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(Editor)
América en diásporas
Instituto de Historia
FACULTAD DE HISTORIA, GEOGRAFÍA
Y CIENCIA POLÍTICA
325.283 Valenzuela Márquez, Jaime
V América en diásporas. Esclavitudes y migraciones
forzadas en Chile y otras regiones americanas (siglos xvi-
xix)/ Editor: Jaime Valenzuela Márquez. – – Santiago :
RIL editores - Instituto de Historia, Pontificia Universidad
Católica de Chile, 2017.
542 p. ; 23 cm.
ISBN: 978-956-01-0320-8
1 esclavitud. 1. chile-emigración e inmigración-histo-
América en diásporas.
Esclavitudes y migraciones forzadas en Chile
y otras regiones americanas (siglos xvi-xix)
Primera edición: enero de 2017
Sede Santiago:
Los Leones 2258
cp 7511055 Providencia
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ISBN 978-956-01-0320-8
Derechos reservados.
Esclavitud indígena y economías
familiares en el Chile del siglo XVII*
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Ignacio Chuecas Saldías
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Esclavitud indígena y economías familiares en el Chile del siglo XVII
3
Es bien conocido el envío de piezas esclavas indígenas al Perú. Por ejemplo,
entre las cláusulas de su testamento otorgado en Lima el 19 de mayo de 1660,
Pedro de Saldías, caballero de la orden de Santiago y procurador general del
Real Ejército de Chile en la ciudad de Los Reyes, declara que manda entregar a
su hija natural Nicolasa, monja en el monasterio de la Limpia Concepción «para
su servicio una esclava india de Chile llamada Laura que sirve ahora en casa y
es esclava perpetua cuya certificación ha de estar en mis papeles que me la envió
de Chile el maestro de campo general don Ignacio de Carrera Yturgoyen, por
cuanto le tenía ofrecido darle una india esclava por la necesidad de servicio que
tiene […]»: AAL.Test, vol. 59, exp. 1. También es posible consultar el informe
de 28 de junio de 1684 sobre la visita de indios que fueron puestos en libertad
en la ciudad de Los Reyes y que se hallaban «acimentados» en las haciendas
de la ciudad de Concepción: AGI.Ch, vol. 24. Además, existen evidencias del
transporte de indígenas hacia otros destinos más lejanos, como lo demuestra
la carta de José de Garro, fechada el 27 de enero de 1696, para que vuelvan a
Chile Joseph Riquelme y Marcos de Alvarado, «indios de la tierra adentro»,
que llevó consigo a España: AGI.Ch, vol. 24.
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Ignacio Chuecas Saldías
4
No existe aún un estudio en profundidad en relación a la economía chilena del
siglo XVII. El estudio clásico de Carmagnani se inicia a fines de siglo –1680–
y no considera en modo alguno el tema del comercio de esclavos indígenas:
Carmagnani, 2001 [1973]. Algunos autores, eso sí, mencionan la importancia
económica del fenómeno: Cf. Jara, 1971 [1961]; Zúñiga, 2002: 71-80.
5
Cf. Mellafe, 1986: 80-114 y 251-278.
6
A pesar de que hace alusión a la importancia del real situado y del comercio
de piezas indígenas durante este período, sus consideraciones parecen estar
orientadas, sobre todo, a la incidencia de estos factores en la agricultura y la
ganadería del Chile central: Ibid, 266-270.
7
Cf. Villalobos, 1995: 89-115.
8
Cf. Villalobos, 1995: 89-101; Villalobos, 2000: 267-268.
200
Esclavitud indígena y economías familiares en el Chile del siglo XVII
son los estudios, cada vez más frecuentes, que enfatizan la actividad de
los gobernadores, cuya principal fuente de ingresos parece estar vincu-
lada a las ganancias inherentes al conflicto araucano y en especial a la
comercialización de piezas esclavas9. Una segunda evidencia, en esta
línea, está representada por la intensa polémica que se extenderá a lo
largo de todo el siglo en torno al tema de la liberalización u abolición
de la esclavitud mapuche10. Y en la misma dirección, las complejas
estrategias que desarrollará la sociedad colonial, al alero de la admi-
nistración, para mantener y sustentar diversas formas de tenencia de
mano de obra forzada (encomienda, depósito, amparo, adjudicación)11.
En los últimos años, han surgido cada vez más voces que hacen
referencia a la importancia que tuvo, en especial en el estrato de los
altos funcionarios del reino, el negocio de la trata de esclavos indígenas
durante este período. Este es el caso, por ejemplo, de las actividades
desarrolladas por el gobernador Tomás Marín de Poveda (1690-1700),
las cuales han sido estudiadas recientemente por Jimena Obregón12.
