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o sea, mediante tina trayeccidn rectitinea en las hip6tesis ci6n, supondria en alguna forma que Sigilenza la aceptaba
Cop&nico, o por espiras cenicas en Jos vörtices cartesianos". 4 como veremos luego, no hay base para afirmarlo-- y la
Es fkil observar que de lo expresado aqui no puede dedu aplicaciön misma "mediante trayecciön rectilinea" no parece
cirse nada relacionado directarnente con los puntos båsicos d ser congruente con el contenido doctrinal de aquella. En todo
Ja teoria heliocentrica de Copernico, porque ei aspecto de caso, pareceria bordarse macho en ei vacio al especular con
cisivo no se menciona, a saber, si ei rnovirniento cle los co una sola frase y no dicha por Sigilenza mismo.
metas se considera con relaciört al Soi o a la Tierra La menci6n directa y expresa de uno de Jos dos puntos
"rnovimiento" y no örbita., porque Sigäenza aån ignora aqu principales de la teoria copernicana, es decir, del movimiento
Jo que por entonces apenas se descubria en Europa, esto de rotaci6n de la Tierra, reza asi: "Presupongo, Jo tercero,
ei caråcter "periedico" de muchos cometas, es decir, que sc hipoteticamente, la doctrina de loi copernicanos de que con ei
guian 6rbitas alrededor del Soi como los planetas, aunqu tnovimiento diurno de la Tierra se mueve todo Jo que es de
de otro tipo, o sea, no circ-ulares ni elipticas sino parab6lica Ja naturaleza terrestre, como son las nubes y generaimente
o hiperb6licas.42 Adernis, ei termin° "trayecciön rectilinea toda la atm6sfera terdquea, lo cual sucede de la misma ma-
parece excluir en principio la atribuci6n de una örbita. Re nera en la solar, como se infiere del lugar de las manchas,
pecto a las hipötesis, me pertnito reproducir lo que escribi acerca de que se puede ver a Gassendo." 43 Si analizamos ei
yo hace quince aiios 21 editar la Libra, en una nota al pasaj pasaje, advertimos estos aspectos: 1 9 La reserva de la afir-
(0.g. 14): "Quizå. esas 'hip6tesis de Copernico' simplement maci6n, doblemente expresada: presuposicien hipotetica. 29
scan las generales de su sistema y de su obra, de las que hari El caråder indirecto de la referencia al rnovimiento de rota-
uso Sigiienza, aplicåndolas al movirniento de los cometw ciön de la Tierra, pues ei tema que trata Sigilenza y que le
porque, hipötesis particulares referidas a este punto, no s interesa no es la rotaciön misma, sino una de sus consecuen-
hallan en ningän lugar del De revolutionibus orbiurn caele. cias, ei movimiento conjunto de todai las cosas terrestres —en
tium." Hoy piens° que nai conjetura de entonces se refiere virtud de la atracci6n—, movimiento que, dicho sea de paso,
aigo poco probable, pues Ja aplicaciön de Ja hip6tesis helic fue considerado imposible por Tolomeo y cuya supuesta in-
centrica, sobre todo en lo relativo al movitniento de trash existencia fue aducida por este, en siis efectos, como argameri!
para negar la rotaciön de la Tierra. 39 Seraejanza de la rota-
41 Libra, p. 14. ci6n terrestre con la solar.
42 Aunque Sneca paret-e haber vislumbrado ei hecho —segiun citas
one hacen de el Sigiienza (Libya, nftra. 116, p. 60) en ei sigio xvn y De Jo anterior se saca Inas bien una impresi6n relativa-
Alzate en ei sin embargo, ei descubrimiento cientifico del hecho mente deslucida del primer acto de presencia de Copernico
se debe a Kepler, quien los consider6 miembros del sistema solar, y en el Mexico colonial y en America .E1 movimiento de tras-
a Halley, quien les asign6 6rbitas elipticas en torno al Soi. Aizate
Jo atribuye a Cassini v a Halley (Gacetas de Literatura, tomo n, laciön en tomo al Soi no es mencionado, ni hay alusi6n al
p. 440, edici6n de Puebla, 1814). Siglienza, en la coyuntura citada sistema planetario concebido como una unidad. Sin embargo,
arriba, confinna su desconocitniento con estas palabras: "... hablando cabe pregutarse si Sigäenza y Geongora no conoci6 Jos hechos
fSeneca] de solos los movimientos de los cornetas, cuyas reglas se y las tesis fundatnentales del copernicanismo. Y cabe respon-
ignoraban cuando vivia y aun hoy se ignoran.. " (n6.m. 117, p. 61)
Es cierto que en otro ingar dice: "... defendiendo todos los astr6no- der, por muchas razones, que si los conoci6, sin lugar a dudas.
