el
mundo. ·
Tal nu~va pintura clarn, y que al fin agru-
pará más tarde a otros nuevos artistas que cons-
tituirán la llamada " Escuela de París", no es
en verdad ninguna escuela. Justamente, Manet,
y con él todos los que le siguiéron, fueron los
enemigos declarados de· la .. ac~demia . Es más:
consistiría, la tal ten~en ci a o escµela, en partir
siempre de la impresión propia. Así se ha enten-
dido desde entonces1 _ y de ahí la fecundidad de
.' tal movimiento naturalista. Por esto ·quien hu-
biese queriao seguir el arte c;le Ingres, por ejem-
plo, que derechamente fue contra el amancra-
mien.t o de los seudoclásicos, ·hubiese tenido que
copiarle; pues, tal manera suya, era algo cerra-
do. Lo mismo en el caso de Delacroix, para ir,
a · su vez, contra el frío clasicismo de David y
su escuela. El de Daul}1ier, ..brutal realista que
se opone al arte de "boudoir", pero que por
moverse más bien dentro de recursoo técnicos
propios, no abre tampoco nuevo horizonte. Pe-,
ro el caso de M anet es distinto: inicia un mo-
122
~: vimiénto ha~ia la realidad en ' su aspect<¿_ na tu-
~':· · ral, pretendiendo salir del cuaqro compuesto. Y
~:~4igo, que sóló. inici~ e.~e movimien~o, ·im~s ·pre~
¡;;~~<>. los que _de imne.dia ~o; van a seguir~~ -;-:Cl~ud~o
~~::~fonet a la cabeza..,_ iran mucho mas leJOS y sm
~Aiie ya {juede resabio alguno de .artificio o éom-
rf: posicióh. Será la entrada de .lleno' en lo que se
~!;..llamará después "L'Art Viv.ant". ·· ·
n:~
¡ft.},
''
..
w...-~·;,_ Joaqu!n Torres ·García
t ?·
T
123·
PINTURA. CON':fEMPOR'ANEA
. 111
124
~,;f:':" . ... "'.- ~- "'>· ~ . .,. ,.... -.,
} 1n
'ª'.
decir, hace poco más de un siglo. Su familia
quiso hacer . de él un magistrado, pero sus estu-
dios no · se. extendierpri ·más allá <le! ·bachillera to.
Manet querí~ pintar, y ·así lo hizo, con la con- ·
siguiente consternación de la familia, . ·que así
vio frustradas sus más caras esperanzas tradi-
cionales. Pero, como . tal rebeldía merecía ser
castigada duramente,. así se "hizo; por algo su
padr~ andab~ en c9s.as d.e justicia. Lo obligaron
a hacerse · marino; 'y lo embarcaron rumb'o a
Brasil. H izo la travesí.a hasta Río de Janeiro,
en un pequeño barco · mercante y, ·a su vuelta,
decididamente se rebeló, y la familia tuvo que
ceder. Entró en el estudio de Couturc (tendría
entonces poco ' más de : veinte años) y pronto
vio, como años despu~s Puvis, que aquellos mé-
todos seudo clásicos ºno eran lo que éJ. intuía en
el arte. .Así pu~s, dejó al poco tiempo aquel
estudio (y como el . otr.o maestro acabado de
citar) se arregló un taller y coinenzó a buscai'
por cuenta propia . .
Desde este momento la actividad de Manet,
y sus luchas con t;l público y los j~rados, son ·
de la mayor importancia, pues va a mostrarnos
en qué forma fue generándose la nueva visión
de la· pintura, y cómo poco a poco Jue ínter-
. pretá ndose y, al fin, cómo influyó en· persona-
lidades tap fuertes como M onet y Cézanne; es
, decir, cómo nadó ".el ·impresionismo,. la pintura
clara.
Manet libera al a rte del convencionalismo
en que estaba sumido; esto es cierto. Pero al
empu jarlo ha.cía el "documento" (la extrema
izquierda del naturalismo) que constituirá hasta
hoy, y en todos los órdenes, el concepto de inves-
tigación y de acción, río hacía, en rea lidad, más .
que retardar · un proceso que tendría. que \·enir,
en sentido inverso ·y como rectificación. En el
primer grnpo · impresionista ya te nemos ·a Cé-
zanne, que será el p rimer contrarrevolucionario,
1?.B
;,~· y que se encargará de dar· la primera b~talla.
ft;:X·en!onces; ·'desde 1
ese momento, ya no· cesará
~~ .·~a. lucha _por la forma concreta, por arbitrar
W?f~t~l~ espacio y dotarlo · de calidad plástica; en una
~r-palabra: por construir. Y al lado d<( eso, ya sé
,~}:·dibuja_ una ideo~ogía coi_no __ base a la obra, algo
:r1 · de universal en_ qu~, qu1ére tomar fundamento.
