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Las áreas del nivel primario y su importancia

Primera parte: Reforma y transformación curricular


Hacia la Reforma Educativa
La Transformación Curricular
Un nuevo paradigma educativo
El nuevo currículum
Ejes de la Reforma Educativa y su Relación con los Ejes del Currículum
Descentralización curricular
Segunda parte: Currículum para nivel primario y desarrollo de
las áreas
Caracterización del nivel Primario
Diseño del currículum
Los documentos curriculares en el proceso Enseñanza, Aprendizaje y Evaluación
(E-A-E)
Desarrollo de las áreas del CNB
Área de Comunicación y Lenguaje
Área de Comunicación y Lenguaje L 1
Área de Comunicación y Lenguaje L 2
Área de Comunicación y Lenguaje L 3
Área de Matemáticas
Área de Medio Social y Natural
Área de Ciencias Naturales y Tecnología
Área de Ciencias Sociales
Área de Expresión Artística
Área de Educación Física
Área de Formación Ciudadana
Área de Productividad y Desarrollo
Dosificación de los contenidos del CNB por grado
Desarrollo de las competencias del nivel primario
Relación entre el currículum organizado en competencias y los aprendizajes
esperados (estándares)
Lineamientos Metodológicos
Elementos de Evaluación

PRINCIPIOS GENERALES DE LA ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE DEL ÁREA.

1.- Partir de los conocimientos previos:


Al iniciar la Educación Primaria los niños y niñas son capaces de usar la lengua en diversas
situaciones y tienen un bagaje lingüístico importante que han ido construyendo a través de la
interacción verbal con los amigos, en la familia o en la escuela infantil.

En esta situación inicial el profesorado debe tratar de detectar en cada alumno el desarrollo
de las diversas capacidades lingüísticas, es decir, los niveles de comprensión y expresión oral
en distintas situaciones y las experiencias previas que ha tenido en relación con la lengua
escrita. Para ello es necesario realizar un seguimiento detallado de los distintos aspectos
involucrados en las actividades comunicativas: cómo se desenvuelve en las situaciones de
intercambio verbal, de que forma se relaciona con los demás, finalidades para las que usa la
lengua, formas lingüísticas que utiliza y contenido del mensaje que comunica. La
observación sistemática parece el procedimiento más indicado para llevar a cabo una
valoración inicial de los alumnos. Las observaciones pueden realizarse en cualquier situación
que estimule el interés de los niños, ya sea espontánea (entradas, salidas, juegos, etc.) o
planificadas (trabajos en grupo o cualquier actividad en el aula). Es importante que se hagan
de forma regular y puede resultar de gran ayuda dejar constancia escrita de ellas.

2.- Atender a la diversidad del alumnado:

Los niños al entrar en la escuela tienen bagajes muy diferentes; los procesos de desarrollo
y aprendizaje son distintos para cada alumno, sus intereses y motivaciones son diversos y se
manifiestan diferencias lingüísticas notables. En consecuencia, parece importante ofrecer una
respuesta educativa diferenciada que atienda a la diversidad del alumnado. Para ello se han
de buscar estrategias didácticas diversas, programando distintos tipos de actividades,
buscando materiales variados, practicando agrupamientos flexibles. Además, se ha de tener
en cuenta que no es posible partir de un modelo único de lengua; es más coherente adoptar
una actitud de aprecio hacia las diferencias lingüísticas presentes en el aula, eliminándose
cualquier actitud de rechazo o infravaloración hacia cualquier variedad lingüística.

3.- Fomentar la interacción en el aula:

La adquisición del lenguaje se lleva a cabo a través de la interacción con otros, se realiza en
un contexto social. Parece importante crear un clima positivo y acogedor para que las niñas
y niños puedan expresarse respetuosamente. El profesorado ha de promover el diálogo con
sus alumnos y deben contemplarse distintas actividades en las que los alumnos se beneficien
de la interacción con los compañeros: trabajos cooperativos, debates, actividades en las que
se establecen relaciones de tipo tutorial en las que un alumno cumple la función de profesor
con otro compañero, etc.

4.- Implicar al alumnado en su proceso de aprendizaje:

Teniendo presente el enfoque comunicativo propuesto para el área, el alumno se configura


como el verdadero protagonista en el proceso de aprendizaje. La escuela debe procurar la
implicación de alumnos y alumnas en su proceso de aprendizaje fomentando una actitud
favorable, estimulando su curiosidad y promoviendo la búsqueda de medios para resolver los
problemas planteados.
5.- La actitud de profesorado y su comportamiento lingüístico:

Junto con estos principios generales parece preciso reconocer el valor modélico del maestro
y de los textos empleados. El comportamiento lingüístico del maestro cuando habla o escucha
a sus alumnos y cuando lee y escribe con ellos, así como el clima comunicativo en el Centro,
son factores de excepcional importancia en la enseñanza de la lengua como auténtico
instrumento de comunicación.