mos modernos que ei cometa se mueve per un ch.culo meiximo, para ffln que me fundo? En que ley6 o conoci6 las obras de un
probar con este argumento... ei que son celestes..." (n6.m. 268, gran nimen) de astr6nomos, claramente modemos, pero so-
p. -129); pero est° no debe ni puede entenderse, como si l hablara bre todo ei Epitome de la astronomla copernicana de Ke-
ya de drbita ni alredeclor de la Tierra ni en torno al Soi, pues s6lo se
trata del movimiento que en ei sistema tolennaico se atribuye a todos
los cuerpos celestes ahededor de la Tierra cada 24 horas. 42 Libra, niun. 307, p. 148.
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- plet .y el ,..tratåele.:Sobre: ./‘is .manchasr del S,1,.de Galileo,.!4. problemitica te6rica- y prictica, Sigueriza, hab-ria. reSpondidn, '
'doride-. 1a -teoria, cle coPerrike -es ei terna"-inisine O -se. ezpone en ei _ nivel dentifico-filos6fico. confonne al espirit-u mocier-__
con amplitud Puede alguien pensår; sobi -e ::tecIO.'tenieridö no, pues tenia todas las armas pari - eno es decir, Jos cörlo-,
'en -.ozeirta'la pritnera obra; -.:que Sigilenza no.'haya - :ConoCido la cimientos, ei insturmental y la actitud; ;dernis, como _puede -
:teoria ide CopetniCor y no la haya: eStUdiado y iprefinrcliZado, verse por sus escritoi dentificos, en ei predomina ci å- ramente
•„como::Solia.:hacet Yo la tendencia moderna frente å la tradiciorial Y (lue 'uhria _
• «c
• utia pregunia ulterior Por que rno la expus' o en esta respondicio a esa probiemåtica en ei nivel dogrnåtico-religioso?
:obra iii etr. :akana otra especial,::o por que 'no se refrn— o' 'aqui El hecho de no Ixaber tratado ni ei tarra ni ei problema del
Cola mi arnplitud? La contestaci6n a estasrpreguntas sista= del mundo en la Libra --donde, ademås, no era ne-
: puede'Ser....satisfaCtotia yademås no desdecir de la medernidad cesario quizå nos podri'a insinuar algo sobre
cie SiglienZa iii Menguar su valor de cientifico y astr6nomo: Ja annösfera que ei escolåsticismo filos6fico-teolegico y edd- ,
: ,Es concebible que ei hubiera 'podido tomar la ocaSien en esa siåstico hada respitar; Sin embargo, es posil3le que aun en
o en aiguna otra cOyuntira para exponer los fundatnentoS del este nivel Sigilenza häbiera respondido con una relativa liber-
: sistenra copernicano, peto faci era indispensable ni neCesario. tad, como podria deducitse de su actitud frente al problema
Todi la doctrina de los coMetas no implio, a'rni juicio , sinö de los cometas, donde1, como hornbre moderno, rnostr6 da-
en ml- punto la 'concepci6n del sisterna planetario, a saber, ra oposicien a ciertos temas relacionados con la interpreta-
ei de si ei :rriöviiniento ii 6rbita::de Ies Cometås se Concibe Cöti ci6n de la Escritura v que eran caros a la aterrorizante ora-
. reSpecto al Soi o a la Trerra como centro o punto de refe".. toria sagrada de la epoca.48
-renciå, lo. ciral,:.podria adernås influir sobre: la estirnaciön • de Tai vez una pregunta fuera por que ei sistema del
: Ja- distancia: del cometa å.si al Soi coniö a la Tierra., Y este mundo no significö de becbo una motivackin real para Si-
- :tai vez puede apoyarse con ei her_ho de (jne :Copernico en sn gilenza: Esto podria consiclerarse interna y. eseternamente. En
De revolutionibus no hace .åino una sola menoon inCidental Jo externo, no existi6, de acuerdo con la historia, ningfin he-
: de.-los cornetas, en estas palabras: no es menos sorpren-: cho ni se bizo ostenta£Km de aiguna doctrina que --como
' dente cuando: dicen que Ja regi6n mås alta del aire sigue cl dijo Sigilenza sobre-lo becho por ei pacire Kino-- "conmo-
Movimiento celeste, ,-corao se ha deniostrado por los astros viera la pisczna y Jo "provocara".47 La ensefianza, posible,
que snrgen repentinamente, pienso en:los cometa.s ; :1IamadoS sobre la concepciea del mundo en la epoca quedaba reser-
- : vada propia.mente a los cursos filos6ficos, que incluian en-
- .pogorrias' (barbadös) pot los griegos.::Porque ese lugar 'se
asigna pata su :generaci6n, y como las dernås-estrellås, nacen tonces todavia los diversos conocimientos naturates sobre
y :. se ponen.'.,4:. todo ios de la fisica, de la mai cierta.s pa.rtes o secciones tra-
Peto tai vez Jo mås itnportante que puede decirse å.l reS- taban, siguiendo a Aristoteles, sobre ei cielo, ei mundo y los
: pedo es Tie ei problerna de:la concepcien del rnundo no s. ig;,, metearos. En los escritos filoseficos conservados no se hace -
nific.6 para .Sigtienza oria motii)40ön real que lo lievara å menoon alguna. ni cle Copernico ni del sistema heliocentrico,
aplicar sobre ei: su mentålidad Cientifica y:su: actitud critica.; por una parte;48 por otra, es muy probable que Sigilenza
La inversien copernicana: ne Lue para nuestro astrenomo un no les diera mucho cr6dito y, por tanto, que no se enterara
punto crucial,: una -piedra de escåndalo, corno Jo. fue Ja Con! 46 Por eiemplö, Libra, nfun. 20, p. 14; ruim. 48, p. 29. -
tepcien. aSrö6gica y Seudocientifica ..sobre los:: .cometas. Si 47 Id., nimi. 9, p. 7.