X..:-~()r esto, el ab~t~nei:-se áquí, ,en nuestro país, de
~i'· Í:entár esos ·profüéfnas vitales para el árte; ha
1
129
Pues bieh:' hay que destacar bien e¿te hecho,
importantí_simo: el paso <;le! "cuadro compuesto"
al "morceau" (el trozo ) (sea de paisajes u oh--
jetos) tomados en su mayor naturalidad -(un
de<:umentó real) y que abre camino a un natu-
ralismo absoluto; paralelismo seguido ..en · 1a no-
vela por Zola. Y, tal concepto, es· el que domi-
nará largamente, pues aun hoy perdura. "Inspi-
rado por las -~hicas - pinturas de Goya, eI_l es-
cenas populares, sabemos _que _Mariet . erige el. ·
esbozo'·en obta definitiva; .amplifica este esbozo
a -la dimen~ión de cuadro, tal como Goya en
~l "Fusilamiento". Pero, alejado (por su ·edu-
eación) de los medios populares 'y -del paisaje
(es decir de la vida a pleno aire y en plena
calle) a pesar del susodicho criterio, tiende a
persistir en él, un resto académico. Y entonces,
si él" influye poderosamente en el grupo de jó-
venes artistas antes citado y los prepara a la
nueva pintura, no cabe duda de que .éstos, a su
vez, .influyen en él, llevándole a la vida al aire
libre; y esto influye en su paleta, que ahora
capta las tonalidades de una nueva orquestación,
que Claudio Monet llevará a una más aguda
expresión.
Todos los · sufragios, a su favor, obtenidos
por el célebre "Bebedor de cerveza" los pierde
al exponer " El almuerzo campestre'', ya' más
osado en el sentido antedicho. Desde ese m_o-
mento, pues, se empeña una durísima lucha
entre él, el público y los académicos.
Hacia 1860 Manet, en ~esión de una si-
tuación económica más que desahogada, viaja.
Recorre los museos europeos, y' esto le forma.
Se detiene,_ sobre todo, en Franz -Hals, en _Du-
rero, en los venecianos, y en Velázq uez y Goya.
y entonces trata de emular a esos maestros, tra-
tando asuntos de la vida contemporánea; y por
esto son de esa época "El niño de las_cerezas"
y "El bebedor de ajenjo". Quiere decir que aun ,
13-0
·...~~~:-~ .
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142
..'¡!.,9-'": r.; : ·1
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_i.; LO PROPIO Y
1"f'° ADQUIRIDO
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1:.- .
~-'
,·•. VA diferencia. Tal como de la vida a la
~
. . muerte. Y además, que si gastamos de .lo
~ adquirido; por mucho . que hayamos acu-
~~· inulado, llegaremos a término: Pero si gastáS'e-
" · mos de lo propio, con el gastarle se acrecien~
~~: ta, y así es inagotable. ¿Acaso en la vejez,
!.f-. esos hombres que han daoo tanto de sí, no
~~<- han dado en sus postreros años con mayor'
·i,. abundancia y mejor? Eso es lo que ha p6dido
}; verse. Y podría confirmarse con muchos ejern-
t~ plos. ·
·~· La ju~entud -y· pondría corno término de
:;~ ella los cincuenta años- no puede ser más que
~; una época de tanteos, de ensayos, de experien-
;?t,,~- cías, en fin, de . aprendizaje.:. Y tanto por lo
:;t¡;: -que respecta al mundo como a nosotros mis-
:~- mas. Y eso no ·quiere decir .que la naturaleza
~'.. no tenga sus caprichos y a veces se salga de
~ sus · normas. ¿No dicen que la excepción con-
,'f. firma la regla?
.f.l. Dicen también que el diablo sabe por vie-
:~f_:jo y por diablo. Y: es cierto. Así, del viejo el
~:;- consejo. Pero la juventud es reacia a :recibirlo,
'fi: y en .esto yo creo que, más que ,en otra cosa,
:i~· . m~estra ,que aun no sabe. Pero siempre fu~
!~ as1 y sera. ·
~·r .
A pesar de eso, en el drama de \Vagner
:~Y:~
<:~ 143'
,t~~
"Los maestros cantores", VValter pide consejo
a Háns Sachs; para la canción del concurso. En- .
tonces . el bardo zapatero le dice: "De los
maestros aprende las reglas, para que cuando
vengañ Ja primavera y el amor, puedas ceñir tu
inspiración a las leyes de la armonía". · Dice
eso o cos:=t así, pues textualmente no lo re-
cuerdo; pero ahí señala que si es indispensa- .
ble la emoción, también el arte. O sea 1a re-
gla de· componer: No tengo para qué decir
lo que yo ·he insistido en ese empleo de una
regla cierta, y de no confiarlo todo al instin-
to. A tal punto, que he identificad'o Arte y
Construcción (para realizar una es tructura)
. ya que todo arte es eso: construir de acuerdo
con una · regla, a fin de llevar. la obra a una
unidad perfepta. Y por esto, -entonces, una
obra q\l_e no sea concebida y ejecutada así
¿podrá llamarse una obra de "arte", ya . que
el arte es tal realización en la armonía_?. y en-
tonces ¿aún podremos llamar "artista" a aquel
que no obra más que intuitivamente y que no
piense en que tal regla existe?
