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El Derecho Internacional Humanitario (DIH) es la rama del derecho internacional destinado a limitar y

evitar el sufrimiento humano en tiempo de conflicto armado. En este sentido, el DIH limita los métodos y
el alcance de guerra por medio de normas universales, tratados y costumbres, que limitan los efectos del
conflicto armado con el objetivo de proteger a personas civiles y personas que ya no estén participando
en hostilidades.

Dentro de la OEA, EL Departamento de Derecho Internacional juega un papel importante en el avance y


diseminación del DIH en las Americas, asiste al Consejo Permanente y a sus Comisiones y Estados
miembros en la elaboración y negociación de resoluciones respecto la promoción y respecto del derecho
internacional humanitario y otras materias relacionas.

La Oficina también coordina sus actividades con el Comité Internacional de la Cruz Roja para dar apoyo a
las decisiones adoptadas por los Estados miembros en material de DIH. Asimismo, en colaboración con el
CICR, esta Oficina organiza cursos y seminarios sobre DIH en las Américas.

El Derecho Internacional Humanitario es un conjunto de normas internacionales de origen


convencional y consuetudinario, específicamente destinado a ser aplicado en los conflictos
armados, internacionales o no, que limita, por razones humanitarias, el derecho de las
partes en conflicto a elegir libremente los métodos (modos) y medios (armas) de hacer la
guerra y que protege a las personas y los bienes afectados o que puedan resultar afectados
por ella.

Inicialmente, estaba compuesto por dos ramas distintas, el Derecho de la Haya y el Derecho
de Ginebra. La primera comprende las normas que regulan los medios y métodos de
combate mientras que la segunda son las normas dirigidas a la protección de las víctimas de
los conflictos armados. Es a partir de 1968, con la Resolución 2444 de la Asamblea General
de las Naciones Unidas sobre el respeto de los Derechos Humanos en los conflictos
armados, y especialmente con la aparición de los Protocolos Adicionales a los Convenios de
Ginebra en 1977, cuando se produce una convergencia entre ambos grupos de normas al
ponerse de manifiesto que para proteger con mayor eficacia a las víctimas (los heridos,
enfermos, náufragos, prisioneros de guerra, población civil y, por extensión, los bienes
culturales, los bienes indispensables para la supervivencia de la población civil y el medio
ambiente natural) es preciso limitar el uso de la fuerza estableciendo reglas sobre la
conducción de las hostilidades.

Tradicionalmente, se le ha llamado derecho de la guerra pero la evolución histórica de estas


normas ha hecho que su contenido y su finalidad sean mucho más amplios de lo que lo eran
inicialmente. Actualmente puede denominarse Derecho Internacional Humanitario (DIH)
como término equivalente de gran tradición y aceptación universal que tiene como
referencia inmediata la protección de las víctimas. También puede utilizarse el término
Derecho Internacional de los Conflictos Armados (DICA).

La guerra no es un ámbito ajeno a la regulación por el derecho y la comunidad


internacional, frente a los conflictos armados, reacciona en dos direcciones muy distintas
que son importantes definir, ya que el ámbito del Derecho Internacional Humanitario

pertenece a la segunda:

a) Prohibiendo la agresión o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales (artículo


2.4 de la Carta de las Naciones Unidas). Se admiten como únicas excepciones el ejercicio
individual o colectivo de la legítima defensa (artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas),
la aplicación del sistema de seguridad colectiva del Capítulo VII de la Carta de las Naciones
Unidas (la acción de la ONU) y el derecho de la libre determinación de los pueblos. (IUS AD
BELLUM o Derecho a hacer la guerra).

b) Una vez iniciado el conflicto armado, aplicando el DIH con igual obligatoriedad a todas las
partes implicadas en el conflicto, con independencia de que parte fuera la responsable de
haberlo iniciado o de la conformidad de éste con el ius ad bellum. (IUS IN BELLO o Derecho
aplicable en los conflictos armados).

ORÍGENES Y DESARROLLO DEL DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO.


La guerra ha estado presente desde el
origen de la humanidad y siempre ha estado sujeta a ciertas leyes y costumbres. En un
principio, el derecho humanitario estaba constituido por normas no escritas, basadas en
costumbres humanitarias y prácticas derivadas de imperativos morales, religiosos, políticos,
militares y hasta económicos, destinadas a regular la conducta en la guerra que exigían que
se respetara a quien no combate o ya no puede combatir y se le de un trato humano. Estas
normas, que nacen de la guerra misma, se convierten en reglas consuetudinarias que
reglamentan algunas cuestiones de las hostilidades y que fueron adoptando
progresivamente los principios de necesidad, humanidad, lealtad y un cierto respeto mutuo.
Posteriormente, se empezaron a elaborar tratados bilaterales y reglamentos que los Estados
promulgaban para sus tropas pero que únicamente eran válidos para un conflicto o una
batalla determinada. El problema es que estas normas estaban limitadas en el tiempo y en
el espacio y además variaban según la época, el lugar o la moral de las partes en conflicto.

ANTES DE LA I GUERRA MUNDIAL.

Es en la segunda mitad del siglo XIX cuando comienza la


codificación internacional de las normas de la guerra que, como se ha dicho anteriormente,
hasta ese momento eran normas internas o consuetudinarias. Suele considerarse el año
1864 como la fecha de nacimiento del DIH porque es el año en el que se celebra una
Conferencia Diplomática en Suiza que concluye con la firma del Convenio de Ginebra de 22
de agosto de 1864, para el mejoramiento de la suerte de los militares heridos de los
ejércitos en campaña. Se trata del primer instrumento multilateral de Derecho Internacional
Humanitario que nace como consecuencia de la acción del Comité de los Cinco (que da
origen al Comité Internacional de Cruz Roja) que se constituyó a raíz de la publicación, en el
año 1862, del libro "Recuerdo de Solferino" de Henry Dunant, verdadero precursor del
Movimiento Internacional de la Cruz Roja, en el que relata una de las batallas más cruentas
de la época donde los soldados heridos estaban condenados a morir porque los ejércitos
carecían de servicios sanitarios o estos eran muy deficientes.

Este primer Convenio de Ginebra de 1864, que sentó las bases del Derecho Internacional
Humanitario contemporáneo, tenía las siguientes características:
a. se trataba de una norma universal, permanente y escrita destinada a proteger a las
víctimas de los conflictos aplicables en todo tiempo y circunstancias.

b. era un Tratado multilateral.

c. establecía la obligación prestar asistencia sin discriminación a los militares heridos y


enfermos.

d. establecía el respeto y la identificación del personal y del material sanitario mediante


el emblema de la Cruz Roja.

Desde este momento, la labor de la Cruz Roja en el


desarrollo del DIH será fundamental hasta nuestros días.

En 1868 se aprueba la Declaración de San Petersburgo que prohíbe la utilización de ciertos


proyectiles en tiempo de guerra y proclama la prohibición general de utilizar armas "que
agravarían inútilmente los sufrimientos de los hombres".

A finales del siglo XIX y principios del XX se celebra en La Haya las Conferencias de Paz de
1899 y 1907 que constituyen el más notable intento de codificar el Derecho de la Guerra
clásico. La Conferencia de 1907, que revisó y amplió la primera, aprobó catorce convenios
entre los que destaca el IV Convenio sobre las leyes y costumbres de la guerra terrestres y
su Reglamento. Además se elabora un nuevo Convenio de Ginebra en 1906 para aliviar la
suerte corrida por los heridos y los enfermos de las fuerzas armadas en campaña.

PERIODO DE ENTREGUERRAS.

