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Rawls/liberalismo político:

Benjamín Segovia

Rawls en las ocho conferencias que componen en liberalismo político busca hacer una
revisión acerca de lo que fue su Teoría de la justicia, donde no se veía una que formaba
parte de la filosofía moral sin ninguna distinción entre filosofía moral y filosofía política,
pues la filosofía moral piensa el problema acerca del orden moral en alguna forma de la
naturaleza humana misma, como en la razón o sentimientos, dependiente de alguna
doctrina comprensiva razonable, en cambio, el liberalismo político es algo independiente
a los diferentes puntos de vistas de las doctrinas comprensivas. Otro problema en su teoría
era la idea poco realista de una sociedad bien ordenada. “Una característica esencial de una
sociedad bien ordenada, aquella que podamos relacionar con la justicia como
imparcialidad, es que todos los ciudadanos respaldan este concepto basándose en lo que
ahora llamamos una doctrina comprensiva filosófica. Todos los ciudadanos aceptan, como
enraizados en esta doctrina, sus dos principios de justicia”(pág.11). Pero el problema está
en que no se analiza una distinción de una concepción política y una doctrina comprensiva
filosófica, porque “una sociedad democrática moderna se caracteriza no sólo por una
pluralidad de doctrinas comprensivas, ya sean religiosas, filosóficas y morales, sino
también porque ese conjunto de doctrinas comprensivas razonables es un pluralismo de
doctrinas que resultan incompatibles entre sí. Ninguna de estas doctrinas cuenta con el
consenso de los ciudadanos en general. Ni tampoco debiéramos suponer que en un futuro
previsible una de ellas, o alguna otra doctrina razonable, algún día sea suscrita por todos o
casi todos los ciudadanos de esa sociedad.”(pág.11).

En cuanto a las doctrinas comprensivas el liberalismo político supone una


pluralidad de doctrinas comprensivas razonables, aunque incompatibles entre sí. Estas
doctrinas son el resultado del ejercicio de la razón humana dentro de un marco de
instituciones libres de un régimen constitucional democrático. Es decir, el liberalismo
político supone que las doctrinas comprensivas razonables no rechazan los principios de un
régimen democrático, y las doctrinas comprensivas no razonables, irracionales deben ser
contenidas para no socavar la unidad y la justicia de esa sociedad. El hecho de existir estas
doctrinas comprensivas hacen que la idea de una “sociedad bien ordenada” sea poco
realista.

La idea central del Liberalismo Político busca responder a la pregunta: “¿cómo es


posible que pueda existir a través del tiempo una sociedad estable y justa de
ciudadanos libres e iguales profundamente dividida por doctrinas religiosas, filosóficas
y morales, razonables, aunque incompatibles entre sí? En otras palabras ¿cómo es
posible que unas doctrinas comprensivas profundamente opuestas entre sí, aunque
razonables, puedan convivir y afirmen todas la concepción política de un régimen
constitucional?” (pág.13).
Rawls busca en estas múltiples doctrinas comprensivas de la sociedad que puedan
compartir una concepción política de justicia común que especifica “los términos justos de
la cooperación social entre ciudadanos libres e iguales, miembros de una sociedad con la
que cooperan plenamente durante toda una vida, de una generación a la
siguiente”(pág.29). Para lograr esto, se requiere la revisión de la de los objetivos de la
justicia como imparcialidad; al presentar una concepción de la justicia que sea compartida
por todos los ciudadanos, esta concepción política “debe ser, en lo posible, independiente
de las doctrinas filosóficas y religiosas opuestas e incompatibles que profesen los
ciudadanos. Al formular tal concepción, el liberalismo político aplica el principio de la
tolerancia a la filosofía misma” (pág.34). “Lo que busca el liberalismo político es una
concepción política de la justicia que, esperamos, pueda ganarse el apoyo de un consenso
traslapado de las doctrinas razonables, religiosas, filosóficas y morales”(pág.35).

