Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Entre 1594 y 1600, período de las grandes obras inspiradas en la historia de Inglaterra.
Shakespeare escribe algunas de sus tragedias más importantes, como Romeo y Julieta y Julio
César. Dejando de lado el teatro de sus predecesores.
Entre 1600 y 1608, período considerado “de madurez”, que inicia con Hamlet (estrenada en
1601). La cual le siguieron Otelo, El Rey Lear y Macbeth.
Por último, entre 1608 y 1616; este período se caracteriza por obras de carácter exótico y
refinado, ente las que se destaca La tempestad (1611)
Hamlet (estrenada en 1602) no es tan solo la historia de una venganza, sino que también
reúne en torno a ese motivo, un conjunto de relatos. Además permite rastrear algunas de las
obsesiones del período barroco, como la representación dentro de la representación misma, la
duda acerca del sentido real, entre muchas otras.
Más que un héroe trágico clásico, se ha visto en Hamlet el paradigma del héroe moderno,
inmerso en una serie de contradicciones y de dudas, y responsable de las situaciones que él
mismo genera. Tal vez este sea el motivo por el que la obra es una de las obras más leídas y
comentadas.
Hasta el reinado de Isabel, el teatro era considerado un género relativamente menor, que
asumía tres grandes modalidades: El teatro religioso, el teatro popular y el teatro humanístico.
La reina protegió la actividad de los autores, los actores y los empresarios teatrales que, en los
años anteriores, no había sido bien vista por las autoridades civiles y religiosas. En el año 1581
se organizó, mediante un decreto, la actividad de los trabajadores teatrales, que se vieron
obligados a organizarse en compañías.
El teatro de la época de Isabel se aparta de los moldes rígidos del clasicismo renacentista. Los
rasgos de la tragedia fueron aceptados solo en parte.
Uno de los aspectos más importantes del teatro de la época de la reina fue la construcción de
edificios de grandes dimensiones, especialmente destinados a los espectáculos teatrales. Se
calcula que, hacia 1600, en Londres, funcionaban ocho teatros regulares. En 1629, la cifra
llegaba a diecisiete. En uno de esos teatros, El Globo, inaugurado en 1598, se representaron
muchas de las obras de Shakespeare, quien fue además uno de los copropietarios del edificio.
Frente al escenario, se abría una especie de patio octagonal, rodeado por tres pisos de
galerías. El escenario estaba compuesto por un proscenio y un fondo, separados entre sí por
dos columnas. La disposición de los espacios del escenario permitía el desarrollo simultáneo de
varias escenas.