ei Sisterna del ” mi.mdo . hubiera sido entönces nbjeto de ntra 45 Cf. Jose Maria Gallegos Rocafull, El penramienro mexicana en
ies sidos xvi y xvii, UNAM, 1953. Personalmente, yo he recorrido bas-
44 DL, mins. :296, p. 143; rithm. 306, P. 148. -" tantes manuscritos filosbficos del sigk XVIt y no he hallado nada al
- 45 Libro prirnero, cap vitt, p. 79. : • respecto.
32 ..: 33.
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de Sti coritenido, a inengs:que.estUvieran en relaa6n MEI ado naCi6n - aPPgeO, rePresentacla principalmente - pot ei padre.
. pfiblicos- eti.la.universidad o en los colegios. Puede Conduirst oratoriano Benin", Diaz dc Gmarra y la tercera puede con. -
pnes,. gtie externamente no hubo riada gue incitata a Sigilenz siderarse corno dc difrIsirin y t?'ansktön, donde las figuras maa
- a dismtir ei problema de la Concepci6n del - mundo. Ahor importantes - son" algunos talentos que se ,empiezan a dedkar
bieno smtxo S'grienza en Jo interno algån kkate påra tra a la fisica experime'ntal y a la observa C . i6n, como Alzate,
far el punto, rechazar algo derivado de taxa lejana y dogrnå Bartolache, Leon y Gama, Mucifio, VelåzqUez de Leon, etc6- -
• - ••- tka tradiciön y proponer uria perspectiva conforme con su tera.50 •
conocirnientos de 1 ciencia moderna, con stis inquietudes d Los maa notables autores en la primera fase son los, padreS - -
observador e investigador -directo y con Su rnentalidad critica Francisco Javier Clavigero, Francisco Javier. Alegre y Diego
Ei dificil responder con seguridad a esto. Mas parece irn Jose Abad. Aungue son todavia, como casi todos en la 6poca, -
posible imagina-rse a Sigiienza ajeno a los problemas de 1, principahnente fil6sofos y escriben tratados escolåsticoS de fi-
cienda moderna uran de los cuales era sin duda este, por e losofia, sin embargo, se ocupan de los temas cientificos corn-
contrario, hay bases para considerarlo en su pensannento, s prendidos dn dentro de aguella disciplina, entre los cuales
no en su pluma y letra impresa, partidario de 'Cop6rnico sin duda ei tnås impottante era ei gue llamaban ellos del
de su teoria. Sistenra del mundo, es decir, la concepci6n o doctrina a.cerca
de los inovimientos y posiciones_ de los cuerpos celestes, en
especial los planetas. La -mayor importancia que atribuyo a ,
X • ese teilaa no estriba en su papel dentro del desarrollo universal '
de la ciencia en la &poca. —2R• mitad del siglo xvm—, sino
Entre la epoca de florecimiento de Sigilenza y G6ngora y e en la funci6n que eiercia dentrö del ambiente escolåstico ,
• principio de la segunda mitad del sigh) xvm hay, segfin filos6fico-cien5fico del MeXico colortial en ese tiempo. Aqui,
• investigado y conocida hasta ahora, gue es relativamenti mås que en otras latitudes quizå, exponer la doctrina y dis-
poco,49 muy escasos rastros de modernidad, todos ellos loca cutir el problema seguia siendo signo de vanguardia ideo16-
• lizados en los cursos de filosofia escolå.stica, pues obras cien gica y de oposici6n a Jo tradicional. Habia sin duda. otros te- .