Después de la I Guerra Mundial se intentó controlar


los conflictos armados a través de su prohibición. Primero en el Tratado de Versalles de
1919, que condenó las guerras de agresión, después el Pacto de la Sociedad de Naciones de
1920 las prohibió y finalmente, el Pacto de Briand-Kellogg de 1928, estableció la renuncia a
la guerra como instrumento de política internacional.

Por otro lado, debido a los problemas humanitarios que se derivaron de la I Guerra Mundial,
se aprueban los Convenios de Ginebra de 1929, para aliviar la suerte de los heridos y
enfermos de los ejércitos en campaña y el relativo al trato de los prisioneros de guerra.

DESPUÉS DE LA II GUERRA MUNDIAL.

Trás la II Guerra mundial y las devastadoras consecuencias que tuvo entre la población civil,
la única preocupación de la época fue la represión de la guerra misma más que su
regulación y control. En este sentido, la Carta de las Naciones Unidas prohíbe la guerra e
incluso la amenaza y el uso de la fuerza (artículo 2.4) salvo los casos de legítima defensa
individual o colectiva (artículo 51), por lo que en su Capítulo VII se prevé un sistema
institucionalizado de seguridad colectiva de competencia exclusiva del Consejo de
Seguridad.

Es en este momento cuando comienza la persecución de los crímenes de guerra y los


crímenes contra la paz y contra la humanidad por los Tribunales Militares Internacionales de
Nuremberg y Tokio.

En relación con la regulación de los conflictos armados, la característica más importante de


este periodo fue la firma de los cuatro Convenios de Ginebra, de 12 de agosto de 1949, que
es la normativa básica del moderno DIH:

 I Convenio de Ginebra para aliviar la suerte que corren los heridos y los enfermos de
las fuerzas armadas en campaña.

 II Convenio de Ginebra para aliviar la suerte que corren los heridos y los náufragos
de las fuerzas armadas en el mar.

 III Convenio de Ginebra, relativo al trato debido a los prisioneros de guerra.

 IV Convenio de Ginebra, relativo a la protección debida a las personas civiles en


tiempo de guerra.
Posteriormente, se produjo un vacío normativo
inspirado en la idea de que sería absurdo reglamentar la guerra ya que se consideraba ilícita
y la Carta de las Naciones Unidas trataba de prohibirla totalmente. Pese a esto, se seguían
produciendo conflictos armados por lo que era necesario seguir progresando en el desarrollo
de normas protectoras para las numerosas víctimas.

Bajo los auspicios de la UNESCO, se acordó en La Haya la Convención del 14 de mayo de


1954 para la protección de los bienes culturales en caso de conflicto armado. Está
desarrollada por un Reglamento de 1954 y dos Protocolos, el primero de 1954 sobre la
protección de los bienes culturales en territorio ocupado y el segundo de 1999 que establece
el sistema de la llamada protección reforzada.

EPOCA ACTUAL.

En este momento se producen dos hechos importantes.


El primero en 1968 cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la resolución
2444, sobre el respeto de los derechos humanos en los conflictos armados, que estableció
los principios básicos del DIH de limitación de medios y métodos de combate, de protección
de la población civil y de distinción. El segundo acontecimiento se produjo como
consecuencia de la celebración de la Conferencia Diplomática celebrada en Ginebra entre
1974 y 1977 donde se aprobaron los dos Protocolos Adicionales a los Convenios de Ginebra
de 1949:

 Protocolo Adicional I, relativo a la protección de las víctimas de los conflictos


armados internacionales.

 Protocolo Adicional II, relativo a la protección de las víctimas de los conflictos


armados sin carácter internacional.
Ambos Protocolos tienen la finalidad de ampliar y complementar los citados Convenios de
Ginebra. No obstante, en el año 2005 se aprobó un tercer Protocolo Adicional sobre el
emblema por el que se establece un signo distintivo adicional, el Cristal Rojo.

También es necesario destacar en el desarrollo


de la regulación jurídica de los conflictos armados otros acontecimientos igualmente
importantes. En particular, respecto a la regulación de los medios de hacer la guerra, y en
concreto respecto de las armas no convencionales, en el año 1972 se aprobó el Convenio
sobre la prohibición del desarrollo, la producción y el almacenamiento de armas
bacteriológicas (biológicas) y toxínicas y sobre su destrucción. Posteriormente, en el año
1980 se aprobó el Convenio sobre prohibiciones o restricciones del empleo de ciertas armas
convencionales que puedan considerarse excesivamente nocivas o de efectos
indiscriminados, que consta de cinco Protocolos. El Protocolo I, relativo a fragmentos no
localizables por rayos X en el cuerpo humano (1980), el Protocolo II, relativo a minas,
armas trampa y otros artefactos (1980), el Protocolo III, relativo a armas incendiarias
(1980), el Protocolo IV, relativo a las armas láser que producen ceguera (1995) y el
Protocolo V, relativo a restos explosivos de guerra (2003).

Otros hechos significativos de gran trascendencia fueron el Tratado de Ottawa de 1997,


sobre la prohibición del empleo, almacenamiento, producción y transferencia de las minas
antipersonal y sobre su destrucción y el Convenio relativo a las municiones de racimo en
2008 que prohíbe el uso, la producción, el almacenamiento y la transferencia de municiones
de racimo que no son precisas ni fiables y prevé
además, la prestación de ayudas en las comunidades afectadas (pendiente de firma y
ratificación).

Respecto del sistema de eficacia, con motivo de los conflictos armados que se desarrollan
en la Ex Yugoslavia y en Ruanda, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas crea el
Tribunal Penal Internacional para la Ex Yugoslavia en 1993 (Resolución 827 de 25 de mayo
de 1993) y el Tribunal Penal Internacional para Ruanda en 1994 (Resolución 955 de 8 de
noviembre). Finalmente, es necesario destacar un hecho de gran importancia en el ámbito
del sistema de eficacia del DIH, la aprobación el Estatuto de Roma de 1998 por el que se
creó el primer tribunal penal internacional de carácter permanente de la historia, la Corte
Penal Internacional.

Derecho internacional humanitario


Para la protección de los derechos humanos, véase Derecho internacional de los derechos
humanos.
El Derecho internacional humanitario (DIH) es la agrupación de las distintas normas, en su
mayoría reflejadas en los Convenios de Ginebra, en 1949 y los protocolos adicionales que tienen
como objetivo principal la protección de las personas que no participan en hostilidades o que han
decidido dejar de participar en el enfrentamiento.
Documento original de la Primera Convención de Ginebra.

Las distintas normas del Derecho internacional humanitario pretenden evitar y limitar el sufrimiento
humano en tiempos de conflictos armados. Estas normas son de obligatorio cumplimiento tanto por
los gobiernos y los ejércitos participantes en el conflicto como por los distintos grupos armados de
oposición o cualquier parte participante en el mismo.
El DIH a su vez, limita el uso de métodos de guerra y el empleo de medios utilizados en los
conflictos, pero no determina si un país tiene derecho a recurrir a la fuerza, tal y como lo establece
la carta de Naciones Unidas.

Índice
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 1 Origen

 2 Contenido

 3 Aplicación

 4 Protección

 5 Restricciones ante los medios y métodos militares

 6 Véase también

Origen[editar]
Abrazo de Bolívar y Morillo en ocasión de la firma del Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerraen Santa
Ana de Trujillo (Venezuela).