Una concepción política de la justicia se caracteriza en base a tres elementos: 1)


El sujeto de una concepción política elaborada para instituciones políticas sociales y
económicas, es decir, para la estructura básica de la sociedad o lo que se entiende por
democracia constitucional. El foco de la concepción política de la justicia es el marco de las
instituciones básicas de la sociedad. 2) La concepción política de la justicia es un punto de
vista libremente aceptado, independiente de las doctrinas comprensivas. Es decir, la
concepción política “es un módulo, una parte constituyente esencial, que encaja en varias
doctrinas comprensivas razonables y que puede ser sostenida por ellas, las cuales perduran
en la sociedad a la que regula”(pág.37). 3) El contenido de la concepción política de la
justicia se expresa de forma implícita en la cultura política pública de una sociedad
democrática. Esta idea se desarrolla junto con dos ideas fundamentales; los ciudadanos
son personas libres e iguales, por un lado, y que una sociedad bien ordenada, se considera
como sociedad efectivamente regulada por una concepción política de la justicia, por el
otro.
Recordemos que la idea organizadora de Rawls en su justicia como imparcialidad es
la de una “sociedad considerada como sistema justo de cooperación a través de un tiempo
prolongado, de una generación a la siguiente”(pág.39). La cooperación se guía por reglas
públicamente reconocidas y aceptadas por cooperadores. Esta cooperación debe ser
entendida como reciprocidad expresada mediante principios de justicia que regulan la
sociedad en la que cada cual sale beneficiado, de ahí sus dos principios de la justicia, que
consistían en: “A)Cada persona tiene igual derecho a exigir un esquema de derechos y
libertades básicos e igualitarios completamente apropiado, esquema que sea compatible
con el mismo esquema para todos; y en este esquema, las libertades políticas iguales, y
sólo esas libertades, tienen que ser garantizadas en su valor justo. B) Las desigualdades
sociales y económicas sólo se justifican por dos condiciones: en primer lugar, estarán
relacionadas con puestos y cargos abiertos a todos, en condiciones de justa igualdad de
oportunidades; en segundo lugar, estas posiciones y estos cargos deberán ejercerse en el
máximo beneficio de los integrantes de la sociedad menos privilegiados.” (pág.31).
Los términos de la cooperación social en el caso de la estructura básica de la
sociedad son especificados en la posición original entendido como un recurso de
representación por aquellos representantes de ciudadanos libres e iguales. La concepción
de justicia que adopten se identificará con la concepción de justicia que consideramos
justa.
La idea de la justicia como imparcialidad, es decir, la sociedad como un sistema
justo de cooperación a través de generaciones se desarrolla en la idea de ciudadanos libres
e iguales y la idea de una sociedad bien ordenada vista como una sociedad efectivamente
regulada por una concepción pública de la justicia. La sociedad bien ordenada refiere a que
cada cual aceptan todos los mismos principios de justicia, que su estructura básica ––
principales instituciones políticas y sociales–– se sabe públicamente que cumplen con estos
principios, y los ciudadanos tienen un sentido efectivo de la justicia por lo que cumplen con
las reglas de sus instituciones básicas.
La cultura política se caracteriza para Rawls, primero, por una “diversidad de
doctrinas comprensivas razonables, religiosas, filosóficas y morales, que encontramos en
las sociedades democráticas modernas”(pág.57). Diversas doctrinas razonables aunque
opuestas entre sí son en parte “de la labor de la razón práctica libre, dentro del marco de
instituciones libres”(pág.57). Segundo, una doctrina comprensiva, religiosa, filosófica o
moral que reine por sobre otras solo es posible mediante el “uso opresivo del poder del
Estado”(pág.58). Tercero, un régimen democrático seguro y durable debe ser sostenido
libre y voluntariamente por una mayoría de ciudadanos políticamente activos, esto
significa que una “concepción política de la justicia debe ser tal que puedan suscribirla
quienes profesan muy diversas y opuestas, aunque razonables, doctrinas
comprensivas”(pág.58).
Para que la sociedad democrática bien ordenada pueda ser efectiva, requiere que
“los ciudadanos que profesan doctrinas razonables, pero opuestas y comprensivas,
pertenezcan a un consenso traslapado: es decir, que generalmente suscriban esa
concepción de justicia como la que expresa el contenido de sus criterios políticos acerca de
las instituciones básicas; y segundo, que las doctrinas comprensivas no razonables (…) no
obtengan la suficiente aceptación como para minar la justicia esencial de esa
sociedad”(pág.59).
La idea del consenso traslapado debe entenderse que al momento de elaborarse
una concepción política de la justicia, independiente de las diversas doctrinas razonables,
pueda ser tal que pueda establecer “una especie de equilibrio de fuerzas entre estas
doctrinas”(pág.59). Primero, es un consenso que se establece entre doctrinas
comprensivas razonables (en oposición al de doctrinas irrazonables o irracionales) porque
es un pluralismo razonable en contraste a un pluralismo simple donde pueden haber
doctrinas que son “no solo irracionales, sino insensatas y agresivas”(pág.146).. El
liberalismo político ve esta diversidad de doctrinas razonables como resultado de los