tificas como las de Sigiienza no se conocen. Mas a patth dl xnas que dentro de la epoca, nniversahnente, significaban
Ja sexta d6cada, aproximadamehte, aparece no un solo cien mayor trascenderkia ya entonces, coino por ejemplo, a rni
tifico o pensador, sino todo un movirniento filos6fico y tarn juicio, la admisi6n paulatina del atornismo o cornuscularismq
bien cientifico de modernidad, llevado a cabo al principix para explicar la constittki6n de la materia, doctrina enseriada
por un amplio gru.po de padres jesuitas, profesores de eli frente al hilornorfismo escolå.stico-aristotelico, y que estaba mu-
versås disciplinas en los colegios de la Cornparlia, relativa cho naås. cerca de lo cientifico que este: - o la negadön de la
rnente al margen de la Universidad Real y Pontificia, ante generaci6n espontånea y afirmaciön de la seininal; o la acep-
cesora lejana de nuestra Universidad NaCional. En realidad taci6n dei otros, descubrirnientos y teorias modernas en fisica,
lo her_ho por estos jesuitas mearicanos debe considerarse må: fisiologia, quirnica, astronorriia, etc6tera; 51 pero estos puritos
•bien como la primera fase‘de un rnovimiento de mayor exten no planteaban problema.s filos6fico-teol6gicos como ei copes-
si6n, gue abarcaria hasta fines del siglo y quizå. un poco hast: nicanismo. -
los comienzos de la Revoluci6n de Independencia. Esta pri Entre todos los jesuitas que iniciaron la tendencia modema
mera fase result6 ser de iniciaciån; la Segunda es de crelml
50 Cf. en general mi Cutsura mexicana Moderna en et sigto
Estudios documentales de primera mano, que yo sepa, sök
49 . UNAM, 1964.
existen los realizados por mf en la o: c. en primer lugat en la nota 25 51 Cf. mi Introducciörs:. pp. 197- 199.
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antes aIudida descuella ei padre Clavigero, tanto en fenderse como una mera hip6tesis". Fara Clavigero esta 5610
por Jos rasgos de vanguardia," cora() en particular "deduce algo de la cosa constituida, pero no decide si elia
que toca a la teoria de Copernico, pues resulta ser ei rn ei asi";56 en la hip6tesis "no se requiere la verdad,...
habia de a y que expone y discute su doctrina. Sin er sino s6lo que se dmitan cosas verosimiles o no rePugnantes,
es posible que la primacia atribuida a Clavigero, sobre 1 de las que puedan seguirse cosas verdaderas..."; en elia,
Jo relativo a Copernico, sea efecto de la perspectiva c asimismo, no debe suponerse "nada inverosimil, absurd0 ni
dan documentos conservaclos, pues de Abad no se repugnante" y deben explicarse "todos los fen6menos con
cubierto la Physica Particularis, donde se toca ei tern acierto y precisiön..."
Alegre s6lo tenernos on breve resumen de esa parte, La esperanza que hacen concebir afirmaciones tan valiosas
por 1 trliSMO, en ei que söi° dice al respecto:
se eleva, cuando, despues de exponer surnariamente ei sistema
1-nero de los cielos, sistema, ecuaciones, teoria de los p tolemaico, se lo refuta desde ei punto de vista asttonötnico y
remendando en lo que me pareci6 ei sistema de Tycl - fisico, y cuando se dedica ei mayor espacio a la exposici6n
he..." " Independienternente, pues, de si 10 que s del sistema copemicano. Siendo esta la primera hecha en
Lue de hecho asi o se debe a la limitadön documental, America, considero de gran interes pata todos conocerla in-
que Clavigero en su Physica Partictdaris (Unica parte erin
hasta, ahora del (ursus Philos-ophicus mariuscritoys4 tegra.
