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Universidad Austral de Chile

Escuela de Psicología

PSICOLOGÍA COMUNITARIA I
DIAGNÓSTICO COMUNITARIO
TERCERA UNIDAD

Profesor: Hugo Campos Winter

Pauta diagnóstico Psicosocial Comunitario

1. Instrucciones del proceso de diagnóstico en terreno

La siguiente pauta refiere al trabajo en terreno de la tercera unidad en la modalidad de un diagnóstico


psicosocial comunitario, plasmado en un informe escrito y una exposición grupal. La dificultad es
de 60% y el porcentaje de la nota final es de %30.

El objetivo de aprendizaje de la actividad es “desarrollar destrezas en el uso de las metodologías de


investigación social para el análisis e intervención de la realidad psicosocial/comunitaria en su
articulación con los campos educacional, de la Salud/Salud Mental y organizacional”.

El Proceso que se debe seguir en terreno se explica brevemente a continuación1: familiarización,


diagnóstico y planificación en el ámbito psicosocial/comunitario.

El momento de familiarización refiere al acoplarse ontoepistemológicamente en la comunidad, lo que


implica un subprimer momento de inmersión ontológica o de deriva subjetiva en su ambiente natural,
en su historia escrita y memoria oral, en su cultura (tradiciones, rituales, símbolos,
artefactos/materializaciones), en su dinámica comunicacional (endoculturación, transculturación,
comunicación intercultural) y en su organización psicosocial (personas, grupos, organizaciones e
instituciones) 2 . En un segundo submomento de familiarización, se debe realizar un proceso de
extrañamiento de los anteriores elementos comunitarios, es decir de objetivación de los mismos, lo
que implica emerger del anterior submomento de inmersión ontológica e insertarse
epistemológicamente como un sujeto diferenciado de conocimiento epistémico (grupo investigador)
dentro de la misma, reconocido como tal por los miembros de la comunidad, portadores de
conocimiento gnoseológico, y por otros sujetos epistémicos (profesionales, equipos
multidisciplinarios y funcionarios institucionales entre otros).

El momento diagnóstico implica pasar de la objetivación de los elementos y dinámicas comunitarias


observadas, a la descripción densa de los mismos, que significa una codificación (textualización) de
los elementos, dinámicas y sujetos comunitarios observados, mediante un modo de organización del
discurso caracterizado por una descripción englobante con incrustaciones de fragmentos
interpretativos, evaluativos, explicativos, dialógicos, narrativos y discursos referidos de los miembros
de la comunidad; que presente en profundidad, evalúe/valorice y problematice los elementos
comunitarios identificados 3 . Esto con base en la información obtenida por múltiples técnicas e
instrumentos de recolección y producción de datos. Respecto a lo anterior, se debe tener presente que
la comunidad es un fenómeno complejo al menos en tres sentidos:

“como un sistema intrincadamente entretejido 4 , como un emergente no


calculable de la conjunción de las múltiples y heterogéneas conexiones
locales5, y como un fenómeno que para conceptualizarlo operativamente
no es posible mostrarlo o hacerlo funcionar todo al mismo tiempo, sino que
se deben seleccionar determinados elementos del mismo en cada instante
presente6.

Por lo tanto, se debe ser riguroso en considerar las múltiples perspectivas (discursos) que construyen

1 Para mayor profundización en el proceso de diagnóstico comunitario, refiérase a la bibliografía obligatoria y


principalmente complementaria. Ver también Crespo, M. (2011). Guía de diseños de proyectos sociales comunitarios bajo
el enfoque del marco lógico (compendio de conceptos esenciales y aplicaciones). Recuperado desde:
http://abacoenred.mayfirst.org/wp-
content/uploads/2015/10/guia_de_diseno_de_proyectos_sociales_comunitarios_bajo_el_enfoque_del_marco_logico___co
mp.pdf
2 Para mayor sistematización de los elementos a observar, ver las definiciones de comunidad vistas en clases, así como la

bibliografía obligatoria y optativa de la tercera unidad.