ORGANIZACIÓN DEL AULA

1.- Espacios:

Es importante hacer sentir al alumnado que el aula no es el único referente para el área; la
biblioteca del Centro, los pasillos, el patio, otros espacios comunes o cualquier otro contexto
comunicativo es igualmente propio de esta área. En relación con el aula puede ser bueno
crear un espacio determinado en que se encuentre la biblioteca y otros recursos didácticos
como el material audiovisual, los ficheros de vocabulario y ortografía, el ordenador, los
juegos, la imprenta, etc.

2.- Materiales. Biblioteca y nuevas tecnologías:

Se trata de trabajar con materiales que respondan a muy distintas situaciones comunicativas
y que aparezcan en soportes diferentes. Pueden resultar especialmente útiles los textos
auténticos, respetando su integridad, procurando que sean completos y que recojan los
diferentes elementos que aportan sentido al mensaje.

Pueden utilizarse: libros de lectura, libros de consulta, cuadernos, libretas o ficheros


ortográficos y de vocabulario, diccionarios de distinto tipo, textos procedentes de los medios
de comunicación, grabaciones diversas, cómics y revistas infantiles, juegos didácticos que
propongan ejercicios de observación comprensión, expresión o vocabulario; programas de
ordenador para la edición y manipulación de los textos, etc.

Por otra parte, se deberá potenciar la formación de una biblioteca de Centro y bibliotecas
de aula. En el caso de ésta última, no es necesario que sea excesivamente amplia en cuanto
al número de volúmenes. Por último, la utilización de las nuevas tecnologías de la
información puede ser especialmente indicada en esta área: la radio, el magnetófono, la
televisión, el vídeo, el ordenador, etc.

3.- Agrupamiento de alumnos:

En la realización de actividades lingüísticas, ya sean orales o escritas, pueden ser necesarios


agrupamientos de alumnos de diverso tipo. Unas veces será necesario el trabajo en gran grupo
(puestas en común, revisiones de textos guiadas por el profesor, etc.); otras veces será más
indicado el pequeño grupo (preparación de planes para la elaboración de textos, resolución
de problemas lingüísticos sencillos, lecturas colectivas, etc.); así mismo, hay contenidos en
los que será preciso el trabajo individual (lectura autónoma, elaboración de textos personales,
etc.)

En cualquiera de ellas debe facilitarse una adecuada disposición de niñas y niños en la que
realmente sea posible la comunicación. (gran círculo, grupos pequeños, etc.) La composición
de los grupos puede decidirse libremente por los alumnos o puede ser orientada por el
maestro, en función de las necesidades concretas de aprendizaje.

ORIENTACIONES ESPECÍFICAS:

1.- Relaciones con otras áreas del currículum:

La lengua es un instrumento fundamental para cualquier experiencia de aprendizaje y


conocimiento de la realidad. Otros ámbitos del saber aportan contenidos necesarios para el
desarrollo comunicativo; así pues, ciertos aprendizajes lingüísticos han de contemplarse en
estas áreas curriculares.

Por otra parte, en Lengua y Literatura se han de tener en cuenta todos los elementos que
puedan facilitar el aprendizaje de otras áreas. En este sentido se ha considerado importante
la incorporación al currículo de esta área de contenidos como: el manejo de la biblioteca, la
utilización de textos de distintas áreas para trabajar la comprensión, el empleo de técnicas
para el tratamiento de la información, etc.

2.- Los tipos de contenidos en Lengua y Literatura:

En el currículo oficial los contenidos aparecen agrupados en tres grandes categorías:


conceptos, procedimientos y actitudes.

En relación con los conceptos, es preciso no confundirlos con `conceptos


científicos acabados´. Se trata de que el alumno vaya haciendo la construcción de
aproximaciones sucesivas al concepto objeto de aprendizaje. Así, por ejemplo, en relación
con la escritura dará significado a una frase, conocerá las relaciones entre fonema y grafía,
reconocerá la necesidad de emplear distintas formas lingüísticas en función de la intención y
la situación comunicativa, etc.

En Lengua y Literatura, los contenidos de procedimiento constituyen el eje central de todos


los restantes aprendizajes.

En cuanto a las actitudes, una de las novedades que aporta el modelo curricular es la
introducción de este tipo de contenidos a la par que otros que tradicionalmente han sido los
únicos que se han considerado contenidos educativos.

3.- Secuencia y organización de contenidos:


La mayoría de los contenidos son de tratamiento cíclico, pues gran parte de ellos aparecen
desde el inicio de la escolaridad y progresivamente han de ir siendo enriquecidos y
sistematizados.