Pero la regla es· estéril sin lo que se llama
inspiración, es decir, sin la visión de algo
concreto, absolutamente concreto, absoluta-
mente plástico e inédito, y que tanto encon-
trará en · la realidad como en la orquesta de
su paleta (pues en el caso ambas cosas paran
·en lo mismo) y que la i:egla fijará eñ sobria
y robusta arquitec!1Jra. Pero aún puecie de-
cirse más: al verificarse esa verdadera cópu-
la entre algo absoluto que ve el artista y la
materia plástica de que se servirá, a ello pue-
de juntarse el sentido de la proporción, la idea
de realizar una estructura de acuerdo con la
regla. Es el poeta que_ya no cuenta las síla-
bas ni los acentos con los decios, pues la ley
de armonía está incorporada a él. Por esto_. al
artista así disciplinado, no le pesa la regla;
144
antes, ,comÓ .el bastón para el caminante, le
sirve de apoyo.· .
Dicen que el poeta nace, no se hace. Es
cierto, . pero lo mismo 'reza · esto para el ·artis-
ta plástico. ¿Por qué ·. había · de ser de otro
modo? . ·· ·
En un 'falso latín, alguien, escribió "que
. al que la riatu~aleza no le. daba, tampoco Sa~ .
L la'rnanca 1.e prestaba~'; . o cosa así, es decir, que
,. si. no viene. d'ótado . . . iba' a· decir es "al ñu-
t. do". ·Por esto es que antes dije _que podía gas~
tarse de -ló propio o de ·Jo, prestado. Cuestión
importante, y· por varias razones.
Personalidad~ artística es la primera.. por-
que _por ahí podrá distinguirse al artista ver-
~· dadero del que pretende serfo. Luego, porque
t puede haber quien menosprecie lo propio (sin .
~· darse cuenta) . por lt:> ·ájeno, y así se malogre.
~· Y tercero y último, que si nó se ha de d'ar lo
;: propio, tanto importa que no se de nada.
~~ · ¿Por qué se pide, ante todo, personali.dad?
~·- Pue,s porque, eso personal, es lo inédito del
~· artista: lo propio' que pu_e de d'arnos.
~: Tal -peligro de caer en lo falso de. lo apren-
'.'[ dido, eri estas tierras de América· (quizás más
if: er el coloniaje de lo !J.Ue Se cree) debe seña·
~=: larse, para poner eri guardia a todos: artistas
':{.:. y literatos, poetas ·y .músicos. ¿Se estará repi-
~- tiend'o: lo que se aprend~ó? Puede acontecer
~ : que cuanto más ilustrado· sea en arte o lite-
t~" ratura, más se está en lo ajeno.
~: Hay quien pretende, . hijo .de padres ex-
;~~, tranjeros, que él es euro¡)eo. Escribe, pues, o
~c:pinta como _tal. ¡Error profundo! Ese es crio-
tf;~ l.lo, criollo como los. demás. Y mal que le pe·
¡v:; se. Y en es,e hacer gala de europeo, en eso
i,¡¡f 1frecisamente lo es más que en otra cosa.
,.,,. ¿A caso a h't no esta' nuestra . f a ll a.'?
%'{::.
~;~ · No se quiera vivir de ilusiones; no se quie-
¡,;,;ra vivir de prestado; no se quiera ser europeo,
a
..i~ .
~t:
m1t,
l~
puesto que no lo somos. Así simplemente:
·quiérase ser criollo. ¡Lo somos! y ahí tenemos
un punto d'e partida bien real.
¿Qué es, ser criollo?
,Muchos son los defectos que tenemos, así
·como los tienen los de otras tierras. Pero ser
- criollo ¿no será .tener alguna virtud, y no esos
·defectos? · ~c;>rque hay quien se jacta . de po-
seer alguna _viveza; y que 'parece que: es -lo
que tiene que _caracterizarnos. Y otras cosas
así, ' .
En esto voy a decir . Jo que pienso. Dejo
al vulgo inculto (que lo será, por lo qu·e sea,
y en esto no me meto porque no soy soció-
logo) y voy al que ha recibido letras y que
ya es persona culta. c\Explotó lo_ que tení~ de
propio? Esto es: inteligencia, intuición; sensi-
-bilídad. Sí -- (y esto hablando en general), · sí,
pero n<? en lo propio, sino sobre cosa hecha.