3 Ver Geertz, C. (2003). La interpretación de las culturas. Barcelona: Gedisa.
4 Ver Morín, E. (1997). Introducción al pensamiento complejo. Barcelona: Gedisa.
5 Ver Morín, E. (1997). Introducción al pensamiento complejo. Barcelona: Gedisa.
6 Ver Luhmann, N. (1996). Introducción a la Teoría de Sistemas. Universidad Iberoamericana, México.
el fenómeno, tanto epistémicas como gnoseológicas; se debe también tener apertura frente a
propiedades emergentes como por ejemplo, la ecología de la acción, que refiere a efectos inesperados
de las acciones realizadas y hasta contrapuestos con estas. Por último, se debe hacer una selección de
los elementos, dinámicas y sujetos comunitarios a diagnosticar, y de las técnicas e instrumentos a
utilizar para tales efectos, por ejemplo, con respecto a lo elementos, dinámicas y sujetos comunitarios,
distinguir un espacio, una forma de comunicación, un grupo, una institución, una organización
comunitaria entre otros. Y respecto a las técnicas e instrumentos, entre las primeras seleccionar
entrevistas, observaciones, registros fotográficos y/o audiovisuales entre otros, y correlativamente
entre los segundos, pautas de entrevistas y grabadoras de audio, diarios de campo, pautas y cámaras
fotográficas y/o guiones y videograbadoras entre otros.

Respecto al momento de planificación, esta debe ser un derivado lógico del diagnóstico, y se debe
presentar a modo de una estrategia compuesta de actividades concernientes a solucionar la
problemática diagnosticada. Resguardar la pertinencia, eficiencia y efectividad de la estrategia,
vigilando epistémicamente en todo momento recursos, tiempo, competencias y disposición anímica
de quienes participarán eventualmente en las actividades, tanto del equipo investigador-interventor
como de los miembros de la comunidad.

Es necesario destacar que “toda interpretación que haya de aportar comprensión debe haber
comprendido ya lo que en ella se ha de interpretar”7, por lo tanto, si bien se debe dar espacio a la
posibilidad de elementos comunitarios emergentes, se ingresa ya en la comunidad con elementos
epistémicos previamente conceptualizados y valorizados para ser aplicados en la distinción y
evaluación de los elementos ontológicos de la comunidad. Esto con base en una definición de
psicología comunitaria y de comunidad que se deberá utilizar como soporte epistémico para las
interpretaciones, pero que también pueden ser enriquecidas por las incorporaciones teórico-
conceptuales de cada grupo y por retroacciones empíricas desde la experiencia vivida. Para estos
efectos, el concepto de Psicología Comunitaria con el que se trabajará es el que se ha llamado
concepto síntesis entre salud mental comunitaria y desarrollo social, a saber, la Psicología
Comunitaria es:

“el campo de estudio de la relación entre sistemas sociales —


principalmente comunidades— y comportamiento humano y de su
aplicación interventiva a (en lo negativo) la resolución —preferentemente
preventiva— de los problemas psicosociales y (en lo positivo) al desarrollo
humano integral, desde la comprensión de los determinantes socio-
ambientales de ambos y a través de la modificación racional e informada
de esos sistemas sociales, de las relaciones psicosociales en ellos
establecidas y del desarrollo de (la) comunidad; todo ello, desde la máxima
movilización posible de los propios afectados como sujetos activamente
participantes en los cambios, no como objetos pasivos de ellos”8.

La selección de este concepto responde a su apertura epistémica y a su capacidad de ensamblar la


mirada y las prácticas de la Psicología Comunitaria al marco de las políticas públicas en Desarrollo
Social y Salud Mental Comunitaria, que como ya vimos son los dos grandes campos de cultivo del
enfoque comunitario desde el Estado, y por ende, un suelo fértil de desarrollo de la subdisciplina. Así
entonces, el anterior será el pilar base que sostendrá el proceso de diagnóstico social comunitario.