En el planteamiento general del área de Lengua y Literatura se ha destacado el papel de la


lengua oral. Parece necesario contemplar situaciones que las que se produce intercambio
verbal: el diálogo, la conversación, el debate y, relacionadas con la lengua escrita, la encuesta
y la entrevista. En otras ocasiones será conveniente simular situaciones: proponer la
elaboración de programas de radio, llamadas por teléfono, etc. También en esta etapa
educativa pueden organizarse actividades de escucha de textos (relatos, canciones y cuentos
de tradición oral, mensajes radiofónicos y televisivos, grabaciones de diverso tipo). Otra
actividad de interés para la práctica de la lengua oral es la exposición individual; su
preparación y realización permite el trabajo conjunto de contenidos referidos a la lengua oral
y escrita. En el trabajo de lengua oral la entonación, la dicción, el gesto y la postura son
contenidos que se abordarán sistemáticamente. En relación con ello, la dramatización se
muestra como un medio muy interesante para ayudar al niño a expresar sus sentimientos y
pensamientos y a tener confianza en sí mismo.

La lectura y escritura en el currículo oficial se consideran como actividades complejas en


las que interviene un elemento convencional y arbitrario. El aprendizaje de la lectura y la
escritura supone un proceso de construcción progresiva del sistema de la escritura. Al
comenzar la etapa la función esencial de la escuela es despertar el interés y el deseo de
aprender a leer y a escribir. El profesorado puede servirse de diversos recursos con el fin de
que las niñas y niños identifiquen la lectura y la lectura como aprendizajes necesarios para la
vida cotidiana. Antes de iniciar la lectura de un texto es preciso discutir con los alumnos el
objetivo que se persigue, tratando de aclarar el sentido de la tarea. Puede resultar de gran
ayuda proponer actividades encaminadas a la preparación de la lectura con el fin de motivar
al alumnado y actualizar sus conocimientos previos. Deben trabajarse también distintas
estrategias para fijar la atención sobre determinadas partes del texto (títulos, portadas,
presencia de divisiones o capítulos, etc.). Deben abordarse también distintos procedimientos
para resolver problemas de comprensión de un texto (avanzar y retroceder, inferir el
significado, acudir al diccionario, etc.). El trabajo sobre comprensión puede completarse con
el análisis de algunos aspectos: diferenciación de hechos reales e imaginarios, identificación
de connotaciones sexistas, interpretación del doble sentido y sentido humorístico, etc.). Las
actividades de lectura han de abarcar gran variedad de textos.

En cuanto a la escritura, las actividades escritas deben atender a necesidades reales de


comunicación de niños y niñas, aprovechando todas aquellas situaciones de la vida cotidiana
para las que se hace necesaria la escritura (apuntar algo para recordarlo, tomar nota de las
conclusiones acordadas, solicitar información, hacer un plan, etc.) Asimismo, es aconsejable
trabajar textos que atiendan a diferentes finalidades como: descripciones, comentarios
personales, poemas, cuentos, resúmenes, guiones, fichas de recogida de información,
cuestionarios, informes, murales, carteles, cómics, historietas, revistas, etc.) Se ha de incidir
en la importancia de hace públicas las producciones de los alumnos para que lleguen a los
interlocutores para los que fueron escritas.
Tal y como se establece en el currículo oficial, la reflexión sobre la lengua se ha de entender
como parte del desarrollo de las capacidades comunicativas. Los contenidos en relación con
la reflexión lingüística han de trabajarse conjuntamente con contenidos referidos a la
comunicación oral y escrita. En los primeros cursos se incidirá principalmente en el uso y
dominio de las estructuras lingüísticas y progresivamente se irá avanzando en la constatación
de relaciones y en la sistematización de estas observaciones. No se deberá sobrecargar a los
alumnos de términos que no son útiles en estas edades.

A lo largo de esta etapa educativa será preciso trabajar contenidos sencillos en torno al texto
literario, iniciando un proceso sobre el que posteriormente se ha de profundizar y
sistematizar. Es preciso ofrecer gran variedad de textos adecuados a sus intereses y a su nivel
lingüístico. Igualmente es importante que a los alumnos se les brinde la oportunidad de
comunicar su experiencia como lectores a otros compañeros, fomentando la participación en
comentarios colectivos, pequeños escritos donde se recojan sus opiniones, elaboración de
carteles en los que se anuncien: libros favoritos, dramatizaciones de algunas escenas,
preparación de cómics basados en libros, etc.