Por otra parte, y antes de entrar de lleno en el tema, se hace nece-
sario tener en cuenta que cuando se habla de «economías familiares»
no necesariamente se ha de tener en cuenta la «familia nuclear» o «ex-
tendida», como representantes clásicos de los modelos familiares del
Antiguo Régimen13. A partir de la documentación consultada, resulta
posible relevar un panorama muy variado y complejo en cuanto a ar-
ticulación familiar, el cual incluye diferentes tipos de familias: hombres
solteros con hijos naturales como cabezas de hogar, en especial en el
caso de mílites y mercaderes; madres viudas con hijas solteras de menor
edad; conjuntos de hermanos viviendo al amparo de los bienes de una
testamentaria; y así otros modelos. También se han de considerar las
9
Se trata de una opinión difundida ya entre los historiadores coloniales y los
decimonónicos. Barros Arana, por ejemplo, afirma que: «Las campeadas que se
hacían al territorio enemigo para sacar prisioneros que vender como esclavos,
eran, como sabemos, objeto de un negocio que enriqueció a muchos de los
gobernadores y de sus allegados»: Barros Arana, 1999-2005 [1884-1902], V:
248.
10
Cf. AGI.Ch, vol. 13; AGI.Ch, vol. 22; AGI.Ch, vol. 23; AGI.Ch, vol. 57; Hanisch
Espíndola, 1981; Hanisch Espíndola, 1991.
11
Estas diferentes figuras o estatutos se fundaron a menudo no solamente en la
legislación, sino que también en una práctica llevada a cabo, muchas veces, a
espaldas de las reales cédulas. En cuanto a estas diferentes modalidades se pueden
consultar las categorizaciones empleadas en la visita de «indios de servicio» del
partido de Buena Esperanza (1694): ANH.CG, vol. 533, fjs. 108-146v.
12
Cf. Obregón Iturra, 2011: 93-114.
13
Cf. Jefferson y Lokken, 2011: xiii-xxx, 1-26; Salinas Meza, 2004: 390-427.
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14
Cf. Vargas Cariola, 1984.
15
En relación a los mílites y sus actividades agropecuarias, véase: Retamal Ávila,
1985; Inostroza Córdova, 1998: 112-126; Muñoz Correa: 1995b.
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Esclavitud indígena y economías familiares en el Chile del siglo XVII
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Ignacio Chuecas Saldías
el exilio forzado del veedor general, quien fue desterrado a Lima donde
moriría al cabo de poco tiempo17. Su viuda, María Hurtado de Cabrera,
una vez que la situación en el contexto regional comenzó a normalizarse
durante la década de 167018, emprendió gestiones con los González de
Liébana para hacer efectiva la compra del molino, las cuales se vieron
obstaculizadas porque al momento del contrato de venta original,
aparentemente, no habían concurrido todos los herederos legítimos en
quienes recaía la propiedad del mencionado molino. María Hurtado,
quien al parecer se encontraba resuelta a hacerse con la propiedad,
logró pactar un nuevo contrato de compra con los herederos y sus
representantes, que no habían sido considerados en primera instancia:
Antonio, Inés y Dorotea González de Liébana, habiendo ya fallecido
Diego, el hermano que había efectuado la primera venta fallida.
El nuevo convenio estipulaba que el molino se había de vender por
la cantidad de 4.000 pesos, una cifra considerable para una propiedad
rural de 500 cuadras, lo cual se explica porque –según expresan los au-
tos del contrato entre partes– el molino del Ciego era utilizado durante
todo el año para la elaboración de la harina destinada al abastecimiento
del ejército19.
Lo relevante de este caso es la forma en que el convenio de compra-
venta estipula que se han de enterar los 4.000 pesos: 3.000 pesos se
han de cancelar en base a las ganancias futuras del molino; los 1.000
pesos restantes se cancelarían por medio de una india esclava y su hijo,
también esclavo, avaluados ambos en 450 pesos; una manada de 400
ovejas avaluada en 125 pesos, más 197 pesos en otras alhajas; y el resto
17
Una reseña biográfica sobre este personaje en: Guarda Geywitz, 2005: 109.
18
La escritura de compra se efectuó con anterioridad al 22 de noviembre de 1671:
UCon.AJB, vol. 2, fj. 94.
19
«[…] que habiéndose reconocido lo que rentan los frutos del dicho molino
en las moliendas que se hacen para el real ejército por estar continuamente
el dicho molino embarazado en este ministerio»: UCon.AJB, vol. 1, fj. 131v.
Llama la atención que los González de Liébana accedan a la venta de un bien
tan lucrativo, lo cual parece explicarse porque Francisco González de Liébana
hacía tiempo que se había radicado en el partido del Maule, donde testó el 16
de abril de 1672; Inés había fallecido en Santiago con descendencia radicada
fuera del reino o en las inmediaciones de la capital; y Diego y Dorotea habían
fallecido sin herederos forzosos. Por lo tanto, ninguno de los herederos se ha-
llaba en condiciones de gestionar una propiedad con los requerimientos que
precisaba un molino.
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Esclavitud indígena y economías familiares en el Chile del siglo XVII
Cuadro 1
Resumen de la forma de pago del Molino del Ciego (ca. 1670)
20
En este punto, el documento evidencia un error aritmético: al realizar la suma
de las cantidades mencionadas el total que se obtiene es de 4.050 pesos: UCon.
AJB, vol. 1, fjs. 129-134v.