El origen del DIH se remonta a las normas dictadas por las antiguas civilizaciones y religiones. La
guerra siempre ha estado sujeta a ciertas leyes y costumbres. El más importante antecedente del
DIH actual es el Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra, suscrito y ratificado en 1820
entre las autoridades del entonces gobierno de la Gran Colombia y el Jefe de las Fuerzas
Expedicionarias de la Corona Española, en la ciudad venezolana de Santa Ana de Trujillo. Este
Tratado fue suscrito en el marco del conflicto de la Independencia, siendo el primero en su género
en Occidente.
A partir de entonces, en el siglo XIX, los Estados han aceptado un conjunto de normas basado en la
amarga experiencia de la guerra moderna, que mantiene un cuidadoso equilibrio entre las
preocupaciones de carácter humanitario y las exigencias militares de los Estados. En la misma
medida en que ha crecido la comunidad internacional, ha aumentado el número de Estados que ha
contribuido al desarrollo del DIH. Actualmente, éste puede considerarse como un Derecho
verdaderamente universal.
El DIH y las normas relativas a los derechos humanos se aplican durante situaciones tácticas
distintas. Los derechos humanos son exigibles en tiempo de paz, es decir que sus normas son
plenamente operativas en circunstancias normales dentro de un esquema institucionalizado de
poderes en el que el estado de derecho es la regla. El DIH se aplica durante conflictos armados
tanto de carácter interno como de carácter internacional. El DIH es en esencia un derecho de
excepción.
Los derechos humanos y el DIH tienen orígenes distintos. Los derechos humanos se gestaron en
el orden interno de los estados. Aparecen hoy día reconocidos en los sistemas jurídicos nacionales,
incluso con rango constitucional. Los derechos humanos continúan siendo materia regida e
implementada primordial mente por cada estado. A partir de la segunda guerra mundial la
comunidad internacional experimentó la necesidad de controlar en el ámbito internacional a
aquellos que en principio debían garantizar la efectiva aplicación de los derechos humanos dentro
de sus propias jurisdicciones. En reiteradas ocasiones fue el propio estado quien, debiendo
garantizar y proteger los derechos y garantías de los individuos reconocidos en su jurisdicción
doméstica, terminaba siendo el violador sistemático de esos derechos.
La internacionalización de la regulación interna de los derechos humanos determinó un quiebre al
principio de la no-intervención en los asuntos de exclusiva jurisdicción doméstica. Las violaciones
sistemáticas a los derechos humanos dentro de un estado podían involucrar un quebrantamiento o
amenaza a la paz tanto regional como internacional.
La evolución de los derechos humanos tanto en el ámbito interno como internacional estuvo y está
relacionada a posiciones político filosóficas que han dado lugar al desarrollo de ideologías
contrapuestas en cuanto al verdadero contenido y alcance de los derechos sujetos a una debida
protección estadual y a un adecuado control internacional.
Por su parte el DIH irrumpe en las relaciones entre estados durante la segunda parte del siglo XIX
como una respuesta de la comunidad internacional a los horrores de la guerra. En este sentido el
DIH nace y se desarrolla como un movimiento no politizado, tomando distancia de las corrientes del
pensamiento político en general. La necesidad de limitar los sufrimientos innecesarios de los
combatientes heridos y enfermos en el campo de batalla fue el eslabón inicial de una cadena de
protecciones acotadas a categorías específicas de individuos afectados por los conflictos armados.
La incorporación de nuevas categorías de víctimas de los conflictos implicó una evolución constante
en cuanto a la ampliación del ámbito de aplicación personal del DIH. A los heridos y enfermos en el
campo de batalla le siguió en el tiempo la regulación de la protección debida a los náufragos, luego
la de los prisioneros de guerra y como consecuencia de las traumáticas experiencias vividas
durante la segunda guerra mundial, finalmente se reguló la protección debida de la población civil
afectada por conflictos armados. Existen hoy día nuevas categorías específicas de personas
protegidas, como así también se protege dentro del DIH a determinados grupos de personas
vulnerables (mujeres, niños) dentro de situaciones de conflictos armados.

Contenido[editar]
El DIH se encuentra esencialmente contenido en los cuatro Convenios de Ginebra de 1949, en los
que son parte casi todos los Estados. Estos Convenios se completaron con otros dos tratados: los
Protocolos adicionales de 1977 relativos a la protección de las víctimas de los conflictos armados.
Hay asimismo otros textos que prohiben el uso de ciertas armas y tácticas militares o que protegen
a ciertas categorías de personas o de bienes. Son principalmente:

 La Convención de la Haya de 1954 para la protección de los bienes culturales en caso de


conflicto armado y sus dos Protocolos;

 La Convención de 1975 sobre Armas Bacteriológicas;

 La Convención de 1980 sobre Ciertas Armas Convencionales y sus cinco Protocolos;

 La Convención de 1993 sobre Armas Químicas;

 El Tratado de Ottawa de 1997 sobre las Minas Antipersona;

 El Protocolo facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la


participación de niños en los conflictos armados.
Ahora se aceptan muchas disposiciones del DIH como Derecho consuetudinario, es decir, como
normas generales aplicables a todos los Estados.

Aplicación[editar]
El DIH distingue entre conflicto armado internacional y conflicto armado sin carácter internacional.
En los conflictos armados internacionales se enfrentan, como mínimo, dos Estados. En ellos se
deben observar muchas normas, incluidas las que figuran en los Convenios de Ginebra y en el
Protocolo adicional I. En los conflictos armados sin carácter internacional se enfrentan, en el
territorio de un mismo Estado, las fuerzas armadas regulares y grupos armados disidentes, o
grupos armados entre si. En ellos se aplica una serie más limitada de normas, en particular las
disposiciones del artículo 3 común a los cuatro Convenios de Ginebra y el Protocolo adicional II.
Es importante hacer la distinción entre Derecho internacional humanitario y Derecho de los
derechos humanos. Aunque algunas de sus normas son similares, estas dos ramas del Derecho
internacional se han desarrollado por separado y figuran en tratados diferentes. En particular, el
Derecho de los derechos humanos, a diferencia del DIH, es aplicable en tiempo de paz y muchas
de sus disposiciones pueden ser suspendidas durante un conflicto armado.
El DIH cubre dos ámbitos:

 La protección de las personas que no participan en las hostilidades.


 Una serie de restricciones de los medios de guerra, especialmente las armas, y de los
métodos de guerra, como son ciertas tácticas militares (por ejemplo utilizar uniformes o
distintivos del ejército enemigo durante la batalla, táctica que por cierto, era utilizada por los
alemanes en ciertas ocasiones durante la Segunda Guerra Mundial).
El DIH prevé la obligación de los estados de “respetar” y “hacer respetar” sus normas (art. 1 común
a los cuatro Convenios de Ginebra de 1949). La relación jurídica que se genera convencionalmente,
vincula a los estados entre sí. Cada estado parte en los Convenios de Ginebra de 1949 se obliga a
respetar y a hacer respetar a los demás estados parte la plena vigencia de sus enunciados
normativos. En la práctica, los estados han sido renuentes a manifestar su intención de cuestionar a
los estados violadores del DIH. En este sentido la posición asumida por terceros estados respecto
de los conflictos armados ha sido generalmente la de impulsar la prevención de nuevas o reiteradas
violaciones.
Convergen así dos tendencias claramente identificables, la preventiva y la reparadora. La
observancia de los derechos humanos se centraliza en la función reparadora mientras que el DIH
cumple una acción eminentemente preventiva. Por esta razón la difusión del DIH es vital a efectos
de diseminar el contenido de sus normas en protección de potenciales víctimas de los conflictos
armados

Protección[editar]
En particular, está prohibido matar o herir a un adversario que haya depuesto las armas o que esté
fuera de combate. Mutilar o mancillar los cuerpos de los soldados caídos está también prohibido por
estas convenciones. Los heridos y los enfermos serán recogidos y asistidos por la parte beligerante
en cuyo poder estén. Se respetarán el personal y el material médico, los hospitales y las
ambulancias. Normas específicas regulan asimismo las condiciones de detención de los prisioneros
de guerra y el trato debido a los civiles que se hallan bajo la autoridad de la parte adversa, lo que
incluye, en particular, su mantenimiento, atención médica y el derecho de correspondencia o
contacto con sus familiares, en la medida en que sea posible. El DIH prevé, asimismo, algunos
signos distintivos que se pueden emplear para identificar a las personas, los bienes y los lugares
protegidos. Se trata principalmente de los emblemas de la cruz roja y de la media luna roja, así
como los signos distintivos específicos de los bienes culturales y de la protección civil.