poderes de la razón humana dentro de un marco de instituciones libres. Otro elemento del
consenso traslapado es que en una democracia constitucional, la concepción política de la
justicia “debiera presentarse, hasta donde esto es posible, como independiente de las
doctrinas comprensivas religiosas, filosóficas y morales”(pág.146). Recordemos que la
concepción política es un módulo donde “puede caber en varias doctrinas comprensivas
razonables de las que puede obtener su apoyo, doctrinas que son durables en la sociedad
regulada por dicha concepción política”(pág.146). Un consenso traslapado “no es
meramente un consenso para aceptar ciertas autoridades, ni para cumplir con ciertos
convenios institucionales, fundando en la convergencia de intereses particulares o
exclusivos de algún grupo. Todos los que se adhieren a la concepción política empiezan
a elaborar su consenso a partir de su propio punto de vista comprensivo, y se valen de
elementos de los fundamentos religiosos, filosóficos y morales que les da ese punto de
vista. El hecho de que la gente se adhiera a la misma concepción política basada en esos
principios no convierte su adhesión en algo menos religioso, menos filosófico o menos
moral”(pág.149).
El consenso traslapado representa el terreno en el cual las personas pueden
suscribirse a la concepción política de la justicia sin apoyarse en las diversas doctrinas
comprensivas con el fin de asegurar a los ciudadanos la igualdad de oportunidades para
promover sus diversas doctrinas sin que ninguna sea favorecida más que otra. Para que se
entienda bien esta mierda, Rawls intenta explicar por qué los ciudadanos tienen diferentes
razones para aceptar esta concepción política de la justicia, pongamos un ejemplo, la
iglesia católica se adhiere al derecho a la libertad religiosa desde su perspectiva. Esta
libertad significa que nadie es obligado a optar por tales creencias, a nadie se le restringe
actuar de acuerdo con sus propias creencias, ya sea privada o públicamente dentro de los
límites debidos. La iglesia católica declara que este derecho a la libertad religiosa tiene su
base en la dignidad de la persona, dignidad que viene de la Palabra de Dios y la huea. Por
esta razón, el derecho a la libertad religiosa debe ser reconocido por la constitución de una
sociedad. Aquí, la iglesia católica apoya la concepción política de justicia por razones
internas al catolicismo. Los islámicos y ateos también pueden apoyar este derecho a la
libertad religiosa cada uno por sus propias razones. Por esto, la concepción política de la
justicia recibiría el apoyo de un consenso traslapado de diversas doctrinas comprensivas y
razonables aunque opuestas entre sí, y cada una apoyará esto desde sus propios puntos de
vista.
Rawls ve este consenso traslapado como la forma más estable que puede tener una
sociedad libre. En este consenso, los ciudadanos afirman una concepción política de justicia
desde sus propias perspectivas.
Siguiendo con la tesis de Rawls, es decir, aquella en que “la estructura básica de tal
sociedad está efectivamente regulada por una concepción política de la justicia que
constituye el foco de un consenso traslapado de por lo menos las doctrinas comprensivas
razonables de sus ciudadanos. Esto hace posible que la concepción política compartida
sirva de base a la razón pública en los debates acerca de los asuntos políticos, cuando están
en juego los elementos constitucionales esenciales y las cuestiones relacionadas con la
justicia básica”(pág.66). Para revisar esta tesis, es necesario precisar lo que se entiende por
razonable y lo racional. Las personas son razonables cuando “están dispuestas a proponer
principios y normas como términos justos de cooperación y cumplir con ellos de buen
grado, si se les asegura que las demás personas harán lo mismo. Consideran que esas
normas son lo suficientemente razonables para que todos las acepten y, por tanto,
justificables para ellos”(pág.67). Se relaciona con la idea de la reciprocidad y ventaja mutua
en una sociedad de justa cooperación. Lo irrazonable es que al planear comprometerse en
esquemas de cooperación, están dispuestos a quebrantar las normas según les convenga.
Lo racional “se aplica a cómo se adoptan y afirman estos fines e intereses, así como a la
manera de darles prioridad. También se aplica a la elección de medios (…) [el] adoptar los
medios más eficaces para lograr los fines propuestos, o seleccionar la opción más
probable”(pág.68). En la justicia como imparcialidad, lo razonable y lo racional son ideas
distintas e independientes, pero complementarias, ninguna puede existir sin el otro. Otra
diferencia es que lo razonable pertenece a lo público, el otro no. Otra diferencia es que lo
razonable “no es lo altruista (…) ni tampoco la preocupación por el yo (y sólo impulsado por
fines personales y afectos). En una sociedad razonable, más sencillamente ilustrada en una
sociedad de iguales en cuanto a los asuntos básicos, todos los ciudadanos tienen sus
propios objetivos racionales que esperan favorecer, y todos están dispuestos a proponer
términos justos que se espera razonablemente acepten los demás, de manera que todos
puedan beneficiarse y mejorar, según lo que cada cual pueda lograr por sí mismo”(pág.71).
Estas dos ideas se enmarcan en que las personas razonables profesan sólo doctrinas
comprensivas razonables que entregan apoyo al consenso traslapado de una concepción
política de la justicia.