21
«[…] una india esclava, de edad de treinta y dos años, llamada María, con
un hijo, así mismo esclavo por haber nacido de la dicha india siendo esclava,
llamado Pascual, de edad de nueve años poco más o menos, ambas piezas en
cuatrocientos y cincuenta pesos […]»: UCon.AJB, vol. 1, fj. 130v.
22
Los tres mil pesos impagos fueron cancelados por el maestro de campo Antonio
Fernández-Guiñez, segundo marido de María Cisternas Villalobos, nieta de
María Hurtado de Cabrera: UCon.AJB, vol. 1, fjs. 141v-142.
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este período, sin la cual las posibilidades de hacer una compra o llevar
a cabo otras transacciones comerciales no hubiese sido factible. En
este contexto se ha de tener en cuenta el hecho de que la institución de
censos, como forma de acceder al capital, se encuentra en una situa-
ción frágil durante el transcurso del siglo debido al alzamiento de los
indios y particularmente a las catástrofes naturales que han dañado la
propiedad urbana y rural23. Por otra parte, una propiedad con un costo
tan elevado –como es el caso de un molino que abastece al ejército–
haría necesaria la venta de varias propiedades, urbanas o rurales, para
poder solventar la compra. En general, no existen muchas alternativas
para llevar a cabo una compra importante si no se dispone de liquidez
monetaria.
Por lo tanto, se torna fundamental considerar hasta qué medida
la tenencia de piezas esclavas indígenas haya sido de gran relevancia
para las economías familiares durante el período estudiado. Por otra
parte, es necesario atender al hecho de que un individuo en la posición
del veedor general del Real Ejército tendría acceso a la adquisición de
piezas aucas a precios bastante asequibles24.
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Esclavitud indígena y economías familiares en el Chile del siglo XVII
cambio, era avaluado casi en el doble de dicha cantidad (entre 400 y 600 pesos
de a 8).
27
Cf. Villalobos, 1995: 89-101; Valenzuela Márquez, 2009; Obregón Iturra y
Zavala Cepeda, 2009.
28
ANH.CG, vol. 502, fjs. 1-18. He tratado más en extenso la persona y actividades
de Juan de las Roelas Millán-Patiño, en Chuecas Saldías, 2013.
29
Ver, por ejemplo, el testamento de Juan de las Roelas Millán-Patiño (San Bar-
tolomé de Chillán, 3 de octubre de 1691), en el cual no hace ninguna mención
a indios encomendados: ANH.RA, vol. 2053, fjs. 135-139v.
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30
Los mencionados como parte de la encomienda de Lorenzo de las Roelas, difun-
to, son Miguel Ancañanco, Melchor Millanañcu, Juan Melillanca y Francisco
Tiempos: ANH.CG, vol. 502, fjs. 6-8v.
31
Ibidem.
* Los catorce individuos que fueron empadronados son identificados con el res-
pectivo número entre paréntesis.
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Cuadro 2
Indios que fueron del «servicio»
de Juan de las Roelas Millán-Patiño
(Chillán, 20 agosto 1697)
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Esclavitud indígena y economías familiares en el Chile del siglo XVII
Bartolomé
Nieto de Felipe Tureuli 15 Estancia de Mengolillo
Maribud
Isabel Nieta de Felipe Tureuli 16 Estancia de Mengolillo
Pascual Painequeu Juan Melillanca y Ana, india 13 Estancia de Mengolillo
Francisco
Juan Melillanca y Ana, india 11 Estancia de Mengolillo
Melillanca
Francisca Juan Melillanca y Ana, india 16 Estancia de Mengolillo
María Entenada de Juan Melillanca 20 Estancia de Mengolillo
Huérfanas de Agustín
María 5 Estancia de Mengolillo
Cheuquelí
Huérfanas de Agustín
Luisa 4 Estancia de Mengolillo
Cheuquelí
Huérfanas de Agustín
María 3 Estancia de Mengolillo
Cheuquelí
Lorenzo (13) Juan Epucheu y Juana, india 20 Estancia de Mengolillo
Francisco Tiempos y María,
Petrona [ausente] – –
india
Francisco Tiempos y María,
Juana [ausente] – –
india
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42
Así lo declara, por ejemplo, el capitán don Jerónimo Villaseñor y Acuña, en
relación con los niños vendidos a la usanza: «[…] les sirven en los ministerios
de pastores, ensillar, sembrar y de acudir como soldados a la junta de aquel,
incorporándose en su familia […]»: AGI.Ch, vol. 13 («Testimonios ante Antonio
Fernández de Heredia sobre la usanza», Santiago, 5 al 14 de junio de 1651).
43
El capitán don Diego Ruiz de Salvatierra asegura que: «[…] se han vendido
piezas a la dicha usanza, varones y hembras, las mujeres para que lo sean de
otros, y los varones para que sirvan; los ejecutores de esto son los padres, a falta los
hermanos, después los tíos y parientes más cercanos, y los huérfanos los caciques,
obligándoles a esto la necesidad»: AGI.Ch, vol. 13 («Testimonios ante Antonio
Fernández de Heredia sobre la usanza», Santiago, 5 de junio de 1651).