unas seis påginas —cosa inusitada-- a exponer ei siste Nicolås Copernico, can6nigo turonense en Polonia, habiendo
pernica.no, a discutirIo y, desgraciadamente, a rechaza advertido que ei sistema tolemaico de ninguna manera podia
interesante e ilustrativo seguir ae cerca ei texto. sostenerse, si se atendia a los fen6menos de la fisica y de la
El capitulo quinto de la obra esti dedicado en gei astronotnia, discurri6 una nueva hip6tesis o mås bien despert6
la exposiciön del "Sistema del rnundo". Comprende una antiquisima, adormecida hasta entonces profundamente, y la
pecie de preårnbulo y tres parågrafos: ei primero se perfeccion.6 con un trabajo de treinta afios a saber, desde prin-
,
sistema tolemaico, ei segundo sobre ei copernicano ciplos del sigio xvi hasta su aio trigesimo. Esti bip6tesis, que
cero sobre ei tychenico. Ei preåmbulo se inicia asi: ' tiene enorme vigencia entre los modernos, es cora() sigue:
tema o hip6tesis del mundo es la constituciön y disp
del Universo y de SUI partes principales, ordenada a El Soi es constituido inm6vil en ei centro del mundo; al SoI
caciön de loi movintientos y fenömenos celestes." 55 lo rodea inmediatamente Mercurio, que gira en torno de el en
definiciön se empieza a advertir algo rnuy iraportantl espacio de casi un trimestre; luego Venus, que compieta su
que dedicar ei preåmbulo entero: la forraulaci6n de curso en ocho meses; despues sigue ei circulo llamado &raiz
es una hipötesis frente a una tesis. Despues de decir qi örbisa," que la Tierra recorre en su movimiento anuai; alre-
"afirma que la cosa es asi", expone las caracteristicas dedor de la Tierra, como en una eIipse, ciraingira la Lima
hip6tesis, explicando entre otras cosas que pretenden en on caes; a la gran 6rbita sigue, ei circulo de Marte, que este
dernos cuando dicen "que ei sistema copernicano pue recorre en espacio de casi dos afios; enseguida viene ei circulo
cle Japiter y finalmente de Satumo, de manera que Jfipiter,
Id., 175194 Passin; pp. 224-234.
Id., p. 147. " Ibid.
" Mås noticias en mi o c pp. 175-176. Existen copias
,
57 Id., p. 10 V.
filmicas en El C.olegio de Mexico y en la Biblioteca Bernatnfi 58 Clavigero emplea en latin la palahra orbis, que segfin ei sen-
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El sisterna, copernicano tom6 nombre de Nicolås Cop6mi Al final de esta presentaci6n y antes de empezar lo que
pues de treinta atios de estudio que gast6 el. en itust "censura de los sistemas del mundo", Gamarra and-
hip6tesis. Sen tai sistema ei Soi es colocacio iaccuSvi cipa un apoyo para su posici6n, al reproducir ei aserto de
centto del Mundo, en tomo ai cual se mueve inmedia un c6lebre te6logo, qujen afirma que muchos autores, aun
Mercurio, luego Venus; y juzga que enseguida da vu "insignes por su piedad, y religi6n... se permiten opinar
Tierra con la Lena circungirandola; despues Marte, lu iihremente siguiendo a Galileo y a Copernico, con tai que
piter y finalmente Satumo; pero ms aii de todos los p no digan que es un sistema cierto e indubjtable, sino que
y ciertamente casi a una distancia inmensa, pone la es lo hagan como una hip6tesis acomodada a los usos de la
las estrellas fijas, destituida absoiutamente de todo movi astronomia, como se dedujo del Decreto ele la S. Congregaci6n
A cada uno de los planetas, cou la 'Unica excepci6n del del Santo Oficio del afio 1620". 73 Con rriås sencillez y mayor
que por lo misrno borra del nilmero de estos, atribuye u: sentimjento prktico, Gamarra presema asi la distinci6p en-
rniento perlödico, es decir, bajo ei zodiaco segtin la s tre tesis e hip6tesis, sobre 1a que Clavigero mås bien teoriz6.
ios signos. La segunda parte empieza con las afirmaciones en que
A la Tierra le asigna on triple rnovimiento, a ss Garnarra formula su tesis posjtiva ? prjrnero en general y lue-
primero de roracieln en torno a su propio eje de occi go mås en partjcular: "...ei sistema copernkano, cotno una
()dente, con ei cual los copernicanos pretenden adarar mera hip6tesis, parece mucho mås apropjado que ei tolemaico
cesi6o del dia y de la noche; ya qUe, puesto ese rnovi y ei tychönico para explicar los movimientos y fen6menos de
ei Soi nos parece girar del oriente al occidente, y la los astros..."; "...la hip6tesis de Coprnico no se opone
ni a la fisica ni a la astronornia, como el sistema tolernaj-
71 Que se sepa, y con fines de estudio y exposici6n p6b1:
nuestros dias s6lo la ban manejado los maestros Caso y Gaos, 72 Vol. ii, mitas. 735-737, PP- 22 9.
y yo.