Por su parte, respecto del concepto de comunidad a trabajar, salta a la vista que es menos consensuado
que el anterior, puesto que refiere a una realidad orgánica y cultural no institucionalizada, por lo que
la definición que se muestra a continuación no debe ser considerada como la conceptualización
instituida tal como el anterior concepto, sino más bien como una propuesta provisoria. Realizadas
estas salvedades, el concepto de comunidad que se propone es el de comunidad como formación
contextual:

“En términos generales postulamos que se constituye una formación


contextual [comunidad] cuando un sistema humano en interacción
(antropocenosis) se instala en un espacio transformándolo en territorio
(antropotopo), desarrolla procesos emocionales, afectivos y
motivacionales; establece dispositivos funcionales para su reproducción y
genera discursos que conforman estructuras de significación y de sentido
(contextos) para sus participantes9.

7
Ver Heidegger, M. (2015). Ser y tiempo (Trad. J. E. Rivera) (5ta. Ed.). Santiago: Editorial Universitaria, p. 178.
8
Ver Sánchez, A. (1991). Psicología Comunitaria: bases conceptuales y operativas métodos de intervención.
Barcelona: PPU, p. 70.
9
Ver Ortiz, citado en Martínez, R. (2006). El enfoque comunitario. Estudio de sus modelos de base.
Santiago: Universidad de Chile, pp. 45-59. Recuperado de http://repositorio.uchile.cl.
De lo anterior se desprende, (como ya vimos en clases), que una comunidad como formación
contextual se conforma de las siguientes relaciones primarias y secundarias:

1) El nivel de las relaciones primarias [Antropotopo y Antropocenosis], es


decir, aquellas relaciones que, independientemente de todo discurso
puedan ser descritas entre personas, grupos, instituciones, territorios, etc.
Corresponde al campo de los procesos fácticos.
2) El nivel de las relaciones discursivas, que incluye todas las producciones
simbólicas de una comunidad, tanto las lingüísticas (habla, relatos,
cuentos), como las no-lingüísticas o icónicas (movimientos, posturas y
expresiones corporales, colores, sonidos, vestimentas, objetos). Es el
universo de los discursos donde se da una articulación significativa
definida por una cierta relación codificada entre significante y
significado10.

Sin perjuicio de sus propias conceptualizaciones, considérese el siguiente cuadro como una fuente
de elementos comunitarios a definir, observar y diagnosticar en la comunidad donde se inserten.

A pesar de su complejidad, este cuadro no es abarcativo, por ejemplo resta agregar la historia y la
memoria colectiva, y enriquecer los fenómenos afectivo-emocionales y complementarlos con
fenómenos cognitivos.
Por lo tanto, cabe repetir que no es una definición definitiva, y se espera que cada grupo realice
críticas, aportes o conceptualizaciones alternativas.

10
Ver Ortiz, citado en Martínez, R. (2006). El enfoque comunitario. Estudio de sus modelos de base.
Santiago: Universidad de Chile, pp. 45-59. Recuperado de http://repositorio.uchile.cl.
2. Estructura de informe diagnóstico

Portada

Índice

1. Resumen (media plana)

2. Introducción (mín. 1 plana, máx. 2 planas)

3. Antecedentes relevantes y caracterización de la comunidad (mín. 3 planas, máx. 6 planas)

4. Hipótesis o preguntas de diagnóstico (media plana)

5. Objetivos del diagnóstico (media plana)

6. Marco conceptual (mín. 2 plana, máx. 4 planas)

7. Metodología (mín. 1 plana, máx. 2 planas)

8. Descripción, evaluación y problematización de los fenómenos identificados (mín. 4 planas, máx. 8


planas)

9. Objetivos de trabajo psicosocial comunitario planteado (una plana)

10. Procedimiento de trabajo (actividades, recursos, registros, evaluación) (mín. 2 planas, máx. 3
planas)

11. Resultados esperados (mín. 1 plana, máx. 2 planas)

12. Conclusiones (mín. 2 planas, máx. 4 planas)

13. Sugerencias (mín. 1 plana, máx. 2 planas)

Aspectos formales: hoja tamaño carta, letra Times New Roman, tamaño 12; interlineado 1,5; hojas
numeradas; citas y referencias bibliográficas según APA 6ta edición; entrega y presentación del
trabajo, miércoles 5 de julio.

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