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PROBLEMA LIMÍTROFE DE COLOMBIA DESDE 1821

CONFLICTOS ENTRE EL PERÚ Y LA GRAN COLOMBIA

Negociaciones de límites entre Colombia y Perú (1822-1823)


Bernardo de Monteagudo.
Gobernando el Perú José de San Martín, llegó a Lima Joaquín Mosquera, en calidad de
ministro plenipotenciario de Colombia. Los objetivos de su llegada fueron:
 El reconocimiento por parte del Perú de que Guayaquil se incorporara a Colombia; y
 Gestionar la adhesión del Perú a un pacto de unión, liga y de confederación perpetuo
entre las naciones de América.

Mosquera se entrevistó con el ministro de relaciones exteriores del Perú, Bernardo de


Monteagudo, argumentando que «debían respetarse los límites virreinales de 1810, en cuanto
no estuviesen modificados por el derecho posterior a la revolución» y, por ende, la anexión de
Guayaquil a Colombia. Sin embargo, probablemente desconocía las reales cédulas
de 1803 y 1807, que estipulaban la reincorporación de la ciudad al virreinato del Perú.
Monteagudo quien (probablemente por su calidad de extranjero) también ignoraba los derechos
del Perú respaldados por la Real Cédula de 1803 y su ratificación de 1807, se opuso a la
anexión y, en cambio, respondió a Mosquera que el Estado del Perú reconocía a la Junta
Gubernativa de Guayaquil.
No logrando ponerse de acuerdo sobre la cuestión de Guayaquil, postergaron las discusiones
de límites para otra ocasión y firmaron el 6 de julio de 1822 un tratado de amistad y alianza
entre el Perú y Colombia, en el que se comprometían a defenderse mutuamente y se
concedían privilegios a los ciudadanos de ambos países.
Además, estipulaba que «la demarcación de los límites precisos que hayan de dividir los
territorios de la República de Colombia y el Estado del Perú se arreglará por un convenio
particular después que el próximo Congreso Constituyente del Perú haya facultado al Poder
Ejecutivo del mismo Estado para arreglar este punto…».

GUERRA GRANCOLOMBO-PERUANA (1828-1829)


Tanto en Colombia como en el Perú se produjeron excitaciones bélicas. El 17 de
mayo de 1828, el Congreso peruano autorizó al presidente José de la Mar a tomar medidas
militares, a causa de la expulsión de Villa. 27 Sin embargo, sería Bolívar quien daría el primer
paso: el 3 de julio de 1828, la República de Colombia declaró oficialmente la guerra a la
República Peruana.
La marina peruana bloqueó la costa pacífica grancolombiana y asedió el puerto de Guayaquil, 29
ocupándola el 19 de enero de 1829. 25 El ejército peruano ocupó Loja y Azuay.30 A pesar de
estos éxitos, la guerra terminó cuando el ejército peruano fue derrotado en el Portete de Tarqui,
el 27 de febrero de 1829; y con la firma del Convenio de Girón, al día siguiente, que estipulaba
la desocupación de Guayaquil y Loja porque «Colombia no consentirá firmar un tratado
mientras tropas enemigas ocupen su territorio». Este punto es destacable, pues implícitamente
Colombia no consideraba como territorio suyo a Jaén y Maynas, al no exigir su desocupación. 25
Las negociaciones directas