ORIENTACIONES PARA LA EVALUACIÓN

La evaluación es entendida como parte esencial del proceso de enseñanza y aprendizaje;


es un instrumento que trata de guiar la acción docente, detectando los progresos y las
dificultades encontradas y buscando formas de intervención ajustadas a las necesidades
concretas de alumnos y alumnas. La evaluación se realizará de forma continua, no puede
quedar reducida a actuaciones aisladas ni identificarse con las calificaciones. La evaluación
puede llevarse a cabo en diversos momentos; generalmente se distinguen tres aspectos: la
evaluación inicial, que trata de detectar los conocimientos previos de los alumnos en relación
con el objeto de aprendizaje; la evaluación a lo largo del proceso, que procura hallar las
dificultades y avances que se van produciendo con el fin de ajustar la ayuda pedagógica a las
necesidades de los alumnos, y la evaluación sumativa que pretende precisar el grado de
adquisición de los contenidos trabajados al finalizar el proceso.

En el área de Lengua y Literatura será necesario emplear un amplio abanico de


procedimientos. La observación sistemática es uno muy útil. El profesor puede servirse de
varios instrumentos, tanto individuales como colectivos, para realizar la recogida de la
información: fichas de seguimiento, listas de control, pautas y guías de observación, carpeta-
registro personal del alumno, etc. Otro modo de llevar a cabo la evaluación puede ser el
seguimiento de los trabajos realizados por los alumnos. El diálogo del profesor con niños y
niñas puede ser otro de los procedimientos más útiles para detectar dificultades. Por último,
puede ser oportuno llevar a cabo entrevistas personales con los alumnos o diseñar pruebas
específicas con el fin de comprobar la adquisición de ciertos contenidos.

La pedagogía y la didáctica
La pedagogía (del griego παιδίον paidíon 'niño' y ἀγωγός agōgós 'guía, conductor') es la
ciencia que tiene como objeto de estudio la educación con la intención de organizarla para
cumplir con determinados fines, establecidos a partir de lo que es deseable para una
sociedad, es decir, el tipo de ciudadano que se quiere formar. Pertenece al campo de
las ciencias sociales y humanas.
El objeto de estudio en la pedagogía es «la educación», tomada ésta en el sentido general,
que le han atribuido diversas legislaciones internacionales, como lo referido en documentos
de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura
(Unesco), la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la
Cultura (OEI) y los propios de cada país (como las leyes generales o nacionales sobre
educación). También es posible encontrar la palabra «formación» como objeto de estudio
de la Pedagogía, siendo «educación» y «formación» vocablos sinónimos en tal contexto
(existe un debate que indica que son términos diferentes).
La pedagogía estudia a la educación como fenómeno complejo y multirreferencial, lo que
indica que existen conocimientos provenientes de otras ciencias y disciplinas que le pueden
ayudar a comprender lo que es la educación; ejemplos de ello son la historia, la sociología,
la psicología y la política, entre otras. En este contexto, la educación tiene como propósito
incorporar a los sujetos a una sociedad determinada que posee pautas culturales propias y
características; es decir, la educación es una acción que lleva implícita la intencionalidad
del mejoramiento social progresivo que permita que el ser humano desarrolle todas sus
potencialidades. Para una mejor comprensión de la historia de la conformación de la
Pedagogía y su relación con la educación, Immanuel Kant y Durkheim aportan elementos
importantes. Kant propone la confección de una disciplina que sea científica, teórica y
práctica, que se base en principios, experimentación y reflexiones sobre prácticas concretas.
Durkheim, al referirse a la educación, expresa que es materia de la Pedagogía y es
indispensable construir un saber por medio de la implementación de reglas metodológicas
−postura positivista− que sea garante del carácter científico de dicho conocimiento.

La didáctica (del adj. didáctico, del griego διδακτικός [didaktikós])12 es la disciplina