44
«Testimonio del sargento mayor don Martín de Cerdán»: «[…] y que la nece-
sidad que han padecido en estos años pasados los indios de las reducciones de
Valdivia y Boroa fueron tan grandes, que por defecto de pan y carne ni otro
género de sustento, comían raíces de árboles hasta que viéndose morir, por re-
dimir las vidas, se comían los unos a los otros, trocando los hijos unas familias,
unos con otros, por no comerse a su mismo hijo cada uno, sino al de su vecino,
lo cual vio este testigo, supo e inquirió en el viaje que hizo este año con el señor
presidente don Antonio de Acuña y Cabrera a las fortificaciones de Valdivia,
en cuyos caminos salían los padres a ofrecer a sus hijas e hijos por el valor de
un caballo, o de una vaca, tan macilentos que lastimaba verlos y trayendo el
año pasado dieciocho o veinte piezas, indios e indias, un bajel de Valdivia a la
Concepción […]»: AGI.Ch, vol. 13 («Testimonios ante Antonio Fernández de
Heredia sobre la usanza», Santiago, 5 de junio de 1651).
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45
Una descripción muy detallada de la estrategia maloquera en: «Instrucción de
lo que el capitán Juan de Roa ha de observar en la entrada que se le ordena de
esotra [sic] parte del río de Toltén» (Concepción, 6 de abril de 1647): AGI.Ch,
vol. 21. Una buena presentación del fenómeno en: Valenzuela Márquez, 2009:
230-241.
46
«Testimonio del sargento mayor Martín de Cerdán sobre la usanza» (Santiago,
5 de junio de 1651), AGI.Ch, vol. 13 (Testimonios ante Antonio Fernández de
Heredia sobre la usanza, Santiago, 5 al 14 de junio de 1651).
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Esclavitud indígena y economías familiares en el Chile del siglo XVII
[…] así a los indios como a españoles por pagas que llaman
y acostumbran que no son muy aventajadas […] y aunque es
verdad que acá afuera no se reputan por esclavos, más de por
de una manera de servidumbre, se venden entre los españoles
en precios excesivos del que cuestan allá, y esto en ocasiones
las ha obligado a hacerlo la necesidad porque el año pasado
fue tal que se murieron muchos y el interés de redimirse ellos
y de librar a los que vendían de la muerte les obligó a esto,
y en otras ocasiones les obliga la codicia y esto es a precios
más subidos; y computado el valor de las pagas comunes por
la mucha experiencia que tiene vendrá a ser de 25 pesos, de
30, de 35 y de 40 las más, dando calidad al precio también
la bondad de la pieza […]48.
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50
«Testimonio del capitán Luis de Molina Parraguéz sobre la usanza» (Santiago,
14 de junio de 1651), Ibid.
51
Cf. Zúñiga, 2002: 25-26.
52
«Bienes de difuntos de Gonzalo Rodríguez» (Santiago, 15 de enero de 1610),
AGI.Contr, vol. 367, s/f.
220
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54
Codicilo del capitán Gonzalo Rodríguez (Santiago, 15 de enero de 1610), Ibid.
222
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55
Testamento del capitán Gonzalo Rodríguez, passim.
223
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56
«Extractos del libro de cuentas de Martín Rodríguez» (Santiago, 1607-1610),
Ibid.
57
La cita que menciona el flete de «ropa de la tierra», por medio del mismo capitán
que trae las piezas, evidencia que el traslado se hace desde la frontera.
58
Cf. Zúñiga, 2002: 40.
59
«Yten declaro por mi hijo natural a Francisco Rodríguez de edad de quince
años, poco más o menos, el cual está en la dicha estancia, el cual mando se le
den de mis bienes quinientas ovejas y el caballo llamado Ceriche, y el alazán,
y mi silla, cota y lanza, y un vestido verde que tengo con sus vueltas de tafetán
leonado, que se entiende va con ropilla y capa, y otro vestido de paño moris-
quillo entero, y todo el calzado que pareciere mío, y sombreros y pretina, y la
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Esclavitud indígena y economías familiares en el Chile del siglo XVII
a partir del resto de los documentos del expediente, los que incluyen el
testamento de Martín Rodríguez y las declaraciones de testigos llevadas
a cabo en España, es que nos enteramos que Gonzalo es casado en su
patria de origen e incluso tiene una hija legítima, Jerónima, heredera
forzosa de sus bienes.
La impresión que se obtiene, a falta de mayores indicios, es que
el inmigrante Gonzalo Rodríguez representa una suerte de patrón
bastante usual, en particular en el ámbito del mundo comercial. La
familia chilena del comerciante está compuesta por sus entenados, con
los cuales mantiene relaciones de parentesco, paisanaje y de índole
comercial y económicos. Por otra parte, se encuentran los allegados de
su casa –hijos naturales, niños criados, sobrinos, etc.– y por supuesto
los sirvientes que se desenvuelven en el ámbito doméstico, a diferencia
de los que trabajan en la estancia60.