LEY COLOMBIANA DEL 22 DE DICIEMBRE DE 1890


El 22 de diciembre de 1890, el Congreso colombiano expidió una ley por la cual se dio
autorizaciones para crear misiones y servicio policial en las regiones bañadas por los
ríos Caquetá, Putumayo, Amazonas y sus afluentes.
El canciller peruano Alberto Elmore elevó su protesta, el 8 de abril de 1891, por considerar que
la ley lesionaba derechos territoriales del Perú, conforme a la Real Cédula de 1802 y la
posesión de su país, pues los pobladores de esos lugares obedecían las leyes, los reglamentos
y a las autoridades peruanas del Departamento de Loreto. Su par colombiano, Marco Fidel
Suárez, indicó que:68
(…) consultando la armonía y a fin de no menoscabar intereses ya creados, no extenderá su
acción sino a los territorios que actualmente se hallan faltos de misiones y de colonización (…)
que tal respeto no sea interpretado como el reconocimiento de verdaderos títulos de dominio y
soberanía territorial.
CONFERENCIAS TRIPARTITAS DE 1894
El gobierno colombiano, con motivo de las gestiones diplomáticas entre Ecuador y el Perú,
solicitó ser admitida en las discusiones de límites con el fin de llegar a un acuerdo definitivo;
gestión que vino a culminar con la convención tripartita reunida en Lima el 11 de
octubre de 1894. Se nombraron como representantes por Colombia, Aníbal Galindo, como
abogado especial, y Luis Tanco, quien era encargado de negocios en Lima; por el Ecuador,
Julio Castro, enviado extraordinario y ministro plenipotenciario del Ecuador en Lima; y por el
Perú, Luis Felipe Villarán, como abogado especial.6970
Al entrar en la controversia, Colombia sostuvo el reconocimiento del uti possidetis, pero
integrándolo y sustituyéndolo (en casos de oscuridad y deficiencia) con el principio de la
equidad y la recíproca conveniencia. Según su tesis, el árbitro no solamente debía atender los
títulos de derecho, si no también los intereses de los países en litigio.
Colombia definió su posición sobre la Comandancia General de Maynas, que era disputada por
los tres países. El Perú sostenía que, de acuerdo al uti possidetis, el territorio le pertenecía,
conforme a lo mandado por la Real Cédula de 1802; mientras que el Ecuador había sostenido
su inexistencia y, cuando la cédula fue presentada, su incumplimiento. Por su parte, Colombia
discutió el carácter jurídico del documento, y sostuvo que este no fue de demarcación política o
civil, sino una providencia de orden eclesiástico. Así pues, la intención del acto regio fue poner
las misiones eclesiásticas en Maynas bajo la supervisión del virreinato del Perú, pero
dependiendo políticamente del de Nueva Granada.
Respeto a los posibles derechos de Ecuador, Colombia alegó que estos no arrancan de la
cédula de erección de la Audiencia de Quito, pues esta no fue nunca una entidad autónoma,
sino dependiente de los virreinatos del Perú y Nueva Granada. Debido a esto, no puede alegar
a su favor el uti possidetis, el cual sólo es válido para divisiones territoriales como los
virreinatos y las capitanías generales. La nación ecuatoriana y sus derechos nacieron el 10 de
febrero de 1832, cuando Colombia reconoció la separación de las provincias de Ecuador,
Azuay y Guayaquil, para formar un estado independiente. 71
El convenio de arbitraje fue firmado el 15 de diciembre de 1894, pues los tres países no
llegaron a un acuerdo en sus alegatos. El primer artículo decía: 72
Colombia se adhiere a la convención de arbitraje, firmada entre Perú y Ecuador el 1º de agosto
de 1887, cuya aprobación fue canjeada en Lima el 11 de abril de 1888; pero las tres altas
partes contratantes estipulan que el real árbitro fallará las cuestiones materia de la disputa,
atendiendo no sólo a los títulos y argumentos de derecho que se han presentado y que se le
presenten, sino también a las conveniencias de las partes contratantes, conciliándolas de modo
que la línea de frontera esté fundada en derecho y en equidad.
Los congresos de Colombia y el Perú aprobaron el convenio, no así el de Ecuador, quien se
abstuvo de hacerlo. Colombia, por su parte, y ante la conducta del Ecuador, prefirió entablar
negociaciones directas.73 El Perú retiró su aprobación el 29 de enero de 1904.

PROTOCOLO ABADÍA MÉNDEZ-HERBOSO


El 27 de septiembre de 1901, se suscribió un protocolo entre el canciller colombiano Miguel
Abadía Méndez y el plenipotenciario chileno en Bogotá, Francisco J. Herboso, que establecía
una alianza entre Chile, Colombia y (presumiblemente) Ecuador.
Continuaron las negociaciones colombo-chilenas, que incluía la venta de un blindado de la
armada chilena (la cual era, por aquella época, una de las más poderosas de América y el
mundo), siendo frustrada por el descubrimiento y la publicación de estos documentos por parte
del plenipotenciario peruano en Colombia Alberto Ulloa Cisneros.

EL CAUCHO, LOS ARREGLOS LIMÍTROFES Y EL MODUS VIVENDI

TRATADO PARDO-TANCO ARGÁEZ


El 6 de mayo de 1904 se firmó en Lima, entre el canciller peruano José Pardo y Barreda y el
plenipotenciario colombiano Luis Tanco Argáez, un tratado que sometía la cuestión de límites al
arbitraje del Rey de España. Ese mismo día, se firmó un modus vivendi en las zonas
del Napo y Putumayo. Sin embargo, no fue aprobado por el canciller colombiano Francisco de
Paula Matéus, aduciendo que Tanco no tenía instrucciones.