Restricciones ante los medios y métodos militares [editar]


El DIH prohíbe, entre otras cosas, los medios y los métodos militares que:

 No distinguen entre las personas que participan en los combates y las personas que no
toman parte en los combates, a fin de respetar la vida de la población civil, de las personas
civiles y los bienes civiles;

 Causan daños superfluos o sufrimientos innecesarios;

 Causan daños graves y duraderos al medio ambiente.


El DIH ha prohibido el uso de muchas armas, incluidas las balas explosivas, las armas químicas y
biológicas, las armas láser que causan ceguera y las minas antipersona.
I. DEFINICIONES.
1. Derecho. El Derecho Internacional Humanitario (DIH), como todo Derecho, está configurado
por un conjunto de normas jurídicas, en este caso fundamentalmente tratados internacionales y
costumbre internacional, que regulan de forma minuciosa un conjunto de derechos, DEBERES y
formas de actuar en situaciones de conflicto armado. En particular:
A. Los derechos y deberes de los combatientes así como los medios y métodos de combate.
B. La protección de las personas víctimas del conflicto (población civil, prisioneros, heridos
enfermos, náufragos) y determinados bienes (bienes indispensables para la supervivencia de la
población y bienes culturales).
El DIH asume la protección parcial de los DERECHOS HUMANOS en situaciones extremas, de
conflicto armado, mediante las leyes y usos de la guerra. Los Principios del DIH son aplicables en
toda circunstancia en situación de conflicto armado, y no son derogables ni transgredibles en ningún
supuesto.
De todas las instituciones y organizaciones vinculadas al DIH, el Comité Internacional de la Cruz
Roja (CICR) es sin duda la más veterana y la que tiene una visión más completa y compleja del DIH.
Literalmente lo define así, ( “normas internacionales, de origen convencional o consuetudinario
especialmente destinadas a solucionar los problemas de índole humanitaria que se derivan
directamente de los conflictos armados, internacionales o no, y limitan, por razones humanitarias el
derecho de las partes en conflicto a utilizar los métodos y medios de hacer la guerra de su elección
o proteger a las personas y los bienes afectados o que pueden verse afectados por el
conflicto” CICR: respuestas a sus preguntas, Natalie Floras y Bernard Oberson).
2. Derecho Internacional Público. El Derecho Internacional Humanitario (DIH) es una rama del
Derecho Internacional Público. Está configurado por tratados internacionales y normas
consuetudinarias, le informan los Principios Generales del Derecho y sus propios principios. El núcleo
central del DIH lo configuran los CuatroConvenios de Ginebra de 1949 y los dos Protocolos (I y II)
de 1977 y (III) de 2005, Adicionales a los Convenios de Ginebra de 1949.
Los estados que sean parte en los tratados internacionales del DIH han de transformar en derecho
interno los compromisos que han adquirido como estados parte y adecuar su ordenamiento jurídico
interno a lo dispuesto en estos tratados.
3. Humanitario. Esta rama del derecho no ha tenido una acepción única, ni la tiene en la
actualidad. La acepción más común en la actualidad es la de Derecho Internacional Humanitario,
DIH en sus siglas en castellano. Otras acepciones frecuentes son: Leyes y Costumbres de la Guerra,
Derecho de la Guerra, Derecho Humanitario Bélico, Derecho Internacional de los Conflictos Armados
(DICA). Tras la acepción DIH, es DICA la más utilizada actualmente. Finalmente, existen acepciones
de carácter parcial, que son más una forma de clasificación interna del propio Derecho Internacional
Humanitario, y que se denominan: Derecho de la Haya, Derecho de Ginebra, Derecho de Nueva
York. Estas nominaciones parciales guardan relación con la evolución histórica del DIH y con algunas
de sus temáticas específicas.

II. PERSPECTIVA HISTORICA.


1. Antecedentes. Con anterioridad a este primer código del siglo XIX se conocen textos diversos
que sin duda han sido antecedentes y que muestran que en todas las culturas se han desarrollado
usos y costumbres en la guerra que poco a poco han ido perfilando lo que a partir de 1864
consideramos Derecho Internacional Humanitario.
En el siglo IV a. C, en China, Sun Tzu desarrolló una tesis sobre la responsabilidad de los mandos
por posibles infracciones de los usos y costumbres de la guerra en el tratado conocido como “El arte
de la guerra”. En sentido parecido se pronunciaron los griegos, los persas, los mayas, los incas y las
normas de caballería en el medievo.
En 1621 el rey de Suecia, Gustavo Adolfo, ordenó publicar sus “Artículos de las leyes militares”,
según el cual se establecían castigos para los oficiales que ordenasen cometer actos ilegales.
Finalmente, durante la guerra civil (Guerra de Secesión) en USA, el presidente Lincoln dictó una
orden para sus tropas que se conoce como el Código Lieber, por el nombre de su redactor, en 1863.
Este documento influyó en la redacción del Primer Convenio de Ginebra de 1864.
2. Evolución histórica. Nace el Derecho Internacional Humanitario codificado con el Primer
Convenio de Ginebra, firmado en 1864. Las conferencias internacionales por la paz de 1866 y 1907
codificaron las leyes y costumbres de la guerra en catorce convenios internacionales, denominados
los Convenios de la Haya. Tras la Primera Guerra Mundial se incorpora el III Convenio de Ginebra
de 1929, que protege a los prisioneros de guerra. No es hasta los años posteriores a la Segunda
Guerra Mundial cuando se firman los Convenios I,II,III y IV de Ginebra de 1949, verdadera piedra
angular del DIH codificado, plenamente en vigor, que será complementado en 1977 por
los Protocolos I y II adicionales a los Convenios de Ginebra de 1949 y Protocolo III de 2005.
En algo más de un siglo, de 1864 a 1977, el DIH pasa de proteger en exclusiva a los combatientes
heridos y enfermos de las FUERZAS ARMADAS y a quienes les atienden en los conflictos armados
internacionales a proteger también a náufragos, prisioneros de guerra, población civil y bienes
culturales, en situación de conflicto armado internacional pero también en situación de conflicto
armado no internacional.