A tal punto que, sobre ciertos renglon.es, so-
mos una sociedad decadente. Viejos, sí, en
mucho~ aspectos. Bien maduros._ Y esto a un
observador sagaz podría causarle asombro.
¿Es que estamos en _el nuevo mundo? - ·
En todo esto, lo moderno no cuenta. Me
refiero al progreso material, estahdarizado.
Esto hoy es igual en todas partes.
Pero ¿es que no. debemos aprender aún?
Para mí _el a prender -de Europa, sería el
aprender a ser americanos.-
La lección aprendida sería ésta: crear con
med'ios propios. Hacer la vasija con nuestro
barro, y a medida del deseo y la necesidad.
Hay reglas· universale~~ que s~n patrimo-
nio de todos. También tenemos derecho a esa-'
universal herencia. ¿Por qué las vamos a usar
como las usaron otros? La regla está ahí, pa-
ra que la usemos de nuevo tal como somos y
para lo que aquí _nos convenga. Pero ¿cu;1l
será nuestra palabrn propia? ¿Qué pued"e 'ca-
146
:~-:;. ·i'~cterizar~os? ¿Las costumbr.es, el folclore, ·la
~;'i(¡:ibésía : campera? Atmque :·.corte( _ ¿n·o · . es ésta .
f'0~:puestra tradición( ¿D~bef!los''eritonc~ següir
E'.X pbr ahí? / ,. _ · . . · ·
',., . En todos los países se conserva eso típico, •
¡~ /Y.· aón ·hay . alguno -q ue pretende. ·hacer · ái:ie
r.:.: con eso. Se exhibe;·:a veces,-·ci:m··motivo de las
~:0,.f!estas · nacionales. Y es-divertido/ y~ por ~sto-
1~;i;~ e~tá ·bien. Per(hno·. suelé-·· pasá:rse de ahí. Por-
a
~~\:h.'que . 'jünto . eso; hay otia' cosa qµe' evolucio:
:~c;_ na: · algo que tiene que ver ._con la .actual épo-
~~/ ·ca y que 'cada tierra da a su mod'o,"Y qúe de-
-~. ja - atrás a· lo otro. Porque Ja creación mira
siempre adelante, y aquí se trata de eso.
A. cie~tos autores o artistas, yo les diría:
f bien está esto que usted aprenq_ió y ~hora se
';-: muestra, pero ¿no podría, al fin'; . da1:me ~ co-
h~ nocer lo suyo? ·
Por lo que hablan, dicen, o pi1;1t!ln, uno po_-
~ría saber qué autores consultan 9 qué leen .
:·' en aquel momento. Quien así es impersonal,
>, casi ni lo sospecha; ni .Jos otros: ·
(, Descartes, junfo a Ja estufa, solito, ¿omen-
zó la construcción de su filosofía. · Así entien-
do .yo que es como debe comenzarse.
. Hay algo' que .puede enseñarse y · debe
~=;~.. aprenderse: la técnica de cada arte. Además,
7,. "' sus reglas y leyes propias PM ot_ra parte, pay
~-'· · también algo que debe recil?irse d'e· los maes-
(!··· tros: · lo divino cjµe nos revela 'su arte. y en-
~; · .tonces, con tales medios, y con · tales ejem-
. · plos, tratar de decir lo que tengamos que de-
cir. Será· balbuceo al principio, voz articula-
~.-:r-· da luego, después idea, obra al fin propia. '
~-;~ Refieren de un célebre m!Ísico, ,que asis-
:· · tiendo· al ensayo de una nueva obra, s3ludaba a
\ · cada momento. Preguntado a quién y por qué
-_ saludaba, respond.ió: salud'.o a los · Maestros.
, ·,'. . Y es bien cierto que nadie ha creado ele la
~{;.nada . . Por ' consiguiente, que aun los grandes
-·
:...... ~,;,
147
~~~;;~
·'::.~-~-
tuvieron su mocielo, del que ·partieron. Pero
d~~puéS 'de estudhrle ¿qué hicieron? Hicieron
algo -µmy di~tinto· y · por esto pilrsonal. Los
ejemplos son innumerables, porque además es
, la historia de todos.