TRATADO TOBAR-RÍO BRANCO


Coincidentemente, el mismo día de la firma del modus vivendi entre Colombia y el Perú, los
gobiernos de Ecuador (representado por Carlos R. Tobar) y del Brasil (representado por José
Maria da Silva Paranhos Junior, barón del Río Branco) firmaron un tratado, en el cual definieron
su frontera en la línea Apaporis-Tabatinga, de acuerdo al tratado de 1851, entre el Perú y el
Brasil.
La República del Ecuador y la República de los Estados Unidos del Brasil acuerdan que,
terminando favorablemente para el Ecuador, como esta República espera, el litigio que sobre
límites existe entre el Ecuador y el Perú, la frontera entre el Ecuador y Brasil, en la parte que
confinen, sea la misma señalada por el Art. VII de la Convención que se celebró entre Brasil y
el Perú, en Lima, el 23 de octubre de 1851, con la modificación constante en el Acuerdo
asimismo firmado en Lima el 11 de febrero de 1874, para la permuta de territorios en la línea
Iza o Putumayo, esto es, que la frontera - en todo o en parte - según el resultado del antedicho
litigio, sea la línea geodésica que va de la boca del riachuelo San Antonio, en la márgen
izquierda del Amazonas, entre Tabatinga y Leticia, y termina en la confluencia del Apaporis con
el Yapurá o Caquetá, menos en la sección del río Iza o Putumayo, cortada por la misma línea
donde el alveo del río, entre los puntos de intersección, formará la división.

TRATADOS VELARDE-CALDERÓN-TANCO
El 12 de septiembre de 1905, la nueva legación peruana en Bogotá (dirigida por el
plenipotenciario peruano Hernán Velarde) consiguió celebrar con la cancillería colombiana tres
nuevas convenciones: los tratados Velarde-Calderón-Tanco, con Clímaco Calderón, canciller de
Colombia; y el ministro plenipotenciario colombiano en el Perú, Luis Tanco Argáez.
El primer acuerdo fue un convenio general de arbitraje, por el cual ambos países se
comprometían a resolver todas sus diferencias, salvo las que afectaren la independencia o el
honor nacionales, por medio del arbitraje. El árbitro sería el Sumo Pontífice Romano. El
compromiso arbitral duraría 10 años, siendo los asuntos litigiosos presentados al árbitro por
convenciones especiales.
El segundo convenio sometió la cuestión de límites a Pío X, o en su negativa o impedimento, al
Presidente de la República Argentina; estableciéndose los principios de derecho y de equidad.
El arbitraje solo debería iniciarse cuando se terminara el litigio entre el Perú y el Ecuador,
pendiente ante el Rey de España.
El tercer tratado fue de statu quo y modus vivendi en la zona en disputa. Ninguno de los dos
países alteraría sus posiciones mientras no se solucionara el litigio. Mientras tanto, la línea
divisoria sería el río Putumayo, la cual sería neutral. Colombia ocuparía el margen izquierdo y
el Perú, el margen derecho. Las aduanas serían mixtas y el producto de estas común.
Los acuerdos fueron aprobados por el Congreso colombiano y enviados para su ratificación en
Lima. Sin embargo, según parece, por la enorme influencia de la poderosa Casa Arana, su
aprobación se vino retrasando.
En ese contexto, el 6 de junio de 1906 se firmó en Lima un protocolo de statu quo en la zona
en litigio y un modus vivendien el Putumayo, río declarado neutral. Se retiraron las
guarniciones, aduanas y autoridades civiles y militares, hasta que quedaran resueltos los
conflictos limítrofes. Estas medidas, indirectamente, barbarizarían la región.

TRATADO VÁSQUEZ COBO-MARTINS


El 24 de abril de 1907, se firmó en Bogotá, entre los representantes de los gobiernos de
Colombia y Brasil; Alfredo Vásquez Cobo y Enéas Martins, respectivamente, un tratado que
definió la frontera, entre la piedra de Cocuy hasta la desembocadura del río Apaporis en
el Caquetá:94
La frontera entre Colombia y el Brasil (...) será la siguiente: De la isla de San José (...), el
thalweg del Apaporis hasta su desembocadura en el río Yapurá o Caquetá (...); y el resto de
frontera entre los dos países disputada, sujeta a posterior arreglo en el caso de que Colombia
resulte favorecida en sus otros litigios con el Perú y el Ecuador.