III. TRATADOS. El Derecho Internacional Humanitario, en conjunto, tiene su principal cuerpo


jurídico en los cuatro Convenios de Ginebra de 1949 y los tres Protocolos (I y II) Adicionales de
1977, y (III) de 2005. Junto a los tratados anteriores, es numerosa la relación de textos, tratados o
no, relativos al DIH, que brevemente se expone a continuación:
· Convención de 1980 sobre ciertas armas convencionales y sus cinco protocolos
(I, II, III, IV, V).
· Convención de Ottawa de 1997 sobre prohibición de minas antipersonal .
· Estatuto de la Corte Penal Internacional de 1998 .
· El Protocolo de 1999 de la Convención de 1954 para la protección de los bienes culturales
en caso de conflicto armado.
· Protocolo Facultativo de 2000 relativo a la participación de niños en conflictos armados.
Las dos Conferencias Internacionales de 1899 y 1907 constituyeron el intento más importante de
codificación del Derecho de la Guerra, hasta entonces configurado principalmente por normas
internas de los estados o usos y costumbres de carácter consuetudinario. Todavía en la actualidad,
las leyes y costumbres de la guerra codificados en estas dos conferencias tienen una gran vigencia
en materia de conducción de las hostilidades. En concreto, fueron catorce los convenios elaborados:
· Convenio I. Arreglo pacífico de los conflictos internacionales.
· Convenio II. Limitación del empleo de la fuerza para el cobro de deudas.
· Convenio III. Ruptura de hostilidades.
· Convenio IV. Leyes y costumbres de la guerra terrestre, que tiene como anejo el
Reglamento sobre las leyes y costumbres de la guerra terrestre.
· Convenio V. Derechos y deberes de las potencias y personas neutrales en caso de guerra
terrestre.
· Convenio VI. Régimen de los buques mercantes al empezar las hostilidades.
· Convenio VII. Transformación de buques mercantes en buques de guerra.
· Convenio VIII. Colocación de minas submarinas automáticas de contacto.
· Convenio IX. Bombardeo de fuerzas navales en tiempo de guerra.
· Convenio X. Ampliación a la guerra marítima de los principios del Convenio de Ginebra (este
convenio se inspira en el Convenio de Ginebra de 1906, más amplio que el de 1864).
· Convenio XI. Restricciones al ejercicio del derecho de captura en la guerra marítima.
· Convenio XII. Establecimiento de un Tribunal Internacional de Presas.
· Convenio XIII. Derechos y deberes de las potencias neutrales en caso de guerra marítima.
· Convenio XIV. Declaración acerca de la prohibición de arrojar proyectiles y explosivos desde
globos.
Junto a las leyes y costumbres de la guerra codificadas en los catorce convenios anteriores y los
cuatro convenios de 1949 con sus tres protocolos adicionales, conviene reseñar algunos otros de
carácter general o específico, tales como:
· Declaración de San Petersburgo de 1868, proyectiles explosivos y de pequeño peso.
· Declaración II (proyectiles que difunden gases asfixiantes) y III (proyectiles expansivos) de
la Haya de 1899.
· Protocolo de Ginebra de 1925 (gases asfixiantes, tóxicos y similares y medios
bacteriológicos).
· Convención de 1972 (armas biológicas y toxínicas).
· Convención de 1976 (técnicas de modificación ambiental).
· Convención de las Naciones Unidas sobre armas convencionales excesivamente nocivas o
de efectos indiscriminados (1980) y sus cinco protocolos (I, II, III, IV, V).
· Convenio de París de 1993, sobre armas químicas.
· Tratado de Ottawa, sobre minas terrestres antipersonas (1997).
· Declaración de París de 1856 (guerra marítima).
· Tratado de Londres (1930) y Protocolo de Londres (1936) Guerra submarina.
· Reglas de la Guerra Aérea, la Haya, 1922-1923.
· Convenio de la Haya de 1954 (bienes culturales).
· Protocolo I de la Haya de 1954 (bienes culturales).
· Reglamento de la Haya de 1954 (bienes culturales).
· Protocolo II de la Haya de 1999 (bienes culturales).

IV. NORMAS CONSUETUDINARIAS. El Derecho Internacional Humanitario convencional ha tenido


un desarrollo considerable desde 1864. Su cuerpo jurídico convencional principal está formado por
los cuatro Convenios de Ginebra de 1949 y los dos Protocolos Adicionales de 1977. Otros tratados
de gran relevancia son la Convención de 1980 sobre ciertas armas convencionales y sus cinco
protocolos, la Convención de Ottawa de 1997 sobre la prohibición de minas antipersonal, el Estatuto
de la Corte Penal Internacional de 1998, el Protocolo de 1999 de la Convención de 1954 para la
protección de los bienes culturales en caso de conflicto armado y el Protocolo facultativo de 2000,
relativo a la participación de niños en los conflictos armados.
Los Convenios de Ginebra de 1949 han alcanzado una adhesión total entre los estados, pero no
sucede lo mismo con los Protocolos Adicionales de 1977, que por tanto, en puridad, obligan solo a
los estados que son parte en los mismos.
Por otra parte, el Derecho internacional humanitario aplicable a los conflictos armados sin carácter
internacional no llega a satisfacer plenamente las necesidades de protección derivadas de esos
conflictos; los DESPLAZADOS, por ejemplo, gozan de la protección general de la población civil en
todo conflicto armado, pero no alcanzan el grado de protección internacional que tienen los
refugiados (ASILO Y REFUGIO).
Por último, el derecho internacional consuetudinario ayuda a interpretar correctamente el derecho
convencional, y esto es particularmente importante en el derecho internacional humanitario
convencional. Un principio general del derecho, claramente establecido, es que todo tratado debe
interpretarse de buena fe y tomando debidamente en consideración todas las fuentes pertinentes
del derecho internacional, y por tanto el derecho consuetudinario también.
Teniendo en cuenta todas estas consideraciones, se encargó al CICR (Comité Internacional de la
Cruz Roja) “...preparar con la ayuda de expertos en DIH representantes de diversas regiones
geográficas y de diferentes sistemas jurídicos, y con la asesoría de expertos gubernamentales y de
organizaciones internacionales, un informe relativo a las normas consuetudinarias de DIH aplicables
en los conflictos armados internacionales y no internacionales, y a divulgarlo a los Estados y
órganos internacionales competentes...”. Este encargo formulado por la XXVI Conferencia
Internacional (donde están representados los estados parte en los Convenios) de la Cruz Roja y
Media Luna Roja en Ginebra en 1995, fue realizado por el CICR, culminando con la publicación
dedos volúmenes: el número I recoge 161 normas consuetudinarias y el número II hace lo propio
con casos prácticos relativos a dichas normas. En versión original (Customary Internacional
Humanitarian Law, Cambridge University Press 2005. Jean-Marie Henckaerts y Louise Doswald-Beck.
).
Pueden consultarse otros documentos normativos de interés en ICRC.

