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Universidad Nacional de Colombia Profesor: Ciro Roldan

SFC – Debate sobre el liberalismo político Estudiante: Harold Guzmán


Sierra

«RAZONABLE» VERSUS «VERDADERO»,


O LA MORAL DE LAS CONCEPCIONES
DEL MUNDO

John Rawls: La “justicia como equidad” se trata de una concepción “independiente”


[freistehende]: una idea que se mueve exclusivamente en el campo de lo político y deja
la filosofía “tal como está”.
¿Por qué evitar el campo ‘metafísico’ (filosófico)? Por lo que entendemos por “lo
político”.
Rawls emplea “lo político” de dos maneras: (I) en primer lugar para el campo objetual de
una teoría política que se refiere al marco institucional y a la estructura básica de una
sociedad (moderna).
(II) en segundo lugar en contraposición de lo “metafísico”, lo cual suscita controversias
ineludibles.
Rawls emplea “político” diferenciado de “metafísico” para caracterizar las concepciones
de la justicia que satisfacen una exigencia esencial del liberalismo: Ser neutral frente a
las distintas cosmovisiones.
Rawls une la expresión “político” a una interpretación especial de la neutralidad:
“Significa que tenemos que distinguir entre el modo en que se presenta una concepción
política y el hecho de que forme parte, o sea derivable, de una doctrina comprehensiva”.
(Pág. 42).
Rawls explica con una hipótesis remarcable de su teoría: “Parto del supuesto de que todos
los ciudadanos abrazan alguna doctrina comprehensiva con la que la concepción política
está de algún modo relacionada. Pero es un rasgo distintivo de la concepción política el
que… se expone aparte de cualquier trasfondo más amplio o sin referencia a ninguno…
La concepción política es un módulo… que cuadra con varias doctrinas comprehensivas
razonables que perduran en una sociedad regulada por esa concepción”.

Esta controversia respecto al carácter de verdadero que Rawls atribuye a las doctrinas
comprehensivas y su relación con lo razonable de la concepción política, ha sido
retomado por Habermas en su contrarréplica “Razonable versus verdadero...”. Allí quiere
mostrar, teniendo en cuenta la respuesta de Rawls a sus observaciones, centrada
principalmente en el problema de la justificación, que el concepto de lo razonable
continúa siendo demasiado débil “para caracterizar la validez de una concepción de la
justicia reconocida intersubjetivamente” (p150) . Como consecuencia el consenso
entrecruzado no debe ser la simple coincidencia de doctrinas razonables, sino que para
llegar a él se requiere ante todo la disposición de los ciudadanos para adoptar
anticipadamente un punto de vista moral independiente de dichas doctrinas. En este
sentido el consenso implica una redefinición de lo razonable a la luz del reconocimiento
público logrado argumentativamente. Con este fin plantea la necesidad de adoptar una
tercera perspectiva para lo razonable, que implica un punto de vista más allá del
observador o del participante en el discurso, e involucra un “nosotros” representativo de
los ciudadanos en una deliberación pública. En este caso los ciudadanos adoptarían
colectivamente la misma perspectiva que no tendría simplemente que encajarse en las
distintas concepciones consideradas por Rawls como verdaderas. Así, podría decirse que
esta perspectiva resultante es realmente razonable, pues de lo contrario estaríamos
deduciendo la razonabilidad a partir de las razones no públicas, lo cual deja a este
concepto con la función de proporcionar reconocimiento a las “verdades idiosincrásicas
y recíprocamente opacas” de las doctrinas comprehensivas.
A juicio de Habermas, la forma como introduce Rawls lo razonable, aplicado en primer
lugar a la actitud de las personas y luego a sus convicciones, deja al punto de vista moral
exento de la razonabilidad de la cual debería ser resultado. No obstante, éste se ha
planteado una vez producido el consenso entre las distintas concepciones por razones de
tolerancia, que llevan a los individuos razonables a abstenerse de emplear la violencia
para imponer sus verdades. “El punto de vista moral no viene implicado ni por actitudes
razonables ni es posibilitado por concepciones del mundo razonables” (7). Esta
consecuencia sobre el punto de vista moral proviene de que, ni a nivel de las actitudes, ni
de las convicciones plasmadas en las doctrinas comprehensivas, ni del consenso mismo,
se lleva a cabo el debate público como un ejercicio efectivo de la razón práctica.

PONENCIA: El problema del Pluralismo razonable y la crítica de Habermas

Al ser los ciudadanos “de carne y hueso” los que discutan las premisas desarrolladas en
el primer estadio, el consenso entrecruzado de Rawls ya no depende de una aceptabilidad
racional y por tanto de la validez de la teoría, sino que se enfocaría en la aceptación de la
misma (estos dos conceptos no son muy claros en Rawls, y se debe a su definición de
política).

Aceptabilidad racional: presentar la justicia como verdadera (ámbito normativo), dejando


su aceptación a un segundo plano.
Aceptación: Acuerdos aceptados por todos, sin pretensión de veracidad (aplicación real
de la teoría).

Rawls: presenta al filósofo como estando en el contexto de aceptación.

El problema se enfatiza en la actitud dudosa referente a la verdad que toma Rawls, dado
que una teoría de la justicia y del pluralismo basada en la aceptación tendría que dar
cuenta de la veracidad de las premisas que todos reconocemos como siendo verdaderas o
racionales. Y, por tanto, se estaría de acuerdo que una teoría basada en la aceptación no
sería completamente justa.

Propósito de Rawls:

xTeoría de la Justicia xPluralismo verdadero

Base Teórica Sistema Justo e Igualitario

Razonable ≠ Verdadero

Dificultad:

1.
Moralmente verdadero √
Razonable /
\ Verdad proposicional x
Por lo tanto, Rawls no les concede a las afirmaciones normativas su pretensión de verdad,
y sí le otorga tal privilegio a las cosmovisiones. Para Rawls las doctrinas metafísicas, las
interpretaciones religiosas y las cosmovisiones tienden a un contexto normativo.

2.

Concepciones discutibles = Verdad incierta Conciencia falible y Actitud civil de las


personas de la sociedad.
Resulta de esto no una sociedad enfocada en la verdad, sino una sociedad que tiende hacia
lo “bueno” desde una cosmovisión con apariencia normativa.

Conclusión: La teoría rawlsiana, basada más en una concepción contingente, tiende a


construir una sociedad que tendría como objetivo asegurar la estabilidad más no la
justicia.

Lo bueno > Lo justo.

La universalidad de la Justicia: “Lo bueno es solamente bueno para mí o para nosotros,


pero nunca para todos. La justicia, al estar basada en principios igualitarios, siempre será
la misma para todos.” (Contradicción de Rawls).

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