científico-pedagógica que tiene como objeto de estudio los procesos y elementos existentes
en la enseñanza y el aprendizaje. La didáctica se encarga de articular un proyecto
pedagógico (objetivos sociales de la educación) con los desarrollos en las técnicas y
métodos de enseñanza (que se fundamentan en una teoría general del aprendizaje).3
Díaz Barriga la define como: una disciplina teórica, histórica y política. Tiene su propio
carácter teórico porque responde a concepciones sobre la educación, la sociedad, el sujeto,
el saber y la ciencia; es histórica, ya que sus propuestas responden a momentos históricos
específicos y es política porque su propuesta está dentro de un proyecto social (Díaz
Barriga, 1992:23). Cabe destacar que esta disciplina es la encargada de articular la teoría
con la práctica. Juan Amos Comenio fue quién acuño la palabra didáctica en su
obra Didáctica Magna, desarrollada en 1657.4 Está vinculada con otras disciplinas
pedagógicas como, por ejemplo, la organización escolar y la orientación educativa, la
didáctica pretende fundamentar y orientar los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Díaz Barriga5 menciona que los nuevos procesos en la construcción del conocimiento y en
el aprendizaje están generando una nueva didáctica, es decir, "un movimiento en desarrollo,
con distintas vertientes, que busca no excluir el sentido del saber, del trabajo docente, a la
vez que recupera la importancia del trabajo, el deseo y la construcción de un proyecto
personal por parte del alumno. Tiene acercamientos al constructivismo, pero se fundamenta
en una profunda tradición didáctica.
También la didáctica o género didáctico es el género literario que tiene como finalidad la
enseñanza o la divulgación de ideas expresadas de forma artística, con un lenguaje
elaborado y recursos de la filosofía.
Antonio Medina en su libro Didáctica general, define este término como: "es una disciplina
de naturaleza pedagógica, orientada por las finalidades educativas y comprometida con el
logro de la mejora de todos los seres humanos, mediante la comprensión y transformación
de los procesos sociocomunicativos, y la adaptación y el desarrollo apropiado del proceso
de enseñanza-aprendizaje".
Para Domingo Contreras en su libro Enseñanza, curriculun y profesorado, "la Didáctica es
la disciplina que explica los procesos de enseñanza-aprendizaje para proponer su
realización consecuente con las finalidades educativas".

Valores del docente


Valores para profesores

Una de las actividades humanas con mayor trascendencia e impacto en la sociedad es, sin
lugar a dudas, la labor docente. Por esto, es importante considerar que toda persona con las
funciones de un profesor, tiene una responsabilidad que va más allá de transmitir
únicamente conocimientos.

El maestro o instructor que ha logrado influir positivamente en las personas bajo su tutela -
sin importar la edad de los alumnos o el área de desempeño-, seguramente debe el éxito de
su trabajo, a la calidad humana que vive y hace vivir dentro y fuera del aula;
desgraciadamente, el amplio bagaje cultural y de conocimientos muchas veces es
insuficiente para realizar una labor educativa eficaz.

Objetivamente hablando, el profesor se encuentra en un escaparate donde su auditorio está


atento al más mínimo detalle de su personalidad, por lo cual, tiene una inmejorable posición
para lograr un cambio favorable en la vida de los demás.

Además de la elocuencia, el grado de especialización y el manejo de las herramientas


didácticas, todo educador debe considerar como indispensable vivir los siguientes valores:

Superación
Posiblemente una de las palabras que más se utilizan en un centro educativo, es
precisamente el superarse, y cada vez que un profesor dedica parte de su tiempo para lograr
este cometido, todo su esfuerzo se traduce en acciones concretas, por ejemplo, aprende e
implementa nuevas técnicas de enseñanza o utiliza el propio ingenio para el mismo fin;
comenta temas de actualidad relacionados con su materia; comparte experiencias
personales; sugiere y ofrece puntos de vista respecto a las lecturas, películas, espectáculos;
posee conocimientos de historia y cultura general; busca relacionarse con las nuevas
tecnologías: internet, e-mail y el chat para orientar sobre sus riesgos y beneficios… podría
decirse que en su clase siempre hay algo nuevo que comentar.

El aspecto humano es un factor que no debe descuidarse, al menos deben tenerse nociones
básicas de la filosofía del hombre, ética, relaciones humanas, etapas físicas y psicológicas
en el desarrollo de los seres humanos, caracterología, etc. como herramientas
indispensables.

La superación comprende el esfuerzo personal por mejorar en hábitos y costumbres, en


otras palabras: conocer y vivir los valores humanos.

Empatía

Aunque la vocación para enseñar supone un genuino interés por los demás, son acciones
concretas las que permiten vivir mejor este valor:

Se demuestra empatía al prestar la misma atención a todos los alumnos, exista o no


afinidad; dedicando un par de minutos a charlar individualmente con cada uno de los
discípulos, para conocer mejor el motivo de su inquietud, desgano, indiferencia o bajo
rendimiento; ofrecer la ayuda, medios o herramientas necesarias para mejorar su
desempeño, calidad humana o integración al grupo.

Por otra parte, las muestras de empatía pueden ser tan simples como sonreír, felicitar por el
esfuerzo continuo o un trabajo bien realizado; con palabras de aliento para quien tiene
mayores dificultades; reforzando las actitudes positivas; poner al corriente a quien estuvo
enfermo, implementando las estrategias y elementos necesarios para lograr un mejor
aprendizaje.

Lo mismo sucede al corregir con serenidad y comprensión, y en la medida de lo posible, sin


poner en evidencia delante de los demás; controlando la impaciencia, el enojo y hasta el
mal humor provocado por circunstancias ajenas y personales.