V. TRIBUNALES. Las conductas constitutivas de violaciones graves al DIH no han sido objeto de
sanción penal internacional hasta la constitución de los Tribunales Militares Internacionales de
Nüremberg y Tokio en 1945 y 1946, respectivamente. En estos tribunales, constituidos por las
potencias vencedoras en la Segunda Guerra Mundial, se condenaron individuos por los delitos de
genocidio, crimen de guerra, agresión y lesa humanidad, no todos reconocidos como tales en los
tratados de DIH vigentes en ese momento. No fue hasta 1993-4 cuando se constituyeron dos
tribunales penales internacionales para sancionar las violaciones graves al DIH cometidas en los
contextos de sendos conflictos armados desencadenados en la entonces Yugoslavia y Ruanda.
1. El Tribunal Internacional para la ex-Yugoslavia. Se crea a partir de la Resolución 827 (1993)
de 25 de mayo de 1993, por la que el Consejo de Seguridad, en base al Capítulo VII de la Carta de
las Naciones Unidas, “decide establecer un Tribunal Internacional con la finalidad exclusiva de
enjuiciar a los presuntos responsables de graves violaciones del Derecho Internacional Humanitario
cometidas en el territorio de la ex-Yugoslavia entre el 1 de enero de 1991 y una fecha que el
Consejo de Seguridad determinará una vez establecida la paz, y, con ese fin, aprobar el Estatuto del
Tribunal Internacional”. El Tribunal Internacional para la ex Yugoslavia está facultado para enjuiciar
violaciones de los Convenios de Ginebra de 1949, de las leyes y costumbres de la guerra, el crimen
de genocidio y los crímenes de lesa humanidad.
2. Tribunal Internacional para Ruanda. El Tribunal Internacional para Ruanda se crea mediante
laResolución 955 (1994) de 8 de noviembre de 1994, en la que el Consejo, tras determinar que la
situación en Ruanda es de “genocidio y otras violaciones sistemáticas, generalizadas y manifiestas
del derecho internacional humanitario....” decide, “...actuando en virtud del Capítulo VII de la Carta
de las Naciones Unidas, establecer un Tribunal Internacional con el propósito exclusivo de enjuiciar
a los responsables de genocidio y otras violaciones graves del derecho internacional humanitario
cometidas en el territorio de Ruanda y a ciudadanos de Ruanda responsables de genocidio y otras
violaciones de esa naturaleza cometidas en el territorio de Estados vecinos entre el 1 de enero de
1994 y el 31 de diciembre de 1994 y, con este fin, aprobar el Estatuto del Tribunal Penal
Internacional para Ruanda que figura en el anexo de la presente resolución.”
3. Corte Penal Internacional. Tras los intentos anteriores, finalmente, la Comunidad Internacional
se dota de un tribunal penal internacional permanente, independiente y complementario de las
jurisdicciones nacionales. Este tribunal ve la luz mediante el Tratado de Roma de 1998, cuya entrada
en vigor se produce en julio de 2002, y que establece el Estatuto de la Corte Penal Internacional,
atribuyendo competencias a este tribunal sobre crímenes de genocidio, lesa humanidad y crímenes
de guerra. El crimen de agresión, contemplado en el Estatuto, no está definido, posponiéndose su
definición para un momento posterior. La puesta en marcha delTribunal Penal Internacional,
vinculado a las NACIONES UNIDAS, supone un gran paso adelante para promover la Justicia Penal
Internacional y combatir la IMPUNIDAD en estos delitos. De hecho, esta Corte asume con carácter
permanente y universal la posibilidad de enjuiciar a personas tanto por violaciones graves
delDERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS, caso de los crímenes de lesa
humanidad, como por violaciones graves del Derecho Internacional Humanitario, caso de los
crímenes de guerra.

VI. RETOS DEL DIH. La extraordinaria evolución del DIH se ha producido, sin embargo, con
notable retraso en relación con la evolución de los conflictos armados, la mayoría de los cuales son
recientemente de carácter “asimétrico”, donde uno de los contendientes tiene una superioridad
militar abrumadora sobre otro u otros.
La evolución de la estrategia, táctica, armamento, formas y métodos de combate ha ido siempre por
delante de la evolución de la norma jurídica. Los Convenios de Ginebra de 1929 fueron una
respuesta a los hechos de la Primera Guerra Mundial; los de 1949 fueron la respuesta a los de la
Segunda. Los Protocolos Adicionales de 1977 procuraron completar las normas a la vista de las
guerras de liberación nacional y las luchas antigubernamentales en numerosos lugares. Por fortuna,
la recopilación de las 161 normas de Derecho Humanitario Consuetudinario supone un salto
adelante importante, que pone barreras a las tendencias desarrolladas en los últimos años de
“revisar” el DIH a la baja.
1. El reto de su eficacia es el reto general del DIH. En los estados consolidados, hacer cumplir el
derecho interno tiene sus dificultades, a pesar de que el estado tiene instrumentos para hacerlo,
como son los tribunales, el sistema penitenciario y las fuerzas de orden público. La Comunidad
Internacional no tiene ninguno de estos elementos suficientemente desarrollados, si bien los
tribunales internacionales ad hoc y la Corte Penal Internacional desde 1998, han supuesto avances
importantes en este sentido. Ciertamente es la voluntad política el resorte principal para dar eficacia
al DIH. Es la obligación que tienen los Estados de cumplir y hacer cumplir las normas el principal
recurso para hacer cumplir las normas del DIH. Tiene en este aspecto capital importancia la
voluntad directa de los combatientes, de las fuerzas armadas regulares y de los grupos armados
irregulares de respetar y hacer cumplir las normas.
2. El desarrollo del DIH en materia de guerra aérea y naval. Constituye otro reto importante. El
desarrollo de la tecnología militar en materia aeronaval ha adquirido tal dimensión que los estados y
los ejércitos que posean la más avanzada tienen una superioridad militar ineludible. En cuanto a
bajas humanas se refiere, la impunidad de los mejor dotados tecnológicamente contrasta de forma
abrumadora con la vulnerabilidad de sus oponentes poco dotados. Este desequilibrio favorece la
tendencia a recurrir a acciones armadas desesperadas y actos de terrorismo por parte de los peor
dotados. Solo de forma indirecta, el DIH establece limitaciones al uso de ciertas armas y métodos de
combate utilizados desde buques, aeronaves, satélites e instalaciones de misiles.
3. La prohibición del arma nuclear. Este es sin duda otro de los retos que enfrenta el DIH. El
arma nuclear es la más destructiva, la que produce más efectos indiscriminados sobre personas y
bienes civiles. Sin embargo, no está prohibida ni su tenencia ni su uso. Circunscribir la legitimidad de
su uso a los casos de legítima defensa, como ha hecho el Tribunal Internacional de Justicia
(dictamen consultivo 8 julio 1996), siendo muy interesante, no deja de poner de manifiesto la
oposición de parte de la Comunidad Internacional a su prohibición. La proliferación nuclear de los
últimos veinticinco años hace más problemática la posibilidad de su prohibición.
4. La privatización y desestructuración de los agentes armados. Es otro de losretos actuales. La
utilización de empresas privadas en tareas relacionadas con el esfuerzo o con la acción militar
directa (en Iraq, a finales de 2008, eran más las personas armadas de índole privada que los
soldados estadounidenses) plantea nuevos problemas a la hora de la aplicación del DIH. Requiere
analizar caso por caso y dilucidar si quienes forman parte de esas empresas pueden o no ser
considerados combatientes legítimos y pueden o no ser considerados objetivos militares.
Asimismo, dada la sofisticación alcanzada por determinado tipo de armas, son numerosos los
técnicos no militares que tienen un papel determinante en su manejo y mantenimiento, estando
integrados en el dispositivo militar de planificación y mando. Distinguir si estas personas pueden
considerarse o no objetivos de carácter militar y, por tanto, pueden ser legítimamente atacadas
requiere asimismo analizar caso por caso, pero sin duda es un reto para la aplicación del DIH.
La proliferación de agentes que usan la violencia armada, en muchos casos vinculados o formando
redes de delincuencia transnacional, plantea nuevos retos al DIH y, en este caso, también al
Derecho Penal Internacional general. Organizaciones nacidas en la pura delincuencia han adquirido
un grado de organización y capacidad armada que plantea serios retos a muchos estados y a la
comunidad internacional en su conjunto. En ocasiones protagonizan enfrentamientos armados con
otras organizaciones o con el propio estado y, en ocasiones, establecen relaciones con grupos
armados irregulares o con organizaciones que practican el terrorismo o son cauce para acciones de
terrorismo de estado. Como en el caso de las compañías privadas que hemos visto en párrafos
precedentes, es necesario analizar caso por caso a la luz del DIH
La diversificación operada en el fenómeno bélico, en lo que se refiere al armamento, los métodos de
combate y la proliferación de agentes armados, ha ido acompañada de una diversificación e
internacionalización de los actos de terrorismo y de organizaciones que practican el terrorismo como
método sistemático de actuación. Asimismo, en algunos escenarios el terrorismo de estado se ha
convertido en acción sistemática, complicando aún más el panorama de la aplicabilidad y eficacia del
DIH.
Sin embargo, pese a toda la complejidad que podemos contemplar, los preceptos del DIH son claros
en lo esencial y especialmente claros en lo que se refiere a la protección de las víctimas. No se trata
tanto de modificar y acomodar las normas, aunque sin duda es necesario hacerlo, especialmente en
lo que se refiere a la guerra aérea y naval. Se trata de fortalecer la voluntad política para cumplirlas
y hacerlas cumplir. Este es el reto más difícil, que evidentemente no es un reto jurídico sino político,
pero trascendental para el asunto que nos ocupa.
En cualquier caso, tras la recopilación de las 161 normas de Derecho Internacional Humanitario
Consuetudinario, no es excusable el intento de “relajar” la normativa vigente en materia de DIH que
desde algunos medios se propone, como no es excusable el desprecio sistemático del DIH que
desde algunos estados y organizaciones se practica.