· · Velázquez, por ejemplo, fue ini.ciado en la
pintura de Herrera el Viejo, y por Pacheco;
con et· Greco y los ·venecianos,·· tomó altura;
¿Pero'. luego? ·tealizó .no sóli:) algo fotalment~
distinto ·::..:;un naturalismq que . ·jamás :había ·
- existido- sino ·que: llevó, además, la pintura
~ . su mas· alto grado: ¿Y el Greco? Aprende
en el Tintoretto la nueva visión <le la luz, que
es como dec:ir que conoció entonces lo que
era la "J?intu'r a". ¿Y luego? Crea todo .un mun-
do propio, en el que ni vestigios quedan de su
antig~o modelo, el. cual quiérase o no, es de
mucho sobrepasado. Estas historias serían in-
terminables. ·
Debe · admitirse pues, un punto de partida
o de apoyo, pero de eso al remedo o al pla-
gio· hay uri abismo. Por tal razón, quien no
da . algo propio, podrá ser un · dile.t trnte pero
no, seguramente, un artista. Además, que eso
que d'e, no sea una vulgaridad! cualquiera.
Porque hay, de esos llamados artistas que, por
el hecho de tratar persistentemente un tema
dado o de tratarlo de un modo distinto de lo
acost.u mbrado, ya se creen. personales., O por
el empleo de un determinado procedimiento.
Por Jo· que respecta a nosotros, y con rela-
ción a todo esto que se ac.a ba de trat:u, yo
tengo que decir .que ya no vale más querer
· justificarse, en cualquier forma, diciendo que,
este es un país joven, que somos aprendices,
que aún tenemos que api:ender · de ·Europa,
etcétera. Digo esto, porque no es arte de
.aprendiz el que aquí S'e hace. Es niás: aquí
no lmy nadie que sea aprendiz. Y no sólo en
arte sino en otros ramos de la cultura. y si no,
148
. ; ;
~fe:.)'
,~~:.·.-
~:.
. " · !.J .
J~-~-· 161
.tW.;, }
.~~~...}:
puestos a admirar sin reserva todo lo euro-
, peo. No; no todo- lo que en Europa reluce
es _oro. Y en cam~io, oro de buena ley pasó
quizás inadvertido. Esto _ha sido cierto. Y si
no fuera historia . demasiado . larga, de buen
grado lo probaríamos. Pero hoy q,uédese alú.
Como pintor mural, -¿est~á~¿_en Mi~el
Ángel? Sí y no. Est~rí_a bieri coW-su arqui-
tectura o la ·de- sus-:segt;iidores, ~r' eje~plo
en la gran navé· de la Basílica de San· Pedro,
de exagerados volúinenes y . ornamentación;
pero no en la Capilla Sixtina, ya-.más sobria
y sin exagerados salientes. Por ~to, y para
no torcer su estilo, él se. ve obligado a crear,
para sus frescos, una arquitectura figurada
que le sirva de marco, y que le es indispen-
sable. Y esto ya dice de cómo la decoración
ha de partir del c~rácter y estructura del
edificio, y no contradecirla como en el caso
de Miguel Ángel; Pero el decorador en ge-
neral, y en este caso también él, no suele
pensar más que en sí mismo, y·-más aun mo-
dernamente, y pega sus telas, pues frescos Yl\
no los hace; y si los hace es para envilecer
esa pintura y rebajarla de su dignidad, y con-
suenen o no con el aparejo arquitectónico y
bajo ·cualquier punto de vista. Aquí mismo
he podido ver, enmarcadas por el ~bello már-
mol de nuestra tierra, composiciones mura-
les a maner~ de grandes cuadros, ~n tal de-
rroche de colores estridentes sin guardar, ni
en · tanto a tonalidad, ni en cuanto' a calidad
de m_ateria, armonía alguna con el mármol.
Y no hay que decir cómo despegan del con-
junto. Y ya se puede presumir que a tal pin-
tor no podía pe~írsele que quisiese armoni-
zar con el estilo del edificio y líheas que lo
dominan. Otra decoración mural be visto, és-
ta en un edificio moderno (por esto de gran
senoillez, a planos desnudos y lisos y en to-
162
.nos .grises y' sin ·ornamentación) Y~ Ja tal de-
~ .. coración, de líneas 'muy movidas, se presen,-
{" taba con abigarrados· colores, .que tenían.' que
~/- contrarrestar. penosamenté . con . Ja simplicidad
; ,. y geométrica estructura del resto. y uno, ·an-
,.. te tal primordial falta de lógica; · y conside-
X- rando el carácter de Ja pintura, no puede·
\\ menos que pregi:mtarse: ¿d'e. qué cubierta d_e .