La empatía exige un esfuerzo cotidiano por superar el propio estado de ánimo, la poca
afinidad con determinadas personas, las preocupaciones, el cansancio y otros tantos
inconvenientes que afectan a los seres humanos. Por tanto, este valor permite hacer un
trabajo con mejor calidad profesional y humana al mismo tiempo.

Coherencia

Todo profesor representa autoridad, disciplina, orden, dedicación y verdadero interés por
las personas, y partiendo de esta base, el ser coherente supone trasladar a la vida personal
las mismas actitudes que se exigen en el salón de clase.

Por ejemplo, es fácil pedir que los alumnos cumplan con sus trabajos a tiempo, completos,
en orden y con pulcritud, pero esto exige revisar, corregir, hacer observaciones por escrito y
entregar resultados con la misma puntualidad solicitada.

Lo mismo sucede con el vocabulario, las posturas, el arreglo personal, hábitos de higiene y
la relación personal que se vive con los demás: amable, respetuosa, comprensiva… La
actitud que toman los alumnos a la hora de clase, muchas veces es el reflejo de la
personalidad del profesor; si se desea que maduren, sean responsables y educados, el
ejemplo es fundamental.

De igual forma, ser coherentes comprende el cumplir con las normas establecidas por la
institución: planeación, elaboración de material, seguimiento de un programa, cubrir
objetivos según el calendario, participar en las actividades extraescolares, etc.

Recordemos que para exigir a los demás, es indispensable tener disciplina en la vida
personal y profesional.

Sencillez

Posiblemente uno de los valores que mejor decora y ennoblece el trabajo de un educador es
la sencillez, porque permite reconocer en su labor una oportunidad de servicio y no una
posición de privilegio para tener autoridad o un estupendo escenario para hacer gala de
conocimientos.

Las circunstancias ponen al profesor delante de personas que necesitan de su intervención,


pero la soberbia y el egocentrismo dificultan la comunicación y el correcto
aprovechamiento. Lo mejor es impartir la cátedra con la intención de aplicar toda la
experiencia, conocimientos y recursos buscando un mejor aprendizaje.

Conviene aceptar que el conocimiento propio tiene un límite y se vive en constante


actualización; es muy significativo y otorga mucho prestigio, reconocer que algún aspecto
del tema se desconoce, pedir oportunidad para investigar y tratar el asunto en una sesión
posterior. Es preferible esto, a ser sorprendido mintiendo.

En este mismo renglón, conviene encontrar en las críticas una oportunidad para mejorar
personalmente, así como aceptar los errores personales, rectificar y pedir disculpas, si es el
caso.

La sencillez también se manifiesta al compartir con otros profesores la experiencia docente,


dando consejos y sugerencias que faciliten a los demás su labor. De la misma manera, la
docilidad con que se sigan las indicaciones institucionales, la apertura a nuevos
procedimientos o la colaboración en cualquiera de las actividades, son rasgos significativos
de apertura y disponibilidad.

Lealtad

Desafortunadamente la falta de lealtad es una situación que se vive en todos los ámbitos
sociales: murmuración, crítica, difamación y falta de honestidad.

Ser leal a una institución significa una completa adhesión a sus normativas, respeto por los
directivos y trabajo en equipo con los colegas. Por supuesto que no siempre se estará de
acuerdo con todo, pero habrá que distinguir la fuente de inconformidad para actuar
acertadamente: si personalmente incomoda u objetivamente es un caso que requiere mayor
estudio

Lo primero y fundamental es manifestar las inquietudes con las personas adecuadas. Falta a
la lealtad quien desahoga críticas e inconformidades a espaldas de los directivos con los
compañeros, los amigos, padres de familia e incluso con los alumnos. Sea en forma
individual o en conjunto con otras personas, estas actitudes son totalmente incorrectas.

Es obligación guardar toda confidencia respecto a las políticas y estrategias; movimientos


del personal; decisiones directivas; situaciones personales de maestros y alumnos, a menos
que afecten considerablemente la imagen y prestigio de la institución. No está de más
recalcar que todo, absolutamente todo, debe consultarse con las personas indicadas para
resolver cualquier género de circunstancias.

Alegría

Tal vez una de las figuras más atractivas es la del profesor entusiasta, siempre con una
sonrisa dibujada, optimista, emprendedor; quien difícilmente se enoja, pero a la vez es
estricto y exigente; disponible al diálogo; bromista pero respetuoso; capaz de comprender y
dar un buen consejo…
Esta personalidad no es extraña ni ajena, pero a nadie se le ocurre pensar si tiene
problemas, carencias o dificultades personales, mucho menos, preguntarse cual es la fuente
de su alegría y serenidad.