TRATADO PORRAS-TANCO ARGÁEZ


En 1909, se reanudaron las negociaciones entre el Perú y Colombia, con el fin de poner
término a los sangrientos combates que se sucedían entre el Putumayo y el Caquetá. El
canciller peruano, Melitón Porras y el ministro colombiano, Luis Tanco Argáez, suscribieron un
acuerdo el 22 de abril de ese año, que consistía en los siguientes puntos: 95
 El nombramiento de una comisión que investigara los sucesos del Putumayo y estableciera
responsabilidades.
 Se indemnizaría los daños materiales y a las familias de las víctimas.
 La cuestión de límites, sería resuelta cuando se expidiera el fallo español en el juicio con el
Ecuador y se sometería a arbitraje en caso de desacuerdo.
 Se pactaría un nuevo modus vivendi; y
 Se ajustaría un tratado de comercio.
En cumplimiento de la primera parte del tratado, se firmó en Bogotá el 13 de abril de 1910 la
convención sobre reclamaciones. Se acordó en ella, la constitución de un tribunal mixto
internacional, que se reuniría en Río de Janeiro a los 4 meses de firmada la convención. El
tribunal debía resolver:95
 El monto de la indemnización que uno de los países debía pagar a otro; y
 Determinar los casos en que se debía aplicarse la ley colombiana o peruana a los
presuntos culpables de los crímenes de la región.
Sin embargo, sobre los convenios de arbitraje y modus vivendi acordados en el tratado Porras-
Tanco Argáez, no se llegó a un acuerdo formal.

CONFLICTO DE LA PEDRERA (1911)


En 1911, Colombia comenzó a establecer guarniciones militares en la orilla izquierda del río
Caquetá, en clara violación al tratado Porras-Tanco Argáez, que establecía que esa zona era
territorio peruano. Envió a una expedición comandada por el general Isaac Gamboa,
conformada por 110 hombres, que ocupo Puerto Córdoba, también llamada La Pedrera. En
junio, zarpó otra expedición a Puerto Córdoba al mando del general Neyra.
Mientras tanto, el gobierno peruano, resguardando sus intereses en la zona que estaban
siendo amenazados por las expediciones colombianas, solicitó la suspensión de la expedición
Neyra, pero fue denegada. Entonces, las autoridades de Loreto destacaron un contingente
peruano, al mando del teniente coronel Óscar R. Benavides, para desalojar a los colombianos
de La Pedrera.96
Fue entonces cuando los cónsules de Perú y Colombia en Manaos, conscientes de las
consecuencias de un posible enfrentamiento, propusieron telegráficamente a sus gobiernos la
desviación de las expediciones: la expedición colombiana, al mando de Neyra, se detendría en
Manaos; y la peruana, de Benavides, en el Putumayo.
Sin embargo, por falta de conocimiento de estas negociaciones, se produjo un choque armado
entre las fuerzas peruanas y colombianas. El 10 de julio, Benavides exigió la retirada de los
colombianos de La Pedrera, solicitud denegada. Por ello, comenzó el ataque a Puerto Córdoba:
después de dos días de combates, el contingente colombiano fue obligado a retirarse. 979899
El 19 de julio de 1911, una semana después de los enfrentamientos en La Pedrera, el ministro
plenipotenciario peruano Ernesto de Tezanos Pinto y el canciller colombiano Enrique Olaya
Herrera firmaron en Bogotá el Convenio Tezanos Pinto-Olaya Herrera. En este acuerdo,
Colombia se comprometió a no aumentar el contingente ubicado en Puerto Córdoba y no
atacar a las posiciones peruanas ubicadas entre el Putumayo y el Caquetá. Al mismo tiempo,
las tropas peruanas se vieron obligadas a abandonar La Pedrera y a devolver los trofeos de
guerra capturados a los colombianos.100101

TRATADO MUÑOZ VERNAZA-SUÁREZ


El 15 de julio de 1916, el ministro plenipotenciario del Ecuador, Alberto Muñoz Vernaza; y el
de Colombia, Fidel Suárez, suscribieron en Bogotá un tratado de límites entre las dos
repúblicas, desde el río Mataje hasta la desembocadura del río Ambiyacú en el Amazonas: 102
Partiendo de la boca del río Mataje, en el Océano Pacífico, aguas arriba de dicho río, hasta (…)
el divortium aquarum entre el río Putumayo y el río Napo, y por este divortium aquarum hasta el
origen principal del río Ambiyacu, y por el curso de este río hasta su desembocadura en el río
Amazonas: siendo entendido que los territorios situados en la margen septentrional del
Amazonas y comprendidos entre esta línea de frontera y el límite con el Brasil, pertenecen a
Colombia, la cual por su parte deja en salvo los posibles derechos de terceros.
El Perú hizo, oportunamente, reserva de sus derechos afectados por dicho pacto. 103

NEGOCIACIONES ENTRE EL PERÚ Y COLOMBIA (1911-1922)