225
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63
Cf. Lohmann Villena, 1987: 71-89.
64
«Testamento del capitán Gonzalo Rodríguez», passim.
65
«Extractos del libro de cuentas de Martín Rodríguez» (Santiago, 1607-1610),
passim.
226
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227
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68
«Testamento del castellano Luis de Godoy-Figueroa» (San Bartolomé de Chillán,
3 de abril de 1686), ANH.CG, vol. 39, fjs. 119-125v. Un estudio de la familia
Godoy-Figueroa de Chillán en Muñoz Correa, 1995a.
69
En cuanto a las hijas naturales, Constanza y María, estas fueron «apartadas» de
los bienes paternos por medio de legados, siguiendo una práctica usual durante
el Antiguo Régimen.
228
Esclavitud indígena y economías familiares en el Chile del siglo XVII
Cuadro 3
Composición de las dotes de las hijas
de Luis de Godoy-Figueroa
(Chillán, 3 de abril de 1686)
Avalúo Avalúo
Cónyuges
testador aproximado
Isabel Capitán Felipe de Vivancos
½ cuadra de solar – 150 pesos
100 ovejas escogidas – 100 pesos
«[…] un muchacho casado con una china que hoy
tiene [...] los cuales son libres y les ruego los traten – 200 pesos
bien»
70
El doctor Antonio Ramírez de Laguna, fiscal protector de indios, intentaba
explicar al Consejo de Indias la práctica de la venta a la usanza haciendo una
analogía con el sistema dotal: «[…] y como entre nosotros se doctan [sic] las
hijas, hermanas y parientas para casarlas con sus maridos, estos indios doctan
las mujeres con quien se casan pagando a sus padres, hermanos, deudos y pa-
rientes lo que ellos habían de recibir con ellas en dote, al revés de lo que usamos
nosotros»: AGI.Ch, vol. 12 (Santiago, 30 de junio de 1652).
71
La dimensión de autoridad y responsabilidad paterna, en cuanto al matrimo-
nio de cada una de las hijas, se ve reflejada en el texto del testamento a través
del empleo persistente y en primera persona de la fórmula «y ten declaro que
cuando casé a mi hija […]». Cf. ANH.CG, vol. 39, fjs. 120v-121.
72
El cuadro presenta, en primer lugar, el nombre de la hija en cuestión y el de su
marido; en seguida se insertan los bienes entregados como dote: en el caso de
que las especies estén avaluadas por el propio testador, el monto del avalúo se
inserta en la segunda columna, en caso de que no estén avaluadas expresamente,
se inserta un monto aproximado en la tercera columna, con el objetivo de co-
nocer el valor estimativo de lo que recibió cada una de las parejas en cuestión.
229
Ignacio Chuecas Saldías
* Por los años 1723-1725, Antonia de Godoy y Figueroa, viuda del maestre de campo
Felipe de León, seguía pleito ante el tribunal eclesiástico de Lima, como heredera
de su marido, por dos mil pesos de la dotación y mitad de lo lucrado y adquirido
durante el matrimonio. Apeló a la sentencia el doctor Domingo Sarmiento, deán
de la catedral de Santiago, por lo cual se le anuló el pago de dos mil pesos, ante lo
cual protestaba doña Antonia: AAL.ApCh, vol. 11, exp. 5.
230
Esclavitud indígena y economías familiares en el Chile del siglo XVII
con el monto de las dotes, pero que Venegas nunca entregó. Junto a la
cantidad consignada como dote se han de considerar los aportes que
el testador declara haber hecho, de manera forzada o voluntaria, a dos
de sus yernos73. Una manera de explicar el escaso monto de los bienes
dotales es presumir que, más que el interés por la dote, fue la perspec-
tiva de las herencias paterna y materna lo que puede haber, en parte,
fundamentado las expectativas económicas de los sendos matrimonios.
Ahora bien, si nos detenemos en la composición de cada uno de
los capitales matrimoniales es posible percibir el papel importante que
juegan las piezas esclavas. En efecto, las únicas dotes que alcanzan un
monto en algo superior son aquellas que cuentan con esclavos indígenas.
Es en este punto donde es posible observar algunos fenómenos intere-
santes. En primer lugar, el valor de las piezas parece estar por debajo
de lo normal: esto se debe, con toda probabilidad, al hecho de que al
momento de redactar el testamento los precios de las piezas representan
meras referencias. Al mismo tiempo, llama la atención otro fenómeno
que se repite en casos similares: el adjudicar indios «libres» como parte
de la dote, lo cual extiende una sombra de duda sobre la categoría de
«libertad» –un muchacho por el cual pagó 100 pesos «no es esclavo ni
por tal le tengan». Todo esto se debe, probablemente, al hecho de que
las dotes fueron entregadas hace años y a la fecha del testamento, en
1686, la Corona había decretado la libertad de los indios esclavos. Este
ejemplo, por lo tanto, evidencia una grave consecuencia, originada por
la cédula de libertad, en relación a las economías familiares.