Para lograr vivir este valor hace falta esfuerzo y madurez, es decir, dejar los problemas
personales para el momento y lugar oportuno, nunca para desquitarse en el aula; concentrar
toda la atención en lo que se hace: preparación, elaboración, exposición y conducción de la
clase; buscar como ayudar a los demás a solucionar los problemas propios del aprendizaje;
planear actividades diferentes: recorrido cultural, película, asistir a un evento, etc., o
dedicar unos momentos a charlar con los colegas.

Si observamos con cuidado, la alegría proviene de una actitud de servicio, otorgando el


tiempo necesario y los propios conocimientos para el beneficio ajeno. La satisfacción de
cumplir con el deber siempre tendrá sus frutos, muchas veces sin aplausos, pero si con las
muestras de aprecio, el agradecimiento de un solo alumno o simplemente con los excelentes
resultados obtenidos.

No pensemos que es profesor sólo aquel que imparte clases a niños o jóvenes, también
quienes participan en los centros de capacitación de las empresas y las instituciones con
cursos especializados, por mencionar algunos.

La sociedad actual puede recibir un gran beneficio a través de profesores especializados en


cualquier área del conocimiento, la técnica o la cultura, pero también hace falta ser un
verdadero apoyo familiar, líder y ejemplo de integridad, honestidad, profesionalismo y de
valores humanos.

Tipos de aprendizaje
Normalmente, en las escuelas, nos enseñan a repetir una y otra vez los datos hasta que
conseguimos memorizar la información. Pero, ¿cómo aprende el cerebro? Memorizar
información no nos enseña a enfrentarnos al mundo ni a desarrollar nuestro potencial,
nuestra personalidad, nuestra forma de ser, la forma de afrontar los retos y objetivos…
Nuestra educación y aprendizaje define quién somos. Pero, a pesar de todos los avances y
descubrimientos que se han hecho en el campo del aprendizaje cognitivo humano, no los
aplicamos a la educación. Tenemos que aprender a educar con cerebro, a tener en cuenta las
características de nuestra mente para educar mejor.
Un buen aprendizaje cognitivo pasa por el uso de la emoción, la sorpresa, el
movimiento y el uso de herramientas de neuroeducación específicas que favorecen
el desarrollo cognitivo de los individuos.
Aprendizaje cognitivo: La RAE define aprender como adquirir el conocimiento de algo
por medio del estudio o de la experiencia. Por otro lado “cognitivo” hace referencia a la
“cognición” que define la capacidad del ser humano para conocer por medio de la
percepción y los órganos del cerebro. El concepto de aprendizaje cognitivo define los
procesos que intervienen durante el proceso de información, que van desde la entrada
sensorial, pasan por el sistema cognitivo y llegan hasta la respuesta producida.
Aprender es el verbo que quizás ha marcado más a la especie humana a lo largo de toda su
filogenia. Somos la prueba viviente del continuo aprendizaje que ha supuesto la vida
humana tal y como hoy la conocemos.
Nuestro cerebro es el guía y director de nuestro aprendizaje, pero no hay que equivocarse.
A medida que el ser humano avanza, abarca cada vez más y más conocimiento. “Vamos
haciéndonos más inteligentes”. Esto podría llevarnos a pensar que quizás, nuestro cerebro,
se vuelva más sofisticado a medida que avanzamos, sin embargo no es así. Lo que cambia
es nuestra forma de aprender, y a medida que conocemos más cómo funciona nuestro
cerebro, más fácil nos es aprovechar sus características para hacernos más fácil aprender.
Tipos de aprendizaje
1. Aprendizaje de tipo implícito
El aprendizaje implícito, es un aprendizaje “ciego”, ya que aprendemos sin darnos cuenta
de que estamos aprendiendo.
Las características principales de este aprendizaje cognitivo, es que es no-intencional, el
aprendiz no tiene consciencia de lo que aprende y que resulta en una ejecución automática
de una conducta motora.
Ciertas actividades requieren de un aprendizaje no intencional como pueden ser hablar o
caminar. Muchas de las cosas que aprendemos son sin darnos cuenta, de forma implícita.
2. Aprendizaje de tipo explícito
En contraposición al aprendizaje implícito, el aprendizaje explícito se caracteriza por la
intención de aprender y la consciencia de ello. Hay muchos ejemplos de este tipo de
aprendizaje cognitivo, como por ejemplo el acto de leer este artículo ya es un ejemplo de
aprendizaje explícito, ya que lo hace con intención de aprender.
El aprendizaje explícito, al ser un gesto intencional requiere de atención sostenida, de un
esfuerzo que siga a la intención para aprender.
3. Aprendizaje cooperativo y colaborativo
El aprendizaje cooperativo, es un tipo de aprendizaje en grupo. Por ejemplo, un alumno que
aprende junto a su compañero o compañeros. El objetivo que persigue este aprendizaje
cognitivo es que cada miembro aprenda dentro de sus posibilidades y que además se
favorezca un trabajo en equipo.
Los cuatro pilares que sostienen este aprendizaje cognitivo, son la interdependencia
positiva, la responsabilidad individual, la participación igualitaria y la interacción
simultánea.
Un aprendizaje similar (pero no igual) a éste, es el aprendizaje colaborativo. En este tipo de
aprendizaje, generalmente es una persona fuera del grupo (ya sea un profesor, educador
etc.) quién propone un tema y se desarrolla en grupo.