" Ibid., nitm. 737. -
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a>" ;74 "...la hip6tesis copernicana es mås ordenada
con ei probiema de a supuesta objeci6n contenida en algunas
laza en tina serie armoniosa ei sido y la disposici6 afirmaciones hiblicas, de las cuales se desprenderia que en un
cuerpos celestes..."; "... este sistema es mucho libro revelado por Dios se sostiene que ei Soi se mueve 1a
cil y mucho ms apto para fundar las observacion Tierra estä intn6vil; ahora bien, consideråndose la igiesia
n6micas y las demostraciones..." 75 depositaria de la revelaci6n, le competia, segUn los te6logos
Despues de los asertos vienen Jos razonatniento de la epoca, examinar todo aserto que se opusiera o pare-
se advierte, y segfin alko que parece usual ea la ( ciera oponerse a la autoridad cle Escritura, rechazarlo y con-
propiedad o bondad de los sistemas del mimdo se denarlo. Ante todo, Gannatra reproduce los textos mis nota-
siempre bajo dos aspectos, ei fisico y ei astxon6rnico: bles y luego resuelve ei problema, siguiendo a "copernicanos
la argumentaclön de Gamarra es mås bien indirech- insignes tante, por su doctrina como por su reverente piedad
primero la teoria de Tolomeo: bajo ei aspecto fisicc hada la divina palabra", con la distinci6n entre ei "sentido
autot saca las conclusiones absurdas que se seguiffl literal, jisico, propio y absoluto" y ei "popular, öptico, im-
teoria tolemaica de las esferas; bajo ei astron6mic propio y en cuanto a la apariencia"; dic.has en este Ultimo
Jos clescubrirnientos modernos sobre la posiciön y 4 lenguaje deben entenderse las expresiones de la Biblia, por-
miento de Mercurio y Venus, asi corno sobre Ja situ que elia "se ajusta a Ja comprensi6n del vulgo"; 78 raz6n
diversos planos de las estrellas fijas, cosas que contra( de esto es su prop6sito que no es vana
suposiciones de Tolomeo. 78 Luego enfoca el sistema d curiosidad de los hombres con respecto a las cosas que no
Brahe: ei argumento principal contra este se funda es necesaxio saber y a Jos elemerxtos y cuerpos del mundo,
den, la armonia y la simp/icidad, pues este sistema, sino trasmitir las cosas verdaderarnente ötiles pata conseguir
hien conocido„ suponia en cierto modo dos centros la eterrla bienaventuranza" 80 Estas öltimas frases ya no son
con respecto a todos Jos planetas y la Tierra con de Garnarra, sino del te6logo Muxatori, a quien cita; y las dos
a este, junto con su cortejo entero, de donde se ori påginas y media que siguen despues son tambien la repto-
entrecortamientos de 6rbitas. Sobre este termin() crec ducci6n teTtual del razonamiento de otto tetilogo, J Serry,
teres notar aqui que Gamarra Jo usa ya en ei texto quien contrargumenta en dos aspectos: uno, -deduciendo Jos
no ei de orbis, empleado aön por Clavigeto: "Se dic absurdos que se seguirian en entender el lenguaje biblico te-
de un planeta —precisa Gamarra— Ja linea curva q mo formulaci6n cientifica; otto, setialando la posibilidad clt
viendo sobre si misma, es descrita por aquel en st demostrar la tesis opuesta valiendose de ottoa Iugares de la
miento periödico." 77 Pero tambien arguye a con Biblia, donde se afirma claramente la movilidad de la Tierra.
Ja "inconcebible velocidad", que deberia atribuirse ai Sin ernbargo, al final de todo ei aparte dedicado a la teo-
mento, si no se acepta la rotaciön texrestre, como ha ria copemicana, Gamarra, sin ducla como precauclön y vol-
lorneo y Tycho, pasando luego a explicar la apader viendo a la distinci6n entre tesis e hip6tesis, aft'ade estas pa-
movimiento del Sol y de las esttellas fijas por la labras de re,serva:
vidad de aque1. 78
?ero queden dichas estas cosas de paso, no para que tengamos
En la tercera parte se enfrenta Garnarra —como ei sistema de Cop76rnico y Galileo como comprobado y decidido,
puesto que ya desde ei principio dijimos que nosotros lo adop-
74 Mun. 738, pp. 230. tamos s6lo como mera hipOtesis para explicar los fen6menos.e 1
75 Nfirns. 740 y 741, pp. 230-231.
78 mins. 738 y 739, p. 230.
Ibid., nUm. 740, nota. 79 Mit".745, pp. 231-232.
78 mms. 90 lbid.,p. 232.
740 y 742, pp. 230 y 231. Niitn. 749, p. 233.
