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Universidad de Santiago de Chile

Facultad de Humanidades
Departamento de Historia
Licenciatura en Historia
Con Mención en gestión-Sociocultural
Seminario Narrativa y Poética
Jorge Montealegre

Hernán Miranda Casanova


“A nadie daré una droga mortal…”
Kimberly Roblero Flores

Hernán Miranda, es un poeta, periodista y docente universitario.


Nace en 1942 en Quillota, Región de Valparaíso. Sus estudios los realizo
en la Universidad de Chile y realizo su posgrado en Filosofía política en la
Universidad de Santiago de Chile. Desde muy temprana edad empieza a
escribir públicamente, y a la edad de 29 años publica su primer libro que
se titula “Arte de vaticinar” desde este libro desarrollaremos el estudio del
arte poética del autor. Esta decisión fue tomada, debido a que este poema
es uno de los iniciales del autor. Existen muchos otros, que son mas
contractuales, pero creo que, para entender su necesidad de escribir,
seria mejor estudiar un poema que represente la escénica del autor, ese
descubrimiento personal que sucede al inicio del artista.

Hernán se destaca por ser un poeta de la década del sesenta, e


incluso el se define en esta época, dicha generación se caracterizo por
haber vivo el exilio durante la dictadura. Además, dicha generación fue
catalogada como una “generación diezmada”. Hernán Miranda es al igual
que muchos de sus compañeros contemporáneos, un artista consagrado
“que se habían hecho ‘un nombre’ antes del golpe”1

Como podemos ver, Hernán se destaca por ser un poeta


consagrado, que le toco vivir el duro momento que fue la dictadura. Pero,
además le toco vivir el exilio, una experiencia distinta, en que el sujeto se
encuentra nuevas necesidades de expresar, puesto que vive nuevas
emociones, nuevas soledades que nunca había experimentado, puesto
que el exilio no solo aleja al sujeto de un territorio, si no que de todas las
redes con las que contaba en su tierra. Y una vez exiliado, no recupera
dichas redes, por mas que vuelva a mantener contacto con sus viejos
amigos, la red ya no será igual, puesto que tendrá nuevos componentes.

El arte poética que caracteriza a Hernán tiene una plena relación


con el motivo por el cual escribe que el explica e identifica que se debe a
un ejercicio doblemente solitario: la soledad del poeta armando sus textos
y la soledad de los libros de poemas leídos por una minoría. Por
consiguiente, él espera que sus “poemas perduren los que puedan
perdurar como testimonio de un ser humano que vivió entre dos siglos
atormentados, que conoció y vivió situaciones extremas; que se desplazo
entre la lucidez y el delirio, entre la esperanza y la desesperanza, entre
la lejanía remota de la infancia y la proximidad amenazante e inevitable
de la muerte”2. Como podemos observar, uno de los elementos que a
Hernán lo hacen comunicar, es el hecho que alguien pueda ser testigo de
su testimonio, que pueda apreciar sus vivencias y sentimientos, que
estarán en sus poemas.

El poema por estudiar es “A nadie daré una droga mortal”, que fue
publicado en 1970, dentro de su libro Arte de vaticinar. Dicho poema no

1
Goldschmidt, Eva. (2002). El Poeta y el General. Santiago: Lom Ediciones. Pag. 21
2
Pág. 193
solo es un buen ejemplo de la necesidad de plasmar la esencia del poeta,
sus más oscuras experiencias y en más. Si no que además busca que
dicha poesía viva en otros poetas y otras poesías.

Hernán en su poema se
autodenomina como un
cirujano, que dentro de sus
versos se ve en sus
quehaceres propios del oficio,
pero que dentro de sus labores
se ve raramente cuestionado,
producto de su conciencia que
esta intranquila, debido a un
mundo perturbado.

Podríamos inferir que el


concepto del “cirujano” es sola
una metáfora de su oficio
como poeta, que se ve
duramente cuestionado,
producto del contexto en el
cual esta viviendo, justamente
ese tiempo que debería ser
abolido, esos dos siglos que
vivió atormentado.

Desde esta labor expone,


que se ve forzado a enmendar
ciertas situaciones que no ha
producido. Pero que no puede
evitar desde su condición de “humano”, esto no lo dejaría vivir en paz.
En la cuarta estrofa es donde me gustaría detenerme, puesto que
se hace cuestionamientos sobre el legado de su labor. “¿quién se sonreirá
por ti algún día?; ¿Quién repetirá después las cosas que tu dijiste?; ¿Quién
cometerá tus mismos errores?; ¿Quién asumirá tu desencanto?”. El autor
a través de estas preguntas busca identificar al poeta o las poesías que
lograran recordarlo, y que desde ese recuerdo lograran esbozar una
sonrisa. Además, se pregunta respecto a quien será el encargado de
seguir con dicho legado y que desde luego podrá asumir el desencanto
del autor. Ese que plasma en sus obras poéticas.

Por otra parte, el autor realiza ciertas proposiciones a tomar ciertas


decisiones, pero contemplar el proceso que desenlazan dichos fines.
Finalmente, Hernán expone que es un cirujano y que seguirá en las
labores de dicho oficio, pero sin lograr ver el futuro en ellas y a nadie dará
una droga mortal. El autor, a través de dicha analogía entre un cirujano
y un poeta, expone que, a pesar de no ver un futuro esperanzador, el
seguirá en su trabajo de comunicar. Esto es importante destacar, puesto
que el futuro de esa época, fue la dictadura y bien sabemos, no fue un
futuro feliz, fue bastante desesperanzador y aun así, el siguió
comunicando desde su propio oficio y soledad.

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