Como se ha dicho, un problema recurrente al interior de las familias,
durante todo el Antiguo Régimen está representado por la necesidad
de asegurar el futuro sustento de las hijas, ya sea por la vía del matri-
monio, de la vida conventual o de una soltería amparada al abrigo de
una cierta cantidad de bienes. Se trata de aquello que, en el lenguaje
corriente del período, es denominado como «remediar a las hijas». El
alférez Antonio Rodríguez-Zapata se había casado en Chillán con Bea-
triz María Contreras Godoy-Figueroa, al parecer sobrina del castellano
Luis de Godoy-Figueroa. Como parte del acuerdo matrimonial, Antonio
recibió una pequeña encomienda de muchachos indígenas, a la cual la
73
«[…] el dicho capitán don Andrés de Zavala, mi yerno, en tiempo que fui cas-
tellano de Arauco sacó de mis cabras 114 cabezas escogidas y más dos platos
y una tembladera y dos vasitos de plata […] y así mismo vestí de pies a cabeza
a mi yerno el capitán Felipe de Vivancos cuando se casó con la dicha mi hija;
que con todos he hecho lo que he podido por mis muchas necesidades […]»:
ANH.CG, vol. 39, fjs. 121-121v.
231
Ignacio Chuecas Saldías
74
«Ratificación de encomienda a Beatriz María Godoy-Figueroa» (Concepción,
3 de enero de 1673), ANH.CG, vol. 473, fjs. 163v-166. La merced había sido
otorgada originalmente en octubre de 1663.
75
Los volúmenes 402, 473-479, 480, 482 y 483 del fondo Capitanía General en el
Archivo Nacional se encuentran plagados de este tipo de peticiones de mercedes
de encomienda.
232
Esclavitud indígena y economías familiares en el Chile del siglo XVII
76
«Ratificación de encomienda a Beatriz María Godoy-Figueroa» (Concepción,
3 de enero de 1673), loc. cit.
77
No parece una casualidad que la madre procure asegurar el futuro de la hija. Un
fenómeno similar es posible observar en numerosos testamentos de herederas
233
Ignacio Chuecas Saldías
234
Esclavitud indígena y economías familiares en el Chile del siglo XVII
79
«Información de Francisco Millán-Patiño, presbítero, vicario de la doctrina de
Coyanco» (Concepción, 1681), AGI.Ch, vol. 49.
80
Dote de María Millán: «[…] cuando se trató el casamiento entre mí y la dicha
mi esposa, se me prometió por dote y caudal conocido de la susodicha por la
dicha María Leal, su madre, un pedazo de solar y su edificado con [rancho]
de horcones y adobes en la cañada junto a Lázaro [Perochena] linde con casas
de doña Mariana Leal [de el mismo] y con pedazo de solar de la susodicha»:
ANH.ES, vol. 221, fj. 408. Cf. De Ramón, 1976: 110-112.
235
Ignacio Chuecas Saldías
Cuadro 4
La familia Millán-Patiño Leal
81
Una breve reseña biográfica sobre este personaje en: Guarda Geywitz, 2005:
127; Chuecas Saldías, 2013: 39.
82
«Testamento del capitán Juan Millán-Patiño Leal» (Santiago, 2 de septiembre
de 1686), ANH.ES, vol. 372, fjs. 193-198v.
83
«Carta dotal de Inés Leal Martín» (Santiago, 3 de septiembre de 1611), ANH.
ES, vol. 42, fjs. 59-59v; «carta dotal de Mariana Leal Martín» (Santiago, 7 de
agosto de 1628), ANH.ES, vol. 108-A, fjs. 1-1v; «carta dotal de Damiana Millán-
Patiño Leal» (Santiago, 6 de junio de 1621), ANH.ES, vol. 104, fjs. 218-119v;
«carta dotal de María Millán-Patiño Leal» (Santiago, 12 de octubre de 1652),
ANH.ES, vol. 221, fjs. 407v-410v.
236
Esclavitud indígena y economías familiares en el Chile del siglo XVII
Cuadro 5
Cartas dotales de las Millán-Patiño Leal
Monto
Año Parentesco Nombre
(en pesos de a 8)
1611 Tía materna Inés Leal Martín* 1.325 pesos
1628 Tía materna Mariana Leal Martín 1.693 pesos
Damiana Millán-Patiño
1621 Hermana mayor 961 pesos, 4 reales
Leal
1652 Hermana menor María Millán-Patiño Leal 3.328 pesos, 4 reales
Fuente: ANH.ES, vols. 42, fjs. 59-59v; 108-A, fjs. 1-1v; 104, fjs. 218-119v; 221,
fjs. 407v-410v.
* La dote de Inés es la única que fue tasada en «pesos de oro de contrato de a veinte
quilates y medio». Para efectuar la conversión a pesos de plata de a 8 reales se ha
empleado la equivalencia 1 peso de oro = 13,25 reales que trae Jean-Paul Zúñiga
en su tabla de monedas: Zúñiga, 2002: 373.