!'.~:· revista de modas se ' Sacó·-esto? Y · Iio · .se sa-·
~~;"c~da . -es claro,.:- .pero, ·su ··autor, bien' parece ·
\ . servir más para eso que para decorar ·lienzos:
'.~ de 'pared. ,
::· · ·Por fortuna, y .no se sabe si pór culpa o
abandono de los arquitectos, o po·r otra cau-
sa, -la decoración mural no se ha prodigado
~,. mucho entre nosotros. Pero ahora, si se tra-
·;~ tase de dar impulso. en tal sentido,. sería me-
;··' nester ..q ue antes se consid_erase ampliamente
'.'-· tal intento. Por el momento, y dada la. ·ca-
,,:. .rencia absoluta de pintores aptos -para , t.ales
;:¡.~· realizaciones, ·m e_, parec_
e premat1,1ra . .Por esto,
~z. de dar curso a tal -idea, . habrá que lamentar
-~· Juego desastres . artístic.os irreparables. ·
j. · . El problema de Ja decoración_ mural ha
~':-'; solicitado, modernamente, la atención de los
., artistas. ·También, y ya desde hace muchos
. ~~:años, el hallar .· cada paí~ un estilo que le
·:;. fuese propio. Pero,_ a todo esto, ha dad<? so-
~~ I,ución la arqui.t ectura nioderna. ¿Y por qué?
.~:i Pu~ porque tiene un fundamento. Por tal
~ti razón, y para hallar las normas decorativas
:<~ debiera recurrirse a ella. Pero, ¿es que mu-
·.::, chos arquitectos han considerado con la de-
·<4t bida atención tan interesante aspecto?
:¡·E · Puede hablarse de dos géneros de arqui-
11-Jectos a la moderna: unos, 6n el secreto de
·f :tla nueva estructura, y otros que, por igno-
-Nfrarla, siguen el movimiento considerando sólo
~:.[ lo externo y los problemas de orden material.
:,~~-- · El problema de la decoración . mural for-
:~S-'
-.>::1:.
163
:l~~
~ cuerpo', en unidad perfecta, con la arqui-
Eura; y esto . en cualquier ~entido. ¿Se ha
tpnsiderado bien esto, ·aquí entre nosotros, y
te_nto :·por · part~ . de . los pintores como de, los.
ll'Cultores y ·arquitectos? Rothndamente hay
c¡ue: .decir. _que no. Es más : ·que ni se lra .in-
tentado siquiera: Y_ la prueba es que no ha.y
ni un s_olo ensayo _e n tal sentido·. Si se dice,
pues)':~ que todo -·está :por hacér, picJtiso· ·una·
h~oría . para ...llevarlo · a ·.· cabo, . .nó " se" ·e xagera:
Pero .justamente por esto (e5 decir, . debido
n esta .total ·ignorancia del · probJen]a) . es por.
lo que, no creyendo que haya tan serio asun-
to a la base, es por Jo q ue se cree que fodo
se reduce a cubrir de ornamentos o de figu-
raciones Jl~madas plásticas, las paredes, y,
con o sin estilización "moder,nista"; ya que a
esto es a lo máS que se llega . .
Teniendo en cuenta todo estb ( brevemen-
te expuesto) se· ve que es de toda urgericia
plantear el problema debidamente. Y que tal
problema no sólo reza para Jos pintores; sino
tanto y más para , los escultores.
Habrá quien maldiga que yo mé · inmis-
cuya .en tal asunto, ya que puede malograr
una perspectiva de· negocios. Pero a ése, sea
quien sea, hay que decirle : paciencia. Al con-
trario: q~e ya estamos en retraso · para ·.tra-
tarlo. Es decir, no en cuanto a mí, que lo
vengo tratando aquí desde hace unos años.
Pues en el fondo, ¿puede ni siquiera tratarse
tal problema sin referirlo al del arte en ge-
neral, a sus bases y a sus leyes, y ·a cuanto
con él tiene que estar relacionado? Y aun
('Y esto no hay que olvidarlo-) ·· con . respecto
al siglo en que estamos, y tanto pür . Jo que
se refiere al as.pecto del mundo y a nuestras
necesidades estéticas de hoy, cuanto con re-
ferencia a las soluciones de arte que se han
hallado. Ahora, si se tratase de negocios, ya
lH4
es otra cosa. En tal caso, ~odo marcha bien.
:~~ti·.· .• Pues ·bieri:·) reunir~ todo ·esto ilo es cues-
~~>;' ;tión de un momento: Una: conciencia · artís-
~~1: tica así formada, " requiere ·-quizás -años · de ·
-~:':. ensayos · y ele estudio. O, ' a · falta d e · eso, el
f.t: enterarse mejor d e lo que' atañe ·a esé'·asunto.'
1i; El problema es complejo. Por ello es. ne- ..
~\..· . ces_ario, par'a s1:1 9esa~To1lo, una. ordenación~.,..
~<!::gradual , en;)?s estudios. ,, ' ·· ·:·· .. · - ' ···,_ ~ ~
~- :. últimám~nte ' he tratado de . lo que yó .be _,
~;-- llamad~ "forma plas~ica" Y. "forma :·in:ita?vá".