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Celis, religioso raunio, coinpuesto para Jos c -ursos del Cole-, este -autot fue prescrita como libro de texto y enseriada por
gio de Santa Maria de la Buena Muerte, en Lirn2 Per<1.80 Sel ese tiempo en muchos colegios cle la Nueva Espafia. 9') Con-
trata de una obra impresa, seguramente esa ciudad, ' pero nq viene, por tanto, saber que es Jo que Jacquier dice, expone
se indica la fecha; sin ernbargo, puede suponerse que y acepta de Copernico. Veåmolos.
fue poco antes, pues Alzate suele seguir muy de cerca los La secci6n ui de su Fisica particular ofrece ya ei titulo
acontecimientos. El dato relativo a Copemico dice asi: "EU moderno de Astronornia y se ocupa de muchos temas actua-
nali7ada la doctrina de la luz, pasa ei autor a tratar de la Ies de esta ciencia. El articulo ii es dedicado al Sistema del
astronornia, de la esfera celeste, y habiendola considerado cual Mundo y, al liegar a la exposici6a del copernicano, alude
se presenta nuestra virta, expone Jos sisternas del munclo, en primer lugar a la remota antigiledad de la teoria helio-
de los que adopta ei copernirano, como ei mås conforme a lar centrica, tai vez ms allå de Jos misrnos griegos, y a su
observaciones astronömicas, y a la ley general de la naturaleza, antecedente inmediato en Nicolås de Casa. Tamblen antes de
la atracciön." 87 la exposici6n considera oportuno recordar los textos contrarios
Ademås de la adopciön misma de la teoria de Copemico, de la Escritura y las dos condenaciones de la teoria en 1616 y
que habla por si sola, observamos aqui tres cosas: iq la ac- 1633. "A pesar de elo —dice— serå licito hacer uso [usur-
titud cientifica modema cle atenerse a Jos fenömenos y ten- pare] del sistema copernicano corno hip6tesis..." Habla, lue-
der sölo a explicarlos —"cuaI se presenta a nuestra vista"—, go de las adiciones importantes hechas por Newton y da una
sin meterse con entidades y verdades ai rnodo escolåstico; brevisima sintesis del sistema. En la explicaci6n particular
2g que no se le aiiade, como todavia en Ga.marra, la reserva de los fen6rnenos ceIestes principales, se ocupa de la. apa-
de "en cuanto hipötesis"; 3 ei hecho de tomar ya en cuenta, riencia del movimiento cle la b6veda celeste; de las estaciones,
cora° razön para adrnitix ei sisterna copernicano, la teoria de movimientos directos y retrocesos de los planetas; de los di-
Ja gravitaciön, aunque esta no sea expresamente formulada. versos circ-alos y puntos de la esfera, etcetera. En cuanto a los
Peto aqui mismo hay otra afirmaciön muy importante que, movimientos atribuidos por Copernico a la Tierra, acepta
aun cuando no es referida explicitamente a Copernico, sin los de traslaci6n y rotaci6n, y considera innecesario al de
embargo, si contiene algo que cae dentro del sistema helio- paralelismo, discutiendo las razones dadas por aque1. 91 De
centrico: "...trata... resefiando Alzate— de Jos lo anterior puede deducirse que esta obra, publicacla en Euro-
eclipses y cometas, que juzga ser tan antiguos como ei mun- pa por primera vez en 1757, parece en algån aspecto menos
do, y deseribir sus örbitas en tm tiempo determinado al derre- moderna que la de Gamarra, mientras que en general es mis
dor del Soi." 88 avanzada, sobre todo por la convicci6n que muestra su autor
Finalmente, este escrito ofrece un dato mås, que nos puede acerca de la gran facilidad y congruencia de la hip6tesis de
confirmar ei hecho de Ja1 "adopciön" y difusiön de la teoria Copernico para explicar los fen6rnenos y movimientos celes-
de Cop&nico en ei Mexico colonial de las öltinoas decadas tes; peto tambien, por penetrar ms en diversos puntos de
del siglo xvm. En efecto, ei autor del anålisis que venimos Ja teoria y rechazar con razones matemåticas una cle las tesis
estudiando dice que ei libro exarninado se puede considerar principales. Esto Ultimo no debe extrai -iar, porque jacquier
"como... en compendio" de la obra de jacquier. 89 Ahora
bien, a traves de diversos conductos sabernos que la obra de Ibid. Cf. aderm/s la p. 285. Parece que la Universidad ReaI y
Pontificia Jo adopt6 tambie'n corno texto, peso no he aseguxado el dato.