La cuestión de las libertades básicas. Recordemos que los fundamentos de estas


libertades se encuentran en los dos principios de justicia, específicamente en el primero de
ellos: “A)Cada persona tiene igual derecho a un esquema plenamente adecuado de
libertades básicas iguales que sea compatible con un esquema semejante de libertades
para todos. B) Las desigualdades sociales y económicas tienen que satisfacer dos
condiciones: primera, deben relacionarse con puestos y posiciones abiertos para todos en
condiciones de plena equidad y de igualdad de oportunidades; y segundo, deben redundar
en el mayor beneficio de los miembros menos privilegiados de la sociedad” (pág.271). En
el primer principio, las libertades básicas son “la libertad de pensamiento y libertad de
conciencia; libertades políticas y la libertad de asociación, así como las libertades que
especifican la libertad y la integridad de la persona; y, finalmente, los derechos y libertades
que protegen las reglas de la ley”(pág.272). La idea es asignarle prioridad al primer principio
de justicia por sobre el segundo. Rawls para encajar la lista de libertades básicas, primero
piensa en que puede ocurrir que las libertades básicas podrían entrar en conflicto unas a
otras, por lo que las reglas institucionales deben ajustarse a un sistema de libertades
coherente, es decir, que la “prioridad de la libertad implica en la práctica que una
libertad básica puede limitarse o negarse únicamente a favor de una o más libertades
básicas diferentes. (…) esta restricción es válida incluso cuando quienes se benefician de
la mayor eficiencia, o al mismo tiempo comparten el mayor número de ventajas, son las
mismas personas cuya libertades son limitadas o negadas. Como las libertades básicas
pueden limitarse cuando se oponen unas a otras, ninguna de ellas es absoluta.”(pág.275).
Estas libertades políticas iguales para todos han de asegurar con la aplicación de los
principios de justicia por medio del sentido de justicia que tengan los ciudadanos a la
estructura básica de la sociedad. Estas libertades requieren de alguna forma protección de
un régimen democrático representativo.