237
Ignacio Chuecas Saldías
Cuadro 6
Carta dotal de María Millán-Patiño Leal
(Santiago, 12 octubre 1652)
238
Esclavitud indígena y economías familiares en el Chile del siglo XVII
Cuadro 7
Memoria de los bienes dotales de Agustina de Sotomayor
(Rere, ca. 1670)
239
Ignacio Chuecas Saldías
que se trata de una dote fronteriza; esto es, los valores de las piezas
pueden estar influenciados por el hecho de que se están tasando en la
frontera de guerra, fuente directa de indios esclavos. En la capital del
reino, así como en otras zonas del país y en el virreinato, seguramente
se alcanzaban mejores precios.
Una segunda dote fronteriza de la cual disponemos para este mismo
período, es la que recibió María de los Ríos Cid al casarse con el capitán
Toribio Fernández de Luna, futuro factor del tercio de Yumbel86. Si bien
la carta dotal incluye una serie de datos bien precisos –entre otros la
fecha de otorgamiento– los bienes no se encuentran avaluados. Para
lograr un avalúo aproximativo de los bienes se presenta un monto esti-
mado, calculado en base a otros documentos disponibles (Cuadro 8)87.
En base a las estimaciones, resulta factible señalar que el monto
total de la dote de María de los Ríos debió ascender aproximadamente
a unos 1.017 pesos, de los cuales prácticamente la mitad estaba repre-
sentado por el valor de las dos piezas esclavas.
En este caso también se seguirá la misma estrategia que habían
empleado los Rodríguez-Zapata Godoy: el capitán Toribio Fernández
de Luna elevará una petición al gobernador Juan Henríquez, solicitan-
do la «reconversión» de los esclavos mencionados en la carta dotal en
indios encomendados:
86
«Carta dotal de María de los Ríos» (Rere, 22 de octubre de 1672), ANH.JY,
leg. 2, pza. 24.
87
He llevado a cabo este cálculo aproximativo, tomando como referencia la tasa-
ción efectuada por el corregidor de Chillán, Duarte Suárez de Figueroa, de los
bienes dotales de Mariana de la Cueva (Putagán, 14 de octubre de 1677), ANH.
CG, vol. 71, fjs. 429v-433v, y las tasaciones que se efectuaron de los bienes de
la testamentaria Fernández de Luna Ríos (Yumbel, 1738-1743), ANH.JY, leg.
2, pza. 24.
88
«Petición de encomienda de Toribio Fernández de Luna» (Concepción, 3 de
marzo de 1674), ANH.CG, vol. 477, fjs. 3v-4v.
240
Esclavitud indígena y economías familiares en el Chile del siglo XVII
Cuadro 8
Carta dotal de María de los Ríos Cid
(Rere, 22 octubre 1672)
Monto
Bienes dotales estimado (en
pesos de a 8)
«[…] cuatrocientas cuadras de tierras con una planta [sic]
250 pesos*
de viña […]
Más dos muchachos, el uno llamado Francisco Puñaleve,
250 pesos
casado y con hijos
[…] el otro llamado Pascual Vircalauquen, soltero 250 pesos
Más cinco platillos de plata con un platón 100 pesos**
Más un candelero de plata 15-20 pesos
Más dos cucharas de plata 6 pesos***
Más cuatrocientas cabezas de ganado ovejuno 100 pesos****
Más dos azadones de fierro 4 pesos*****
Más dos hachas = carpinteras 4 pesos
Más una azuela carpintera 2 pesos
Más dos tinajas, la una de veintiséis arrobas y la otra de
31 pesos******
veinticinco arrobas»
Total estimado 1.017 pesos
*
La tierra fue tasada por Suárez de Figueroa a cuatro reales la cuadra: «Tasación
de los bienes dotales de Mariana de la Cueva» (Putagán, 14 de octubre de 1677),
loc. cit., fj. 429v.
**
Dos platillos fueron tasados por Suárez de Figueroa en 32 pesos: Ibid., fj. 433v.
***
Una tembladera y dos cucharas fueron tasados por Suárez de Figueroa en 8
pesos: Ibidem.
****
Las ovejas fueron tasadas por Suárez de Figueroa a dos reales por cabeza: Ibid,
fj. 429v. Las ovejas de la compra del Molino del Ciego fueron tasadas a 2 reales y
medio, por lo tanto las 400 cabezas montaron a 125 pesos: UCon.AJB, vol. 1, fj. 131.
*****
Las herramientas agrícolas, en base a las particiones de 1738-1743, no pueden
haber costado más de 2 pesos cada una: ANH.JY, leg. 2, pza. 24.
*****
En las particiones de 1738-1743 ya citadas, las vasijas fueron avaluadas en 5
reales la arroba: Ibidem.
241
Ignacio Chuecas Saldías
89
«Matrícula de los indios de Buena Esperanza» (1694), ANH.CG, vol. 533, fjs.
108-146v.
90
La matrícula de dichos indios se efectuó «en el asiento de Lircay, estancia de
los menores de el sargento mayor Jorge Lorenzo de Olivar», el 12 de febrero
de 1694: Ibid., fjs. 122-123v.
91
Ibid., fj. 123.
92
Ibidem.
93
Ibidem.
94
Ibid., fj. 123v.