Tras el incidente de La Pedrera, las relaciones entre Colombia y el Perú se vieron perturbadas:
civiles colombianos apedrearon la casa del embajador peruano en Bogotá y su prensa atacó la
actitud de su gobierno. La separación de Panamá, episodio muy sensible, todavía estaba en la
mente colectiva. Muchos se preguntaban: ¿sería Caquetá otro Panamá? 104 Mientras tanto, las
cancillerías de ambos países se preocupaban en iniciar nuevas gestiones. Entre 1912 y 1918,
ambos países insistieron en la idea del arbitraje. Colombia, dirigida por los conservadores,
planteaba el arbitraje del Papa: el Perú, en cambio, proponía como árbitro al Tribunal de la
Haya o al Presidente de la Confederación Suiza.
En 1919, se inició una nueva fase del conflicto. Colombia propone un arreglo directo, sin
embargo, la línea propuesta por el ministro colombiano Fabio Lozano Torrijos a la cancillería
peruana no fue aceptada, por cuanto no implicaba cesión alguna de Colombia. La
contrapropuesta peruana tampoco fue aceptada por el ministro colombiano. 103
Tratado Salomón-Lozano
Reiniciadas las gestiones, el 24 de marzo de 1922 se llegó a un acuerdo directo en Lima, obra
de los plenipotenciarios Fabio Lozano Torrijos (representando a Colombia) y Alberto Salomón
Osorio (representando al Perú). El tratado Salomón-Lozano estableció como límite el
siguiente:105
La línea de frontera entre la República Peruana y la República de Colombia queda acordada,
convenida y fijada en los términos que en seguida se expresan: Desde el punto en que el
meridiano de la boca del río Cuhimbé en el Putumayo corta al río San Miguel o Sucumbíos,
sube por ese mismo meridiano hasta dicha boca del Cuhimbé; de allí por el río Putumayo hasta
la confluencia del río Yaguas; sigue por una línea recta que de esta confluencia va al río
Atacuari en el Amazonas y de allí por el río Amazonas hasta el límite entre Perú y Brasil
establecido en el Tratado Perú-Brasileño de 23 de octubre de 1851.
La rectificación del límite entre el Perú y Brasil y la entrega de la faja de territorio colindante con
el Brasil, por la línea pactada en 1851 con el Perú, así como el acceso de Colombia al
Amazonas, del que sólo el Perú y Brasil eran condóminos, determinó la oposición de Brasil al
tratado Salomón-Lozano. Esta actitud retardó la aprobación del acuerdo, hasta la firma de un
acta en Washington en 1925, por el cual Colombia reconoció los territorios cedidos por el Perú
a Brasil en 1851.106 El 20 de diciembre de 1927, fue aprobado por el Congreso peruano, sería
ratificado por el colombiano el 17 de marzo de1928, y comenzó a ser efectivo desde el 19 de
marzo de 1928. Finalmente, el tratado se consumó con la entrega física de los territorios, el 17
de agosto de 1930.
En el Perú, Leguía es todavía criticado por la firma de este tratado, considerado excesivamente
entreguista. Sin embargo, el intención del gobierno peruano fue la de ganar para el Perú un
aliado, cuando se encontraba abrumado por los conflictos con el Ecuador y con Chile.
Efectivamente, una consecuencia del tratado fue que Colombia apoyara al Perú en ellitigio
peruano-ecuatoriano y que Ecuador rompiera sus relaciones con Colombia.107
Protocolo de Río de Janeiro (1934)
La comisión para el arreglo de la disputa por Leticia se reunió en Río de Janeiro en octubre de
1933. La parte peruana estaba conformada por Víctor M. Maúrtua, Víctor Andrés
Belaúnde, Alberto Ulloa Sotomayor y Raúl Porras Barrenechea. La delegación colombiana,
por Roberto Urdaneta Arbeláez, ministro de Relaciones Exteriores, Luis Cano
Villegas y Guillermo Valencia Castillo.
El Perú invitó también al Ecuador a empezar negociaciones con el objeto de liquidar la cuestión
de límites pendientes entre los dos países; pero este se negó. Este país era parte interesada
en la disputa entre Colombia y el Perú, no solo por la contigüidad territorial, sino también
porque había una zona que los tres países se adjudicaban. El Congreso ecuatoriano declaró
que no reconocería la validez de los arreglos entre sus dos vecinos.
El 24 de mayo de 1934 se firma por las representaciones diplomáticas de Colombia y del Perú,
el Protocolo de Río de Janeiro, en la ciudad del mismo nombre, que ratifica el tratado Salomón-
Lozano, aún hoy día vigente y aceptado por ambas partes. 111

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