Una última cosa, Rawls plantea la pregunta “¿cómo resuelve la justicia en tanto que
imparcialidad el viejo problema de que las libertades básicas pueden resultar puramente
formales, por así decirlo?”(pág.300). Muchos demócratas radicales y socialistas <3 ven que
aunque pueda ser “aparente la verdadera igualdad de todos los ciudadanos, serán patentes
las desigualdades sociales y económicas que probablemente se suscitarán si la estructura
básica incluye en gran medida las libertades básicas y las oportunidades justas”(pág.300).
La respuesta de Rawls es distinguir entre libertades básicas y el valor de estas libertades.
Las libertades básicas constituyen un marco de oportunidades y vías de acción legalmente
protegidas. Para Rawls, “la ignorancia y la pobreza, además de la carencia de medios
materiales, generalmente impiden a las personas ejercer sus derechos y beneficiarse con
estas oportunidades abiertas para todos. Pero, en vez de tomar estos y otros obstáculos
semejantes como restricciones a la libertad de la persona, los tomamos en cuenta como
factores que afectan el valor de la libertad; es decir, la utilidad que tengan sus libertades
para las personas”(pág.300). Esta utilidad –dentro de la justicia como imparcialidad– se
especifica en términos de un índice de bienes primarios como ingresos pecuniarios y
riqueza regulados por el segundo principio de justicia.
En la justicia como imparcialidad las libertades básicas en pie de igualdad son las
mismas para todos, pero el valor o utilidad de la libertad no es la igual para todos. “En la
medida en que lo permite el principio de diferencia”(pág.301) algunos ciudadano tienen
mayores riquezas e ingresos, y cuando ocurre esto, el menor valor de libertad se compensa
de manera tal que la estructura básica de la sociedad aumente el “máximo posible los
bienes primarios disponibles para que los menos privilegiados accedan a las libertades
básicas en pie de igualdad, de las que gozan todos los ciudadanos”(pág.301). De aquí se
desprende lo que Rawls llama su valor justo, es decir, la “garantía significa que el valor de
las libertades políticas para todos los ciudadanos, cualquiera que sea su posición social o
económica, deben ser aproximadamente iguales, o por lo menos suficientemente iguales,
en el sentido de que cada cual tiene una justa oportunidad para ocupar un puesto público y
para ejercer su influencia en el resultado de las decisiones políticas”(pág.301). “Una guía
para garantizar el valor justo parece ser que las partes se mantengan independientes de las
grandes concentraciones de poder económico y social en una democracia donde prevalece
la propiedad privada, e independientes del control gubernamental y del poder burocrático
en un régimen socialista liberal. En cualquier caso, la sociedad debe asumir en gran parte
el costo de organizar y llevar a cabo el proceso político.”(pág.301). Es decir, la garantía del
valor justo para las libertades políticas se incluyen en el primer principio, además de
asegurarlo con el principio de la diferencia en el segundo principio. Esta es la manera en la
que Rawls responde a las objeciones.

Algunas palabras:
- Sociedad como sistema justo de cooperación: La noción de cooperación social
no significa simplemente la de una actividad social coordinada, organizada
eficientemente la de una actividad social coordinada, organizada
eficientemente y guiada por reglas conocidas públicamente para lograr
determinado fin general. La cooperación social es para beneficio mutuo, y esto
implica que consta de dos elementos: el primero es una noción compartida de
los términos justos de cooperación que se puede esperar razonablemente que
acepte cada participante, siempre y cuando todos y cada uno también acepte
estos términos. Los términos justos de la cooperación articulan la idea de
reciprocidad y mutualidad; todos los que cooperan deben salir beneficiados y
compartir las cargas comunes, de la manera como se juzga según un punto de
comparación apropiado. A este elemento de la cooperación social lo llamaré
“razonable”. El otro elemento corresponde a “lo racional”: se refiere a la ventaja
raciona que obtendrá cada individuo; lo que, como individuos, los participantes
intentan proponer” (pág.278).
- Consenso traslapado: la concepción política de la justicia recibiría el apoyo de
un consenso traslapado de diversas doctrinas comprensivas y razonables
aunque opuestas entre sí, y cada una apoyará esto desde sus propios puntos de
vista.

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