:;:: _ Pues bien: tal estud1ti ahora puede serVlr de
~ fundamento para esta seria cuestión de Ta de- ·
'coración mural. Una forma plástica puede
• servir para el ordenamiento de una compo-
t sición mural; y tanto por ser planista como,
,~'._·~ y i:>or esta · razón, permitir una"' función en el
-r ritmo; _es ,decir,. el llegar, mediante ella, a una
· · verdadera estructura. J.,a forma imitativa; por
~ e! contrario, rechaza tal pretensión. De ahí
rf_· que cuando se la quiere .hacer decorativa y
geométrica, o se destruye el 'niuro, ¡}or el vo-
"·º Jumen' de la · tercera dimensión, o se cae en
r el error decorativista, que consiste en vi9-
-~;" . lentar la forma na tural o real, a fin de ha-
:~' cerla ent-rar forzosamente en el j1,1ego geomé-
·" :. trico. La forma plástica, por el contrario, por
;.-,· su irrealidad, es ya, en sí, geométrica: nace,
1<." puede decfrse, de la gebmetría. O, en otrós
~~ -términos: es, primero, pl¡¡,no geométrico, pa-
~ . ra ser luego y en último término, represen-
~; tadqn. El juego no es fácil.
~. Grandes decoradores murales, como por
1,,"; .. ejemplo Pu vis de Chavánn~, en Francia, y
f. .- Brangwyn, en Inglaterra, por desconocer todo
¡freso esencialísimo, pese a su genio (sobre to-
~¡.-, do · el indiscutible del primero ) habrán d e-
~-' ,jada una obra literaria el primero y un sim-
¡f· ple · cuadro ampliado el segund<?.
r,,. • Si se quiere tener en cuenta que arte ·y
!'.t·' ·
~~·
:~ '. 165
,•
decoración son c::isi lo mismo en el fondo (y
dejando aparte el éuadro de caballete, . siem-
r
pre naturalista podemos· ver, como acabo de
decir; que los problemas del ' arte y de la de-
coración son los mismos iy, comprendida la
nrqu itectura, y · siempre desde el punto de
vista de· la ordenación plástica, que ha de .
estar a su base. Y. esto ya ha~ ver que, el ·
cuad ro ampliado, o, · dicl~o de · otro modo, la
decoración ·concebida como cuadro, no es tal
cosa, o sea decoraciqn úmral. . Y queOa · por
considerar aquello ·a que se· suele_llamar "ar-
te decorativo'', y q-µe es cosa detes table, sea
esctil tun1 o pintura, y que no pasa de ser
un naturalismo camufladc y geometriza<lo. Es
decir: una cosa híbrida. Y es por esto que
nunca he querido llamar al gran arte y al
arte pianista y mural, ni al arte constructi-
vo, arte decorativo. Ya que tal denominación,
y hoy en lenguaje corriente; designa ese falso
<lecorativisÍno. He preferido hacer ob·a clasi-
1 ficación: la de arte geométrico y arte imita-
tivo; y este último sería lo que comúnmente
se entiende p0r pintura, y qu e es siempre,
como :i.cabo de deci r, a rte naturalista.
' .
El verdadero y real arte decorativo tiene
por base una estructura. Quiere decir,. rela-
ción d e las partes con un todo, y tal como
también debe ser la arqui~ectura. 2 Por tal
razón, debe desarrollar sus figuraciones den-
tro d'e la ley frontal, y por- esto sus elementos
componentes han de ser plásticos y no imi-
tativos. Es el arte de los primitivos (hoy los
afric,rnos y australianos ) y fue el arte de la
Antigüedad, el caldeo y el asirio, el griego
)' el egipcio, el b izantino y, en parte, el del
Medioevo. 'También el de las civilizaciones
166
··.:;
168
. .- . valores absolutos, hecho sobre lo real. . ¿Y es-
~, to por qué? :·Se.-: adivina -por_ lo . antes dicho:
~--- pues para :que, cada.- ·cúaJ, con es_e universal
~ . conocimientQ · :fond~mental ·;del :· arte (y . qui:; --
; .. por ·su naturale~a - -rio tendrá, que inaucir ·en
~ ningún sentido}· pueda: decir, al fin, su pa-
t" labra propia. - y. tal · palabra ·tendrá que ser
~ _ voz de e!\t~- ·tiei;ra,._a mi juicio aún. no oída.