Aprender con los demás es aprender mejor


4. Aprendizaje significativo
Este tipo de aprendizaje recoge de la dimensión cognitiva, emocional y motivacional. Este
tipo de aprendizaje supone un proceso de organización de la información y de conexión con
el conocimiento y la experiencia previa del que aprende. La nueva información se relaciona
con nuestras experiencias. Esto desemboca en que el nuevo conocimiento se transforme en
único para cada persona, ya que cada uno tenemos una historia propia. Es como aprender a
través del filtro con el que vemos la realidad.
5. Aprendizaje asociativo
Si te suenan los perros de Pavlov quizás ya sepas de qué consiste este tipo aprendizaje
cognitivo. El aprendizaje asociativo define la asociación entre un determinado estímulo y
un comportamiento preciso. En el caso de los perros de Pavlov el sonido de una campana
con la llegada de comida, lo que se traducía en que los perros empezaban a salivar cada vez
que escuchaban el sonido de la campana.
6. Habituación y sensibilización: Aprendizaje no asociativo
Estos dos procesos están incluidos dentro del mismo tipo de aprendizaje: el no asociativo.
Éste define un cambio nuestro ante un estímulo continuo.
El aprendizaje de habituación es un aprendizaje de tipo primitivo que permite adaptarnos al
medio. Es un fenómeno cotidiano y muy frecuente en nuestro día a día. Se produce cuando
dejamos de prestar atención a un estímulo (decremento de la respuesta a un estímulo)Un
ejemplo de aprendizaje de habituación lo encontramos en aquellas personas que viven cerca
de una carretera muy ruidosa. El primer día escucharán mucho el ruido, pero a medida que
van pasando las semanas, se habituarán al ruido, y dejará de molestarles como lo hacía al
principio.
Por otro lado, el aprendizaje por sensibilización, es el caso contrario al anterior: Nuestra
respuesta se incrementa ante un estímulo repetido. Eso significa que cuantas más veces se
nos presente el mismo estímulo, más veces daremos la misma respuesta. La sensibilización
es un tipo de aprendizaje muy adaptativo y muy primitivo.
7. Aprendizaje por descubrimiento
Cuando se busca activamente información y lo que mueve al cerebro es la curiosidad,
estamos aprendiendo por descubrimiento. En este aprendizaje cognitivo, el individuo
descubre, se interesa, aprende, relaciona conceptos y los adapta a su esquema
cognitivo.
8. Aprendizaje observacional o por imitación
Este tipo de aprendizaje vicario se sirve de un modelo a seguir para, posteriormente,
imitarlo. En este aprendizaje cognitivo, tienen mucho que ver las neuronas espejo. La
imitación es una poderosa arma de aprendizaje.
9. Aprendizaje emocional
Este tipo de aprendizaje implica un desarrollo emocional del individuo. La inteligencia
emocional se desarrolla a partir de este aprendizaje que permite gestionar las propias
emociones. (Test de inteligencia emocional)
Además, la emoción juega un papel muy importante dentro del aprendizaje que
señalaremos más adelante.
10. Aprendizaje de tipo experiencial
Nuestras experiencias son el mejor libro para aprender. Según las experiencias que nos
brinda la vida, vamos aprendiendo las lecciones de ésta. Este tipo de aprendizaje cognitivo
es muy potente pero también subjetivo, ya que, al igual que con el aprendizaje significativo,
cada experiencia es un libro distinto del que aprender, y cada persona un estudiante
diferente.
11. Aprendizaje memorístico
Como su propio nombre indica, este tipo de aprendizaje cognitivo se basa en el uso de la
memoria, fijando en ella unos datos determinados. La diferencia que hay entre este tipo
de aprendizaje y el significativo, es que el memorístico actúa como una grabadora, sin
necesidad de que el sujeto entienda lo que está aprendiendo.
12. Aprendizaje receptivo
Es un tipo de aprendizaje completamente pasivo en el que la persona tan sólo recibe la
información que ha de aprender. Un ejemplo muy bueno de este aprendizaje cognitivo,
es la charla del profesor mientras el alumno está sentado escuchando en el pupitre.

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