95
Ibidem.
242
Esclavitud indígena y economías familiares en el Chile del siglo XVII
243
Ignacio Chuecas Saldías
Cuadro 9
Indios de servicio de Pedro Cid
(Yumbel, 1694-1705)
99
Existen tres individuos, de los interrogados en la visita de 1694, de los cuales
nada se dice en 1705. Ellos son Andrés Caucau (primer lugar en la visita),
Francisco Aingullanca (sexto lugar en la visita) y Melchor Quintecon (octavo
lugar en la visita).
244
Esclavitud indígena y economías familiares en el Chile del siglo XVII
100
Es identificado como Juan Ligelemu o Ligüelemu en 1705.
101
También se menciona a Juan Marilebniguillo, sepultado el 9 de noviembre de
1702. Pero en la visita de 1694 no figura ninguno de este nombre u otro pare-
cido.
102
«Información de Elena de Vílchez» (Yumbel, 17 de junio de 1705), loc. cit.
103
«Matrícula de los indios de Buena Esperanza» (1694), loc. cit., fjs. 122-122v.
104
Ibid., fj. 122v.
245
Ignacio Chuecas Saldías
en este asiento porque lo tratan bien y está bien pagado, sin que tenga
qué demandar»105.
Según se observa, todos declararon en aquella oportunidad su
satisfacción y contento con el sistema: una retórica que ciertamente se
ve cuestionada a partir de los sucesos posteriores. Por otra parte, cabe
preguntarse sobre la participación de las respectivas esposas e hijos en
la fuga. Al respecto, pareciera ser lo más evidente que la huida inclu-
yera a las familias de cada uno, a pesar que la documentación nada
dice sobre ello.
Por último, encontramos a Nicolás Levipangue como el único que
todavía sigue al servicio de los Cid Vílchez en 1705. Nicolás había sido
interrogado en tercer lugar en 1694 y se había presentado como indio
de depósito, casado con Inés, al parecer sin hijos: «hechas las preguntas
que al primero, responde bien a las de la doctrina cristiana, y a todas
las demás sin añadir ni quitar, y que está muy contento»106. En las in-
formaciones de 1705, prestó testimonio en «idioma castellano» el 17
de junio de dicho año en Buena Esperanza de Rere y declaró «ser de
edad de cincuenta años pocos más o menos, y aunque es criado de la
parte que lo presenta no por eso ha faltado a la verdad, no firmó por
no saber […]»107. El contenido de su declaración es extremadamente
escueto, ni siquiera menciona los nombres de los indios fugados, y se
puede resumir en la frase central de su discurso: «dijo que lo que sabe
es que el gobierno superior de este reino le hizo merced al capitán Pedro
Cid de depositarle a este declarante y a siete indios sus compañeros y
que tres se ausentaron inmediatamente […]»108.
Un fantasma recurrente que amenazaba a las economías familiares
durante todo este período está representado por la fuga individual o
masiva de la servidumbre indígena. Este fenómeno, persistente durante
toda la época colonial, conocerá momentos de mayor o menor intensi-
dad, dependiendo de la evolución que afectará el sistema de esclavitud
indígena al interior de la sociedad hispanocriolla109. Por otra parte, el
105
Ibid., fj. 123.
106
Ibid., fj. 122v.
107
«Información de Elena de Vílchez» (Yumbel, 17 de junio de 1705), loc. cit.
108
Ibidem.
109
El carácter episódico de las fugas se ve reflejado en el testimonio de Elena de
Vílchez quien declara que cuando el «capitán don Francisco de Cisternas-Carrillo
[…] fue alcalde en dicha ciudad de la Concepción, y por el alboroto y novedad
que dichos indios hicieron en esta comarca, quedaban muchas estancias yermas
y sin indios [de que] se iban a la tierra dentro y otros para Santiago y otros a
246
Esclavitud indígena y economías familiares en el Chile del siglo XVII
Documentación manuscrita
AAL.Test, Archivo Arzobispal de Lima, Testamentos: vol. 59.
AAL.ApCh, Archivo Arzobispal de Lima, Apelaciones de Chile: vol. 11.
AGI.Ch, Archivo General de Indias (Sevilla), Audiencia de Chile: vols. 12,
13, 17, 21, 22, 23, 24, 49 y 57.
AGI.Contr, Archivo General de Indias (Sevilla), Contratación: vol. 367.
ANH.CG, Archivo Nacional Histórico (Santiago de Chile), Capitanía
General: vols. 39, 71, 473, 477, 480, 488, 502 y 533.
ANH.ES, Archivo Nacional Histórico (Santiago de Chile), Escribanos de
Santiago: vols. 42, 104, 108-A, 221 y 372.
ANH.JY, Archivo Nacional Histórico (Santiago de Chile), Judicial de
Yumbel: legs. 2 y 7.
ANH.RA, Archivo Nacional Histórico (Santiago de Chile), Real Audiencia:
vols. 219 y 2053.
UCon.AJB, Universidad de Concepción (Concepción-Chile), Archivo de la
Junta de Beneficencia: vols. 1 y 2.
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