En Ja Biblioteca Nacional y en muchas otras del pais hay ejernplares
86 TOMO r, p. 347. de la obra, procedentes de diversos colegios y Serninarios.
87 Id., p. 351. 141 Franciscus jacquier, Iiistitutioney Philosophicw. VaIentim, 1815,
88 Ibid. tomus v. Physica Padicularis, sectio III. De Astronornia. Art. n. De
89 Ibid. variis munclani systematis bypothesibus, pp. 312-323.
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tuvo en Europa gran renombre, no precisamente: como de estar seguro de que obtendra. una visien global entera
sofo o profesor de filosofia, sino como rnaternkiw y ast..r6S de la obra de Copernico, a pesar de que su es.tensi6n Lue
nom°. Sin embargo, tai vez mais importante que ei valorl reducida a rnenos de la mitad.
intrinseco es ei hecho de que —como se dijo antes- esta 2r.i Ei criterio que se tom6 pata la inclusi6n tuvo corno
obra fue una de las que ms contribuyeron a la difusi6n puntos de referencia, por una parte, ei prop6sito que la ani-
al conocimiento de Copernico en las åltirnaS decadas del sV ma y, por otra, ei pibUco a quien se dirige. Corno se supone
glo xvrd'en la Nueva Espafia. que este posee una cultura media —ms alla de la instruc-
A traves de estos 6.1timos datos podemos ver confirtnadas :i6n secundaria—, se han dejado no söi° las exposiciones y
las conclusiones propuestas al tenninar ei inciso que se dedic6 descripciones generales, casi siempre en lenguaje liano y
a Gamarra. En ellos se afirma Ja aceptaden de la teoria de no tecnico, sino adernas muchas demostraciones con aparato
Copernico, en algunos sin reservas y sin mencionar la objecien matemkico-geornetrico, en especial mediante figuras.
biblica. Tambien desde ei punto de vista °field y es EI texto que utilice para esta edici6n abreviada, es ei
de nuevo sancionacia., al menos indirectarnente y en con, que se ptzblic6 en la Colecci6n Clåsicos de la Ciencia, del
junto, debido a la aprobaciem por las autoridades educativas Institute Poiitecnico Nacional, Mexico, 1969, traducido por
del te.xto de Jacquier. De todo Jo dicho, pues, en, los tres Miguel Tagilefia Lacorte y Carlos Moreno Cafiadas. Es pala
fdtimos incisos (x, xi y xn), se puede sacar esta conclusi6n mi un deber, mas tambien una satisfacci6n, expresar aqui
final: a partir de la segunda rnitad del siglo xvm la visi6n mi reconocimiento al IPN por haberrne perrnitido ei uso de su
copernicana de nuestro sistema planetario y del Univers° entra edici6n pata preparar ei texto de la. presente. Con ei deseo,
a fonnar parte del acervo cientifico, ideol6gico y educativo sin ernbargo, de colaborar con los traductores en ei prop6sito
de Ja naci6n mexicana. de obtener el rnejor texto posible, he introducido aqui y alla
algunos cambios —basados en parte en un cotejo con ei ori-
XIII ginal latino—, 92 que afectan, en general, Inas 'alen a la
forma externa que al contenido 93 y <lue ha.rån --confio yo-
algunas aportaciones a.I inejor conocirniento de la obra de
Indicaciones generales sobre esta ediciön Copernico en Mexico.
Todas las figuras que ilustran los ternas y desarrollos
1E' Ms que una antologia de la obra de Copemico, creo que
hay justificaciem para decir que se ofrece a.qui esta misma, 92
La edici6n latina que se tuvo a la vista pata abreviar y adaptar
pues Lue conservacla Ja estructura y secuencia del tratado en ei texto castellano itse la siguiente: Nicolcil CoPernici Tborur2ensis/De/
sus seis libros y en sus capitulos tanto esenciales corno im- Revolutionibus Orbium Caelestium/Libri VI./Ex Artc-toris Autagrapbo/
Recudi Curavit Societas CoPerrticana Thorunensis./ .../Thoruni/ .../
portantes. Ei clecir, cfue este voi:unien contiene no s6lo Jo MDCCCLXX111,
estrictamente esencial y fwadamental, _sino todo aquelIo que 93 Un catnbio que por su importancia debe destacarse, es ei que
dice una relaci6n directa, aunque no concreta y necesaria- introduje en ei tieni° mismo de la obra y en algunos otros pasajes,
o, aqui
rnente explicita, con Jaa tesis centrales y las demostraciones sustituyendo la palabra örbitas por la de orbes (ei decir, astros
y explicaciones fundamentales, habiendose quitado söi() partes en especial, planetas). El carnbio obedece a crue ei te'rraino latino or-
biunt al aue corresponde aquella palabra, precisamente en ese contexto,
complementarias, como, por ejemplo, una exposici6n de geo- no significa årbitas —en otros muchos si tiene ese senticlo--, ya que
metria pura, numerosas tablas, aplicaciones generales, etre- no puede decirse que las 6rbitas cumplan revolucione2, pues, como
tera, y ampliaciortes ci desarrollos conectados en forma indi- todos saben, 6rbita ei Ii linea imaginaria que recorre o describe un
astro o planeta en su revoluci6n; en cambio, los orbes, astros o pla-
recta con los tenaas principales. Por todo ello, ei lector pue- netas si cumplen revoluciones,
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