VII. PERSPECTIVA IBEROAMERICANA.


1. La Organización de Estados Americanos. Tanto la organización como, en su momento, el
Consejo de Europa y la propia Organización de las Naciones Unidas, en un primer momento
prestaron más atención alDERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS que al Derecho
Internacional Humanitario. Esa práctica se fue modificando paulatinamente, y la Asamblea General
de la OEA ha dictado resoluciones desde 1994 relativas a promoción y aplicación del Derecho
Internacional Humanitario, el uso de armas y minas y la promoción de la Corte Penal Internacional.
Tanto la Comisión de Asuntos Jurídicos y Políticos como la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos han hecho referencia y dictado
resoluciones relativas al Derecho Internacional Humanitario.
2. Los estados americanos. Los estados americanos han prestado mayor o menor atención al
Derecho Internacional Humanitario en función de factores diversos; en algunos casos, como el de
Colombia, en relación directa con la situación de conflicto armado, prolongado, que ha sufrido
durante décadas. La mayoría de ellos han configurado sus “comisiones nacionales” para velar por el
cumplimiento y desarrollo del DIH en su jurisdicción. En fecha de enero de 2010 habían configurado
sus comisiones nacionales Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador,
El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República
Dominicana, Trinidad y Tobago y Uruguay. Las comisiones nacionales son de estructura
interministerial y suelen estar representados en ellas los ministerios de Defensa, Interior y Justicia,
además de otras instituciones y entidades, con el fin de articular las medidas estatales para un
mejor cumplimiento del DIH.

Introducción al Derecho Internacional Humanitario

Cruz Roja

Uno de los principales objetivos del Derecho es regular las relaciones de las personas,
para lo cual cuenta con ramas específicas, encargadas cada una de ellas de regular
situaciones particulares que se nos presentan a diario, es así como encontramos el
derecho laboral, comercial, penal, civil entre otros.

Ahora dentro de estas ramas encontramos también el derecho internacional que se


clasifica a su vez en D.I. Público y D.I. Privado. Y dentro del primero encontramos el
Derecho Internacional Humanitario.
DEFINICIÓN:

Parte importante del Derecho Internacional Público, definido como el "Conjunto de


normas jurídicas por las que se rigen las relaciones entre Estados así como con los
demás miembros de la comunidad internacional"; el DIH es: "El conjunto de normas
internacionales de origen convencional o consuetudinario, que por razones
humanitarias, trata de limitar los efectos de los conflictos armados internacionales
y no internacionales, restringiendo los métodos y medios de hacer la guerra y
protegiendo a las personas y los bienes afectados o que puedan ser afectados por el
conflicto"

Suele llamarse también "derecho de la guerra" o derecho de los conflictos


armados.

ORIGEN:

En un principio, el derecho humanitario estaba constituido por normas no escritas,


basadas en la costumbre, posteriormente hicieron su aparición tratados bilaterales más
o menos elaborados, como también reglamentos que los Estados promulgaban para
sus tropas. Sin embargo este derecho incipiente se encontraba limitado en el tiempo y
en el espacio ya que solo era válido para un conflicto o una batalla determinada.
Además tales normas variaban según la época, el lugar, la moral, etc.

Esa era la realidad de las normas humanitarias cuando en 1859 tiene lugar en el norte
de Italia la batalla de Solferino, una de las más sangrientas de su época. Los soldados
heridos estaban condenados a morir ya que los ejércitos carecían de servicios
sanitarios o bien estos eran insuficientes.

Henry Dunant, ciudadano suizo, se encontraba en el lugar por razones de trabajo y fue
testigo de esta cruenta batalla, y conmovido por el sufrimiento de los soldados,
organizó una acción de socorros sin discriminar a que bando pertenecían quienes
recibían la asistencia.

En 1862 Dunant publicó su libro "Recuerdos de Solferino" en el que, además de dar


testimonio de la batalla, efectuó dos propuestas:

1) LA CREACIÓN DE SOCIEDADES NACIONALES DE SOCORROS


CON LA FINALIDAD DE PRESTAR AUXILIO A LOS HERIDOS EN
TIEMPOS DE GUERRA (ORIGEN DE LAS SOCIEDADES NACIONALES DE
LA CRUZ ROJA)
2) DOTAR A ESAS SOCIEDADES NACIONALES DEL ALGÚN
PRINCIPIO CONVENCIONAL Y SAGRADO QUE, UNA VEZ APROBADO Y
RATIFICADO, SIRVIESE DE BASE PARA LA ACCIÓN DE LAS
SOCIEDADES DE SOCORRO. (ORIGEN DEL DERECHO
INTERNACIONAL HUMANITARIO)

Conjuntamente con el testimonio de Dunant. En 1860, los Estados aceptan un


conjunto de normas prácticas basadas en las experiencias de la guerra moderna, que
mantenían el equilibrio entre las preocupaciones de carácter humanitario y las
exigencias militares de cada Estado.

Con posterioridad a la publicación del libro, que causó un gran impacto en la opinión
pública, y la voluntad de los Estados a aceptar normas humanitarias básicas, el
gobierno Suizo convocó, en 1864, a una Conferencia Diplomática, en la que
participaron 16 Estados, quienes aprobaron "El Convenio para el Mejoramiento de la
Suerte que Corren los Militares Heridos de los Ejércitos de Campaña", éste sentaba
las bases del desarrollo del DIH contemporáneo, y sus características principales eran:

1) Normas permanentes y escritas, de alcance universal destinadas a proteger


a las víctimas de los conflictos.

2) Es un Tratado Multilateral, abierto a todos los Estados.

3) Establece la obligación de prodigar cuidados sin discriminación a los


militares heridos y enfermos.

4) Respeto e identificación, mediante un emblema, el personal sanitario, y el


material y equipamientos sanitarios. (Cruz Roja sobre fondo blanco)

Paralelamente al Derecho de Ginebra, en otra parte del mundo, se desarrollaba el


Derecho de la Haya, que también se constituye de normas humanitarias y es por ello
que históricamente se ha dicho que el DIH comprende de dos ramas, a saber:

- El Derecho de Ginebra (protección de víctimas) Tiene por objeto proteger


militares puestos fuera de combate y a las personas que no participan de las
hostilidades, en particular a la población civil.

- El Derecho de La Haya (Conducción de las Hostilidades) Tiene por objeto,


determinar los derechos y las obligaciones de los beligerantes en la conducción de las
operaciones militares. Limitar la elección de los medios para atacar al enemigo. Sus
reglas esenciales se pueden resumir así:
a) Las hostilidades sólo se dirigen en contra de los combatientes y los objetivos
militares.

b) Sé prohibe el uso de armas que causen daños y sufrimientos innecesario,


sobre todo en relación con la población civil.

COBERTURA:

Sin embargo, actualmente, estas dos ramas se han unido formando un solo Derecho, el
DIH, que cubre, por lo tanto, fundamentalmente dos ámbitos:

1.- PROTECCIÓN DE LAS PERSONAS QUE NO PARTICIPAN O QUE YA


NO PARTICIPAN EN LAS HOSTILIDADES.