f-.> -· ·; Se ·pu~e; piáctfoar'·J.tn.-'arttf:·sin >co~tenido
r,·: - espiritual :- algüno, ·~ ineran:ienté físico ·ó mate-
~·-· rial, tal. como . se· practica ""tm oficio cualquie- ·
- ra. y.es 'el arte ·qúe se aprenfüó en las aca-
demias y en ·1as ' escuelas de arre aplicado,
basa.d o . en las más comunes fórmulas con vis-
tas a la expresión descriptiva o imitativa. Y
<-- para · llenar tal función pedagógic~ hay en to-
~~ 'dos los países cultos, desgraciadamente, ins-
~, titutos ade·c uados, y·. entre los tales · la fünestá
f Escuela de ·Artes : DecorativaS. De aIJí salen
~ discípulos aptos para qualquier ·género . de
¡:.· aplicación, sea iridustrial, docente · o para la
r decoración mural .y" de' objetos. y tal discií-
l,. , pulo, al cual sólo habrá que hacerle una in-
~- dicación para: que 'cumpla a la ·perfección- su
~' . cometido, será luego el que ejercerá ese ·arte
;, · sin personalidad, que puede verse por todas
~-:. partes y que irá, desde el afiche, el envase
~ - d.e perfume, la etiqueta elegante, la pulcrn
t. cubierta del libro, hasta la decoración mural
~-, - o el monumento público. Tal sujeto, que sa-
1_ tisface ' maravil1osamente las e~igencias de la
t demanda, s~rá el acaparador de los . p remios
:''; . en los concursos. y _de cuanto trabajo decora-
$~ tivo, sea o no industrial, que se presente. Es
~ el antiaitista, pero es el mejor ·forjador de
~ ...__·un arte perfectamente conservador. Es un
~t": producto de la · moderna o~ganización mate-
~.: rialista y contra el cual el verdadero artista
ciJ~' .nada puede.
~{-~ ."': Pues bie~: a a1iistas .así · (pues aquí tam-
~~
~
~ 1~
~--
~~>
bién los tenemos, si bien no tan hábiles como
•. ~n otros países) puede pedírseles colabora-
ción para el embellecimiento de los edificios
púólicos·. Entonces, sin · sobresáltos ni ·cotnpli-
. caciones, todo puede terminar felizmente. Y
es más: así n_os pondrerrios al diapasón de lo
que se ve por -t~as partes, y por tal motivo
nuestra ciudf~·presentará un bello _¡¡.specto
de ·ciudad culta.. Yo lo he dicho otrás veces~ -
· para que e5té bien _un, p\onumento público,
tiene qu~ estar . mal artísticamente, 'pues así
se parece a afros pareci.dos que se ven por
las plazas de todas las ciudades del · mundo. ·
Sohre todo, ese género "ecuestre" que puede
verse en cualquier tarjeta postal de no im-
porta qué país. Y lo mism9 ·la decoración mu-
. ral, que tambiéá tiene que estar dentro del
"estilo". Porque pasó el tiempo de los Giotto
o de los Gozzoli u. Orcagna, o de los deco-
radores bizantinos. ¡P.ara algo somos los hom-
bres supercivilizados del siglo XXI País jo-
ven el nuestro,. ya se _ha puesto "a la page"
en cuanto a esto. Por eso nuestra ciudad, en
cuanto a estar ya en el "estilo.., puede com-
petir con cualquier otra, se llame París o .
Nueva York. Yo, que he visto bastantes ciu-
dades, puedo dar fe de eso. Y si esto puede
ser motivo de alabanza, podemos bien feli-
citar a algunos de nuestros . decoradores, ya
sean de los que colaboran con los 'industria-
les, o bien aquellos que trabajan con los ar-
quitectos, o simplemente a los que, por pla-
zas, parques o avenidas, nos muestran sus
monumentales creaciones. Y todo esto debe
admitirse porque es algo fatal, que arranca
de bases muy profundas, y que ahora no es
momento, ni éste lugar en que eso deba es-
tudiarse. Y por tal rázón, aparte ~e que sería
vano empeño querer cambiar las cosas, ve-
mos que esto está bien que así sea, ya ·que
170
responde a realidades bien manifiestas. En
consecuencia, es sobre tal base que deberá
buscarse un entendimfonto entre .arquitectos
y plásticos. ·¿Y el arte . . . ? Que por el mo-
mento se deje para otro' siglo.. .
Pero, ¿y . sf yo fuese · demasiado suspicaz,
y, por 'el contrario, h,ubiese mejor propósito?
Perrnítaseme que yo quiera conservar la ilu~
s~<?n. Y piénsese también que si esto que aca-
bo de decir es, si se· quiere; crítica, créase
que ha sido dicho con . muchísimo qolor por
parté mía. ¿Y para qué se dice? Pues para
el mayor bien de nuestra tierra. Si hoy, en
medio del torbellfoo del mundo, el arte bus-
ca un refugio, que lo halle en nuestro país.
Joaquín Torres García
( Especial para "Marcha'~, nQ 6Ó,
'F 1
16.· d e agosto de 1940. )
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Joaquín Torres García. Testamento
Artístico. Estudios Críticos Juan Fló /
Eladio Dieste. Reportaje de Juan Carlos
Onetti; notas, Alvaro Fernández Suárez,
Julio E. Payró. Montevideo, Vaconmigo,
Biblioteca de Marcha, 1974.
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