- Personas que no participan en las hostilidades: personas civiles, personal


sanitario y religioso.

- Personas que ya no participan en las hostilidades: heridos, náufragos,


enfermos y prisioneros.

- Establece además normas básicas, como por ejemplo:

a) Prohibición de atacar a las personas y a los bienes protegidos.

b) No se les debe dar tratos abusivos o degradantes.

c) Los heridos y los enfermos deben ser recogidos y asistidos.

d) Los prisioneros o detenidos se benefician con normas que incluyen la


provisión adecuada de alimentos y vivienda como también de garantías judiciales.

2.- RESTRICCIONES DE LOS MEDIOS DE GUERRA, ESPECIALMENTE


ARMAS Y DE LOS MÉTODOS DE GUERRA, COMO CIERTAS TÁCTICAS
MILITARES.

- El DIH prohibe todos los medios y métodos de hacer la guerra que:

a) No distingan entre los beligerantes y la población civil que no toma parte


en el conflicto.

b) Causen daños superfluos o sufrimientos innecesarios.


c) Causen daños graves y duraderos al medio ambiente. (Ejemplos: minas
antipersonal, armas químicas, armas láser cegadores, etcétera)

SITUACIONES EN QUE SE APLICA EL DIH

Este derecho se aplica en:

1) CONFLICTOS ARMADOS INTERNACIONALES: Aquel en el que


intervienen a los menos dos Estados. La guerra de liberación nacional se equipara a
éste tipo de conflicto ya que en ella los pueblos luchan contra una dominación
colonial, u ocupación extranjera, o régimen racista en el ejercicio de su derecho a la
libre determinación.

Se aplican los Convenios de Ginebra de 1949 y el Protocolo I de 1977.

2) CONFLICTOS ARMADOS NO INTERNACIONALES, INTERNOS:


Sinónimo de guerra civil. Enfrentamientos entre las fuerzas armadas de un Estado y
fuerzas armadas disidentes o rebeldes. Tiene lugar sobre el territorio de un solo
Estado.

Se aplica el artículo 3 común de los Convenio de Ginebra y el Protocolo II.

El DIH no se aplica a los Disturbios interiores y demás situaciones de violencia


internaque no alcancen la intensidad, duración y participación de un conflicto
armado, en estos caso se aplica:

a) Disposiciones del Derecho Internacional de los DD.HH;

b) Legislación Interna,

c) Artículo 3 común a los Convenios de Ginebra.

PRINCIPIOS FUNDAMENTALES O NORMAS BÁSICAS DEL DIH.

1) Las personas fuera de combate y quienes no participan directamente en


las hostilidades tienen derecho a que se les respete la vida y la integridad física y
moral.

2) Los heridos y los enfermos serán recogidos y asistidos por la parte en


conflicto que los tenga en su poder sin discriminación alguna.

3) Distinguir entre los objetivos militares y los civiles. Solo pueden atacarse
objetivos militares.
4) Respetar a los civiles y los bienes protegidos.

5) Sé prohibe emplear armas o métodos de guerra que puedan causar


pérdidas inútiles o sufrimientos excesivos.

6) No atacar al personal médico o sanitario ni sus instalaciones, y deben


permitir que estos lleven a cabo su trabajo.

7) Respetar los emblemas de la Cruz Roja y la Media Luna Roja como


símbolos de protección que se extiende al personal sanitario, a los establecimientos, a
los medios de transporte y al material sanitario.

PRINCIPALES TRATADOS INTERNACIONALES QUE CONTIENEN


AL DIH

Fundamentalmente el DIH se encuentra contenido en los cuatro Convenios de Ginebra


y sus dos Protocolos Adicionales, estos son sus principales instrumentos jurídicos.
Estos son Tratados a los que voluntariamente se adhieren los Estados
comprometiéndose a respetarlos y hacerlos respetar.

Los Convenios protegen genéricamente a los heridos, enfermos, prisioneros de guerra


y a las personas civiles, como también al personal médico, sanitario es decir a quienes
están encargados de la asistencia médica, hospitales, ambulancias y otros medios de
transporte sanitario.

Los Protocolos adicionales, por su parte vienen a complementar los Convenios debido
a la evolución experimentada por el DIH a lo largo de los años.

· I Convenio: PROTEGE A LOS HERIDOS Y A LOS ENFERMOS DE LAS


FUERZAS ARMADAS DE CAMPAÑA.

· II Convenio: PROTEGE A LOS HERIDOS, ENFERMOS Y NÁUFRAGOS


DE LAS FUERZAS ARMADAS DEL MAR.

· III Convenio: PROTEGE A LOS PRISIONEROS DE GUERRA; contiene


detalladamente la suerte que corren desde el momento de su captura hasta su
liberación y repatriación.

· IV Convenio: PROTEGE A LAS PERSONAS CIVILES; Se considera civil a


toda persona que no participa en las hostilidades y que no pertenece a una fuerza
armada.
· I Protocolo Adicional: IMPONE LÍMITES A LA MANERA DE CONDUCIR
LAS OPERACIONES MILITARES; Objetivo es proteger a la población civil de los
efectos de la guerra.

· II Protocolo Adicional: SE APLICA ÚNICAMENTE A LOS CONFLICTOS


INTERNOS DE CIERTA INTENSIDAD; En que los insurrectos actúan bajo un
mando responsable y controlan parte del territorio del Estado.

Los Convenios de Ginebra fueron ratificados por Chile el 12 de octubre de 1950, y


los Protocolos adicionales el 24 de abril de 1991.

EL DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO Y EL DERECHO


INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS.

Ambos derechos son complementarios, la finalidad de ambos es proteger a la persona


humana, sin embargo los hacen en circunstancias y según modalidades diferentes.

Los DDHH tienen por objeto fundamental hacer respetar las garantías y libertades
individuales del ser humano, su bienestar y protegerla frente al Estado en todo tiempo,
haya guerra o paz. Sin perjuicio que en situaciones de guerra o cuando se encuentra
amenazada la paz interior se permita al estado restringir ciertos derechos o más bien
libertades en atención a las circunstancias.

El DIH en cambio, tiene por objeto fundamental, como ya hemos visto, proteger a la
persona humana en situaciones de conflicto armado ya sea internacional o interno
pero no recibe aplicación en tiempo de paz. Sus disposiciones se formulan atendiendo
a las circunstancias especiales de la guerra y no pueden ser derogadas ni restringidas
nunca.

NEXO ENTRE EL COMITÉ INTERNACIONAL DE LA CRUZ ROJA Y


EL DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO.

El Comité Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (CICR) es el


promotor del DIH, contribuye fundamentalmente a su desarrollo. Además desempeña
el rol de guardián de este derecho ya que vela para que las partes en un conflicto
armado lo apliquen y respeten, en caso de violación les recuerda a los beligerantes sus
obligaciones convencionales.

En tiempos de paz insta a los Estados a tomar medidas prácticas para que las normas
del DIH sean aplicadas efectivamente en tiempos de guerra, por ejemplo: que
traduzcan los convenios y protocolos, que lo promueven y apoyen las gestiones en
este sentido, etcétera.
Por último el CICR hace lo posible por dar a conocer él mismo este derecho,
particularmente en las Fuerzas Armadas, para lo que realiza numerosos seminarios.

Frente a las violaciones del DIH, el CICR no es juez ni tribunal, por lo tanto
interviene de manera confidencial ante las autoridades competentes. Si tales
violaciones son graves, repetidas y atestadas se reserva la posibilidad de tomar
públicamente posición, denunciando esa infracción, siempre y cuando considere que
tal publicidad redunda en interés de las personas afectadas o amenazadas. Por ende se
trata de una medida excepcional.

Fuente: www.cruzroja.cl

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